You are on page 1of 25

View metadata, citation and similar papers at core.ac.

uk brought to you by CORE


provided by Repositorio OAI Biblioteca Digital Universidad Nacional de Cuyo

CU YO . N U AR I O D E I LO SO F A RGEN TIN A Y M E R I CAN A , n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33.

Desigualdad social y procesos políticos:


un a perspectiva in terdisciplin aria*
So cial In e qu ality an d Po litical Pro ce sse s: an In te rdisciplin ary Pe rspe ctive

Carlo s María Vilas**

Resum en
Con u n a p ersp ectiva in terd iscip lin aria, el p resen te trab ajo en foca la gravitación
d e la d esigu a ld a d so cia l en lo s p ro ceso s p o lítico s y la ten sió n q u e p la n tea a l
d e se n vo lvim ie n to y p re se rva ció n d e lo s re gím e n e s d e m o crá tico s, e n cu a n to
éstos se asien tan siem p re en u n p rin cip io d e igu ald ad . Se a firm a q u e lo d eci-
sivo n o e s la e xiste n cia m ism a d e la s d e sigu a ld a d e s sin o e l m o d o e n q u e la
socied ad elab ora criterios d e exp licación y ju stificación d e las m ism as. Fin al-
m en te, se in d aga el im p acto d el ah on d am ien to recien te d e la d esigu ald ad so-
cial en gran p arte d el m u n d o y su in cid en cia en los n iveles y m an ifestacion es
d e la con flictivid ad social.

Palabras clave: d esigu ald ad ; in ju sticia; p ob reza; d em ocracia; Am érica Latin a.

Abstract
Fr o m a n in t e r d is c ip lin a r y a p p r o a c h , t h e p r e s e n t w o r k fo c u s e s o n t h e
gra vit a t io n o f so cia l in e q u a lit y in t h e p o lit ica l p ro ce sse s a n d t h e t e n sio n it
crea tes in th e d evelo p m en t a n d p reserva tio n o f d em o cra tic go vern m en ts, a s
th ese are always b ased u p on th e p rin cip le of eq u ality. It is stated th at wh at is
d ecisive is n ot th e very existen ce of in eq u alities b u t th e way in wh ich society
elab orates criteria to exp lain an d ju stify th em . Fin ally, th e im p act of th e recen t
world wid e d eep en in g of social in eq u ality is an alyzed , as well as its in cid en ce
on th e d egrees an d m an ifestation s of social con flict.

Keywo rds: in eq u ality; in ju stice; p overty; d em ocracy; Latin Am erica.

* Texto d e la con feren cia d ad a d u ran te la realización d el III Con greso In teroceán ico d e
Estu d ios Latin oam erican os, organ izad o p or el In stitu to d e Filosofía Argen tin a y Am eri-
can a, Facu ltad d e Filosofía y Letras, Un iversid ad Nacion al d e Cu yo, 3 al 5 d e octu b re
d e 2007, Men d oza, Argen tin a.
** El au tor es d ocen te e in vestigad or d e la Un iversid ad Nacion al d e Lan ú s, Bu en os Aires,
Argen tin a . <cvila s@ciu d a d .co m .a r>
10 C AR LO S oAR A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

1. ¿Por qué interesarse por la desigualdad social?

Desde hace varios años la desigualdad social se ha convertido en uno de


los tem as recurren tes de la agen da de los gobiern os y de los organ ism os fin an cie-
ros m ultilaterales. Un a cuestión que tradicion alm en te había estado circun scripta a
las preocupacion es de organ izacion es sociales y políticas in teresadas en la tran s-
form ación social con un sen tido em an cipatorio y de progreso se ha con vertido en
cen tro de aten ción a lo an ch o de todo el esp ectro p olítico, aun que p or sup uesto
con derivacion es de m uy diferen te sign o ideológico y efectos prácticos.
La cen tralidad del asu n to obedece, an te todo, a la p rop ia realidad. En
con traste con la m ayor parte del siglo vein te, duran te el cual la desigualdad social
se redujo en prácticam en te todos los países del m un do —sin perjuicio del ahon -
dam iento de la desigualdad entre naciones desarrolladas o centrales y naciones sub-
desarrolladas, en desarrollo o periféricas—, desde la década de 1980 la desigualdad
social n o ha hecho m ás que in crem en tarse 1.
De acuerdo al in form e de 2005 de la ONU sobre la situación social del
m un do, duran te los últim os vein te añ os la distribución del in greso m edida por el
coeficien te de Gin i em peoró en la m ayoría de los países para los cuales se cuen ta
con inform ación sistem ática. En 53 países, que en conjunto sum an 80 por ciento de
la población m undial, la brecha entre ricos y pobres aum entó, y se redujo solam en-
te en nueve países, con cuatro por ciento de la población del m undo. De acuerdo a
este inform e, la desigualdad es particularm ente m arcada en Nam ibia, Brasil, Sudáfrica,
Chile y Zim babwe. Las disparidades siguen siendo notables incluso en países que en
esas décadas experim entaron tasas altas de crecim iento económ ico 2.
Am érica Latin a sigue sien do la región del m un do don de la desigualdad
es m ayor, in clu so cu an do se la com p ara con áreas de m en or n ivel de desarrollo
econ óm ico o m ayores proporcion es de población en con dicion es de pobreza 3. De

1 GIRAUD, Pierre-Noël, La desigu aldad del m u n do. Econ om ía del m u n do con tem p orán eo,
México, Fon d o d e Cu ltu ra Econ óm ica, 2000.
2 UNITED NATIONS, Th e In equ ality Pred icam en t. Rep ort on th e World Social Situ ation
2005, New York, Un ited Nation s, 2005.
3 BID, Ban co In teram erican o d e Desarrollo, Am érica Latin a fren te a la desigu aldad. Progre-
U YO  N U AR I O DE I LO S O F A R G E N T I N A Y M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 11

acu erd o a u n estu d io d e Portes y Hoffm an al fin alizar la d écad a d e 1990 “el 5%
superior de la población recibía in gresos dos veces m ayores que el grupo com pa-
rable en los países de la OECD, m ientras que el 30% inferior sobrevivía con el 7.5%
del in greso total o sólo el 60% de la p rop orción resp ectiva en los p aíses avan za-
dos”4. La desigualdad del in greso duran te los añ os del experim en to n eoliberal au-
m en tó sign ificativam en te en la región en su con jun to y, con algun as excepcion es,
en cada un o de los p aíses, revirtien do la ten den cia que se había registrado hasta
in icios de la década de 1980. Debe agregarse que el crecim ien to de la pobreza y el
ahon dam ien to de las desigualdades sociales tuvieron lugar al m ism o tiem po que
se recuperaba el crecim ien to de la econ om ía, que superó al 30% para el con jun to
de la región . Adem ás de desm en tir la hipótesis n eoliberal del “derram e” de los fru-
tos del crecim iento, la percepción de la distribución desigual de esos frutos contri-
buyó a deslegitim ar al sistem a político que toleraba según algunos, prom ovía según
otros, este resultado.
Todas las sociedades presen tan desigualdades. La desigualdad relevan te
para el an álisis político es la que in volucra a actores colectivos: la desigualdad so-
cial en cuan to atributo de un sistem a de relacion es en tre con jun tos de seres hu-
m anos com prendidos en ellas por su pertenencia al conjunto: la clase social, el grupo
étn ico, la n acion alid ad , el lu gar d e resid en cia, el sexo, la religión , los h áb itos o
preferencias de vida, etcétera. No basta que determ inados individuos sean –o sean
vistos com o— diferentes de otros. La diferencia deviene desigualdad en el m om ento
en que la estructura de poder adjudica determ inados efectos a esa diferencia: ejer-
cicio de derech os, acceso a recu rsos, p articip ación p olítica o social, u otros. Sin
esa referen cia a las relacion es de p oder, a la su bjetivación de éstas com o ideolo-
gías, sím bolos y valores y a su objetivación en com portam ien tos e in stitucion es, la
desigualdad qu eda redu cida a u n a cu estión de determ in ados in dividu os en rela-
ción con otros.

so econ óm ico y social de Am érica Latin a. In form e 1998-1999, Wah in gton D.C., BID, 1998.
4 PORTES, Alejan d ro y Kelly HOFFMAN, “La estru ctu ra d e clases en Am érica Latin a: com -
p osición y cam b ios d u ran te la era n eolib era l”, en Desarrollo Econ óm ico, Nº 171, octu -
b re-d iciem b re d e 2003, p . 355-387.
12 C AR LO S AR
A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

