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Competencia imperfecta

Los vendedores no pueden afectar el precio de mercado por lo que enfrentan una
curva de demanda horizontal. Esto significa que cualquiera sea la cantidad que
ofrezcan solo pueden vender al precio de mercado. En competencia imperfecta,
en cambio, los vendedores enfrentan una curva de demanda con pendiente
negativa, lo que significa que, si un vendedor decide aumentar la cantidad ofrecida
de su producto, el precio caerá.

Esta cantidad económica no tiene que ser siempre igual al "valor" del bien o del
servicio, ni tampoco al costo del mismo puesto que el precio varía en función de
muchos y diversos factores (oferta y demanda, estructura del mercado, agentes
que intervienen el proceso productivo, temporalidad). Ante todas estas variables
uno se pregunta: ¿qué cantidad económica debe fijarse en relación a un producto?
Sobre todo, teniendo en cuenta que las percepciones de precio son muy distintas
entre los diferentes clientes. Así, por ejemplo, en hostelería, los clientes habituales
de un restaurante no suelen acordarse de los platos, bebidas, en cambio tienen
muy claro el denominado "ticket medio" o gasto por comensal.

En cambio, los productos denominados artículos de gran consumo quedan


rápidamente fijados en la retina del cliente y, por lo tanto, son precios fácilmente
comparables con los de otros establecimientos.
En esta percepción, sin embargo, influirán numerosos aspectos, pero todos ellos
relacionados con la satisfacción del cliente. Es decir, el cliente debe estar
convencido de lo que está pagando porque realmente lo gastó. Para ello no será
tan importante el precio cobrado como la atención prestada, el servicio ofrecido o
la calidad del producto o su presentación.
Nunca hay que olvidar que el negocio de la repostería no cuenta con un público
masivo (una de las grandes diferencias con la repostería industrial) y por lo tanto
es preciso fidelizar al cliente. Para ello es imprescindible tratar al mismo como si
fuera único e irrepetible.
Así pues, la fijación de precios en cualquier comercio, y por supuesto en una
pastelería, es una de las decisiones más delicadas que tienen que tomarse, ya
que esta afectará directamente a los ingresos, a la rentabilidad del negocio, y
cómo no, a la fórmula de satisfacción del cliente.
Algunos de los factores a tener en cuenta para la fijación de precios son los
siguientes

Factores internos
• Objetivos de marketing de la empresa. Este sería el primer factor, partiendo de la
base de que toda empresa debería definir sus principales objetivos. Así tendría
que decidir si desea una penetración grande en el mercado, y por lo tanto unos
precios ajustados, o por el contrario desea competir en el liderazgo por la calidad y
colocar unos precios elevados, ya que los gastos en los que se incurrió también lo
fueron, pero el beneficio también será mayor.

• Los costes. Es decir, la suma de todos los ingredientes que componen un


producto. Este coste marcará indiscutiblemente el límite inferior de los precios. A
partir de ahí debería calcularse según un porcentaje de costes fijos más variables.
Entre los primeros se situarían todos aquellos que sea cual sea la cantidad
producida su cuantía es siempre la misma. Los costes variables, en cambio, no
existen si no hay producción. Conviene tener en cuenta, además, que los costes
variables, elaborando pocas unidades de un producto, son muy altos; sin
embargo, en cantidades grandes de un producto, aumentar en algunas unidades
la producción no implica grandes diferencias en el coste. Así, para calcular el
coste de cada unidad se estiman los costes medios, dividiendo los costes totales
por el número de unidades producidas.

• El marketing mix: Todos aquellos factores que influyen en la percepción del


producto por parte del cliente. De igual modo, todas estas divisiones, que deben
ser sumamente cuidadas por el empresario, se componen de otras variables. Así,
por ejemplo, un bombón es un producto que, al ser comprado, no sólo es el
bombón en sí. Es el lugar en el que se ha efectuado la compra, es la atención y el
servicio ofrecido, las opciones que se tienen antes de elegirlo, su envoltorio, su
precio.
• Organización del negocio: Según el tipo de organización que tengamos, los
conocimientos técnicos, la capacidad de reacción ante posibles eventualidades y
costes derivados de los cambios en los soportes de venta.

Factores externos
• Tipo de mercado: La mayoría de estos negocios se mueven en micro mercados
con competencia monopolística; es decir, un híbrido entre competencia perfecta y
monopolio, donde existen muchos ofertantes y muchos demandantes. Sin
embargo, el producto no es homogéneo, sino con muchos factores de
exclusividad. Existen muchas tipologías de mercado, según su localización
geográfica, por lo que es más eficiente hacer un análisis exclusivo, de cada caso
en concreto.

• La demanda: Conocer el comportamiento de nuestros clientes respecto al precio.


Para ello habrá que intentar analizar cuatro factores claves de nuestro público:
culturales, sociales, personales (edad, etapa de la vida). Todos ellos proporcionan
pistas para llegar al comprador y servirlo de forma eficaz. Además, hay que
reseñar que el comportamiento de nuestro público cambia respecto al tipo de
pastelería que se encuentre (no todos los tipos de demanda tienen el mismo
comportamiento respecto al precio. Hay quien busca un precio bajo y quien
prefiere un precio exclusivo).
• La competencia: Experiencias adquiridas por los consumidores en sitios o
negocios similares.
• Factores económicos: Situación económica y tendencia de la zona geográfica
donde esté localizado el negocio.
• Reglamentación existente en la zona geográfica en la que se sitúe nuestro
negocio.

Una vez analizados todos estos factores, tanto internos como externos, cada
empresa deberá fijar el precio de cada producto. Un precio que, como mínimo,
debería revisarse anualmente y de acuerdo al Índice de Precios al Consumo, IPC,
de cada Comunidad Autónoma. Esto no es óbice para que en momentos
puntuales en donde los costes variables se incrementan se pueda aplicar una
ligera desviación en el precio de algún producto. Aunque, por supuesto, existen
infinidad de escenarios que hacen preciso un estudio detallado de cada producto
(producto de lujo o de consumo masivo, paquetes de producto, ofertas de
temporada, promociones en fechas especiales, etc.).

Monopolio
Un monopolio se trata de una situación de privilegio legal en el cual existe un
productor o agente económico que posee un gran poder de mercado y es el único
en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o servicio determinado
y diferenciado.
Características

 Un único producto/vendedor. Los consumidores se encuentran con un único


producto que además es ofrecido por sólo un vendedor. De esta forma, no
tienen otras alternativas entre las que elegir.
 El producto o vendedor pueden influir sobre el precio y cantidad de
mercado. Esto se produce ya que no existe competencia en el mercado, por
lo que la empresa oferente puede actuar sobre el precio en función de sus
intereses.
 No existen bienes sustitutivos. En este caso, el consumidor no puede elegir
un bien sustitutivo que le reste poder de mercado a la empresa
monopolística.
 Las barreras de entrada son muy grandes y pueden ser de varios tipos.
Cuando otras empresas intentan acceder a un mercado en situación de
monopolio se encuentran con multitud de impedimentos. Este tipo de
impedimentos pueden ser gubernamentales, economías de escala o de la
propia empresa que domina el mercado, entre otros muchos.

La empresa la casita de los cupcakes (fabrica y distribuye cupcakes) controla


actualmente el total de la producción y los precios de la pastelería en la zona
alrededor de unos 30 km a la redonda de donde esta el local, dada esta situación
es el único puesto de repostería.

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