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CAPITULO 3 . Ermitas y santuarios Las ermitas sefialadas, y devocionarios de su jurisdiccién, y los milagros que en él se hubiesen hecho. (Segunda parte de la pregunta 51; Relaciones) Las Relaciones reseftan un promedio de dos ermitas 0 humillade- ros por pueblo en Castilla la Nueva. Un estudio de los registros de las visitas pastorales permite corregir al alza esa cifra y aceptar como més exacto un promedio de tres ', Muchas poblaciones de entre 500 a 1.000 vecinos contaban con cinco 0 seis ermitas dedi- cadas a diferentes santos. La ciudad de Toledo tenia 20. En tér- minos generales puede afirmarse que, cuanto mayor ¢ra_una pos blacién, mayor era también el ntiimero de sus ermitas. Pero la —blacién, mayor era también el niimero de sus om proporcion no se mantenia constante, ya que en Tos nlicleos mas — oblados habfa menos ermitas en relaci su poblacién, Es pro- Pate que esto sé deba a que en las villas y Giudadeés Tas capillas de los monasterios cumplian las mismas himciones (Guadro 3.1). S_ermitas servian COMO SE! soffadias, y_a_veces — Se ee tenian vinculadas capellanias con clerta dotacion econémica. Al- gunas de ellas se dlzaron como ofrenda votiva de la comunidad, o RELIGIOSIOAD LOCAL BN LA ESPARA DE FELIPE 1 Guadro 3.1. Ermitas de Castilla la Nueva mencionadas en tas Relacio- nes, por tamario de poblacién Numrode NOMEO I pr Promo Momares ——pobiciones* guna, por poblaion ™ Yen 049 2 74 08 2 30.99 it n a8 %3 100-148 4 102 Ms SH 150-199 30 88 a2 200-299 8 122 18 300-490, 60 m1 a0 500.208 58 230 38 1.000-3.000 16 66 a 11.000 Toledo 20 200 nomencionadss 2 a = = Total 307 95 19 142 SE otras fueron construidas por las cofradias, y algunas por particu- lares. Dado el coste que implicaba su construccién, tanto por el valor de los materiales como medido en tiempo de trabajo, el voto de construir una ermita era probablemente uno de los com- promisos ims importantes que podia adquirir una poblacién con un santo. Una vez terminada, la ermita seria el escenario de la misa votiva ofrecida anualmente al santo en su festividad. Algu- nas eran simplemente casas particulares reformadas, donadas en herencia por devotos del santo. Otras eran sencillos humilladeros ubicados en los aledafios del pueblo, donde habitualmente se de- tenian las procesiones de rogativas que pasaban por los campos en primavera. Las de aciones de las ermitas En el Cuadro 3.2 se comparan las dedicaciones de las etmitas, segiin constan en las Relaciones, con los santos a quienes se habfan ERMITAS ¥ SANTUARIOS Cuadro 3.2. Titwlares de ermitas comparadas con votos (santos 0 advoce iones con un minimo de tres ermitas o dies votos). Var Simo alvendones Erno Sia igen Mee 280 213 Seletan 165 0Rosiia (28 on Guadabjar) 157 Marta Magdalena 42 _Nuests Senora dele Ta 50 Roque Bartolome 26 Joan Evangelita 4 Semiago 1 Gta 14 Pec 35 Antonio tad) 30 Benito 36 Quiteria 15 (6 en Ciudad Real) 82 Vera Cruz 5 28 Miguel 2B 10. jun Boia R 18 Barbara 10 ® Lac 0 3 Bae ° 3 Anis 9 mgre de Jess 9 at & Nutra Sera de os Remestos —§ Catalina 7 Nuestra Sefora de a Paz 6 Teor é Daminge 6 Martin 4 God om Guna) 3 3 3 2 i 1 1 1 a (13.en Madrid) (19 en Guadalajara) (Gen Ciudad Real) (Gregorio Nacanceno guain NiSsio Gregorio Boga 14 Cone y Dandin 8 Bernabe 43 Agueda 40 Pamalebn 14 Jorge 12 Nombre de Jes 13 _Abdony Sein inchs ts adveceiones del Romi, lx Conejos Ree y oF 6 ARELICIOSIOAD LOCAL EN LA ESPANA DIE PELIME 1 hecho votos. Pudiera ser que los datos emanados de las Relaciones no fueran del todo representativos, ya que se advierte una ten- dencia 2 mencionar las ermitas de los santos mas populares, consideraclos mas poderosos, como las de la Virgen y las de santa Ana, con olvido de algunas ermitas de santos cuya popularidad iba de capa caida, Comparados esos datos con los mas completos de los registros de las