En un o de sus últim os libros Norberto Bobbio refirió la distin ción polí-


tica en tre izquierda y derecha a “la diferen te actitud que asum en los hom bres que
viven en sociedad fren te al ideal de la igualdad”, “la con trap osición en tre un a vi-
sión horizon tal o igualitaria de la sociedad” característica de las izquierdas, “y un a
visión vertical o n o igualitaria” típica de las derechas5. Con esta afirm ación Bobbio
in ten taba en con trar algún asidero a la pertin en cia de la diferen ciación izquierda/
derecha en un m un do en que el com un ism o y otras opcion es políticas afin es es-
taban en retirada tras los acon tecim ien tos de 1989 y 1990 en Europa Cen tral y en
la ex Un ión Soviética. Sin em bargo, su propuesta n o puede ser aceptada sin m ás.
En la últim a década el problem a de la desigualdad social se in corporó a
la agen da de algun os de los m ás relevan tes actores de la globalización fin an ciera y
la reestructuración capitalista en clave n eoliberal6. La desigualdad en el in greso y
en los n iveles de p rodu ctividad, qu e p ara la teoría n eoclásica era u n in gredien te
que estim ulaba el desarrollo (Kaldor) o en todo caso debía ser vista com o un efec-
to inevitable del crecim iento durante sus etapas iniciales (Kuznets), se convirtió, en
la revisión n eoin stitucion alista, en un lastre o por lo m en os, en fuen te de proble-
m as. Las exp erien cias del su deste de Asia y otros casos sim ilarm en te exitosos de
desarrollo acelerado aconsejaron descartar las proposiciones neoclásicas. Con base
en la eviden cia aportada por esos procesos se con sidera hoy que la existen cia de
desigualdades socioecon óm icas profun das se traduce en atraso educativo, exiguas
calificacion es laborales, baja em p leabilidad de los recursos h um an os, rigideces y
d ist o rsio n e s e n la in co rp o ra ció n d e p ro gre so cie n t ífico –t é cn ico , re d u cid a
com petitividad, todo lo cual in crem en ta la vuln erabilidad del sistem a econ óm ico.

5 BOBBIO, Norb erto, Derech a e izqu ierda. Razon es y sign ificados de u n a distin ción p olítica,
Mad rid , Tau ru s, 1995, p. 131-135.
6 Por ejem p lo BIRDSALL, Nan cy et al., “La d esigu ald ad com o lim itación d el crecim ien to
en Am érica Latin a”, en Gestión y p olíticas p ú blicas V (1), 1996, p. 29-75; BID, ob. cit.;
U NITED NATIONS, o b . cit .; WORLD BANK, At t a ck in g Pov ert y. World Dev elop m en t
Report 2000/2001, Wash in gton D.C., Th e World Ban k, 2001; WORLD BANK, Equ ity an d
Developm en t. World Developm en t Report 2006, Wash in gton D.C., Th e World Ban k, 2006;
DE FERRANTI, David et al., In equ ality in Latin Am erica. Break in g w ith History?, Was-
h in gton D.C., Th e World Ban k, 2004.
U YO N U AR I O DE I LO S O F A R G E N T I N A Y M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 13

En la agen da de los organ ism os m ultilaterales las recom en dacion es po-


líticas de m oderar la desigualdad social están referidas a la n ecesidad de dar m a-
yor din am ism o al crecim ien to econ óm ico, a con solidar los arreglos in stitucion ales
d e ap oyo a las reform as m acroecon óm icas y a red u cir el p oten cial d e con flicto
qu e se n u tre de las m ú ltip les m an ifestacion es de la desigu aldad social. Más qu e
por “el ideal de la igualdad” y de justicia al que Bobbio alude, estos actores están
in t e re sa d o s e n la d ifícil co m p a t ib iliza ció n e n t re d e sigu a ld a d e s so cia le s y
gobernabilidad política y por el apuntalam iento político a las reform as neoliberales.
Alexis d e Tocqu eville se p reocu p ó, a p rop ósito d e la joven rep ú b lica
estadoun iden se, por las am en azas que la dem ocracia, con su prin cipio igualitario,
p od ía p lan tear a la lib ertad d e los in d ivid u os, así com o p or el riesgo d e qu e el
prin cipio dem ocrático del gobiern o de la m ayoría degen erara en opresión tirán ica
de las m in orías 7.
Hoy la preocupación dom in an te se refiere, al con trario, a las am en azas
que la desigualdad social plan tea a la efectividad y la susten tabilidad de la dem o-
cracia y a la lib ertad y el b ien estar d e las gran d es m ayorías. Pu esto d e m an era
m u y su cin ta, se trata h oy de en con trar u n a resp u esta a u n a doble in terrogan te:
cuán ta dem ocracia es posible en la desigualdad, y cuán ta desigualdad es com pati-
ble con la dem ocracia, y de apun talar esa respuesta con accion es de política.
La exp resión desigu aldad social sin tetiza u n con ju n to am p lio d e d es-
igu aldades colectivas a p artir de u n a variedad de elem en tos o características. La
desigualdad económ ica y la desigualdad política son las que han recibido m ás aten-
ción en los an álisis de este asun to. En las cien cias sociales de la era m odern a un a
y otra fu eron su bsu m idas en el con cep to de desigu aldad de clase y en tal con di-
ción se u b icaron com o u n o d e los ejes con cep tu ales d el estu d io d e la socied ad
duran te m ás de un siglo. En foques m ás acuciosos de la realidad dem ostraron que
las cosas son m ás com plejas que lo que usualm en te aparen tan . La gen te se iden -
tifica y acep ta p erten en cia en otras categorías sociales adem ás de la clase, com o
etn icidad, gén ero, localidad, de alcan ces tal vez m ás reducidos que la clase, pero
que pueden suscitar sen tim ien tos y com portam ien tos de m ayor in ten sidad. Sabe-
m o s ta m b ién h o y q u e la s id en tid a d es so n d in á m ica s y n o n ecesa ria m en te

7 TOCQUEVILLE, Alexis d e, La dem ocracia en Am érica, México, FCE, 1957, I 7 y II 1.


14 C AR LO S AR A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

exclu yen tes, y qu e la gen te dem u estra u n a extraordin aria h abilidad p ara “ju gar”
con ellas de acuerdo a situacion es y cuestion es cam bian tes.
Ello, no obstante el diseño profundo de los escenarios en que este juego
de iden tidades tien e lugar, sigue sien do el resultado de factores en últim o an álisis
econ óm icos y político–in stitucion ales, y de m an era n o in frecuen te la activación de
iden tidades de gén ero, étn icas, religiosas, region ales, culturales en sen tido am plio,
etcétera, ap u n ta a m od ificar el acceso a recu rsos econ óm icos, con d icion es d e
em pleo y recon ocim ien to de derechos. Por esta razón en la exposición que sigue
se p on e el acen to sobre todo en la desigu aldad de carácter socioecon óm ico, en
cuan to sín tesis y expresión de ese con jun to m ás am plio.

2. Desigualdad social y dem ocracia

La form ación h istórica de las sociedades m odern as y su con figu ración


presen te se basa en dos prin cipios de coexisten cia con flictiva: el prin cipio de des-
igualdad propia del sistem a socioecon óm ico y el prin cipio igualitario del con cepto
de ciudadan ía com o igualdad de derechos y de oportun idades.
Desde los orígen es de la teoría política se ha recon ocido la existen cia de
algún tipo de congruencia entre regím enes políticos y estructuras socioeconóm icas
y de un a relación de con sisten cia en tre pautas culturales, com portam ien tos políti-
cos y configuraciones socioeconóm icas y am bientales. Sin em bargo no hay una co-
rrelación lin eal en tre regím en es políticos y estructuras socioecon óm icas; sería un
error reducir un régim en político a sus en m arcados estructurales. En las socieda-
des m odern as, la dom in ación política y las estructuras socioecon óm icas están so-
m etidas a p rocesos de determ in ación recíp roca qu e in clu yen la cap acidad de la
acción política de rediseñ ar, y n o sólo reproducir, sus con dicion an tes estructurales
y culturales.
La virtualidad de cam bio social de los regím en es políticos está presen te
con fuerza en la caracterización práctica de la dem ocracia en Am érica Latin a y el
Caribe a lo largo del siglo vein te y del actu al, con in dep en den cia de iden tidades
políticas particulares. Un régim en dem ocrático im plica, en este sen tido, el fun cio-
nam iento efectivo de determ inadas instituciones y procedim ientos así com o la efi-
U YO  N U AR I O DE I LO S O F A R G E N T I N A Y M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 15

cacia de esas in stitucion es y procedim ien tos para m ejorar, en un sen tido de pro-
greso, la calidad de vida de la p oblación 8. En el fon do esta con cep ción en tron ca
con las version es clásicas de la teoría política que vin culan el ejercicio del gobier-
n o a la con secución del bien com ún .
La asociación d e los regím en es p olíticos a ciertos ob jetivos socioeco-
n óm icos n o es p rod u cto d e los tiem p os recien tes n i reclam o exclu sivo d e las
clases p op u lares. No es ocioso record ar q u e esa era p recisam en te la id ea q u e
Ad am Sm ith ten ía d el ejercicio d el p od er p olítico: “El gob iern o civil, en la m e-
d id a en q u e es in stitu id o en aras d e la segu rid ad d e la p rop ied ad , es en reali-
d ad in stitu id o p ara d efen d er a los ricos d e los p ob res, o a aqu ellos qu e tien en
algu n a p rop ied ad con tra los qu e n o tien en n in gu n a”9 . En n u estros d ías la tesis
d e las d em ocracias d e m ercad o en u n ciad a d esd e las m ás altas esferas d el go-
b iern o d e Estad os Un id os, reiteró en térm in os u n p oco m ás sofisticad os la le-
gitim ación d e los regím en es p olíticos d e acu erd o a su cap acid ad y d isp osición
p ara p rom over las p olíticas econ óm icas y el red iseñ o estru ctu ral d el d en om i-
n ado “Con sen so de Wash in gton”.
Com o quiera se la defina, la dem ocracia supone una cierta igualdad entre
los in dividuos que in tegran el sistem a político. Todas las teorías de la dem ocracia
presupon en un a “n ivelación básica del terren o”, m etáfora que señ ala que la dem o-
cracia p resu p on e la au sen cia d e d isp arid ad es p rofu n d as en las cap acid ad es
participativas de la población 10.
En su n ivel básico, se trata de igu aldad an te la ley: u n a igu aldad en tre
sujetos p ortadores de derechos, garan tías y obligacion es defin idas objetivam en te
en textos legales y con stitu cion ales. El recon ocim ien to de esta igu aldad legal fu e

