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FRANCISCO, EN CAMINO
HACIA LA HOSPITALIDAD INCONDICIONAL,
Francisco de Asis era un joven alegre y divertido que,
‘como sus compaiieros de edad, deseaba triunfar en la
vida, legac a ser un caballéro noble y respetable. Sus an-
halos sufren el primer revés serio cuando cae prisionezo
cen la guerra entre Asis y Perusa. El duro cautiverio y la
{grave enfermedad posterior le empujan a replantearse el
smodo de ver Ja realidad. Ya no esta tan seguro de la vali-
dez de sus suefios de grandeza. Poco mas tarde, tras la vi-
sién de Espoleto, inicia’ un largo camino de discerni-
miento que le Hevaré a abandonar definitivamente la
logica de este mundo para abrazar la hospitalidad més
absolute,
En este capitulo analizaremos su fatigoso camino due
‘ante esos tres afios de bisqueda, hasta que consigue ver
con claridad su voeacién y acoge con gozo la légica divina
de la gratuidad””. La fuente hagiogrfica mis prolija sobre
«sa etapa juvenil de san Francisco es La leyenda de las tes
comparieros, por lo que sera cl principal decumento de re-
ferencia en este capitulo.
° Para completar cuanto aqui docimos cf, Uru, «El proceso
swcacional de Pranciso de Aieen Selecciones de Francine 88
(2000, pp. 4409
45
tasersFrancisco vive en una época inbéspita
PPartimos del convencimiento de que el camino de Fran-
cisco sigue siendo actual y provocador para el hombre de _|
hhoy. Su época tiene también muchas puntos de contacto
on la nuestra,
En tiempos de Francisco, la actividad comercial de Ja
clase burguesa estaba debilitando las bazzeras polticas del
régimen feudal y favoreciendo la aparicién de un espacio |
‘mis unificado en la Europa cristiana. El enfrentamiento
‘on el islam, enemigo comin, reforzaba esa rendencia unifi-
cadora, Adems existian constants tensiones entre el impe-
roy l papado entre los crstianosy los herejes/infiles, n-
tre las familias feudales de Asis y la emergente clase
buugiesa, entre el Podesta y el obispo Guido.
Francisco fue testigo directo de muchos conflictos ar-
‘mados. Su misma familia le empujaba a enrolarse en esas
‘campafias.En Asis cabe destacar el asalt ala Roca (1198),
sede del representante del Imperio, y la guerra civil enere
nobles y burgueses (1199-1200), que desembocé en un en-
frentamiento abierto entre Asis y Pervsa, en el que Fran-
‘isco fue hecho prisionero (1202). Ademas, en aquellos
aos el papado organiz6 tres grandes cruzadas contra los
‘musulmanes (1189, 1202 y 1217) y una contra los herejes
albigenses del sur de Francia (1208) En 1205, Francisco
se enrol en una cruzada que se digi al sur de Italia, si
bien Ia abandon6 después de Ia visin de Espoleto. Eran
constantes también las luchas entre los patidasios del
‘papa (gbclfos)y los defensores del poder del emperador
(Gibelinos).
46
|
‘Tras su conversién, Francisco supo sobreponerse a ese
contexto social belicoso e inhéspito, sin renuncia a suk
nea profética, pero acentuando también su fideidad y su-
misin ala Iglesia catblica,
Abierto y en bisqiieda
Francisco de Asi, desde mucho antes de su conversin, s¢
‘muestra abierto y en bisqueda,actitudes bésicas para po-
der Hegar a la hospitalidad incondicional, Ante los con-
Actos y crisis de Ia vida, no huye ni se evade, sino que
trata de encontrar un sentido profundo gue le ayude a
descubrirse como persona y a percibir su min en ete
‘mundo. Como los jévenes de entonces, Francisco busca
hhonores y gloria, pero es generasa, no renuncia al secrific
cio y esta siempre dispucsto a adecuar su vida a la verdad
que Dios le evela.
