This document summarizes a court case in Argentina regarding a shareholder dispute in a company called INCAT S.R.L. It describes the history of the company and past disputes between shareholders over approval of financial statements and distribution of dividends at shareholder meetings. The plaintiffs are challenging decisions made at a November 7, 2007 shareholder meeting regarding approval of financial statements for the year ended June 30, 2007 and distribution of dividends. They argue the financial statements lacked an required auditor's report and that a prior court ruling had suspended approval of statements for the previous year.
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This document summarizes a court case in Argentina regarding a shareholder dispute in a company called INCAT S.R.L. It describes the history of the company and past disputes between shareholders over approval of financial statements and distribution of dividends at shareholder meetings. The plaintiffs are challenging decisions made at a November 7, 2007 shareholder meeting regarding approval of financial statements for the year ended June 30, 2007 and distribution of dividends. They argue the financial statements lacked an required auditor's report and that a prior court ruling had suspended approval of statements for the previous year.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala A
Leston, Manuel y otro c. INCAT S.R.L. s/ordinario • 22/10/2012
Publicado en: JA 2013-I , 873 • JA 2013-02-13 , 82
Cita online: AR/JUR/62283/2012
TEXTO COMPLETO:
2ª Instancia. — Buenos Aires, 22 de octubre de 2012.
La Dra. Isabel Míguez no interviene en el presente Acuerdo por encontrarse en uso de licencia (art. 109 RJN). ¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada? A la cuestión propuesta, la Señora Juez de Cámara Doctora María Elsa Uzal dijo: I.- Los hechos del caso. 1) En fs. 201/213 se presentaron Baltasar Canal –por derecho propio- y Manuel Leston –por apoderado- y promovieron demanda contra "Incat S.R.L." pretendiendo la declaración de nulidad de las decisiones sociales adoptadas en los puntos 2°, 3° y 4° del orden del día de la reunión de socios, celebrada el día 07.11.2007, con expresa imposición de costas a la demandada. Relataron que la sociedad demandada fue constituida en fecha 17.06.1968, siendo su único objeto social la explotación de un negocio de estación de servicio que se encuentra ubicado en Avenida Independencia 2800 de esta Ciudad. Detallaron las diversas modificaciones que sufrió hasta la actualidad el contrato social de la referida sociedad y también las distintas personas que detentaron el carácter de socios del ente y, en ese sentido, refirieron que, al 05.08.1985, el elenco de socios había quedado conformado de la siguiente manera: i.) Olegario Álvarez, 1.000 cuotas sociales; ii.) Belisario Diez Diez, 900 cuotas sociales; iii.) Arturo Diez Diez, 400 cuotas sociales; iv.) Baltasar Canal, 800 cuotas sociales; v.) Manuel Leston, 900 cuotas sociales; vi.) Consuelo Pérez, 900 cuotas sociales; vii.) Pura Caridad Áreas, 800 cuotas sociales; viii.) Artemia Estévez Paradelo, 2.500 cuotas sociales; ix.) Nélida Manuela Alfieri, 400 cuotas sociales; x.) Oscar Vázquez, 900 cuotas sociales; y xi.) Roberto Vázquez, 500 cuotas sociales. Relataron que, en la reunión de socios de fecha 08.11.2004, se pusieron a consideración los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado el día 30.06.2004 y que, frente al pedido de explicaciones por parte de sus representantes, el presidente de la asamblea reconoció que no se habían auditado los estados contables del ente en los últimos diez años, razón por la cual Canal mocionó la realización de una auditoría, solicitud que fuera rechazada, aprobándose finalmente los balances con el voto favorable del 71,59%, votando por la negativa, únicamente, Áreas y los aquí accionantes. Explicaron que, en esa misma asamblea, al considerarse la remuneración y la gestión de los gerentes por su desempeño durante el ejercicio de marras, se decidió –con los mismos disensos-, en primer lugar, que los gerentes únicamente debían abstenerse de votar en la aprobación de su propia gestión y no en las votaciones referidas a la actuación de los restantes integrantes de la gerencia. En segundo término, se resolvió aprobar la gestión de todos los gerentes con excepción de la de Carlos Leston y la de Pura Áreas, disponiéndose, además, remunerar a los gerentes en exceso a los límites previstos por la LSC. Destacaron que "Carlos Leston" en realidad no existe, sino que se trataba de Alberto Leston, hijo del coactor Manuel Leston, a quien se le adjudicó el cargo de gerente durante aquél ejercicio, sin reparar en que jamás ejerció la gerencia y que nunca aceptó el cargo de gerente. Luego señalaron que al considerarse la designación de gerentes y sus remuneraciones, el representante de Canal advirtió que, en rigor, las remuneraciones consistían en dividendos disfrazados, a partir de lo cual, el socio Belisario Diez Diez solicitó que se reconsiderara el punto referido a la distribución de los honorarios de los gerentes, proponiendo que sean abonados en partes iguales, lo que fue aprobado por mayoría. Aseveraron que, mediante una nueva reunión de socios de fecha 03.12.2004, se dispuso la reducción del monto de las remuneraciones asignadas a los gerentes en la anterior asamblea, lo que fue aprobado con el voto positivo del 75,75% del capital social y el voto negativo de los socios accionantes, quienes consideraron que los socios gerentes debían abstenerse de votar dicho punto, lo cual no fue aceptado. Narraron que en la reunión de socios celebrada el día 04.10.2005 fueron aprobados los estados contables del ejercicio finalizado el 30.06.2005, nuevamente con la disidencia de los actores. Señalaron que el representante de Canal dejó sentado que no se le aclararon las dudas que expuso sobre los estados contables, mientras que Leston dejó constancia en el acta de que no se le permitió realizar consultas del balance y que de la simple lectura de los libros y de los estados contables surgían indicios de que no se habían declarado correctamente ciertos impuestos. Puntualizaron, asimismo, que en dicho acto asambleario se dispuso aumentar el capital social, quedando éste finalmente conformado de la siguiente manera: i.) Arturo Diez Diez, 13.136 cuotas sociales; ii.) Belisario Diez Diez, 24.082 cuotas sociales; iii.) Manuel Leston, 19.704 cuotas sociales; iv.) Baltasar Canal, 17.514 cuotas sociales; v.) Rubén Álvarez, 26.271 cuotas sociales; vi.) Consuelo Pérez, 21.893 cuotas sociales; vii.) Pura Caridad Áreas, 17.514 cuotas sociales; viii.) Artemia Estévez Paradelo, 59.111 cuotas sociales; ix.) Delfina Turrina, 4.379 cuotas sociales; x.) Nélida Manuela Alfieri, 4.379 cuotas sociales; y xi.) Roberto Vázquez, 10.946 cuotas sociales. Relataron que, también en ese mismo acto, se resolvió distribuir dividendos por la suma de pesos setecientos sesenta y ocho mil novecientos setenta con 95/100 ($768.970,95.