8 ALARCÓN , Wa lt e r, “La d e m o cra cia e n la m e n t a lid a d y p rá ct ica s p o p u la re s”, e n W.


Alarcón et al., ¿De qu é dem ocracia h ablam os?, Lim a, DESCO, 1999, p. 9-47; VILAS, Car-
los M., “En tre la d esigu ald ad y la glob alización : la calid ad d e n u estras d em ocracias”,
en Boletín Electoral Latin oam erican o, XXII, ju lio-d iciem b re 1999, p . 109-198.
9 SMITH, Ad am , An In qu iry in to th e Natu re an d Cau ses of th e Wealth of Nation s, Ch icago,
Ch icago Un iversity Press, 1976, p . 674.
10 SIMON, Th om as, Dem ocracy an d Social In ju stice. Lan h am , Md ., Rowm an & Littlefield ,
1994.
16 C AR LO S AR A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

con siderado p or la teoría p olítica liberal requ isito su ficien te p ara com p en sar las
d esigu ald ad es gen erad as p or el en tram ad o social. Pero en la m ed id a en qu e la
efectiva in corp oración a la ciu dadan ía y al ejercicio de su s derech os estaba con -
dicion ada p or requ isitos de variada ín dole –p or ejem p lo, sexo, edad, edu cación ,
p rop iedades o in greso—, la ciu dadan ía era a u n m ism o tiem p o factor de igu ala-
ción (form al) de los m iem bros de la categoría, y desigualdad respecto de quien es
quedaban excluidos de ella. En cuan to con jun to con stituido a partir de iden tida-
des de clase (com o el p atrim on io o la educación ) y biológicas (com o el sexo y la
edad) qu e p erm itían in tu ir u n a com u n idad básica d e in tereses, m etas y asp ira-
cion es, la dem ocracia pudo ser con ceptualizada com o un sistem a de reglas y pro-
cedim ien tos para dirim ir sin violen cia los con flictos que pudieran suscitarse en tre
actores fu n dam en talm en te igu ales p or su com ú n con dición de varon es, adu ltos,
libres, y p rop ietarios.
Los derechos políticos derivaban de esta pertenencia categorial y excluían
en con secu en cia a los ajen os a ella (m u jeres, asalariad os, m en ores d e ed ad ,
iletrados…). “La sociedad fue creada para la protección de la propiedad; las dispu-
tas sobre la p rop iedad le dieron n atu ral su rgim ien to” –escribió Th om as Coop er,
uno de los grandes hum anistas de inicios del siglo XIX, en la m ism a línea argum ental
qu e Adam Sm ith . Y con tin u aba: “¿Qu é reclam o razon able p u eden ten er qu ien es
carecen de propiedad, p ara legislar sobre la p rop iedad de los otros? ¿Qué p rop ó-
sito o m otivo com ún existe en tre estas dos categorías de habitan tes?”11. La socie-
dad política fue conceptualizada así por el pensam iento m oderno com o un sistem a
de reglas sin con ten ido específico; el derecho, em an cipado de toda idea sustan tiva
de justicia, se convierte en un sim ple artificio técnico, en regla de juego y en espa-
cio de n egociación de los in tereses econ óm icos en con flicto 12.
La am pliación de este con cepto m in im alista legal, al m ism o tiem po que
clasista y an drocén trico de dem ocracia hasta sus alcan ces actuales, es el resultado
de prolon gados procesos de luchas sociales y políticas. La un iversalización de los

11 COOPER, Th om as, Lectu res on th e Elem en ts of Political Econ om y, Colu m b ia S.C, Morris
& Wilson , 1829, p. 363.
12 BARCELLONA, Pietro, Postm odern idad y com u n idad. El regreso de la vin cu lación social,
Mad rid , Trotta, 1992.
U YO  N U AR I O DE I LO S O F A R G E N T I N A Y M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 17

derechos, deberes y garan tías civiles y políticos puso fin a las preten sion es de cir-
cun scribir su ejercicio a determ in adas categorías socioecon óm icas o biológicas, y
desp lazó el debate h acia las con dicion es efectivas de ese ejercicio; en p articu lar,
h acia la exten sión del p rin cip io de igu aldad al terren o de las op ortu n idades y al
acceso a un con jun to am plio de recursos m ateriales y sim bólicos.
Este reen foqu e d e la d em ocracia p resen ta d os d im en sion es p rin cip a-
les. Por u n lado, el recon ocim ien to qu e desigu aldades socioecon óm icas p rofu n -
d as con d icion an el ejercicio efectivo d e los d erech os cívicos y, a la p ostre, la
calid ad d e la ciu d ad an ía. In gresos, p restigio, ed u cación , p rop ied ad d e activos,
m an ejo d e in form ación , son recu rsos qu e los in d ivid u os m ovilizan p ara tom ar
decision es, alcan zar m etas, obten er resultados, m odificar sus relacion es con otros
in dividu os y gru p os, salir adelan te en la vida. Diferen cias sign ificativas en el ac-
ceso a ellos im p lican d iferen cias en recu rsos d e p od er y en eficacia p olítica. La
p articip ación p olítica activa, qu e u su alm en te se asocia con el ejercicio p len o de
la ciudadan ía, requiere tiem po libre, m an ejo de in form ación , m ovilidad espacial,
auton om ía in dividual, a los que en sociedades de m ercado se accede sólo o fun -
dam en talm en te m edian te la disp on ibilidad de recursos econ óm icos. El p rin cip io
de la igualdad legal típico de la ciudadan ía coexiste con un a distribución desigual
d e las con d icion es d e su ejercicio efectivo, y a m en u d o se ve n eu tralizad o p or
ella: un a desigual distribución de las oportun idades por un a desigual distribución
d e recu rsos d e p od er.
Por otro lado, la afirm ación que la dem ocracia debe referirse tam bién a
las relacion es sociales. Adem ás del recon ocim ien to de derechos, libertades y obli-
gaciones iguales, un régim en dem ocrático im plica, desde esta perspectiva, la efica-
cia del m arco in stitucion al para m ejorar, en un sen tido de progreso, la calidad de
vida de la población y del ejercicio de la ciudadanía. Se reconoce en la dem ocracia
u n a virtu alidad reform adora de la realidad social y econ óm ica. En p articu lar se
afirm a la capacidad del estado para m origerar o com pen sar las desigualdades ge-
neradas por las relaciones de producción e intercam bio. El constitucionalism o social
del siglo XX – (por ejem plo México 1917, Alem ania 1919, Italia 1946, Argentina 1949)
recogió este en foque “expan sion ista” de la dem ocracia en am bas dim en sion es. Así,
la Con stitución italian a de 1946 estableció que “es tarea de la Rep ública elim in ar
los obstáculos de orden econ óm ico y social que, lim itan do de hecho la libertad e
18 C AR LO S AR A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

igualdad de los ciudadanos, im pidan el pleno desarrollo de la persona hum ana y la


