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Farmacología Del Dolor: Dr. Leónides Castellanos Hernández
Farmacología Del Dolor: Dr. Leónides Castellanos Hernández
Son fármacos tanto de origen natural (p. ej., morfina) como sintéticos, que interactúan con receptores opioides específicos para
producir analgesia.
Mecanismo de acción. Los analgésicos opiáceos actúan mediante su acción agonista en los receptores opioides.
La sensación de euforia que producen los opiáceos potentes contribuye a su actividad analgésica, ayudando a reducir la
ansiedad y el estrés asociado al dolor. Este efecto también es responsable del consumo ilegal de estas sustancias.
Vía de administración. Oral, rectal, intravenosa, intramuscular, transdérmica y transmucosa (en forma de pastillas).
La absorción oral es irregular e incompleta, por lo que se necesitan dosis mayores: el 70% se elimina mediante el metabolismo
hepático de primer paso. El fentanilo se comercializa en un sistema transdérmico en forma de parche autoadhesivo, que se
cambia cada 72 h. El fentanilo transdérmico es particularmente útil en pacientes propensos a tener náuseas, sedación o
estreñimiento intenso con morfina. El fentanilo también es útil para el dolor agudo cuando se administra en comprimidos y es
útil en pacientes con insuficiencia renal porque es metabolizado principalmente por el hígado. La morfina es el fármaco de
elección para el dolor nociceptivo intenso.
Indicaciones.
Los opiáceos potentes se utilizan en el dolor moderado o intenso. Frecuentemente se usan en el pre- y postoperatorio en
pacientes con cáncer, infarto de miocardio y edema agudo de pulmón.
Los opiáceos débiles se utilizan para el alivio del dolor, como antitusivos y como antidiarreicos, aprovechándose de lo positivo
de estos «efectos secundarios» de los analgésicos opiáceos.
Contraindicaciones. Los analgésicos opiáceos no deben administrarse a personas con depresión respiratoria aguda, intoxicación
alcohólica aguda o lesiones craneales antes de la evaluación neurológica (ya que pueden afectar al nivel de consciencia del
paciente).
Opiáceos
• La morfina sigue siendo el fármaco más útil para el alivio del dolor intenso, si bien causa náuseas y
vómitos con frecuencia. Es el fármaco de elección para el dolor intenso en cuidados terminales. Es el
tratamiento estándar frente al cual se comparan los demás analgésicos opiáceos.
• La diacetilmorfina (heroína) es dos veces más potente que la morfina, debido a su mayor penetración
de la barrera hematoencefálica. Se metaboliza a 6-acetilmorfina y después a morfina. Provoca
menosnáuseas e hipotensión que la morfina, pero más euforia. Tiene un inicio de acción rápido, por lo
que es útil en el dolor agudo.
• La petidina es más liposoluble que la morfina y posee un inicio de acción rápido y una duración corta,
por lo que es útil en el parto. La petidina es equianalgésica en comparación con la morfina, pero produce
menos estreñimiento. La interacción con los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) es grave, con
fiebre, delirio y convulsiones o depresión respiratoria.
• La buprenorfina posee acciones tanto agonistas como antagonistas en los receptores opioides y puede
precipitar los síntomas de abstinencia en pacientes dependientes a opiáceos. Su duración de acción es más
prolongada que la de la morfina y su liposolubilidad permite la administración sublingual. La
buprenorfina habitualmente se administra en forma de parche a los pacientes que necesiten analgésicos
opiáceos a largo plazo. A diferencia de la mayoría de los analgésicos opiáceos, los efectos de la
buprenorfina solo son antagonizados parcialmente por la naloxona, debido a su alta afinidad por los
receptores opioides.
