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Cten voLUmMENES DE GacETa 1229 “TIL . LAS PUBLICACIONES MEDICAS PERIODICAS: UN NUEVO PROBLEMA DE CONTAMINACION AMBIENTAL! Armanno M. Sanpovau? y ALryanpro Nifrz® ONOCEMOS YA la estructura de Jos ‘~ cromosomas, los mecanismos de la mitosis y de los movimientos de las cé- lulas y de cémo se reconocen éstas en~ tre i, y casi hemos resuelto en su to- talidad problemas del siste.na nervioso de tal magnitud como el aprendizaje. No tanto, pero esto es lo que para » el afio 2,000 anticipd el Dr, Francis Crick en su conferencia magistral\al celebrar el centenario de la revista Na- ture en noviembre del afio pasado. La séptima década del siglo xx pare- ce haber ofrecido los mejores auspicios para +I nacimiento de,publicaciones de larga vida. Pues cien afios después di- verso: srupos de cientificos distinguidos han ysndido homenajes semejantes al nuest::, en celebracién de Nature, Lan- cet, E.itish Medical Journal, Acta Me- dica !.candinavica®® y The Practitio- nerA 2, durante este’ periodo en el cual s¢ pass del siglo de los libros al siglo de jas revistas cientificas, la Gaceta Médica de México comparte con un Pufiade de prestigiosas publicaciones 1a 4 Presentado en la sesién ordinaria del 23 de septiembre de 1970, _2 Centro de Informacién, Syntex Interna- sional de Asistencia Técnica, S. A. \ tarea de presentar la noticia médica actual y de registrar los datos para la historia de Ja Medicina del futuro. Hace 100 afios era el tiempo en que se gestaba la revolucién de la cirugia por lo que’ se dio en Ilamar “el mé- todo del Sr. Lister”, y en el primer numero mensual de The Practitioner su editor resumia su experiencia de los uiltimos diez afios en cuanto a la in- yeccién hipodérmica de medicamentos.! Era un tiempo en que los contactos entre los médicos no eran tan frecuen- tes y, entre otros motivos, para cono- cerse mejor los escandinavos idearon la publicacién del precursor de lo que es ahora el Acta Medica Scandinavica Precisamente al afio siguiente de la aparicién del primer ntimero de nues- tra Gaceta, presenta Mendél en 1865 su trabajo clave en la genética moderna; este trabajo, que se ha tomado como ejemplo de la falta de comunicacién cientifica en Ia segunda mitad del si-, glo xix, ya que se pretende que fueron necesarios 35 afios para redescubrirlo en 1900, Jo cierto es que no sélo no habia sido ignorado, sino que fue ci- tado por lo menos cuatro veces dis- tintas antes de 1910. Entre otros, Dar- 1230 win 16 “habia citado en 1876, y la novena edicién (1881-1885) de la En- cyclopaedia Britannica lo menciona en un articulo sobre “hibridismo”.¢ Al hablar del problema de las pu- blicaciones médicas tendremos que Ile- gar irremediablemente a su inoperancia como instrumentos de comunicacién, problema que parece haber ido en aumerito en los iltimos cien afios. Y podemos adelantar que esto no es otra cosa que una de las varias mani- festacicnes del ejercicio profesional mé- dico actual. Al. cclebrar la Biblioteca Médica de Cleveland sus primeros 75 ajios de trabajo, en diciembre del afio pasado, los conferenciantes. insistieron en que “los médicos necesitan conocer Jos instrumentos de comunicacién; en que es dificil entender cémo puede funcionar algyin sistema de informas cién a menos que cl médi¢oPueda.en- contrar tiempo para usarlo’.? Av este respecto, es diffcil resistir la tentacién de transcribir los propésitos que en enero de 1665 tuvo para su publicacién la primera revista cientifica que vio la luz en el planeta. En su primer néime- ro, el “Journal és Savants” pretendia haber sido “inventado para consuelo de aquéllos que por ser demasiado in- dolentes 0 estar demasiado ocupados no pueden leer libros completos”, y que ademAs, era “un medio para satis- ‘facer Ja curiosidad e instruirse con poco esfuerzo”.5 8 Cuando se inicia la publicacién es- candinava en 1869, su editor de