efectiva participación de todos los trabajadores en la organ ización politica, econ ó-
m ica y social del p aís”13. Vale decir, es m isión del estado dem ocrático p rom over
las con dicion es m ateriales y cu ltu rales p ara el ejercicio de la dem ocracia, y esto
im plica la proyección de la dem ocracia a esos ám bitos de la vida social. De alguna
m an era, el con cep to d e ciu d ad an ía civil d e T. H. Marsh all refiere a este m ism o
aspecto en el m arco del Estado de Bien estar: la “n ivelación del terren o” para que
la dem ocracia sea efectiva 14.
Existe en con secuen cia en la teoría y en la praxis de la dem ocracia un a
ten sión en tre dos posicion es prin cipales respecto del papel de la acción política y
del desem p eñ o de los gobiern os con relación a la desigu aldad social, en cu an to
asignan diferente gravitación a la dim ensión form al o a la dim ensión sustantiva de
la dem ocracia. En palabras de Corn elius Castoriadis, la perm an en te ten sión en tre
“la dem ocracia com o procedim ien to y com o régim en ”.15 No se trata en realidad de
posicion es excluyen tes, sin o m ás bien de situacion es extrem as en un con tin uo en
el que se ubican las m an ifestacion es históricam en te determ in adas del predom in io
de un o u otro en foque. Ni la tesis form alista está dispuesta a aceptar que, en ejer-
cicio de los procedim ien tos in stitucion ales, se adopte cualquier tipo de decision es,
n i la tesis sustan tivista prescin de de form alism os e in stitucion alidad.
Más que un a dicotom ía se señ ala con estas u otras den om in acion es el
hecho, descon ocido por la teoría política liberal, que todo régim en político posee
un a dim en sión sustan tiva y un a dim en sión form al. La prim era se refiere a los vín -
cu los existen tes en tre el sistem a p olítico, las estru ctu ras socioecon óm icas y los
p atron es culturales, lo que Mon tesquieu den om in ó, con los recursos de su tiem -
p o, espíritu de las leyes. Esta d im en sión se exp resa en el con ten id o d e las d em an -
das form u ladas al sistem a p olítico y en el m odo en qu e éste las p rocesa y en su
capacidad para m ovilizar recursos y adoptar decision es pertin en tes. Refiere por lo

13 BOBBIO, Norb erto, Igu aldad y libertad, Barcelon a, Paid ós, 1993, p. 92.
14 MARSHALL, T. H., Citizen sh ip an d Social Class, Cam b rid ge, Cam b rid ge Un iversity Press,
1950.
15 CASTORIADIS, Corn eliu s, “La dem ocracia com o p rocedim ien to y com o régim en”, en C.
CASTORIADIS, El avan ce de la in sign ifican cia, Bu en os Aires, EUDEBA, 1997, p . 267-291.
U YO ! "N U AR I O DE #I LO S O F $A "R G E N T I N A Y "M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 19

tan to a la estru ctu ra de p oder. En la m ayoría de las sociedades en desarrollo las


m últip les fuen tes de con fron tación social -p olítica, econ óm ica, étn ica- tien den a
su p erp on erse, lo cu al su ele con du cir a u n a p olarización m ayor de los con flictos.
Las desigualdades en el acceso a los recursos y en las capacidades para in cidir en
la política y en los acontecim ientos sociales suelen ser m uy profundas. La igualdad
fren te a la ley coexiste con desigualdades en tre diferen tes grup os étn ico–cultura-
les, en tre hom bres y m ujeres, en tre region es, en tre clases sociales.
A su tu rn o, la dim en sión form al refiere a los p rocedim ien tos e in stitu -
cion es qu e dan m arco a las relacion es de p oder –p rocedim ien tos e in stitu cion es
qu e se su p on e son de observan cia obligatoria p or todos. Mien tras la dim en sión
su stan tiva exp resa las características p articu lares del régim en p olítico, la dim en -
sión form al testim on ia la gravitación de diferen tes en foqu es teóricos de p reten -
sión un iversal.
Para qu e el estad o sea recon ocid o com o algo com ú n y com p artid o, y
los argu m en tos qu e legitim an el sistem a d e d esigu ald ad es cu m p lan su m isión
estabilizadora, algo m ás que m ensajes sim bólicos deben ser em itidos desde el poder.
“Hay un cierto grado de hom ogen eidad social sin el cual n o resulta posible la for-
m ación dem ocrática de la u n idad”, afirm ó Herm an Heller en su p olém ica con el
jurista n azi Carl Schm itt. Esa un idad deja de existir “allí don de las partes del pue-
blo políticam en te relevan tes n o se recon ocen ya en la un idad política, allí don de
n o alcan zan ya a iden tificarse en m odo algun o con los sím bolos y represen tan tes
d el estad o. En ese m om en to se h a qu eb rad o la u n id ad y se torn an p osib les la
guerra civil, la dictadura, la dom inación extranjera”16. “Sin hom ogeneidad social, la
m ás radical igu aldad form al se torn a la m ás radical desigu aldad y la dem ocracia
form al, dictadura de la clase dom in an te”17.
Las enorm es distancias en oportunidades y estilos de vida entre los m uy
ricos y los m u y p obres con sp iran con tra el desarrollo de sen tim ien tos firm es de
solidaridad y de com ún p erten en cia a la res pu blica. Desigualdades sociales p ro-
fun das cuestion an la efectiva vigen cia de códigos com partidos de referen tes y sig-
nificados que hacen posible sentim ientos de identidad y de solidaridad m ás allá de

16 HELLER, Herm an , Escritos p olíticos, Mad rid , Alian za Un iversid ad , 1985, p . 262.
17 Ibid ., p . 265.
20 C AR LO S %AR &A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

los grupos de perten en cia o de iden tificación in m ediatos. Esos códigos se desarro-
llan y tran sm iten a través de procesos sociales e in stitucion es públicas y privadas:
escuelas, m edios de com un icación , iglesias… El discurso cívico in tegrador de las
instituciones dem ocráticas pierde credibilidad ante la evidencia cotidiana de la frag-
m en tación y la exclusión social. Desp ués de cierto tiem p o es difícil p ara la gen te
expulsada o m argin ada de la educación form al, del acceso a recursos sociales ele-
m entales com o la atención en salud, una vivienda decente, y sim ilares, a causa del
desem p leo y el em p obrecim ien to, sen tirse m iem bros del m ism o con ju n to social
que aquellos m ucho m ejor dotados de las con ven ien cias de la vida. A su turn o la
lealtad a la clase y al m u n do de los n egocios o de los con su m os globalizados se
refu erza en los n iveles m ás altos de la riqu eza y el p oder. De m an era p rogresiva
las élites pierden vín culos m ateriales y sim bólicos con un país en particular o con
una ciudadanía determ inada.
La am p liación d e la d istan cia en tre d erech os y lib ertad es form ales y
derechos y libertades efectivas, en tre igualdad legal e igualdad de oportun idades,
con spira con tra la calidad de la dem ocracia y de la ciudadan ía. El paradigm a libe-
ral del in dividuo soberan o de sí m ism o y de su circun stan cia, decidien do en n om -
bre de la volun tad gen eral los m ejores destin os del país o de su com un idad, cede
an te la persisten cia o la reaparición del clien telism o y el patron azgo, la im pun idad
de los poderosos, la intolerancia, la m anipulación de las volun tades. Por su lado la
in sisten cia d el sistem a p olítico, a lo largo d el tiem p o, en tom ar d ecision es qu e
sistem áticam en te excluyen las dem an das de sectores am plios de la población , re-
du ce la con fian za de éstos en la eficacia de dich o sistem a p ara avan zar su s p ro-
p ias p rop u estas y an tes o d esp u és con d u ce a u n d escréd ito in stitu cion al y a la
bú squ eda de vías altern ativas a las in stitu cion ales p ara el logro de los objetivos.
Com o advirtió Tocqu eville, n in gú n estado p u ede sosten er a la larga u n gobiern o
dem ocrático cuan do las prin cipales fuen tes de prosperidad econ óm ica están des-
igualm en te distribuidas en tre sus ciudadan os.
'U YO ( )N U AR I O DE *I LO S O F +A )R G E N T I N A Y )M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 21

3. La tolerancia a las desigualdades

Todas las sociedades presen tan diferen cias distributivas. En prin cipio y
d en tro d e ciertos m árgen es ello n o es ob stácu lo p ara el d esarrollo d e sistem as
p olíticos dem ocráticos. Las diferen cias sociales se torn an desigu aldad y ésta en
problem a político y en desafío a la dem ocracia cuan do van m ás allá de lo que la
gen te con sidera aceptable.
Es decir, cuan do va m ás allá de lo que podem os den om in ar con cien cia
social de la ju sticia. Por tal m e refiero al con ju n to d e valores p recep tivos y d e
accion es derivadas de ellos respecto a cuán ta desigualdad un a sociedad con sidera
legítim a, o al m en os n atu ral, en m om en tos determ in ados de su historia.
La condición subjetiva básica del m ínim o de unidad requerido para la exis-
tencia de una com unidad política es que la población de una determ inada delim ita-
ción territorial sienta que integra, efectivam ente, un todo com partido, una colectividad
que es de todos y de todas. La reproducción cotidiana del estado com o form a espe-
cífica de organización política es un proceso que conjuga instituciones y m andatos
form ales y prácticas inform ales, que en conjunto dan testim onio de una conjugación
m ultifacética entre utilidad y afectividad, entre intereses y em ociones. “El estado –re-
sum e Em m anuel Todd— es, esencialm ente, una creencia colectiva”18. La desigualdad
vivida com o injusticia debilita esa creencia y el sentim iento de pertenencia que ella
alim enta. Cuando estas situaciones registran algún tipo de intervención del poder po-
lítico, la deslegitim ación afecta, antes o después, al gobierno que por pasividad o a
través de determ inadas acciones, contribuye a su generación o reproducción.
Ah ora bien : ese sen tido de p erten en cia n o su rge p or arte de m agia n i
existe en el aire; tam poco es sim plem ente el resultado de una articulación discursiva
o de p rocesos de con stitu ción sim bólica. Para qu e las com u n idades p u edan ser
“inventadas” o “im aginadas” algún tipo de evidencia m aterial debe darles sustento
tan gible. Los procesos estatales de con strucción de la n ación com o cuerpo colec-
tivo con ju garon am bas dim en sion es. A través del sistem a escolar, la creación de
bibliotecas y m useos, la con scripción m ilitar, los m edios de com un icación , la im -

