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FALLOS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION REPUBLICA ARGENTINA . RENIN A FALLOS DE LA CORTE SUPREMA JUSTICIA DE LA NACION (CON LA REL.CION DE SUS RESPECTIVAS CAUsAS PUBLICACION DIRIGIDA POR Los Dares. ESTEBAN IMAZ ¥ Ricarpo E Rey Sectecarios del Tribunal VOLUMEN 220f_ ENTREGA Primera IMPRENTA LOPEZ PERO 666 — BUENOS AIRES 1951 FALLOS pe ta CORTE SUPREMA ARO 1951 — Junio FLORA C. VILLATE DE ANCHORENA v. NACION ARGENTINA RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios, Cuestiin fede- ral, Curstiones federales complejas. Incowstiticionnlidad de mormas y actos nacionales, Es procedente el recurso extraordinario que se funda por Ia parte actora en que el pago del impueato territorial por el monto iniicado en las boletas correspondientes, la liber de toda deuda al respecto incorporando a su patrimonio un derecho adquirido amparado por la garantia constitu- cional de la propiedad —aunque haya mediado error en Ia liquidacién efectuada por las respectivas oficinas para establecer el monto del gravamen—, toda vez que la de- eisién de la cuestién planteada no depende tan sdlo de la interpretacién de les normas establecidas en el Céd. Civil, sino también del aleanee que se atribuya a las diaposiciones eonstitueionales referentes a la mencionada garantia. PAGO: Principios generates, El pago de un gravamen con arreglo al monto y forma exigidos la ofieina encargada de su percepeién, pro- duce la liberacién del contribuyente, que incorpora asi a su patrimonio un derecho adquiride amparado por la ga- rantia eonstitucional de la propiedad, aunque las autori- dades fiseaies hayan incurrido en error al efectuar las operaciones tendientes a determinar el monto del grava- men; jurisprudeneia que tiene fundamento en el efecto extintive del pago y muy especialmente en la indole de Jas relaciones existentes entre el Fisco ¥ los contribuyentes y en Ja tutela de la seguridad juridica requerida por la garantia constitucional de la propiedad. Pero esa pro- HOJA COMPLEMENTARIA CoRTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA Nacion HOJA COMPLEMENTARIA CoRTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA Nacion PR a ee ey 6 PALIOS DE LA CORTE SUPREMA teccién es inconciliable con la inexistencia de buena fe por parte del contribuyente; por lo que no aleanza al caso en que el silencio guardado por el duefio en presencia de una liquidacién del impuesto territorial inexplicable y des- proporcionadamente inferior a todas las anteriores —debida al error de una oficina administrativa— exeluye la buena fe que debié observar en sus relaciones con el Fiseo, mi- xime si no se ha demostrado que hubiera mediado una rebaja general del gravamen, ni gestiin de Ja actora para obtener la reduceién del mismo, y si no existia eireuns- tancia alguna que hubiera permitido creer razonablemente en una rebaja deliberada y consciente, Sentencia pew Juez Fevers Buenos Aires, 31 de marzo de 1949. Y¥ Vistos: para dictar sentencia en estos earatulados ‘‘Vi- Hate de Anchorena, Flora ©, ¢./ Gobierno de la Nacién s./ repeticiin”, de cuyo estudio resulta: a) Que a fa. 8, 1. Manue) Belgrano inieia demanda en representacién de Ia aetora contra el Gobierno de la Nacién per repeticién, de la cantidad de # 32.184 m/n.. més las costas del jnicio, Refiere que loa inmuebles de las calles Taleahuano 1257 ¥ Lavalle 477/99 esq. San Martin 523/29 pertenecen a la su- eesién de D. Benjamin Floro Anchorena, habiéndose abonado en su oportunidad a la Administracién General de Contribucién Territorial los impuestos correspondientes a los afios 1938 a 1946 como To aeredita eon Ing boletas que agrega. Pese a ello la mencionada reparticién requirié a la sueesién en el afio 1947 cl pago de $ 32.184 m/n, en coneepto de ‘diferencia’ no percibida de lox gravimenes, el que se realizh bajo formal protesta, desestimindose posteriormente el reelamo administra- tive que fe 16, primero por decisién del Sr, Administrador “iin ‘Territorial luego por decreto del Poder ivo de Ia Nacién, con lo que quedé expedita la via Sostienc que habiéndose pagado el tributo en el tiempo, lugar y forma exigido y otorgado el Fiseo los reeibos de con- formidad, sin reserva alguna, Ia obligacién queda extinguida ue nediara una omisiin o error en la valuacién que viera de base para el cfleulo, Entiende que el derecho de li. beravién adquiride constituye una propiedad en la acepciin * DE JUSTICIA DE La WamGw 7 sonstitucional, que no puede alterarse por an aeto unilateral de la administracién, al que se pretenda dar efecto retroactivo. Funda la acciin en lo dispweste en los arts, 505, 724, 792, 794, 2 ¥ 4044 del C. Civil, invocando Jo resuelto en un caso anilogo por la Corte Suprema de Justicia de la Nacién ¥ dejando planteado el easo federal para el supuesto de que no se haga lugar a la demanda. b) Corrido traslado lo contesta en representaciin de la Nacién, el Sr, Agente Fiseal Dr. Rail Juliin Paz, solicitando el rechazo de la aecién, con costas, y planteando también la euestién federal para cl caso en que no se haga lugar a sua pretensiones, Reeonoce que la actora aboné los impuestos por el importe de las boletas agregadas, que la administracién le requirié el pago de Ia diferencia que motiva el pleito, como también el protesto y la denegatoria del reelamo que hizo, pero sostiene en cambio que la liberacién fué otorgada mediando errores de hecho que impiden surta efectos legales, como que, en lo que respecta a la finea de la calle Lavalle, so asigné al edificio en la tasacién un valor de $ 77,600 en ver de $ 667.000, y en lo que se refiere a la de la calle Taleahuano se dié al terreno el valor de * 65.100 em Ingar de # 71.500 por fi Fr con una extensién en menos de 64 mts, euadrados a r: de $ 100 el metro. Por ello, el reajuste practicado conforme a la ley 12.285, no es aplicacién de valuseiones con efecto retroactivo, Sefiala finalmente que ¢l importe de la valuacién de las refe- ridasx propiedades en los afios 1928 a 1937 era ¢l correeto ¥ que él propietario no pidié aclaratoria de las visibles diferencias a au favor correspondiente al periodo siguiente. Si se hiciere Ingar @ Ia demanda, agrega, como no se habria cumplide exaetamente la obligacién tributaria, se sancionaria un enrique- cimiento sin causa y se violaria la norma constitucional que establece que la igualdad es la base del impuesto y de las eargas publicas, Funda su derecho en lo dispuesto por los arts. 499, 505, 797 y 798 del C, C. Considerando: T) Que ante la forma en que qued6 planteada la litis, ha qnedado reconocido que Ja actora aboné en su oporturidad Jas liquidaciones de los impuestos de Contribuciém Territorial co- rrespondientes a los afios 1998 a 1946, segiin las practicé la administracién. Esté probado también el reclamo de las ‘‘di- ferengias'’, el pago bajo protesto y la denegatoria administra- tiva a la devolucién de an importe. a PALLOS DE LA CORTE 5UFREMA El hecho de haber extendido la Administracién de Con- tribucién Territorial loa recibos, sin salvedad ni reserva al- guna, importa para el ribuyente haber obtenido la libera- eién de su deuda conforme a lo dispuesto por los arts, 724 y 505 in fine del C, Civil, jaun mediando errores de hecho? El suscripto entiende que es menester distinguir entre el error de heeho excusable y el inexcusable y que In doctrina que se invoea del alto tribunal no tiene el alcanee que se pretende, ni puede tampoco aplicarse al sub-examine sin discriminacio- nes, porque los casos resueltos, aun guardando cierta analogia, no son idénticos al presente, advirtiéndose diferencias que ha- cen que en la especie la solucién deba ser distinta. TT) Que segfin la doctrina sustentada por Ia Exema. Camara Civil Segunda en el fallo que se encuentra publicado en J. A, ate pag. 920, tratindose del simple caso de re- de impuestos en que no ha sido impugnada Ja incons- titocionalidad de la ley u ordenanza que los sanciona, ni plan- teada la inequidad ‘le Ja_valuaciin, sino la de abonar el impuesto o tasa correspondiente cuando In autoridad piiblica descubre el verdadero estado de la propiedad, Nama nucva- mente a cuentas al contribuyente, no quiere decir que se aplique un impuesto por carfeter retroactivo, pee el Es- tado en sentido lato perciba lo que le es adeuw por el ponent eon mucha anterioridad a su cobro, por imperio le normas no impugnadas. Si se tiene en cuenta con Brexsa, El acto juridice irregu- lar y el régimen fiseal, ‘‘Anuario del Instituto de Derecho Piblico’’, Rosario, 1946, t. VII, pag. 3, que con el producto de los. impueatas el Estado hace frente a los gastos que deman- de la atencién de loa servicios piblicos en beneficio de Ia eolectividad, es obvio sefialar Ix fundamental importancia de ue se provea de sus rentas; y si aceptamos como principio a devacho fi fiseal que la relecion tributaria se determina por In base econdmica, esto cs, por la real y efectiva adquisicion o mutacién de la riqueza, la conclnsién es que no puede negar- ele el derecho de enmendar loa errores en la medida de lo posible, mediante nuevos actos juridicos, conforme a las leyes y reglamentos, qne pongan les cosas en su estado anterior, El Estado exige una suma de dinero en situaciones que indiean una capaci eontributiva, un estado de riqueza, que se debe si se