visitas pastorales, salta a la vista un hecho claro: en ls relaciones los vecinos daban mayor impor cia. alas ermitis deditadas a Mai ‘esta razon, aunque el Cua ‘dra S2-1a ver no sea suficientemente preciso en cuanto a la distribucién de las ermitas de Castilla la Nueva, puede ofrecernos una excelente informacién sobre qué santos tenian dedicada: mitas de importancia real para las gentes de la €poca ‘AL cotejar las dedicaciones de las ermitas con los santos desti- _patities de vows, se observan algunas diferenctas-xignificativas, Los santos 6 advocaciones con muchas érmilas, pero pocos votos, pertenecen sobre todo a dos categorias: o bien eran santos cuy: devociones.mantenian preferentemente las coftadias, como la de la Pasion y la del Rosario, o bien se trataba de ermitas dedicadas a los apéstoles o a otros santos cuyas festividades eran de precepto on la didcesis (Maria Magdalena, Bartolomé, Santiago, Pedro las advocaciones de Maria). Algunas eran antiguas parroquias abandonadas de aldeas desiertas. La raz6n de que contaran con pocos votos es, 2 mi juicio, que habria sido redundante hacer voto de guardar unas fiestas que ya se respetaban; en tales casos, el ‘yotg fue, precisamente, construirles la ermita. Habla, por el contratio, ciertos saiitos # Tos que se les hacian muchos votos, pero se les dedicaban pocas ermitas; eran, en parti- cular, los, invocados para combatir las plagas de langosta y otros insectos: los santos Gregorios, san Pantaleén y san Agustin. Tota- lizaban en conjunto 238 vatos, pero tan sélo @ ermitas. Igualmen- te habia pocas ermitas dedicadas a los santos protectores contra el granizo: las santas Agueda y Brigida, junto con san Jorge, tenfan tun total de 75 votos y 4 ermitas. Y es que, a pesar de los graves |, daiios que podian causar, ni los insectos ni el granizo eran asuntos de vida o muerte. Cuando se alzaba una ermita de resultas de un voto solia ser en casos de epidemia. an? meta deenfermas o que tei _EnMTas ¥ savruaatos 7 {Cudl es la raz6n de que, en comparacién con el alto mimero de crmitas mari: Jos votos a Maria fueran relativamente po. SSSSPaE oul dees cznfay-eiminamos, de-momento, "as dedicadas a las advocaciones marianas mas generales —como la Inmaculada Concepcion, Nuesira Seftora de la Paz y Nuestra Se- fiora del Rosario—, que en este aspecto de vatos y cofradias se jan a las de los santos, nos queda und randade ~reciben generalmente la deriominacion de ‘ Cual lugar, A estas ermitas ge acudia en busca de remedio para Fauchor probleman ln madre para CUrar-a 60 Tip, 7 jo Far naradcai cojer, la ciega pidiendo la vista; y no solo ban puc- bios, sino también grupos de ellos o particulares. Solfan alzarseen_ I juntos mas distantes del centrg de la poblacion que las demas Beni me ecnenem en o emplavamiena den aniguo castillo. ay alii Tugar_antes habitado. Como en el caso de la ermita de Nuestra Seniora del Castillo de Chillén, representaban e “rfid permanent&> alto que el de los santos detTgs expitas Tocales. En ellas era, sobre todo, donde ocurrian eaten leis sted vain Fas Aquellas que atralan devon ne poMlacion, que eran fre aria apecel araeacion a devo. SS sto a OCT Te las gentes, utilizaré (Como respuesta la pregunta Tormulada antes, hay que decir que los pueblos y las aldeas hacian relativamente pocos votos a 508 santuarios marianos por la sencilla raz6n de que sus gentes “eran tan devotas de Maria que tal prictica habria resultado super- flua. La mayoria de Tas festividades de Ja Virgen eran ya de pre- cepto. ¥ en esas FECTS, particularmente el 15 de agosto yer 8 de es idan en procesién a los santuarios septiembre, las comunida marianos aunque no bul ‘pronunciado voro de hacerlo. Mas ain, en Chillon y en algunos otros lugares se celebraban cada fara Gevocidn Mar aGobrela de los apa Tas leyendas taths Ulrine De Frmuds (hnenda Guadro 3.3. Devocién a Maria, los