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Sin indexación no hay salario que

aguante

La destrucción del salario hecha por la Revolución Bolivariana es inédita y criminal. No


tiene precedentes y su impacto social se mide, de un lado, en millones de venezolanos
obligados a migrar al extranjero en forma forzada y de otro, en más de  un 80% de la
población viviendo en situación de pobreza.

Una buena muestra de la acción criminal contra el salario es monto del Salario Mínimo
venezolano, el cual es el más bajo del mundo, algo impensable en un país petrolero de
enormes riquezas minerales. Es inferior al de Siria (USD 77) un país que durante décadas
vive conflictos bélicos de diferentes tipo o Cuba (42) una nación objeto de sanciones
comerciales y financieras más severas que las que enfrenta Venezuela.

Pese a que el gobierno de Maduro ha decretado unilateralmente aumentos del Salario


Mínimo (SM) y el resto de las remuneraciones en porcentajes similares en más de una
treintena de veces entre los años 2013 y 2022, estos incrementos no hicieron variar la
precariedad de las remuneraciones, pues en medio de una economía de facto dolarizada y
sin mecanismos de indexación que las proteja, estas se devalúan permanentemente. Los
decretos de Maduro no impiden que los salarios en Venezuela pierdan su poder de compra
diariamente.

Los aumentos salariales de Maduro han sido decididos arbitrariamente y su resultado es


el fracaso. Se toman fuera del orden jurídico nacional e internacional en materia laboral,
desconociendo a las instituciones y desestimando a los principales actores sociales
protagonistas de las relaciones laborales en el país.

En marzo del año 2022 el gobierno de Maduro sumó un nuevo fracaso a su lista, un nuevo
arbitrario aumento del Salario Mínimo. En esa oportunidad sería de aproximadamente
1.800%. Se incrementó de bs. 7 (USD 1,62) a bs. 130 (USD 30), y fue presentado como el
inicio de un proceso de “Recuperación del Salario”, pero tal recuperación a final de año
nunca llegó.

En marzo del 2022 como sucedió en el año 2018, en cadena de radio y televisión, el
presidente indicó que el Salario Mínimo equivalía a medio Petro , lo cual permitía inferir
que se estaría indexando al valor de esta cripto moneda; sin embargo, cuando fue
publicado en Gaceta Oficial esto no se mencionó por lo que nuevamente el fracaso estaba
cantado, pues es conocido la ya veterana incapacidad del gobierno para controlar la
inflación y estabilizar el tipo de cambio.

El aumento del Salario Mínimo y su incidencia en el resto de los tabuladores salariales de


la administración pública en marzo 2022, no solo fue arbitrario porque se impuso sin
consultar a los trabajadores, sino porque utilizando la narrativa de la ruta de
“Recuperación del Salario” se desconoció todas las contrataciones colectivas del sector
público a través de la imposición del instructivo ONAPRE, el argumento utilizado por el
gobierno para justificar su arbitrariedad es que honrar la contrataciones colectivas
generarían presiones inflacionarias y cambiarias que atentarían con su plan de
“Recuperación del Salario”.
Lo cierto e incontrovertible es que al terminar el año 2022, el aumento salarial de marzo
lo devoró la inflación y la devaluación sostenida del bolívar. La ruta de “Recuperación
del Salario” anunciada por el gobierno de Maduro fue un fracaso, solo fue un instrumento
para imponer el instructivo ONAPRE ante sus partidarios menos críticos y sus sindicatos
patronales y clientelares. En el cuadro que se presenta a continuación queda claro como
sin indexación salarial no hay aumentos salariales que aguanten. Tomamos como ejemplo
tres casos: el Salario Mínimo y las remuneraciones de los docentes universitarios, el
titular (máximo escalafón) y el instructor (primer escalafón) la comparación de su
equivalente en moneda dura entre los meses de marzo del 2022 y enero 2023 no necesita
mayor explicación:

Como se evidencia, el aumento salarial de 1.800% aprobado en marzo del 2022 al carecer
de un mecanismo de indexación no aguantó, se devaluó en tres cuartas partes en tan solo
ocho meses. Si, por ejemplo, se hubiera indexado al Petro como fue fraudulentamente
anunciado en cadena de radio y televisión, el salario mínimo, por ejemplo, estimado en
medio Petro en enero del 2023 sería bs. 535,50 lo que equivale a 29,98 USD y su
devaluación en vez de ser 76.43% sería 4,53%.

Es hora de reclamar aumento salarial indexado, si no se logra cualquier incremento se


desvanece en corto tiempo, porque no hay salario que aguante la inflación y la
inestabilidad cambiaria. Los trabajadores hemos propuesto varios mecanismos de
indexación, entre ellos están la fijación del salario mínimo en el mismo monto de la
Canasta Básica y la dolarización de las remuneraciones.
La indexación salarial debe ser considerada en la reunión de las centrales de trabajadores,
gremios empresariales, el gobierno y la OIT anunciada para enero de este año, sobre la
cual existe la expectativa de que se fije en forma tripartita el Salario Mínimo y tiene que
estar presente en la discusión de todos los contratos colectivo en el país.

Los gremios, sindicatos y trabajadores iniciamos este año 2023 envueltos nuevamente en
un proceso acelerado de precarización de nuestras condiciones de vida y trabajo, lo
novedoso es que la experiencia de lucha contra el instructivo ONAPRE nos acercó e hizo
crecer en conciencia y organización, nos toca traducir los encuentros de trabajadores del
2022 en instrumentos de lucha. Sin trabajo bien remunerado no hay proyectos
individuales, familiares ni progreso para el país.        

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