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Estimados miembros del Comité JURI:

Las organizaciones de derechos humanos y las organizaciones ambientales de la sociedad civil


abajo firmantes hacemos un llamado a los miembros del Comité JURI para que apoyen la
protección de los derechos internacionalmente reconocidos de los pueblos indígenas, así como los
derechos específicos, igualmente reconocidos internacionalmente, de otros pueblos i y
comunidades localesii, en la Directiva sobre la diligencia debida de las empresas en materia de
sostenibilidad.

La Directiva y su objetivo de abordar los efectos adversos sobre los derechos humanos y el medio
ambiente presentes en las cadenas de valor mundiales de las empresas ha recibido una excelente
acogida y es imprescindible para hacer realidad los compromisos de la Unión Europea en materia de
derechos humanos y medio ambiente. Si se formula y aplica correctamente, puede contribuir a
reducir en todo el mundo las violaciones de los derechos humanos y la destrucción del medio
ambiente relacionadas con las actividades y las cadenas de valor de las empresas que operan en el
mercado de la Unión Europea.

Sin embargo, la propuesta actual es insuficientemente rigurosa en lo que respecta a los derechos de
los pueblos indígenas, así como a los derechos de otros pueblos y comunidades locales,
especialmente en relación con la tierra y los derechos colectivos. Como señala el Relator Especial de
las Naciones Unidas sobre derechos humanos y medio ambiente, el articulado del proyecto de
Directiva de la Unión Europea es especialmente decepcionante ya que no hacen ninguna referencia
explícita a los pueblos indígenas, las personas afrodescendientes, las comunidades locales, el
campesinado, la infancia, las mujeres o cualquiera de las demás personas o grupos vulnerables que
pueden verse afectados por prácticas empresariales irresponsables. iii

Por otra parte, manifestamos nuestra preocupación por el hecho de que las negociaciones políticas
en el seno de las instituciones de la Unión Europea puedan socavar aún más la eficacia de la Directiva
propuesta en relación con los pueblos indígenas, así como en lo que respecta a otros pueblos y
comunidades locales, lo que podría tener como consecuencia que no se aportase ningún cambio
significativo a millones de personas en todo el mundo que sufren graves violaciones de sus derechos
vinculadas a las actividades de las empresas de la Unión Europea.

Las organizaciones de la sociedad civil y los millones de personas afectadas en todo el mundo por las
violaciones de los derechos humanos cometidas por las empresas esperan que las instancias de la
Unión Europea mejoren el texto de la propuesta de Directiva a lo largo del proceso legislativo.
Lamentablemente, el Consejo, en su posición general sobre la Directiva, adoptada en diciembre de
2022, votó injustificadamente a favor de eliminar el punto 20 del artículo 1 del anexo 1, sobre la
protección de los derechos de los pueblos indígenas a la tierra, así como la referencia a la Declaración
de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del anexo 2. Esta postura es
totalmente inaceptable y, en caso de adoptarse, constituiría un flagrante incumplimiento por parte
de la Unión Europea de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos para con
los pueblos indígenas.

Impactos de las actividades empresariales en los pueblos indígenas y las comunidades locales

La incidencia de los efectos adversos sobre los pueblos indígenas y las comunidades locales
generados por las cadenas de valor globales de las empresas está bien documentada iv. Existen
numerosas pruebas de las violaciones de los derechos humanos relacionadas con el acaparamiento
de tierrasv o los desalojos forzosos, entre otros, en el contexto de inversiones agrícolas vi, extracción
minera de petróleo y gas o proyectos de infraestructuras vii.
La vulnerabilidad de los pueblos indígenas, otros pueblos y comunidades locales al acaparamiento de
tierras se ve agravada por el hecho de que aproximadamente el 80 %viii de sus tierras y territorios
consuetudinarios colectivos carecen de títulos de propiedad formales y no están reconocidos
legalmente de otro modo. Esto, a su vez, está relacionado con otros abusos. Así, el Mecanismo de la
Unión Europea para los Defensores de los Derechos Humanos está experimentando un drástico
aumento de las solicitudes de ayuda de emergencia debido a violaciones de los derechos humanos
relacionadas con la invasión de tierras ocupadas por comunidades indígenas y locales por parte de
empresas agrícolas, mineras y de otro tipo. La organización Frontline Defenders calculó en su Análisis
Global 2020ix que las personas defensoras de los derechos de los pueblos indígenas representaban el
26 % de los/as defensores/as asesinados/as en el mundo ese año.