18 TODD, Em m an u el, L’illu sion écon om iqu e. Essai su r la stagn ation des societés développées,
Paris, Gallim ard , 1998, p . 39.
22 C AR LO S ,AR -A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

posición de n om en claturas y la “oficialización” del idiom a, la elaboración de esta-


dísticas y cartografías, la con strucción de puen tes y cam in os, el afian zam ien to de
las fron teras extern as y la subsun ción de las region es en un a ún ica un idad territo-
rial, el estado m odern o con stituyó políticam en te a la n ación com o un idad de per-
tenencia. Una constitución que incluyó la consagración del sistem a de desigualdades
a p artir del cual se organ izó el con jun to de las relacion es socioecon óm icas y p o-
líticas y se in stitucion alizaron can ales y m odalidades de participación política.
Todas las sociedades, aún las m ás com plejas, se basan en sistem as im -
plícitos de reciprocidades. La percepción de que existe un equilibrio básico en tre
lo que se con tribuye a la com un idad, al estado o a los otros –en trabajo, obedien -
cia, respeto, im puestos…– y lo que se recibe a cam bio –salario, educación , salud,
seguridad, recon ocim ien to o cualquier otra cosa que se con sidere valiosa– con sti-
tuye el referen te últim o de lo que la p oblación p ercibe com o justo y legítim o. La
m etáfora d el con trato social exp resa, en térm in os racion alistas, esta d im en sión
b ásica d el ord en social. Sin em b argo lo qu e el con tractu alism o p resen ta com o
producto de acciones individuales racionales convergentes en un resultado com ún
es, en realidad, efecto de com plejos y prolon gados procesos cuyo desen volvim ien -
to n o excluye m om en tos de fuerte con flictividad y recurso a la violen cia, y de un
sistem a d e in teraccion es y tran saccion es qu e se rep rod u ce tan to en el p lan o
m icrosocial de la vida cotidian a com o en el n ivel de las gran des in stitucion es y los
procesos m acrosociales.
La legitim id ad recon ocid a al ord en así con stitu id o in clu ye la acep ta-
ción d e u n con ju n to am p lio d e d esigu ald ad es en m ú ltip les asp ectos d e la vid a
colectiva. Tan im portan te com o la m agn itud de esas desigualdades y los aspectos
a los que se refieren , es la capacidad de la gen te de en con trarles un a explicación .
El surgim ien to de n uevas desigualdades o la profun dización de las existen tes por
en cim a d e los n iveles h asta en ton ces ju stificad os y tolerad os –p or ejem p lo, la
exten sión de la jorn ada de trabajo, un a reform a tributaria regresiva, la reducción
de los salarios, la exclusión in stitucion al de algun os grupos– plan tea a los afecta-
d os u n a p érd id a d e recip rocid ad en la red d e in tercam b ios sociales. La eficacia
de las explicacion es dispon ibles (religiosas, políticas, tradicion ales o de cualquier
otra ín dole) qu e dotaban de cierto equ ilibrio al orden an terior se redu ce o des-
aparece.
/U YO 0 1N U AR I O DE 2I LO S O F 3A 1R G E N T I N A Y 1M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 23

En el fondo, y con m ayor o m enor sofisticación, esas explicaciones siem -


pre tienen un com ponente de autoinculpación o de inevitabilidad: a uno le va m al
en la vida porque hay cosas que ha hecho m al, o porque n o hay altern ativas –n o
se es suficien tem en te ahorrativo, n o se trabaja suficien tem en te duro, el m un do es
un valle de lágrim as, “las cosas siem pre han sido así”…. Recuérdese que duran te
bastan te tiem p o el argu m en to fu n dam en tal p ara qu e la gen te acep tara el aju ste
n eoliberal y sus costos sociales fue, precisam en te, la supuesta falta de altern ativas
al m ism o. O el “algo habrán hecho” con que m uchos trataron de justificar la des-
ap arición d e p erson as y el terrorism o d e estad o. Pero cu an d o en las relacion es
con los otros o con el poder un o ha hecho todo lo que se espera que haga –pagar
im puestos, trabajar duro, obedecer las leyes, acatar órden es, callarse la boca, etcé-
tera— y las cosas n o fu n cion an com o se su p on e deberían , las ju stificacion es n o
sirven . An tes o d esp u és la acep tación d e la d esigu ald ad ced e terren o a lo qu e
Barrin gton Moore Jr. caracterizó com o ofen sa m oral: el trato que recibim os n o es
el que se n os debe o el que m erecem os 19. La desigualdad se vive com o in justicia,
com o opresión e in cluso com o explotación 20.
Es difícil “m edir” cuán ta desigualdad es aceptable para determ in ada ca-
tegoría de población en un m om en to dado, porque en defin itiva estam os fren te a
elaboracion es su bjetivas, m ás qu e desarrolladas a p artir de datos de la realidad
objetiva. Existen m uchos casos de un a sorpren den te toleran cia al m altrato, la ar-
b itraried ad y los ab u sos p or p arte d e qu ien es son víctim as d e ellos sin qu e las
supuestas víctim as ejerzan algún tipo de reacción in cluso en ausen cia de situacio-
n es d ictatoriales o d e op resión p olítica, así com o reaccion es d e extraord in aria
con flictividad fren te a agravios ap aren tem en te m ás sop ortables sin p erju icio del
carácter dictatorial del régim en político.
La Teoría de la Ju sticia d el filósofo Joh n Rawls p u ed e ser leíd a com o
un in ten to de hallar explicación a esta aparen te paradoja. De acuerdo a este autor,
las desigualdades sociales son acep tables y legítim as cu an do redu n dan en ben e-
ficio d el con ju n to social y, en p articu lar, d e su s m iem b ros m ás d esfavorecid os.

19 MOORE Jr., Barrin gton , In ju stice. Th e Social Bases of Obedien ce an d Revolt, Wh ite Plain s,
New York, Sh arp e, 1978.
20 WRIGHT, Erik Olin , In terrogatin g In equ ality, Lon d on , Verso, 1994, p. 21-31.
24 C AR LO S 4AR 5A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

Adem ás, esas desigualdades deben estar ligadas a fun cion es y posicion es abiertas
a todos en con dicion es de igualdad de oportun idades 21. Al acordar prevalen cia al
b en eficio colectivo resp ecto d el in d ivid u al, y al referir ese b en eficio colectivo a
los gru p os m en os favorecid os p or el estad o d e cosas actu al, Rawls p arece asig-
n ar p riorid ad al ju icio d e estos gru p os en la acep tación o rech azo d e ciertas
desigu aldades, segú n evalú en qu e las m ism as redu n dan en ben eficio o p erju icio
p rop io y a la p ostre del con ju n to social. Pero la teoría de Rawls con tribu ye p oco
a iden tificar los p rocedim ien tos cogn itivos p or los cu ales se arriba a ese ju icio y
los factores qu e in tervien en en ellos.
En p articu lar, n o p arece eviden te qu e Rawls recon ozca en este asu n to
u n esp acio p ara la organ ización p olítica y la estru ctu ración de toda sociedad de
acuerdo a relacion es de poder. Más precisam en te, n o es posible determ in ar a par-
tir del plan team ien to de Rawls de qué m an era, o a través de qué procedim ien tos,
o en qué con dicion es, el juicio de los in dividuos se tran sform a en con sen so, salvo,
quizás, por efecto de un a hipotética m ecán ica aditiva.
¿Cóm o fue posible que m illon es de person as aceptaran com o ben eficio-
sas en las m ás variadas circu n stan cias y en diferen tes m om en tos de la h istoria,
teorías de su p erioridad racial o religiosa o la discrim in ación con tra las m u jeres?
In dividuos con ideas racistas, sexistas o de fun dam en talism o religioso existen in -
cluso en las sociedades m ás dem ocráticas e igualitarias. Para que un agregado de
op in ion es in dividu ales se con vierta en p au ta de com p ortam ien to colectivo, p ara
qu e determ in ados estereotip os –sea resp ecto de los p obres, los trabajadores, las
m ujeres, los extran jeros, los jóven es, los judíos, los in dios, o cualquier otro– alcan -
cen fuerza n orm ativa, debe existir un a in terven ción del poder político, un a acción
política orien tada a tolerar la m an ifestación pública de esas opin ion es y estereoti-
pos, a otorgarles espacio in stitucion al y, en el lím ite, a dotarlas de eficacia.
Es evidente el vaciam iento político que Rawls efectúa de este asunto. Los
con flictos, an tagon ism os, relacion es de p oder, form as de su bordin ación y de re-
presión de toda sociedad políticam ente organizada están ausentes de su análisis. El
criterio de “desigu aldad acep table” qu e Rawls p rop on e su rge de u n a in teracción
abstracta y au torregu lada de lo social, en u n a visión m ás cercan a a algu n as ver-

