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ANALES DE DERECHO. Universidad de Murcia, Niimero 11. 1991 IDENTIDAD DEL TRABAJADOR Y COPIA BASICA DEL CONTRATO* SUMARIO.— |. Antecodentes— Il. Planteamiento del problema Signiticado y alcance de la «copia bisica» del contrato. A) Regula. cidn legal, B) El contenido Ue Ia copia bésica— IV. Derechos de informacién de los representantes de os trabajadores e intimidad det trabajador. A) Con uracién del derecho a la intimidad en nuestro Drdenamiento, B) Contenido del conirato y privacidad del trabajador V. Docitina de la sentensia comentada,— VI. Conclusiones 1, ANTECEDENTES 1. El planteamiento fiictico que da pie al litigio resuelto por la sentencia comentada es bien sencillo: los demandantes (el Sindicato de Alimentacién de CC.00. de la Regin de Murcia, y el correspondiente Comité de Empsesa) solicitan que, por parte del empresario demandado, se les entregue una copia bisica del contrato de trabajo (tal y como postula el art. 1.1 de la Ley 2/91 de 7 de enero) y no una mera notificacién (camo prevé el art, 15.4 * Comemasi & ta Sentencia 70/1992, de 5 de febrero, del TS) de Murcia (Sala de lo Social). Con la misma fecha se dict Ys settencia nimero 63, que resuelve un caso idético ¥y cuyos fundamentos juridicos son, asimismo, coincidemes. Ponente en ambas lo fue el Iltmo, S Timénez Fernéndez 298 RESENA JURISPRUDENCIAL ET); asimismo piden que dicha copia incorpore el dato del nombre y apellidos del trabajador titular del contrato, 2. Laempresa demandada, dedicada a la actividad de conservas vegetales, habfa entregado a los representantes legales de Jos trabajadores tna notifi- cacién de los contratos ditimamente celebrados, omitiendo el nombre y apellidos del trabajador titular, considerando que facilitar este extremo atenta al derecho de intimidad. También interesa reseflar que 10s trabajado- res que prestan servicios para la empres# demandada y que estén afectados por la cuestién litigiosa ostentan la condicién de fijos discontinuos' 3. En el acto del juicio, la empresa admitié su obligacién de entregar la copia basica y no una simple notificacién de los contratos realizados, tal y como habia hecho; pero respecto al segundo punto objeto de controversia, esto es, si la copia basica debe o no contener el nombre del trabajador titular del contrato laboral, considers que la inclusién del dato de! nombre Yy apellidos del trabajador en Ia copia bésica atentaréa al derecho de la intimidad consagrado en el art. 18 de nuestra Constituci6n; por el contrario Jos demandantes estiman que tal dato es esencial y no afecta al expresado derecho, debiendo incluirse en el mencionado documento a fin de que pueda cumplir eficazmente su finalidad. 4. Con fecha 17 de jutio de 1991 el Juzgado de lo social n° 4 de los de Murcia dicta sentencia estimatoria de la demanda declarando la obligacién de la empresa de entregar a los representantes de los trabajadores una copia bbasica del contrato, que deberd contener el dato del nombre y apellidos del trabajador titular de dicho contrato, 5. Contra dicha sentencia se interpone recurso de suplicacién por la empresa demandada solicitando: a) Al amparo del art, 190-b de fa L.P.L. la Tevisién de los hechos declarados probados, en el sentido de adicionar un apastado det tenor literal siguiente: «Con carécter previo a la entrega de los Contratos de trabajo en los que se omitié el nombre y apellidos del trabajador, la empresa venfa entregando copia basica de Jos contratos de forma es- ‘quematica y simplificada, pero con inclusién de los datos més importantes 1 En consecuencia, de conformidad con lo dispuesto en el aniculo 12 del RD 2104) 1984, de 21 de noviembre, we] conto. se formalizard siempre por escrito, debiendo re- eistrarse en la Oficina de Empleo carresponiente, y en el mismo deber consar expres ‘mente la nawraleza del contrato, especificindos las actividades empresarales de prestaci6n cielica ointemitente a cuya satisfaccién vaya encaminada la prestacion de servicios». RESENA JURISPRUDENCLAL 299 desde el punto