-), fijándose en cinco el número de gerentes y aprobándose la gestión de los salientes, con excepción del desempeño de Pura Áreas y de Cristina Leston. En todas estas resoluciones los socios Canal y Leston votaron en forma contraria a lo decidido por la mayoría. Siguieron diciendo que en la reunión de socios llevada a cabo los días 03.11.2006 y 13.11.2006, se debían tratar los siguientes puntos del orden del día: 1°) Designación de dos socios para firmar el acta; 2°) Consideración y aprobación de los estados contables correspondientes al ejercicio finalizado el 30.06.2006; 3°) Destino de los resultados del ejercicio y distribución de los dividendos; 4°) Determinación del número y elección de los gerentes por el término de un ejercicio; 5°) Consideración de la gestión de los gerentes salientes; y 6°) Consideración de los honorarios de los gerentes. Señalaron que en esa reunión se aprobaron los estados contables del ejercicio del año 2006, el destino de los resultados del ejercicio con distribución de dividendos entre los socios por un total de $678.004,48, se aprobó la gestión de los gerentes y se determinó en uno el número de éstos, designándose a Susana Prada Estévez. Manifestaron que cuestionaron el acto social y que promovieron su nulidad a través de la acción de impugnación prevista en el art. 251 de la LS, la que tramitó en el Juzgado N° 8 del fuero en los autos: "Leston Manuel y otro c/ Incat S.R.L. s/ ordinario", expte. N° 87.422 (véase que esta acción fue rechazada por esta Sala con fecha 18.011.2010). Señalaron que en ese proceso, el juez actuante decretó la suspensión preventiva de las decisiones adoptadas en el seno de la reunión de socios de Incat S.R.L. celebrada el día 03.11.2006 y concluida el día 13.11.2006, que la decisión fue recurrida por la sociedad y que -en ese entonces- la causa se encontraba a decisión de esta Alzada. La actora refiere, con respecto a la reunión del 7.11.2007, aquí impugnada, que se debían tratar los siguientes puntos del orden del día: 1°) Designación de dos socios para firmar el acta; 2°) Consideración y aprobación de los estados contables correspondientes al ejercicio finalizado el 30.06.2007; 3°) Destino de los resultados del ejercicio y distribución de los dividendos; 4°) Determinación del número y elección de los gerentes por el término de un ejercicio; 5°) Remuneración de los honorarios de los gerentes. Manifestaron que ante la convocatoria, enviaron a la sociedad la carta documento, cuyo texto transcribieron, haciendo saber a sus administradores diversas irregularidades que impedían el tratamiento de los puntos del orden del día propuestos. En esa misiva, básicamente, denunciaron que aquéllos puntos del orden del día no podían ser tratados, puesto que se encontraba suspendida provisoriamente la decisión que había aprobado los estados contables correspondientes al ejercicio inmediato anterior, como consecuencia de la resolución judicial referida supra. Subsidiariamente, solicitaron la puesta a disposición de la información detallada en la carta documento. Indicaron que, como respuesta, la sociedad puso a disposición de los requirentes un memorial que simulaba la apertura de las cuentas solicitadas, puesto que no cumplía con gran parte de los requerimientos y que la reunión igualmente se llevó a cabo. Destacaron que, en la reunión de socios, sus representantes efectuaron una serie de fundados cuestionamientos a los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado al 30.03.2007, indicando que dichos estados contables no contenían un dictamen de auditoría. Invocaron que la necesidad de contar con ese dictamen surge de lo dispuesto por el artículo 294 de la LSC y de la Resolución Técnica N° 7 de la Federación Argentina de Colegios Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE), normas que consideraron aplicables al caso. Agregaron que la suspensión de la decisión que aprobó los estados contables correspondientes al ejercicio económico inmediato anterior (30.06.2006), decretada en las actuaciones referidas supra, impedía el tratamiento de los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado al 30.06.2007, puesto que estos últimos se confeccionaron con base en los anteriores. Concluyeron en que la falta del dictamen de auditoría en los estados contables y la suspensión de la decisión que aprobaba los estados contables anteriores, justificaban la declaración de nulidad solicitada, respecto del punto N° 2 del orden del día. En cuanto al punto N° 3 del orden del día, manifestaron que la sociedad reconoció que no se podían distribuir dividendos por estar suspendida la aprobación de los estados contables inmediatamente previos e invocaron que, por lo tanto, la sociedad debió haber adoptado el mismo criterio para la consideración de los estados contables del ejercicio 2007. Agregaron que, sin embargo, se decidió acumular las ganancias del ejercicio y sólo distribuirlas con la condición suspensiva de que se levante la medida cautelar decretada contra la sociedad. Reiteraron que el hecho de que la sociedad decidiera no tomar determinación sobre la distribución de dividendos, en razón de la manda judicial referida, era razón suficiente para concluir que tampoco procedía el tratamiento, consideración y resolución sobre los estados contables del ejercicio 2007. En cuanto al punto N° 4 del orden del día, relativo a la determinación del número y designación de gerentes por un ejercicio, manifestaron que, a través del envío de sendas cartas documento, comunicaron a la sociedad su decisión de votar acumulativamente, pero que, cuando la cuestión fue puesta a consideración en la reunión de socios, la mayoría de éstos negaron tal posibilidad, trayendo a colación lo ocurrido en la reunión del año 2006. Fundaron la aplicabilidad del mecanismo del voto acumulativo en sociedades de responsabilidad limitada con gerencia plural, como la del caso y señalaron que, a través de la negativa a ejercer ese derecho, para luego reducir el número de gerentes a uno, se les imposibilitó el acceso a la gerencia de la sociedad, frustrándose así el propósito y finalidad previstos en el art. 263 de la ley 19550. Consideraron que la sociedad demandada desoyó la normativa legal aplicable y que de esa manera se perjudicó a la minoría imposibilitándole el acceso a la gerencia, lo que justificaría la declaración de nulidad del punto N° 4 del orden del día. Solicitaron, como medida cautelar, la suspensión de las decisiones tomadas en la reunión de socios cuestionada, medida que, en un principio, tuvo favorable acogida y luego fue revocada a fs. 313/314. Posteriormente, en fs. 383 el a quo hizo lugar a la misma, luego de que la parte demandada denunciara como hecho nuevo la sentencia recaída en primera instancia en los autos "Leston Manuel c/ Incat S.R.L. s/ ordinario" (expte. N° 87.422), que declaró la nulidad de las decisiones tomadas en la reunión de socios del año 2006 –decisión luego revocada-. Posteriormente, luego de varias contingencias procesales, la suspensión se mantuvo únicamente sobre las decisiones tomadas respecto de los puntos N° 2 y N° 3 del orden del día (véase fs. 412/426, 436/443, 446 y vta., 448/449, 452 y vta. y 453). Seguidamente, se formó incidente de apelación en los términos del art. 250 CPCCN para su elevación a esta Alzada (véase fs. 458). Finalmente, en fs. 471 el a quo dispuso el levantamiento de las medidas cautelares trabadas en autos, con remisión a los fundamentos expresados en los autos "Leston Manuel c/ Incat S.R.L. s/ ordinario" (Expte. N° 087422). 