en- tonces se topd con el problema de que los médicos escandinavos conocian me- jor la obra de sus colegas en Gran Bre- wioN Gaceta Méptca pe México Vor. 100, N® 12 tafia, Alemania o Francia que la de los mismos escandinavos, y.de que su literatura cientifica, estaba fragmentada en un gran niimero de pequeiias re- vistas cuyas lenguas eran incompren- sibles fuera de sus fronteras.8 Al deci- dir el tipo de instrumento de su inter- nacionalizacién, se escogié el latin por ser la lingua franca de los médicos de entonces. Uno de los acontecimien- tos mds notables de estos tiltimos cien afios es la substitucién del latin por el inglés como instrumento universal de Ja ciencia. Esto, sin duda, presenta un problema especial, y muy serio, para la educacién médica_en regiones no angloparlantes. Sin embargo, debcemos felicitarnos de qué el tiempo nos haya desplazado hacia’ la necesidad de aprender una Jengua viva. Pero el tiempo transcurrido ha. Ile- vado a Ja Medicina a encarar un di- lema en cuanto a su propia bibliogra- fia. El problema es alarmante porque se presenta precisamente cuando la Medicina ha alcanzado un desarrollo extraordinario, paradéjicamente es el resultado de este mismo progreso. Ya en una carta fechada en julio de 1661 y dirigida a un colgga en Paris, el Pre- sidente de The Royal Society, al hablar del intercambio de informacién cienti- fica, decia que cra “un trabajo que f4- cilmente agotaria los esfuerzos de todos los siglos”.5 Esto es particularmente cierto en el nuestro. El dinamismo de su vida cientifica determina en buena parte el poder y la influencia de las comunidades hu manas. Como consecuencia, la comu- Cinn voLUMENES DE GACETA nicacién y la circulacién de Ja. infor- macién cientifica han adquirido una enarme importancia practica, generan- de a escala universal la obligacién de participar en-el intercambio del cono- cimiento.” Dentro de ciertos limites, e) creci- miento expenencial es caracteristico de muchos sistemas vivos, y esto se observa tanto en la multiplicacién de las bac- terias y el crecimiento de los tumores, como en la explosién demografica. Pero conferme més gente se acumula en este planeta, va apareciendo un nurncro mayor de escritores y lectores potenciales, sobre: todo en Medicina y sus ciencias afines que cuentan por un margen muy amplio con el mayor na- mero de profesicnales, Se ha mencio- nado con frecuencia que Medicina es ja ciencia mas socorrida en el Tercer: Mundo, Después de un instructive via~ je cl Presidente de la Comisién’ de Energia Atémica de los Estados Unidos nos cuenta que “en toda Africa las actividades cientfficas se concentran en Ja agricultura, en la Medicina y, toda- via cd: mayor importancia, en Ja edu- cacién cientifica”:19 ;Cémo dejar de sefialay aqui que el editor del New Englind Journal of Medicine (que Pparec: ser Ja revista médica actual mds antigua)19 considera a su revista como una escuela’ de medicina en cuyo cam- pus sc cducan 120,000 estudiantes?! Si ie anterior no fucra suficiente, casi das terclos de los 620,281 articulos incluidos en Biological Abstracts en los iltimos 5 aifos (1965-1969) cubren campos de la Medicina.*# Se ha calculado que a la presente 1231 tasa de crecimiento el ntimero’ de cien- tificos se duplica cada 17 afios y el de Ja poblacién general cada 50 afios, Una curiosa extrapolacién predice que para el afio 2,000 sélo en los Estados Uni- dos (donde existe aproximadamente un tercio del total de tres millones)® habra dos millones de cientificos por cada -millén de personas.!? Bromas aparte, cdlculos bien funda- dos nos muestran que, independiente- mente de la tendencia de otros idiomas (especialmente el ruso-y el japonés) a desplazar al inglés en la comunicacién biomédica, tal como se ha observado en les tiltimos 20 afios, los Estados Uni- dos ocupan‘el primer lugar en la pro- duccién-de articulos biomédicos (cerca del 20% del total), y que