verifiea um determinado presupuesto de hecho (danact, El hecho imponible, pigs. Be siendo la causa filtims, 1s remuneracién de la proteccién dispensada en todo sentido por el poder piiblico com Ja consiguiente ventaja del contribuyente mismo. Dadas las caracteristicas propiaa del DE JUSTICIA BB LA NACION 9 derecho fiscal, la rigidez de sus principios no tiene mis atem- peraciones que las fundamentales de orden constitucional de igualdad, unifermidad y proporcionalidad (Bietsa, Derecho Administrativo, t. 3, pags. 207 y 208). Pues bien, en autos se habria producido el presupuesto de heeho en la forma conce- bida y sin embargo la actora pretende no pagar la retribuciém debida, aun sin negar el errer como lo hace en su alegato, ni diseutir que no sea justa ni equitativa la valuacién que resulté al procederse al reajuste, TIL) Que la Corte Suprema de Justicia sostuve que si bien el principio de no retroactividad es de la ley y no de la Constitueién y que los impuestos pueden ser retroaetivos por- que en sus efectos priicticos someten al gravamen las propie- dades sujetas a él, para responder a exigencias del Estado, no se puede alterar un derecho adquiride al amparo de la legislacién anterior, Reconocié que los impuestos son actos de gobierno y de potestad pibliea, pero sefialé que el pago crea una situacién contractual entre el Estado y el contribuyente exteriorizada por el recibo, que da un derecho liberatorio que como tal constituye un derecho patrimonial adquirido, que no puede contrariarse sin menoscabo del art. 3° del C. Civil. No atendié 1a posibilidad de una infraceién del eontribuyente porque el Fiseo dispone de los medios adecuados que le con- cede la ley para fijar con exactitud el valor de los inmuebles sin dependencia de la voluntad del propietario, ne siendo fun- eién de éste fisealizar, controlar y apercibir a aquél por el desenido o inefieacia de los encargados de organizar Ja buena recepcién de la renta fiseal; no tuvo en euenta el error adu- ecido porque de admitirselo como causa valida se crearia una situaeién de verdadera incertidumbre para el contribuyente, una grave perturbacién en las transacciones relativas a in- muebles, desde que no seria posible nunca saber al comprar o vender si existirian deydas por impuestos de contribueién directa (J. A., t. 40, p. 46). Esta doctrina fué recientemente reiterada en otros dos fallos publicados en La Ley, t, 48, pig. 630 y en J. A., MB Ateniéndose a esas conclusions parceeria ‘‘prima facie'’ que la demanda debiera prosperar, soluciém que se desecha si se ahonda el estudio de la cuestiin. En el primero de los casos eitadog se trata de ineluir en el valor de tasacién la valua- eién de edificios de antigua data y en los otros de apliear ‘otro tipo de tasa, bien por absentismo —no resulta claro del fallo— bien por impueste adicional en razén de la colindancia de los inmuebles de un mismo propietario. No obstante, el 10 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA suscripto entiende que las decisiones aludidas se fundaron sobre la base de que el error no era excusable. De lo contrario, tratandose de la administracién yningin rol juega el error? Anunca es éste excusable? ;careee de facultades para en- mendarlot gse encuentra frente al error en peor condicién que cualquier particular? Evidentemente; no, V) Que en apoyo de esta doctrina es conveniente traer a colacién el fallo de la Camara Civil Primera publiendo on A, 1948-1-46, en el que el tribunal adhirié al voto del «n- tonees voeal de la mist y actual m iro de Ia Corte Su- prema, Dr, Tomis D. Casares quien dijo que la yaluacién notifieada al contribuyente, heeha sin incurrir en viciog de forma o errores relatives a la naturoleza, condiciones o euali- dades de lo valuado, no puede altcrarse vilidamente, de donde s¢ deduce que su pensamiento habria side de que el trimite administrativo seria firme mientras no mediara win vicio esen- cial que auterizara su annlaciin, El fundamento fué tenido también en cuenta sue fallo de la misma Camara y Sala Por otra parte, que la validez de una decla- racién depende de su eoncordaneia con Ia determinaciin y que si se expresa en forma distinta, contraria o errénea respecto a la voluntad determinada, el acto esti vicindo. En la esfera de la Administraciin Pdblica, lo mismo que en derecho pri- vado, el error esencial con relaciém a los elementos constitu- tives del acto determina un vielo que puede referirse tanto al sujeto, como al objeto. o a la eansa o motive del prean- puesto, pero a los efectos de modificar nna situacién juridien debe ser excusable, es decir, no producido por In negligencia, teniendo en cuenta que por diligentes ¥ ecompetentes que sean low funeionarios, estiin siempre expuestos a errores de buena fe (Derecha Administrativo, t. 1, pigs. 216 y 284). Dehe repararse que a los actos juridicos administratives les son aplirables Ios prineipios del derecho referentes a los netoa juridiens, sin perjuieio de las modalidades determinadas por las normas especiales del derecho piiblico administrativo, en atencién al proceso y a la forma en qne la voluntad de In Administracién se deba producir y manifestar. Admito que el caso particular del Estado, deberd apreciarse con mas seve- ridad si se quiere Ia inexcusabilidad del error, a fin de dar seguridad al trifico dado los medios de que dispone para obrar eon exactitud; pero no debe perderse de vista que los fines que persigne estin por encima de los intereses de los partieulares euando actin en la ‘a fe los actos de poder pablico. ‘Conforme a la opiniim de Racat, Luria, Sull’atio ammi- ‘DE JUSTICIA DE LA NACIN us nistratwo, straite dalla Riv. di Dir, Public, Part. I, n* 285 de 1917, ‘‘no se puede insistir sobre un sistema contrario alegando la buena fe de los tereeros. Parece que mucho mas que el interés privade, que ha hecho fe en la manifestacién de voluntad, debe ser tenida en consideracién el interés pa- blico, que directamente es tomado en mira en el acto admi- nistrativo, interés que puede correr graye peligro, de tenerse que estar a wna declaracién da voluntad de Ja Administracién que falta en el caso, mientras debe ser, por definicién, ele- mento esencial del aeto administratiyo. Ademdéas los actos ad- ministrativos tienen una forma de procedimiente tal, que puede ser no dificil al tereero de acertar von la propia diligencia la correspondencia entre Ja voluntad verdadera y su decla- racién"’, Por ello, de considerar que medié un error excusable que para la actora debid resultar evidente, no tendrin fundamento la invocacién de que se estaria en presencia de una valuacién con efecto retroactivo, ni tampoco de que los citados pagos earecerian de causa legitima, V) Que se desprende del expediente administrative agre- gado como prueba, que los errores, motive del presente juicio son de naturaleza distinta a los que motivaron los fallos de la Corte Suprema de Justicia, onalizados, Con respecto a la finea de Ia calle Lavalle, esq. San Mar- tin, figuré durante los aftos 1928 a 1937 en dos partidas segtin las cuales el valor de los terrenos era de m$n. 420,000 y de lo edifiesdo de m$n. 700.000, vale decir que el de In Propiedad era de m@n. 1.720.000; en 1988 reunidas ambas partidas em una N* 220,986 se asienta un valor de mn. 569.440 al terreno y de mn, 667.000 al-edificio, pero por error de suma o copia como se explica a fs. 7 vta. y § del cit, exp.. se asenté, en la Seceiin Avaliios, Ja cantidad de $ 77.600 en ver de In citada en altimo término, eon un total para la propiedad de min, 441,000, inferior también al real que hubiera correspondido establecer en ese afio. No obstante ta- mafia diferencia, frente a este error facilmente pereeptible, la interesada guardé una aetitud completamente Pasiva y en lugar de abonar un impuesto anual de cs 6.720, lo hizo por méfn. 2.646 (informes de fs. 59 y 66), y si bien es cierto que no era su obligacién llamar Ia atencién al Estado sobre tal eireanstaneia, que importaba como lo pone de manifiesto la perieia de fs, 72 presentada de comin acuerdo por los tres peritos designados, atribuir el valor de # 10 aproximadamente al metro de superficie eubierta en Iugar de 8 100 que era el razonable, no puede prevalerse de au actitud invocar au buena 2 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA fe frente al error, porque ello importaria aceptar el deseono- eimiento absoluto del valor de la propiedad y prescindir por completo de los antecedentes y de su relaciin para con el fisco hasta entonces, Jo que no es admisible. El suseripto estima que aquel error es excusable porque no puede atribuirse a negligencia del Estado, menos todavia euando ambas partes aceptan que se trata de un error de suma de ja Administracién o de su agente, que no esta exento cualquier persona de eserihir una palabra o cifra di de aquella que habia pensado, incurriendo en una equivoen- cién involuntaria de orden materin] como en la capecie. No se trata de un error de téenica, de informacién o de eriterio, sino vuelvo # repetirlo, un simple error material. Cuando la desarmonia entre Ja deelaracién de voluntad sea tal que el interesado pueda tener noticia o esté en con- diciones de tenerla usando de u normal diligencia, esta admitido por la doctrina, que el Estado puede revocar el acto por motivo de eonveniencia o de nulidad, sin