2) Corrido el pertinente traslado, la accionada "Incat S.R.L." compareció al juicio y contestó demanda mediante la presentación de fs. 285/296, solicitando su rechazo, con expresa imposición de costas. Efectuó una pormenorizada negativa de los extremos invocados por su contraria y dio su versión de los mismos. Manifestó que el accionar de los actores demuestra una conducta abusiva de la minoría, en busca del interés individual o extrasocial, para intentar que los cuotapartistas mayoritarios les compren sus participaciones a un precio irreal. Destacó que los actores omitieron considerar que las decisiones atacadas se encuentran sujetas a la condición suspensiva de que los efectos de las medidas judiciales adoptadas contra la reunión de socios del año anterior cesaran, por lo que no resultan susceptibles de causar perjuicio alguno. Seguidamente se expidió sobre el cumplimiento de la totalidad de los requerimientos de información que le efectuaron los actores. Con respecto a las decisiones adoptadas en los puntos N° 2 y N° 3 del orden del día, insistió en que la aprobación de los estados contables, la consideración de los resultados del ejercicio y la distribución de utilidades, fueron resueltas bajo la condición suspensiva de que cese la suspensión de la decisión que aprobaba los balances del año anterior, por lo que mal podrían causarles perjuicio a los actores y mal podrían ser objeto de un proceso de declaración de nulidad. Concluyó en que al no haberse incumplido normas aplicables y al no existir perjuicio derivado de una decisión que aún no había nacido, las decisiones cuestionadas resultan válidas. Con respecto a la aprobación de los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado el 30.06.2007, alegó que no existía artículo en toda la LSC, como así tampoco norma alguna emanada de la Inspección General de Justicia (IGJ) que obligara a realizar auditorías en las S.R.L. como la aquí exigida por el accionante. Enfatizó en el hecho de que el informe del auditor únicamente es requerido en el caso de las sociedades anónimas (S.A.) y aquellas sociedades de responsabilidad limitada (S.R.L.) encuadradas dentro del artículo 299 de la LSC –sociedades con un capital social superior a $ 10.000.000– cuyo volumen de operaciones justifica las erogaciones necesarias para la realización de auditorías, lo cual no ocurría en la especie. Aseveró que la Resolución Técnica N° 7 citada por su contraparte no establecía en forma alguna que las sociedades se encontrasen obligadas a realizar auditorías, sino que únicamente fijaba los requisitos técnicos a los que debían atenerse los contadores públicos que desempeñasen tareas de auditoría. Expresó, por otro lado, que para casos como el presente, la ley disponía que debían colocarse a disposición de los accionistas con quince (15) días de anticipación los estados contables, período durante el cual los socios podían pedir todas las aclaraciones que estimasen pertinentes. Agregó que el balance ahora cuestionado fue elaborado en la misma forma en que habían sido históricamente preparados los anteriores balances, todos ellos de conformidad con la normativa aplicable en la materia, habiendo sido aprobados en reiteradas oportunidades en dichas condiciones. Afirmó, por otra parte, que el accionante no había detectado o exteriorizado irregularidad alguna en las cuentas o en la exposición del balance de marras. Por otro lado, en torno a la decisión que aprobó la determinación del número y la elección de los gerentes, afirmó que fue correcto negar la aplicación del voto acumulativo, toda vez que no existía norma, doctrina o jurisprudencia alguna que estableciese que el presupuesto fijado en el artículo 263 LSC resultara de aplicación a las S.R.L. Sostuvo que no podía extenderse por analogía a las sociedades de responsabilidad limitada (S.R.L.) la aplicación del régimen de las sociedades anónimas (S.A.) para el nombramiento y remoción de gerentes, cuando este supuesto no había sido previsto expresamente en la citada ley. Agregó, a todo evento, que de todos modos los actores no poseían la cantidad de votos necesarios para designar un gerente a través del sistema de voto acumulativo, razón por la cual consideró que la nulidad intentada no podía prosperar. 3) Abierta que fue la causa a prueba se produjo la que surge del certificado obrante a fs. 467. La parte actora presentó su alegato en fs. 489/494, mientras que la demandada no ejerció ese derecho. II. La sentencia apelada. En la sentencia de fs. 499/507 el a quo señaló que el caso guardaba similitud con las cuestiones debatidas en los autos "Leston Manuel c. Incat S.R.L. s/ordinario" (Expte. N° 087422), aunque ceñidas a la reunión de socios realizada el 7 de noviembre de 2007, destacando que en esas actuaciones esta Sala decidió rechazar íntegramente la demanda de nulidad promovida. Con respecto a la ausencia de un informe de auditoría en los estados contables, el a quo juzgó que ese informe no resultaba exigible para la demandada, puesto que se trataba de una sociedad de responsabilidad limitada, no incluida dentro de los supuestos previstos en el art. 299 de la ley 19.550 y que, por lo tanto, el único requisito exigible para sus balances era que los mismos expresaran con veracidad y exactitud la situación financiera del ente a la fecha de su realización. Señaló que no existe ninguna norma o resolución que establezca para las sociedades de responsabilidad limitada la obligación de presentar los balances junto con un informe de auditoría y agregó que la sociedad puso a disposición de los accionantes toda la información que le requirieron antes, durante y después de la reunión de socios cuestionada. En ese marco, desestimó la impugnación de la resolución que tuvo por aprobados los estados contables de la sociedad cerrados al año 2007 (pto. N° 2 del orden del día). En cuanto a la falta de aprobación de los estados contables anteriores (2006), consideró que ese impedimento carecía de relevancia, toda vez que este Tribunal ya había rechazado íntegramente la acción de impugnación donde se intentó la declaración de nulidad de la decisión que aprobó los mismos. Asimismo, juzgó que la decisión de acumular ganancias del ejercicio, condicionada al levantamiento de la medida cautelar trabada en el juicio anterior, no infringía disposición legal alguna. Por último, consideró que el ejercicio del voto acumulativo previsto en el art. 263 de la ley 19.550 no es de aplicación para la sociedad de responsabilidad limitada, por lo que rechazó la impugnación efectuada por los actores respecto del punto N° 4 del orden del día. Con base en esos fundamentos, rechazó íntegramente la demanda interpuesta por Baltasar Canal y Manuel Leston contra INCAT S.R.L., con costas a los actores (art. 68 CPCCN). III. Los agravios. Contra la sentencia de primera instancia se alzaron los accionantes (fs. 510), quienes fundaron su recurso a través del memorial de fs. 526/541, que fue contestado por la parte demandada en fs. 577/586. 