santos y Cristo en Castilla la Nueva, 1575-1580 (para 540 pueblos). Nimero de sinuarios (y % de Tos mismos en cada categoria) Namero de 1 2 3 imagenes NameroNimero de Atraccién Centros Atraecion 0 ermitas devotos —ermitas—_comarcal de curacién regional con leyendas Maria 126 (%) 287(31G) 42 (62%) 36(67 &) 12 (86% 17 69%) santos 1.997 (83%) 573(63%) 24(84%) 197%) 1 (PR) 88H) Cristo 198 BH) 52 (6% 2 3%) 3 GK 17%) 404% Total 1.476 912 68 54 4 29 Ty Suntuavona donde wae gered ais ce wna local (excusvo d os sntuarios regionals ver Apenice B 2 oarios donde se prochcen fabituainencecuracianes 0 donde se cta mas de una curacion. 8. Sintuaron» donde aeuden hides ws jus que fs veins; ver Apéndice marianas que se narran en las Relaciones tienen en comin con las setiales motivadoras de.los votos una indicacién diurna acerca de “juien queria intercedcr por el pueblo. Pero en otros aspectos cran muy diferentes. En primer lugar, no eran_recordadas como hechos ocurridos en el conte: un desastre natural, una vez que las gentes hubieran iniciado su biisqueda de un valedor. En las leyendas de los santuarios era Gio Maria, generalmen- te— quien iniciaba el encuentro_y-escogia a Ta comunidad. Esta cleccion tenia lugaica través deGparicionesy mediante elGallazgd de imagenes providencialmente wreadas: ‘como las estatuas de Ta diosa griega Atenea, que se dectan caidas del cielo. Aquellas ima. genes manifestaban lajrreductible voluntad de ser veneradas en ugar concrew>¥, al igual que los suensajes de Tas apariciones, no slo Sra UTA promesa de ayuda para aqucllas gentes, sino una icacion del lugar a donde habfan de acudir para obtencrla. He ahi, pues, otra caracterfstica que distinguya a fos santuarios de las, ermitas corrientes: que sugmplazamientrenia urGignilicadyy | Las que encontramos en las Relaciones son particularmente signi: ficativas, puesto que constituyen una de las mas antiguas Fuentes de tradicion oral acerca de los santuarios en Espaia. Las leyendas sobre los origenes En todas las leyendas que se mencionan en el Cuadro 3.4., salvo entree dercllas, ke imtiayen mostro su deseo de ser vencrada ¢n.un Guadro 3.4. Indgenes halladas. et Tagen Localidad Fecha Senal Crucifjo Albalate /Zorita (G) 1514 Perro de caza. Cruz Chiloeches (G) 157L Sacada por un arado anxiguo emplazamiento de una iglesia, Crnciijo Grindn (M0 1569 Guraba Santa Maria de los Santa Maia de fos Deseubierta al ara Llanos Lisnos (CU) ‘Nuestra Seiora de Gazalegns (1) 1549 Una yz durante las ia Cruz torinentas;curaba. Nuestra Sefiora del Ventas/Petia Aguilera Aleindara para un digi ‘Agila ) imagen regres. Nuestra Senora de Santa Cruz de Mudeta Encontiad en TF las Virtues (CR) cimientos Nuestra Seftora de Fuencarral (M) Encontrada @); volié asa Valverde ‘emplaainiento Santa Ana Puertollano (CR) Encontrada en una cuewa; un enebro produjo ota Brg Brugel (1) “Frconirada con una campana, Santa Maria Luciana (GR) ' Fgipciaca volvié as a “emiplazanento —encomtrada con una camara, 400 RELIGIOSIDAD LOCAL EN LA ESPARA DE FELIPE 1 determinado lugar, que se revelé mediante alguna Geiia) *. En bastantes casos, la sefial guard6 relacién con la forma en que fue encontrada la imagen: digamos que hubo una especie de «chivata- zo» de naturaleza extraordinaria, Gon frecuencia vino a través de algtin animal, casi siempre doméstico: un perro de caza que escar- ba tercamente en un sitio, sin que puedan apartarlo de alli; un Aguila que planea en circulos sobre un mismo punto; un caballo que se sobresalta y encabrita al pasar, etc. En las leyendas cata nas suelen ser los bueyes los que descubren imagenes ocultas."A veces (como en Cazalegas) son luces extrafias 0 misicas celestiales las que hacen el mismo papel. Pero Csefial mas comdipy era que las imagenes, trasladadas a la iglesi é j donde habfan sido encontradas, persis Tualmente durante la noche. Tal ocuri6 con santa