Sus biggrafos afirman que era «naturalmente conés en
tmodiales y palabras» (3), alegre y generoso. En la civcel de
Perusa fo colocan entre ls eaballero, porque sus eapeazes
feconocen que vera noble por sus costumbres (4) Francisco
6 consciente de estas culidades naturals, pero no cae en la
‘autocomplacencia ni en el repliegue narcisista, Con gran
fenerosidad trata de ayudar gratuitamente a los otros,
De cae nivel de virtades narurals se elev ata geacia de
poder decirse a si mismo: «Puss eres generosoy afable con.
Jos hombres, de Jos cuales mda reibes, sino fevores transi
torios y vanos, justo esque por ame de Dios, que es genero-
sisimo en dar la recompensa, seas también genezosoy afuble
”«on los pobees¥ desde entonces via con satisfac los
pobces les daba limosna abundantemente (3).
Sa caricter jovial y divertido, que le encumbra como
lider de las Fiestas javeniles, no le impide ser reflexivo y
tent As, mientras sus compafieros de cautiverio langui-
decen y se desesperan, l muestra gran entereza de énimo
Y se imagina un futuro Lleno de nobles ideaes, “Todavia
hhe de ser honrado en ef mundo enteror (4), le responde a
quien le reprocha su alegria sinsensata» en medio de tanta
desdicha. Sus aspiraciones son todavia mundanas, pero no
cae en la vanagloria nacissta. En Iugar de egoismo, mucs-
a una gran generosidad y no duda en dar la cara para
ayudar al necesitado, De hecho, cuando vio que un preso
‘era marginado, Francisco eno le neg6 su compafia y ex-
hhort6 alos otros a que obraran como éb (4).
En contrast con la pretensin actual de querer obsener
‘ord, inmediatamente y sin esfuerzo,el proceso de discern
imiento de Francisco Fue largo y exigent. Una ver liberado
de la prisin en Perusa,sufre una larga enfermedad, que le
hhace mis consciente de su frégil condicin y acentéa su ten-
dencia reflexiva. An seguia anhelando las glorias munda-
nas, tal como se refleja en el modo de inrerpretar ef seiio
del palacio lleno de armas. De todas formas, ha aumentado
su tendencia a la interiorizacién y al recogimiento, Ese
ssefio le llega «certa noche en que exvilaba, completamente
«embebido en sus pensamientos (5) Asimismo, después dela
visi6n que tended pocos dias después en Espoleto, Francisco
«se recogi6 todo 4 interiormente[.]y con tal viveza la me-
di que aquela noche no pudo concliar el sucioe (6)
6
Francisto esti siempre atentn a todo lo que pueda ser una
manifestaci6n de la voluntad divina y no duda en responder
‘on prontitud, aunque eso Ie exjaesuerzo y scrifici.Iner-
preta el sui del palacio como un signo de que legaré a ser
un gran principe inmediatamenee se enrola en el grupo de
cruzads que parte para Ja Pla. Llegados a Espoleo, Fran
cisco tiene otra revelacin, y nd dada en seguirla aunque x0
‘sponga romper con sus planes y soportar las buras de sus
risanos. La disponibilidad con que responde: Sfior, qué
quieres que haga?», sera una constante durante toda su vida
‘A pesar desu pronta respuesta alo que percibe como Il
‘mada divina, Francisoo afin no tiene claro cuil es su vooa-
«ign, De segreso a Asis se encuentra con sus amigos de di-
version y vuelve a ser elegco «ele de cuadrills (7. Al igual
‘que tantas veces en el pasado, Francis organiza una opi-
pra merienda, pero su talante no es el mismo, Cuando ini
cian los cantos por Las calles, l se queda rezagado, «medi-
‘ando reflexivamente>. Todos se asombran del profundo
cambio que en él se ha producido, hata el punto de que
piensan que estélocamente enamorada,
El lento y fatigoso proceso de discernimiento fora su
‘aricter y lo hace mis reflexivo, menos apegado a las va
nidades de este mundo, «Apartindose poco a poco del bu:
llicio del siglo, se afanaba por ocultar a Jesucristo en su
interior» (8). No se trata, por tanto, de puro subjtivismo ni
de huida solipssta frente al amenazante mundo extetior
Retitindose sfrecuentemente y casi a diario a orar en sé
cretoe (8) no busca la soledad, sino el encuentro afectuoso.