que se vea en la necesidad de tener que reeurrir 1 la via judicial para obtener el fin propuesto —Cammero: J'errore netle dichiarazione di voluntd. como vizio degli atti amméinistrativi ¢ im porticolare dei deereti su ricorso gerarchica, en Giurisprudenza Ialiana, 1907-111-105—. Se hace cargo el suseripto del fundamento que se ha heeho de la inestabilidad que *¢ produciria en las transneciones in- mobiliarias, pero no debe exagerarse cl argumento y scfialarse en cambio que ex menester tener en cuenta Ia bhena o mala fe con que actuaron las partes, y que la ley 11.285, en su art. 25, dispone que en los easos de enajenacién deberi otorgarse ‘un certifieado de deuda que con respecto al tercero tiene el efecto de una liberacién hasta la fecha de su otorgamiento, purgando toda deuda que hubiese cobrado, aparte de que la preseripeién obra también como limite bastante. Conforme a las consideraciones precedentes, se desprende que el acto administrativo, origen del juicio no viola ninguna garantia constitucional. En cuanto a la finea de Ja calle Taleahuano, se trateede un error al tomar el metraje del terreno, pues se le asigné 651 m?, advirti¢ndose posteriormente que habia una omisién de 64 mts, y segin la pericia silo de 52 mts, y fraccién. Dicho error no és excusable como el anterior, ya que en el periodo de 1928 1937 se habia incurrido en 41; y en segundo, indica una falia de diligencia en los téenicos encargados de la operacién, no obstante tener el Estado todos los medios necesarios a su aleanee para establecer las valuaciones. Por ello al hacer DE JUSTICIA DE LA NACION 13 jugar a la demanda en este aspecto no altera el principio de la igualdad en el pago del impuesto, alegado por el Sr, Representante del Fisco. Por estas eonsideraciones y conforme a lo disp los arts, 505, 797, 798, 926, 724 y concordantes del C. C Fallo: Haeiendo Ingar a In demanda en lo que se refiere o la repeticion del impuesto de contribucién territorial de la finea de la calle Taleahuano N? 1257, eondenando a la Naciin a devolver la suma de mn. 324 y rechazindola con referencia a la repetici6n de los impuestos de la finea Lavalle N° 477/99 esquina San Martin Nv 523/29 por la suma de mn. 31.860. Costas por su orden y Jas eomunes por mitad, dada la natu- raleza, complejidad del asunto y la forma del pronuncia- miento. — Miguel Sdnckez de Bustamante, SENTENCTA DE La CAstara Spaunna DE APELACIONES BN Lo Civ En Buenos Aires, Capital de Ja Repibliea Argentina, a 17 de julio del Ato del Libertador General San Martin, 1950, reunides los Sres. Voenles de la Exema, Camara 2* de Apela- clones en Io Civil, en su Sala de Acuerdos, para conocer el recurso interpuesto en los autos earatulados: “‘Villate de An- ehorena, Flora Cornelia e./ Gobierno de la Naeiin s,/ repe- ticién'’, respecto de Ia sentencia de fs. 85, ¢] Tribunal planted la siguiente cuestiin : } Es arreglada a derecho Ia sentencia apeladat Practicado el sorteo, resulté que la votaciin debia tener lugar en el orden siguiente: Sres. Vocales Dres.: Bargallé Cirio, Méndez Chavarria y Coronas. El Sr. Vocal Dr, Bargalté Cirio, dijo: Consideraré en primer tarmimo los agravies de la actora. ‘La tesis de ésta expuesta a fs. 100, consiste en la afirmaciéa de que “‘el error, por simple razén de existencia, seria inex- cusable en esta, Administracién, drbitro imeontrolado de su voluntad en la creacién de una obligacién a eargo del contri- buyente’’. Frente a cata afirmacién comparto la prudente doctrina que sustenta el fallo apelade. El aetor no discute el error material —evidente por lo i PALLOS DE LA CORTE SUPREMA demés— en que incurrié el Fiseo al confeccionar y exigir el pago de Jes boletas de Contribucién Territorial eorrespondien- tes al inmueble sito en las calles Lavalle 477/99 esquina San Martin 523/29. bre el particular basta tener presente los términos de su alegate a fs. T7 via. y las constancias que obran en el exp, administrative agregado al presente, El actor niega al Fisco el derecho de reclamar el importe de las dife- rencias, para lo cual se apoya en el valor cancelatorio del pago segtin lo que resulta de los arts, 724 y 505 del C. Civil, No puede eaber la menor duda de que el pago importa un acto juridieo involuerado en log términos del art. 44 del C. Civil, y por Io tanto un hecho voluntario en cl sentido que determina el art. 897, y que para serlo requiere indispensa- blemente ser ejecutado con discernimiento, intencién y liber- tad, pues los hechos a los que faltase alguno de estos requi- sitos ‘‘no producen por ai obligacién alguna’? —art. 900—. Los actow se reputan practieados sin inteneiin “Cuando fue- an hechos por ignorancia o error’? —art. 922—. A su vez el error de hecho no perjudica, cuando ha habido razén para errar, pero no podré alegarse cuando la ignorancia del verda- dero estado de lag eosas proviene de una negli; ja culpa- ble™* —art, 929—, Por tanto no puede partirse para Ja solucién del pre- sente, a ls afirmaciin del valor cancelatorio del pagn y de la vineulacién de este prineipio con el resguardo conatitucio- nal de Ja propiedad. Porque es ese valor cancelatorio, el que se ni¢ga, en razin de] error que se arguye como exeluyente de la intencién, necesaria en todo acto voluntario. Me ealoco en Ja hipétesis de que en un error semejante al izado em autos hubiera incurrido un particular o una persona juridica distinta del Fiseo. Me parece que ain la menor duda y con aplicacién lisa y Mana del art. 797 del ‘C. Civil se hubiera negado a ese pago fuerza extintiva bas- tante para impedir el reelamo del acreedor fundada en el error. Comentando este artienlo dice Como, Obligaciones, me 723, que bast con que el error lo sufra el acreedor ‘‘que 4 quien pretende el restabh ito del verdadero sfatu quo ante, y si el deudor es de mala fe podra ademis ser pasible de una indemnizaéién"'. La actora sostiene que el error ea inexcusable por ser el Fiseo quien incurre en él. No creo que haya en nuestro de- recho disposicién alguna en la que se pueda fundar tal con- clusién. Ta actora al agraviarse, no menciona otras fuera de loa arts, 902 y 909 del Cédigo. El art. 902 sienta una regia general que establece a] modo de una ecuacién entre la pru- DE JUSTICIA DE LA NacION 1s dencia con la que deba obrarse y la obligacién que rete de las consecuencias posiblés de los hechos. Permite entonees en razén de esa prudencia y de ese pleno conocimiento de las vosas, extremar el alcance de las obligaciones. Ex una norma de @nterpretacién, no exclusién, En cuanto al art, 909 con- sidero que cont la posicién del actor, pues estableee que para la estimacién ‘‘de los hechos voluntarios, las leyes mo toman en enenta la consideracién especial o In facultad intele- leetual de una persona determinada La sola circunstaneia de ser el Fiseo quien estableee Jax normas de percepeién del impuesto no es bastante para ex- eluir los efectos del error, Dice la actora en el parrafo que juzga el capital de su expresién de agravios, que la Adminis- tracién ca ‘‘Arbitro incontrolado de su voluntad de erefeién de una obligacién a eargo del contribuyente’’. La adminis- tracién no erea la obligacién del impuesto, que deriva de la ley, por 16 que se expresa la dispesicién y voluntad del parle a través de sus representantes. Argiir la Administracién ¢! error en qué se ineurrié, no importa tampoco crear una obli- gacién nueva en calidad de ‘‘irbitro ineontrelado”, pues en nuestra organizacién se da el reeurso judicial del que es ejemplo la presente eontienda, de tal ane que el error deba argiiirse, demostrarse y juzgarse excusable. El eriterio para apreciar Ja exensal jad del error debe por la fuerza de las cosns ser cireunstancial, segiin Jo sefiala el propio codifieador en la nota al art, 929. En cuanto al juicio mismo sobre su naturaleza comparto las conclusiones de la sen- tencia apelada a enyos sélidos argumentos me reniito. No juzgo artificiosa la distineién que xe sostiene entre el error material de suma o de trasposicién de niimeros relatives 8 la tasacién de la finca sita en la calle Lavalle esquina San Martin, y el error de medidas en que se incurrid en lo que hace al eae ubieado en Ja calle Taleahuano, El primero ea ese error en el que cualquier persona fisica o juridiea puede in- currir por perfécta que se suponga su capacidad o au organi- zacién. La actividad de las personas es en iiltimo término la de las personas fisicas de las que se sirve. En cambio la segun- da constituye una operaeién técniea que supone determinados eonocimientos y la aplicacién ds pnp clentifieos, Por esto mismo ha de exigirse un cuidado especial. Que el derecho a percibir o no el impuesto quede determinado sin posibilidad de revision por el error material en que incurra un empleado que eonfecciona una planilla pth alt neers extremar gegin wna cruda concepeién individualista jo del patrimonio del contribuyente, restando sin Soe toes al 16 PALLOS DE LA CORTE SUPRESA bien comin, el aporte debido por uno de sus miembros qué resulta. asi beneficiado sin causa suficiente. El actor en este caso no busca el resareimienta de un perj ii luero coptondo, pretende mantener una ineausada situaecién de privilegio originada en un Lo expuesto implica asimiamo rechazar loa argu que se aducen en base a los arts. 3° y 4044 del ©, Ci puede sostenerse que medie en el presente