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36 {10S FUNDAMENTOS DEL METODO JURIDICO, las premisas més importantes de esta distincién se basa en que ahora, «aungue el significado literal de les palabras ofrece una fuerte presunciGn, no es concluyente ppara establecer defintivamente la intencién con que la disposicién fue promulga- ‘dav. Esta presuncién puede quedar debilitada por una evidencia més fime que ‘pudiera desprenderse ce otros indicios, en cuyo caso el intrprete deberd escoger ‘esta dltima como la intencién que realmente sostuvo el legisladort. La liberalizacin del criterio general obliga a extremar las cautelas para que en \ningtin caso se confunda con los sentidos impropios que en opinién de Austin ‘usualmente adquieren la interpretacién extensiva o la restriciva, esto es, en aque los supuestos en los que el juez sustituye al legislador en el papel de creador de ‘derecho al modifica el sentido propio de a disposicién legal. En estos casos, no ‘debe llevar a confusién el uso de «la raz6n de la ley» como fundamento racional ‘de Ia decisién, En redlidad, se estarfa usando Ia razén de la disposicin legal, el propésito, fin u objetiso con el que ésta se dict6, como ratio decidendl, 10 como ratio legis. La extensién o restriccién a la que dabs entrada Austin no tiene nada gue ver con este uso impropio de Ia interpretacién, sino con la bisqueda de la intencién real del legislador, del sentido objetivo que se supone agregado a las, palabras y que étas, ante un supuesto determinado, muestran con ambigledad 0 ue no se corresponde con Ia intencién verdadera del legslador, segtin se deduce dde otros indices alendioies. kn este caso, «lo que el imerprete extiende o restinge ro es la disposicién propiamente dicha, sino el significado literal de las palabras con el que aquella disposicién habia sido expresada»®, (©) LAESCUBLA DE LA EXEGESIS Para finalizar este répido recorrido por la metodologfa juridica positivista del siglo Xrx, se estudiard en este apartado la propuesta hermenéutica de la escuela de la exégesis. Desde la perspectiva que se viene manteniendo en este capfulo, esta corriente cientifica tiene la importancia adicional de ser un movimiento que surge vinculado al «texto» por excelencia del pensamiento jurfdico contemporéneo, el Cédigo civil francés 0 Code de Napole6n**. Con todo, conviene tener presente que costume, ot cic a cif bar eter sien parca d plas coaldomide wanes ene ‘Ste, ep 3 "yop. 23, ex mismo semi, beni mis dl cn urs deco a epi do coe oma ep opeconn en h aise mo idem, vol. IT, pp. 235-236. Lanjorexpocln ce cont ste seri eel del eden notin seco ae Domes Lede cern dtc Les dt desadori ede er ‘inde ape ln peso Se d's pa srr he Dwar Pa, Tyat Soret ogo de Napoli y ln egees del postveme frico ca ana pie vent Boi Et prvinjc hp, 9s 17 tambien oman Tay sa Sesh dela stele su ations a ni. en Cer rida e police rn exp. 10. Ee soo. forse raat dena ton, Anton ener Gl Lok meds weones epee de EL SALTO DEL POSITIVISMO SOBRE SU PROPIA SOMBRA 9 Ja escuela de Ia exégesis 0, mejor dicho, los autores que integran este movimiento ‘no pertenecen a la generaciGn del Code. Es decir, los juristas de la escuela de la exégesis no pertenecen a la generacién de los juristas que elaboran el Code, ni tan siguiera ata de los juristas que se enfrentan por primera ver a la tarea de aplicar el ‘nuevo derecho codificado una vez que éste hubo entrado en vigor. En realidad, se trata de la generacién que, al tiempo que lo comenta, construye sus teorfas sobre el mismo. Es un movimiento dogmético, esto es, formado por profesores de las Facultades de derecho, que ademds asume unas pretensiones de regeneracién cien- Uifica y de depuracién de ta ciencia del derecho civil para librarla de aditamentos ‘no positivistas, de todo aquello que no se desprenda directamente del texto. Se trata de una reaccién Kigica