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Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas

Asignatura
Derecho Romano II – seccion 07

Profesora
Mildred Altagracia Beltré Ruiz

Tema
El pago en el derecho romano

Estudiantes
Judith Del Carmen Dominguez Poche

100524383

Darlyn Cuevas Peña

100480763

Nicole Selene Marte Fernadez

100510940

Fecha
26/12/2021
Noción y efectos del pago
El pago, solulio, consiste en la ejecución de la obligación, ya tenga por objeto una datio o un
hecho. Es la causa de extinción más natural y frecuente, la que las partes tienen precisamente
a la vista cuando contratan; el deudor cumple lo que está obligado a hacer, y el acreedor
recibe lo que le es debido.

La obligación no puede existir después del pago, puesto que ya no tiene objeto; queda
extinguida de pleno derecho con todos los accesorios que no eran más que la garantía de su
ejecución, y que ya no tienen razón de ser, tales como prenda, hipoteca, afianzamiento. Que
emane del deudor principal o del fiador, el pago íntegro de la deuda libra a todos los
coobligados. Produce igualmente su efecto extintivo absoluto en caso de co realidad; hecho
por uno de los deudores a uno de los acreedores, extingue la obligación respecto de todos.

Para que el pago produzca su efecto, es necesario que sea válido. Si no, la obligación no se
extingue, y el acreedor conserva su acción contra el deudor. Estas son las condiciones
generales de un pago: por quién, quien puede ser hecho, y cuál debe ser su objeto.

¿Por quién puede ser hecho el pago?

Si la obligación tiene por objeto una dalio, el pago puede ser hecho no sólo por el deudor,
sino también por un tercero no obligado: el acreedor no puede negarse a recibir lo que le es
debido, con tal, sin embargo, que haya verdaderamente dalio, que la propiedad de la cosa
debida le sea transferida.

Resulta que el pago no es válido:

a) Si es hecho por una persona que no es propietaria de la cosa. Entonces 2,610 es una
apariencia de pago: la obligación no se extingue, y el acreedor queda expuesto a la
rei vindicatio dcl propietario. Sin embargo, el pago se hace válido y el deudor es
liberado cuando el acreedor a usucapido la cosa o la ha consumido de buena fe;
b) Si es hecho por una persona incapaz de enajenar: por ejemplo, por un pupilo sin la
autoritas del tutor. no ha podido transferir al acreedor la propiedad de la cosa debida, y queda
dueño de reivindicarla, mientras sea fácilmente conocida. Sin embargo, como el acreedor no
ha recibido más que lo que le es debido, el pupilo solo obtiene sentencia favorable si tiene
inter6s en recobrar lo que ha entregado; si no, es rechazado por excepción de dolo. Cuando
el acreedor ha consumido de buena fe lo que ha recibido en pago, el resultado es el mismo
que si la propiedad le hubiera sido transferida, y el pupilo es liberado. Pero cuando se ha
realizado el consumo de mala fe, el pupilo, si tiene interés en recoger lo que ha dado, puede
ejercitar contra él la condictio sine causa, o la acción ad exhibendum.

El pago es, al contrario, válido, cuando es hecho por una persona capaz y propietaria de la
cosa debida. El deudor queda entonces liberado, aunque sea un tercero quien ha pagado por
él. Pero el tercero, que ha procurado al deudor su liberación, puede ejercitar contra el un
recurso por la acción mandati contraria, si ha pagado según órdenes suyas, o por la acción
negotiorum gestaum contrarias, si ha pagado sin saberlo el para serle útil. solo seria privado
de todo recurso si había obrado animo donandi, o a pesar de la prohibición del deudor.

Cuando la obligación tiene por objeto un hecho, son aplicables en general las mismas reglas.
Pero, en el caso en que los contratantes han tenido presente el hecho personal del deudor, a
causa de su experiencia o de su talento, el pago no puede hacerse más que por el deudor
mismo. Esta solución se impone para las obligaciones de no hacer: la abstención del deudor
constituye sola un verdadero pago.

¿A quién puede ser hecho el pago?