una lesidn a dere- ches adquiridos ni tampoeo ln aplieacién retroaetiva de un gravamen, La actora cita reiteradamente la prema Corte de Justicia, Considero que ante el alto tribunal no se ha planteado expresamente sino un caso de modalidad semejante al presente, Por otra parte, ja doctrina de los. falloa que se invocan hubieren de conducir a negar, con la pru- dencia y circunspeccién que se quicra, toda posibilidad de invocar el error por parte de la Administracién Publica, en- tiendo que se daria en esa doctrina una contradic . En el licado en J. .A., t. 40, pig. 46, la Corte sostuve en wn ‘iado en el que desde entonees ha insistida: ‘Que si log impuestes no son obligaciones que emergen de los contra- tos, pues su imposicién y la fuerza eompulsiva para el cobro son actos de gobierno y de potestad piiblica, no puede desco- nocerse, sin embargo, que el acto del pago crea wna situacién contractual entre el Estado y el contribuyente, exteriorizada por el recibo que el primero otorga al segundo y por virtud del cual el deudor obtiene del fiseo In liberacién de su obliga- cién,.."", , Por qué esa situaciin contractual no ha de exterio- rizarse también por Ia aplicacién de las reglas que rigen la expresién y Jos efectos del consentimiento en los actos juri- dicos? Por lo demfs, en el caso citada no se trataba de un error material excusable, sino de la omisién a los efectos de calcular el impuesto, del valor de cdificios existentes en el fundo desde hacia més de 30 adios. Lo proplo cabe decir del caso que se registra en J. A.. 1048, II, pag. 520, pues el Fiseo no podia ignorar la situacién de linderas de dos finens pertenccientes a ‘un mismo dueiio y cuya inelusién en una sola partida en forma autorizada por la ley elevaba el quantum del impuesto, Tam- poco parecen similares por sus presupuestes y motivacionts los fallog registrados en J. A., 1948, TV, pig. 132; y J. A. £69, pig. 315. El caso que entiendo similar al presente es el que-aparece end. A, 1947-1V-, pig. 799. El error consistié en la forma de caleular el gravamen. El alto Tribunal econsideré el caso en- DE JUSTICIA DE LA Nacin VW cuadrado en Jas orientaciones sefaladcs en los fallos citados. Ello no obstante estimo que el presente ofrecs particularidades propias que lo hacen susceptible de un nuevo examen y de una sdluciin diversa a la del grueso de las decisiones mencionadas. En cuanto a los agravios de la demandada basta lo ya expuesto para desecharlos por infundados. El error en la me- dicién no es error excusable, ni presenta las singularidades caracteristicas del otro error invocado. Nada se arguye, por lo deméis, en el eserito de fs, 104, que el ¢-quo no hubiera conai- derado debidamente en su sentencia. En cuanto a las costas comparto en un todo la tesis de la sentencia en reeurso. Voto por tanto afirmativamente. Los Sres, Dres, Méndez Chavarria y Coronas adhiricron al voto que antecede. Con lo que terminé el acto, quedando acordada la siguiente sentencia : ¥ vistos: Por el mérito que ofrece la votacién de quo instruye el Acuerdo que precede, se confirma en todas sus partes la sen- tencia apelada, Las costas de la alzada en ¢] orden causado. — J, Miguel Bargallé Cirio — C, H. Méndez Chavarria — Juan Enrique Coronar, : Drovamen net Procurapon Gewenan Suprema Corte: D. Benjamin Floro Anchorena, antecesor de la ac- tora, aboné a la Administracién General de Contribu- eién Territorial durante los aiios 1938 a 1946 los im- puestos correspondientes a dos fincas de su propiedad sitag respectivamente en lag calles Taleahyano 1257 y Lavalle 477/99 esquina San Martin 523/29 de la Capital Federal. Ello no obstante, en 1947 dicha reparticién reclamé a la sucesion del nombrado el pago de la cantidad de § 82.184 m/n. en concepto de ‘'diferencias”, sostenien- do, en cuanto al primero de dichos inmucbles que se ue FALLOS DE LA CORTE SUPREMA habia incurrido en una omisién en Ja medicién de la su- perficie, y en cuanto al segundo que existia un error en las operaciones de edleulo de Ia valuacién (ver fs. 9 del expte. agreg.). Lievado el caso a conocimiento de la justicia el tribunal apelado ha resuelto, en definitiva, haciendo lu- gar parcialmente a la demanda y ordenando en conse- cuencia devolver la ‘‘diferencia’’ abonada por la finea de la calle Taleahuano ($ 324), pero no la referente a la de Lavalle esquina San Martin por conceptuar a este respecto que el Fisco incurrié en un error de hecho ex- cuaable que no le impedia reclamar —como lo hizo— la diferencia de $ 31.860 m/n. pagada de menog por el contribuyente. La parte actora, estimando que este diltimo aspecto del pronunciamiento de fs. 116 agravia su derecho, so- mete ahora el caso a decisién de V. E. mediante el re- curso extraordinario de fs, 121, fundado en el art. 38 de la Constitucién Nacional sobre Ia base de que se habria desconocido el efecto liberatorio del pago efec- tuado con anterioridad al reclamo del Fisce. Ciertamente V. BE, ha deelarado que ‘‘si bien los impuestog no son obligaciones que emergen de los contra- toa, pues sa imposicién y Ia fuerza compulsiva para el eobro son actos de gobierno y de potestad publica, no puede descbnocerse, sin embargo, que el acto del pago rea una gituacién contractual entre ¢] Estado y el con- tribuyente exteriorizada por el recibo que el primero - otorga al segundo y por virtud del cual el deudor obtie- ne del Fisco la liberacién de su obligacién ¥ este ultimo queda desprovisto de todo medio legal para reclamarle de nuevo el camplimiento de aquélla; y que el efecto liberatorio del pago constituye un derecho patrimonial adquirido reapecto del impuesto satisfecho y yo puede ser desconocido”’ (entre otros: 209: 213). i DE SUSTICIA DE LA waciin’ io Pero, tampoco seria posible desconocer que para asignar al pago los graves efectos que se desprenden de la tesis apuntada, es preciso que el mismo retina las for- malidades y condiciones que Ja ley civil exige para acor- darle plena validez. No en vano ha agregado también V. E., con mencién del art. 505 del Codigo Civil, que es el cumplimiento exacto de Ia obligacién lo que da al deudor el derecho de obtener Ja liberacién correspon- diente, Ahora bien, es precisamente esa fuerza extintiva lo que el tribunal a-quo, haciendo aplicacién de dispo- siciones del Cédigo Civil y Negando a la conclusién de que ha existido un error excusable por parte del Fisco, niega el pago invocado. Se plantea entonces la pregunta de si V. E. puede a través del mecanismo del reeurso extraordinario ¢o- nocer del asunto. Una respuesta negativa no me parece dudosa: a pesar de la invocacién expresa de la garantin de la propiedad y a pesar también del aleance que la misma tiene a los efectos liberatorios del pago, consi- dero que falta relacién directa entre la cuestién plan- teada » la mencionada garantia, pues la eentencia reeu- rrida se funda en razones de hecho y de derecho comin suficientes para sustentarla, siendo evidente que el puro enfoque constitucional del caso no bastaria para modi- ficarla de no encontrarse a considerar y resolver cucs- tiones de derecho civil ajenas por su naturaleza al re- medio federal (190: 368). Con nitidez resulta este as- pocto del caso de Jas consideraciones vertidas en el voto que funda e] fallo; dice el vocal que lo suseribe: “Por tanto no puede partirse para la solucién del presente, de la afirmacién del valor cancelatorio del pago y de la vineulacién de este principio con el resguardo constitu- cional de la propiedad. Porque es ese valor eancelatorio e] que se niega, en razén del error que se arguye como 20 FALIOS DE LA CORTE SUPREMA excluyente de Ja intencién, neeesaria en todo acto vo- luntario” (fs. 116 vta. in fine y fs, 117). En consecuencia, opino que procede declarar mal eoneedido a fs, 122 el recurso de fs, 121, Buenos Aires, noviembre 29 de 1950. Aiio del Libertador General San Martin. — Carlos G, Delfino, FALLO DE LA-CORTE SUPREMA Buenos Aires, 4 de junio de 1951. Vistos los autos ‘‘Villate de Anchorena Flora Cor- netia ¢./ Gobierno de la Nacién s./ repeticién’’, en los que se ha coneedido a fs, 122 el recurso extraordinario, Considerando: Que el recurso extraordinario interpuesto por la parte actora se funda en que el pago del impuesto terri- torial por el monto indicado en las boletas correspon- dientes, Ia liberé de toda deuda al respecto incorporan- do 4 su patrimonio un derecho adquirido amparado por la garantia constitucional de la propiedad aunque haya mediado error en la liquidacién efectuada por Jas res- pectivas oficinas para establecer el monto del gravamen. Que la decisién de la enestién planteada no depende tan sélo de la interpretacién de las normas establecidas en el Cédigo Civil, sino también del aleance que se atri- buya a las disposiciones constitucionales referentes a la garantia de la propiedad; por lo que el recurso ex- traordinario ha sido bien concedido a fs, 122, de acuer- do con la jurisprudencia de esta Corte Suprema (Fa- llos: 188, 293; 211, 1278). Que en reiterados fallos el Tribunal ha declarado que el pago de un gravamen con arreglo al monto y forma exigides por la oficina encarguda de su percep- = DE JUSTICIA DE LA NACION au cién, produce la liberacién del contribuyente, que se incorpora a su patrimonio como un derecho adquirido amparado por la garantia constitucional de la propie- dad aunque