Professional Documents
Culture Documents
Sesión 8 Seres Autonomos
Sesión 8 Seres Autonomos
Cuando yo hago responsable a otras personas de lo que siento, también les estoy
dando poder sobre mí, sobre mis EMOCIONES.
Frases como:
“Si te comes este plato de ensalada, Mamá se pondrá feliz”
¿No puedes estarte quieto? “Me pones nervioso”
“El abuelo está triste porque no lo has saludado”
Si tú estás feliz, yo estoy feliz”
¡Que pena me da, que te vean así vestido!
Estas frases nos indican que alguien más tiene el poder sobre mi vida, y a
nuestros hijos les damos un doble mensaje: Que su conducta puede cambiar la
conducta de otro y esto, a la larga, puede generar frustración y/o desilusión.
Por otra parte, también genera poca responsabilidad de nuestros actos ¡no es el
otro, el que ha de cambiar su conducta para que yo me sienta bien!
¿Y si cada quién se ocupa de lo que le corresponde?
“Cuando pedimos a nuestros hijos que hagan su cama, es muy importante
asegurarnos de haber hecho primero la nuestra”
Educar desde la congruencia es el primer paso para el logro de la autonomía, este
elemento con el que todos los padres soñamos, que nuestros hijos se hagan cargo
de sus actividades, de sus emociones, de sus acciones, empieza con mi SER
PADRE/ MADRE AUTÓNOMO.
¿O sea que no es PORQUE LO DIGO YO? ¡Como decía mi madre!
NO, es PORQUE LO HACES TÚ, entonces, tus hijos lo harán también, desde su
nivel de maduración, desde su nivel de consciencia y responsabilidad.
La práctica de la atención plena de ningún modo, implica vigilar al otro, ni del
maestro al discípulo, ni del padre al niño. Implica compartir lo que uno practica e
invitar a que el otro lo haga y cada cual decide en qué medida ha de hacerlo.
PRACTICA
Entrada y salida.
Nos pondremos de pie en círculo todos y por turnos diremos algo en lo que
estemos pensando en ese instante.
Dibuja:
En el siguiente espacio en blanco, deja que un garabato salga de ti, aquello que
surja, sin anticiparlo o recordarlo, únicamente, lo que hay…
------
LLÉVATE A CASA:
Durante esta semana, proponte meditar 10 minutos diario, date el tiempo para
hacerlo. Escoge tu espacio y tu momento. Si comienzas a hacerlo parte de tu vida,
es más probable que tu hijo (a) lo haga también.