el inglés es el principal instrumento de esta comu- nicacién, muy por encima de todos los demas idiomas.1* A pesar de gue en el pais principal productor de documentos biomédicos alguna vez un presidente de Ia Univer- sidad de Yale afirmé que el joven mas apropiado para estudiar Medicina era aquel demasiado débil para el trabajo en el surco, demasiado indolente para el trabajo en la fabrica, demasiado es- tapido para las leyes, y demasiado in- moral para cl piilpito,’® Io cierto es que cerca de 300,000 médicos estan en servicio activo. Una tercera parte de- ellos estan dedicados a la investigacién, la ensefianza y las tareas administra- tivas.4 Los 200,000 restantes son clini- cos. Es en el primer grupo donde se encuentra Ia principal fuente genera- dora de documentos, yk tire 15. dA derurcentas Csides pe eurtentacte: 4 sticeactnres ¢ Ante ie ded refireinres des bree : de} we reiitced tase de erecinateriter hee cael Heeaeibri deo) de jer aasras: Ge nies deqieinctey feata quire enettn sibtadey Tene rtopneca infermariéin: server def dale 0 aek rele o nia ratens: de otha mente mbdiece: nidier medetnes, BUESA COntariinantic As quis 6 Ca teh Liregeesrot y eniy “tation Ge OF Hieber fe ttre eneicn, oh Caribe d ne Aer, wdiisentin, Ce Bechinns tf 6 phe v fatetidat, Francia €f ares fe ioe Unlined (iene, severe ednors citar faptrtiainitiadl frat 3 reniatate gree Sathiones Oop th Me tentiten fer riitepes palitiotss Peeps, teeters cemnbioriet stdin trite: Bibithas deb gretsarmenters y tie feos beenithe Bretennes Ke fae attetnintn fe Geox aeetentes Aetennsdnales atiibiie drt A faniees potter jitsitts We dee atéten. dij, Ueberia see adbitewiates preetedieraty a hers ehteifnittie prevsinieitos y heehes Ne eel 14 Pas fers (flies bene att jespaee tes ties sine (dita Cy ttdes Certified tatnbitd) el findidenicn le das revistas titalens ry diel fituddeatit odio tetl: Bankai cott qnte fittestivn belHubon estervien iy bet ities thaeis ca contest utleiital print techanir fate fi iA coplatide: y datebnyende crehable cise reece erobarges: chiioale » praetiear um 2 prhuerader paca. el conte pleaitn de FA ATRERTA Sie Cur phe rnenie ba tes Otros 1) F fare petite: auintintly de ndenete, Oe thats dite que SAT ier F OME ot VOD, BE adenerte ee arepe? y pribhitds tue Ge G54 y 250 Tievanuhite, de 47h Geis. ina diseninacis, «BIG de are nditeres pitnsare que esta tendencia atten: 5 | gutlicar win prepencin catla ates te aint os seguld acentuanda en ef tutes)? bai igandiln de fa Spree Enformatie Assuciation seine *Ptarmacion de go dicautites yrara le profesiOn edie: en Washington, en enero pasade, ss yrupa de expertos, entre dos cuales 99! éucontralia el editor de ta’ Asuciaei‘te, Médien de fs Estados Cnidos, sien= Cren voLUMENES DE GacETs cioné que hasta el 919% de manuscritos recibidos son rechazados por los Ilama- dos “hardcore journals”, de los que teadremos gue hablar con mayor de- le mas adelante. El New England Journal of Medicine acepté la mitad de los originales reci- bidos en 1947; pero 20 ajios después recibe cinco veces mas y sélo acepta Ja quinta parte.’? El mimero, de manuscritos enviados al Journal of Bacteriology aumenta 2046 al afio, pero en 1963 sélo se acep- taron 500 entre 700.*8 Y que no se piense que con ello queda resuclto cl problema de calidad. En un anilisis de 149 estudios tomados al azar de diez de entre las mas dis- -tinguidas revistas médicas norteameri- canas, en casi 73% de los informes se presentaban conclusiones que no*tenfan. validez estadistica.1§ Aparte de la frecuente actitud nega~ ~ tiva del médico ante la contaminacién dé su ambiente como resultado de la tendencia actual a convertir cada dia con mayor rapidez los recursos natu- rales en basura, que es la principal ca- ractevistica de nuestra cultura, segén un ricrobidlogo de Ia Escuela de Me- i de la Universidad de Pennsyl- (y que conste que la informa- ientifica ha sido