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acepcarido su propia desnuder. de criatura, Por ¢s0 al rec bir con tanta claridad la Palabra, no ofrece la ms minima, resistencia (25) a cuanto fha escuchado, Francisco «salta de gozo» y, srebosando de alegtiae,se pone inmediatamente a cumplicla con la mis absolute fidelided. Se despojé al momento de los objetos duplicados y m0 tus en adelante de bast6n, calzado, zue6n o alforjs y, be ciéndose él una nica muy basta yestica abandons la corte ye ci6 con una cuerda (25), La prontitud y radicaldad con que Francis intero- riza y ejecuta el mensaje que habia recibido manifiesta | claramente su apertura incondicional «al Espiritu del Se- For ya su santa operacién». Ahora esté preparado para et tn stig fie en a misin que Dios Le encminda. No solo anuncia el Evangeli, él mismo se ha transformade, cen Bvangelio vivieste, Por eso sus palabras «penetraba hhastalo mis hondo del coraz6n y con vehemencia suman | a los oyentes en estupor» (25). 4 ey 3 «EL SENOR ME DIO HERMANOS» En el capitulo anterior se ha analizado el camino de dis- cetnimiento yocacional que Francisco recorrié durante {tes afi, hasta que pudo éxclamas, leno de gozo, que ha. comprendido lo que Dios quetia-de él, Durante ese tiempo tuvo que despojarse de su yo dominador para abritsea la hospitalidad incondicional y a la Logica de la sratuidad. El Sefior le concedi6 sel comenzar a hacer penitencia», Je manifest6 su amor gratuito y le condujo a pracicar la zmisericordia (Test 1-2). Sorprendido y entusiasmado, Francisco descubre que todo es gracia y se deja transfor ‘mar en hermano universal, modelo siempre vilido para una ética de la hospitalidad, El m6vil de sus relaciones no ‘ yae interés egoata ni los suefios de grandeza sino la logica del don, que convierte el encuentro con el leproso en cdulzura del alma y del cuerpos. Al renunciar a todo tipo de dominio, Francisco reencuentre-su armonia inte- ory se siente en paz con todos los hombres. Su dicha se hace contagiosa y en poco tiempo serén. muchos los que se Ie acerquen porque se sientest movidos a vivir como él En este capitulo se analizaré la forma en que Francisco acoge a los hermanos que Dios le envia y el modo en que se relaciona con todos los hombres, amigos o enemigos. ° Su vida y sus ensefianzas servirin de base para una ética slobal en el mundo de hoy. Eldon de los hermanos Después del largo periodo de discernimiento vocacional, Francisco ha comprendido que rodo es don divino y po 30 se sientefraternalmente unido 2 todos los hombres y @ toda la creacién, Cada uno de los seres ¢s para l signo y mmanifestacién del amor gratuito, inconmensurable de 4 Dios. Pero es sobre todo en los hombres donde Fran descubre el rostro amoroso del Padre celestial, y por eso los acoge sin condiciones, empezando por los hermanos | que quieren seguir su mismo estilo de vida, ‘Cuando fueron conaciendo ya muchos la verdad tanto dela doctrina sencilla cuanto de la vida del bienaventrado Francisco, hubo algunes que,al cabo de dos aios de su con- vers, comenzaron a animarie a seguir su jemplo de pe- 4 pitenciay, despojados de todos sus bienes,seadhirison a él con’ el mismo habito yen el mismo género de vid (27. {Los hermanos que quieren abrazar su mismo género de vida se sienten movides por la autenticidad, la alegr y la sencillez que Francisco manifesta en su vida y en fur palabras. El primero de ellos, Bernardo, se fija en su coherencia, es decir, en fa profunda armonia que existia entre «la constanciay el fervor con que Francisco servi a Dios» (27) y la vida rigurosa que ahora Llevaba, tan dis tinta de los Iujos anteriores. 