1) En primer lugar, se agravian de que el a quo considerara que no resulta exigible para las sociedades de responsabilidad limitada, que sus estados contables estén acompañados de un informe de auditoría y certificación contable de contador matriculado. Sostienen que aún cuando la ley de sociedades no incorpora en forma específica la confección de informes de auditoría, la necesidad de contar con un dictamen emitido por profesional independiente sobre la veracidad de los estados contables surge de lo dispuesto por el art. 294, inc. 5° de la LS, que debe aplicarse analógicamente al caso. Invocan que la omisión de la ley 19.550 de requerir informe de auditoría no autoriza a prescindir del mismo, por cuanto la Resolución Técnica N° 7 de la Federación Argentina de Colegios Profesionales de Ciencias Económicas, que reglamenta las normas de auditoría, resulta posterior a la sanción de la ley de sociedades. Precisan que la obligatoriedad de la incorporación de tales dictámenes a los estados contables de sociedades de cualquier tipo se deriva de los principios rectores del ordenamiento jurídico societario. Sostienen que debe realizarse un análisis integral de toda la legislación vigente y sus reales fundamentos para determinar si en el caso concreto corresponde que la sociedad someta sus balances, aunque sea, al más mínimo orden y control. Aducen que la importancia económica y volumen de operaciones de la sociedad justifican la realización del informe de auditoría y se queja de que el sentenciante omitiera considerar y estudiar el caso concreto. Por otro lado, manifiestan que los estados contables no reflejan la real situación económica y financiera de la sociedad y que el a quo no tuvo en cuenta las irregularidades que denunciaron sobre los balances y que la demandada no habría desvirtuado. 2) De otro lado, se agravian de que el a quo considerara que la sociedad les puso a su disposición toda la información que requirieron. Manifiestan que el sentenciante omitió comparar la información solicitada con la brindada por la sociedad, que no respondería a lo requerido. Destacaron que se les negó el acceso a un contrato firmado con YPF y a la información sobre la cantidad de metros cúbicos de gas vendidos y comprados. Alegan que la violación al derecho de información implica la nulidad de la decisión que tuvo por aprobados los estados contables. 3) Asimismo, se quejan de que el a quo no advirtiera irregularidad alguna en la decisión de acumular ganancias del ejercicio, condicionada al levantamiento de la medida cautelar trabada en el juicio anterior y de que entendiera que ello no infringió norma legal alguna. Sostienen que al momento de realizarse la reunión de socios impugnada se violó una medida cautelar decretada por la justicia, lo que – a su entender- convierte a la reunión y su convocatoria en nula de nulidad absoluta. Agregan que los socios reconocieron que estando suspendida la aprobación de los estados contables inmediatamente previos, no podían distribuirse dividendos y alegan que la aprobación "suspensiva" de decisiones sociales no está permitida por norma alguna. 4) Por último, se agravian de que el a quo juzgara que el ejercicio del voto acumulativo previsto en el art. 263 de la ley 19.550 no es de aplicación para sociedad de responsabilidad limitada. Señalan que resulta injustificada la designación sucesiva e ininterrumpida, desde 2006, de la misma gerente a quien consideran responsable de las irregularidades que denunciaron. Agregan que la nulidad del punto N° 4 del orden del día no solo radica en haberles impedido el ejercicio del voto acumulativo, sino también en la fijación en uno del número de gerentes y en la designación de la Sra. Susana Prada Estévez. Objetan que estas cuestiones no fueron consideradas por el a quo. Alegan que no existe norma alguna que impida aplicar supletoriamente a las S.R.L. el régimen de elección de administradores previsto en el artículo 263 LSC, agregando que existen numerosas disposiciones de las S.R.L. que remiten a la aplicación supletoria de normas de las sociedades anónimas. Agregan, asimismo, que ninguno de los argumentos esgrimidos por los restantes socios para negarles el ejercicio de ese derecho se sustentan en norma jurídica alguna, señalando, además, que la tesis expuesta por su parte se encontraba amparada en numerosa doctrina y jurisprudencia. Afirman, para finalizar este reproche, que toda vez que la sociedad había sido notificada del ejercicio del voto acumulativo por parte de uno de los socios, resultaba improcedente la reducción del número de integrantes del directorio, toda vez que de esa forma se frustraba la posibilidad de los socios minoritarios de ingresar a la gerencia. IV. La solución propuesta. Vistos los agravios vertidos por los accionantes, el thema decidendum se centra en determinar si corresponde, o no, decretar la nulidad de las decisiones adoptadas al tratarse los puntos 2°, 3° y 4° del orden del día de la reunión de socios de la sociedad "Incat S.R.L." celebrada el día 07.11.2007. Liminarmente, debe señalarse que el caso que nos ocupa guarda similitud con las cuestiones debatidas en los autos "Leston Manuel c. Incat S.R.L s/ordinario" (expte. N° 087.422) y sobre las que esta Sala ya se ha expedido con fecha 18.11.2010, con el voto preopinante del Dr. Kölliker Frers y al que adherimos los demás integrantes del Tribunal. Ello sentado, debe señalarse que en la especie no se encuentra controvertido que en la reunión de socios de la sociedad "Incat S.R.L." celebrada el día 07.11.2007, se tomaron las decisiones que ya fueron referidas en el relato de los hechos a las que cabe remitirse y con las mayorías que también ya fueron señaladas. Así las cosas, corresponde entrar en el análisis de los agravios expresados por los recurrentes siguiendo el orden de los puntos del orden del día abordados y que condujeron a las decisiones sociales impugnadas. 