considerada mas de una vez como importante recurso “ naturs!), la verdad es que las revistas médicas son menos efectivas| como me- dio de comunicacién de lo que deberian vanis cién Sc podria sugerir que, aparte de la gran barrera de los 40 idiomas en que se escribe la Medicina,”¢ existe un gran 1233 problema de nomenclatura que aumen- ta la confusién de la: bibliografia mé- dica, Al tratar de determinar el valor relativo de la terminologia médica, un estudio de la American Medical Asso- ciation® reyelé que se usan aproxima- damente 24,000: términos para nom- brar unas 3,750 enfermedades; existen 10,000 sinénimos o epénimos; se usan unos 2,000 “descriptores” para el diag- néstico; ademas de 150,000 “descrip- tores”, simbolos y abreviaturas para designar signos, sintomas y pruebas de laboratorio, cuando sédlo unos 20,000 serian suficientes. Pero Ja queja més frecuente en cuanto ala. bibliografia cientifica es que su volumen es excesivo, En esto, pocos expertos estan en desacuerdo; y como: ejemplo. notable tenemos el del Director de Chemical Abstracts Service, quicn a pesar de que este ajio sus servi- cios estan almacenando en computado- ras unos 270,000 articulos, patentes, e informes, afirma que la pretendida ex- plosién de la informacién no ha sido mas que un mito.%3 ¢Cémo explicar esta contradiccién? La verdad parece estar escondida en la misma literatura cientifica, tan abun- dante en este campo de gran actualidad. En el Jardin del Edén de Ja, primera mitad del siglo xvi, la comunicacién cientifica se hacia principalmente por medio de libros y gacctas, Pero pronto se descubrié una férmula importante: un experimento u observacién merece | una comunicacién por separado. Lo cual nos indica que Jos métodos de: ;, comunicacién ya eran entonces inade- cuados. Los miembros de las asambleas 1234 o “colegios invisibles’? de Europa en- viaban copias de sus actas en forma de cartas a Jos amigos que en otros cen- tros se ocupaban de lo mismo. Pero asi como un libro era inadecuado para Ja publicacién de los resultados de un experimento cientifico, pronto también se Ilegé a la conclusién de que la correspondencia no era el medio ideal para Ja diseminacién rapida y amplia de las nuevas ideas. La necesidad de Ja revista cientifica se hacia evidente y su aparicién inevitable, Ya Gutenberg ha- bia provisto al Edén con su serpiente impresora. * Asi en 1665 nacen en Paris el Jour- nal des Scgavants en enero, y en Lon- dres Jas Transactions of the Royal So- ciety en marzo. Las dos se siguen publicando después de 300 afios y en todo este tiempo han marcado Ja_pau- ta de la revista icientifica. La revista inédica nacié bastante: mas tarde, pero también como resultado- de Jas actividades de las sociedades mé- dicas. Su explosién comienza en la segunda mitad del siglo xvm. Para 1879 ya se habian fundado 364 revistas médicas sélo en los Estados Unidos;$ sin em- bargo, si mortalidad es asombrosa, pues para entonces sdlo sobrevivian 71. Cuando hace ynos 100 afios nace en el Karolinska Institutet cl Arkiv precur- ! sor de la actual Acta Medica Scandi- navica para dar a sus investigadores la oportunidad de competir con los uni- versitarios, principalmente los de Upp- sala, uno de Jos propésitos de la nue- va revista fue estimular Ja produccién bibliograéfica de esos investigadores. La Gaceta Mépica pe México Vor. 100, N? 12 explosién actual haria execrable este propésito. Parece ser que los médicos del sigl: XIX No. parecian muy urgidos de infor- mar de sus descubrimientos. Una liga- dura de la carétida para extirpar ur. tumor se publicé en 1822 en el New England Journal of Medicine 19 aiios después de haberse efectuado ;!9 y Han- sen, que descubrié su bacilo en 1873. s6lo forzado por las circunstancias in- form6é de su hallazgo siete afios des- pués en el Nordiskt Medicinskt Arkiv, precursos del Acta. Una actitud total- mente diferente de los médicos del si- glo xx es la mds importante condicién de Ia explosién bibliografica actual. Y esto.a pesar de que la misma ex- plosién. del conocimiento médico por un mecanismo de retroalimentacién ha ido-haciendo cada vez més dificil para el individuo controlar la produccién bi- bliografica, obligando a los médicos a trabajar y a producir en equipo.!