de vista laboral y con indicacién de nombres ¥ apeltidos del trabajador». b) La revocacién de la sentencia, al amparo del art. 190-¢ por errénea interpretacién del art, 1.2° de la Ley 2/1991 en relacién con el art. 18 de Ja Constitucién Espaitola, 6. El recurso es admitido a trémite y resuelto por {a sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, Sala de lo Social. de 5 de febrero de 1982, que constituye el objeto de este comentario y que. al parecer es la primera pronunciada por tal tipo de Grgano jurisdiccional en aplicacion de la Ley 2/1991. En parte es tal valor simbolico el que invita a resaltar el pronunciamiento del Tribunal Superior; con seguridad, dados los oseuros ‘érminos en que qued6 formulada la referida y polémica Ley, habrin de ser bastantes las cuestiones dudosas sobre las que vaya siendo precisa la tarea interpretativa de los Tribunales. II, PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 7. Bl supuesto fiictico contemplado en la presente litis, segtin ha quedado expuesto, gira en tomo a dos cuestiones: la entrega de la copia bisica del contrato de trabajo por parte del empresario a los representantes de los trabajadores y e1 sentido 0 alcance de la llamada «copia basica»; asimismo, se discute si este singular documento debe 0 no contener el nombre de! trabajador titular del contrato Laboral. 8, La Ley 2/1991 de 7 de enero, sobre derechos de informacién de los, representantes de los trabajadores en materia de contratacién, establece en su art. 1.1 que ’ 17. En el mismo sentido, como otra contribucién a la especificacién del indeterminado concepto en estudio, también se ha dicho que el derecho a la intimidad y a la propia imagen «forman parte de los bienes de la personali- 5. En este sentido APARICIO TOVAR: «Notas sobre cl derecho a intimida en Ley sobre derechos de informacién de los representantes de 10s tabajadores», Revista de Trabajo n° 100, cit, p. 199; también GONZALEZ ORTEGA: *laformacién sobre los con: ‘wats ¢ intimidad»,Tbidem, pp. 656 y siguientes. 6 Eneste sentido GOMEZ PAVON: La intimidad como objeto dle proteccion penal, editorial Akal, Madrid 1989, p. 20. 7 Asi lo express la STC 231/1988, de 2 de diciembre, 308 RESENA JURISPRUDENCIAL dad» que salvaguardan un espacio «que queda sustraido a las intromisiones extrafias»", Esas intromisiones de terceros vienen parcialmente contempladas por la Ley Orgénica 1/1982, cuyo articulado considera como ilegitimas ciertas aciuaciones, que penetran en el mbito de la intimidad personal. Asf, entre otras, «la divulgacion de hechos relativos a la vida privada de una persona © familia que afecten a su reputacién y buen nombre, asi como la revelacién © publicacién del contenido de cartas, memorias u otros esctitos personales de caricter intimo»; ala revelacién de datos privados de una persona 0 familia conocidos a través de la actividad profesional u oficial de quien los revela»; y «la divulgacién de expresiones 0 fechos concemientes a una persona cuando la difame o haga desmerecer en la consideracién ajena»’. Por el contrario, entre las conductas vedadas y consideradas ilfcitas no figuran las permitidas por el interesado. También el Tribunal Constitucio- nal ha subrayado esta facultad de exclusién como contenido del derecho a la intimidad al sefialar que la intimidad «es el ambito de le vida privada personal y famifiar que debe quedar excluido del conocimiento ajeno y de las intromisiones de los demés, salvo autorizacién del interesado»". 