Aunque la propuesta original de la Directiva se basa en una extensa serie de instrumentos de derecho
internacional para tratar de definir los efectos adversos que las empresas deben identificar y abordar,
no refleja la totalidad de los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades locales
amparados por el derecho internacional x y, por tanto, no alcanza su objetivo de desarrollar un marco
integral de diligencia debida en materia de derechos humanos.

Con el fin de velar por que los derechos de los pueblos indígenas, así como los derechos de otros
pueblos y comunidades locales, no queden excluidos de la labor de la Unión Europea para hacer
frente a las violaciones de los derechos humanos en las cadenas de valor de las empresas, pedimos a
los miembros de la comisión JURI que apoyen las siguientes mejoras de la Directiva:

1. Mejorar la cobertura de los derechos internacionalmente reconocidos de los pueblos


indígenas, entre otros, el derecho a la autodeterminación y el CLPI.

Aunque el derecho de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos figura explícitamente
en el punto 20 del artículo 1 del anexo 1 de la Directiva, la propuesta no contempla otros derechos
esenciales de los pueblos indígenas, como el derecho a la autodeterminación xi y el derecho al
consentimiento libre, previo e informado (CLPI)xii. Además, aunque algunas escasas disposiciones de
la Directiva mencionan los derechos sobre la tierra y los recursos, no se hace referencia a otros
convenios vinculantes que protegen igualmente los derechos de los pueblos indígenas, como el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC), la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación Racial (ICERD) y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) xiii. Estos tratados han sido ratificados por todos
los Estados miembros de la Unión Europea y se deberían mencionar explícitamente en el texto. Las
disposiciones de la Directiva que figuran en el anexo también omiten especialmente el requisito de
dar prioridad a la restitución de las tierras en caso de expropiación ilegal de las tierras de los pueblos
indígenas, tal y como se establece en el artículo 28 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI)XIV. Este requisito también se debería reconocer
explícitamente en el texto.

2. Proteger los derechos de otros pueblos y comunidades locales, en particular sus derechos
sobre la tierra y los derechos conexos.

Además de las carencias mencionadas con respecto a los derechos de los pueblos indígenas, la
Directiva tampoco protege adecuadamente los derechos sobre la tierra y los derechos asociados de
otros pueblos y comunidades locales. Con arreglo a la propuesta actual, las empresas únicamente
están obligadas a evaluar los posibles efectos adversos sobre las tierras propiedad de otros pueblos y
comunidades locales en la medida en que estén relacionados con el derecho a un nivel de vida
adecuado según el artículo 11 del PIDESC. xv

Sin embargo, los derechos de otros pueblos y comunidades locales en virtud del derecho
internacional, aunque son distintos de los de los pueblos indígenas y diversos en función de la
naturaleza del pueblo o comunidad de que se trate, trascienden considerablemente lo anterior. En
muchos casos, estos derechos son también colectivos y merecen protección como tales. El hecho de
no reconocer la diversidad y complejidad de las medidas de protección de los derechos sobre la tierra
que amparan a los distintos grupos y pueblos es una omisión preocupante que amenaza con negar la
protección y el acceso a vías de recurso a muchos millones de personas y comunidades cuyos
derechos sobre la tierra se vulneran regularmente a causa de las actividades de las cadenas de valor
de las empresas. Por lo tanto, sus derechos deben protegerse explícitamente de conformidad con el
PIDCP y el PIDESC.

3. Exigir a las empresas que consulten y respeten plenamente los derechos de los titulares de
derechos vulnerables en el marco de sus procesos de diligencia debida.

Otra de las principales carencias de la propuesta de Directiva se refiere a la obligación de las


empresas de consultar a las partes interesadas afectadas en el marco de sus procesos de diligencia
debida. Una de las principales preocupaciones es que, de hecho, la consulta a las partes interesadas
sería voluntaria, ya que las empresas únicamente estarían obligadas a llevarla a cabo “cuando
proceda”xvi. Por otra parte, la propuesta sobre los procesos de consulta a las partes interesadas no
tiene suficientemente en cuenta los requisitos específicos de la legislación internacional en materia
de consultas a los pueblos indígenas y a otros titulares de derechos colectivos, entre otros, el derecho
al consentimiento libre, previo e informado (CLPI).