+ Un indice muy objetive del creci- micnto de la bibliografia médica lo pueden proporcionar los acervos de la: bibliotecas. En una encuesta estadisti- ca de las bibliotecas médicas académi cas del Canada y de los Estados Uni dos en 1962-1963, se encontré que su: colecciories crecitron en un 4.59% anua: con lo cual estas colectiones se’ duplica” | cada 16 afios. Si sélo se toman de éstz las 13 bibliotecas mds grandes (cor: més de 100,000 volimenes) el creci~ miento es de 3.5% anual y su duplica- » cién toma 20 aifos. Para la Bibliotee:: Nacional de Medicina de los Estados Unidos las cifras correspondientes sci, 2% de crecimiento anual y 35 afics: 1 Cren voLUMENES DE GaceTa psra duplicarse33 Como se ve, el cre- c'miento estA influido por la edad y el temafio de la biblioteca. En Ja Escuela de Medicina de la Uni- versidad Estatal de Wayne, Ios voltime- nes de revistas correspondientes a 1941 ocupan 14 metros lineales; pero los de 1961 ocupan 18 metros; lo que indica un crecimiento del 13% en 20 aiios. Pero si se quiere tencr una idea mds aproximada ‘de la tasa de crecimiento fisico de la bibliografia bicmédica con- tenida en revistas, esto puede ser pro- porcionado por las estadisticas del mas importanté acervo médico del mundo, el de Ja Biblioteca Nacional de Medi- cina de los Estados Unidos. Su colec- cién completa de revistas ocupaba unos "siete kilémetros y medio de anaqueles en 1962. De esto, una tercera parte habia sido publicado en Ios ultimos 16 afios, lo cual indica un crecimiento aproximado de 30% cada diez afios y una duplicacién total cada 30. Estos dats de la biblioteca médica mas im- port-nte del mundo manifiestan el cre~ cimi:nto tanto del namero como’del es- pesc- de las revistas, Scotin el: Director de esta biblioteca (cite 40 por 26), las 6,000 revistas bio- anédi:as que se publican ‘actualmente en ¢. mundo incluyen cada aiio apro- mente un cuarto de millén de escritos en 40 idiomas. Y la cifra de 3,000 articulos cientificos pu- blicados al dia en el mundo no es irreal. Hay Ja opinién de que la mitad de los conocimientos médicos actuales tu- vieron su origen después de la Segunda Guerra Mundial? Un ejemplo no- 1235 table es Japén, de cuyas aproximada- mente 2,300 revistas cieritificas, el 70% comenzé a publicarse después de esta guerra.?9 7 Un calculo aproximado indica que en los Estados Unidos este afio estan trabajando 77,000 profesionales quie- nes producirdn un total aproximado de 53,000 documentos.25 Si se acepta el cdlculo de que cada cientifico (en los Estados Unidos) pro- duce un promedio de tres y medio ar- ticulos en su vida (citado en), Ja cifra de 53,000 documentos resulta dema- siado baja. Sin embargo, esta aparente discordancia es el resultado del traba- jo en equipo y de los miltiples autores por articulo, tendencia que comienza a observarse hace unos 15 aiios.?8 Delos 26,000 articulos_producidos en<1962 en el mismo pats, los cientifi- cos produjeron para el gobierno, 3,700 articulos, para Ja industria, 2,500 y para los institutos de ensefianza superior, 19,300; lo que significa una produccién bibliogrdfica cientifica de 14% del go- bierno, 10% de la industria y 749 de los institutos de ensefianza. Los fisidlogos producen 1.7 trabajos por afio; los profesionales de la Clinica Mayo predujeron un promedio de 1.6 trabajos anuales durante los 13. afios que terminaron en 1962; los profeso- res del Colegio de Medicina del Estado de Virginia producen 1.9 anual; los investigadores de los Institutos Naci nales de Salud de los Estados Uni; dos, 1.6. 