Bajo la acci6n del Espiritu, Francisco se exté vaciando de
‘mismo para hacer espacio a Dios.
°Vaciandose de si mismo
El progresivo recogimiento e interiorizacién de Francisco}
son muy distints al actual subjtivismo y egocentrismo
consumista. En lugar de caer en la autocomplacencia nar-
cisista, Francisco refuerza el autocontrol y la diseiplina
ante las propias pulsiones. Sus bibgrafosafirman que, 2
partir de ia fiesta con sus compafieros, «empezé a miratse
como vil ya despreciar quello en que antes habia puesto |
su corazén (8), A medida que se deja iluminar por fa uz |
dlivina percibe mejor su propia condicién de criaturay re-
lativiza aquello que antes perseguia con ansia,
Este proceso no lo aleja de los demés ni anula su ale-
ria y sus ganas de vivir en plenitud; no le convierte en
hhuraio, taciturno 0 amargado, La dulzara que expe
rmenta cle arrastraba ala oracion» (8), es decir, a salir des
‘mismo para encontrar a Dios y a los demas. Su natural
‘optimismo se converte ahora en esperanza teologal, que |
proviene de Dios ya él conduce su cortesia y aftbilidad se
hhacen mis serenas y profundas. Asi, cuando sus compatic-
10s le preguntan si piensa casarse, él les responde, catre
bromas y veras, que esté en su interior a los pobres. Siempre los habia tra-
tado con delicadeza, pero para ello tenia que vencerse y
‘enovar continuamente sus buenos propésitos Practicaba
la caridad con ellos, pero no los sentia parte de si mismo. |
Bl aspiraba a formar parte de la clase noble, con todos los
privilegis a ella asociados.
‘También en nuestra sociedad actual existen muchas ini
ciativas admirables para ayudar a los necestados. Sin em-
Dargo, nunca pasarin de ser algo marginal y escasamente
cficaz mientras las estructuras econémicas sigan favore-
ciendo la avaricia y el consumismo, Cuando la importancia
de la persona depende de su historial econémico, los pobres
son reducidos a parisitos sociales y, por tanto, no son acogi
dos ni estimados. La codicia derrochadora lleva a desenten- “
derse de ellos aunque las personas decentes tranguiicen la
‘onciencia dndoles algo de lo que les sobea.
Bajo la accin del Espiritu, Francisco va cambiando su
alejamiento inicial en cercania afectuosa. Los pobres dejan
de ser una pérdida de tiempo. La caridad hacia ellos ya no
seré fruto de un esfuerzo voluntarista, que momentines
mente ayuda a sentirse bien, ero que a la larga refuerza la
autocomplacencia y justifca el propio egoismo. Francisco
se acerca mis y mis a ellos y poco a poco consigue verlos
con la luz de Aquel que ha escogido la debilidad como el |
2
lugar preferente de su presencia. En Jos pobres, Francisco
encuentra al Verbo encarnado,
«lorinado por la gracia divina» (3), Francisco va de-
jando cacr la venda desu egoismo y as descubre en los po
bres a Cristo crucficado Se da cuenta de que el problema
radicaba en su propia ceguers, que le impedia ver que la
Alignidad personal no depende de lo que uno tiene, sino del
hecho de haber sido amado gratuitamente por Dios. Nos
dice su bi6grafo que «desde entonces wea con satsfccin a
los pobres> (3) y por eso les esuplica» que acepten su li-
‘mosna. Cuando s sicnta a comer en casa ya no piensa en
«scapar con sus amigos, sino que tiene «odo su corazén
pendiente de ver wor a agin pobre para dart limosna (9)
Dai crs pr er pac a os ts an
pone las necesidadessjenas a sus gusts, encuentra fa propia
(edad ena doacn desi mismo poramoe,
entificandose con los pobres
El encuentro con Dios no le lleva a replegarse sobre si
‘mismo ni a refugiarse en un muido espiritualistae ilu-
sorio, La autenticidad de su fe queda de manifesto en su
rogresivo cambio de actitud hacia los més necesitados.
Eesfuerzo que antes tenia que hacer para ayudarles se
ha transformado en gozo, en simpatia, y continuard
avanzando hasta llegar a la total identificacién con ello.