Brigida, santa Maria Egipciaca, Nuestra Sefiora del Aguila, Nuestra Seftora de Valverde y Nuestra Seftora del Madronal. Un historiador de esos santuarios confesaba con estas palabras su ignorancia respecto al misterio de las imagenes emperiadas en volver al lugar de hallaz- go: «En casos semejantes se nos ensefia que nuestro Seftor gusta de que estas Santisimas Imagenes sean adoradas y reverenciadas en el mesmo puesto que se aparecieron, y no en otro: él sabe por que‘. No es facil distinguir nitidamente entre imagenes halladas € imagenes «aparecidas» (Cuadro 3.5.), puesto que en algunos casos esta palabra tiene también un sentido ambiguo *. La leyenda de Nuestra Sefiora del Madrofal, por ejemplo, ofrece muchos pun- tos comunes con las anteriores. De la de Nuestra Sefiora de Salce- da —la imagen patronal de un monasterio franciscano— hay dos versiones, una en la Relacién de Pefialver y otra en la de Tendilla, puesto que el santuario estaba en el limite entre ambos muni pios. En las dos se afirma que la imagen fue descubierta por los caballeros de la orden de San Juan. Las gentes de Tendilla dicen que el suceso ocurrié al extraviarse los caballeros en una noche de tormenta: Maria se les aparecié en un sauce, portando una luz; ellos, entonces, alzaron alli una ermita en accién de gracias, y més adelante los franciscanos construyeron en el mismo lugar su mo- nasterio. Pero los habitantes de Pefalver contaban la historia con -ERMITAS ¥ SAD/TUARTOS wor Cuadro 3.5. Imdgenes aparecidas. Imagen Localidad Fecha Senal Crucifijo Montiel (CR) 1590 Sobre el altar de la ermita el 25 de diciembre Santiago, Nuestra Auiién (G) A.un pastor, sobre un Senora del tocdn; volvi6 més tarde Madonal su cimplazamiento Nuestra Sefiora de Tendilla @) ©1286 A unos caballeros, sobre Saleeda un sauce Nuestra Senora de Fuencaliente (CR) Fn una fuente termal Tos Bartos ; Nuestra Sefiora de San Pablo (F) Se spare alli» ta Fuensania| Nuestra Senora de Iniesta (CU) ( “Gion, se crea, cierta rclacion entre cl personaje celestial y la coma do las duday_y los errores del pueblo, En tales situaciones, el nto —o Marfa, Tas mis de las veces — tiene que hacer un esfuers 20 para venicer esas dudas y asi poder prestar su intercesion ala, comunidad, La moraleja de la historia es que el santo —o Ma- 7 | ria— ha escogido a es¢ pueblo; que era su yoluniad manifesta ser { saishury abpadds Algo tai discita, en Verdad, delaane al que se importuna en demanda de ayuda, que puede o no prestar of- dos a las siiplicas, que tal vez si, tal vez no, condescienda a manifestar su aceptacién con una seal. Las visiones suelen tener lastos pobres y los desvalidos, y el hecho deque-su verdad llegue Tay los-pobres v-los desvalidos, 4 108 RELIGIOSIDAD LOCAL EN LA ESPANA DE FELIPE 11 4 imponerse a las reticencias de las autoridades de la poblacién es una forma de demostrar que Maria o el santo han venido a ofre- cer su ayuda a todos: que el vinculo que se establece entre el santo y la poblacién es, a la vez, una relacién directa entre el santo y cada uno de sus moradores, empezando por los mds hu- mildes La mayoria de estas historias de apariciones son imprecisas en, cuanto a is fechas, y sitvan los hechos en tiempos remotos. En ‘cuanto a las de hallazgos de tmagenes, solo unas pocas se refieren, a sucesos contemporaneos, principalmente las que hablan de cru- ces y crucifijos encontrados con escasa intervencién sobrenatural y en circunstancias bastante plausibles. Algunas de, las leyendas mag elaboradas corresponden, sospechosamente, a los 0 “moniisticos (los de Tenditia, Monova y Cubas). Todo lo cual i ira escasa_confianza en la historicidad de estos relatos de ap: ciones y hallazgos milagrosos- zCual fue, pues, el origen real de los santuarios? {Tuvo algo que ver con la leyenda posterior? Los informes relatives al de Nuestra Seftora del Remedio (en Fuensanta, Albacete) y