las autoridades fiscales hayan incurrido en error al efectuar las operaciones tendientes a determi- nar el monto del gravamen (Fallos: 167, 5; 209, 213; 210, 153 entre otros), Que esa jurisprudencia tiene fundamento no tan s6lo en e] efecto extintivo del pago, sino'también y muy especialmente en la indole de las relaciones existentes entre el Fisco y los contribuyentes y en la tutcla de la seguridad juridiea requerida por la garantia constitu- cional de la propiedad. Que Ja proteccién asi reconocida al contribuyente resulta, sin embargo, inconeiliable con la inexistencia de buena fe por parte de aquél, y en tal sentido se ha orientado la jurisprudencia de esta Corte Suprema al considerar excluido de ella el easo en que el error en cuanto al monto del impuesto exigide se deba a la oculta- eién por cl contribuyente de les datos que segun la res- peetiva loy impositiva tenia la obligacién de suminis- trar (Fallos : 211, 389). Que en igual sentido corresponde resolver el pre- sente caso, en el que el silencio guardado por el ducio en presencia de una liquidacién del impuesto territorial inexplicable y desproporcionadamente inferior a todas las anteriores, excluye la buena fe que debié observar en sus relaciones con el Fisco. Que asi resulta de las actuacioncs administrativas, como lo pone de manifiesto la sentencia de primera ina- tancia, pues el inmueble en cuestién figuré hasta el afio 1938 en dos partidas que, en total, le asignaban un valor de mén. 1.120.000 y desde ese aiio en adelante aparece con una valuacién de m$n, 441.000 —debido al error de que da cuenta el informe agregado a fs, 7 de 2 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA dicho oxpediente— y, en conseevencia, el contribnyente comenzé a pagar en total la suma de $ 2.646 m|n. en vex de la de $ 6.720 min, que antes abonaba por el mismo concepto, segiin los informes agregados a fs. 59 y 66 de estos autos. Si se tiene on cuenta, ademas de esa evi- dente desproporcién, que no se ha demostrado en autos ni ee ha protendido por Ja actora que hubiera mediado una rebaja general del gravamen ni gestién de aquélla para obtener la reduecién del mismo, y que, por otra parte, no habia circunstancia alguna que hubiera per- mitido ereer razonablemente en una rebaja deliberada y eonseiente, ea indudable que en presencia de las nue- vas cifras consi 3 en las boletas no cabia sino eoneluir que se debian a un error material que no cra posible admitir en silencio sin apartarse de la buena fe que debe presidir Ins relaciones entre el eontribuyente ¥ el Fisco. Que on tales circunstancias, admitir la pretensién de Ia actora importaria poner la culpa o el abuso bajo la proteccién de la ley fundamental, lo que, como lo ha dicho esta Corte Suprema en otra oportunidad, seria lo mismo que volver In ley contra si misma (Fallos: 218, 239). Por estos fundamentos, habiendo dictaminado el Sr. Procurador General, se confirma la sentencia apela- da en lo que ha sido materia del recurso extraordinario. Luis R. Loxcar — Tomis D. Casares — Feuire Sanriaao Pérez — Arno Pessacno. DE JUSTICLA DE LA Faciéw mB CARLOS DUMAS Y OTROS y. NACION ARGENTINA PAGO: Principios generates. El pago de un gravamen con arreglo al monto y forma exigidos por la oficina eneargada de su percepeién pro- duce la Ii én del contribuyente, que incorpora asi a su patrimonio un derecho adquirido amparado por la ga- rantia constitueional de la propiedad, aunqu: lez autori- dades fiscales hayan ineurrido en error al efectuar las operaciones tendientes a determinar el monte del grava- men, Pero ello no ocurre cuando los propietarios, que soli- eitaron y obtuvieron en su oportunidad la rebaja del im- puesto territorial a raiz de las demoliciones que efectuaron, se abstuvieron de poner en conccimiento de la autoridad impositiva la ulterior realizacién de construcciones que evidentemente lex imponian el pago de une mayor suma en coneepto del mencionado gravamen, y pagaron en silen- cio el impuesto como ai los inmuebles continuaran s i baldios; actitud que basta para excluir la aplieaciém de aque! principio, con mayor raz6n si la omisiéa y el silencio importaron prescindir del cumplimiento de la obligaciin que establecid el art. 2° del decreto del 30 de diciembre de 1990, ratifieado por Ia ley 11.582. Sevtewcta pet Juez Crem, Buenos Aires, 7 de octubre de 1949. Y vistos estos autos, para dictar sentencis, de los que resulta, . : I. A fs. 24 se presenta Aristébulo T. Machado, en repre- sentacién de Carlos Dumas, Alberto Dumas, Maria Eugenia Francisca Griet de Dumas y Helena Luisa eta Gastin Brunet de Estrade, iniciando demands contra el Pisco Nacio- nal por repeticién de la suma de $ 9.160,84 m/n., abonados en. concepto de diferencia de valuacién por impuesto de contribu- iin territorial. Dice sus. rdantes se vieron obligados a pagar las Se etre tikes Meare ae uae Libertad 1169/81; Parand 955/51; Parand 973/8/81; Monte- video 1484/90 y Vicente Lépez y Callao 1600, eee ee re “ FALLOS DE LA CORTE SUPREMA Considera indebidos dichos pagos por euanto el impuesto sobre las mismas y por idénticos afios, habia sido abonado por aus mandantes de acuerdo a las holetas que acompafia. Estas boletus fueron extendidas sin salvedad ni reserva alguna por de la Administracién por euya razén tuvieron pleno efecto Liberatorio, Por ello, no puede existir diferencia alguna, aun enando mediare error en Jas liquidaciones o en las valua- ciones, pues el art. 505 in fine del Cod. Civil libera al deudor de todo reclamo posterior por el mismo concepto. Las disposiciones de la ley 11,285 no antorizan a cobrar diferencias cuando el impuesto por ese periodo esti definitiva- mente abonado ain salvedades en lon recibos otorgados por el Fisco y i bien es elerto que el art. 5° de la mismg autoriza la revaluscién y el cobro de impuesto por el perinda que corres- ponda al afio, ello es siempre y cuando el impuesto no esté ya abonado, ‘En definitiva, pide se haga Ingar a la demanda, eon inte- reses y costes. II. A fs, 63, el Sr. Agente Fiscal Dr. José Lein Rodeyro eni representacion del Fisco Nacional, contesta la demanda. Reconcee que los actores pagaron el impuesto por Ia valuaciin anterior de los inmuebles de que se trata, que estaban clasifi- cados como baldfes, pero no ¢s menoa cierto que dichos terrenos ya habian dejado de serlo al procederse & Jevantar edificios en loa miamos, cireunstancia que los actores habian callado. Considera inaplicable el art. 505 del Céd. Civil por las razones que aduce; tampoco puede decirse que las boletas tu- vieron efecto liberatorio por cuanto él segundo page no fué por error de contabilidad en Ja liquidacién ni por revaluacién del mismo bien sino en virtud de la transformacién de terreno baldio en terreno edifieado. Finalmente ¢xpresa que su parte no tenfa por qué hacer reserva alguna en los recibos ya que ségtin sis eonstancias pereibia aquello que le era realmente debido. En definitiva, pide el rechazo de la demanda, con costas. Considerando : J. Todo impuesto importa, por parte del Gobierno, un acto de autoridad; pero ello no significa que ese acto de auto- ridad, en wu regulacién, pueda quedar librado al arbitrio de quien lo impone, puesto que en el-fondo, crea o estableee entre el contribuyente y el fiseo una relacién de derecho regulada por los miamos principios juridieos que informan los contratos en general. DE JUSTICIA DE LA NaciON as Quiere ello decir, entonees, que si bien Ia causa de esa obligaciin, que tal es el impuesto para el contribuyente, es la propia ley, deereto u ordenanza que lo establece en su aplica- eién, o mejor dicho, en la forma y medida de su aplicacién, esté influenciada por hechos positives que hacen particularizar las distintas situaciones entre si, En el caso que nos ocupa, en tratindose de impuestes de Contribuciin Territorial, Ja ley distingue entre terrenos bal- dios y superficies eubiertas, de suerte tal, que al propio tiempo que varia el impuesto en proporcién a los valores inmobiliarios, erea también una distincién en orden a la naturaleza o condi- eiones del inm Partiendo de Ja base de cse natural distingo y en uso de faeultades que le eran propias, el contribuyente del caso que se resnelye, hizo notar de inmediata que los inmuebles, por demo- Ticién de los edificiog qne en ellos existian, pasaron a la cate- goria de “‘terrenss baldios” y en orden a ello, pidié y pag el impuesto que correspondia, pero edificados nucvamente, &i- lencié esa situacién y asi fué que durante un periodo y hasta el momento en que el fisco se apercibié del nuevo estado. del inmueble, continué indebidamente pagando un impuesto que no era el justo que debia. El art. 5°, reglamentario de la ley 11.285, establece Ia obligacién de los contribuyentes de denunciar la nueva obra levantada y como quiera que sea, que el decreto reglamentario no obliga en los mismos términos de la ley, la verdad es que en situaciones como la one se resuelve, no puede el eontribu- yente invocar con éxito lo preeeptuado por el art, 505 m fine del Céd. Civil, desde que esa disposicién legal presupone el cumplimiento ‘‘exacto’’ de Ia obligacién para liberarlo al deu- dor y se ha visto, precisamente, que el pago efeetuado no fué el “exacto’’ deber de Ia obligacién. IT. Por lo demés, debe advertirse que Ja diferencia por Impuestos que en su momento