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EL GENERO RHIZOBIUM; CONSIDERACIONES TEORICAS.

DrC. René Novo Sordo


Universidad Agraria de la Habana

La producción de fertilizantes nitrogenados en el mundo ha ido en aumento


en los últimos años debido a la creciente demanda de la agricultura. Sin
embargo, se tropieza con un serio inconveniente que es la escasez de fuentes
energéticas utilizables, ya que la reducción del dinitrógeno requiere de un
elevado consumo de energía. Según Salsac (1.988) para producir
industrialmente una tonelada de amoníaco se requiere una tonelada de
petróleo. La transportación consume una cantidad aproximada de 0,8 toneladas
de combustible extra. Se estima por este autor que en 1.980 la utilización de
fertilizantes nitrogenados en la agricultura francesa consumió cerca del 30% de
las reservas energéticas del país.
Una importante alternativa para la solución de la carencia de recurso para la
adquisición de fertilizantes nitrogenados, sobre todo en los países pobres, es el
manejo de la actividad nitrofijadora de los microorganismos del suelo, de modo
que se puede suplir en parte el uso de costosos fertilizantes nitrogenados.
Las bacterias responsables de la denominada fijación simbiótica del
dinitrógeno fueron aisladas por primera vez en 1.888 las que fueron
denominadas como Bacillus radicicola hoy clasificadas en el género
Rhizobium y otros géneros afines. Sin dudas este género es uno de los que
mayor atención ha recibido en el campo de la Microbiología del Suelo dada su
indiscutible capacidad simbiótica de fijar el dinitrógeno en plantas leguminosas.
En este caso no ha existido polémicas en cuanto a la verdadera capacidad de
fijación, ya que está plenamente probada la gran eficiencia en este sentido. Se
calcula que cerca del 50% de la totalidad del dinitrógeno fijado en la Tierra
proviene de las asociaciones Rhizobium leguminosas. Se ha probado que las
leguminosas pueden ser capaces de fijar como promedio cerca de 200 kg
N/ha/año y en algunas asociaciones es posible encontrar valores hasta de 500
kg N/ha/año.
La utilización de estas bacterias como partes integrantes de los
biofertilizantes implica el previo conocimiento de un conjunto de
consideraciones entre las que se incluyen: tipo de leguminosa a introducir,
especie bacteriana a utilizar y posibles factores limitantes para la simbiosis ya
sean químicos, físicos o biológicos.
A modo de generalización sobre la temática es posible formular algunas
interrogantes al respecto:
- Cual es el fundamento de la simbiosis Rhizobium-leguminosa?
- Puede el hombre dirigir este proceso?
- Cuando se hace necesaria la bacterización de semillas?
- Cuales son las metodologías para la bacterización de semillas?
- Cual puede ser el beneficio económico?
Como el vocablo lo expresa, “simbiosis” que no es más que una asociación
mutualista altamente beneficiosa para los dos elementos que la integran, la
bacteria y la planta leguminosa. Por complejos mecanismos enzimáticos que se
suceden en el interior de los nódulos se reduce el dinitrógeno a amoníaco el
cual a partir de los fotosintatos aportados por las plantas leguminosas da lugar
a la formación de aminoácidos. De manera muy resumida este es el
fundamento básico de la simbiosis.
En muchas ocasiones un suelo no contiene rizobios específicos para la
leguminosa que se pretende introducir y en este caso la inoculación al suelo o
semillas es de absoluta necesidad. Otra consideración importante se refiere a
cuando el suelo contiene rizobios nativos y no existe la seguridad de su
eficiencia, no es recomendable depender de la infección espontánea. En éste
caso es recomendable la inoculación con cepas probadas y afines con la
leguminosa seleccionada.
Gracias a numerosas investigaciones realizadas en todo el mundo, se ha
podido a arribar a una gran generalización, la que establece que del total de
rizobios nativos en los suelos, aproximadamente el 25% de ellos pueden tener
una baja o nula eficiencia, el 50% una eficiencia moderada y el 25% restante
pueden ser eficientes.
Por otra parte, la planta leguminosa no dispone de mecanismos de selección
para discriminar uno u otro rizobio que se encuentre en el suelo, por lo tanto la
infección puede ser llevada a cabo por una miscelánea de cepas con
resultados dudosos en cuanto a la eficiencia de la fijación. Para evitar tal
promiscuidad simbiótica y garantizar en el momento de la germinación de las
semillas exista una gran población o densidad de bacterias de eficiencia
probada, es que se recomienda a la inoculación.

Para tener éxito en la bacterización de semillas se hace necesario


considerar aspectos importantes como:
- Tipo de inoculante.
- Sus características.
- Normas de empleo según tamaño de la semilla.
- Formas de llevar a cabo la inoculación.

METODOS DE INOCULACION DE SEMILLAS.