Opiáceos débiles
• La pentazocina posee acciones tanto de agonista del receptor κ/σ como de antagonista del receptor µ, y
puede precipitar síntomas de abstinencia en pacientes dependientes de otros opiáceos. La pentazocina es
débil por vía oral, pero, por vía parenteral, tiene una potencia intermedia entre morfina y codeína. No se
recomienda su uso por los efectos secundarios de trastornos del pensamiento y alucinaciones, que,
probablemente, se deben a su acción sobre los receptores σ.
• La codeína posee una doceava parte de la potencia analgésica de la morfina, pero habitualmente se
prescribe como analgésico opiáceo débil. La incidencia de náuseas y estreñimiento limita la dosis que
puede usarse, así como la duración del tratamiento. La codeína también se usa por sus efectos antitusivos
y antidiarreicos.
• La dihidrocodeína posee una eficacia analgésica similar a la de la codeína. Puede causar mareos y
estreñimiento.
• El dextropropoxifeno posee una eficacia analgésica que es aproximadamente la mitad que la de la
codeína (es decir, muy discreta) y, por tanto, se combina a menudo con ácido acetilsalicílico
o con paracetamol. Estas mezclas pueden ser peligrosas en caso de sobredosis, ya que el
dextropropoxifeno puede causar depresión respiratoria e insuficiencia cardíaca aguda, mientras que el
paracetamol es hepatotóxico.
Tolerancia
En los opioides se refiere a una disminución en la efectividad aparente del agonista opioide con administración agonista continua o
repetida (durante días a semanas), que, después de la eliminación del agonista, desaparece durante varias semanas. Esta tolerancia se
refleja en una reducción en el efecto máximo alcanzable o un cambio en la curva de dosis-respuesta.
El mecanismo de desarrollo de la tolerancia a los opioides y la dependencia física es poco conocida, pero la activación persistente de los
receptores μ, como ocurre con el tratamiento del dolor crónico grave, parece desempeñar un papel principal en su inducción
y mantenimiento. Los conceptos actuales se han alejado de la tolerancia impulsada por una simple regulación al alza del sistema
monofosfato de adenosina cíclico (cAMP). Una segunda hipótesis para el desarrollo de la tolerancia y dependencia de opioides se basa en
el concepto de reciclaje de receptores. Otra teoría se basa el concepto de desacoplamiento de receptores: una disfunción de las
interacciones estructurales entre el receptor μ y las proteínas G, los sistemas de segundo mensajero y sus canales iónicos blanco.
Dependencia
Estado de adaptación manifestado por un síndrome de abstinencia que se produce al interrumpir la exposición al fármaco (p. ej., debido a
la abstinencia del fármaco) o la administración de un antagonista (p. ej., naloxona). La dependencia es específica de la clase del fármaco y
el receptor implicados. A nivel del sistema orgánico, la abstinencia de opioides se manifiesta por un importante flujo somatomotor y
autonómico (que se refleja en agitación, hiperalgesia, hipertermia, hipertensión, diarrea, dilatación pupilar y liberación de prácticamente
todas las hormonas hipofisarias y de la médula suprarrenal) y por síntomas afectivos (disforia, ansiedad y depresión). El estado de
abstinencia es muy aversivo y motiva al receptor del fármaco a realizar grandes esfuerzos para evitar la abstinencia, es decir, a consumir
más de este.
Adicción
Patrón de comportamiento caracterizado por el uso compulsivo de un fármaco. Los efectos positivos y de recompensa de los opioides se
consideran el componente impulsor para iniciar su uso recreativo. Esta propiedad de recompensa positiva está sujeta al desarrollo de la
tolerancia. Dada la naturaleza aversiva de los síntomas de abstinencia, evitar y aliviar los síntomas de abstinencia puede convertirse en la
motivación principal para el consumo compulsivo de fármacos.
Antagonistas opiáceos
naloxona y naltrexona.
Mecanismo de acción. Estos fármacos actúan mediante el
antagonismo específico en los receptores opioides µ, δ y
κ, a los que bloquean más o menos por igual. También
bloquean las acciones de los opioides endógenos, así
como las de los fármacos morfínicos.