10 Francisco, sin embargo, no interpreta Ia Hlegada de com- paferos como un éxito personaly, por tanto, no se deja ven cer por la vanagloria, Cada ino de ellos es un don divino, que 4 acoge con alegria y veneraci6n «El Sefor me dio her- manos», proclamara leno de gozo en su Testameno, Muesia asiuna profunda desapropiacion interior; reconoce que todo Io ha recibido gratis , por tanto, todo lo tiene que resi El mismo afirma: «Asi se puede conocer si el sirvo de Dios tiene el espns del Seioe si, cuando el Sefoe obrara por él alggin bien, su carne no por ello se exaltara» (Adm 12} Francisco no quiere atribuirse ningéin mérito ni consi- derarse superior a nadie. Los hermanos que quieren abra- tar su mismo estilo de vida son un don divino y a Dios solo pervenecen. El los recibe rebosando de alegeia y, los acoge como compaticros de camino, pero no quiece ejercer dominio sobre ellos. Més bien a todos quiere servir como si fueran sus sefores, sin hacer distinci6n alguna, Solia decir: “En Dios no hay acepeién de personas, y el ministro general de la Religion ~que es el Espiritu Santo- se posa igual sobre el pobre y sobre el rico"» (2C 193). Considerando que el verdadero ministro general es el Espiritu Santo, Francisco no dita a sus hermanos lo que tienen que hacer, sino que los emite a la Palabra de Dios. Cuando Bernardo le pide conse, Francisco le dice: «Ma- fiana muy temprano iremos ala iglesia y conoceremos por cf libro de los evangelios lo que el Sefior enseBis a sus dis- cipulos» (28), Después de haber orado len el Evangelio y cn él encuentran la iluminacién que buscaban. Solamente ‘entonces Francisco dice a Bernardo y a Pedro, sus dos pri- ‘eros compafieros: Hermanos, eta es nuestra vida y te- i i i ela y la de todos los que quisicran unirse a nuestra compa fa. 1d, pues, obrad como babs escuchados (29) Hibiendo abrazado la hosptalidad incondicional, Fran- cisco coge a su primezos compatietos con respeto y vene- racin. No quiere que sus frailes se anulen como personas, sometiéndonos acriticamente al capricho ajeno, sino que respondan de modo libre y eotistient a la Hamada que Dios dirige a cada uno de ellos de modo especifico y personali- zado, Por 630 le pide a un ministro que ame a sus herma- os tal como son sy no quieras ota cosa de llos sino lo que el Seior te dicre»(CeM 6). Asimismo, anima a Fr. Leén a comportarse como «te parece mejor que agradas al Se- | for» (CeL 3), dindole de antemano su obediencia y bendi ibn, La renuncia a la propia voluntad debe ser expresién de la donacién de si mistno por amor, algo muy distinto al infantilism de quienes siguen eiegamente las indicaciones ajnas, como mationetas, para evitarse la fatiga y la respon: sabilidad del propio discernimiento, Et mismo afirma, al final de su vida: «Nadie me mos- tcaba qué debia hacer» (Test 14) Estaka tan convencido de su vocacién y misiGn que, aunque se considera «ignorante © iletrado> (CrO 39) exhorta a todos los hombres, presentes y futuros, amonesta alos gobernantes (CXA 8) y desea que sus cartas alcancen la mayor difusi6n posible (1CxC 9-10; 2 CeF 88). Su hospitalidad es expresin de una personalidad fuerte no sujeta a receos ni a reacciones infantile alguien que ha sabido encontrar en Dios el setido de su vivir y de $1 actuar. Si acoge incondicionalmente a los dems, no es por falta de caricter, sno por amor a Dios, Con la gracia di- vina, Francisco se ha hecho libre para ama n La fraternidad tiene como modelo el amor divino, que por nosotros se ha encarnado, haciéndose débil y lavando ‘nuestros pigs, Dios nos ama y por eso respeta nuestra liber. tad, hasta las Gtimas consecuencias, El Verbo encarnado sacept6, por amor, qué abusaramos de nuestro libre arbitrio para lavarlo en una cruz. Bl Padse-no ws su poder para lis brarlo, ni siquiera cuando su Hijo le getaba: «Padre, aparea de mi esta copa» (Le 22,42). Basindose en ese modelo de hospitalidad absoluta, Francisco suplica asus hermanos, besindoles los pies (Rab 24,3), que amen el propio estilo de vida, obedezcan a sus ministos sin reticencias, excepto en aquello que sea pecado, es decir, cuando les pidan algo «que vaya contra el amor (Rab 52), Por su part, los minis. tr0s acogeran siempre benignamente alos hermanos Y¥ en esto quiero conocer si amas al Seior y a mi, servo suyo y tyo, si hiieres eto, a saber, que no haya a. arin fraile en el mundo que haya pesado todo cuane haya podido pcar que, desputs de que haya visto tus ops, nunca se retire sin ta misericordia, si busea misercoria (CAM 9). Francisco no pretende hacer un grupo de elite que sea ‘muy eficicnte en sus tareas y que le presigie como organi- 2ador.