De ayudarles pasa a xestar entre» ellos y deseimbocaré en
set uno de ellos, pues en todos ve al «Rey de reyes y al
Sefior de todo» (3). Buscando a Dios, Francisco encuentra
4 los pobres.
ssEn los pobres, Francisco descubre que la debilidad cs la} Por el momento, Prancsco atin no tenia claro su ea-
‘morada de Dios A él no se le encuentra al final de nues- "| mino, por fo que «empezs a pedir al Sefor que se dignara
tras luchas cotidianas, sino precisamente cn ellas, mientras} —dirigir sus pasos» (10). .
suceden, La propia fragilidad de criatura, vivida con fe,
nos abre a la gratuidad divina y a la compasién hacia el
projimo. Tocando fa propia debilidad apreademos a «pa- .
decer con» los demis, De hecio, Francisco «empezé a mi- Francisco habfa logrado amar a los pebres por si mismos,
‘arse como vil ya despreciar odo aguello en que antes ha- "}pero adm tna que avanzar macho mis en su hospital,
bia tenido puesto su corazéne (8) El vaciamiento de si] dad para que esta fuera completamente incondicional.
mismo y el desapgo de rodo lo material le permite acoget Los leprosos eran los més necesitaos y manginados de
al Otro, fos otros y alo otro. aquella época, Ante ellos, Francisco experimentaba «re-
En un viaje que hizo de peregino a Roma, cuando t- J pugnancias y eprofundo horror. «Aungue la eompasién
davia veaia de splat, cuvo la oportunidad de expecimen- fe indujesea dices limosna por medio de ota persona,
{ar Ia condicién del pobre tal como largamente habia de-'} -sicinpre lo hacia volviendo el rostro y tapindose la nariz
seado, Saliendo de la iglesia de San Pedro «recibié de con las manos» (11).
presto yseerotamente fs andrajos de un hombre pobre- } La repugnancia y el temor que siente Franciseo eran
illo 1 y se qued6 en la escainata de La iglesia con los} entonces las reacciones mas communes ane la presencia de
‘otros pobres, pidiendo limosna en francés» (10). Termi- los eprosos. Ademis de incurable esta enfermedad estaba
nada esa experiencia, volvié a ponerse sus vestidos y 1e- } asociada a la impurea y &lasucedad Nada mi diaguos-
gresé a Asis, ticada, su portador cra considerado un muctto, por fo que
Francisco sents la necesidad de asumir la condiciGn | perdia todos sus derechos civles, se celebraba por él un r-
social de los pobres, pars as segulr al Verbo encarnado, tal eigioso de despediday sc le condcta en procesin a
«que (11) Siguiendo esa inpiracin, todo lo que
shace estén funcién de una bisqueda incondicional de la
voluntad divina.Si se vence.a si mismo noes por puro ejerci- |
(LM 1,5).
encuentro con el leproso. El Cristo que le habla en la igle- |
sia es ¢l mismo que se le habia manifestado en el leproso.