hizo efectivo el fisco, cuya re- peticién se reclama en estos autes, no provino de una nueva valuacién de los inmuebles ni por error de las liquidaciones. La razin de ser de esa diferencia hace ai hecho mismo en que se fundamenta Ia obligaciin, conforme al estado o catego- ria del inmueble, sin contar que el error, si lo hubo, provine de una omisién eulposa del propio contribuyente, TIL. Por otra parte, la cireunstancia de que en Jas bole- tas o recibos de pago no se dejara impresa reserva alguna de derechos por parte del fiaco para reclamar cualquier diferen- cia que en el futuro se advirtiese, no puede tampoco beneficiar la posieién juridica del deudor, porque asi como se ha dicho 6 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA que no es necesario el pago con protesta del contribuyente para repetir Io que hubiere pagade de miix, asi tampoeo puede exi- girse al fiseo que deje impreso en sus bolotas y reeiboa aquel aditament Le que en uno como en otro snpuesta, la razén y causa juridica de ese derecho proviene de los mismos prin- eipios que en general informa el art. 725 del Céd. Civil, en cuanto hace al objeto de la obligaciém y al pago de lo ‘real debido, TV. Las costas las impongo a los vencidos en orden a lo dispuesto por el art. 221 del Cid de Procedimientos. Por estos fundamentos y tanto més si la jarisprudencia invocada por los demandantes no es atinente a casos de Jas particularidadea del presente, falla: Rechazando la demanda, eon eostas, — Jorge Ravagnan, Senrencia pe LA CAatara Patera pe APELACIONES en Lo Crvib Buenos Aires, Capital de la Repiibliea Argentina, a 19 de octubre, Afio del Libertador Gral. San Martin, 1950, Reunidos en neuerds los Srea, Vocales de Ia Sala “'B"" de la Exema, Camara Primera de Apelaciones en lo C para conocer del recurso interpuesto en los autos eatatulados ‘‘ Dumas Carlos y otrog contra Fiseo Nacional sobre repeticiin’’, res- pecto de la sentencia corriente a fs. 185, el Tribunal establecié In siguiente cuestién a resolver; 2 Es ajustada a derecho la sentencia en alzadat Practicado el sorteo result6 que la votaciin debia efee- tuarse en el siguiente orden: Sres. Vocales Dres. Podetti- Alsina-Funes. A la enestidn propuesta, el Sr, Vocal Dr, Podetti, dijo: Pretende el actor la devolucién de # 9.160,84, que abond al Fiseo Nacional por diferencias de avaluacién, cnando ya las reapectivas eontribuci hablan sido caneceladas, sin observa- eion ni reserva de la Administracién, EL Fisco pide el rechazo de In demanda, alegando que los pagos anteriores lo fueron por “‘baldfos’’. segiin denuncia de fos actores, quienes omitieron denunciar los edificins que ew los inmuebles habian levantado. El Sr, Juez a quo desestima Ja demanda y se alzan low vencidos, a‘ DE JUSTICIA DE LA Naciéw a7 La reserva o observacién en las boletas fiseales, BC haee actualmente, ne implica necesariamente, que en todos los eases en los cuales esa reserva no aparezea, el pago deba con- siderarse liberatorio, La ley 11.285 distingue, en el avalio, el valor del suelo y el valor del edificio (art. 4°), Segiin el infor- me de fs, 32 en los avaliios de los inmuebles se eliminé el valor de las construceiones por pedido de los actores, que demolie- ron log edificios en ellos existentes, Asi, sobre esa bane, se pa- garon los impuestos hasta que advertido el Fisco de que exis- tian nuevos edificios, los tasi y eobré el impuesto sobre ellos, que hoy se intenta repetir, Es decir que antes se pagé el im- puesto sobre el valor del suelo y Iuego sobre el valor de las eonstrueciones, No hubo, pues, un nuevo avalée y ni siquiera ‘un error, sino, simplemente, un pago parcial, sobre una parte del bien gravado, que no excluye el cobro y subsiguiente pago eomplementario (también sin protesta), sobre Ia otra parte del bien gravado (edificio). Es cierto que In administracién no hizo el avaliio del edi- ficio en el preciso momento que correspondia para incluirlo en las boletas de peep ae contribucién sobre el suelo, pero ello se debié a una omisi dolosa de los actores. (art, 933, Céd. Civil). En efecto, segiin el art, 2* del deereto del Poder Eje- eutivo de fecha 30 de diciembre de 1990, ‘‘las personas cuyas propiedades estén comprendidas en el apartado b) (eonstruc- eién, reedifivacién, ete.), al mismo tiempo que terminen las obras deben solieitar la nueva valuacién”’. le decreto fué ratifieado. por Ia ley 11.592 (art, 1°), de tal manera que no puede diseutirse la obligaciin del propietario de denunciar la edificacién, sin perjuicio de la correlativa de la Municipalidad (art, 27, ley 11.285) y de la Policia (abt. 2* dee, eit,), de hacer conocer a la Administracién las construcciones que se hagan. En tales condiciones, me parece que los actores no pueden invocar el caricter liberatorio del pago heeho sobre el avaliio de los baldios, ya que no habrian dado cumplimiento exacto a su obligacién (art. 505 Céd. Civil). ¥ en todo caso, si pudiera hablarse de liberacién, ella seria en base a una omisién doloxa, que no puede otargarles derechos, sino crearles responsabili- dades (art. 506 Céd, Civil). Los casos que se invoean, resueltos por esta Camara y por In Suprema Corte, no se ajustan a las caracteristicas del sub- Hite, pues no aparece de elloa que hubiera la omisién dolosa que aqui se sefiala, ni que se tratara de wn impuesto que grava _ doa eapecies de bienea: el suelo y los edifieios y aélo se hubiera pagado ung, por la razén apuntada, Por ello ¥ las ajustadas consideraciones de la sentencia de 2 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA primer grado, voto afirmativamente la cnestién examinada, o Ben ne que se sontirme uals en todas sus partes. Las costas de | i alzada de ‘ben ser necesariamente a cargo del apelante (art. 274 Céd. aay Civ.), Los Sres. Vocales Dres, Alsina y Funes por razones and- logas a las aducidaa por el Sr. Vocal Dr. Podetti votaron en el mismo sentido, Por Jo que resulta de la votacién de q do que antecede, se confirma en todas au rtes la sentencia de fs. 185, con lax ecostas de la alzada al apelante. —Conf. art. 274 Céd. Procesal—. Saturnino F, Funes — Agus- tin Alsina — J. Ramiro Podetti. nstruye el acwer- FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 4 de junio de 1951. Vistos los autos ‘Dumas Carlos y otros c.| Fiseo Nacional s.| repeticién”, en los que se ha concedido a fs. 216 el recurso extraordinario, Considerando: Que de acuerdo con lo decidido por esta Corte Su- prema, en el dia de la fecha, en la causa ‘**Villate de Anchorena Flora Cornelia ¢.| Gobierno de la Nacién s.| repeticién"', no corresponde reconocer a los pagos. invoeados por los actores ¢l efecto liberatorio que les atribuyen ni, por consiguiente, Ia existencia del derecho adquirido alegada. Que, efectivamente, los propietarios si bien so- licitaron y obtuvieron en su oportunidad la rebaja del impuesto territorial a raiz de las demoliciones que efec- tuaron, se abstuvieron de poner en econocimiento de la autoridad impositiva la ulterior realizacién de cons- trucciones que evidentemente les imponian el pago de uta mayor suma en concepto del mencionado gravamen, ¥ pagaron en silencio el impuesto como si los inmue- bles continuaran siendo baldios. DE JUSTICIA DE LA NACION: mz Que, con arreglo a la doctrina del fallo precitado, esa actitud basta para exeluir la aplicacién de Ja ju- risprudencia sobre los efectos liberatorios del pago in- vocado por los actores, con mayor razén desde que la omisién y el silencio de éstos importé prescindir del cumplimiento de la obligacién que, segin lo declara la sentencia apelada sin que incumba a esta Corte Supre- ma pronuneiarse sobre ello por tratarse de normas lo- cales, establecié el art. 2' del decreto del 30 de diciem- bre de 1930, ratifieado por Ja ley 11.582. A lo cual cabe agregar que dicha exigencia, por referirse exelusiva- mente a las formalidades de pereepeién del impuesto, previas a su liquidacién y cobro y propias de la legia- lacién fiscal, no contraria en modo alguno las normas del Cédigo Civil sobre los efectos del pago invocadas por la parte recurrente. Por tanto, se confirma la sentencia apelada en Jo que ha sido materia del recurso. , Luis R. Loxce: — Tomis D. Casanes — Feuirz Santiaco Pérez — Armio Prssacno, MANUEL LAZCANO CAMPOS v. SOCIEDAD MINERA PIRQUITAS, PICHETTI ¥ CIA, 8. A. * RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos formales. interposiciin del recurso. Fundamento. Es improcedente el recurso extraordinario, ai en el escrito en qué se interpuso se ha omitido la pertinente referencia 8 los hechos de la causa y a la relaciin que los mismoa ¥ Tas cuestionts en ella guardan con la enestién federal que se pretende someter al conceimiento de la Cor- te Suprema ('). (1) 4 de junio, Fallos: 217, 781 y 992, a FALLOG DE LA CORTE SUPREMA RECURSO ENTRAORDINARIO: Requisitos formaies. Introduccién de la cuestion federal, Forma. if Es insuficiente, a los efectos del recurso extraordinario, la Haple referencia genérica a los derechos del trabaja- dor (*), GENERAL ACCIDENT FIRE AND LIFE ASSURANCE CO. LTDA, v, NACION ARGENTINA RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia, Sen- tencia definitiva, Concepto. El recurso ordinario en tercera instancia sélo procede respecto de las sentencias definitive, o sea aquellas que ponen fin al pleito o impiden su continuacién, siendo in- aplicable para este recurso el procedimiento de equips’ cién admitido para el cetreniainarii: respecto de los au- tos que causan gravamen irreparable (*). MIGUEL A. MEDINA Y OTROS v. RADIO DEL NORTE RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos formales. Interposiridn det recurso, Fundamento. Es improcedente el recurso extraordinario, sien el eserito * en que se interpuso se ha omitido In pertinent referencia a los hechos de Ia causa y a Ja relacién que los mismos y las cuestionea en ella debatidas guardan con la cuestién federal que se pretende someter al conocimiento de la, Corte Suprema, CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias, Igualdad. ‘Atin de entenderse que la sentencia apelada reconoce un régimen distinte del ordinario, en materia laboral, tal cir- cunstancia no bastaria para invalidar Jo resuelto, por con- siderar violado el principio constitucional de la igualdad. (2) Fallom: £10, 604; 211, 463. 