Tampoco presenta parámetros o directrices sobre la calidad de las consultas a las partes interesadas
(por ejemplo, sobre la comunicación en la lengua local, la garantía de accesibilidad, la inclusión y la
adecuación cultural o la no injerencia en su gobernanza), ni una indicación clara de los plazos
correspondientes. También se echa en falta el reconocimiento de la necesidad de consulta y
consentimiento en relación con la determinación de la reparación adecuada de los daños causados
por las empresas, que, como se ha indicado anteriormente, en el caso de los pueblos indígenas, debe
incluir la restitución de las tierras de las que objeto de apropiación sin un CLPI. La Directiva debería
exigir a las empresas que consulten a los titulares de derechos vulnerables en el marco de sus
procesos de diligencia debida y que respeten plenamente sus derechos para que las medidas de
mitigación y reparación satisfagan las necesidades y expectativas de dichos titulares.

Ante la inminencia de la votación en la Comisión JURI, les pedimos que, en su calidad de miembros
de la misma, apoyen aquellas enmiendas que mantengan y mejoren la propuesta de la Comisión en
lo que respecta a la protección de los derechos de los pueblos indígenas, así como a los derechos
de otros pueblos y comunidades locales. Este enfoque es el único que permitirá cumplir con las
obligaciones internacionales de la Unión Europea y se ajusta a las recomendaciones formuladas
reiteradamente por el Parlamento Europeo desde 2018, que recordó en su resolución de marzo de
2021xvii. Contamos con ustedes.
Firmantes:
i
Como principio general, los “pueblos” (entre ellos, los pueblos indígenas) tienen un derecho colectivo a la
autodeterminación protegido por el artículo 1 común del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y
el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), así como por otros instrumentos
regionales como la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (artículos 19 y 20), entre otros. Los
“pueblos” pueden asimismo tener otros derechos colectivos asociados a su naturaleza (véase, por ejemplo, la Carta
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, artículos 21-26; Pueblo Saramaka vs. Surinam, Corte Interamericana
de Derechos Humanos, Ser. C nº 172, 28 de noviembre de 2007); Convenio nº 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y
tribales.
ii
Aunque en el derecho internacional de los derechos humanos se utiliza el término “comunidades locales” (por
ejemplo, en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos, así como en numerosas
observaciones finales y órganos creados en virtud de tratados), carece de un significado unificado a escala mundial y
no es un término que se asocie a un tipo concreto de grupo de titulares de derechos con derechos específicamente
definidos. Se trata más bien de un término general que engloba a grupos heterogéneos, entre otros algunos que, por
su cultura y tradiciones, cuentan con derechos colectivos que pueden ser muy similares a los de los pueblos indígenas,
así como otros cuyos derechos individuales están protegidos, aunque no tienen ninguna dimensión colectiva. Debido a
la diversidad de los grupos que abarca el término “comunidades locales”, resulta imposible establecer derechos
específicos para todas las “comunidades locales”, y, por el contrario, la naturaleza de los derechos que las empresas
deben respetar en relación con las comunidades locales depende del contexto y se deben determinar caso por caso,
con arreglo a la legislación vigente en materia de derechos humanos. No obstante, cabe señalar que los derechos
colectivos a la autodeterminación, a la tierra y al consentimiento libre, previo e informado se han reconocido en
relación con algunos grupos que, en determinados casos, pueden denominarse “comunidades locales”, como algunos
grupos afrodescendientes (véase, por ejemplo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso de la Comunidad
Moiwana vs. Surinam, Sentencia de 15 de junio de 2005 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas),
párr. 133; Corte Interamericana de Derechos Humanos 2007 Parte VII; Pueblo Saramaka vs. Surinam, Corte