7 i Para estos Institutos de Salud el cos- to promedio por articulo producido por: sus investigadores fue de 11,000 y| Cien voLUMENES DE GacETA titule 301, y fueron en aumento con- form: se progresaba en la lista, A pesar de que existen normas para estabiecer criterios, la decisién sobre la ' calidad de una revista médica es dificil en Ja mayoria de ellas. Se ha pensado que para obtener una medida confiable de la importancia de la revista, se po- dria dividir el nimero de veces que esta revista es citada por el ntimero de articulos que la misma revista ha pu- blicado. Algo de este tipo se hizo durante la década de los 50.%% Las entradas de 1,552 titulos que aparecieron en Cu- rrent List of Medical Literature fueron tomadas a priori para su estudio, Los © titulos seleccionados contenian una po- blacién de citas de 1.090,851 y de éstas fueron analizadas 61,850 y aceptadas finalmente 21,000. El andlisis por/Gom- putadora de estas 21,000 citas mostré referencias a 985 titulos de revistas; E} Institute of Scientific Information de Filadeifia imprimié una lista de to- das las citas que aparecieron al final de todos los trabajos resefiados en 1965 en su Science Citation Index. Dos investi- gadores ingleses se dieron a ja iarea de extraer las 68.764 citas de revistas britanicas y Jas jerarquizaron seqiin eb miimero de veces que se referian a cada revista$ E} resukado muesira con t0- da claridad Ja existencia de un grupo de las mAs valieses revistas que po- driames, Hamar “archimedplares”: fas aleanzaroa un 30 citas acummladas del total en sdk y Hegaron a! 95¢ con silo 165 diez uitulos de revis- tas wilos entre un toml de mds de 1,800 revistas’ cientificas britanicas trapolacién. alrededor de 3.000. Por e: * ficas dommance! é “arc! clen erupe medular” dei mando. gue aproximadamenie un 9 del zotal. En Medicina este 95% de la wWreal dad de ches parece mds dificil de a anzar que para ia clencia en general, ya Que el mismo estudio indica que son necesarias 45 , revistas, Of del total pre’ Después de esto, casi podriamos estar Ge acuerdo v seneralizar Ja opiniéa que Osier externé en 1657 en cuanto a las revistas de Australia: que no coniienen otra cosa mds gue informes de quistes hidatidices y mordeduras de serpi tes? Una opinién tan drisica no puede aplicane indicriminadamente. Ya & menciond gue el dinamismo ce su vide cientifica determina en buena pane el Gaceta Mépica pe México Vor. 100, Ne 12 poder y la influencia de las comunida- des humanas, Vearnos e! probable gra- do de influencia de algunas comunida- des medido por Ja magniiud de su contribucién en un campo tan dindmi- co como la Bioquimica: en un esiudio de 1960 ‘cizado por®®} se computd que 91% de todos los articulos en ese campo estaban producides por los 5 guicntes seis paises: Estados Unidos 39, Japén 1, Ingiaterra 9%, Ale- QC, Unién Soviética 7%. ¥ c. haciende evidente, una mania Francia 7 vez més. la influencia de ua idioma y de un_pafs. En este mismo campo de Ja Bioqui- micapel 266" de mis de 29.009 articu- los'publicades en 1G60 aparecieron en D3 evisias, que representan sdlo el 1% del tetal de revises . 2,365: en que m publicados los ardicules de Bic- gran masa “mordedurus ¢ la publicacién de su Adri Afedicws. Proveciado para sa ibucién tiules de revi egnsideradas como las “aschimeds.2+ res” en Medicina. La Bi seleccién as made por médices, editores ¥- bi caries, Para evitar h: posible. el ser acusada de parc! La real importancia de nisimo y prictico instrumento du fommacién médica, que wndrd |}ina Cien VoLUMENES DE GaceTa inf’ .encia decisiva en las futuras adqui- sicictes de las bibliotecas, en la con- sulix. bibliografica’ y en Ja educacién mécicas, es que las 100 revistas que lo nute:n est4n todas escritas en inglés. El 9% se origina en el pais de la bi- bliowca rectora de los asuntos biblio- graficos médicos en el mundo; 8 son inglesas, una canadiense y una escan- dinava, ~Qué ha