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El concepto de lesión es el daño que sufre una persona por consecuencia de un acto jurídico

celebrado por ella misma, y normalmente consiste soportar en una carga excesiva con el
objetivo de recibir ventajas que resultan menores a su obligación. De acuerdo con la
legislación romana, española y francesa nuestro Código Civil colombiano ha decidido
consagrar un sistema fragmentario e injusto, frente a este fenómeno, ya que, son muy pocos
los casos en los cuales se sanciona y la mayoría de las veces no se le brinda protección a la
parte afectada. Además, no se ha establecido una sanción única, sino que dependiendo de los
casos se está frente a una nulidad relativa o frente a un reajuste judicial del acto en concreto.
- Casos en los que se presenta nulidad relativa:

1. Compraventa de bienes inmuebles: en este caso se permite a la parte afecta ya sea


comprador o vendedor pedir la rescisión del contrato, la lesión enorme se presenta
cuando se está más allá de la mitad del justo precio de lo que se vendió o pagó; cuando
es el vendedor quien resulta afectado y pide la nulidad, el comprador puede aceptarlo
o completar lo correspondiente al justo precio con cálculo de una décima parte; en el
caso contrario, es decir, cuando el comprador resulta afectado, el vendedor puede
elegir entre aceptar la nulidad o restituir el exceso del justo precio aumentado en una
décima parte. De acuerdo con el artículo 32 de la ley 57 de 1887 este fenómeno no
opera en el caso de bienes muebles ni inmuebles adquiridos por ministerio de justicia.
2. Permuta de bienes inmuebles: proceden las reglas enunciadas para la compraventa
de bienes inmuebles siempre y cuando estas no vayan en contra de la naturaleza del
contrato de permuta, ya que las reglas del primer contrato son aplicables a este.
3. Partición de bienes: se concede a quien ha sido perjudicado en más de la mitad de
su cuota, de acuerdo con el artículo 1405, que también dispone que este fenómeno
tiene el mismo tratamiento de rescisión y anulación de los contratos.
4. Aceptación de una asignación sucesoral: también es objeto de nulidad de acuerdo
con el artículo 1291 del Código Civil, en este caso se considera lesión enorme la que
disminuye el valor total de la asignación a más de la mitad y se necesita que no se
tuviera noticia de esta disposición testamentaria al aceptarla.

- Casos en los que se presenta el reajuste judicial del acto:

1. Estipulación de intereses en el mutuo: en este tipo de contrato no es posible pactar


intereses moratorios o remuneratorios que superen el máximo autorizado por la ley
en el momento de realizarlo. Por ejemplo: si la ley determina que el interés corriente
es de 36.25% efectivo anual el interés remuneratorio pactado por las partes no puede
exceder esta cifra, ni el interés moratorio superar el 54.375%; en caso de que se
acuerde que el interés remuneratorio será de 40% y el moratorio de 60%, estos tendrán
tratamiento de lesión enorme y se reajustaran judicialmente a los valores indicados
en la legislación correspondiente, pero solo en el caso de que estos intereses no hayan
sido pagados aún. Cuando ya se han violado estos límites y se ha efectuado el pago
se está frente a una pérdida de intereses y el deudor puede solicitar que se haga una
devolución inmediata más una suma igual al exceso. En ambos casos puede seguirse
un proceso verbal de mayor y menor cuantía o un proceso verbal sumario
dependiendo de la cuantía.
2. Estipulación de intereses en la anticresis: el artículo 2466 extiende la regla que se
contempla en el artículo 2231 del Código Civil, es decir, la reducción de intereses del
mutuo, para el contrato de anticresis.
3. Cláusula penal: el artículo 1601 permite la reducción de ella cuando se presenten los
siguientes supuestos: una de las partes se obliga a pagar cierta cantidad como
equivalente a lo que debía prestarse por la otra parte, y la pena consiste en el pago de
una cantidad determinada, podrá pedirse que se le rebaje a la segunda aquello que se
exceda al duplo de la primera, incluyéndose esta.
El Código Civil es criticado porque solo contempla sanciones para los actos mencionados
anteriormente, y los demás negocios celebrados quedan desprotegidos frente a este
fenómeno.
- LESIÓN EN LOS ACTOS GRATUITOS: no está contemplada en ninguno de los 7
casos anteriores ya que, los actos gratuitos se celebran comúnmente motivados por la
prestación desinteresada de un servicio que justifica que una parte experimente una
disminución en su patrimonio como consecuencia de su espíritu de beneficencia.
- LESION EN LOS ACTOS ALETORIOS: están sometidos al azar, por lo tanto, solo
es posible determinar si se experimentó una perdida o una ganancia después de que
hayan sido realizados y antes de ello solo se cuenta con probabilidades.
- LESION EN LOS ACTOS INTERESADOS NO ALEATORIOS: es aquí donde
opera principalmente el concepto de lesión, al igual que en los contratos conmutativos
porque se espera que si alguien realiza un sacrificio al celebrar un acto obtenga una
ganancia mayor a este, por lo tanto, cuando no es así y se da un desequilibrio se dice
que este afecta la fisonomía propia del contrato que implica los dictados de la justicia
y la exigencia de la seguridad del comercio. La justicia reclama el reajuste de la
economía del acto especialmente cuando se trata de un acto de mala fe de una de las
partes hacia la otra y la lesión es cuantiosa; la seguridad del comercio soluciona el
problema con la rescisión o con reajuste judicial. Ninguna legislación ha incluido
abiertamente la lesión como vicio en los actos jurídicos.
La doctrina moderna formula 3 principios que deben ser consultados para la
reglamentación orgánica de la lesión:
1. La lesión debe constituir vicio general de los actos interesados no aleatorios: la
tradición romana, francesa, española adoptada por nosotros deja sin protección no
protege a los individuos contra la usura (empleando la terminología de los alemanes);
quienes justifican esta postura lo hacen diciendo que no es posible calcular
exactamente el valor de cada una de las prestaciones objeto de un contrato; que hay
una parte más hábil que otra que puede prever que al ejecutarse dicho acto devendrá
en un beneficio para él debido a su complejidad; y que la libertad para contratar
determina el bienestar. Las principales criticas a sus argumentos son las siguientes:
los bienes tienen un precio social y objetivo que se puede estimar en cualquier
momento y se debe atender a este y no a las pretensiones de las partes al celebrar el
acto; si existe una parte hábil que prevé que se puede presentar lesión enorme pero
esto se puede evitar estableciendo que la acción rescisoria del vicio de la lesión, se le
conceda a quien demuestre que ha sido la parte afectada debido al aprovechamiento
de la otra; por último se ha considerado que el individualismo y liberalismo excesivos
han producido una explotación masiva en la realización de muchos actos.
2. Se debe dejar margen suficiente a la autonomía de la libertad privada: la lesión
debe ser organizada para que dé cabida a la variación de los precios y a la iniciativa
individual, y para ello resulta conveniente que la ley fije un límite a partir del cual la
lesión sea un vicio; la tendencia es darle al juez la capacidad de decidir si los actos
denunciados por este fenómeno deben ser revisados o mantenidos. El Código Civil
colombiano fija el límite en la mitad del justo precio y a partir de este la lesión debe
ser calificada como enorme y da lugar a la revisión judicial para que se reajuste o se
declare nulo.
3. El fundamento ético de la institución debe presidir su funcionamiento: no basta
con atender a la moralización del comercio y la sanción a la mala fe, es decir, que la
revisión de los actos jurídicos lesivos solo pueda tener lugar cuando haya sido
producto en el aprovechamiento de una de las partes sobre la otra, ya que, mientras
los particulares usen su libertad jurídica con buena fe, los actos merecen protección
legal.
El sistema civil colombiano que regula la lesión enorme debe ser reparado por las siguientes
razones:
- Omite la protección a la autonomía de la voluntad privada permitiendo que la usura
y la mala fe imperen en la mayoría de las transacciones comerciales.
- En los escasos casos en los cuales se sanciona se señala un límite muy amplio para
esta lo que equivale a exigir que el daño se haga en proporciones grandes para que
debe ser revisado.
- La institución funciona mecánicamente sin que se tomen en cuenta las
consideraciones éticas.
LA LESION Y LOS VICIOS DEL CONSENTIMIENTO
La lesión funciona mecánicamente mientras que en los vicios del consentimiento hay una
investigación subjetiva, por lo tanto, no puede incluirse la primera institución en la segunda
mencionada, aunque si es conveniente que sea asimilada como vicio del consentimiento en
cuanto a su régimen jurídico.
LA LESION EN EL CÓDIGO DE COMERCIO
Este modifica el tratamiento que le da el código civil a la lesión enorme, pero empeorándolo,
ya que contempla sanciones un poco incoherentes, por ejemplo, determinó que a la clausula
penal estipulada en función de una estimación anticipada de perjuicios, se le quitara su
eficacia en el cumplimiento de las obligaciones de valor determinado sancionada con una
pena también de valor determinado.
- La obligación principal y la pena de valores determinados: el articulo 887 del
código de comercio dispuso que cuando la prestación principal esté determinada o
sea determinable en una suma cierta de dinero, la pena no podrá ser superior al monto
de ella, es decir, que el deudor que incumple incluso por dolo solo debe cumplir la
obligación principal.
- Generalidades sobre los intereses: el legislador reconoce la rentabilidad para
producir intereses que son los frutos civiles del dinero. El Código Civil distingue 3
tipos: convencionales (estipulados por las partes contractualmente), corrientes (se
cobran normalmente en cierto mercado), y los legales (su tasa fijada es el 6% anual).
El artículo 1617 del estatuto mencionado contempla el régimen aplicable en el caso
de intereses moratorios y de acuerdo con él, el interés legal solo opera en la
indemnización de perjuicios por la mora de una obligación de dinero, cuando las
partes no han fijado un interés convencional moratorio o uno remuneratorio superior
al legal y, además la ley no haya autorizado el cobro de intereses corrientes.
- Normas comerciales sobre intereses: la legislación mercantil solo autoriza el cobro
de intereses remuneratorios corrientes cuando las partes han guardado silencio al
respecto, en algunas pocas operaciones (ventas al fiado, saldo de cuenta corriente,
mutuo, y sobregiro en cuenta bancaria). En cuanto a los intereses moratorios existe
una autorización legal y general para su cobro tratándose de obligaciones mercantiles
de carácter dinerario, y en caso de mora y a partir de ella.

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