21 RAWLS, Joh n , Teoría de la ju sticia, México, Fon d o d e Cu ltu ra Econ óm ica, 1979.
6U YO 7 8N U AR I O DE 9I LO S O F :A 8R G E N T I N A Y 8M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 25

tien tes del pen sam ien to an arquista que a la tradición del liberalism o político, in -
cluso en sus varian tes dem ocráticas.
La teoría de Rawls sigue suscitan do debates académ icos in teresan tes y
su form ulación origin al fue som etida a algun as revision es parciales por su propio
au tor. Mi in ten ción n o es su m arm e aqu í a ese debate; m e h e referido a ella p or-
que con sidero que m uestra con particular fuerza las lim itacion es de los en foques
que descon ocen la dim en sión política de la desigualdad social.
El con cep to clásico, o trad icion al, d e la ju sticia com o el “d ar a cad a
u n o lo su yo” su p on e u n acu erdo y p or lo tan to u n a decisión resp ecto de qu é es
“lo su yo” de “cada u n o”. Requ iere, en con secu en cia, la existen cia de u n a au tori-
dad con cen suada con facultad para in terven ir cuan do esa relación resulta vuln e-
ra d a , o cu a n d o lo s p a t ro n e s so cio –cu lt u ra le s d e “lo su yo” e xp e rim e n t a n
m odificacion es.
La d eterm in ación d e “lo su yo” es el resu ltad o d e p au tas cu ltu rales en
su sen tido m ás am p lio qu e exp resan la in teracción de valores éticos, restriccio-
n es socioecon óm icas e in terven cion es del poder político. La articulación de estas
tres dim en sion es da p ie a lo qu e el sociólogo p eru an o Carlos Fran co den om in a
“prin cipio de la desigu aldad socialm en te aceptada”22. Este p rin cip io refiere a la
eficacia d el p od er p olítico p ara lim itar la d esigu ald ad social qu e sea in com p a-
tib le con la gestión p olítica d e los con flictos, y exten d er, con los recu rsos p ro-
vistos por el orden econ óm ico, todos los derechos de ciudadan ía que n o pon gan
en cu estión las garan tías básicas a la p rop iedad del cap ital y el fu n cion am ien to
d el m ercad o. Cu an d o este p rin cip io resu lta vu ln erad o, y esa vu ln eración n o va
acom p añ ada de argu m en tos qu e den u n a ju stificación acep table de la situ ación
n u eva , se gen era en la p ob la ción n ega tiva m en te a fecta d a u n sen tim ien to d e
in ju sticia qu e p u ed e con d u cir a u n cu estion am ien to d el gob iern o e in clu so d el
p rop io sistem a p olítico.
La desigualdad social puede aum en tar com o efecto de causas variadas:
gu erras, catástrofes n atu rales, cam b ios en los sistem as d e p rod u cción o en las

22 FRANCO, Carlos, “Desigu ald ad social, cu ltu ra d e la d esigu ald ad y rep resen tación d e-
m ocrática: cu atro n otas p ara el d eb ate”, en Socialism o y Particip ación , Nº 75, 1996, p.
85- 91.
26 C AR LO S ;AR <A VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

relaciones de poder político, acciones gubernam entales, crisis económ icas, u otras.
En todos los casos alteracion es bru scas en el p atrón existen te de desigu aldades
tien den a gen erar ten sion es fuertes en los sistem as políticos, sean éstos dem ocrá-
ticos o n o. La velocidad del cam bio puede ser tan im portan te, y en ocasion es aún
m ás im portan te, que la m agn itud del m ism o 23. Cam bios vertigin osos en las rela-
cion es sociales y en su p atrón de desigu aldades h acen difícil la adap tación a las
n uevas situacion es y, sobre todo, la form ulación y aceptación de n uevas argum en -
tacion es orien tadas a justificarlas. Las exp ectativas resp ecto del com p ortam ien to
d e los otros p ierd en sen tid o; la in certid u m b re y la in segu rid ad au m en tan . “El
m u n do pu esto de cabeza” [the w orld tu rn ed u pside dow n ] fue la expresiva m etáfo-
ra con que la sociedad in glesa de los siglos XVI y XVII trató de resum ir las in cer-
tidum bres provocadas por la acelerada destrucción de las form as tradicion ales de
vida por el avan ce del capitalism o in dustrial24.
En estos escenarios la gente pierde su ubicación previa m ás rápido de lo
qu e avizora u n a n u eva. Usu alm en te esto se p resen ta asociado a u n in crem en to
im portante en los sentim ientos de inseguridad que debilita la confianza de los gru-
pos afectados en las instituciones políticas y otras expresiones de autoridad. Cuan-
do, adem ás, el gobierno es visto com o auspiciando o tolerando esas m odificaciones,
las con dicion es para la politización de la desigualdad están dadas.
Los gob iern os cu en tan , fren te a esto, con u n rep ertorio d e accion es
para dem orar la politización de la protesta social, m oderar su in ten sidad o redu-
cir sus alcan ces. La in trodu cción p reven tiva de n u evas diferen cias en las catego-
rías de población afectadas por la m odificación del patrón vigen te de desigualdad,
o en los m ovim ien tos de p rotesta social, es la m ás eviden te. La distribución des-
igu al de recu rsos asisten ciales, p or ejem p lo, tien de a fom en tar division es den tro
del con ju n to de los dem an dan tes y a debilitar su cap acidad con ju n ta de acción .
Se h a señ alado tam bién qu e el objetivo de ciertas p olíticas asisten ciales, p rogra-
m as d e em ergen cia y accion es con tra la p ob reza, tien en com o fin alid ad real

23 VILAS, Carlos M., Mercad o, estad os y revolu cion es. Cen troam érica 1950-1990, México,
UNAM, 1994, p . 12 y s.
24 HILL, Ch ristop h er, Th e World Tu rn ed Up sid e Dow n . Rad ical Id eas Du rin g th e En glish
Revolu tion , Lon d on , Pen gu in Books, 1972.
=U YO > ?N U AR I O DE @I LO S O F AA ?R G E N T I N A Y ?M E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 27

red u cir el n ivel d e con flictivid ad social estim u lad o p or otras d im en sion es d e la
política gubern am en tal25.
La eficacia de éstas y otras accion es n o es desp reciable, p ero n orm al-
m en te depen de de un con jun to am plio de factores ajen os a ellas, el m en or de los
cu ales n o es la op ortu n idad en qu e son ejecu tadas. Es acep tado qu e p rogram as
sociales d e este tip o, com o el PRONASOL en México o el FONCODES en Perú ,
contribuyeron decisivam ente a la legitim ación de gobiernos hasta entonces severa-
m en te cuestion ados p or p artes im p ortan tes de la p oblación 26. En la Argen tin a la
ejecución de un am plio program a de subsidios fam iliares de em ergencia desem pe-
ñ ó un p ap el im p ortan te en la con ten ción de la p rotesta social que h abía crecido
de m an era expon en cial por el estallido de la crisis de 200127. Los resultados repor-
tados por estos program as en m ateria de lucha con tra la pobreza o am ortiguación
de la desigualdad social distan m uch o de ser relevan tes, p ero su objetivo cen tral
n o era ése sin o m ás bien con tribuir a preven ir o reducir la con flictividad social y
su traducción en con fron tación política.