«Queria que la Religion fuera lo mismo para pobres « iletrados que para ricos y sabios» (2C 193). No busca ni selecciona a sus seguidores, sino que acoge con goz0 y agra- ‘ecimiento a los hermanos que Dios le enva, sn fijarse en __ ctiterios humanos ni en consideraciones de eficiencia Cuando Gil, su cuarto compatiero le pide que lo reciba en su compas, Francisco se fija en que «era fdelisimo y de- B oto y que podiaaleanzar muchas mercedes de Dios (32) Lo mismo hace con los tres siguientes, a quienes (35). la hora de discer th Ia yocaci6n del candidato, lo que cuenta son sus moti- “Vaciones espirtuales su capacidad de apertura incondicio- nal ala accién de Dios. ‘Dentro de la frternidad, Jos hermanos no serdn valora- dls por lo mucho que apateno por lo agradables qu resalk ten, sito por ser un don divino, «Bienaventurado el sierv0 {gus tara tanto aw hermano cuando ext enfin qu 8° puede recompensirl, como cuando et sana que puede r= Eompensarles (Adan 24) En cualquier tipo de creunsrancia, fos fails se erten con solicitud maternal (Rb 6.8), «se st- sayy cbedercan> (Rb 5,14) ey confiadamente manfiste no al otro su necesidads (Rnb 9,10), «Te bablo, hijo mio, Como una madres (CxL 2), le escribea fray Le6n. En la Rela jars ls ereittios se indica que dos de los costo hermae eee hagan de madres y «guarden a sus hijos de toda per~ sonar (n8) Es claro que, para Francisco la persona del Fraile ‘eral centro de sus preacupaciones, por encima de as lees y dde las notmas, Por es, enterado un dia de las ganas de co- mer uvae que enia un enfermo, lo lleva la vita y, sentir doe bajo una vid, comenzé a comerlas para anima al en fermo a que las comiera»(2C 176) ‘La hospitalidad incoadicional que promucven dentro de la propa fraternided tienen que manifesacla tambien cn se selaciones con todos los hombres. Francisco pide a fos Frailes que «cualguiers que viniere a ellos, amigo 0 ad- Nersario, ladeén o bandolero, sea reibido benignamente> {Rab 714), No importa si el otro merece ser tratado con amabilidad, pues no se trata de una ligicainteresada que eva dar para ci ino de grat mds bola ‘Aunque puedan causarles dati, ls frales los acogerin be- nignamente y se pondrin a su servicio. ‘La pobreza y la minoridad son condiciones imprescindi- bles para conseguir esa hospitalidad absolua, sin miedos nit reticencis, or es0, cuando el obispo de Asis le pregunta si los primetos hermanos no habran abrazado una vida dema. siado rigurosa Francisco le responde humildemente: Sei, si cuviramos algunas postsionesnecsitaiames amas para defendernos. Y de abi nacen ls dispuas yj as y los pleios que suelen impedir de milkiplesfcimas el amar ey del temporal en ete mundo (35) sjimo, po exo no queremos tener cosa alguna ‘Unidos a la gran comunidad de la Iglesia castica En el capitulo anterior hemos visto que, para percibir cla. zamente so vocaciba, Francisco necesité escuchar fa P ‘bra de Dios dentro de fa comunidad ecesial yal inde aquella celebracién eucaristica, pidié humildemente la explicacién del texto evangélico aun sacerdote, en cuanto representante cualificado dela Iglesia universal. Francisco fue siempre consciente de la necesidad de la mediacién eclesial. De hecho, «acudia con frecuencia para aconse- jarse> con el obispo de Asis (35) y quiere que sus Frales sean siempre Files ala Iglesia calc. El grupo de los hermanos empezaba a crecer y Fran cisco siente fa necesidad de buscar una aprobacién formal 7s por parte dela Iglesia. De ese modo esperaba que se disi- aran muchas dudas y se evitaran no pocas situaciones ambiguas, como la que se habia creado al inicio de todo, cuando los hermanos hicieron su primera salida apost6- fica y provocaron reacciones contrapuestas: Aunque al _gunos se sentfan sobrecogidos de temor en vista de la vida que llevaban, ninguno les segufa» (34), pues les considera ban necios y locos. En la segunda sida, las cosas no me- joraron: «Muchos os acosaban preguntandoles «a qué Or- den pertenecians, Ellos