Los llamados “sistemas bienestar” tienen su origen en las teorías de Keynes
(economista inglés sus ideas influenciaron a los gobiernos occidentales en las décadas 1930 y 1940) y en la necesidad de intervención del Estado para prevenir y disminuir los efectos sociales (desocupación y subocupación), derivadas de las distintas crisis económicas. Estas teorías aseguraran que la expansión económica se produciría con una economía basada en el consumo masivo por parte de una población activa plenamente ocupada, protegida y mejor paga. John Maynard Keynes Primer barón Keynes (5 de junio de 1883 – 21 de abril de 1946) fue un economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX, cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías y políticas económicas. La principal novedad de su pensamiento radica en plantear que el sistema capitalista no tiende a un equilibrio de pleno empleo de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de forma accidental coincidirá con el pleno empleo. Keynes y sus seguidores de la postguerra destacaron no solo el carácter ascendente de la oferta agregada, en contraposición con la visión clásica, sino además la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos en mercados privados, como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversionistas. La principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública directa en materia de gasto público que permite cubrir la brecha o déficit de la demanda agregada. Está considerado también como uno de los fundadores de la macroeconomía moderna. Rol del Estado y Fines: el Estado Bienestar (Welfare State) es el tipo de Estado que persigue, en el marco de las Instituciones democráticas de gobierno, dos fines básicos.: Garantizar la estabilidad y continuidad de los principios y relaciones capitalistas de producción (reconociendo el derecho de propiedad privada) Promover el Bienestar básico de todos los miembros de población, más allá de su condición social, como derecho y no como beneficencia. El Estado Bienestar lo podemos definir como aquel que se caracterizaba por una serie de Instituciones Públicas que suministran asistencia a los ciudadanos con el objeto de elevar el nivel de vida y disminuir la desigualdad. Surgió en el siglo XIX para dar respuestas a las demandas económicas y sociales. Del abstencionismo del Estado pasamos a la intervención para mejorar la calidad de vida. No consistía en romper con el capitalismo sino introducir reformas. ¿En qué aspectos? Producción de bienes en economía. En gastos públicos. En política fiscal. En planificación de la inversión. En generar empleos. Proteger derechos derivados de las necesidades básicas (salud, educación vivienda y seguridad) ¿Cómo se reconoce? un Salario Directo (por el contrato al empleado que paga al empresario) Un Salario Indirecto (pensiones, subsidios, asignaciones familiares, provisión de bienes, programas alimentarios) distribuido por el Estado. Impacto Estado Bienestar: implicó una serie de transformaciones en las funciones del Estado Moderno y del tamaño del aparato administrativo. En efecto con las políticas Keynesianas y de bienestar del Estado suma sus funciones tradicionales (orden, defensa, justicia y educación) otras nuevas (protección social, promoción del crecimiento con equidad, estímulo al desarrollo). Algunas naciones fomentaron el cierre de los mercados nacionales a los productos externos y promovieron un proceso de industrialización acelerado destinado a sustituir las manufacturas, que hasta entonces importaban por productos de origen local. En este escenario internacional, el Estado bienestar condujo a la etapa más próspera del capitalismo, tanto en materia de producción como en la mejora de las condiciones de vida material de la población y en el modelo de sociedad deseable. Así durante ese ciclo se acuñaron distintas fórmulas y expresiones bastantes descriptivas de las ideas influyentes en la elite política, empresarial e intelectual, tales como: “consenso social demócrata,”, “pleno empleo y producción”, “compromiso de clases” y “capitalismo humanizado”. Sin embargo, hacia principios de la década de 1970 las políticas keynesianas revelaron cierto agotamiento que derivó en una crisis de características hasta entonces desconocidas: bajos índices de productividad, altas tasas de desempleo e importantes niveles de inestabilidad de precios (inflación). Neoliberalismo: como respuesta a los problemas generados tras esta crisis del Estado Bienestar, surgieron una serie de ideas, llamadas en términos generales NEOLIBERALISMO: doctrina que propone el regreso de las ideas clásicas liberales donde se dejen libradas las fuerzas del mercado pero que se deje una mínima intervención del Estado. Según el Neoliberalismo el tamaño del Estado debía estar acorde con los recursos impositivos para sostenerlos. Debía disminuir los impuestos a los capitales y rentas, las grandes empresas públicas, prestadoras de servicios y generadoras de pérdidas, resultaban una carga y por lo tanto tenían que ser privatizas, los gastos sociales debían ser controlados y orientados exclusivamente a los pobres, y el poder desmesurado de los sindicatos debía ser recortado para mejorar la competitividad de la economía y estimular nuevamente la inversión del capital. En pocas palabras el Neoliberalismo implica una severa revisión de las políticas propias del Estado de bienestar, tanto en términos de tamaño de su aparato administrativo como una de las nuevas funciones por éste asumidas. En éste sentido el Neoliberalismo plantea la renuncia o abandono directo de las tareas estatales asociadas al Keynesianismo un reforzamiento de los deberes tradicionales del Estado, garantiza orden y seguridad, capacidad de defensa externa y administración y justicia, prácticamente el retorno a los postulados básicos del mercado autorregulado propios del liberalismo clásico.