2) 4de junio, Fallow: 217, 736, 075, 1076 1095. BE JUSTICIA DE LA NaciON a RECURSO EXTRAORDINARIO: Principios generales. ‘La cireunstancia de que la Naeién pueda tener interés en el pleito, es indiferente a los efectos del reeurso extraor- dinario. RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisilos propios. Cucstiin fe- deral. Cuestiones federales complejas, Inconstiturionalidad de nornias y actos provinciales, 2 Procede el recurso extraordinario fundado en la inconsti- tucionalidad de una ley provincial, contra la sentencia que —segin se afirma— la aplica con efecto retroactivo y de manera confiseatoria, por razin del monto le los honorarios regulados, CONSTITUCION NACIONAL: Comstitucionalidad ¢ inconstituciona- lidad. Leyes provinciates, Suntiago del Estero. No es inconstitucional la aplicacién retroactiva de la ley n? 2066 de la Prov. de Santiago del Estero, para la regu- lacién de los honorarios devengados en la causa con ante- rioridad a su saneién. RETROACTIVIDAD, Las Jeyes que organizan los procedimientos son de inme- diato aplicables a los juicios en tramite, en tanto no se invaliden actuaciones cumplidas con arreglo a las leyes anteriores, lo qué no cenrre con las normas atinentes 3 les costas devengadas en el juicio y aim no definitivamente reguladas.. HONORARIOS: Regulacién. El monto de In suma debstida en el juicio no es Ja tiniea ci ia. a considerar a los efectos de una regulacién justa; s ea fin, cuenta igualmente la importancia de los trabajos realizados y 1a eficiencia de los miamos, edemis de las modalidades todas de la causa. HONORARIOS DE ABOGADOS Y PROCURADORES. Toda vex que el monto de ls suma debatida en juicio no es Is Gnica cireunstancia a considerar a loa efectos de una regulacién jt traténdose de un pleito en que los hono- rariog regu ascienden al 32 % de la sume en que se a FALLO® DE LA CORTE -SUPREMA condena, es evidente que si asi considerados dichos hono- rarios no guardan notoria desproporcién con la labor a que corresponden ; si tales t han sido necesarios para el reeonocimiento del derecho debatido, desconocide por los recurrentes en la medida de sus posibilidades, en instancias ordinarias; y si, ademds, la correcta aplicacién de loa principios hace procedente Ja imposicién del de Jas coatas al litigante vencido, no hay en todo ello rio- lencia alguna a ningiin precepto ni garantia constitucio- nal; austentando, tampoco, la impugnacién planteada de confiseatoriedad, la Constituciin vigente que consagra el principio de la remunéracién adecunda de log trabaja- dores y que se conforma con la idea de la consagracién positiva de Ia justicia, Drorawens pet Proconapor Gzwenan Suprema Corte: Considero que el recurso extraordinario interpues- to a fs, 321 vta, de los autos principales, cuya denega- toria ha motivado la presente queja, ha sido bien deses- timado, por no enconirarse fundado de acuerdo a los requisitos exigidos por el art. 15 de la ley 48, y la rei- terada doctrina de V. E. interpretativa de dicha norma legal. Si V. E. entendiere lo contrario, corresponderia abrir la instancin para considerar si existen o no la arbitrariedad atribuida al fallo apelado y la eonfis- eatoriedad imputada a la ley provincial N* 2066. En cuanto a las demas cuestiones a que el mismo se refiere, tienen cardcter procesal o han sido resueltas por aplicacién de normas del derecho comin por lo que a su respecto cl recurso seria de todos modos impro- cedente. — Buenos Aires, mayo 22 de 1951. — Carlos G, Delfino. DE JUSTICIA DE LA Nactter Co FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 4 de junio de 1951. Vistos loa autos; ‘‘Reeurao de hecho deducido por el demandado en Ia causa Medina Miguel A. y otros c.| Radio del Norte’’, para decidir sobre su procedencia. Y¥ considerando: Que el recurso extraordinario deducido a fs. 321 vta. do los autos principales, ha sido bien denegado en lo que haee a la solucién acordada al juicio por el T#i- bunal superior de Ja causa, Ello porque el eserfto men- cionade carece del debido fundamento en los términos del art. 15 de la ley 48 y¥ de la jurisprudencia de esta Corte —Fallos: 217, 722 y 1077— y, ademas, por versar el pleito sobre enestiones de hecho y de derecho comin, irrevisibles por la via del recurso extraordinario. Que eabe agregar que aiin de entenderse que la sen- tencia en recurso reconoce un régimen distinto del ordi- nario, en materia laboral, tal circunstancia no bastaria © tampoco para invalidar lo resuelto, con arreglo a la doctrina de esta Corte estableeida en los precedentes de Fallos: 205, 68; 207, 200; 209, 377 y otros. Y que, por iltimo, el Tribunal no encuentra que el fallo ape- Jado admita la tacha de arbitrariedad invocada por el recurrente, Que correaponde igualmente aclarar que la eircuns- tancia de que la Nacién pueda tener interés en el pleito, es indiferente a los efeetos del recurso extraordinario deducido. Que la aolucion debe ser otra en lo atinente a la im- pugnacién de inconstitucionalidad de la ley local N* 2066, aplicada, segin se afirma, con efecto retroactivo y de s FALLOS DE LA CORTE SUPREMA manera confiscatoria, por razén del monto de los hono- rarios regulados. —Fallos: 209, 454 y otros—. En su mérito y habiendo dietaminado el Sr. Pro- eurador General se declara procedente, con el alcance de los considerandos el recurso extraordinario denega- do a fs. 328 del principal. ¥ considerando en cuanto al fondo dol asunto por no ser necesaria mas sustanciaci6n : Que la impugnacién de inconstitucionalidad fun- dada en la aplieacién retroactiva de la ley 2066 para la regulaeién de los honorarios devengados en la causa oon anterioridad a su sancién, debe ser desechada se- gin reiterada jurisprudencia de esta Corte. —Fallos: 215, 470; 217, 12 y loa alli citados—. Es, en efecto, doc- trina de estos precedentes y de los que en ellos se men- cionan, que las leyes que organizan los procedimientos son de inmediato aplicables a los juicios en tramite, en tanto no se invaliden actuaciones cumplidas con arreglo a las leyes anteriores, lo que no ocurre con las normas atinentes a las costas devengadas en el juicio y ain no definitivamente regulndas. —doctr. Fallos: 211, 589—. Que en enante al monto de las regulaciones practi- eadas, se las ipugna por razén de aleanzar las mis- mas, sumades a las que eventualmente puedan hacerse a favor de la representacién letrada del recurrente, a cerea de! 60 % del mento del juicio, Trétase de un pleito en que ha recaido condena por fa cantidad de mn. 15.200 y los honorarios regulados llegan a mn. 4.850,— para el apoderado y letrado de los actores, o sea un 32 % de Ja primera suma. ‘ Que, desde luego y como ya tuvo ocasién de adver- firlo esta Corte en el precedente eitado de Fallos: 209, 454, el monto de la suma debatida en el juicio no es la ‘iniea circunstancia a considerar a los efectos de una DE JUSTICIA DE LA NaciiN BB regulacién justa. Esta Corte ha seiialado en otras spor tunidades que a ese fin cuenta igualmente Ia importan- cia en los trabajos realizados y Ja eficiencin de los mismos, ademis de las modalidades todas de la causa. -—Fallos : 210, 193 y otros—. Que si asi considerados los honorarios reguladoa no guardan notoria despraporcién con la labor a que corresponden; si tales trabajos han sido necesarios pa- ra el reconocimiento del derecho debatido, desconocido por los reeurrentes en la medida de sus posibilidades en las instancias ordinarias; si aderés Ia correcta apli- cacién de los principios hace proeedente la imposicién del pago de las costas al litigante vencido, no hay en todo ello violencia alguna a ningin precepto ni garantia constitucional. En todo easo, la Constitucién vigente que consagra el principio de la remuneracién adecuada de los trabajadores y que se conforma con 1a idea de la colsagracion positiva de la justicia, no sustenta la im- pugnacién planteada de confiseatoriedad, En su'mérito se confirma la sentencia apelada de fs, 290 en lo que ha podido ser objeto de recurso ex- traordinario. Luis RB. Loom -- Tomis D, Casares — Feire Santiago Pérez — Arto Prssacno, JUAN ANTONIO SOLARI RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Relaciin di- recta. Normas exiraias al juicio. Disposiciones eomstituctonates. No procede el recurso extraordinario fundado en el art. 29 de la Constituci6n Nacional contra Ia sentencia que recha- za el habeas corpus por existir orden de eaptura contra cd FALLOS DE LA CORTE SUPREMA la persona a cuyo favor se intenté, expedida por un juez nacional por supuesta infratecién al art. 94 del decreto 596/45. HAREAS CORPUS, La cuestién referente a la inconstitucionalidad del decré to 596/45, no decidida por el Tribunal de segunda instan- eia que Ia consideré extemporineamente planteada, es ajena 8 la materia del recurso de hibeas corpus, por cuya vin no corresponde pronunciarse sobre cuestiones cuyo conocimiento ineumbe al juez del proceso en el cual se ordend la detencidn del recurrente. FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 4 de junio de 1951. Vistos loa autos ‘‘Recurso de hecho dedueido por Lépez Etchevere Maximiliano A. y otros en la causa Solari Juan Antonio s.