En principio, el pago debe ser hecho: al acreedor, con tal que sea capaz de hacer su condición
peor: pues el pago extingue el cr6dito. Si es un pupilo, necesita la auctoritas de su tutor para
recibir un pago válido. Si no, conserva su crédito, y puede reclamar otro pago; pero el deudor
tiene el derecho de oponerla: la excepción de dolo, en la medida de su enriquecimiento.

Por excepción el pago puede ser hecho a un tercero que ha recibido del acreedor un mandato
general o especial para esta misión: por ejemplo, a un odjectus solutioni gratia. Pero hecho
a cualquier otra persona, el pago es nulo.
Efectos del pago en Derecho romano
El pago debidamente realizado extingue de pleno derecho la obligación con todos sus
accesorios, especialmente las hipotecas y las fideiussiones inherentes a la deuda. Si el deudor
tiene varias deudas a favor de un mismo acreedor, y la suma pagada no basta para
satisfacerlas todas, en este caso se aplican las reglas siguientes:

1. El pago se imputa a la deuda señalada por el deudor siempre que esta declaración se
haga en el acto de pago.
2. Si el deudor paga sin hacer aquella declaración, el derecho de elección pasa al
acreedor para que lo ejercite en el momento de recibir el pago.
3. Faltando toda declaración, hay que atenerse a la naturaleza de la deuda. Si la cuestión
versa sobre el capital y los intereses devengados, se consideran pagados éstos antes
que el capital; si versa sobre varias deudas de capital, entonces se considera que el
pago se refiere a deudas líquidas y vencidas. Entre estas últimas se consideran
primeramente pagadas aquellas en que se convino que deberían ser satisfechas con
preferencia a las demás; vienen luego las deudas más onerosas, y entre las igualmente
onerosas las más antiguas, y, finalmente, si son de la misma fecha, se supone que el
deudor ha pagado una parte proporcional de cada una de ellas. Las reglas que
acabamos de exponer se aplican a los pagos hechos por el deudor; pero si el acreedor
se ha pagado a sí mismo, por ejemplo, con la venta de la prenda, puede imputar el
pago a la deuda que tenga por conveniente.
Objeto del pago
El pago debe consistir en una ejecución completa de la obligación. No es, pues, válido más
que si tiene por objeto la cosa debida entera. De este principio resultan las consecuencias
siguientes:

1. El acreedor no puede ser obligado a recibir otra cosa distinta de la debida 1) Pero
queda libre de aceptar la prestación que le ofrece el deudor en lugar de la que forma
el objeto de la obligación. En este caso, hay datio in sulutum, y esta donación en
pago produce el mismo efecto que el pago mismo; extingue la obligación de pleno
derecho. Como el pago, La datio in solutum no es, por otra parte, válida cuando el
objeto de la obligación es una datio, más que si el acreedor se hace propietario de la
cosa que acepta del deudor. Si ha recibido La cosa ajena y hay evicción, no hay
datio: la obligaci6n no se extingue, pues, y el acreedor conserva su acción, con
todas las ventajas que van unidas, para obtener del deudor otro pago. Sin embargo,
se permite también al acreedor recurrir contra el deudor por otra via. En efecto, la
cosa de que ha sido despojado puede haber aumentado de valor entre sus manos. Es
justo que se aproveche de este plus valia, cuyo beneficio le ha asegurado un pago
regular. Pues la acción originaria sólo le hace obtener el importe de su crédito. Se
trata, pues, al acreedor como a un comprador despojado. lime derecho a garantía
puede ejercitar contra el deudor la acción empti, a título de acción útil: le procura la
reparación exacta del perjuicio que le ha causado la evicción. El acreedor no
acumula la acción primitiva y la acción empti; pero después de haber ejercitado la
primera, puede también ejercitar la otra, por el exceso, si es más ventajosa.
2. El acreedor no puede ser obligado a recibir un pago parcial, pues recibir una parte
de la cosa debida es recibir cosa distinta de lo que le es debido. Sin embargo, es
libre de consentirlo, y hasta hay ciertos casos en que no podría rechazarlo. Es lo
que sucede cuando un fiador invoca el beneficio de división; cuando el autor se
prevale de la compensación o del beneficio de competencia; en fin, cuando el
pretor concede un plazo de gracia al deudor perseguido por el acreedor y le autoriza
a pagar su deuda en varios plazos. La obligación sólo queda entonces extinguida en
la medida en que ha sido ejecutada.
Divisibilidad e Individualidad De Las Obligaciones
Las obligaciones divisibles son aquellas en las que la prestación se puede dividir. La
indivisibilidad puede proceder de la voluntad de las partes, de los contrayentes o en su caso
del testador o de la naturaleza del objeto, no haciendo falta, en este último caso, que sea
absolutamente indivisible, sino que basta con que la prestación esté considerada en su unidad
íntegra e indivisa. Las obligaciones indivisibles tienen una prestación que no es susceptible
de división en fracciones menores. En las obligaciones de dar se entiende que no son
divisibles aquellas en las que se deba dar un cuerpo cierto y las que no sean susceptibles de
cumplimiento parcial. Las obligaciones de hacer son divisibles si se trata de la prestación de
un número de días de trabajo, la ejecución de obras por unidades métricas u otro de carácter
análogo. En las obligaciones de no hacer la divisibilidad indivisibilidad se debe decidir caso
por caso.