si se piensa en que los juristas de Ia escuela de la exé= gesis han crecido dentro de un ambiente de absoluta fe en la letra escrita. No hay ue olvidar que, como se ha apuntado més arriba, la Revolucién francesa nace vin- cculada y proyecta sobre la realidad una fe sin fisuras en la letra escrita. Lo cual, lunido @ 1a terminante reivindicacién de seguridad que caracteriza la filosofia jurt- dico-politca del iluminismo, favorece un talante que, en principio, rechaza cual- ‘quier forma de interpretacién de la ley que pueda alterar el significado literal de 1a misma y, en consecuencia, poner en peligro el ideal de seguridad juridica y la neu- ‘walidad del intérprete que ta aplic. ‘A partir de estos antecedentes, en modo alguno puede causar extrafieza la creen- in generalizada entre los juristas de la escuela de Ia exégesis respecto a la capaci- dad del texto para encerrar el pensamiento del legislador de una forme exacta (0, al ‘menos, su aceplacién como postulado @ priori. De todas formas, Ia tendencia a encerrar la «voluntad> del legislador en el texto» de la ley debe ponerse también en relacién con el objetivo de evitar a toda costa que la voluntad de! legislador sea sustituida por otras voluntades no generales. El regeneracionismo cientifico de I escuela de la exézesis y su concepcién de la pureza y de la certidumbre tienen bas- tante que ver con los planteamientos formalistas de una nueva flosofia juridico- politica que hace especial hincapié en los ideales de seguridad jurfdica y division ‘de poderes. Se trata de un elemento nuevo desde el punto de vista de 1a metodolo- fa jurdica, algo que no se encuentra en Hobbes o Domat a pesar de su profunda vocacién positivista o que como mucho se encontraba en estado latent: Ia organi- zacién de los procedimientos llamados a integrar la voluntad del legislador a partir del propio texto legal. Aunque los presupuestos teéricos existfan con bastante ‘ntelacin, las circunstancias hist6ricas no habfan determinado le plena vigencia de los mismos. La Revolucién francesa abre paso a nuevas formas politcas de ‘organizacién en las que la plena realizacién del principio de legalidad exige la ‘utointegracién de la ley. La ley es la fuente del derecho por excelencia, a a que se deben someter todos los poderes piiblicos y, en consonancia, la interpretacién ‘evsine, en Obras Completa, vol V. Metodolola dela eeicta del derecho, spas Calpe, Madd, 1988, pp 43-50 En general sobre li coificackn y su significado pollo reo son puculameme Ineresiries as nous de Ewigue Ges Arboey, El acolo jrticoy los cédigoseuropeote (Golly en Bands de teora dela vociedad y dl etad, cl. pp 439-534 kn eat sent, ef. Frangois Geny, Método de interpretacign y fens en Derecho privado postv, Prolog de R. Salles, eos, Madrid 1902, pp. 19s. 88 LOS FUNDAMENTOS DEL. METODO sURIDICO, dela ley habré de hacerse desde la propia ley. Con lo cul, tras algunas vaciacio- nes, la voluntad del legislador se hace autnoma y se despersonaliza. De hecho, a parirde este momento las funciones de dar fijeza y uniformidad a la voluntad del Tegislador son encomendadas a ciertos Organos judiciaes®. En consonancia con lo anterior, elculto al iexto, a a ley codificad, va a ser el rasgo distintivo y fundamental de la escuela de la exégesis. Elculto al texto de In ley se adecua plenamente a los postulados jurfdice-politcos bésicos de la época: cexactitud, plenitud, coherencia, generalidad e intemporalidad de la ley logrados mediante el recurso de la letra escita. Obviamente, tales postulados estan ordena- dos a confirmar las expectativas de Ia époce en toro a los ideales de certeza y “Seguridad, Al propio tiempo, iene como consecuencia eLabundar en Ia negaci6n \ radical de ta posibilidad fesor-o-magi [derecho # pueda introducirdistorsiones particulaizadoras en el contenido general |e it iey. Todo ello explica una de