La naloxona es un fármaco de acción corta (semivida: 2-4
h), mientras que la naltrexona es de acción prolongada
(semivida: 10 h).
Vía de administración. Intravenosa.
Indicaciones. Los antagonistas opiáceos se administran
para revertir con rapidez la analgesia y la depresión
respiratoria inducidas por opiáceos, principalmente
después de una sobredosis, o para mejorar la respiración
en recién nacidos afectados por los opiáceos
administrados a la madre.
Efectos adversos. Precipitación del síndrome de
abstinencia en pacientes condependencia física a
opiáceos.
Antiinflamatorios no
esteroideos
Inflamación
Cambios como respuesta a una lesión o daño que sufre un tejido, con dolor, rubor, calor, tumefacción y
pérdida de la función. Esos cambios se producen como consecuencia de la dilatación de los vasos
sanguíneos locales, lo que aumenta la permeabilidad y la capacidad de recibir más leucocitos. En
consecuencia, las células inflamatorias se acumulan en el lugar de la lesión. Las células principales que
se ven en una respuesta inflamatoria aguda son neutrófilos y macrófagos, aunque también se pueden
acumular linfocitos, basófilos y eosinófilos, dependiendo de la agresión.
Las respuestas inflamatorias se producen y controlan por la interacción de una amplia variedad de
mediadores de la inflamación, algunos de los cuales derivan de los leucocitos, y otros, de los tejidos
dañados. Algunos ejemplos de estos mediadores son los siguientes:
• Histamina.
• Cininas (bradicinina).
• Neuropéptidos (sustancia P, péptido relacionado con el gen de la calcitonina).
• Citocinas (p. ej., interleucinas [IL]).
• Metabolitos del ácido araquidónico (eicosanoides).
Metabolitos del ácido araquidónico: eicosanoides
Los principales fármacos utilizados por sus efectos antiinflamatorios de amplio espectro son:
• Fármacos antiinflamatorios no esteroideos.
• Fármacos antiinflamatorios esteroideos (glucocorticoides).
Mecanismo de acción. La acción principal de todos los AINE es la inhibición de la enzima ciclooxigenasa.
Esta enzima está involucrada en el metabolismo del ácido araquidónico para formar prostanoides, es
decir, las prostaglandinas clásicas, la prostaciclina y el tromboxano A2. La inhibición de la ciclooxigenasa
se produce por varios mecanismos:
• Inhibición irreversible: el ácido acetilsalicílico acetila el lugar activo.
• Inhibición competitiva: el ibuprofeno actúa como sustrato competitivo.
• Inhibición reversible no competitiva: el paracetamol atrapa los radicales libres que interfieren con la
producción de las hidroperoxidasas, unas enzimas que parecen ser esenciales para la actividad de la
ciclooxigenasa.
Efectos clínicos. Los AINE actúan inhibiendo la ciclooxigenasa y, por tanto, la síntesis de prostaglandinas,
produciendo tres acciones clínicas principales que podrían resultar beneficiosas: las acciones analgésica,
antiinflamatoria y antipirética.
No todos los AINE poseen estas tres acciones en el mismo grado; por ejemplo, el paracetamol carece de
actividad antiinflamatoria.
Además, el ácido acetilsalicílico posee un intenso efecto inhibidor de la agregación plaquetaria, debido al
descenso de la síntesis de tromboxano. El ácido acetilsalicílico inhibe irreversiblemente la ciclooxigenasa
de las plaquetas y, como las plaquetas no tienen núcleo, son incapaces de volver a sintetizar de nuevo la
enzima, por lo que la inhibición es permanente. Por tanto, el ácido acetilsalicílico se utiliza para la
prevención primaria y secundaria de episodios cardiovasculares y cerebrovasculares.