En las obligaciones en las cuales sólo hay un deudor y un acreedor no tiene ninguna
consecuencia esta distinción. Además, la indivisibilidad es uno de los requisitos objetivos
del pago, de tal manera que no se puede compeler al acreedor a recibir fraccionadamente la
prestación a no ser que esté expresamente pactado.

En las obligaciones mancomunadas, cuando son divisibles, se divide el crédito o la deuda


en tantas partes iguales como acreedores o deudores haya, reputándose créditos o deudas
distintos unos de otros. Sin embargo, si la obligación es indivisible, todos los deudores
deben cumplir su compromiso y si cualquiera de ellos falla se producirá un incumplimiento
con la consecuente responsabilidad a la que tendrá que hacer frente el deudor responsable y
no quienes estaban dispuestos a cumplir. En estos casos de indivisibilidad de la prestación
se produce un litis consorcio pasivo necesario, pues para pedir el todo, será necesario del
concurso de todos los deudores. Igualmente, sólo perjudicarán al derecho de los acreedores
los actos colectivos de estos.

En las obligaciones solidarias no tiene gran importancia el hecho de la divisibilidad de la


prestación pues, como dice la, STS Sala 1ª de 22 enero 2002 "el hecho de que la obligación
sea divisible no afecta a la solidaridad, dado que el tema de la divisibilidad atiende a las
particularidades del objeto o prestación, mientras que la solidaridad afecta a las
obligaciones de los plurales sujetos".
Los Ofrecimientos Reales de Pago y la Consignación
Los ofrecimientos de pago junto a la consignación constituyen mecanismos para liberar al
deudor cuando el acreedor se rehúsa a recibir el pago de su acreencia. En ese orden de
ideas, en caso de existir alguna obligación de pago o entrega se realizará el ofrecimiento de
pago, y en el caso de que el acreedor se rehusaré a aceptarlo, el deudor puede consignar la
suma o la cosa ofrecida. La importancia de este mecanismo radica en que los ofrecimientos
reales de pago, seguidos de una consignación, liberan al deudor, y surten respecto de la
obligación el efecto de pago, cuando se han realizado válidamente en cumplimiento a las
formalidades exigidas por la ley; quedando la cosa consignada de esta manera bajo la
responsabilidad del acreedor.

Este mecanismo es regulado por los artículos 1257 y siguientes del Código Civil
Dominicano que, entre otras cosas, disponen para su validez el cumplimiento de los
siguientes requisitos:

1ro. Que se hagan al acreedor que tenga capacidad de recibir, o al que tenga poder para
recibir en su nombre;

2do. Que sean hechos por una persona capaz de pagar.

3ro. Que sean por la totalidad de la suma exigible, de las rentas o intereses debidos, de las
costas líquidas y de una suma para las costas no liquidadas, salvo la rectificación del monto
ofertado, en caso de entender el mismo no está correcto;

4to. Que el término esté vencido, si ha sido estipulado en favor del acreedor.