4. Desigualdad social y conflictividad política

Aristóteles fu e el p rim ero en afirm ar u n a relación de cau salidad en tre


desigualdad social y sublevaciones políticas y de reconocer que “en general los que
se su blevan lo hacen bu scan do la igu aldad”28. El an álisis p olítico con tem p orán eo

25 VILAS, Carlos M., Am érica Latin a: exp erien cias com p arad as d e com bate a la p obreza,
México, UNAM, 1998; BÉJAR, Héctor, Política social, ju sticia social, Lim a, CEDEP, 2001.
26 GORDON, Sara, “El Program a Nacion al d e Solid arid ad en la m od ern ización d el Estad o
m exican o” y HAYA DE LA TORRE, Agu stín , “Las p olíticas sociales en Perú ”, am b os en
VILAS, Carlos M., (coord .), Estado y p olíticas sociales desp u és del aju ste, Caracas, Nu eva
Socied ad / UNAM, 1995, p . 117-130 y 87-100 resp ectivam en te.
27 VILAS, Carlos M., “Pob reza, d esigu ald ad y su sten tab ilid ad d em ocrática: el ciclo corto
d e la crisis argen tin a”, en Revista Mexican a de Sociología, vol. 67, Nº 2, ab ril-ju n io d e
2005, p . 229-269.
28 ARISTÓTELES, Política, Mad rid , In stitu to d e Estu d ios Políticos, 1951, p . 206.
28 C AR LO S BAR DA VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

es u n p oco m ás sofisticado qu e el del viejo m aestro, p ero su s con clu sion es son
básicam en te las m ism as. Trátese de revolucion es, revueltas, puebladas o subleva-
cion es, de un a u otra m an era siem pre se en cuen tra, en el fon do de sus causas, el
repudio al sistem a vigen te de desigualdades sociales.
Sin em bargo la relación entre desigualdad y violencia política o social no es
directa ni m ecánica. Se encuentra m ediada por el plexo de valores, expectativas, acti-
tudes y com portam ientos predom inantes en la sociedad, reproducido y reforzado por
un conjunto am plio de prácticas y agencias públicas y privadas: por ejem plo el siste-
m a escolar, los m edios de com unicación, las iglesias, la fam ilia y otros. Frente a situa-
ciones críticas existe siem pre un repertorio de respuestas posibles; la opción por una
respuesta específica depende de un arco am plio de factores. La relación entre cam -
bios en la desigualdad y com portam ientos colectivos se procesa a través del tam iz de
una variedad de elem entos culturales, político–institucionales y de desarrollo. Intervie-
nen aquí las tradiciones culturales y de acción colectiva de los diferentes actores, sus
experien cias previas, la calidad de las in stitucion es políticas y su m ayor o m en or
receptividad y eficacia frente a la form ulación de dem andas sociales de sentido cruza-
do, los tem as in volucrados, la m agn itud y características de los recursos en juego,
coyunturas internacionales, etcétera, que perm iten a los actores arribar a decisiones
respecto de la oportunidad y la conveniencia de la acción colectiva.
No tod as las reaccion es con tra la d esigu ald ad ad qu ieren característi-
cas p olíticas en el sen tid o d e cu estion ar y even tu alm en te m od ificar relacion es
d e p od er. Jam es Scott h a estu d iad o las m ú ltip les form as d e cu estion am ien to
sim b ólico cotid ian o d e esas relacion es, p or ejem p lo b rom as y h ab lad u rías qu e
p on en en rid ícu lo o d escalifican m oralm en te a los p od erosos d el lu gar, trab ajo
a d esgan o, p eq u eñ as ob stru ccion es a los p roced im ien tos legales, y sim ilares.
Segú n Scou t, estos com p ortam ien tos con stitu yen “arm as d e los d éb iles” fren te
a los que m an dan , op rim en o exp lotan , que con tribuirían a gen erar “subculturas
d e d isid en cia” esp on tán eas fren te a las estru ctu ras d e p od er y a las arb itrarie-
d ad es d e la vid a d iaria 29 .

29 SCOTT, Jam es, Weapon s of th e Weak . Everyday Form s of Peasan t Resistan ce, New Haven ,
CT, Yale Un iversity Press, 1985; SCOTT, Jam es, Dom in ation an d th e Arts of Resistan ce.
Hid d en Tran scrip ts, New Ha ven , CT, Yale Un iversity Press, 1990.
EU YO F GN U AR I O DE HI LO S O F IA GR G E N T I N A Y GM E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 29

Las in vestigacion es de Scott pon en de relieve facetas in teresan tes de los


m últiples artilugios culturales a que echan m an o los grupos subordin ados en sus
relacion es con los p oderosos. No obstan te, la exp erien cia in dica qu e p or sí m is-
m as estas tran sgresion es sim bólicas tien en poca eficacia. Servirían para hacer un
poco m ás llevaderas las asperezas de la vida diaria. Im plican , ciertam en te, críticas
al p oder, p ero tam bién p u eden ser en focadas com o con tribu ción a la rep rodu c-
ción del sistem a de desigualdades y dom in ación objeto de las disiden cias sim bóli-
cas, en la m edida en que descom prim en el peso cotidiano de la desigualdad 30. Los
señ alam ien tos de Scott son im p ortan tes, sin em bargo, en cuan to llam an la aten -
ción sob re el in icio frecu en tem en te esp on tán eo d e accion es qu e, d ad as ciertas
con d icion es coad yu van tes, p u ed en actu ar com o d eton an tes d e p rocesos d e
cuestion am ien to político de m ayores proyeccion es, o por lo m en os de explosion es
m asivas de protesta social.
El m odo en que la desigualdad se vive y las actitudes colectivas ante ella
depen den en gran m edida de la calidad del sistem a político. Las dem ocracias ad-
m in istran las desigualdades m ejor que los regím en es autoritarios. Un régim en de-
m ocrático cuen ta con recursos y p rocedim ien tos in stitucion ales p ara m oderarlas
o elim in arlas, y adm ite la libertad de organ ización orien tada a tales efectos. En la
m edida en que las in stitucion es dan cabida a las dem an das de los ciudadan os, el
sentido de pertenencia al conjunto, y el acatam iento a los actos del poder, resultan
fortalecidos. Pero, igu al qu e en todos los órden es de la vida, las p rom esas y los
d iscu rsos, p ara alcan zar y con servar verosim ilitu d , d eb en ser ab on ad os p or la
contundencia de los hechos. Persistencia o increm ento de la desigualdad social sin
resp u estas m ateriales o sim bólicas, com p en sadoras de p arte del p oder p olítico,
generan en el m ediano plazo un deterioro de la ciudadanía y deslegitim an a la postre
al propio sistem a político com o ám bito consensuado de procesam iento de dem an-
das y gestión de con flictos.
La Cen troam érica de las décadas de 1960 y 1970 ofrece un a buen a ilus-
tración al respecto. La explicación de que en Costa Rica y Hon duras n o se hayan
desarrollado procesos revolucion arios com o los que tuvieron lugar en El Salvador,

30 VILAS, Estado, m ercado y revolu cion es, ob. cit., esp ecialm en te Cap. I; TILLY, Ch arles, La
desigu aldad persisten te, Bu en os Aires, Man an tial, 2000.
30 C AR LO S JAR KA VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

Guatem ala y Nicaragua n o se debe, fun dam en talm en te, a que en aquellas dos n a-
cion es la estru ctu ra socioecon óm ica fu era m en os desigu al qu e en las otras tres.
Costa Rica y Hon duras presen taban a fin ales de la década de 1960 estructuras de
ten en cia de la tierra altam en te con cen tradas –un elem en to fuertem en te asociado
en las sociedades agrarias a la in estabilidad política– que con trastaba con la m u-
ch o m en os p olarizada de Nicaragu a. Un p an oram a sim ilar su rge de la com p ara-
ción de los ín dices de desigu aldad en la distribu ción del in greso, tan to n acion al
com o urban o: Hon duras y Costa Rica ten ían perfiles de con cen tración m uy pare-
cidos a los de Guatem ala. Hon duras, en realidad ten ía ín dices de desigualdad m a-
yores qu e los d e Gu atem ala. Por otro lad o, las m ism as in flu en cias id eológicas
con testatarias que in spiraban a los revolucion arios de Nicaragua, Guatem ala y El
Salvador –p or ejem p lo la teología de la liberación y el m arxism o– ejercieron in -
fluen cia en los m ovim ien tos sociales de Costa Rica y Hon duras en la m ism a épo-
ca. La exp licación del desarrollo desigu al de la p rotesta violen ta en u n os y otros
países debe buscarse m ás bien en la m ayor o m en or receptividad de los respecti-
vos sistem as políticos a las dem an das de los grupos socialm en te m ás vuln erables,
incluyendo el reconocim iento del derecho a la organización grem ial y política, o al
grad o d e toleran cia gu b ern am en tal a la p rotesta social y la d isp osición a p on er
ciertos lím ites a la desigu aldad y la exp lotación social, fren te a las resp u estas re-
p resivas y brutales en otros 31.
El tratam ien to de las desigualdades region ales por estados de diferen te
calidad dem ocrática ofrece evidencia en sim ilar sentido. En Europa Central y Orien-
tal, así com o en lo que fue la Unión Soviética, el sofocam ien to de los sen tim ien tos
de iden tidad étn ico–region al, el excesivo cen tralism o y la falta o fragilidad de tra-
diciones dem ocráticas parecen haber contribuido a que esos sentim ientos se orien-
taran h acia p rocesos d e secesión y fragm en tación p olítico–territorial d e los
estados32. Al contrario, la dem ocracia española posfranquista acordó un tratam iento