18. Llegados a este punto ya puede realizarse una seria reflexién sobre los términos en que se esté planteando la cuestién, En efecto, si la Ley V/ 1982 considera ciertas actuaciones como intromisiones ilegitimas eo Ja intimidad personal, el debate sobre fa inclusiGn de ciertos datos en la copia basica del contrato, «de acuerdo con la Ley Orgénica 1/82, de 5 de mayo, pudiera afectar a la intimidad personal», parece carecer de sentido cuando se advierte que el articulo 2°.2 de esta Ley establece que «no se apreciard la existencia de intromisiGn ilegitima en el dmbito protegido cuando estuviere expresamente autorizada por Ley; y el misma art. 2°.2 afiade que «cuando ef titular del derecho hubiese otorgado al efecto su consentimiento expreso>. En la misma linea, y por st parte, el art. 8°,1 de la Ley 1/82 sefiala que «no se reputaran, con cardcter general, intromisiones ilegitimas las actua- ciones autorizadas o acordadas por la Autoridad competente de acuerdo con 8 En esta ocasidn se toma la doctrina de la STC 170/1987, de 3 de noviembre, undamento cuar. 9 Ver apartados 3, 4 y 7 de su antieulo séptimo, 10 Eneste sentido, STC 10/1984 de 26 de noviembre, RESENA JURISPRUDENCIAL ae ley...». Esto es, aun cuando la no supresién de la copia basica de alguno de los datos del contrato de trabajo escrito fuera reconducible, en principio, a ‘uno de los supuestos tipificados como intromisién a Ia intimidad personal, la circunstancia de que ello estaria autorizado expresamente por Ia Ley impediria necesariamente su calificacién efectiva como intromisién ilegit ma a la intimidad personal, Dicho de otro modo: «la remisi6n a la Ley es puramente te6rica, en el sentido de que no cabe extraer de ella contenido ni consecuencia alguna». B) CoNTENIDO DEL CONTRATO Y PRIVACIDAD DEL. TRABAIADOR 19. La Ley 2/1991 establece, como hemos visto antes, dos excepciones al contenido de la copia basica. La primera ceftida a datos concretos (niimero del DNI, domicilio y estado civil); la segunda, genérica, referida a «cualquier otro dato que pudiera afectar a la intimidad personal», y todo ello «con el fin de comprobar la adecuacién del contenido del contrato a la legalidad vigente». Vemos, pues, que 1o que la Ley establece, literalmente, es que la copia basica refleje todos los datos del contrato, con exclusién de los que, gené- rica e indeterminadamente, puedan afectar a la intimidad personal y de los que, ex lege, la afectan en todo caso y se mencionan expresamente. Por cierto, que, como con raz6n se ha dicho, «el rasgo comin de las exclusiones expresas es la de ser exclusivamente datos personales, normalmente irrele- vantes para el trabajon" 20. Sin embargo, la apelacién a la intimidad como derecho que pudiera verse afectado por la informacién suministrada a los representantes de los trabajadores es insuficiente e inapropiada para con ello dejar de aportar aquellos datos que son absolutamente imprescindibles para el juicio de legalidad sobre la contratacién (que es lo perseguido con el reconocimiento del derecho de informacién en la Ley 2/91). La garantia de cumplimiento de la finalidad de la norma s6lo es posible si se suministran todos los LI ALBIOL MONTESINOS y otros: «La Ley sobre derechos de informacién de los representantes de los trabajadores en materia de contratacién: contenido, signifcacién y trascendencia», Revista de Trabajo n* 100, cit. p. 678. 12 GONZALEZ ORTEGA: «lnformacién sobce los..», cit, p. 663 306 RESENA JURISPRUDENCIAL ios para permitir a quienes son sus destinatarios el juicio de adecuacién legal que la norma reconoce. Es por ello que la intimidad actéa como limite muy desigual al derecho a ser informado en algunos datos del contrato segtin cual sea la modalidad contractual objeto de! mismo derecho de informacién. Desde luego, no parece probable que bajo la invocacién de la intimidad pueda impedirse el conocimiento de datos cuya significacién para el juicio de legalidad sean relevantes. 21. Pero, y yendo atin ms lejos, la norma ni siquiera pide que se omitan en todo caso unos concretos datos que pudieran considerarse irrelevantes para determinar la adecuacién del contrato a la legalidad'”, Esa prudente actitud del legislador se explica porque el juicio de valor acerca de lo que sea irrelevante 0 no a los fines de la norma no puede emitirse con vocacién de generalidad, es decir, con validez para todos los contratos. Asi, por ejemplo no serfa certero afirmar que algunos datos personales tales coma fa edad («el conocimiento de la edad puede ser un elemento decisivo a la hora de examinar —y de concertar— un contrato para la formacién o para el fomento del empleo de mayores de 45 aiios») una titulacién académica o su fecha de obtenci6n («de inexcusable examen a la hora de comprobar la legalidad de un contrato en précticas»), 0 la minusvalia del sujeto (como elemento legitimador de determinadas modalidades de contratacign), «de~ ban descartarse con cardcter genérico e incondicionado» de la copia basica!