En esa persona concreta, despreciada, Francisco recupera
al Cristo de la historia, que comparte el suftimiento de
‘ada hombre, El rostro que impresiona a Francisco no es
el del Cristo impasible; inmurable y eterno del arte cli- |
sco, sino la faz. magullada y herida de los marginados que |
encontramos diariamente en nuestro camino. Besando las 4
Iagas del leproso, Francisco descubre a Cristo crucificado |
Y siente la invitacion a reparar su iglesia,
_A los poco’ dias, cuando se pascaba junto ala iglesia de |
San Damian, peribiéen espcitu que le dexian que encrara |
58 4
2 orar en ella. Luego que entré, se puso a otar Fervorosa:
‘mente ante una imagen del Crucificada, que piadose y be
nhignamente le habl6 ass «Francisco, goo ves que mi casa se
dderremba» Y €lcon gran temblor y estupo, contest: «De
_muy buena gana lo haré Seor» (13),
‘Su identificacin con los pobresy leprosos manifesta
‘unin con Cristo, La impresion fisica de las Hlagas en
su cuerpo, veinte aos més ards cetificara visiblemente su
‘continua conformacién interior. Francisco ha empezado
yaa ser él mismo un erucificado:
Desde aquel momento quedé su corszén llagado y derce
ido de amor ant el recuerdo dela pan del Soe Jess,
de modo que mientras vvié evs en corazé las Hage
det Sef Jess, conn después apres con toda caida en
Jn renovacin de las mismas lags admirabement impre-
sasen su cuerpo (14),
AA pesar de todo, el encuentro con el leproso no fue
suficiente para clatficar el camino vocacional de Fran-
cisco, Es evidente que atin necesicaba seguir avanzando
‘n su camino de discernimiento. Sin el apoyo de la co-
municad eclesial y sin la iluminacién de La Palabra,
Francisco hace una interpretacién demasiado literal de
tas palabras del Cristo, Piensa que debe reparar la iglesia
de San Damian y responde prontamente a lo que percibe
como voluntad divina.Se esfuerza en obedecer la vor del
Altisimo, pero no es capaz por si solo de comprender fo
‘ue Dios quiere de élPara afrontar los gastos de la reparacién de San Da-
sin, Francisco carga so caballo de telas y va a Foligno,
donde vende todo lo que leva. De regreso oftece el di-
nro recaudado al sacerdote de la iglesia, quien no lo
acepta, porque teme la airada reacci6n de Pedro Bernar-
dlone. Se queda a vivir en la casa del sacerdotey, cuando _
su padre comicnza a petseguitlo, se refugia durante un
mes en una cueva, donde ora incesantemente para que la
ira de su padre no le impida seguir Ia voluntad divina:\|
Todavia no se siente con fuerzas para enfrentarse a su pa-
dre y para remunciar a todos los lazos y seguridades tere-
‘nas que él representa
Desnudo ante el Padre Dios
La oraci6n fervorosa y prolongada le ayuda a poner «to-
talmente su confianza en el Sefor» y le hace «rebosar de
inefable alegria» (17). Como renacido a una nueva luz, +
Francisco sale de la cueva y se dirige a Asis, sin desalen-
‘arse ante quienes le maltratan como si fuera «loco y
dementer. Al verlo, x padre «se artoja sobre él como el
lobo contra la oveja> (17) y lo encierra en casa, some-
tiéndole a todo tipo de castigos y presiones para que. |
abandone el camino que ha emprendido. Su madre, sin. |
embargo, se compadece de él y, aprovechando na au
sencia del padre, lo suelea de la prisin doméstica. |
Cuando su padre regresa se enoja atin més contra su
hijo y decide denunciarlo ante a autoridad civil. AL in-
hibirse esta, porque Francisco se declara siervo de Dios,
Pedro Bernardone presenta la misma querella ante ol |
obispo de Ia ciudad. Llegado el momento del juicio,
Francisep dice al obispo:
‘Sets, no solo quiero devolvele con goza de mi alma el
dinero adquirid al vender sus cos, sino hasta mis propios
vestido. ¥ entrando en la recimara del obispo, se desniad
de todos sus vestidosy, colocando el dinero encima de ellos,
salié fuera desnudo en presencia del obispo y de su padre y
dems presents, y dij: «Oidme todos y entendsee: hasea
ahora he llamado padre mio a Pedro Bernardone; pero
‘como tengo propésito de consagrazme al servicio de Dios le
ddevuelvo el dinero por cl que est tan enojado y tos los
vests que de sus baberes engo: y quiero desde ahora de-
cir, "Padre nuesero que ests en los cles” y no “Pade Pe-
Aro Bernardone"> (20)
De este niodo, Francisco da un paso mis en su camino
de desapropiacion y se siente més libre para acoger lala
mada divina y. para abrazar a sus hermanos los hombres.
Despojado de las ataduras sociales familiares que su pa-
dre encarnaba, Francisco puede presentarse desnudo de st
‘mismo ante el Padre celestial, ocalmente abierto a acoget
su voluntad. No se trata de una vivencia espiritualista,
desencarnada. Abriéndose a Dios Pade, Francisco esta
‘mis cerca de convertitse en hermano universal afectuosa-
‘mente unido a toda la creacién. Pero atin fe queda camino
or recorrer hasta ver con claridad la llamada de Dios.