Indicaciones. Los AINE son muy utilizados en varias afecciones y pueden adquirirse con o sin receta. Se
utilizan en las enfermedades musculoesqueléticas y articulares (esguinces y distensiones, problemas
reumáticos, artritis, gota, etc.), como analgésicos para el alivio del dolor leve o moderado, y para el alivio
sintomático de la fiebre.
Contraindicaciones. Los AINE no deben administrarse a personas con úlceras o hemorragias digestivas, o
con hipersensibilidad conocida a cualquier AINE. Se recomienda cautela en caso de asma o deterioro de la
función renal.
Efectos adversos. Los efectos adversos generalizados de los AINE son frecuentes, en especial en los
ancianos y en usuarios crónicos, y se deben principalmente a la inhibición no selectiva de la COX-1 y la
COX-2
Antiinflamatorios
esteroideos
Fármacos antiinflamatorios esteroideos (glucocorticoides)
Los glucocorticoides (como la cortisona y el cortisol) poseen una acción antiinflamatoria potente que los
hace útiles en varias enfermedades, por ejemplo, la artritis reumatoide, las enfermedades inflamatorias
intestinales, el asma y las afecciones inflamatorias de la piel.
Sus potentes efectos inhibidores generalizados de las respuestas inflamatorias son consecuencia de los
efectos de los corticoides, que alteran la actividad de ciertos genes de respuesta a corticoides.
• La acción antiinflamatoria es consecuencia del descenso de la producción de mediadores de la
inflamación aguda, especialmente, de los eicosanoides. Los corticoides impiden la formación del ácido
araquidónico desde los fosfolípidos de la membrana, al inducir la síntesis de un polipéptido llamado
lipocortina. La lipocortina inhibe la fosfolipasa A2, la enzima que normalmente es responsable de la
movilización del ácido araquidónico desde los fosfolípidos de la membrana celular, y, por tanto, inhibe la
formación consecuente, tanto de las prostaglandinas como de los leucotrienos.
• Los corticoides reducen el número y la actividad de las células inmunocompetentes circulantes,
neutrófilos y macrófagos.
• Los corticoides disminuyen la actividad de los macrófagos y fibroblastos involucrados en los estadios
crónicos de la inflamación, con lo que se reduce la inflamación y también la cicatrización.
Otros fármacos utilizados
en el tratamiento del dolor
Metotrexato
Mecanismo de acción. Se desconoce. Forma quelatos con los metales y posee efectos inmunomoduladores,
suprimiendo la producción de inmunoglobulinas (Ig) y sus efectos sobre los inmunocomplejos. La
penicilamina también puede disminuir la síntesis de las IL implicadas en la respuesta inmunitaria
asociada a la artritis reumatoide.
Vía de administración. Oral.
Efectos adversos. Erupción cutánea, proteinuria, ulceraciones, molestias digestivas, fiebre, pérdida
transitoria del gusto y depresión de la médula ósea.
Notas terapéuticas. Igual que para las sales de oro.
Antipalúdicos
cloroquina e hidroxicloroquina.
Mecanismo de acción. Se desconoce el mecanismo de acción de los antipalúdicos. Interfieren con una amplia
variedad de funciones leucocitarias, como la producción de IL-1 por los macrófagos, las respuestas
linfoproliferativas y las respuestas citotóxicas de los linfocitos T.
Vía de administración. Oral.
Efectos adversos. En las dosis bajas que se recomiendan actualmente como antipalúdicos, la toxicidad es
poco frecuente. El efecto adverso principal es la toxicidad en la retina.
Notas terapéuticas. Se debe vigilar la visión de las personas que reciben antipalúdicos.
Sulfasalazina
Mecanismo de acción. Se degrada en el intestino en sus dos moléculas componentes, 5-aminosalicilato (5-
ASA) y sulfapiridina. La estructura 5-ASA parece ser un eliminador de radicales libres y es responsable de
la mayor parte de los efectos antirreumáticos de este fármaco.
Vía de administración. Oral.
