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CONSEJO DE ESTADO- SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCION TERCERA : LP E Consejero ponente: MAURICIO FAJARDO GOMEZ ata g et ELITE) 47 Wo. 24 Ta A777 f Carpets No: T2/ "FE No. Copiaa: LE -O4 3079) Cuatro (04) de febrero de dos mil diez (2010) Radicacién numero: 25000-23-26-000-1993-09750-01(17956) Actor: ALBERTO CORREDOR GIL Y CIA. LTDA. Demandado: MINISTERIO DE JUSTICIA 2.2. La responsabilidad de! Estado por las fallas en el servicio piblico de Administracién de Justicia, antes de la entrada en vigencia de la Constitucion Politica adoptada en el afio de 1991. Toda vez que, segin se refiié en el acdpite de antecedentes del presente proveido, los hechos que han dado lugar al litigio que mediante este pronunciamiento se dirime ‘ocuirrieron, en considerable medida, antes de que entrara en vigor la Carta Politica acogida en el atio de 1991, debe la Sala reiterar, someramente, su postura en relacion con la responsabilidad del Estado derivada del funcionamiento de la Administracion de Justicia en vigencia del Ordenamiento Constitucional anterior; con dicho propésito, toda referencia al tema debe iniciar por sefialar que. en relacién con este ‘extremo, resulté dispar el tratamiento que la jurisprudencia contencioso administrativa dispens6 a los casos en los cuales se hubiere aducido el acaecimiento de un error jurisdiccional y el otorgado a aquellos supuestos en los cuales el datio cuya reparacién se deprecd hubiere sido causado por actuaciones originadas en la actividad de la Rama Judicial del Poder Publico, pero sin comportar el ejercicio de la funcién de iuris dictio, En el anterior orden de ideas y por cuanto a los supuestos de error judicial respecta, antes de entrar en vigor la Constitucién Politica de 1991 fue reiterada la jurisprudencia del Consejo de Estado en el sentido de sefialar que no resultaba juridicamente viable admitir la responsabilidad patrimonial del Estado como consecuencia del funcionamiento del servicio de Administracion de Justicia, comprensién ésta que se sustentaba, fundamentalmente, en la intangibilidad det principio de cosa juzgada, de un lado y, de otro, en la consideracion de acuerdo con la cual los posibles yerros en los cuales incurriere la Rama Judicial constituirian un riesgo cuya materializacion ‘corresponderia asumir, por igual, a todos los coasociados. ‘Asi pues, la posicién jurisprudencial de ese entonces se condensaba en el aserto segiin el cual «la responsabilidad estatal por la actividad jurisdiccional a merecido e! rechazo tanto de la jurisprudencia como de la doctrina nacionales. Cuando mds, se acepta una responsabilidad personal del funcionario que cometié errores inexcusables»' En la anotada direccién, también sostuvo esta Sala lo siguiente «... en efecto, si-bien la necesidad de tener justicia en cada caso, ‘aconseja no limitar los recursos judiciales ni impedir que sucesivas inteligencias (@pelaciones) © simulténeamente varias inteligencias (jueces colegiados), examinan la justicia de la decisién jurisdiccional todo ello sobre el supuesto sabio de que humanae est errare, también es cierto que la seguridad juridica en * Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrative, Seccién Tercera, sentencia del 23 de mayo de 11985, Consejero Ponente: Eduardo Suescin Monroy: Expediente: 3340. el comercio de los hombres es presupuesto ineludible del orden juridico y la paz social, primordial objetivo de la decision jurisdiccionel que justifica por si misma la existencia y proteccién de la cosa juzgada, ain a riesgo de sacrificar algunas veces la justicia a cambio de la seguridad social y respaldada por el principio de que no es fatal que el primer juez se equivoque, ni absolutamente cierto que el segundo acierte siempre. Lo anterior hace que se tome “el error judicial comin’, el simple error humano del _juez como el sacrifiio que hace el individuo a cambio de la seguridad juridica, de la paz y la tranquilidad que le offece el Estado como personero legal de la Nacién. Por ello, el error judicial_no_compromete la responsabilidad del Estado, es un riesgo a cargo del administrado, es una carga piblica a cargo de los asociados, 6.