Celano interpreta la desmuder de Francisco en sentido
simbético, como si estuviera «luchando con el desnudo>
(IC 15),es decir, con el demonio, aquel que invita a crees-
‘nos autosuficientes, dominadores, como si Fuéramos dioses
6Nuestros primeros padres quisieron «ser como dicses> ¥_ |
erminaron en guerra consigo mismos, enemistados con
ioe en relacin conflctiva con fa creacién, Recorsiendo &
cL camino en direccién contraria, Francisco ha tenido que
despojase de sus ambicionescaballerescas,dominar sv pro~ |
pio yo. identfiearse con los pobres y con los lepresss re
Frunciar a los bienes, que lé daban falsas seguridades y al
tantaban sb narcisisio, Solamente asi es capaz de verse en
fh desmuder de criatura, pobre y vil en si misana, pero inf-
nitamente amada por Dios. Por eso al contrario que Adan yj
Eva, Francisco no se avergiienza de su desnudez. Abando--
ppindose a la voluntad divina recupera x armonta original
¥ vence fs sedluciones de aquel que divide (diablo)
‘Tinos veinte afios més tarde, cuando siente
acerca la heemana muerte, Francisco volver a repetir este
gto simbslico de Ja desnuder. Durance toda su vida h
(querido verse en autenticidad, sin. méscarss, ni hipocre:
Sjas, ni suefios de grandeza. Habiendo completado su c#- 3
nino de abajamiento kenotico, pide que le coloquen des-
vnudo sobre la tierra desnuda, mientras espera con go70 Se
srecogido por los brazos de su Padre.
Ta confianza filial con que acogeré
nverte est ya presente en estos momentes iniciales de st
Conversion, El relato dc los tres compafieros subraya que 4 i
a la hermana t
compare coronas i 1
a pa Die y por toss lid
tency 250 pe perl aol fin dela
en cl odo co gues aia propio
a Le devuletambie os vestilos
se acct ato aul gue pi
servir de asideto a sus familiares para sujetarfo ¢ impe-
dire avanzar hacia el Ser.
Francisco no solo devuelve todo a su padte terreno; rs-
tituye también todo a su Padre celestial. Presentindose
desmdo,eeconoce que nada le pertenece y por eso de nada
puede presumix. Habiendo descubierto un nuevo Padre,
Francisco renace a la vida nueva de los hijos de Digs. El
Gilicio que lleva escondido debajo de sus vestidos es un
signo mas desu profanda transformacién, De la vana apie
riencia ha pasado al recato y ala desmudez. Ya no busca
las glorias humanas, le gusta orat en lo secreto, ayuda @
quienes no pueden pagal, esti dispuesto a soportar in-
sults y persecuciones,
abiendo dejado la soguridades humaras, Francis apa
rece como desposeida des dignidad, expuesto a todo tipo de
ttrajes, pero completamente libre para escuchar la voz det
Padre, De este modo imita a Cristo desnudo en a cruz,
Se resalta también que Francisco realiza este acto de
desapropiacién dejéndose aconsejar por el obispo. Muestra
asi que su camino no es individualist, sino dentro dela
institucin eclesial.Es importante el pape! del obispo, que
‘no se aprovecha de la generosidad de Francisco para ent
cqucer a la iglesia sino que le anima a renuncar a todo Lo
terteno para entregarse, libre y sin nada propio,en los bra-
20s del Padre Dios.
Ala escucha de la Palabra en la comunidad eclesial
Despugs de haber renunciado a todos sus bienes ante el
obispo, Francisco continéa sus mediaciones pot los alre-
8
ees
aededores de Asis. Su espiritu se estaba fortaleciendo, x la | no se resigna.a Verle como un pordiosero, pes piensa que
vez que sigue avanzando en el despojo de si mismo. Nada i] et mancillando el honor de la familia. A Francisco no le
Je quita la paz interior ni la alegria de su rostro, ni sic importa que lo traten como si hubiera perdido su digni-
quiera cuando sufre el asalto de unos ladrones, que lo} dad, pues «cuanto es el hombre delante de Dios, tanto es y
maltratan y le tiran en un hoyo leno de nieve. Acude aff no més» (Adm 19.2). Por eso afirmaré que el dan divino
pedir ayuda a un monasterio, pero los monjes no le dani | mis precioso es (Flor 8). De todas formas,
‘mozo de cocina, Ante la tacaferia de los monjes,sesiente}_lepide a un mendigo que haga las veces de su padre y que le
obligado a buscar socorro en otra parte, pero no se lac. bendiga cada vez que Pedro Bernardone le profiera sus ha-
smenta ni eritica a nadie (1C 17) binuales maldiciones.