En el campo de la rizobiología se han propuesto y ensayado muchos


métodos de inoculación del suelo y semillas. Cada uno ha estado en
correspondencia a los avances científicos de cada época y por supuesto de las
posibilidades económicas de los usuarios. Algunos de ellos no se emplean en
la actualidad. Entre estos métodos tanto antiguos como actuales se pueden
señalar los siguientes:

- Métodos de transferencia de suelo.


- Método de las suspensiones densas de suelo.
- Empleo de nódulos efectivos macerados.
- Empleo de inoculantes líquidos.
- Empleo de inoculantes sólidos.
- Empleo de inoculantes sólidos granulados o pastillas.
- Empleo de geles a base de alginato o xantano.
- La peletización de semillas.

Los inoculantes sólidos son los que mayor aceptación han tenido, dada las
ventajas sobre otros inoculantes. Se suelen emplear adherentes con vista a la
peletización. Elegba y Rennie (1.984) en Canadá compararon distintas
sustancias como adherentes para la inoculación de la soya. El resultado
obtenido se muestra a continuación:
Compuesto adhesivo Nódulos/planta Rend (mg)/planta

No inoculado 0 350
Goma para empapelar paredes 128 1.226
Goma arábiga al 40% 105 1.013
Carboximetil celulosa 103 1.127
Leche en polvo al 10% 96 1.081

(continuación)

Compuesto adhesivo Nódulos/planta Rend (mg)/planta

Miel de abejas 94 854


Azúcar al 10% 83 751
Sirope de maíz 88 964
Leche evaporada al 20% 96 1.081
Nitra Coat TM al 12,6% 109 911
Nitri Gum TM al 12,5% 109 961
Agua 39 200

En Cuba la mayor experiencia en cuanto a la inoculación con bacterias


simbióticas se ha logrado con tres cultivos, la soya, frijol y leguminosas de
pasto. En el cultivo de la soya se ha experimentado en varias direcciones,
búsqueda de cepas nativas eficientes, producción de inoculantes y formas de
inoculación. Algunos resultados se muestran a continuación
Efecto de los tratamientos sobre la nutrición
nitrogenada de la soya en floración
Tratamientos N en hojas N en planta N en planta
% % mg
Control 1,65 c 1,63 b 81,0 b
Inoculado 3,65 a 3,33 a 279,0 a
75 kg. N 2,43 b 1,78 b 84,4 b
150 kg. N 3,93 a 3,23 a 304,8 a
E.S. x 0,11 0,13 8,8

El objetivo de este trabajo era probar un inoculante sólido con turba como
portador con 7 meses de elaborado, peletizando la semilla.
En Cuba también se ha estudiado el efecto de la inoculación el frijol
(Phaseolus vulgaris L) así como la detección de rizobios eficientes en la
simbiosis. Una vertiente de los trabajos investigativos es encaminada hacia el
estudio de la simbiosis en suelos deficientes de fósforo, elemento nutriente muy
necesario para el establecimiento de la simbiosis y posterior fijación del
dinitrógeno.
En realidad el establecimiento eficiente de la simbiosis Rhizobium
leguminosa en ocasiones fracasa sobre todo en los trópicos ya que existen
muchos factores que influyen en la eficiencia de la FBN en los nódulos. Estos
factores son los siguientes:
- Competencia de las cepas inoculadas contra las cepas nativas: La
mayor parte de los experimentos de inoculación de cepas altamente
eficientes en América Latina, no han tenido el éxito esperado por la alta
competitividad de cepas nativas.
- Nitrógeno combinado en los suelos: Se conoce que en dependencia del
tipo de suelo y su fertilidad, altas dosis de nitrógeno afectan el peso seco
de los nódulos y el número de nódulos. Sin embargo dosis moderadas o
pequeñas de N influyen positivamente sobre la nodulación y la FBN.
- pH del suelo: en América Latina una cantidad importante de suelos
productivos se encuentran en zonas tropicales con suelos ácidos, donde
generalmente la disponibilidad de P es muy baja, pero además en estos
suelos es muy frecuente la presencia de cantidades significativas de
aluminio, hierro y manganeso, los cuales reducen aún más la
disponibilidad de P y aumentan los tenores de toxicidad sobre todo para
la bacteria.
- La temperatura: Es uno de los factores más importantes. Se ha estimado
que la temperatura óptima para la nodulación se encuentra entre los 20
y 25º C y temperaturas inferiores afectan drásticamente tanto la
capacidad infectiva de la bacteria como la actividad de la nitrogenasa.
En la mayoría de los suelos tropicales de Latinoamérica estas
temperaturas son frecuentemente excedidas y llegan a alcanzar hasta
40º C.
- El régimen de humedad en los suelos: La deficiencia de humedad en el
suelo afecta la supervivencia y movilidad de las bacterias. Se tiende a
explicar el fenómeno por la mayor resistencia de las cepas nativas al
stress hídrico que las eficientes introducidas, donde estas últimas no
pueden competir con las nativas.

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