- Y eS que otra conclusion aistinta acabaria con la organizacion jurisdiocional, con la autonomia y la especialidad de las jurisdicciones, y crearia el caos al desquiciar la confianza piblica depositada en ia decision judicial () 7.- Més, cuando tal error ya no es del comin del juez-hombre sino que ‘esponde a la nocion de error inexcusable, error arosero o implica dolo, fraude 0 abuso de autoridad, entonces es el uez, personalmente, quien debe responder ‘por los periuicios que cause, a tenor de los articulos 25 y 40 del Cédigo de Br rocedimiento Civily® (Subrayas Tuera del texto original) Esa tesis que imperaba con anterioridad a la promulgacién de la Constitucién Politica de 1991, determinaba entonces la Unica via para que un particular pudiere exigir la responsabilidad Patrimonial derivada de los yerros en los cuales incurriese la Administraci6n de Justicia la constituian los cauces establecidos por el articulo 40 del Cédigo de Procedimiento Civil —Decretos N° 1400 y 2019 de agosto 6 y octubre 26 de 1970, respectivamente—, para intentar deducir responsabilidad personal respecto del juez Unicamente, norma cuyo tenor literal era el siguiente «ARTICULO 40.- Responsabilidades del juez.- Ademas de las ‘sanciones penales y disciplinarias que establece la ley, los magistrados y jueces responderan por los perjuicios que causen a las partes, en los siguientes casos: 4. Cuando procedan con dolo, fraude 0 abuso de autoridad, 2. Cuando omitan o retarden injustificadamente una providencia o el correspondiente proyecto. 3. Cuando obren con error inexcusable, salvo que hubiere podido evitarse el perjuicio con el empleo de recurso que la parte dejé de interponer. La responsabilidad que este articulo impone se hard efectiva por el tramite del proceso ordinario. La demanda deberd presentarse a més tardar dentro del afio siguiente a la terminacién del proceso respectivo. La sentencia condenatoria en los casos de los numerales 1° y 3° no alterard los efectos de las providencias que la determinaron. * Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrative, Seccién Tercera, sentencia del 14 de febrero de 1980 —expediente 2367— y, en el mismo sentido, de la misma Sala, auto del 26 de noviembre de 1980, expediente 3062, Magistrado ponente: Carlos Betancur Jaramillo. En caso de absolucién del funcionario demandado, se impondra al demandante, ademas de las costas y los perjuicios, una multa de mil a diez mil pesos». Y en relacién con las exigencias para que se pudiera deducir responsabilidad patrimonial al Juez por inourrir en error inexcusable, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia fue sumamente meticulosa al perflar los requisitos para que un yero de tal naturaleza pudiere considerarse como existente y a la vez pudiere comprometer la responsabilidad personal del funcionario: «De lo anterior se sigue entonces, que de conformidad con el numeral 3 del articulo 40 citado, uno de los eventos en que la responsabilidad se configura y para el juez emerge la consiguiente obligacion de reparar, se da cuando en providencia definitva que por su contenido 0 por las secuelas que lleva consigo ‘ocasiona perjuicios a un ltigante, quebranta la ley por error inexcusable, expresién ésta como se sabe, tiene sus raices en el derecho judicial espafiol del siglo pasado y alude, en tesis general por lo menos, a omisiones graves, evidentisimas e imperdonables que pueden comprender tanto la negligencia como la falta de pericia, por notoria falta de conocimientos y convierten a los funcionarios de! orden jurisdiccional en un verdadero peligro pues frente a un estado de cosas asi, y para decirlo con palabras de un reputado escritor, se ‘rata de casos de suyo demostrativos de la gravedad que encierran y (...) “que

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