You are on page 1of 4

PRINCIPALES TEORÍAS DE LA EDUCACIÓN

1. Principales teorías de la educación

Resulta imposible esbozar siquiera los principios de las muchas y variadas teorías de la educación
que han existido a lo largo de la historia del pensamiento.

La educación se relaciona siempre con un proyecto de hombre y sociedad; pero raras son las
ocasiones en que se da una total coincidencia entre los autores acerca de lo que se concibe como
modelo de hombre y sociedad. Observado esto, cabe la posibilidad, no obstante, de intentar una
aproximación a las principales teorías educativas con el afán de explicitar cuáles son sus principios
y finalidades, constatando hasta qué punto estos modelos son distantes -antinómicos-,
complementarios o coincidentes en lo que de esencial poseen. Creemos que sólo a través de un
análisis crítico de las diferentes teorías educativas, viendo sus relaciones, es posible el acceso al
estudio global de la educación, la adopción de una postura educativa auténtica y evitar lo que
Nassif llama "la educación, campo de tensiones".

En la bibliografía dedicada al estudio de las teorías educativas es habitual observar un


planteamiento histórico de las mismas. Nosotros, conscientes de las ventajas que ello supone,
vamos a tenerlo también presente, aunque es preciso observar que, en ocasiones, las teorías son
presentadas, en este tratamiento histórico de las mismas, como algo "estático", como localizadas
en una época determinada, cuando en realidad la mayoría de ellas han rebrotado o han
experimentado nuevas matizaciones a lo largo de la historia.

Teoría humanista

La teoría humanista se define por centrar el interés en lo humano, en hacer despertar en el


hombre la valoración de su propio yo y en valorar la vida terrenal. La antropología que respalda la
teoría humanista supone una reacción contra la escolástica medieval, oponiendo al teocentrismo
de aquélla un nuevo antropocentrismo.

El humanismo implica el desarrollo de lo específicamente humano; es una teoría que toma al


hombre como fin y valor supremo del hacer educativo, buscando a través de ello alcanzar unas
condiciones de vida auténticamente humanas para todos. En este sentido la educación humanista
exige que el hombre desarrolle sus virtualidades, su capacidad creadora, que trabaje para hacer
del mundo un instrumento de libertad. Aspira a un ideal: el hombre armónico, cívico, formado
física y socialmente, intelectualmente dotado del dolce stil nuovo, elocuente y poético.

Teoría realista

Cuando el hombre siente curiosidad por el mundo que tiene ante sí, cuando experimenta la
necesidad de un conocimiento real, no libresco, de esa realidad, cuando rechaza los silogismos y el
formalismo verbal, cuando exige métodos que permitan trabajar con los sentidos a través de una
observación directa de los objetos, entonces está poniendo las bases de una nueva teoría de la
educación: el realismo.
Teoría empírica

El empirismo supone, para muchos autores, el nacimiento de la pedagogía moderna. En sentido


estricto y desde un punto de vista histórico, el empirismo consiste en un desenvolvimiento de los
principios realistas que habían florecido en la época anterior, en especial la fe en la capacidad del
hombre para alcanzar un conocimiento exacto del mundo.

En oposición al racionalismo -también al idealismo-, defiende el empirismo que nuestros


conocimientos no son datos apriorísticos, sino el resultado de la experiencia. La fórmula "nada hay
en la inteligencia que antes no haya pasado por los sentidos" encierra a la perfección la esencia del
empirismo absoluto, en el cual la experiencia se basta a sí misma y no tiene sentido concebir la
mente al margen de los datos que le vienen del exterior. La mente aislada de la naturaleza no
posee recurso alguno para conocer, dirán los empiristas radicales, mientras los empiristas relativos
admiten que los principios y las categorías también se hallan condicionados por la razón. A la
anterior fórmula de "nada hay en la inteligencia que antes no haya pasado por los sentidos",
añadirán: "si no es la propia inteligencia o razón".

Teoría racionalista

La razón define al hombre, le simboliza y en consecuencia se convierte en el principal objetivo de


la actividad educativa.

El racionalismo absoluto va más allá y afirma que la razón se basta a sí misma para el
conocimiento, dado que el intelecto posee ciertos conocimientos con anterioridad a toda
experiencia; no obstante, el racionalismo relativo, aun admitiendo que nuestro intelecto posee
conocimientos que la experiencia no puede procurarnos, afirma que es de la experiencia de donde
obtenemos los principios.