5to.Que se haya cumplido la condición, bajo la cual ha sido la deuda contraída.

6to. Que los ofrecimientos se hagan en el sitio donde se ha convenido hacer el pago; y que
si no hay convenio especial de lugar en que deba hacerse, lo sean, o al mismo acreedor, o
en su domicilio, o en el elegido para la ejecución del convenio.

7mo. Que los ofrecimientos se hagan por un curial que tenga carácter para esta clase de
actos.

En cuanto al procedimiento propiamente dicho, las ofertas se encuentran reguladas por el


artículo 812 y siguientes del Código de Procedimiento Civil dominicano el cual establece
que deben realizarse por mediación de un oficial publico competente, en la práctica suele
ser utilizado el ministerial o al alguacil, sin embargo el Código Civil no habla de alguacil
expresamente, sino de curial, lo que quiere decir uno ligado al tren judicial, por lo que es
admitido el ofrecimiento sea realizado por un notario. El proceso verbal de la oferta debe
mencionar la respuesta de admisión o aceptación del acreedor de recibir el pago ofrecido.

En caso de que las ofertas sean aceptadas el alguacil entrega contra recibo, la cosa debida.
En cambio, si la cosa no es aceptada el alguacil lo hará constar y le citará por el mismo acto
o por acto separado para que, si persiste en su negativa, presencie el depósito hecho a su
nombre, de la totalidad de las sumas exigibles, en la Colecturía de la Dirección General de
Impuestos Internos correspondiente, debiendo proceder posteriormente a consignar lo
adeudado en la Colecturía en la fecha indicada para ello.

En importante destacar a los fines de evitar una confusión que en la práctica se presenta con
cierta frecuencia, que en caso de negativa por parte del acreedor de recibir el ofrecimiento
real de pago, este por sí solo no produce la liberación, sino que es requerida la realización
de la consignación en la Colecturía de Rentas Internas.
El Pago en Derecho Romano y en Derecho Civil Dominicano: Similitudes y
Diferencias

El Pago o Solutio en Derecho Romano.

Los romanos llamaban ¨Solutio¨ al pago o cumplimiento. El término solutio, significa o


significaba todo acto voluntario que tiene como fin extinguir la obligación.

Ulpiano afirma que: ¨solvere¨ dicimus eum qui fecit quod facere promissit, esto quiere
decir, que ¨paga¨ el que hizo lo que prometió hacer, se emplea para designar la extinción de
la obligación mediante el cumplimiento de la prestación que constituía su objeto, solutio
hace referencia a ¨pago¨.

Requisitos del Pago en Derecho Romano.

Supone las siguientes condiciones:

1. Que se haga al acreedor capaz de recibirlo, a sus legítimos representantes o al


solutionis causa adiectus, es decir, a aquel que en el momento de contraerse la
obligación fue indicado al deudor como apto para recibir el pago.

2. Que se realice por una persona capaz para ejecutar la prestación objeto del pago,
dada esta capacidad, puede hacerse válidamente el pago por un tercero, sea con el
consentimiento, sea ignorándolo el deudor y aun contra la voluntad de este.

3. Que se pague únicamente lo que constituye el objeto de la obligación, y todo de una


vez, porque no puede obligarse al acreedor a admitir una prestación distinta de la
que se debe, ni un pago incompleto.

4. El tiempo del pago, es el término en que el deudor puede ejecutar el pago y el


acreedor exigirlo, será el tiempo fijado por las partes en común acuerdo. Si no se
fijó un término alguno, el acreedor podrá exigirlo el pago en cualquier momento.
5. En cuanto al lugar, si no se concretó de manera explícita por las partes, el pago
deberá efectuarse por la regla general, en el domicilio del deudor o en el lugar
donde surgió la obligación.

Extinción de las Obligaciones y Transmisión de Créditos.

La Novación:

Es la extinción de una obligación por la creación de una obligación nueva, que es sustituida
a la antigua.