respondian «sencillamente que eran varones penitents oriundos de la ciudad de Asis» (37), La gente los consideraba simpostores 0 fatuos» y por eva Jos rechazaba. (49) La importancia que Francisoarribui a estar en comu- sin con toda la Iglesia queda de manifesto en la cleridad ‘on que somet su estilo de vida a a aprobacin papal. Habia trascutido apenas un afo desde qe petibiraclaramnente su voeacién y de que comenzaran a Ilegace ls primeros ‘compafiros, Catorceafios mis tarde, el 29 de noviembre de 1223,e papa Honoro II aprobar la gla defn Francisco insiste asus files ue sea semipié files y sumisos ala Iglesia y que munca prediquen sin ef permiso ‘el ministro general y sin el benepcito del obispo, para que siempre «sean catlicos, vivan y hablen catélica mente» (Rub 19). ‘Mensajeros de paz -Fortalecidos por la autoridad apostlica, Francisco y sus compafieros regresan de Roma y continian con entu- siasmo su vida de penitencia, a la vee evangéica y evange- lizadora. La experiencia del amor gratuito de Dios ls llena de paz y de dulzura. Es una dicha desbordante, contagiosa, que no pueden retener para si mismos. Con gran ent siasmo se entregan a «predicar mis y mejor en sus corres por cindades y castros» (54) Los temas Fundamentales desu predicacin son la paz ¥ la peniencia, aspects imprescindibles para la hospital ddad incondicional «Que la paz que anwncidis de palabra ‘a tenga, y en mayor medida en vuestroscorazonese (58), ” les repetia Francisco. Se trata de la paz que infunde el Es- "| piritu Santo y que se opone af vivir segin la carne. Quien coge ese don se realiza plenamente como persona, pues vvive en armonfa consigo mismo y con su Creadot. El anuncio de la paz que los frailes hacen con los la- bios lo muestsan también siendo menores, es decir, te- niendo a Dios como su Gnico contento. No se trata, por: tanto, de una simple esteategia para Hegar mejor a la) ‘gente, Sintiéndose siervos, a todos acogen como herma- nos y quieren compartir con ellos la paz interior que_ | Dios les ha concedido a través de la penitencia. Por €30, «antes de proponer la palabra de Dios a los presentes, Francisco les deseaba la paz, diiéndoles: “El Scfior os dé la paz" (1C 23), Este saludo contradice el afin de domi- nio que esti en la base de todo pecado y de todo am- biente belicoso, como el de aquella época. La fuerza de su testimonio no pasa inadvertida: Como no habian odo nunca que otros religiosos saluda~ ran asi, les extrafaba muchisimo, ¥ algunos, malhumora- dos, replicaban: «Qué intents decirnos con este saludo?» De modo que el hermano comenz6 a avergonzars Fran iso lo animé diciendo: (36) Dela pas interior ala Featernidad universal 1a pur imerior ee sigo mis claro de la presencia en ‘sorts del Esprit del Resuiado, Dios siempre habla de paz yen Cit insta a ovo ln chon or sinia® Bo Francisco afema pe quses eee conservan la paz serén corontados por Dios (Cnt 11), Franco encventa laps inroe cond deep oce exiatura vil y despreciable en si misma, pero al 4 nismowinpo dig pore nfiismens apes po Dio Laverda sobre smo lo pais Iara ® Cristo es muetea je BF 14-18 cE Sal 859; 1522-5, 6,184 ‘Mig 4:16. La par es don y misin del Rescitado: Rom 81 lp 1.2 80 1 o hace libre para amar Francisco aoge cl don de apr y 4 propone gocosamentea toda la humanidad. Sa actned Serena y acogedora se manifesta, por ejemplo, en sus ca ‘sno da Srdenes ni proficre amenazas, mis bien exhorta sshemenemens acon Spee oe ae con sus palabras proclama que todos hem los en isto y, por tanto, estamos & paz con Dios y podemos abritnos sin recelos ala fraternidad universal. 