Teoría naturalista

El naturalismo no admite más realidad que la naturaleza, y rechaza la existencia de lo


sobrenatural. Desde el punto de vista moral, el hombre debe conformarse a las leyes que le
impone la propia naturaleza -de la cual él es un eslabón privilegiado-, moral que, para algunos
autores, está inserta en forma de normas en la propia naturaleza del hombre.. El naturalismo se
presenta como una crítica al pensamiento y logros obtenidos por el racionalismo. A la veneración
de la razón opone las excelencias del sentimiento y la necesidad de volver a recuperar lo natural,
lo espontáneo, lo personal, lo íntimo de la persona, valores todos ellos perturbados por la
artificiosidad de un racionalismo, sobre todo en su formulación
Teoría idealista

La formulación kantiana del idealismo se limitará al hombre, es decir, sólo desde el punto de vista
del hombre se reduce el mundo exterior a las ideas, de donde admitirá la existencia de objetos
externos a nosotros si bien sólo los podemos conocer a través de sus fenómenos y de las
representaciones que en nosotros producen.

Representantes Kant, Fichte y otros.

Teoría positivista

En abierta oposición al racionalismo y al idealismo, el positivismo se atiene a los hechos, a los


datos de la experiencia, prescindiendo de interrogarse acerca de las causas o principios de las
cosas. La filosofía positiva se fundamenta en los hechos del mundo exterior perceptibles por los
sentidos, rechazando cualquier otro tipo de conocimiento. Auguste Comte, su representante por
excelencia, dirá que el espíritu humano es incapaz de conocer la naturaleza íntima de las cosas, de
donde en buena lógica debemos conformarnos con el estudio de los hechos y de las relaciones
permanentes de éstos, esto es, con la ciencia positiva.

Teoría individualista

La individualidad es lo propio de cada uno, es el conjunto de características que diferencian


cualitativa y cuantitativamente a los individuos entre sí. Cada hombre posee unas capacidades,
unas potencias personales y diferentes que le hacen distinto en su irreductible condición humana.

Atribuir la primacía al individuo por considerar que constituye la verdadera realidad ontológica, el
origen de todos los valores e incluso la explicación de los hechos sociales, son planteamientos
propios del individualismo en clara oposición a la teoría sociologista. El individuo es considerado
como el valor supremo al cual deben, en cierto modo, supeditarse las instituciones sociales y el
Estado por ser medios, nunca fines en sí mismos. La explicación última de los hechos sociales se
halla en el individuo, afirma esta teoría.

Representantes: Max Weber, Hayek y otros.

Teoría personalista

El personalismo otorga la primacía a la persona como algo superior al individuo y que está por
encima, al mismo tiempo, de los mecanismos colectivistas o sociológicos. El carácter relacional del
individuo parece aconsejar que ni el individualismo ni el sociologismo dan solución total al
problema de la educación del hombre.

Principales representantes son Faure y García Hoz.


Teorías libertarias

En las últimas décadas han aparecido varias teorías educativas más o menos relacionadas con el
tema de la libertad en educación. A pesar de esa cierta vinculación en torno a la libertad, lo cierto
es que los supuestos antropológicos en que se basan las distintas teorías englobadas en el término
genuino de "teorías libertarias" son muy diferentes, aunque casi todas ellas reconocen, eso sí, un
pasado común: la educación negativa rousseauniana, el laisser-faire del naturalismo.

Al margen de este claro antecedente de las teorías libertarias, lo cierto es que la filosofía que
impregnaba el self-government de algunas escuelas nuevas, las teorías psicoanalíticas de base
freudiana, el espíritu anarquista y el socialismo utópico son también soportes de los
planteamientos libertarios en educación. Ellen Key, Ludwig Gurlitt, Tolstoi, Wyneken, etc., son ya
auténticos libertarios en sus teorías y en la práctica, si bien será preciso llegar a posturas más
"políticas" para que ese rechazo total al autoritarismo represivo y manipulador se haga extensivo a
un amplio sector de la pedagogía: Godwin, Owen, Saint-Simon, Fourier, M. Stirner, Proudhon,
Bakunin, Kropotkin...

You might also like