| hibeas corpus’’, para decidir sobre su procedencia. ' Considerando: Que segiin los términos de la queja precedente, el recurso de hiibeas corpus fué desestimado por haberse comprobado que existia orden de captura contra Solari expedida por el Sr, Juez Nacional on lo Penal Especial Dr, Vignola, por supuesta infraccién al art. 34 del dec- 536/45, Que lo dispuesto por cl art. 29 de la Constitucién Nacional aparece asi debidamente cumplide y el habeas corpus rechazado por aplicacién de las normas proce- sales respectivas a lo cual se agrega que la queja no ex- presa concretamente en que consiste la.alegada viola- eién del mencionado precepto constitucional (Fallo del 26 de marzo in re: ‘Heyes C, ¥ otros’’). DE JUSFICLA DE LA actin aT Que la cuestién referente a la inconstitucionalidad del decreto 536/45, no decidida por el tribunal de se- gunda instancia que la consideré extemporineamente planteada, es ajena a 1a materia del recurso de habeas corpus, por cuya via no corresponde pronuneciarse s0- bre enestiones cuyo conocimiento incumbe al juez del proceso en el cua! se ordené la detencién del recurrente (confr, Fallos: 145, 130 y sentencia precitada) . Por tanto, desestimase la precedente queja. Luis RB. Loxont — Tomis D. Casares — Fevirr Santiaco Pérez — Armio Prssacno. AGENTES DEL VAPOR “PIONEER”, ADUANA: Infracciones. Monifestacién imexacta. Atento lo dispuesto en el art. 99 de la ley 11.281, T. 0. —que importa una verdadera excepcién a la regla general de que la manifestacién aduancra es inconmovible— y la circunstancia de que el alije a lancha de las mereaderias aparece realizado ‘‘en virtud del permiso de la Adminis- tracién de Rentas", segim reza la cliusula inserta en do- eumentos que han sido intervenidos por lo» funcionarios aduaneros respectivos, no cabe admitir la argumentaciin relacionada con la naturaleza de la mercaderia en euanto asi ella era o no de despacho a depésitoy perenne oe de gozar del beneficio, pues dicho extreme debié ser conside- rado en oportunidad de la realizacién de las aludidas ope- raciones de alije a lancha, Nevadas a cabo con conocimien- to y sim oposicién de los empleados euya comducta en la emergencia no ha sido observada en manera alguna; por lo que corresponde absolver de culpa y cargo a la firma sumariada, 8 FALLOG DE LA CORTE SUPREMA Resouucrin pe, ApMovsTrapor DE LA ADUANA Buenos Aires, setiembre 27 de 1948, Vistos : La presentacién de la firma 8. A. Comercial Louis Drey- fus y Cia. Ltda. pidiendo se le permita rebajar del manificato general del vapor ‘‘Pioneer’’ 61 barres cobre electrolitivo de Ja partida 17.205 barras, marea dos Rayas blaneas 8/N., y trea barras cobre electrolitico de la partide 4.500 barras, marca D.G.F.M. 5/N., que resultaron faltar a la descarga; y Considerando ; Que al tomar intervencién en autos, la firma en causa se presenta manifestando que el pedido de rectificacién se en- euentra formulado en tiempo, haciendo méritos para ello de la eireunstancia de haber terminado la descarga de la lancha a la eual se alijé la mereaderia el dia 16 de junio de 1947 y for- mulado el pedido dentro del plazo que determina el art. 99 de la ley de Aduana (t. o.), ‘Que los extremos alegados careeen de fundamento para tomarios en consideracion, por enanto en el caso que nos occupa los agentes no ke han acogido a los beneficios de la R.V. 1366 de diciembre 12 de 1947, segin se informa a fs, 2, requisite indispensable para que las lanchas que reciben el alije sean eonsideradas bodegas del vapor mayor, en cuyo caso serfan eomputables los términos desde la entrada del diltimo bulto a depésito. ‘Que frente a este estado de cosas y quedando demostrado que el pedido de fs. 1 ha sido formulada fuera del plazo que # tal efecto acnerda el art. 99 de Ia ley de Aduana (t. 0.), ‘coma asi también, que no se ha justifieado Ia falta de los bul- tos en la medida exigida en ¢l art. 125 de Ia ley 12.964, corres- ponds juzgar el hecho con arreglo a Ja sancién que en forma expresa determina el art, 905 de las 0.0. de Aduana, en su segunda parte, Que no obstante ello y atento a mstaneia de que el importe de la multa impuesta, importaria una sancién mayor que el valor de la mereaderia, ¢l suscripto concordante con cl eriterio sustentado en casos similares considera suficientemente reprimida Ja infraccién con el pago de una multa equivalente al valor de la mereaderia faltante. i DE JUSTICIA DE LA NACION cd a Por ello y disposiciones legales citades Se resuelve: Imponer a Ia firma 8. A. Comercial Louis Dreyfus y Cia. Ltda. el pago de una multa igual al valor de la mereaderia que resulté faltar a la descarga, debiendo tenerse en cuente & Joa efectos de la liquidaci6én el peso promedio que arroja el total de la partida, El importe de la multe deberd ingresar a la Caja de Tubilaciones y Pensiones de la Marina Mercante Nacional. — Marie Giannes. é Senrencia ve. Jues Fevers. Buenos Aires, julio 26 de 1950, Afio de) Libertador Gral. 3. Martin. . Vistos y Considerando : Que ‘cl art. 99 de la ley 11.281 (t, 0.), ha ampliado el término que el imc. 4° del art. 647 de las O. O. de Aduana fija para que loa vapores con privilegio de paquete, caricter que tiene el vapor ‘Pioneer’, puedan salvar los errores co- metidos en el manifiesto general 48 horas después de termi- nada la descarga, o sea, puesta la carga en tierra, por cuanto el alijo a lanches esti considerado —por loa decretos de fecha 12 de diciembre de 1917 y 1° de diciembre de 1931— como prolongasién de bodegas. Que en el presente caso del vapor ‘‘Pioneer’’, ne alijé a Ja lancha ‘Lloyd N° 21"’ una partida de mereaderins, ter- minando definitivamente la operacién el dia 17 de junio de 1947 a las 10 y 30 horas, resulta del informe corriente a fs. 16 vta., y ol pedido de rectifieaciin presentado por loa agentes del buque solicitando rebajar del manifiesto general G1 barras cobre clectrolitieo, fué hecho e] 18 de junio de 1947 a Ins 12 y 52 horas (fs. 1), es decir, antea de veneerse el que establece el art. 99 de la ley 11.281 (t. 0.), correlative del art, 847 de laa O. O. de Aduana, Que siendo asi, fué procedente el pedido de rectificacién formulado de acuerdo con lo resuelto diltimamente por la Camara Federal de Apelacién (Agentes del vapor ‘‘Lucho”’, en 20 de diciembre de 1948), y no existiendo, entonces, in- fraceién alguna, no corresponde imponer en este caso. Por ello, s¢ revoca la resolucién administrative de fs. 99 nn FALLOS DE LA CORTH SUPREMA 0 y¥ se absuelve de culpa y cargo a In firma Sociedad Anénima Comercial de Exportaciin e Importaciin y Financiera Louis Dreyfus y Cia, Ltda, agentes del vapor ‘‘Pioneer”’, de la infraceién que se les imputa. — Miguel Vignola. Sewrencta DE La Camara Fevenan Buenos Aires, octubre 13, Ago del Libertador Gral. San Mar- tin, 1950, Considerando: ‘Que en el caso de autos se contempla Is aplicaciin del aa ae a Ta ae eee) ane fia el término que el ine. 4” del art 647 de las ©. 6. Pople ella vapores con privilegio de paquete jan salvar los errores eometidos en el manifiesto general. Por dicha disposicién se otorgan 48 horas ‘‘después de terminada la descarga’’ para poder efectivizar la sifteaeign. ‘Ea exacto el antecedente jurisprudencial que cita el o que, se trata de un caso similar al reauelto en los autos ‘‘Agentes del Vapor “Lucho'’ s/ Aduana 10-Z-16", fallado el 20 de diciembre de 1949, El representante de la aduana invoea a su favor el estudio que hiciera ests Tribunal en ¢] caso “Agente del Vapor Cay Le ee ee ere arian a Ja Pesolncién Ministerial de fecha 12 de diciembre de 1917 —K. ¥. Nt 1966— traida como prueba por Is Aduana (fs. 75), es preciso tener presente que dichas actusciones versan sobre ‘una euestién de otra indole, Por eso se dijo que: ‘La RK. V. Ne 1966 en ningin momento y ni siquiers indirectamente anto- riza al alijo, como prolongaciin de de mercaderias de trémaito y menos que dicho alijo practicarse juntamente con mereaderias destinadas a ‘ito y sin las papeletas corres- pondientes, que prevé el art. 100 de las O. 0. de Aduans”. En los presentes autos no s¢ plantea un caso de alijo de mereaderia de transito. Por lo demis, se tiene ya como verdad recibida que el art, 99 de la ley 11.281 (t. 0.) importa una verdadera excepcién & la regla general de que la mamnifesta- eién aduanera es inconmovible. A mérito de lo expuesto, se confirma la sentencia ape- ada de fs, 86 y vta, que absuelve de culpa y cargo a la firma aumariads — Marimiliano Consoli. — Abelardo Jorge Montiel. — Romeo Peraando Cémera.

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