al de Nuestra Seftora de la Caridad (en Illescas, Toledo) nos dan algu- nas claves para conjeturar el origen de otros. Del santuario alba- cetefo, atin frecuentado hoy, los informantes dicen que se alz6 cuando fue descubierta una fuente en un lugar donde el nivel del acuifero se suponfa muy bajo. Comoquiera que el agua de dicha fuente mantenfa un caudal constante, los lugarefios pensaron que cra de origen sobrenatural («negocio de milagro») y empezaron a acudir a bafarse en sus aguas, que curaban muchas de sus dolen- cias, especialmente las de los ojos y las hernias de los nifios. Por causa de estas curaciones, edificaron alli una ermita, que Hama- ron de la Fuente Santa: «y con esta devocién y efecto del agua se fund6é la dicha ermita y se le puso el dicho nombre de Fuensan- ta». Su historia narra, pues, una serie de eventos ficilmente crei- bles. En la época en que se redactaron las Relaciones, el santuario estaba bajo la tutela de los padres trinitarios. Aparentemente, los trinitarios tuvieron noticia de la popularidad del nuevo santuario y llegaron de su monasterio-santuario de Garaballa (Cuenca) a colonizar Fuensanta: ERMTAS ¥ SANTUARIOS . 109 Una legua de esta villa, hacia donde sale el sol, hay un mo- nesterio de frailes de la Santisima Trinidad, que se nombra Nuestra Sefiora de] Remedio de la Fuensancta, donde anti- guamente, siendo la tierra en su dispusicién muy seca e hon- da cl agua, se aparescié una fuente, la cual, aunque en ha- llandose comenzaron a sacar agua de ella, no menguaba ni crescia de como aparescié; y entendiendo que era negocio de milagro, acudié mucha gente para bafarse, e sanaba la dicha agua todas enfermedades y tenia virtud manifiesta para la vista y quebraduras de niftos, y con esta devocién y efecto del agua se fundo la dicha ermita y se le puso el dicho nombre de Fuensanta. Ha sido y es casa de mucha devocién, y ha hecho Nuestra Sefiora del Remedio en ella muchos milagros, dando vista a ciegos y sanando coxos, y librando cautivos del poder de moros, que se encomendaban en ella, y est4 muy frecuentada y visitada de los lugares de su redon- dez de quince veinté leguas en su contorno, y se hace congregacién cada un afio por el dia de Nuestra Sefiora de setiembre y feria, y se suelen juntar en ella novecientos ca~ rros y diez mil personas, las cuales acuden alli por la devo- Gién y milagros que en la dicha casa de Nuestra Seftora del Remedio se hacen de cada dfa, y en el dicho monesterio hay de ordinario una docena de frailes trinitarios ". Este relato de los habitantes del pueblo se transformé con el tiempo para asemejarlo a muchas de las leyendas citadas anterior- mente. En 1648, el trinitario Cristobal de Granados escribia que el santuario se habia originado con la aparicién de una imagen que manifest6 su deseo de ser venerada en aquel lugar, aftadien- do que el agua de la nueva fuente tendria virtudes curativ Segiin Granados, Roda,-una. poblacibn-présim: Ta fuente durantela noche. El:primer milagro del sant cbria sido la resurreccion, durante sus funerales, de k hombre que habia encontrado la imagen. Se inventd, pues, ain | videnite, y se asigné al Suceso una fecha coricreta: el 24 de marzo | de 1482. 10 RELIGIOSIDAD LOGAL EN LA ESPARA DE FELIPE Ht Idéntico proceso de sacralizacién tuvo lugar, sin duda, con un buen nfimero de santuarios asociados a curaciones mediante apli- caciones de agua, aceite 0 ungitentos, tales como los de Nuestra Sefora de los Bafos (Fuencaliente, Ciudad Real) y Nuestra Sefio- ra de la Fuente Santa (San Pablo, Toledo): en ambos casos, la afirmacion de haberse aparecido alli la Virgen, o su imagen es parca en explicaciones y escasamente convincente. Y quiza sea también el caso de la aparicién de santa Lucia en Ventas con Peria Aguilera (Toledo), donde habia una fuente cuyas aguas sa- naban las enfermedades de los ojos. El