Su utilidad: Sucede con frecuencia que un acreedor y un deudor quisieran, aun


conservando el objeto de la obligación, modificar otro elemento de la misma, por ejemplo:
cambiar la naturaleza de la obligación, agregar o suprimir una modalidad, cambiar la
persona del acreedor o la del deudor.

Condiciones necesarias para que haya novación:

1. Que se hayan empleado las formas exigidas por el Derecho Civil.


2. Que la obligación nueva difiera de la antigua, por un elemento nuevo.
3. Que tenga el mismo objetivo.
4. Que las partes hayan querido realizar una novación.

La Aceptilación:

El acreedor puede hacer remisión de deuda al deudor, es decir, comprometerse a no


reclamar el pago. Cuando esta remisión es hecha en términos cualesquiera, no procura, más
que una excepción al deudor, pero si es hecha en términos solemnes, es una acceptilatio, y
extingue la deuda de pleno derecho.

Consiste en una interrogante seguida de una respuesta conforme a la pregunta, en este caso
es el deudor quien hace la pregunta: ¿Tenéis por recibido lo que os debo? El acreedor
responde: Lo tengo por recibido. Desde entonces el deudor es libre.

Característica: Es un pago ficticio. El acreedor tiene por recibido lo que le debía el


deudor, se considera como pagado.

Consecuencias:

1. No debe tener por objeto más que la cosa debida.


2. El acreedor puede consentir el pago parcial.
3. No lleva consigo ni plazo ni condición expresamente formulados.
4. No admite modalidad.

Utilidad: Servía a menudo para realizar una liberalidad, para ejecutar en provecho del
deudor una donación o un legado, a veces era hecho a título oneroso, en vista de obtener del
deudor una ventaja equivalente.

La aceptilación, libera en efecto, al deudor, aunque no haya pagado nada.

Del Mutuo Disentimiento:

Es un modo de extinción especial de las obligaciones nacidas de los contratos


consensuales. Obra en pleno derecho y de una manera absoluta.

Este efecto extintivo se produce bajo una condición: Es que el mutuo disentimiento
intervenga, antes de toda ejecución, de manera que extinga simultáneamente todas las
obligaciones nacidas por el contrato.

Los contratos consensuales son sinalagmáticos; La voluntad de las partes crea obligaciones
de ambos lados, el disentimiento debe producir el resultado inverso y llevar una doble
liberación.
Sin embargo, cuando una de las partes había ejecutado ya su obligación, se admitió que el
mutuo disentimiento podía aun producir su efecto, si las cosas eran previamente
restablecidas a su estado primitivo.

De la Confusión:

Extingue la obligación de pleno derecho, como si hubiera habido pago. Pero presenta el
carácter particular de ser más bien una imposibilidad de ejecución que una verdadera causa
de extinción. La obligación queda más bien paralizada que extinguida, si las cualidades del
acreedor y deudor que estaban reunidas se separaran de nuevo, la obligación recobra toda
su fuerza. Es lo que ocurre habiendo heredado el deudor del acreedor, es declarado el
testamento inoficioso y se le quita la sucesión.

Consecuencias, en caso de fianza y correalidad:

1. Si la confusión se opera entre el acreedor y el deudor principal, los fiadores son


liberados. Pero si hay confusión entre el acreedor y un fiador, el deudor principal y
los demás fiadores quedan obligados, el acreedor solamente pierde una de las
garantías de su crédito.
2. Si la confusión se produce entre el acreedor y uno de los deudores correales, crea
solamente para el acreedor una imposibilidad de hacerse pagar por este deudor.
Conserva, su acción contra los demás.
3. Si son asociados, no puede obrar más que hecha deducción de la parte del deudor
liberado. Cuando hay confusión entre el deudor y uno de los acreedores correales, la
cuestión no está resuelta por los textos.

De la Pérdida De La Cosa Debida:


Extingue la obligación de pleno derecho. Esta solución no es absoluta, ya que en lugar de la
cosa que ha perecido, el deudor puede deber daños e intereses. (Una obligación no puede
existir sin objeto).