pasado mientras tanto con la contribucién de nuestro idioma? Vol- viendo al estudio de la bibliografia bio- quimica ya mencionado, mientras el ruso y el japonés se han venido desta- cando significativamente como idiomas bioquimicos, el francés, y el espaiiol han declinado, En. ciencia en general, el desarrollo de las revistas latinoamericanas parece tomar una modesta retaguardia en el fenémeno explosive mundial. G. Miles Conrad, el finado Director\dé \Biologi- cal Abstracts, al estudiar este’ fendéme= no*® sugeria que este tremendo ‘retraso podtis explicarse por el hecho de que la educacién en nuestra América ha sido, ~ lo sigue siendo en buena medida, esenc mente clasica’ y humanistica. Sin :mbargo, el mismo autor observa que a “artir de la segunda década de este sto el crecimiento de las revistas médicz: en América Latina ha sido rapido, dando la impresién de que los latinoarsericanos han aceptado el mé- todo cientifico con entusiasmo y dili- gencia, El que la explosién documental sea un mito o no, depende de cémo_se_ enfoque el problema. Lo es para el director de Chemical Abstracts Service 1239 porque, independientemenje de] abru- mador volumen en crecimiento de los documentos quimicos, institucién cuenta con recursos y capacitacién su- ficientes para controlarlo. Para los mé- dicos, como hemos visto, existe un mito a medias, por el modo-como su biblio- grafia esti siendo manejada. Sin embargo, Ja esencia de esta apo- caliptica agresién documental es la ac- titud del médico lector, hacia quien to- dos’ los esfuerzos. de revistas, indices y restimenes estan dirigidos. Ante la explosién de datos médicos impresos, el tiempo disponible para. su lectura.se va reduciendo proporcional~ mente, Ningtin mecanismo auxiliar sera suficiente-mientras los potenciales usua- su rios no-seanencauzados hacia los buenos habitos de lectura y la juiciosa selec- cién “de Jo significative y trascenden- El mito resulta, por lo tanto, un serio problema de educacién médica. En un ambiente contaminado por alu- des de papel impreso, el médico debe aprenéler a eliminar la hojarasca y asi- milar el minimo accesible para su pro- greso profesional. El aspecto mds im- portante de este problema educativo, es que nadie puede dejar de encararlo sin correr serios peligros. E] relativo valor de Ia revista médica, producto de Ia actividad intelectual del hombre, es un reflejo de Ja relati- vidad de todos los valores humanos. Su indiscutible parcial inoperancia ha sido ya el cbjeto de muchos esfuerzos, interesantes proyectos y centenares de tal. -documentos-en-busca-de-mds opcrantes~ substitutos, Pero es muy probable que cuando éstos se encuentren, la revista 1 ‘ 6 ‘ 1240 seguira jugando un relevante papel como vehiculo del progreso médico. Un benéfico efecto colateral de las revistas médicas ha sido para nosotros el compartir tan emotivo homenaje a Ja centenaria Gaceta del més ilustre cuerpo colegiado de México. Esta celebracién nos ha permitido usar el vehiculo de las revistas para en- contrar en sus articulos la experiencia de docenas de distantes y desconocidos colegas. Con esta insubstituible coope- racién internacional hemos pretendido presentar el abrumador y estimulante pancrama de las revistas médicas sin faltar a la verdad cientifica y sin decir nada que no hubiera sido escrito antes. REFERENCIAS 1 Editorial: The natural ‘centenarian. Lancet 2; 991, 1969. 2, Editorial: Centenarius Scandinavicus, Brit. Med, J. I': 731, 1969. Strandell, B.: Nordiskt Medicinskt Ar- kiv-Acta. Medica Scandinavica, 100 years, Acta Med. Scand, 185: 1,196 4. Rolleston, H. y Thompson, W. AR History of The Practitioner. Practitio- ner 201: 246, 1968. 5. Porter, J. R.: The Scientific Journal. 300th anniversary. Bact. Rev, 28: 211, hal 1964. 6. Garfield, E.: Citation indexing for studying science, Nature (London) 227: 669, 1970, 7. 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