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Filo 2022 Módulo 6
Filo 2022 Módulo 6
“La cuestión del conocimiento es tan vieja como la filosofía misma. Se la encuentra en germen en
Parménides (...). Ya en las disputas entre los sofistas y Sócrates, en el siglo V ac, la cuestión está madura y
en Platón se la trata con sumo detalle. Ingresemos de lleno en la misma con el siguiente fragmento del
Teetetos, diálogo de Platón.
Sócrates: Arriesgas el haber expresado un concepto nada necio del conocimiento, antes bien el mismo que
expresaba Protágoras. Bajo una forma un poco distinta, él ha dicho la misma cosa. Pues dice en un lugar
que el hombre es la medida de todas las cosas , de las que son en cuanto son., de las que no son, en
cuanto no son. ¿Lo has leído alguna vez?
S.: ¿No dice , en cierto modo, que lo que me parece a mi cualquier cosa, tal es ella para mi, y tal como te
parece a ti, tal es para ti, y que tú eres hombre y yo también soy hombre?
S.: Sigamoslo, entonces, un poco. ¿No sucede, a veces, que soplando el mismo viento, uno de nosotros siente
frío y el otro no?¿Que uno apenas siente un poco y el otro mucho?
S.: Entonces, ¿diremos que este viento es por sí mismo frío o no frío? ¿O creemos en Protágoras, de quien es
frío para quien tiembla y para quien no tiembla, no?
T.: Cierto
T.: Seguramente
S.: Entonces, apariencia y sensación son la misma cosa para el frío y para todas las cosas semejantes. De la
misma manera en que cada uno siente las cosas, entonces tales arriesgan ser para cada uno.
De los mencionados anteriormente durante esta primera parte sólo nos ocuparemos
del problema de la posibilidad y el origen del conocimiento. Más adelante
abordaremos el problema de la esencia del conocimiento.
“Escepticismo: Los escépticos han tomado una posición extrema, pues argumentan
que no es posible conocer, que no es posible para un sujeto salir de su esfera para
aprehender el objeto. El nombre que ha recibido esta corriente proviene del griego
-spépsis, skopéo-que significa investigar cuidadosamente. Obviamente, han habido
diferentes intensidades en la adhesión al escepticismo, es decir, no todos los
escépticos han sostenido que no es posible conocer en absoluto. Algunos piensan
que no existen las entidades metafísicas, como dios o el alma, por ejemplo; a estos
se los denomina escépticos metafísicos. Quienes argumentan que los valores morales
no existen, serán escépticos éticos. Pero esto no significa que consideren que ningún
conocimiento es posible.
1
Obiols, G.; Curso de filosofía y lógica, Bs As, edit. Kapelusz, 1985, pág. 199-200
“Relativismo: Es la posición que afirma que nuestro conocimiento es relativo.
¿Relativo a qué? A una circunstancia histórica, social o cultural. Es decir, se opone a
la convicción de que es posible el conocimiento absoluto. Para ellos el conocimiento
es posible, pero con restricciones. Una posición que suele confundirse con esta es la
subjetivista, que también sostiene que el conocimiento es relativo, pero en este caso,
que es relativo a un sujeto particular e individual. Esto tiene sus riesgos, porque si lo
que cada uno conoce depende de uno y es verdadero para cada uno, ¿cómo podremos
tener un criterio de verdad? Toda cosa que yo tenga por evidente será una verdad
para mi, subjetiva.”
Criticismo: Sin tomar una posición escéptica, los criticistas piden una actitud
analítica y cautelosa frente a lo que se nos presenta como contenido de
conocimiento. No descreen de la verdad ni son totalmente ingenuos. El
conocimiento verdadero es posible, pero solo si estamos atentos y tomamos una
actitud crítica frente a lo que la realidad nos ofrece.”2
2
Costa I., Divenosa M., Filosofía, Bs As, Maipue, 2005. Pág 119-120
2) El origen del conocimiento
En el texto que está a continuación (ver link a texto en drive) podés encontrar
algunas explicaciones al respecto.
En el mismo texto de Obiols citado más arriba se pueden leer las ideas principales de
ambas corrientes (Puntos 3 y 4). Luego de leerlos, sugerimos que realicen una
síntesis de estas ideas para poder contrastar entre ellos.
- Hume :
https://www.youtube.com/watch?v=2IVPZZ3iUq0
❖ Fuente de conocimiento,
❖ Criterio de verdad e
❖ Ideas innatas.