origen atribuido al santuario de Nuestra Sefiora de la Cari- dad en Ilescas es asimismo plausible. Se trata de una capilla en el hospital del mismo nombre, y el primer milagro que, segtin se dice, se produjo alli ocurrié el 11 de marzo de 1562, cuando una joven que llevaba mas de seis meses tullida salié curada tras haber estado orando por espacio de una hora: Hay en Illescas un hospital senaladisimo, que se dice de Nuestra Seftora de la Caridad, donde cada dia se hacen y han hecho grandisimos milagros, que seria larga la historia referirlos. Es un santuario el mis visitado y frecuentado de toda Espafia; han venido a visitarle, y tener novenas, la ma- gestad del Rey nuestro sefior y la magestad de la Reina, nuestra sefora, la serenisima Princesa de Portugal, dota Juana, que sea en gloria, muchos perlados, duques, condes, ¥ otros grandes principes, oidores de los consejos de Su Ma- gestad y otras infinitas gentes, que xamés cesan de venir a visitar esta benditisima imagen. Guardase en este pueblo, por voto de él, el once de marzo, que llaman dia de Nuestra Sefiora de la Caridad, porque” aquel dia subcedié el primer milagro, afio de 1562, y fue que una mujer mova llegé a su hospital tullida, y tan inétil que la tenian liada en una bestia entre dos costales de paxa, porque habia mas de seis meses que tenia las pantorrillas pegadas con los muslos; y como la apearon, pidié la metie- sen en la capilla, donde esta esta Santisima imagen de Nues- ura Seftora,’y estando alli como una hora y mas encomen- RMITAS ¥ SANTUARIOS mi dandose a la Virgen Nuestra Sefiora, se sintié con notable salud a su parecer, y llamando a la hospitalera, dixo: «Ay, hermano! Como me parece que estoy buena, no sé si lo sue- fio, mostradme aca un palo; probaré a levantarme y veré qué es esto que me parece». Dado el palo, probé a se levan- tarse, y se Jevanté tan buena como si nunca hobiera estado tullida, y dexando el palo anduvo, y qued6 tan buena como todos lo somos "". En cl santuario se conserva afin una pintura contempordnea de este primer milagro. Decorado posteriormente por El Greco, de su popularidad tenemos noticia no s6lo a través de la relacién citada, sino también por Lope de Vega, quien, en La entretenida, lo cita como lugar de peregrinacién, tan importante como Gua- dalupe, Atocha y Roma. La Caridad, con todo, no conserv6 du- rante mucho tiempo su popularidad, tal vez porque en su rapido auge tuvicron demasiado que ver la proximidad de la corte y el favor regio. Pero este origen, como santuario, en un espectacular milagro debe de haber sido comin a muchos otros santuarios con anterioridad, y ciertamente vale para muchos mas, diseminados por toda Espana, que se harian populares después. Es un comien- zo légico para un santuario con fama de curaciones, :Cuantos habria de este tipo en la zona, inicialmente simples ermitas voti- vas 0 imagenes de capillas, que, una vez obtenido renombre por sus curaciones, se aureolaron con leyendas para explicar cl espe- cial interés que se tomaba el santo por una determinada comuni dad: Con toda su hipérbole, el libro de los milagros de Salceda, del siglo xvii, confirma haberse dado all este mismo proceso: [Con] lo cual se estendié su fama por la tierra demanera, que acudian millares de enfermos cada dia Cada tullido de estos, que volufa a su casa con salud, era una trompeta, que iua por donde quiera que passaua, conuocan- doa otros muchos, para que viniessen a esta Sancta Casa por medicinas y remedios... ‘Apenas quedauan ya mancos y tullidos en toda aquella tie- ue RELIGHOSIDAD LOCAL EN LA ESPARA DE FELIPE It [BRMIITAS ¥ SANTUARIOS ua tra, ni en muchas comareanas, a quien la Virgen Sanctissima mamente ambiguo. Por otra parte, la fecha en que se dice que fue no vuiesse restituydo su salud ' -encontrado; 1566, coincide con la aseveracién del informe de Petalver respecto a que en los