las divisas més caractersticas de este movi | miento: jos textos ante-odo! Esta especie de grito de guerra que taducirfa el espf- Fit que se ha tflejado, fue puesto en crculaién por Demolombe, quien acoat- nuacién afadfa: «siguiendo paso a paso el texto del legislador puede uno felicitase por descubrir mas féiimente el pensamiento del legislador». Mas atin, atiade que, como profesor, sus preferencis por el orden dogmatico, no le impedian ‘tener siempre por fundamento los artfeulos dels ley». Con todo, la deificacién programética del texto no debe confundir. El texto igue sin tener ningin valor por si mismo. S6lo vale como traducci6n de la volun- tad del legislador®, Ast, apstilla Demante, «es Ia voluntad del legistador lo que constituye Ia ley. El esprit del legislador es para el iniérprete na gufa tan segura ‘que debe hacerla prevalecer sobre sus tminos; en este sentido, no se deben adi ti todas las consecuencins autorizadas por la letra de la ley®. Aubry, por su parte, {a razones de esta actitud: «al principio, ls autores (Goctores]y los tribunales se ‘efifan casi exclusivamente a los textos. Este reinado de la letra a veces ahogaba el esprit. Sin embargo, poco a poco, el estudio atento de las fuentes y de los traba- jos preparatorios condjo a un entendimiento mas sano, mis juicioso de la dispo- siciones legales, las teorias se forman y el espfritu de la ley viene a ocupar, desde su explicecién, la plaza que le corresponde legftimamente.» Desgraciadamente, Iiberar la labor hermenéutica de ls féeeasataduras de Ia Iiteraliad abre a posibi- lidad de intepretaciones «temerarias» o «arriesgadas». Aubry recuerda, al hilo de esta cuestién, uno de los papeles asumidos por la dogmética: «la misida-de-fos _profesoresllamados a dispensar.en nombre del Estado Ja Ensefiafzajuriica es.de— projeslaz, con mesur, sn duda peso también con.firmeza; contra tod innavaciéa— (ue-tienda a substitu In voluntad. del-leislador con una extra», Consecuente- % Ci, Pero Calamande, La easaclin cil Is Bosque general del insta, wad. N. Alalé- ‘amars, E.Bibiogrfca Argentina, Bueoos Aires, 1945, pp. 4 8 65, "i Bemolombe, Cows de Code Napoleon, 1. Preface. 3, cit por Julien Bonccase,L'Ecole de ‘Pesdgene en dot cl Les trate dnc de 2a doctrine et de se mathodes depres a profession de {olde es pls lasesrepréentants 2, Bde Bocca, Pai, 1924, . 129 2 Bonnecase,LBcole de | Exdsese, i pp 31 36. Demat, Programme d'un Cours de do cil lp. 1, ct poe Bonnecase, be. it pp 135-36. | SALTO DEL POSTTIVISMO SOBRE SU PROPIA SOMBRA. 9 mente, Aubry conige la divisa a que se hacia referencia més arriba: «Toute fa loi, dans son esprit aussi bien que dans sa leure[..] mas rien ue la loie™ {Dénde se encsenra ahora el espity dela ley? ,Cémo se aprehend Ja voluntad del legisador? Aqui es donde se perila con mayor niidezel horizon de las noveda- des que informan a ciencia del derecho positivist: la disposicién y aniculacién de Jos mecanismes deimtegracion hermenéaticaen toro ala ley misma, excayéndose la posible ulizacin de cualquier elemento exafo a ella, como la aequias natural otros de singular importancia en los siglos anteriores como el derecho natural ‘Aunque de forma primara, poco elaboradafilos6ficament, la solucinsstemstica a Ja que habia cond.cido el raionalismo juridico, vaadesempefa un papel relevante a Ut rsd cons regs metodlgits de un tera hemengat oud en os postulados de la autointegraciGn de la ley. Ast, Demante, una vez sentdo que es la ‘oluntad del legishador lo que constituye propiamente la ley y qu el esi dela ley debe prevalecer score sus términos, deja claro que este espity no se manifesta sola- ‘ments en el presmbulo de las leyes, en los discusos de presentacidno en Ia discusion Gel proyecto; sino que se encuentra sobre todo en el conjunto (ensembie) de las dis posiciones que componen la ley misma o en la misma comparacién de