1) La aprobación de los estados contables del ejercicio finalizado el 30.06.2007 (pto. N° 2 del orden del día). a) Con respecto al primer agravio traído por los recurrentes, relativo a la falta de un informe de auditoría en los balances de la sociedad, este Tribunal, en el precedente citado supra expuso fundamentos que cabe reiterar por ser aplicables también en el sub lite. En efecto, el artículo 43 del Código de Comercio dispone que todo comerciante está obligado a llevar cuenta y razón de sus operaciones y a tener una contabilidad mercantil organizada sobre una base contable uniforme, de la que resulte un cuadro verídico de sus negocios y una justificación clara de todos y cada uno de los actos susceptibles de registración, agregando que las constancias contables deben complementarse con la documentación respectiva. Asimismo, es menester referir que esta obligación resulta indudablemente extendida a todas las sociedades comerciales (conf. Cabanellas de las Cuevas, Guillermo; "Derecho Societario"; T.7, Ed. Heliasta, Buenos Aires 1999, pág. 36). Por otro lado, cabe señalar que el balance general representa un estado contable periódico formulado de manera sistemática, según normas generalmente aceptadas, que expresa la situación patrimonial de la sociedad en un momento dado, exponiendo sistemáticamente y en forma grupal el activo, pasivo y patrimonio neto (conf. Verón, Anibal Víctor; "Sociedades Comerciales"; T.1, Ed. Astrea, Buenos Aires 1998, pág. 482). La función del balance de ejercicio es señalar los cambios patrimoniales producidos en el mismo y responde especialmente a la valoración del patrimonio actual, no encaminado a un resultado consuntivo sino a la determinación de la rentabilidad constante de la empresa (conf. Verón, Anibal Víctor; "Sociedades..."; obra supra citada, pág. 533). Las disposiciones legales aplicables a los balances de las sociedades se encuentran dispersas tanto en el Código de Comercio como en la LSC. Se ha dicho que, la contabilidad o teneduría de libros es "la disciplina que, basada en una fundamentación propia, se ocupa de la clasificación, el registro, la presentación y la interpretación de los datos relativos a los actos y hechos de la administración de empresas y otros entes o por sectores interesados ajenos a ellos" y que comprende los elementos de organización, control, guarda o conservación, exposición y análisis. De ahí que, la teneduría de libros es fundamental para el comerciante, no sólo por constituir una prueba de sus operaciones, sino porque revela el estado de sus negocios, lo cual interesa al comerciante, a quienes contratan con él y a la sociedad en general (véase: Roitman H. "Ley de Sociedades Comerciales", T. II, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006, págs. 2/3 y sus citas). Ahora bien, el Código de Comercio –cuyas disposiciones son de aplicación para todas las personas, físicas o jurídicas, que realicen actos de comercio- establece meros principios orientadores, sin hacer precisiones sobre el método a seguirse en la contabilidad, limitándose a decir que el mismo debe ser uniforme. En efecto, se reitera, el Código de Comercio exige llevar una contabilidad mercantil organizada sobre una base contable uniforme y verídica de los negocios, con la debida justificación de cada acto (arts. 33 y 43 C.Ccio.), de modo que, sus disposiciones se pueden sistematizar en los siguientes principios fundamentales: claridad, veracidad y exactitud, continuidad y uniformidad. También son de aplicación a los libros sociales los mismos principios que los libros de comercio, es decir que deben llevarse conforme a lo dispuesto por los arts. 53 y ss. C.Ccio., deben cumplir con las formalidades extrínsecas: encuadernación, foliatura, inscripción registral (art. 53 C.Ccio.) y formalidades intrínsecas: orden progresivo, no hacer raspaduras, no dejar huecos ni blancos, no realizar enmiendas, tachaduras, mutilaciones y alteraciones, tener en cuenta la delegación de la registración y el idioma (arts. 52, 62 y 66 C.Ccio.). De ahí que, según estos principios, que son imperativos para el ejercicio profesional, los estados financieros de una sociedad han de contener toda información y discriminación básica y adicional que sea necesaria para una adecuada interpretación de la situación financiera y de los resultados económicos del ente (véase: Roitman H. ob. cit., T. II, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006, págs. 9/11 y sus citas). En el ámbito societario, la LSC regula el sistema de estados contables e información complementaria que deben observar las sociedades. En ese marco, debe recordarse que, los estados contables son resúmenes de datos extraídos de los elementos contables de un ente, compilados, ordenados y elaborados sistemáticamente, expresados en términos monetarios, con la finalidad de brindar información; los estados contables cumplen distintas finalidades según quienes los realicen o quienes sean sus destinatarios. Es que, la información de estos estados contables pretende expresar la realidad económica y financiera de la sociedad desde distintos puntos de vista: el patrimonial, la generación de resultados y su posterior destino y el financiero. Ahora bien, la LSC solo fija pautas concretas para los estados contables de aquéllas sociedades cuyos vínculos son más débiles y donde los socios no tienen acceso a una información directa y su participación resulta más restringida. Por tanto respecto de las sociedades de partes de interés o de las SRL que no queden encuadradas en el art. 299 inc. 2° LS, rigen únicamente los principios antes enunciados. De este modo pues, la LS (arts. 63 a 65) impone mayores exigencias respecto de las SRL del art. 299 inc. 2° y de las SA a fin de agilizar las normas mercantiles y garantizar el derecho a la información de los socios en esta clase de sociedades. La Exposición de Motivos explica que el derecho a la información de los socios y en especial de los accionistas "no puede operar sin un régimen coherente, no solo de veracidad, sino de objetividad de los datos que se proporcionen, pues de esa manera se logra que el socio tenga acceso a conocer la situación patrimonial de la sociedad en sus aspectos estáticos y dinámicos (véase: Roitman H. ob. cit., T. II, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006, págs. 25/27 y sus citas.). También debe señalarse que según la metodología adoptada por la LSC, que no incluye reglas generales aplicables a todos los tipos societarios en materia contable, en principio, serán los administradores quienes deberán preparar y suscribir el balance, no obstante lo cual en las sociedades que cuenten con sindicatura o consejo de vigilancia, estos órganos dictaminan sobre el balance (conf. Cabanellas de las Cuevas, Guillermo; "Derecho...", obra supra citada pág. 233/4). Así pues, las normas de la LSC en materia de contenido del balance general, del estado de resultados, de las notas complementarias y de la memoria de los administradores contenidas en los arts. 63 a 65 de la LSC, se aplican solamente a las sociedades por acciones y a las sociedades de responsabilidad limitada cuyo activo llegue al valor previsto en el artículo 299, inc. 2 de la LSC y no al resto de las sociedades, por lo cual en la especie no son exigibles cabalmente esas pautas, toda vez que si bien la demandada es una sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.) no se encuentra dentro las reguladas por el artículo 299 antes citado. En esa línea de interpretación, si la sociedad de responsabilidad limitada ha alcanzado el límite establecido por el artículo 299, inc. 2 de la LSC deberá presentar los estados contables anuales en la forma dispuesta por los artículos 63 a 66 de dicho cuerpo normativo, en cambio, en las sociedades que no se encuentren comprendidas en este supuesto especial, los gerentes podrán exponer sus balances cumpliendo solamente con las normas técnicas que la ciencia contable aconseje, sin la sujeción a las estrictas pautas que establece la ley en forma obligatoria para la confección de los estados contables de las sociedades por acciones y a las de responsabilidad incluidas dentro del artículo 299 LSC. (conf. Vanasco, Carlos Augusto; "Sociedades Comerciales"; T. 2, Ed. Astrea, Buenos Aires 2006, pág. 177). En conclusión, al tratarse la sociedad demandada de una sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.) no alcanzada por el artículo 299 LSC, el único requisito del balance es que éste exprese con veracidad y exactitud la situación financiera del ente a la fecha de su realización, lo que implica el cumplimiento de las reglas de la técnica contable en cuanto a la manera en que los registros contables y los balances elaborados con base en ellos, deben reflejar la realidad patrimonial. Ahora bien, tanto la legislación societaria como la comercial a la que aquélla hace referencia, se limitan a sentar ciertas reglas básicas respecto de la confección de balances, formando así un marco en el que la reglamentación de la actividad contable queda normada por los principios y requisitos técnico- profesionales (conf. Cabanellas de las Cuevas, Guillermo; "Derecho...", obra supra citada pág. 258). Por otro lado, cabe destacar que la Inspección General de Justicia (IGJ) establece que los estados contables a ser presentados ante esa Inspección deben ser dictaminados por un contador público matriculado, pero únicamente para el caso de las sociedades por acciones. De igual forma, la Comisión Nacional de Valores (CNV) prevé similar requisito, pero limitándolo también únicamente a las sociedades por acciones. De otro lado, tampoco existe ninguna norma o resolución que establezca para el tipo de sociedades como la que nos ocupa (SRL) la obligación de que el balance deba ser presentado juntamente con un dictamen de auditoría. Dicha circunstancia se fundamenta en el hecho de que en este tipo de sociedades – sociedades cerradas– los socios tienen una participación intensa en la dirección efectiva de la sociedad y tienen amplias posibilidades de obtener información de los administradores efectivos de la sociedad en virtud del control real que tales socios tienen en el manejo de la sociedad; en tal contexto, se entiende que la imposición de requisitos contables tiene una menor importancia para asegurar la efectiva información de los socios (conf. Cabanellas de las Cuevas, Guillermo; "Derecho..."; obra supra citada pág. 262). Bajo este orden de ideas, además de los fundamentos hasta aquí expuestos, expresados en el fallo dictado por esta Sala ya referido, debe hacerse hincapié en que el ejercicio directo y efectivo del derecho de información o más bien, de control, que está reconocido de manera general en el art. 55 de la LSC, está vedado en las sociedades por acciones -salvo el supuesto del último párrafo del artículo 284- y también en las sociedades de responsabilidad limitada incluidas en el segundo párrafo del artículo 158. Sin embargo, con respecto al resto de las sociedades (reconocidas como sociedades de interés), entre las que se encuentran las sociedades de responsabilidad limitada no incluidas en el inc. 2° del artículo 299 LSC –como la del caso-, se autoriza un derecho al control individual por parte de cada socio (derecho de comunicación de los socios) que abarca el examen de los libros y papeles sociales, pudiendo recabar del administrador los informes que estimen pertinentes, con el solo límite de la buena fe en su ejercicio. Este examen individual no sólo comprende los libros contables obligatorios, sino también los auxiliares (rubricados o no) que integran el sistema contable de la empresa juntamente con las fichas, planillas, correspondencia, contratos, extractos bancarios y todo comprobante que permita establecer una relación armónica de la operativa comercial, extendiéndose en forma amplia a los registros de stocks. Asimismo, el carácter personal del ejercicio del derecho de control, no obsta a que el socio interesado designe peritos para que compulsen los libros y documentación pertinente (conf. Verón, Anibal Víctor; "Sociedades Comerciales"; T.1, Ed. Astrea, Buenos Aires 1998, págs. 403/406). En este mismo sentido se ha dicho que, según aquélla disposición (art. 55 LSC), todos y cada uno de los socios pueden examinar los papeles y libros sociales cuando lo estimen conveniente y requerir, también en cualquier momento, los informes que consideren necesarios de los gerentes, con el fin de conocer la marcha de los negocios y el estado económico financiero de la sociedad, siempre que sus intervenciones o requerimientos no sean abusivos y no se erijan en un obstáculo para la marcha de la administración. Al acceder a los libros y papeles sociales, los socios pueden hacerse asesorar, a su costa, por profesionales particulares y requerir la entrega de copias de documentos (conf. Vanasco, Carlos Augusto; "Sociedades Comerciales"; T. 2, Ed. Astrea, Buenos Aires 2006, pág. 209). Es esta facultad de control amplio que tienen los socios de las sociedades de partes de interés, -en el caso de responsabilidad limitada no incluida en el inc. 2° del artículo 299 LSC-, la razón que justifica la ausencia del requisito de dictamen de auditoría en sus balances que, por el contrario, sí resulta exigible en las sociedades por acciones (art. 5, Res. IGJ 12/86 y pto. 8.1.6 de las Normas de la Comisión Nacional de Valores), donde los socios no tienen acceso a una información directa y su participación resulta más restringida. Por lo tanto, -ya se ha dicho supra- respecto de las sociedades de partes de interés o de las SRL que no queden encuadradas en el art. 299 inc. 2° LSC rigen únicamente los principios de contabilidad generalmente aceptados (conf. Roitman H. "Ley de Sociedades Comerciales", T. II, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006, págs. 26/27). De ahí que se haya dispuesto que en las sociedades en las que no existen requisitos en la legislación societaria respecto de la formulación de un dictamen contable, la falta de éste no constituye motivo suficiente para invalidar la decisión del órgano que apruebe el balance (conf. CNCom, Sala A, in re: "Leston Manuel c. Incat SRL s/ordinario", del 18.11.2010; Cabanellas de las Cuevas, Guillermo; "Derecho...", obra supra citada pág. 292). Por último, cabe dejar aclarado que la Resolución Técnica N° 7 