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Consumo Metabolico
Consumo Metabolico
(RESUMEN)
Junio 2021. Néstor Pereira
Consideraciones generales
Los aportes energéticos al organismo proceden fundamentalmente de la degradación de
los alimentos, a través de los hidratos de carbono (azúcares) y las grasas, empleando
como combustible al oxígeno. Esta es la obtención aeróbica de energía en presencia de
oxígeno. Pero el organismo también puede utilizar mecanismos anaeróbicos para cubrir
las necesidades iniciales de cualquier actividad física.
Cuando el sistema respiratorio no es capaz de abastecer de inmediato a los músculos la
cantidad de oxígeno que estos necesitan, el organismo debe obtener anaeróbicamente
las moléculas de trifostato de adenosina (ATP). A pesar de estas variaciones fisiológicas,
se considera que por término medio de 1 litro de oxígeno se obtienen unas 4,85 kcal al
transformar estos principios inmediatos (5 kcal si son hidratos de carbono y 4,7 si son
grasas).
Metabolismo de trabajo: consumo de energía producido como consecuencia del trabajo,
consistente en la transformación de energía química procedente de los alimentos en
energía mecánica y energía térmica. Además, como consecuencia del ínfimo rendimiento
de las distintas actividades físicas humanas, la fracción mecánica puede ser despreciada,
con lo que se iguala el metabolismo de trabajo al calor metabólico.
El metabolismo, que transforma la energía química de los alimentos en energía mecánica
y en calor, mide el gasto energético muscular. Este gasto energético se expresa
normalmente en unidades de energía y potencia: kilocalorías (kcal), joules (J), y watios
(w). A veces se utiliza los Watios por metro cuadrado (w/m2) en función de las distintas
superficies corporales de cada individuo. Al tratarse de diferencias mínimas, se toma
como superficie corporal estándar 1,8 m2. La equivalencia entre las mismas es la
siguiente:
1 kcal = 4,184 kJ
• 1 kJ = 0,239 kcal
• 1 kcal/h = 1, 161 w
• 1 w = 0,861 kcal/h
• 1 w / m2 = 1,553 kcal / hora (para una superficie corporal estándar de 1,8 m2).
Metabolismo moderado
Trabajo manual utilizando de manera continuada las manos y los brazos; trabajo en las
que se utilicen las extremidades superiores e inferiores, conducción de vehículos grandes
o pesados, utilización de carretillas ó de maquinaria grande ó pesada; trabajo de brazos y
tronco; trabajo de agricultura y jardinería, manipulación de pesos moderados,
desplazamientos a una velocidad de 2,5 a 5,5 km/hora.
Metabolismo elevado
Trabajo intenso con extremidad superior, utilización de brazos y tronco para realizar la
tarea; manipulación manual de materiales pesados o muy duros; utilización maquinaria
pesada, martillo; serrado; segar a mano; manipulación de carretillas muy cargadas,
trabajos pesados de construcción, trabajos manuales pesados en agricultura o jardinería;
desplazamientos a una velocidad de 5,5 a 7 km/hora.
Estas tablas son las más completas. Determinan el consumo metabólico en función de las
diferentes actividades que componen el trabajo o el correspondiente ciclo de trabajo.
Mediante este tipo de tablas se dispone, por separado, de información sobre posturas,
desplazamientos, etc., de forma que la suma del gasto energético que suponen esos
componentes, que en conjunto integran la actividad, es el consumo metabólico de esa
actividad. La tasa metabólica se determina añadiendo a la tasa metabólica basal las tasas
metabólicas asociadas a la postura del cuerpo, al tipo de trabajo y al movimiento del
cuerpo, en relación con la velocidad de trabajo. Es posiblemente el sistema más utilizado
para determinar el consumo metabólico:
Metabolismo basal. Es el consumo de energía de una persona acostada y en reposo.
Representa el gasto energético necesario para mantener las funciones vegetativas
(respiración, circulación, etc.). La tabla 4 muestra su valor en función del sexo y la edad.
Puede tomarse como una buena aproximación, 44 w/ m2 para los hombres y 41 w/m2
para mujeres (corresponden aproximadamente al metabolismo basal de un hombre de 1,7
metros de altura 70 kg de peso y 35 años de edad, y de una mujer de 1,6 metros de
altura, 60 kg de peso, y 35 años).
Componente postural.
Es el consumo de energía que tiene una persona en función de la postura que mantiene
(de pie, sentado, etc.). En la siguiente tabla se muestran los valores que hay que añadir a
la tabla anterior cuando no se realiza la tarea en posición sedente.
Componente del tipo de trabajo. Es el gasto energético que se produce en función del tipo
de trabajo (manual, con un brazo, con el tronco, etc.) y de la intensidad de éste (ligero,
moderado, pesado, etc.) La tabla 6 muestra los valores correspondientes incluyendo el
metabolismo basal. Si quiere hacerse un cálculo personalizado, hay que restar 45 w/m2 a
cualquiera de los valores de la tabla 6 y sumar el consumo metabólico para la persona
determinada, teniendo en cuenta el sexo y la edad, según los valores que se recogen en
la tabla siguiente.
Tanto a la hora de definir un trabajo como al diseñar las medidas preventivas para paliar la
carga física que puede provocar, no hay que olvidar la existencia de importantes
diferencias individuales que hacen variar de manera considerable las capacidades físicas
de los distintos individuos: edad, sexo, constitución física, grado de entrenamiento,
alimentación… Además de otros aspectos referidos a las condiciones de trabajo (calor,
ruido..) que influyen sobre la capacidad física del individuo.
En relación a la fatiga física por consumo energético la prevención debe centrarse en la
organización de los tiempos de trabajo, que consiste en prever tiempos de descanso que
permitan la recuperación del organismo, tanto reduciendo el tiempo total de trabajo como
distribuyendo las pausas de reposo de manera que procuren el descanso necesario para
la recuperación del organismo (disminución del consumo energético).
Lehman y Spiter han propuesto la fórmula siguiente para calcular el tiempo de reposo en
función del consumo energético:
D=((M/4)-1) x 100
D es la duración del reposo en % de la duración del trabajo
M son las Kcal/minuto consumidas en la realización del trabajo
Además, en el establecimiento de las pausas debe considerarse la naturaleza de cada
tarea, ya que en algunos trabajos será necesario implantar numerosas pausas cortas,
mientras que en otros se requerirán pocas pausas pero de larga duración.