una ley con ‘wa. Demante ecomienda esiapréctica consistente en el esclarecimiento sistemético del esprtu de la ley para aquellas eyes que constinyen un solo cuerpo de legisla- ci6n, como es el caso de los e6digos. Sigifiaiva es también la condena de Delvin- cour a aquellos que dejan de lado la intencion manifesta del lgislador «por no aten- der més que ala eva de aly, destruyendo el esptita sstemstco [expr d'ensemble] que une a todas sus partes». En realidad, de su divisa de vinculaci6n al texto la escuela de la ecégess en lo Uiico que se mantiene firme es en el profundo estatismo que la alimenia. Este dato, due se habfaadelaniado ya en el winsto que anunca la racionlizacién del método Joriico, puede sews para descubrir e6mo la presencia primitva, poco elaborada, «que pone en escent Ia escuela de la exépess caricaturza la toma de concencia con la due el jurist, ahora juristacientfico, se enfenta un objeto histtico y aut6nomo, En otro orden de cosas, cabe desiacar que detris de la aibucisn al legisiador de cual- dquier soluciénintepreativa, aun de ls que corigen la letra de la le, lte una de las Constants ideolgicas dela €poca: la creencia en que Ia ley coificads estaba lamada 2 proporcionar sluciones jurdicas a todas las demandas de la vida sora. Ante las dificutades coyunurals de la itraidad, las exgencias ideales de exci, cohe- ‘encia, plentud, generalidade intemporaidad se predican sgn elesquema de justi- ficacin basado enlaseméntca de la volunad, de una instancia«supraextual»,pro- funda. Se artcula lineas de fuga para mantener incdhume la figura de un legistador cideal y fanéstce>, una «personalidad imaginara, mica y permanentes™, Sélo asf se explicaria su capacidad de prevision universal y uréaica py, doc deere des Fac 1857, por Bonne tp. 3136 * Demune Progronme dn Crs de dt ch ck. por Boner, oct 9p. 135°, ‘Detar Cura Cae Nai por omer rp. 1 Gt Saas, Propo any Mero de rpc pT. Sobre lexan ge impana laisse: andanetals eln acon de exept Bomece oa p. 1 . 90 10 FUNDAMENTOS DEL METODO JURIDICO 3, EL FORMALISMO JURIDICO Y LA VOLUNTAD. DEL LEGISLADOR: EVOLUCION ¥ SUPERVIVENCIA, DE UNA FICCIGN HERMENEUTICA El contradictorio y desigual derecho positivo de la Europa modema comenz6 a ‘ransformarse en un derecho claro y sisteméticamente ordenado, el derecho racional- formal de los c6digos. F pensamiento juridico y la ciencia del derecho de laépoca hicieron partcipes de las caracterstcas de este «derecho ideal», producto dela wiopia _jurica iluminista y perfectamente vélido desde et punto de vista de las exigencias ppliticas y el desarrollo econdmico y social del capitalismo. La ideologia juridica liberal se Construye a petr un modelo arquetipico, un derecho formado por leyes abs- tractas y generales y acios particulars de aplicacién de las mismas. Este dewecho, se config, por una parte, como el soporte de la legitimidad del poder estat. Y, por ‘otra, sive como pauta para construir un modelo juridico no intervencionista. Desde el punto de vista de Ia ideologta liberal se crefa posible conciliar libertad y seguridad Quizé por e30, se idenificaba el papel del estado con el de un mero guardién del ‘orden piblico, cuya intervenciGn en la economfa y en la organizaciéa de la vida social se limitaba a garantizar ls leyes de la naturaleza. El entramado represivo del derecho ‘enfa como fin proteger el contenido mfnimo de los fundamentos del orden social ‘natural segin las reglas de juego «esponténeas» que determinan las leyes de la raza ‘econdmica y establecer los procedimientos y las condiciones necesarias para mante- nerlo coactivamente, Le realizacién plena de los ideales del individualismo y la segu- ‘dad implicaba fa consideracin del derecho y de todos los mecanismos que promue- ‘ven sus funciones, incluida la aplicacién del derecho, como instrumentos detados de racionalidad formal. La codificaci6n, como