1a hospitalidad hacia el Padee celestial lleva necesaria mente a la hospitalidad incondicional hacia todos sus hi, Jos Francisco pide asus frailes que «ao juzguen, no conde, ‘en, nose fjen en os pecados2jenos, sino ms bien en los bropios (Rab 11,10), Sabfa bien que los conflicts se ini ian siempre demonizando al adversaio,es decir, cet cbse ala verdad, Paapetado en los preuicios quest ha Construd, el sujet se sienteautorzado para tratarinjas- {amente al pr6jimo,justficando la propia reaccign eyelsna ‘omo si fuera convenient inevitable, ™ ‘Los compatieros de Francisco aprenden de a ser her- ‘Banos, acogiendo a todos sin reservas, Esa hospitaldad ‘xige la minoridad y la reconciliacin consigo mismo, {isi no puede ser mensajero creble de pz quien quiee deminaro ests divido por dentro, «Agut! serve dc Ince ts n0 se encoleriza ni se conturba por cosa alguna vive ‘eamente sin propio» (Adm 11,3), Despojéndose de ei qpi™®.4l hermano menor selena de Dios se abre a to. dos los hombres. {A hospitalidad incondicional es un regalo de la bons dad divina, por eso Francisco pide a su fails que se Marden «de calumaiar y de contender de palabra, mas 81 bien esfuércense en guardar silencio, sempre que Dios les eonceda la gracia» {Rnb 11,1-2). Abriéndose a eve don divine los hermanos «sean apacibles, pacifics y moders- dos, nansos y humildes, hablando a todos honestamente> {b 311), Celano confirma que los primeros compatieros J see cisco cjeriaban J paz y la mansedumbre com todos» (IC 41) a Francisco pide « sus files que pongan un empetio cpecial em esperar acogerbenigrament 2s ste 7 ree, mune ets Heparan a persepuire injustamen | iran al frp o fer nore Loe cared | oer eengan algo que decitles sobre el eulto eucatis | a ney coglicindaesburildmente> OC 2h Teed circunstancia, os Erancscanos deberan ser <6) tment mile on ox lig, ayes Ye a rae as alias, suplir lo que se echa de menos ete ellos» (2C 146)-El mss ico, no politico abe Ge muchos scrote se ban apropado de ey init My queen ver de servo usa pre eee dining fr aca proveco personal, Eso Je cats, peo 21 fer jongn les crvca, Quiete amarlosgratisament pocque gratuitamente sents amado por Dict. Su bos eae Srcondicional es por amor a Cristo Cujo Cue aia or eben yells ls mini Tororo (et 10. veri until con at nl oe aca = piblica. El caso ms notorio ocurris en Asi El obispo pel ciudad excomlg al pode yee rencions ‘Ribendo que los asisiensestuvieran tratos comercial «con el obispo. Cuando Francisco se enter6,. El lobo les ataca porque tiene hambre (injusticag || ellos se defienden porque sus bienes sus vidas corren pe- ligro, La cetrazdn de ambos bandos aumenta la descom fanz mutua, impide la apertura al otro y obliga a af arse chasta los dientess. Todos son,a la vez, victimas y culpables : San Fransisco, movida compas dela gente del pur bo, quis salir a enfrentarse con el lobo, destendiendo fo consejos de los habitats, que querian a todo tance dis | dict, Y haciendo la sefal de fa ea, sli Fae del pueblo con sus compafiros, puesta en Dios toda su confianzi Gomo los compaieros vacilaran en seguir adelante, st Francisco se encamiog resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo (Flor 2). En esta situacién de odio enconado, Francisco siente ‘compasién hacia ambos bandos. Vence as los prejuicios que bloquean las relaciones y provocan los conflictos, Su hospitalidad incondicional no se basa en céleulos hu- ‘manos ni en un idealismo ilusorio. Si es capaz de amar a ambas partes es porque consigue verls con los ojos dela fe Por eso, chaciendo la sefal de la cruz», se pone en me- dio, desarmado, como cordero entre Lobos (minoridad), Gracias a que «su confianza esté puesta en Dios», Fran- cisco es capaz, de arriesgar su vida y de reconocer a todos como hermanos. Se apoya en la presencia de sus compatieros, pero ellos ‘erminan por vacilar. También los discipulos de Jess se uedan dormidos en Getsemani, dejéndole solo en aquel ‘momento sublime de angustia. A pesar de todas fas ayudas ue podammos recibis en tiltimo término cada uno tiene que ‘nfrencarse personalmente a su lobo feroz y, con la grax Gia de Dios, llegar a reconacerlo como hermano. El mo ‘mento dela muerte seré el més importante de esos momen. ‘0s cruciales. Ante el labo de Gubbio, fos compaferas Pueden ayudar a Francisco, pero no pueden sustituisle en momento decisivo, ‘Cuando he aqui que 2 la vise de machos que habian se- {guido en gran niimero para ver este milagro, el labo svanzb encuentro de san Francisco can la boca abirty ct dase a él san Francisco le hizo la sefal de la er, lo lamé a Sy ledi[.