*. 22, Luego la determinacién de si esté 0 no afectada la intimidad perso- ral del trabajador por la revelacién de todos o algunos de los datos de su contrato laboral ha de Hlevarse a cabo in natura, en base a la propia fun- cionalidad y naturaleza de tal derecho individual Todas estas reflexiones conducen a la conclusién tiltima de que lo que se plantea es «un eventual problema de equilibrios entre dos intereses enfren- tados»", el del trabajador a ver garantizada su intimidsd personal, y el de la 13 ALBIOL MONTESINOS y otros: «informacién sobre... cit, p. 679 ereen zharto Sifcilimaginar dato alguno del comtato que no admita una valoraci6n desde la perspectiva 4e la legalidad vig 14 En este seatido GALIANA MORENO y SEMPERE NAVARRO: El contro! sindi- al. cit, . 80. {5 TUDELA CAMBRONERO y VALDEOLIVAS GARCIA: «En tomo la Ley sobre {derechos de informacién de los representantes de los trabajadores en materia de contratacin>, Revista de Trabajo n* 100, cit. p. 1ST. RESENA JURISPRUDENCIAL 307 representacién legal" respecto del conocimiento de cuantos datos contrae- tuales sean necesarios para enjuiciar la legalidad del contrato celebrado. El Tribunal Constitucional ha sefialado que la intimidad como émbito exclusivo de la individualidad, decae cuando «se transciende la esfera estrictamente personal para pasar al émbito las relaciones sociales y pro- fesionales»”. «La intimidad personal puede llegar a ceder en ciertos casos ante exigencias piblicas, pues no es éste un derecho ilimitado», debiendo atenderse a una estimacién de proporcionalidad entre el sacrificio del derecho y Ia situaci6n en que se halla aquél a quien se le impone"’. 23. ¥ es que, como reiteradamente vient advirtiendo el Tribunal Cons- titucional, «no existen derechos ilimitados» sino que todo derecho tiene sus limites; en lo que afecta a los derechos fundamentales, tales fronteras estén fijadas por la Constitucién por si misma en algunas ocasiones, mientras ea otras el limite sélo deriva de una manera mediata o indirecta de tal norma, en cuanto ha de justificarse por la necesidad de proteger o preservar no s6lo ‘otros derechos constitucionales sino también otros bienes constitucionalmente protegidos de la Ley no es otra que Ia de coadyuvar al cumplimiento de la Iegislaci6n laboral”. A la vista de todo ello es claro que el juicio sobre vulneracién 0 no del derecho fundamental en juego ha de enfocarse sin perder de vista las finalidades perseguidas por la norma que se estudia. En este punto, pues, «el dato esencial ha de venir detetminado por el hecho de que la eventual 16 PEREZ AMOROS: «Consideraciones sobre el derecho de informacién de los repre- sentanteslegales de los trabajadores ert a empresa sobre la celebraciGn de nuevos contratos», Revista de Trabajo n* 100, cit. p. 275, entiende que cl derecho de los representantes de los trabajadores es un derecho de natursleza colectiva que defiende un interés también colecti- ‘vo: no sélo el de los trabajadores. sino también el de los empresarios y ciudadanos en ‘general. En esta eventual colisién de derechos «puede resultar interesante retener el dato de Ia posible preeminencia del derecho de naturaleza colectiva(..)» 17 STC 170/1987, de 30 de octubre, fundamento juridico 4, que se remite a la 73/1982, e 2 de diciembre, en cuyo fundamento juridico quinto se seRala que la intimidad personal no puede entenderse violada cuando se impongan limitaciones «como consecuencia de deberes y welacionesjuridicas que el ordenamiento jurfico regula». 