se ha visto mas arriba, hizo posible las condiciones l6gi- cas e ideoldgicas que aseguraban definitivamente el desarrollo de un derecho racional-formal, Estas exigencias de racionalidad formal no s6lo imponfan un cri terio positivo de actuacién en la creacién del derecho, sino que al mismo tiempo determinaban un critero correlativo de signo contrario: se debfa excluir laraciona- lidad material de la reslizaciGn préctica del derecho. La aplicaci6n del derecho no debia tener en cuenta mAs que las caracteristicas generales, univocas, de los, hhechos y debia consistir en la aplicacién de leyes abstractas y generales. Esto es, debfa excluirse de la irterpretacién cualquier criterio sustantivo ajeno al contenido abstracto y general del derecho y a su racionalidad formal, para evitar que la apli- cacién del derecho puciera romper con el criterio de igualdad formal que consagra Ja ideologfa liberal y con la neutralidad jurfdica que se deriva del mismo%, ico del siglo x1x, perdidas ya de vista las urgencias secula- Fizadoras, se centré en e} desarrollo de los presupuestos de un. modelo juridico racional-formal. Esto es, segin la terminologia weberiana, un ordenamienlojuridi- ‘co concebido como un sistema racional, como un sistema diferenciado e indepen- diente de las necesidades econémicas que determinaban su existencia; yal mismo % Max Weber, Economia» sociedad, Esbozo de sociologa comprensiva, ei J, Wineckelmano, trad. 1. Medion y ors, PCE, México, 1979, p SI, EL SALTO DEL POSITIVISMO SOBRE SU PROPIASOMBRA 9 tiempo formal, en tanto que ereado y aplicado al margen de imperatives éticos, reglasutltaias 0 de conveniencia y postulados politcos®. La utopfa juridica i ‘minista en algunos casos y, drectamente, la idea de sistema en otros contibuyeron 4 presentar el derecho realmente existente como un derecho perfecto, susceptible 4e ser aplicado casi mecsnicamente por jueces y magistados. En cualquier caso como un derecho pleno y coherente cua realizacion préctica s6lo requerfa el dominio de un método adecuado, Un método que, paradéjcamente, no es otro que el métndo Idgico-deductvo del racionalismo, Laabor cientfica de los jurists y, en general, la metodologfajur(dica tienden ‘8 considerarse como una actividad puramente formal encaminada a descubri Ia voluntd del legislador. La metodologia juriica positivsta del siglo XIx trata de cenmascarar la intervenciéa del intérprete en la aplicacién de la ley como una cues- {ign paramente metodol6gica, formal, ajena a cualquier tipo de fines y carente de sentido préctico. Esta metodologia encuentra una de sus cotas més altas en el rétodo de la econstrucci6n jurdica» de Savigny y posteviormente en el desenvol- vimiento de la jurispradencia de conceptos. El método dogmitico de Ia construc cid, la inferencia conceptual desde la que se completa y armoniza el sistema jur- dico, se concibe desde sus origenes como la consecuencia metodol6gica de la supertegitimacin de la ly y, en modo alguno, se considera contraio al princ| de legalidad. El método de la construccién permite, porn lado, dar saida a las cexigencias de plenitud y coherencia del sistema jurfdico y, por otra parte, ganar los imargeres de flexibilidad necesaros para, sin renunciar a las exigencias de igual- dad y generalidad, prever 0 aplicar las consecuencias normativas concretas Fijadas por fos preceptos legales en el marco de una praxis comunitaria que se carateriza precisamente por los desplazamientos de la generalidad y las modificaciones del Conterto. Esto es, se tata de mantener Ia ficcién de que el itérprete no erea dere- cho y que las soluciones normativas son, en todo caso, atribubles ala le. Todo ello er virtud de un dispositivo metodolégico més o menos complicado. juridioen-na.es.sina.un proyecto de jnferenc ue xin so iia le cies amas eu ae

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