} ~Fiexmano lobo, puesto que ests de acuerdo en sllary ‘mantener esta paz, yo te promero hacer que la gente dela 8s i ciudad ce propoteione continuamente lo que necesites mientras vias, de modo que no pases ya hambre; porque: sé muy bien que por bambre has hecho el mal que has be- cho, Pero una.sex que yo © haya conseguido ese favor» Gquieto, hermano fobo, ue sé me prometat que no herét dao yaa ningiin hombre del mundo y a ningiin animal. | (Por 24). 4 Prosiguiendo con la osadia de la f, Francisco no se fi rita a denunciar la violencia, sino que desvela las casas: aque la provocan y propone wa pacto reciproco, entre igus les, para restablecer la justica. La gence de Gubbio se are piemte de sus pecados y promete alimentar al Iobo, mien tras que este renuncia a hacer dafo. Ahora ya pueden todos salir de su encerramicnto y seunitse al aie libre, si riedos, eniendo 2 la naturaleza como aliada Francisco restaura el orden querido por Dios, que pte, supone, pero no se reduce a la justicia socal. Por 50, lo habitantes d¢ Gubbio fenaa que arrepentirse de susp caudos, es decir, convetireé ala Logica de Dios, La justia | adquiere asi una perspectiva teolégica Ta fe en el Dios creador y providente, que en Cristo se manifiesta com? servo, no puede dejacnos indiferentes ante fa necesidad,| de nuestros hermanos (Rab 9,10-12). Nadie debe acuru- lar micntras otros pasan necesidad. AST en ora ocav60, | Francisco entrega si mania tn pobre, afirmando que «se nos imputaria como hurto si no lo diramos a ot sis necesitado» (2C 87). La fe en fa bondad infinita de Dios lleva a la fraternidad universal y 2 la donacién des Frente a las cruzadas, el abrazo ala diversidad Habiendo descubierto al Padre Dios, Francisco se siente hetmano wniversal y a todos quiere anuncia el Bvangelio. En sus cartas se dirige a todos los hombres; en sus oracio- 1c incluye también a todo el cosmos. Ese abrazo «global» svaestrechamente ligado a su deseo de acercarse (Rb 12,1) y com- pportarsecspiritualmente, Solo con una profunda vision de fe ser capaz de sir entrees deci, enunciar a todo poder | y someterse a toda criatura (minoridad), x Francisco propone a sus frales la misma hospitalidad que €l habia abrazado, El hermano menor, sintiéndose siervo intitil, no tratara de imponerse con la fuerza, ni si- 4piera cuando anuncia la propia Pobre y humid, evi ‘ar litigios y contiendas, se comportara como sovcia en” medio de lobos: simple pero también pradent Esa pre- Sencia pacifca y acogedora manifista la debilidad del amor que propone no impone. Sin embargo la apareate dcbilidad se vuelve fortaleza cuando es preciso mostrar aque I propia vida est asentada sobre la Roca firme. Los hhemanos menores estan siempre dispuestos a confesat | «qe sn crstianos (Rnb 16,6), aunque eo les lieve al mar tirio. Quien ha descubierto la perla preciosa no renuncia, a Js propia identidad ni seesconde detris de un sinere: visto minimalist, El sometimiento a toda eriatura, de religion 0 cultura diferente, no supone tener que nega la propa fi tat p2co intentarimponerla a la fuerza Mientras qu los en 2aos ataca, los hermanos «van entre, exponen perso rnalmente y soportan con amor las eribulaciones que le ‘vengan a causa del fe: Como se trata de una obra de Dios solo anunciarén abiertamente el Evangelio «cuando vie~ ten que agrada al Sefior> (Rnb 16,7) a 4 Os «GRATIS LO RECIBISTEIS, DADLO GRATIS» (Mt 10,8) Ese capitulo presenta la gratia divina como clave de lec- cura de la vida y de la ospitaldad incondicional de Fran- tisco de Ass. «Su actitad de hombre de paz, de tlerancia, de dislogo,nacia siempre de la experiencia de Dios Amara Bien asentado sobre la Roca firme, Francisco se abre hu- rilde y gozosamente al encuentro desinteresado con to- dos los hombres, sin caer en el sineretismo religoso ni en la indiferencia ante la verdad, Sorprendido por el amor gratuito de Dios, Francisco restituye todo al Sefos, vive sin nada propio y solo anhela tener el Espiritu del Sor y su santa operacin, Dios ¢s total gravuidad

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