18 STC 37/1989, de 15 de febrero, fundamento jurfdico 7 19. Se tata de consolidada doctrina consttucional que puede verse, ene otras, en la STC 10/1984 (Fundamentojuridico 5°); ver también STC 11/1981 (fundamento 7"), STC 1982 (fundamento 5%) y el ATC 642/196 (fundamento 3° 308 [RESENA JURISPRUDENCIAL afectacion que se pudiera producir por la aplicacién de la LDI sobre el derecho a la intimidad de los trabajadores se realiza con ocasién del ejercicio de los derechos de informacién en la contratacién, Io que, a su vez, no viene sino a coneretar el derecho constitucional de participacién de los trabaja- dores>®, 24. Pero, a la hora de considerar justificadas las restricciones que la Ley impone al derecho a la intimidad, junto a la finalidad de fomentar la participacién de los trabajadores en la empresa, también puede entenderse ue estan en juego otros bienes o derechos consagrados en el texto consti- tucional, tales como Ia virtualidad del ordenamiento juridico (art. 9.1), la promocién del individuo (art. 9.2), la libertad sindical y funciones def sindicato (arts. 7 y 28.1), ef derecho al trabajo (art. 35.1) o la promocién del empleo (art, 40.1), entre otros". Por iltimo, y como se ha venido diciendo a 10 largo de toda 1a exposi- cién, no podemos olvidar que la finalidad dltima de la Ley radica, precisa- ‘mente, en coadyuvar al cumplimiento de la legislacién laboral, tal y como manifiesta su propia Exposicién de Motivos. Para la consecucién de tal objetivo es claro que «cumplen un papel esencial las instancias de repre~ sentacién de los trabajadores» y que la Ley 2/1992 viene a robustecer sus facultades??, V. DOCTRINA DE LA SENTENCIA COMENTADA 25. La sentencia que suscita este comentario® no s6lo recoge la mayorfa de las reflexiones arriba apuntadas (aunque referidas y circunscritas, l6gi- camente, al tema objeto de debate en la Jtis), sin que deba olvidarse a este 20 TUDELA CAMBRONERO y VALDEOLIVAS GARCIA: «En tomo a la Ley sobre ‘derechos de informacin de los representantes de los trabajadores en materia de conratacin> Revista de Trabajo n® 100, cit, p. 158. 21 Eneeste sentido GALIANA MORENO y SEMPERE NAVARRO: El control sindi- cal... cit, p. 82; también GONZALEZ ORTEGA: «InformaciGn sobre...» cit, p- 669. 22 En este sentido TUDELA CAMBRONERO y VALDEOLIVAS GARCIA: «En tomo a la Ley.., cit, p. 158, 23. Recuérdese que, en Ja misma fecha, ei TS) dict otra sentencia gemela de la comentada {¥ que se rata de los primeros pronunciamientos de Tribunal Superior sobre el tema. RESENA JURISPRUDENCIAL 309 respecto que los trabajadores de la empresa demandada ostentan la condi- ci6n de fijos discontinuos, sino que ademés confirma muchos de los temores que la doctrina adelant6 como consecuencia de Ia imprecision y opacidad de la Ley, tal y como se comprucba examinando la cuestién principal que se habia suscitado. Efectivamente, la principal cuestién planteada en el recurso, y resulta por la sentencia del TSJ, se centra en determinar si la empresa demandada tiene © no obligacién de consignar el nombre y apeltidos del trabajador contratado (fijo discontinuo) en Ia copia de los contratos que entrega al Comité de Empresa, dando cumplimiento a lo dispuesto en el art. I de la Ley 2/191. 26. Recordemos a este respecto, una vez mas, cémo la copia basica que debe entregar el empresario a la representacién legal de los trabajadores, hhabré de contener todos los datos del contrato a excepcién del ntimero del DNI, el domicilio, el estado civil, y «cualquier otro dato que, de acuerdo con Ia Ley Organica 1/82, de 5 de mayo, pudiera afectar a la intimidad personal» (art, 1°, pérrafo 2° de la Ley 2/91, de 7 de enero). Esto es, la copia ‘bésica del contrato no debe incluir datos que tengan relacién con la intimidad personal de los contratantes, remitiendo a tal efecto a lo dispuesto en la Ley Orgénica de Proteccién Civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Los datos que pueden afectar ala intimidad Personal del trabajador cuyo contrato (copia basica) debe entregarse a los representantes legales para comprobar la adecuacién de su contenido a la legalidad vigente «conforman un terreno ajeno al derecho de informacién en materia de contratacién, reconocido a sus titulares, asf como un contenido