Interamericana de Derechos Humanos, Ser. C n.º 172, 28 de noviembre de 2007), así como algunos tipos de
comunidades tradicionales (véase, por ejemplo, Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP),
Centro para el Desarrollo de las Minorías (Kenya) y Grupo Internacional pro Derechos de las Minorías en nombre de
Endorois Welfare Council c. Kenya, 276/2003, 4 de febrero de 2010, párr. 238; CADHP, Comisión Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos c. República de Kenya, Solicitud n.º. 006/2003, 4 de febrero de 2010, párrafo 238);
República de Kenya, Solicitud n.º 006/2012, Sentencia de 26 de mayo de 2017, párrafo 123; Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, Comunidad de Agricultores Tradicionales y Pescadores Artesanales de Areais da Ribanceira c.
Brasil, Informe n.º 131/20: Petición 90-11: Informe de admisibilidad. Véanse igualmente las referencias a los derechos
a las tierras consuetudinarias y al consentimiento libre, previo e informado de las “comunidades locales” por parte del
Comité de Derechos Humanos (por ejemplo, CDH (2018), Observaciones finales: Liberia, Doc ONU n.º
CCPR/C/LBR/CO/1, párrafos 46 y 47).
iii
Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, David Boyd (2022),
Policy Brief No. 3: Essential elements of effective and equitable human rights and environmental due diligence
legislation, disponible en: https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/issues/environment/
srenvironment/activities/2022-07- 01/20220701-sr-environment-policybriefing3.pdf .
iv
IWGIA (2022), El Mundo Indígena 2022: Empresas y derechos de pueblos indígenas
v
Forest Peoples Programme (2021), Defending Lands, Lives and Livelihoods in the Peruvian Amazon
vi
Forest Peoples Programme (2018) Cerrando la brecha: soluciones basadas en los derechos para hacer frente a la
deforestación
vii
World Resources Institute, Undermining Rights: Indigenous lands and mining in the Amazon
viii
Iniciativa de Derechos y Recursos (2020), Cálculo de la superficie de tierras y territorios de pueblos indígenas,
comunidades locales y Afrodescendientes donde se han reconocido sus derechos, disponible en:
https://rightsandresources.org/es/publication/calculo-de-la-superficie-de-tierras-y-territorios-de-pueblos-indigenas-
comunidades-locales-y-afrodescendientes-donde-se-han-reconocido-sus-derechos/.
ix
Frontline Defenders (2020), Análisis global 2020.
x
Forest Peoples Programme (2022), ¿Qué significado tendrá para los derechos de los pueblos indígenas y de las
comunidades locales la Directiva sobre la Diligencia Debida de las Empresas en Materia de Sostenibilidad propuesta
por la Comisión Europea?
xi
Protegido, entre otros, por el artículo 1 común del PIDCP y el PIDESC, y por el artículo 3 de la DNUDPI. Véase
también la Recomendación general nº 39 (2022) del CEDAW.
xii
Protegidos, entre otros, por los artículos 1 y 27 del PIDCP (véase, por ejemplo, Poma Poma c. Perú, Comunicación
n.º 1457/2006), el CERD (véase, por ejemplo, Agren c. Suecia (2020), Doc. ONU n.º CERD/C/102/D/54/2013).
xiii
Cabe citar, entre otros, los artículos 1, 17 y 27 del PIDCP (véase Poma Poma c. Perú, Daniel Billy c. Australia (2022);
los artículos 1, 10, 11 y 15 del PIDESC, la Observación General n.º 26 (2023) sobre la tierra y los derechos económicos,
sociales y culturales; el numeral v) del inciso d) del artículo 5 de la CERD, Recomendación General n.º 23; véase
también los artículos 13 y 14 de CEDAW, Recomendación General n.º 39 (2022).
xiv
Este requisito se establece explícitamente en el artículo 28 de la DNUDPI, pero también se desprende de otras
fuentes: véase, por ejemplo, Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso de la Comunidad Indígena
Sawhoyamaxa vs. Paraguay (2006), párrafo 128.
xv
Numeral 19 del artículo 11, anexo 1.
xvi
Véanse el artículo 6.4; el inciso a) del artículo 7.2 y el inciso b) del artículo 8.3.
xvii
Parlamento Europeo (2021), Resolución (2020/2129(INL)) de 10 de marzo de 2021, con recomendaciones
destinadas a la Comisión sobre diligencia debida de las empresas y responsabilidad corporativa

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