Segunda Parte
A partir del siglo XIX- XX comenzó una exploración más específica sobre el “conocimiento
científico”. Es decir, no ya el conocimiento en términos generales sino la reflexión sobre los
métodos de la ciencia, las afirmaciones: leyes - teorías, su validación, etc. Claramente esto
es producto de la revolución producida en el siglo XVI, particularmente en el campo social
pero que trajo aparejado una nueva mirada sobre el mundo y sobre la producción del
conocimiento.
Etimológicamente, la expresión “episteme” se traduce como ciencia (por ejemplo, en Platón
el mundo de la episteme es el mundo del conocimiento científico/ fundado). En suma, el
mundo de las ideas y Logos que, como tantas veces dijimos tiene múltiples acepciones pero
que todas convergen en el mismo sentido: análisis, explicación, teoría, etc.
Para avanzar en esta parte del módulo, te pido que leas un texto clásico de Guillermo
Obiols (Nuevo curso de lógica y filosofía) que podés encontrar en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/1mQgpWhnKKLAk42J6qCeZPCN3BaKDrjLc/view?usp=sharin
g
(Capítulo V “Metodología de las ciencias” , desde la página 51 a 61 del escaneo o de la
página 95 en su versión original)
Para abordar el marco teórico realiza las siguientes Actividades que iremos corrigiendo y
socializando en nuestros encuentros:
Objetos de estudio
Proposiciones
Método
Como miembro del equipo médico de la Primera División de Maternidad del Hospital
General de Viena, el Dr. Ignaz Semmelweis se sentía angustiado al ver que una gran
proporción de las mujeres que habían dado a luz en esa División contraía una seria y con
frecuencia fatal enfermedad conocida como fiebre puerperal o fiebre postparto. En 1844,
hasta 260 de un total de 3157 madres de la División Primera – un 8,2% - murieron de
esa enfermedad; en 1845, el índice de muertes era de 6,8% y en 1846, del 11,4%. Estas
cifras eran sumamente alarmantes porque en la adyacente Segunda División de
Maternidad del mismo hospital, en la que se hallaban instaladas el mismo número o
más de mujeres como en la Primera, el porcentaje de muertes por fiebre puerperal era
mucho más bajo: 2,3%, 2,0% y 2,7% en los mismos años. En principio, Semmelweis,
acudió a una explicación de tipo psicológica. Había notado que la División Primera
estaba organizada de tal modo que un sacerdote que portaba los últimos auxilios a una
moribunda tenía que pasar por cinco salas antes de llegar a la enfermería; se sostenía
que la aparición del sacerdote, precedido por un acólito que hacía sonar una campanilla,
producía un efecto terrorífico y debilitante en las pacientes de la sala y las hacía así más
propicias a contraer la fiebre puerperal. En la División Segunda no se daba este factor
adverso, porque el sacerdote tenía acceso directo a la enfermería. Semmelweis convenció
al sacerdote de que debía dar un rodeo y suprimir el toque de campanilla para no ser
advertido por las parturientas. Pero la mortalidad no decreció en la División Primera.
Tras varios intentos fallidos por resolver el problema, en 1847 la casualidad dio a
Semmelweis la clave para una solución. Un colega suyo, Kolletschka, recibió una herida
penetrante en un dedo producida por el escalpelo de un estudiante con el que estaba
realizando una autopsia, y murió después de una agonía, durante la cual, mostró los
mismos síntomas de la fiebre puerperal. Aunque en esa época se desconocía el papel
desempeñado por los microorganismos como causa de las infecciones, Semmelweis
comprendió que la “materia cadavérica” introducida en la sangre de Kolletschka había
ocasionado su enfermedad. Del mismo modo debían contraer la fiebre puerperal las
pacientes de su división: Tanto él como sus colegas revisaban a las mujeres
inmediatamente después de hacer disecciones en la sala de autopsias, tras lavarse las
manos de un modo superficial. Argumentaba que si eso fuera correcto, entonces se
podría prevenir la fiebre puerperal destruyendo químicamente el material infeccioso
adherido en las manos. Ordenó que todos los médicos se lavaran las manos con una
solución de cal clorurada antes de revisar a las mujeres. La mortalidad por fiebre
puerperal comenzó a decrecer hasta llegar a ser inferior a la de la Segunda División.
Sin embargo, en una ocasión, él y sus colaboradores después de haberse desinfectado
cuidadosamente las manos, examinaron primero a una parturienta con cáncer cervical
ulcerado y luego de un lavado rutinario, sin desinfección, examinaron a doce mujeres de
la misma sala. Once murieron de fiebre puerperal. Semmelweis llegó a la conclusión de
que la fiebre puerperal podía ser producida no sólo por materia