pasados diez arios se habian produ- ntuario de Madronal: ido alli muchos milagros; racha de milagros que tal vez siguio al descubrimiento del medallon. La forma concreta adoptada por las leyendas ¢s, sin duda, producto del contagio y la iuitacion entre las de los diferentes antuarios. Porque estas@evocionss reales existen dentro}de unafinatrige De modo semejante en Aurion, en el sa En el ano de mil y quinientos y veinte y quatro, acontecié que tun mudo que de st nascimiento lo fue, segtin él y todos '. decian andaba a pedir limosna por todos los lugares ¢ villas ‘ de la Comarca; y pasando de un lugar a otro perdié el cami- Qe 4 | no, y fue a dar a Ja Montafia donde esta la dicha hermita de fotermacionales) F extensa leyenda de i Nuestra Sefiora, y dezia que se le aparecié alli la Virgen ne Graces, scrita en verso en 1560 por un devoto del santuario ¢ Maria, y que inmediatamente que la vio hablo también, incluida en la Relacién de Daimiel, se lamenta de la relativa falta como qualquier hombre podia hablar ta lengua castellama, , de devocion al santuario en la comarca, y menciona los santuarios Sabiendo este milagro, crescié la devocién de todas las gentes ‘ marianos mas famosos del pais: desta Comarca; donde vino mucho provecko a la dicha hermita [La cursiva es mia] ". Mas diré sola una cosa si hay lugar; EstasGleadas de. diagytransformay lag Ermita \e- Wares que la casa singular Gi cantuarioso gevTATTZapaCvocionies dormidayparecen haberse cual dicen de Guadalupe Dog ss lormiday_parecen haberse_, ‘ gotado con el tiempo, salvo ef Tox Sanfuarios mas importantes ly at y ansimismo otra que supe a “De-algunos noes ce dice que wollaTT ser TMIagrOsOS, como si.” en Monserrate sia Tucra una cualidad ya pasada. Del de santa Ana en Alvares daluidan® y otra quest4 en el remate (Guadalajarayse-decia que antano habian acudido gentes de pun- tow. Lute te de Castilla y Portugal, tos tan distantes como Sevilla. Y, entre otros en que se habla de AUS todas tres por un igual milagros en tiempos pasados, estaban los santuarios marianos de y en un son, Nuestra Senora de la Zarza, en Pefalver (Guadalajara); Nuestra 5 junto con la de Aragon, Sefora del Remedio, en Cogolludo (Guadalajara); Nuestra Senio- stdin con gran reverencia ta de la Fuensanta, en San Silvestre (Toledo); y el de a misma con ser toda una apariencia advocacion en Talamanca (Madrid) de la del cielo, _Algunas leyendas arrancan de mala interpretacion de la pues con cudinto mejor celo iconografia. Segiin la pri Je Nastia Sefiora de Sal aqui se debia honrar =ceda (1616), en 1566 aparecié entre los cimientos un medallon pues lo vino ella a mostrar los personalmente '*, Gue supuestamente representabst el hallazgo de ka ifiagen p Caballeros dé San Juan. Fs posible que la leyenda original en torno a este Suceso se Teconstruyera a partir del tal medallén, lo” El poeta hace una distincién entre su santuario, basaco en una ile podria explicar las distintas versiones dadas por los pueblos, | aparicion, y los santuarios nacionales de la época. De hecho, en el puesto qué el medallon, reproducido en el libro de 1616; es st [siglo xvr estaba ya plenamente consolidada la leyenda de la apari- cién de Nuestra Seftora del Pilar («la de Avagén») al ap6stol San- tiago. La leyenda de Guadalupe fundia una aparicién con el des- cubrimiento de la imagen con una campana y la resurrecci6n del hijo del autor de! hallazgo. Fue muy imitada en Castilla, y tal ve influy6 en las leyendas de Santa Brigida (Brugel), Santa Maria Egipeiaca (Luciana) y la version de Cristobal de Granados sobre el origen de Nuestra Sefiora de la Fucnsanta (La Roda). Montse- rrat y el santuario de Pena de Francia («otra quest en el remate de Castilla y Portugal») tenian sus respectivas versiones del descu- brimiento de una imagen. La del de Pea de Francia era muy conocida en Castilla, pues entre las reliquias