de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) que el accionante cita en sustento de su posición, únicamente establece una serie de pautas y normas que resultan aplicables a los supuestos de auditoría externa de los estados contables y a los informes y dictámenes que se emitiesen como consecuencia de tal auditoría, pero nada predica acerca de que sea obligación de las sociedades respaldar esos estados contables con informes de auditoría. No puede entenderse entonces que dicha resolución obligue a todas las sociedades a presentar sus balances con un "informe de auditor", sino, simplemente, que en los supuestos en que sea necesaria la realización de ese informe, éste debe ser realizado de conformidad con las previsiones allí fijadas (CNCom, Sala A, in re: "Leston..." supra cit.). En este marco, toda vez que los accionantes sustentaron la nulidad de la decisión tomada por la sociedad respecto del punto N° 2 del orden del día en la falta de un informe de auditoría en los balances del ente, que no resultaba obligatorio, sólo cabe concluir en el rechazo de esa pretensión. b) En cuanto al reproche esgrimido por los accionantes, relativo a que el a quo no tuvo en cuenta las irregularidades denunciadas sobre los balances y que los estados contables no reflejarían la real situación económica y financiera de la sociedad, se aprecia que los óbices que pudieren justificar este aserto no han sido enunciados en el escrito de inicio y, menos aún, probados en el curso del proceso, por lo que, si esas cuestiones no han sido sometidas a la decisión del a quo, no pueden ser materia de agravio en esta instancia. Ello así, toda vez que la Alzada no puede fallar sobre capítulos no propuestos a la decisión del juez de primera instancia, de conformidad con lo dispuesto por el art. 277 del CPCCN. Repárese, en tal sentido, en que únicamente, de la documentación acompañada –véase copia del acta obrante a fs. 176/180- surge que en la reunión de socios del día 07.11.2007 los representantes de los accionantes habrían realizado observaciones sobre la ausencia de registro, en los estados contables, de la cantidad de gas vendido y sobre la facturación y control interno de la empresa y que luego de un intercambio de opiniones, el representante del socio Rubén Álvarez Álvarez manifestó que las preguntas efectuadas por el representante del socio Baltasar Canal serían remitidas a la gerencia para que, en su calidad de administradora, conteste lo pertinente. Sin embargo, esos hechos o el fruto de posteriores comprobaciones, no fueron invocados para sustentar la nulidad pretendida y, a todo evento, se reitera, tampoco se ha producido prueba alguna tendiente a acreditar, siquiera en forma mínima, alguna irregularidad en los estados contables. c) Igual solución cabe aplicar respecto del segundo agravio expresado por los accionantes relativo a una violación de su derecho de información, toda vez, que este extremo tampoco ha sido invocado en el escrito de demandada para fundamentar la nulidad pretendida (art. 277 CPCCN). Debe agregarse que, cuando el a quo señaló que la sociedad puso a disposición de los demandantes la información que requirieron y que en la reunión de socios cuestionada se les exhibió los libros de comercio, no lo hizo en el marco de un análisis acerca de una eventual violación al derecho de información de los accionantes, sino como agregado a los argumentos que expuso sobre la inexigibilidad de dictámenes de auditoría en los balances de las sociedades de responsabilidad limitada, basada en el control real que tienen los socios de ese tipo de sociedades. En este marco, el planteo que ahora traen los recurrentes basado en que la información brindada por la sociedad no respondería a lo requerido, lo que –a entender de los accionistas- sustentaría una violación a su derecho de información, deviene extemporáneo y, en todo caso, tampoco fue materia de la debida sustanciación y prueba. Lo hasta aquí expuesto pues, determina la suerte adversa de los agravios traídos por los accionantes y la confirmación de la sentencia apelada en cuanto rechazó la nulidad pretendida de la decisión social adoptada respecto del punto N° 2 del orden del día de la reunión de socios celebrada el 07.11.2007. 2) Destino del resultado del ejercicio y distribución de dividendos (punto N° 3 del orden del día). En el tercer agravio traído por los demandantes, se reprocha, por un lado, que el sentenciante no advirtiera irregularidad alguna en la decisión de "acumular las ganancias" (rectius: distribuir dividendos del ejercicio, en los términos de lo decidido en la reunión de socios del 07.11.07), decisión condicionada al levantamiento de la medida cautelar trabada en el juicio anterior –véase acta copiada a fs. 176/180- y, por otro lado, que entendiera que ello no infringió norma legal alguna. Debe recordarse que los argumentos de los recurrentes radican en que: a) al momento de realizarse la reunión de socios impugnada se violó una medida cautelar decretada por la justicia, lo que – a su entender- convirtió a la reunión y a su convocatoria en nulas de nulidad absoluta; b) estando suspendida la aprobación de los estados contables inmediatamente previos, no podían distribuirse dividendos y c) la aprobación "suspensiva" de decisiones sociales no está permitida por norma alguna. Ahora bien, con el dictado de la sentencia definitiva recaída en los autos "Leston Manuel c/ Incat S.R.L. s/ ordinario" (Expte. N° 087422), dictada por esta Sala que rechazó las nulidades pretendidas, quedó definitivamente aprobado el balance del ejercicio contable cerrado el día 30/06/2006 de la sociedad y, en consecuencia, se levantaron las medidas cautelares que habían sido trabadas (véase fs. 471). En este marco, actualmente, deviene abstracto el agravio de los recurrentes sobre el punto, por lo que no corresponde entrar en su tratamiento. A todo evento, cabe agregar –coincidiendo con el a quo- que la decisión de distribuir dividendos, condicionada al levantamiento de la medida cautelar que suspendía la aprobación de los estados contables correspondientes al ejercicio económico inmediato anterior (2006), no infringió disposición legal alguna, debiendo agregarse que tampoco se advierte que la decisión tomada bajo esa condición resulte susceptible, prima facie, de generar un perjuicio a los accionantes, cuestión que tampoco se ha introducido concretamente. En consecuencia, sólo cabe concluir en el rechazo de los agravios traídos por los accionantes sobre el punto. 