de ineludible respeto para la obligacién empresarial garantizadora del ejercicio de aquel derecho»™, 27. Pues bien, de todo lo anterior hemos de concluir que «la identifica- ci6n del trabajador a través de su nombre y apellidos no constituye un dato que, como norma general, deba de excluirse de la comunicacién a efectuar a los representantes de los trabajadores. Siendo la concrecién del nombre y apellidos del trabajador un requisito esencial del contrato de trabajo, en 24 RIVERO LAMAS y GARCIA BLASCO: «Respeto a Ia esfera privada y derechos de informacién sobre la contratacién laboral (Sobre los principios, las técnicasy los limites de Ia Ley 2/1991)», Revisa de Trabajo né 100, Madsid 1990, p. 767. 310 RESENA JURISPRUDENCIAL, cuanto que identifica a una de las partes del mismo, es seguro que tal dato fue necesariamente valorado por el legislador y que su omisién entre las cuestiones respecto de las que no existe obligacién de incluir en la copia bisica® debe de conducir a proclamar que sf debe de incorporarse a ella; en apoyo de tal tesis vendria, ademés, la conocida diccién legal conforme a la cual dicha copia contendré «todos los datos del contrato» menos los ex- ceptuados**, 28. La diccién de la Ley, dejando al margen la delimitacién del alcance del derecho a la intimidad, nos lleva a concluir que el contenido de la obligacién empresarial consiste en el traslado de una copia” integra —salvo los datos egalmente excluidos— del contrato escrito”. YY apantir de esa concepcién amplia sobre el significado de la tan traida «copia basica»® queda clara la imposibilidad de imaginar un contrato de trabajo donde no aparezca el dato del nombre y apellidos de los sujetos que ‘o conciertan. 25 «Una copia bésica dl contrat es na copia del contrat de a que shan eliminado, si as e ha querido, los datos relativos a DNI,domicilio,y estado civil. Es el contato con todos sus datos, menos éos. Y menos ‘cualquier otro dato que, de acuerdo con la Ley Ongnica 1/82, de.5 de mayo, pudira afer Ia intimidad personals, seg Ia certera reflerén de ALONSO OLEA: «Sobre si elsalario et “dslo...que puiiera afectar a la inimiad personal», Revista de Trabajo n* 100, cit p. 382, coment al respecte a- tiulo In 1 prafos T° y 2% dela Ley 2/1991, de 7 de enero. 26 Fundamento de Derecho Tecer. 277 La sentencia n° 333 dl Juzgado defo Social n® 4 de los de Marcia, de fecha 17 de julio, enende que la copia sie del contrat ha de consist en cana verdadera copia del criginal,dupicado orepredccién de mismo. La sentenca en ces es precsamente de Ja qe trae su causa éta que comentamos "28. Ese exe parecer de los Profs. Albiol Montesinos, Camps Rui y Garcia Nint en la «Ley sobre derechor de informacin dels representantes de lo rabajadores en materia de ontretacinm: contenido, signfiacén ytascendencia, RT, 1° 100, Ministero de Trabajo y Sepuridad Social, Maid 1990, p. 677. 29, ESCUDERO RODRIGUEZ: «Equivocos, imitaciones y virualidad deta Ley 2/ 1991», Revista de Trabajo n® 100, ct. pp 119s. se rues priero de una interpreta- cig amplia de contenido de a copia argumentando que «érando al margen la delimitacion de aleance del derecho a a itmiad,consdero que ay elementos suficientes en contra de ‘una defnicién redvtora del contenido o de una lect ala baja de mismo Yello eleva 4 conclir queen la copa bsica deben de constr fs elementos exencises de contato de trabajo, pero, ambien, todos aquellos que se pate, aunque tengan un carter accidental con la salvedad de los que el art 1.1 dela Lay 291 enumera expresamente>, RESENA JURISPRUDENCTAL 3n 29. Una vez que se ha accedido a la procedente conclusién (el nombre del trabajador ha de incorporarse a la copia basica del contrato), Ia cuestién se traslada a la discusién sobre si este dato afecta o no a la intimidad personal, de acuerdo con la citada Ley Organica. Para despejar esta dltima incégnita, e! primer paso a dar consistira en identificar el contenido de ta intimidad personal conforme a la Ley 1/82.que es la norma a la que remite la Ley 2/1991; a esa tarea ya se dedicaron algunas reflexiones