conservadas por la orden de Santiago de Uclés habja un fragmento de la piedra en que fue hallada dicha imagen " Permitaseme, por altimo, una palabs el_excesivo. escepticismo_a si 7 d Ug ellas sean estereotipadas o deriven de, -2as no excluye que en realidad se cucaiatan unten ae historicidad del fendmeno de Tas apariciones. Incluso a los desc brimientos y visiones ribuy jue realmente ocurrieron se Tes) Giaskegin, ‘5s hallazgos de crucifijos eran demasiado recientes para que podamos pensar en falsificaciones de monta. El de Albalate de Zorita, por ejemplo, fue investigado dos veces por las autoridades civiles; se conserva una transcripcién de la investigacién diocesa~ na realizada entre el 23 y e] 26 de mayo de 1555, con las decla ciones de trece testigos y de Alonso Valiente, uno de los descubri- dores de la cruz. Este descubrimiento, ocurrido en 1514, fue un hecho notorio: antes de pasado un ato fue puesto en coplas im- presas, que vendian los ciegos. Los propios vecinos de Albalate las compraban. De modo semejante, en el archivo parroquial de Gri- én (Madrid) existe una copia, transcrita en el siglo XVIII, de Ta investigacion-original que se evo a cabo sobre el hallazgo alli-de un crucifijo en 1569, Comparando el contenido de ésta con lo que sé xpone ‘en la relacién enviada por el pueblo en 1579, advertimos cambios, pero-en-sentido contrario a una reelabora- cidn legendaria; en sus declaraciones a rai del’suceso, los aldea- a nos testificaron haber olido aromas celestiales, cambios en’ el co- lor del crucifijo, la aparicién de ina erizen él cielo sobre el lugar del hallazgo y curaciones milagrosas, bra, no s6lo del crucifijo qismo, snotambien de tierra circundante, dena planta que ~aearaliccerea y deMehz0 eT areci enyuelto. La Rela~ cidnescrita por algunas de las mismas personas que prestaron aquel testimonio diez afios antes, es muy contenida, y calla casi todos los aspectos que causaron sensacién en su dia“. Hubo, pues, hallazgos de imagenes; y también yisioncs. Todo ello teniendo en cuenta que en el siglo XVI el asunto de las apari- clones entra sus Hess Para entonces habian comparecido ya ante Tos tribunales de la Inquisician buen namero de monjas, frailes, beatas y algin que otro campesino, acusados de visiones falsas 0 diabélicas. En su Aviso de gente recogida y especialmente dedicada al servicio de Dios (1585), Diego Pérez de Valdivia —quien, como-confesor de algunas beatas, habia ido juzgado por e] Santo Oficio en Gérdoba—, aconsejaba a éstas y a Tas monjas que rogaran a Bios no tener visiones ni apariciones "'. Las instruc; ciones del obispo de Cuenca a sus visitadores diocesanos en 1602 son representativas del espiritu de la época en una regién en la que persistia ain el recuerdo de logatueagasl Los visitadores, en efecto, no solo tenian que inquirir en cada parroquia por la existencia de «adivinos, hechizeros, conjuradores de nublados y tempestades, ensalmadores que curan de heridas o tras enferme- dades con palabras supersticiosas, algunos que creen en agileros, o en libros de suertes... y que mirando las palmas y rayas de las manos, o fisyonomia del rostro, les dizen lo que les ha de suceder, logreros algunos que encomieden ganados o bestias perdidas, con palabras supersticiosas, 0 que curen de ojo a nifios, 0 @ otras personas; y si ay alguno que aya cometido el pecado nefando, aleagiietas...», sino también si habia quienes «digan que ven visio- nes de sanctos, o sanctas, o que tienen relacién de Dios cn lo que hazen o dizer». La dnica persona de quien se afirma en las Relaciones que tenia «raptos y éxtasis» es un caso que viene muy a cuento: Francisca de la Concepcion, una monja de Cifuentes que a la sazén contaba veintiocho afios de edad y que fue posteriormen- te investigada en dos ocasiones por la Inquisicién de Cuenca

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