31 VILAS, Estado, m ercado y revolu cion es, ob. cit., p assim .


32 SKOLKAY, An d re j, Pop u lism in Cen t ra l Ea st ern Eu rop e, Vie n a , IWM Pu b lica t io n s,
Workin g Pap er Nº 1, 2000; KOPECKY, Petr & Cas MUDDE, “Wh at h as Eastern Eu rop e
Ta u gh t u s a b o u t t h e De m o cra t iza t io n Lit e ra t u re (a n d vice ve rsa )?”, e n Eu rop ea n
Jou rn al of Political Research , Nº 37, 2000, p . 517-539.
LU YO M NN U AR I O DE OI LO S O F PA NR G E N T I N A Y NM E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 31

m uy diferente a las reivindicaciones regionales, y a través de un avanzado régim en


de auton om ías con jugó la un idad del estado con la diversidad region al. En sim ilar
sen tido, la dem ocracia italian a ha podido con fin ar las fan tasías de la Lega Nord de
Um berto Bosi y su reivin dicación de u n a su p u esta Padan ia al escap arate de las
curiosidades.
La resisten cia a las desigualdades con sideradas excesivas y el en fren ta-
m ien to al p oder p olítico al qu e se h ace resp on sable de ellas n o son p atrim on io
exclu sivo d e algú n actor social en p articu lar. La h istoria p olítica registra m ovi-
m ien tos d e este tip o p rotagon izad os p or lo m ás variad os actores sociales, con
d esigu ales n iveles d e m asivid ad y d e eficacia p olítica. No sólo los p ob res, tam -
bién los ricos han im p ulsado e im p ulsan accion es, m uchas de ellas de gran con -
tu n den cia, con tra sistem as de desigu aldad social qu e con sideran gravosos a su s
in tereses, d erech os o sim p lem en te exp ectativas. Ello n o d eb ería llevar, sin em -
bargo, a u n a h om ologación ética de u n as y otras. Los reclam os de los de arriba
se refieren , con ab ru m ad ora frecu en cia, a la p reservación d e d erech os ad qu iri-
d os, m ien tras qu e la p rotesta d e los de abajo ap u n ta a la con qu ista y recon oci-
m ien to de viejos y n u evos derech os.
La p rotesta con tra la d esigu ald ad social tam p oco im p lica u n a d efin i-
ción ideológica p redeterm in ada, p or m ás qu e Bobbio im agin ara lo con trario. La
derecha radical an tiliberal de Europa del Este o de Fran cia, Italia, Suiza o Austria
h a p odido dar exp resión p olítica al m alestar social gen erado p or el desm an tela-
m ien to del Estado de Bien estar –tan to en su s version es socialistas com o cap ita-
listas– n o p orq u e la p ob lación q u e se sien te agraviad a p or esas accion es sea
id eológicam en te fascista o d e vocación totalitaria, sin o an te tod o p orq u e esas
p olíticas fu eron adop tadas o p rom ovidas p or gobiern os socialdem ócratas y p ar-
tid os qu e agitab an p rom esas d e lib ertad 33. Cu lp an a los gob iern os sociald em ó-

33 KITSCH ELT, Herb ert, “Po p u la r Dissa tisfa ctio n with Dem o cra cy: Po p u lism a n d Par ty
System s”, en Yves MENY & Yves SUREL (Ed s.), Dem ocracies an d th e Popu list Ch allen ge.
Lon d on , Palgrave, 2002, p. 179-196; SWANK, Du an e & Han s-Georg BETZ, “Glob aliza-
t io n , t h e We lfa r e St a t e a n d Righ t - w in g Po p u lis m in We s t e r n Eu r o p e”, e n Socio-
Econ om ic Review, Nº 1, 2003, p . 215-245; MUDDE, Ca s, “Th e Po p u list Zeitgeist”, en
Govern m en t an d Opposition , 39 (3) 2004, p . 541-563.
32 C AR LO S QAR RA VI L AS , Desigu ald ad social y p rocesos p olíticos: u n a […]

cratas o p ost com un istas, a los liberales, a los globalizadores, p or la adop ción de
m ed id as q u e ob jetivam en te les afectan d e m an era n egativa. Se eq u ivocan en
m u ch os de los blan cos a los qu e dirigen su s dardos y en las p olíticas qu e reco-
m ien d an . Pero n o están d escam in ad os en la in ten ción d e p on er fin a las d es-
igualdades cuyas consecuencias les agravian –el desem pleo, la caída de los ingresos,
la in seguridad, el acortam ien to de la esperan za de vida, la desprotección social….
La can alización de estos reclam os hacia el m olin o de la derecha radical en socie-
d ad es d e larga trad ición d em ocrática com o Su iza, Italia o Fran cia ilu stra d e
m an era dram ática la ten sión , señ alada al in icio de esta exp osición , en tre dem o-
cracia p olítica y desigu aldad social, n o m en os qu e el esp acio dejado vacan te, en
aras del pragm atism o o de lo que fuere, por organ izacion es y corrien tes políticas
qu e tradicion alm en te h abían sido la exp resión de las dem an das dem ocráticas y
de ju sticia social de las clases p op u lares.

5. Consideraciones finales

El p atrón de desigu aldades p redom in an te en u n a sociedad n o es algo


aleatorio o p rodu cto de las circu n stan cias o el acaso, o de u n a su p u esta idiosin -
crasia n acion al. Guarda relación con la con figuración socioecon óm ica básica de la
sociedad y, sobre todo, con su estructura de p oder, y se rep roduce com o cultura.
Desigualdades, com o dicen las viejas, han existido siem pre, pero la utilización de
las desigualdades ha sido y es variable de acuerdo a los diferen tes m odos de orga-
n ización social y a los objetivos qu e esa organ ización p ersigu e. No es lo m ism o
erigir p irám id es o cated rales qu e con stru ir p u ertos y cam in os, o lan zar coh etes
espaciales; n o es lo m ism o producir m an tequilla que fabricar cañ on es. Tan im por-
tan te com o la detección de la desigu aldad social y el recon ocim ien to de su s ex-
presion es es la iden tificación de cóm o ella es “usada” por las sociedades.
Puesto que la desigualdad social está presente en todas las sociedades, y
es elem ento constitutivo de todas ellas, el cuestionam iento de la desigualdad social
es tam bién propuesta de sustitución de un patrón determ inado de desigualdad por
otro. La “superioridad” de este respecto de aquél deriva tan to de sus característi-
cas su stan tivas com o de las valoracion es sociales edificadas en torn o a ellas. Es
SU YO T UN U AR I O DE VI LO S O F WA UR G E N T I N A Y UM E R I C AN A, n º 24, añ o 2007, p . 9 a 33. 33

p osible qu e cu an do en algu n o de su s escritos p olíticos Marx y En gels señ alaron


que en la crítica al capitalism o lo central no es el enjuiciam iento de la desigualdad
sin o el de la explotación , estuvieran hacien do referen cia a este pun to. Tan im por-
tan te com o la con statación de las desigu aldades es la in telección del p ap el qu e
desem peñ an en la organ ización y el desarrollo de la sociedad.
En este sen tido, cuan do se afirm a que desigualdades sociales profun das
aten tan con tra la calidad de las dem ocracias, ello refiere tan to al im pacto de esas
desigualdades en las con dicion es de ejercicio de los derechos ciudadan os y en la
eficacia de ese ejercicio, o en el desem peñ o de las in stitucion es, com o a los obje-
tivos a los que las desigualdades con tribuyen . Cuan do algun as sociedades presen -
tan n iveles de polarización tan extrem os com o los que registran algun as de las de
Am érica Latin a, es difícil creer que la desigualdad social redun de en ben eficio del
conjunto.
La desigualdad social es producto, en defin itiva, de un a dada estructura
de p oder y es, al m ism o tiem p o, p arte con stitu tiva de esa estru ctu ra. Es p or eso
que, an tes o después, el cuestion am ien to de la desigualdad social deriva en algún
tipo de cuestion am ien to político, y en particular al régim en político que la preser-
va o refuerza cuan do las justificacion es m orales, religiosas o utilitarias, ya n o son
suficientes.
La desigualdad social, cuan do es vivida com o sin razón , ofen de al sen ti-
do básico de ju sticia qu e an ida siem p re en la con cien cia y en la volu n tad de los
p ueblos. Esa con cien cia y esa volun tad de justicia h an im p ulsado a través de los
tiem p os los esfuerzos colectivos p or un a vida m ejor. Es in evitable que los em p e-
ños em ancipatorios de los pueblos, su búsqueda de justicia, com binen grandezas y
p equ eñ eces, aciertos y errores, “valores y d ob lez”, com o en el Cam balach e d e
Discépolo. El balan ce fin al de esas com bin acion es lo resum ió la sen ten cia de Er-
n esto Palacio: “Los pueblos yerran en el juicio, pero n o en la volun tad”34. Es tarea
de los in telectuales, con n uestras peculiares herram ien tas de trabajo, ayudar a for-
talecer el recto juicio de los p ueblos que in crem en te la eficacia de su volun tad.

34 PALACIO, Ern esto, Teoría del Estado, Bu en os Aires, Ed itorial Kraft, 1962, p. 78.

You might also like