‘Mis tarde regresa ala iglesia de San Damian, se hace |} Han pasado ya tres afios desde su conversién, Con mu-
tun habito de ermitafo y empicza a mendigar piedras por] cha fatiga y esfuerzo, Francisco se ha ido dejando transfor:
las calles de Asis para reconstruir aquella iglesia y, des-’} mar por cl Espirit de Dios. ooo a poco ha descubicrto la
pués la de San Pedro y la de Santa Maria de la Porcitn- verdad sobre si mismo, ha abandonado sus suefios de
ala, Ain no habia comprendido que las palabras del eru- ] _grindeza y se ha identifiado con los mis necesitados. Re
cifio tenfan un sentido més profundo. De todas formas, es conoce que todo ha sido un regalo ¥ por eso afirma: «El
significativo que Francisco descubra su misién de renovardf Sefior mismo me condujo entre ellos» (Test 2) Una vez
la iglesia universal mientras se entega con entusiasmo ##—] qe sha situado en medio de los pobresy dees leprexes,
restaurar una pequeta iglesia fisca. En esa misma linea Francisco consigue oir la wo de Cristo crucificado y de:
manifiestay profundiza su desapropiacién interior con el | cubre ef rosto paterno de Dios. Desnudo de todo impedi-
gto de quitarse los vestdos.Suexpritualidad es siempre] ™entotetreno, se senterenacer a una oucva vida y puede
cencarnada, concteta. En la materialidad de las cosas con- | tbrazarfraternalmente a todas las criaturas Sin embargo,
cretas se le hace presente &l Dios vivo y operante.Siendo } St camino inicial de discernimiento vocaciaal no ha ter-
fiel en lo pequeii Francisco descubre y responde ala vo- jf ™inado, Le falta todavia la iluminacin de la Palabra, vi-
luntad divina. De este modo toda su vida se convierte en | Vida e interpretada en la comunidad eclesial
sacramento de la decién de Dios. __ Durante esos tres aos, de modos muy diverss, Fran
‘Micntras e afana por ver con més claridad lo que Dios" cisco ha repetido la pregunta que hiciera en Espolet: (25).
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3
«EL SENOR ME DIO HERMANOS»
En el capitulo anterior se ha analizado ef camino de dis-
cernimiento vocacional que Francisco recorrié durante
tres afios, hasta que pudo exclamas, leno de gozo, que ha
bia comprendido lo que Dios queria de él. Durante ese
‘icmpo tuvo que despojarse de su yo dominador para
abrisse a la hospitalidad incondicional y a la légica de la
sratuidad.
i Seftor le concedi6 «el comenzar a hacer penitenciay,
Je manifest su amor gratuito le condujo a practicar La
misericordia (Test 1-2). Sorprendido y entusiasmado,
Francisco descubre que todo es graciay se deja transfor-
iar en hermano universal, modelo siempre vilido para
‘ura ética de la hospiealidad. El mévil de sus relaciones no
1 acl interés egoista ni los suefos de grandeza, sino la
logica del don, que convierte el encuentzo con el leproso
en sdulzara del alma y del cuerpo». Al renunciar a todo
‘ipo de dominio, Francisco reencuentra su armonia inte-
sior y se siente en paz con todos los hombres. Su dicha se
hhace contagiosa y en poco tiempo sera muchos los que
5¢ le acerquien porque se sienten movidos a vivir como él
En este capitulo se analizari la forma en que Francisco
‘coge a os hermanos que Dios le envi y cl modo en que
‘ relaciona con todos los hombres, amigos o enemigos.
°