Efectos adversos. Se deben, principalmente, a la sulfapiridina y son frecuentes, pero en pocas ocasiones
graves. Son los siguientes: náuseas, vómitos, cefalea y erupción cutánea. En pocas ocasiones se han
descrito discrasias sanguíneas y oligospermia.
Notas terapéuticas. Se deben vigilar los recuentos sanguíneos.
Inhibidores de las citocinas
Los inhibidores de las citocinas también parecen retrasar la destrucción articular causada por la artritis
reumatoide. Normalmente se utilizan para la artritis reumatoide muy activa en pacientes que no
responden al menos a dos FARME estándar. Las citocinas proinflamatorias más importantes son el
factor de necrosis tumoral (TNF)-α y la IL-1. Su función proinflamatoria en enfermedades como la artritis
reumatoide puede reducirse mediante inhibidores de las citocinas.
Anticuerpos monoclonales
etanercept.
Mecanismo de acción. Contiene el componente de unión al ligando del receptor del TNF humano, por tanto,
compite con los receptores del paciente y actúa como una esponja para eliminar la mayoría de las
moléculas del TNF-α desde las articulaciones y la sangre.
Indicaciones. Artritis reumatoide moderada o grave, cuando la respuesta a los FARME no haya sido la
adecuada.
Contraindicaciones. Embarazo, lactancia materna, infecciones graves e insuficiencia cardíaca.
Vía de administración. Inyección subcutánea.
Efectos adversos. Predisposición a infecciones, reagudización de la insuficiencia cardíaca o trastornos
desmielinizantes del SNC, discrasias sanguíneas.
Interacciones. Evitar el uso simultáneo de vacunas vivas.
Notas terapéuticas. Deben vigilarse las infecciones.
Colchicina
Mecanismo de acción. es útil en la artritis gotosa, al inhibir la migración de los leucocitos, por ejemplo, los
neutrófilos, hacia la articulación inflamada; gracias a la unión de la colchicina a la tubulina, el monómero
proteico de los microtúbulos, lo que provoca su despolimerización. El resultado es que se inhibe la mayor
parte de los movimientos del citoesqueleto y, por tanto, la motilidad celular.
La inhibición de la función microtubular implica la inhibición de la formación del huso mitótico,
confiriendo a la colchicina un efecto citotóxico sobre las células en división. Este efecto es responsable
también de los efectos secundarios de la colchicina.
Vía de administración. Oral y, rara vez, intravenosa.
Efectos adversos. Principalmente gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, y se presentan en el
80% de los pacientes. En pocas ocasiones se producen depresión de la médula ósea e insuficiencia renal.
Notas terapéuticas. La colchicina es rápidamente eficaz. Se administra en las primeras 24 h de un ataque y
después durante no más de 7 días. Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios frecuentes.
Micofenolato mofetilo
Mecanismo de acción. Se hidroliza con rapidez a ácido micofenólico, que es el metabolito activo. El ácido
micofenólico es un inhibidor potente, no competitivo y reversible de la inosina monofosfato
deshidrogenasa (IMPDH) y, por tanto, inhibe la ruta crítica de proliferación de los linfocitos T y B. Es
selectivo, ya que las demás células no dependen exclusivamente de esta enzima y, por tanto, pueden
mantener su proliferación rápida.
Indicaciones. Profilaxis del rechazo agudo del trasplante renal, cardíaco o hepático (en combinación con
ciclosporina y corticoides).
Contraindicaciones. Embarazo e hipersensibilidad al fármaco.
Vía de administración. Oral e intravenosa.
Efectos adversos. Supresión de la médula ósea, que puede provocar leucopenia, trombocitopenia y, en
ocasiones, anemia. Puede aumentar la susceptibilidad a las infecciones (a menudo, por patógenos
oportunistas) y a ciertos cánceres (linfomas). Problemas digestivos, náuseas, vómitos y diarrea. La
alopecia puede ser parcial o completa, pero normalmente es reversible.
Gracias