Distinciones:

1. Cuando la obligación tiene por objeto cosas in genere, la pérdida de las cosas que el
deudor destinaba al pago no le libera, puede proporcionar otras de la misma especie.
Es distinto si el acreedor esta en demora y la perdida sobreviene por caso fortuito.

2. Cuando la obligación tiene por objeto un cuerpo cierto, la perdida de la cosa libera
al deudor si resulta de un caso fortuito o de fuerza mayor. Al contrario, no le libera
nunca si proviene de su dolo.

Del Pacto De Remisión o Pactum Ne Petatur:

El acreedor hace remisión de la obligación al deudor sin emplear formas solemnes. Basta
el simple acuerdo: Poco importa que sea expresado de forma oral o por carta. La remisión
puede ser tacita: Por ejemplo: Cuando el acreedor ha restituido al deudor el escrito que era
la prueba del crédito. El pacto de remisión es aplicable a toda clase de obligación. Es una
simple convención, a la cual al Derecho Civil no reconoce en principio efecto extintivo. El
pretor, para respetar la voluntad de las partes, da solo al deudor una excepción pacti, a fin
de rechazar la acción del acreedor cuando obra en desprecio de la remisión que ha
consentido.

De la Compensación:

Cuando dos personas son recíprocamente acreedoras y deudoras una de otra, las dos deudas
pueden extinguirse hasta concurrencia de la menor, como si cada deudor empleara lo que
debe en pagarse lo que le es debido. Se dice entonces que hay Compensación.

Esta combinación es ventajosa para ambas partes, cada una de ellas tiene interés en pagarse
a sí misma más bien que correr el riesgo de la insolvencia de la otra.
La compensación es judicial. El deudor perseguido por el acreedor puede hacer valer ante
el juez, bajo la forma de excepción, que es también el acreedor demandante, y es el juez
quien, por medida de equidad, opera la compensación.

Similitudes y Diferencias:

Tanto en el Derecho Romano, como en el Código Civil Dominicano plantea que:

 Las obligaciones se pueden extingue: Por el pago, por la novación, por la


compensación, por la quita voluntaria, por la confusión, por la pérdida de la cosa, y
por la nulidad o rescisión. Art. 1234.

 La obligación puede cumplirse por cualquier persona que esté interesada en ella.
Así como puede ser saldada por un tercero que no esté interesado en ella, si el
tercero obra en nombre y descargo del deudo, o si obra por si, que no se sustituya en
los derechos del acreedor. Art 1236.
 La obligación no puede ser cumplida por un tercero, en contra de la voluntad del
acreedor, cuando este último tiene interés en que sea cumplida por el deudor. Art
1237.

 El pago debe hacerse al acreedor o al que esté autorizado por los tribunales o por la
ley, para recibir en su nombre. Art 1239.
 No puede obligarse al acreedor a que reciba otra cosa distinta a lo que le es debido.
Art 1243.

 E l pago debe hacerse en el sitio designado en el contrato. Art. 1245.

 El que reclama la ejecución de una obligación, debe probarla. Art. 1315.

El Código Civil Dominicano asimilo los mismos conceptos del código francés, por
ende, son los mismos del Derecho Romano de Obligaciones.

En el Código Civil Dominicano las obligaciones son legales entre un acreedor y un


deudor.
Referecias

Petit, E. H. J., & González, J. F. (2011). Tratado elemental de derecho romano. Porrúa.
González, J. G. D. T. (2015, 29 octubre).
El pago | De la extinción de las obligaciones en Derecho romano (II). Derecho Romano.
https://www.derechoromano.es/2015/10/extincion-obligaciones-derecho-romano-pago.html
Obligaciones divisibles e indivisibles. (2021). Obligaciones divisibles e indivisibles.
https://www.expansion.com/diccionario-juridico/obligaciones-divisibles-e-indivisibles.html

Pellerano & Herrera, P. H. (2015, 12 junio). Los Ofrecimientos Reales de Pago y la


Consignación - Pellerano & Herrera. Los Ofrecimientos Reales de Pago y la
Consignación. http://www.phlaw.com/es/publicacion/399/los-ofrecimientos-reales-
pago-consignacion
Codigo civil, agosto de 2007 (República Dominicana)

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