con anterioridad, de modo que se esta en condiciones de abordar frontalmente lo resuelto por la sentencia, Para el TSJ de Murcia «el pérrafo 2 del art. 1 de la Ley 2/1991, cuando faculta a la empresa para no comunicar cualquier otro dato que pudiera afectar a la intimidad personal, no permite a la empresa, con carécter general, omitir la mencién del nombre y apellidos del trabajador contrata- do, de un lado, porque tal posibilidad debe de entenderse referida o bien a {datos que ocasionalmente puedan figurar en los mismos, que el legislador no podido preveer ante la consideracién de los requisitos basicos del con- trato de trabajo, o bien a aquellos datos que en el caso concreto del traba- Jjador contratado puedan suponer una intromisién ilegitima en tal derecho fundamental, de modo que su exclusién deberfa ser individualmente justi- ficada»®, 30. Como ya hemos tenido ocasién de ver en otro lugar de esta exposi- cin, la Ley 1/82, en su articulo 7, define las que se consideran intromisiones legitimas en el Ambito de protecci6n delimitada por el art. 2 de la misma, entre las cuales, en relacién con el derecho a a intimidad se consagran no sélo la colocacién de dispositivos épticos o de cualquier otro medio para ‘grabar 0 reproducir la vida intima de las personas, su grabacién, registro, reproducci6n, la captacién de la imagen en lugares 0 momentos de su vida privada, su reproduccién 0 publicacién (y otros supuestos, que no tienen relacién con la comunicacién del dato concreto que en el presente juicio se debate), sino también «la divulgacién de hechos relativos a la vida privada de una persona 0 familia que afecten a su reputacién o buen nombre, la revelacién del contenido de escritos personales de cardcter intimo o la revelacién de datos privados de una persona o familia conocidos a través de la actividad profesional del que los revela». 30 Fundamento de Derecho Quinto 312 RESENA JURISPRUDENCIAL 31. Lo anteriormente expuesto es conforme con la doctrina del Tribunal Constitucional que reitera que el derecho a la intimidad salvaguarda un espacio de intimidad personal y familiar que queda sustraido a la intromisién de extrafios, pero sin que exista tal intromisién ilegitima en ese derecho fundamental cuando el problema trasciende de la esfera estrictamente per- sonal para pasar al dmbito de las relaciones sociales o profesionales en las que se desarrolla su actividad. Tampoco puede considerarse violado tal Ambito 0 espacio cuzndo se imponen limitaciones al mismo como conse- cuencia de deberes y relaciones juridicas que el ordenamiento regula. 32. En lo que nos conciemne, la comunicacién del nombre y apeltidos del trabajador contratado™ no supone atentado alguno a su intimidad. La reve- Jacién de tales datos, a decir de la sentencia comentada, «tan s6lo pone de ‘manifiesto el ejercicio por el mismo de un derecho reconocido por el art. 35 de la Constitucién Espafiola, cuyo ejercicio no puede considerarse que afecte a la reputacién y buen nombre de la persona ni, tampoco, cabe estimar que el ejercicio de tal derecho pertenezca a la esfera de su privacidad, Puesto que pertenece al ambito de las relaciones sociales y profesionales que implican no s6lo la intervencién de terceros, sino también de la Ad- ministracién en virtud de los mandatos constitucionales de promover las condiciones favorables al progreso social y econdmico, la distribucién equitativa de la renta regional y personal, ana politica orientada al pleno empleo y el mantenimiento de un réginten de seguridad social que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesi dad, especialmente en caso de desempleo, que se contiene en los arts. 40 y 41 de la Constitucién Espaitola»”. 31. En este sensdo se manifiestan las sentencias consttucionales 170/87 y 73/82. 32 MONTDYA MELGAR: eEI proyecto de Ley sobre derechos de informacin de los represenantes de Ios trabajadores en materia de contatacién», Revista de Trabajo n* 100, ‘it, p. 387, da por descontado e indiscutble que

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