3) Determinación del número y elección de los gerentes por el término de un ejercicio (punto N° 4 del orden del día). A esta altura, debe recordarse que los actores sustentaron la nulidad de la decisión social tomada respecto del punto N° 4 del orden del día en que la sociedad les impidió ejercer el derecho del voto acumulativo y de esta manera les frustró la posibilidad de acceder a la gerencia de la sociedad. En esta instancia se agravian de que el a quo juzgara que el ejercicio del voto acumulativo previsto en el art. 263 de la ley 19.550 no es de aplicación para la sociedad de responsabilidad limitada y que, por lo tanto, rechazara su planteo. En primer lugar, cabe dejar aclarado que no se encuentra controvertido por las partes que los aquí accionantes, los socios Canal y Leston, habían comunicado a la sociedad su intención de hacer uso del derecho a votar acumulativamente para la designación de gerentes. Tampoco se discute que dicha moción fue rechazada por la mayoría de los socios al tratarse el punto respectivo. Sobre el punto ya se ha expedido esta Sala, al considerar cuestiones análogas a las del caso de autos en el expte. N° 087422 referido supra. En efecto, se recuerda, que el voto acumulativo es un sistema de designación de los integrantes del directorio en las sociedades anónimas inspirado en el derecho angloamericano, que se halla basado en una elección de tipo proporcional y que da a los socios minoritarios la posibilidad –no la seguridad- de contar con representantes en el órgano de administración de la sociedad que ocupen hasta un tercio de cargos de ese órgano (conf. Roitman, Horacio; "Ley de Sociedades Comerciales"; T. IV, Ed. La Ley, Buenos Aires 2006, pág. 432). Ahora bien, tal como se desprende del propio texto del art. 263 de la LSC que contempla el punto, así como de su ubicación dentro de la LSC, que el instituto en cuestión solo se halla previsto para las sociedades anónimas (S.A.). En efecto, nótese que no existe norma similar en el articulado que regula el funcionamiento de las sociedades de responsabilidad limitada (S.R.L.), ni tampoco existe remisión alguna a la aplicación supletoria del precepto en cuestión. Es que, el sistema de voto acumulativo que se encuentra previsto en la referida norma establece, en lo que aquí interesa, que los accionistas tienen derecho a elegir hasta un tercio (1/3) de las vacantes a llenar en el directorio por el sistema de voto acumulativo, que el estatuto no puede derogar ese derecho, ni reglamentarlo de manera que dificulte su ejercicio; pero que se excluye esa facultad en el supuesto previsto en el artículo 262 de la ley citada. En ese sentido, es claro por las concretas referencias a "los accionistas" y al "directorio" que la aplicación de la norma se limita al caso de las sociedades anónimas. Máxime, si se repara en que el artículo 157 LSC, que es el que regula el funcionamiento del órgano de administración y representación de las S.R.L. -la gerencia-, dispone que la administración y representación de la sociedad corresponde a uno o más gerentes, socios o no, designados por tiempo determinado o indeterminado en el contrato constitutivo o posteriormente y si bien remite a la aplicación de ciertas normas de las sociedades anónimas (S.A.), lo hace solo con relación a los derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades, cuando torna extensivos a los gerentes de las SRL las obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades de los directores de las sociedades anónimas, pero ninguna referencia se hace en esa remisión a la forma de elección de estos últimos, de modo que constituya un apartamiento a lo previsto en el primer párrafo. Razonable es sostener -entonces- que, en el mencionado contexto, si el legislador hubiese querido garantizar la aplicabilidad del voto acumulativo al tipo societario que aquí nos ocupa, lo hubiese hecho expresamente, tal como lo hizo en los artículos 280 y 289 LSC. En esa línea de ideas, se observa que la remisión genérica efectuada por el artículo 157, tercer párrafo, LSC al régimen de directores de las sociedades anónimas, lo es en cuanto a sus derechos y obligaciones, mas esa remisión no torna aplicable al nombramiento de gerentes, las normas sobre elección por acumulación de votos (véase: Molina Sandoval, Carlos A.; "El Voto Acumulativo en las Sociedades Comerciales"; Ed. Lexis Nexis; Buenos Aires 2007, pág. 91). Sobre la base de lo hasta aquí expresado, estímase correcto concluir en que resultó acertada la decisión del Sr. Juez de grado cuando sostuvo que resultaba improcedente la aplicación del instituto del voto acumulativo para la designación de gerentes en la sociedad "Incat S.R.L.". Alcanzada la premisa precedente, deviene de ello que la reducción a uno (1) del número de gerentes no resulta en colisión con norma alguna de la ley societaria, es más, por el contrario, el citado artículo 157 LSC, específicamente prevé, en lo que aquí nos atañe, que "la administración y representación de la sociedad corresponde a uno o más gerentes...", es decir, que faculta a la sociedad a designar la cantidad de gerentes que estime necesario, contemplando expresamente que puede ser uno solo, aún cuando puedan ser más. Ahora bien, la composición de la gerencia, así como la designación de los sucesivos gerentes se efectúa, siempre, por acuerdo mayoritario de los socios, no implicando ello una modificación del contrato, bastando por ello para esas decisiones una mayoría simple conforme lo dispuesto en el artículo 160 LSC (conf. Roitman, Horacio; "Ley de Sociedades Comerciales"; T. 3, Ed. La Ley; Buenos Aires 2006, pág. 192). En la especie, la fijación en uno (1) del número de gerentes y la designación en dicho cargo de Susana Prada Estévez fue votada favorablemente por el 77,55% de los votos computables, motivo por el cual, no se advierte incumplimiento alguno de la normativa societaria que justifique la declaración de nulidad pretendida. Bajo este orden de ideas, resultando inaplicable a sociedades como la del sub lite –S.R.L.– el sistema de voto acumulativo que la LSC contempla para las sociedades anónimas (S.A.), cabe concluir en el rechazo del agravio de los accionantes y en la confirmación de la sentencia apelada en cuanto desestimó la pretensión de nulidad del punto N° 4 del orden del día de la asamblea general de socios de la sociedad "Incat S.R.L.", celebrada el día 07/11/2007. V. Por todo lo hasta aquí expuesto, propongo a este Acuerdo: Rechazar el recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, confirmar la sentencia apelada en todo lo que fue materia de agravio, con costas de Alzada a los recurrentes vencidos (art. 68 CPCCN). He aquí mi voto. Por análogas razones el Sr. Juez de Cámara Dr. Kölliker Frers adhiere al voto precedente. Y Vistos: Por los fundamentos del Acuerdo precedente, se resuelve rechazar el recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, confirmar la sentencia apelada en todo lo que fue materia de agravio, e imponer las costas de Alzada a los recurrentes vencidos (art. 68 CPCCN). La Señora Juez de Cámara Dra. Isabel Míguez no interviene en la presente resolución por encontrarse en uso de licencia (art. 109 del Reglamento para la Justicia Nacional). — Alfredo A. Kölliker Frers. — María Elsa Uzal.
En Banc September 5, 2017 A.C. No. 11478 Spouses Andre Chambon and Maria Fatima Chambon, Complainants Atty. Christopher S. Ruiz, Respondent Decision Tijam, J.