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En general, la gravedad actúa hacia abajo, hacia el centro de la Tierra. Por lo tanto,
cuando realizamos una postura en la que estamos de pie, como Tadasana (postura
de la montaña), la gravedad actúa sobre nuestro cuerpo y nos "tira" hacia abajo.
Esto significa que necesitamos contrarrestar esa fuerza con una postura adecuada y
una buena alineación para mantenernos erguidos y evitar que nos derrumbemos.
Por ejemplo, en una flexión hacia adelante de pie, la gravedad actúa sobre el torso
y ayuda a llevar el cuerpo hacia abajo. Esto puede aumentar la intensidad de la
postura y estirar los músculos de la parte posterior del cuerpo, como la espalda, las
piernas y los glúteos.
Por otro lado, en una flexión hacia adelante sentado, la gravedad actúa sobre la
cabeza y los hombros, lo que puede ayudar a llevar el torso hacia abajo y aumentar
la intensidad del estiramiento en la parte posterior del cuerpo. Además, la posición
sentada puede ayudar a estabilizar la postura y permitir una mayor concentración
en la respiración y la relajación.
En general, el posicionamiento gravitacional es una consideración importante en la
práctica de yoga, ya que puede afectar la intensidad y la efectividad de las
posturas. Al comprender cómo la gravedad actúa sobre el cuerpo en diferentes
posturas, podemos ajustar nuestra práctica para lograr los resultados deseados y
evitar lesiones.
cómo la gravedad influye en diferentes tipos de asanas:
Flexión hacia atrás: En una flexión hacia atrás, la gravedad ayuda a abrir el
pecho y estirar los músculos de la parte frontal del cuerpo. Al levantar los
brazos o la cabeza, se puede aumentar la intensidad de la postura al
aumentar la resistencia a la gravedad. Al mismo tiempo, es importante
mantener una buena alineación para evitar lesiones en la columna vertebral.
Lateroflexión: En una lateroflexión, la gravedad actúa de manera diferente en
cada lado del cuerpo, ya que se estira uno de los lados mientras se contrae
el otro. Es importante mantener una buena alineación y no forzar la postura
para evitar lesiones. Al igual que en las flexiones hacia atrás, la elevación de
los brazos o la cabeza puede aumentar la intensidad al aumentar la
resistencia a la gravedad.
Torsión: En una torsión, la gravedad actúa para ayudar a girar la columna
vertebral. Es importante mantener una buena alineación y no forzar la
postura para evitar lesiones. En algunos casos, puede ser útil utilizar la
gravedad para aumentar la intensidad de la torsión mediante el uso de
elementos de soporte, como bloques de yoga.
Asanas invertidas: En las asanas invertidas, la gravedad actúa en sentido
contrario a como lo hace normalmente, lo que puede tener muchos
beneficios para la salud, como mejorar la circulación y reducir el estrés. Sin
embargo, también es importante tener en cuenta los riesgos potenciales de
las asanas invertidas, como el aumento de la presión arterial y la tensión en
el cuello. Por esta razón, es importante practicar con precaución y bajo la
supervisión de un instructor calificado.
Además, los grandes maestros del yoga de la antigüedad también eran expertos en
observación y percepción, y podían detectar sutiles cambios en la postura, la
respiración y la energía de una persona. A través de esta observación y su
conocimiento empírico, podían ajustar las prácticas de yoga para satisfacer las
necesidades individuales de cada estudiante.
Algunas de las lesiones más comunes asociadas a la práctica del yoga incluyen:
Una clase de reducción del estrés podría incluir una secuencia de posturas suaves y
relajantes, así como técnicas de respiración y meditación para ayudar a calmar la
mente y el cuerpo. Aquí hay un ejemplo de cómo podría ser una clase de reducción
del estrés: