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PROCESOS SOCIOHISTORICOS ARGENTINOS UNIDAD 2 CLASE 4 LA ARGENTINA CONSERVADORA: CUESTION SOCIAL Y CULTURA NACIONAL (1880-1915) BIBLIOGRAFIA: TEXTO 1: Suriano, Juan, Auge y caida del anarquismo. Argentina 1880-1930, paginas 16-37, 45-58 y 61-71. (GUIA DE LECTURA Y ACTIVIDADES: 1. Identificar y describir brevemente las ideas y el tipo de discurso libertario. {Cudles fueron las acciones y practicas desarrolladas por el anarquismo? A que grupos de la sociedad interpelaba? (pp. 17-21) 2. Los anarquistas y la politica: équé ideas postulaban sobre el Estado, la patria y la representacién politica? Comparar con las posturas del sdcialismo (pp. 22-27) 3) Cudles fueron las transformaciones internas del anarquismo entre 1870 y principios del siglo Xx? (pp. 27-31) 4. &De qué manera influyé en la formacién del movimiento obrero? Tener en cuenta: creacién de sindicatos, formacién de centrales obreras, organizacién de huelgas generales, las politicas del Estado frente a la cuestion social, los debates con socialistas y sindicalistas revolucionarios (pp. 31-37 y 68-71) 5. Sintetice las diversas manifestaciones del “proyecto cultural alternativo” del anarquismo. (pp.45-58) 6. éQué argumentos utiliza el autor para explicar el declive de la influencia anarquista a partir de 1910? (pp. 61-71) CAPITULO UNO EL ARRAIGO ANARQUISTA . nf st JUAN SURIANO _ LAS CARACTERISTICAS DEL ANARQUISMO A U G E y CAID A D EL Es evidente que durante el corto perfodo de tiempo que va desde el na x cimiento del siglo XX hasta los festejos del Centenario de la Revolucién we ANARQUISM de Mayo-en 1910-el anarquisme se convirtié en el principal actor del i J 0 conflicto social y goz6 del apoyo de una importante porcién de los i Beh trabajadores urbanos. En realidad mas que ganarlos para su causa jos ARGENTINA. 1880-1 930 anarquistas fueron eficaces para articular las reivindicaciones obreras. Pe aie Las razones de ese arraigo son miltipies. Y si bien su prédica intema- rag cionalista y antipatriética, que reflejaba su propia comiposicién étnica, debe haber contribuido, existen otras razones més profundas. ta heterodoxia ideolégica, la dinémica de su acci6n y la tremenda frontalidad le permitieron al anarquismo adaptarse perfectamente a una sociedad de cardcter aluvional, excesivamente cosmopalita, con un mundo del trabajo heterogéneo y en continuo movimiento y trans: formaci6n. Ese movimiento ofrecié respuestas inmediatas a las neoe- sidades cotidianas y a las expectativas de‘una vida mejor de los tra- CLAVES DE LA HISTORIA bajadores. Dichas respuestas tendfan a satisfacer esas demandas y abarcaban desde la huelga y la movilizacion callejera hasta {a consti- CAPITAL ITeLEpUAL tuci6n de un entramado institucional compuesto por sociedades de re- 169 AUGE Y GAIDA DEL ANARQUISMO: eda sisteneia, circulos culturales, escuslas alternativas y la construccién de una amplia red de prensa, Para cubrir esas esperanzas no parectan Necesarias grandes disquisiciones teéricas ni una extremada coheren- Cla ideolégica. Sélo habla que estar allf donde aparecieran las deman- des, yel anarquismo, que manifestaba un escaso apego por la reflexi6n teérice, estaba all pare ofrecer un marco de contencién alos trabaja- lores y proponerles un proyecto liberador. Liss précticas libertarias aSumian las caracteristicas de una mili- tancia de urgencia en tanto el pensamiento y el andlisis teérico queda- ban absolutamente subordinados a la accién. En el anarquismo local pre- dominaba el inmediatismo y el intento de aceleracién de los tiempos’ - politicos al poner el énfasis en objetives que iban més alla del presente, Como la destruccién del Estado en forma total y definitiva, sin etapas in- termedias (como sostenia el gradualismo socialista) ni mediaciones como las sugeridas por el comunismo (dictadura de! proletariado). Sus mili- tantes tenian la conviccién de que e! movimiento esponténeo era quien ‘ereaba las condiciones ideales para el progreso de los ideales lbertarios, esta forma de movimientismo los llevaba a privilegiar la acci6n por si misma a golpear sisteméticamente al orden constituido. De esta forma en cada conflicto en el que intervenian extremaban_ las exigencias a los patrones y al gobierno para legar més lejos. Aunque “sus actitudes no eran del tode homogéneas en este sentido, en general despreciaban la negoclaciOn y privilegiaban la idea del todo 0 naday de alcanzar los objetivos de manera inmediata: “los hombres libres deben ir derectio a fa conquista del pan y no détenerse a recoger migajas”. Si bien es cierto que esta tendencia a despreciar el anélisis te6r- coy privilegiar la acci6n se rebelarfa a largo plazo contraproducente (en 1, EV Rebelde, 12 dereners de 1902. tanto los llevé a prestar escasa atencién al estudio sobre la realidad ar- gentina), en un primer momento les permitié pondfse al frente de los reclamos populares. ¥ esta carecterfstica se relaciona a otra de las ae Zones por las que el aniarquismo tuvo éxito en nuestro pals. Porque sus- ‘entaba una concepcién de la lucha social més amplia que el esquema maraista clasista, Esta doctrina ofrecta una alternativa no so al obreroalienado sino también a todos aquellos sactores que vieron frustrados sus anhelos de ‘ascenso social. Supo interpretar con su lenguaje politico fa miseria y el descontento popular y brindé respuestas al malestar y 2 la insatis- faccién de los sectores humildes. El anarquismo apunts a darles una respuesta no a quienes triunfaban sino a quienes velan (o crelan ver) frustradas sus aspiraciones. Apuntaron a esa zona de desilusién, de frustraciOn y de deseos insatistechos, explotando muy bien la bronca y el resentimiento de los trabajadores que no lograban cumplir les sue ffes que habtan motivado el desarraigo de su terrufio natal. Cualquier rmanifestacién de descontento social era la chispa aprovechada por los mmilitantes libertarios para encender la hoguera de los reclames. Debido'a-que'su interpretacién excedta el: marco del contlicto de clases, no sblo organizaron a los obreros; también lo hicieron con fos consumidores durante la gran huelga de los inquilinos de conventillos en 1907; defendieron y lucharon por les presas sociales; apoyaron con flictos como la huelga de los obreros cigarreros contra la incorporacién de maquinaria moderna; apoyaron los reclamos de las prostitutasy co- herentes con las ideas antimilitaristas llamaron a los soldados a de- sertar, ya los policfas a no reprimir y plegarse alas filas de la rebeli6n Con una clara heterodoxia clasista los anarquistas realizaban un Ile ‘mado al conjunto de los oprimidos, reforzade por un estilo pasional dramético en la forma de emit sus discursos, Esta fue, sin duda, una de las claves de ‘Su arraigo entre los sec- tores populares, Porque es probable que en muchos conflictos la in- tervencion de ‘Socialistes y anarquistas haya sido parecida, casi inter- cambiable, Sin embargo es en este punto donde adquitia impertancia 'a forma de emisién det discurso liberterio: dramética, elocuente, acom- Pafiada de una gestualidad exagerada y acentuando siempre el carse- ter binario de su discurso en el que sblo habia lugar para buenos (e! no- Sotres: los oprimidies) y malos (el otro: los opresores), Ademids e|anerquismo demestraba una predisposicién innata a ayu- dar desinteresadamente al Prdjimo sin tener en cuenta sus Propios rédi- ts. La solidaridad con los despese{dos era el motor bésico que ponia en ‘movimiento la actividad libertaria puesto que ayuder a los déblles y a los caldos en desgracia suponfa una obligacién moral La solidaridad era, entonces, uno de los componentes fundementales de la moral anarquis- ta y Se hallaba omnipresente en su doctrina. “Entre los fundamentos naturales de una sociedad libre-sostenfan— | hemes de incluir el principio de solidaridad, que abarca la idea de reciprocidad, el mas bello concep- to de justicia y de fratemidad préctica”.* Precisamente, este principio mo- torizaba las précticas enarquistas y a red solidaria que construyeron abar- ‘caba todos sus niveles organizativos (gremial, cultura, social). Las acciones solidarias tenfan un doble objetivo: por un lado, es- ‘taban destinadas a obtener (mediante la organizacién de veladas cul- turales y suscripciones) fuentes de financiamiento para el funciona- miento.de sus instituciones (prensa, escuelas, bibliotecas, sociedades de resistencia); por otro tado existia una accién solidaria de carfcter Aumanitario que abarcaba el socorro a las victimas de la represion (tanto 2. Antonio Pellicer Parr, Conferencles papular sobre so-lologte, Buenos Aires, Imprenta Elaedirana, 1900, p. 43, 20 JUAN SURIANO en Argentina como en el exterior), a los desocupados; los cbretos en hhuelga, los presos o los expulsados del pals por lagfuutoridaces joss les, Ante cada una de las oleadas represivas que se produjeron con fre: Cuencia durante la primera década del siglo XX la capacidad de ayuda solidaria del movimiento anarquista se constituyé en un rasgo Aistintive que, con seguridad, debe haberse convertda en un fuerte atrective para los trabajadores argentinos, Hay que aclarar que el anaiquismo no estuvo solo en esta tores fue, junto al socialismo, el que construyé ese espacio de sociabil pdblica donde les trabejadores aticularon las instituciones que los do- tarfan de voz e identidad. Esa red institucional estaba compuesta de sindicatos, una multitud de periédicos, hojas y folietos que confor- maben la prensa obrera, bibliotecas, escuelas, centros ‘culturales, aso- ciieciones mutuales, grupos filodraméticos y musicales, ‘Sin embargo las diferencias entre ambas agrupaciones fueron no- tables. Distinguiéndose del socialismo, el anarquismo no era un part do politico pues rechazaba cualquier forma de organizacién estructu raday verticalista, especialmente el centralismo marxista. El argumento utilizado se basaba en que todo partide politico era autoritario: y violaba la libertad individual de sus adherentes. En este sentido se constituys en una especie de movimiento politico sin direccién unificada, sin una linea de accién tactica, que albergaba lbremente en su seno ia dite rentes estructuras organizativas (sindicatos, grupos, efreulos, periédi- cos) y las diversas corrientes internas (individualistas, colectivistas, anar- cocomunistas, anarcosindicalistas, organizadores, antiorganizadores). El anarquismo era un verdadero caos doctrinal y organizativo que ‘s6lo acttiaba de mariera cénjunta en los momentos de conflicto agucdo para volver a privilegiar sus disidencias internas en tiempos de tran- quilidad social, AAUGE VCAIDA DEL ANARQUISMO LUNA SOCIEDAD SIN ESTADO Y SIN FRONTERAS La distancia con ef socialismo no se expresaba solamente en la cues- tién organizative; se volia abismal en tomo a las formas de trensforrar la sociedad. El partido de Juan B. Justo crefa en el cambio social a través de la activa participacién en el sistema politico pariamentario; re- alizaba denodades esfuerzos para convencer a los trabajadores extran- eros para que-se nacionalizaran y pudieran convertirse’en votantes so- clalistas. Los anarquistas, en cambio, marchaban en.un sentido opuesto y obstaculizaben cuanto podian la accién proselitista del socialismo pues rechazaban abierta y tajantemente cualquier formarde representacion politica por considerarla atentatoria de las libertades individuales.* Le representaci6n politica era considerada un acto de delegacién . a través del cuallos individuos encomendaban sus reivindicaciones a un tercero. En este acto de representacién, el representado perdia su libertad polftica en manos de su representante quien, una vez en el Par- Jamento, podia desvirtuar el mandato. “Votar es abdicar. El hombre que va a depositar su voto en las urnas entrega su voluntad y todes sus derechos al que ha elegido... Entrega en manos del que ha designado Jo que debiera conservar con celoso empefio”.” El rechazo de la representacién politica implicaba negar la pro- pia existencierdel gobierno y, en este sentido, el anarquismo se con- virtié en una tendencia polftica hostil al sistema imperante. Sélo acep- tabe un cambio total de a estructura capitalista por otro sistema més justo y libre, aon cuando nunca hayar expicitado de manera clare las ceracteristicas que debfa alcanzar la sociedad alternativa La impugnaci6n del sistema politico representativo era absoluta ¥ sin concesiones, Ante cada comici los militantes anarquistas Ila- 3. La Protesta, 10 de marzo de 1906. 2 JUAN SURIANO Wt ‘aban a los ciudadanos a realizar huelga de electors repartiendo vo- antes en las zonas cercanas a las umnas. Esta poéfura, compartida ‘or todas las tendencias intemas, era una consecuencia directa de su rechazo a la autoridad encarnada en el Estado. Rechazaban su sola cexistenciay las manifestaciones que lo sostenfan: ta ley, la patra, el eléreto y, por supuesto, las précticas electorales que lo sustertaban Basado en estas conviccionas, el anarquismo se autoescluyé de un sistema electoral que si bien era fraudulento y restrictive al comien- 20, se transformé con la reforma electoral de febrero de 1912 y esta- ba convirtiendo indefectiblemente aos habitantes (por cierto 2 los na- tivosy a los naturelizadas) en cludadanos.».. - l anarquismo se oponia a las nociones de cludadanta, represen taci6n’y participacién politica electoral, presionade porla urgencia revolucionatia que lo caracterizaba, y postulaba otras formas mis es- ponténeas de hacer politica come la huelga general y la acc direc~ ta, Asu jucio estas téctieas habrian de transfermar la sociedad actual climinando las desigualdades sociales a partir.delaliquidacién del Es- tad las loves, a patriayel ejécito. La negativa'a la sobrevivencia del Estado se sustentaba en que su cexistencia no s6lo legitimaba la autoridad sino que también era arti cial y perversa pues se trataba de una creacién de los sectores com- nantes con el fin de-mantener el orden y la regulacién de las relacio- nes sociales para su provechoy en desmedro de los individues. Aa vez ta ley er indispensable para la existencia del Estado y pare garant zara subordinaclén de los individuos y a regulacién de los vincules entre os hombres. ‘Asi eriterio, através de la legisiacién, el Estado creaba un corpus Jurdico que legalizabasu accié,articulando una de sus Peroni: principales de dominacién puesto que todo a funcionamieno $e aso: [AUGE Y CAIDA DEL ANARQUISMO cledad se encontraba relacionado a la legislacién. “La ley ~sostenia Ra- fael Barrett se establece para conservar y robustecer les posiciones de la minoria dominante; asi, en los tiempos presentes en que el atma de la minorfa es el dinero, el objeto principal de les leyes consiste en man- tener inalterables la riqueza del rico y la pobreza del pobre.” La impugnacién del Estado y la fey le goneraba al anarquismo.al- gunos problemas irresolubles, particularmente en aquellos aspectos. de sus técticas de lucha vinculados @ las reivindicaciones del movimiento obrero, :Cémo legitimar una conquista gremial obtenida a través de la lucha? Era dificil obtener la jornada de ocho horas,-el descanso domi- nical o mejorar las condiciones de trabajo sin la sancién legislativa o la intervencién del Estado en alguna de sus instancies. Los enarquistes, con una fuerte impronta liberal, pensaban que pera lograr estas reivin- dicaciones obreras y su aplicacién normal era suficiente el acuerdo entre trabajacores y patrones sin la participacién gubemamental. Pero el principal inconveniente de esta concepcién era que los acuer- dos obrero-patronales asf logrados carecian de garantfas legales y podi- an ser dejades sin efecto por los empresarios. La evolucién de las reta- ciones obrero-patronales llevaba naturalmente hacia la intervencién del Estado que se convertiria en érbitro, garante y regulador de las rela- clones laborales. El anarquismo no queria ni podia aceptar esta media- cién en tanto lo consideraba representante de los sectores patronales. ‘Asi, al no avalar la sanci6n legal gubernamental, fos anarquistas se encontraron inhabilitados para cristalizar las mejoras logradas a tra- vés de la huelga. Aunque es cierto‘que en una primera etapa la pre- sencia estatal en la cuestién laboral fue escasamente perceptible para los trabajadores, a partir de la ernergencia del conflicto social en 1902, 4, Rafael Barrett, Esrtos de Barret, Buenos Aires, ProyecciOn, 1971, p. 65. JUAN SURIANO “2 pa Si bien se aguclz6 la represién y la persecucién al anarguisrn, tabi comenzé-a involucrarse cada vez més en el probldfra tant soon eee renoon wom caten fa actitud del movimiento beta, quien nocd 0, quien no sélo se mantuvo fiel a sus principios sino que reforz6 su ataque a las instituciones es tatales. Seguramente en este combate tan despareio puede encontrarse tna de las causas de su répida decadencia unos afios ms tarde Del mismo modo en que se cuestionata a la legistacion por ctor gptieal Estado el sustento legal, se impugnabe la idea de petria pues fo dotaba de sentido e identidad, Se sostenia que el Estado necesiteba im- periosamente de la patria para legltimar su exlstencia; por eso se dei mitaban fronteras nacionales dividiendo a los hombres no de acuerdo 2 los sectéres sociales aos que parteneefan sino por afinidad naciona| De esta forma 165 grupos dominantes, a través del Estado, uti zaban habilmente el patriotismo inculcando en el pueblo sentimientcs de amory adhesién a los simbolos nacionales (la bandera nacional, por ejemplo), manipulandoto a través de rituales pablicos y arrastrandolo una adhesién de tipo frracional a la patria. Los anarquistas se opo- nfan de manera frontal y categérica ala existencia de las naciones por- (que destruta la fraternided universal de los oprimidos. Su propaganda antipatriética se dlirigla esenclalmente 2 los trabajadores puesto que constitufan ta. mayorfa de les-explotados y-l-tipo.de-opresién al que es- aban sometides no era diferente en uno u otro pais. El hecho considerado més grave por os anarquistas era que, una ‘vez legitimada la idea de patria a través del consenso popular, e! Es- tado creaba e imponta una institucién conereta como era! ejército para la defensa de los intereses nacionales. Asi, una nocién abstract como patria se corporizaba en un cuerpo armado de la nacién que, con ‘AUGEY CAIDA DEL ANARGUISNO el pretexto de su defensa frente al enemigo externo, escondia el ver- dadero objetivo que no era otro que mantener, en nombre del bien general, el orden interior y evitar la protesta de los oprimides. En este sentido el anarquismo argentino parece haber captado bien el proceso impulsado por la elite local tediente a reforzar el sen- timiento nacional y patriético en una sociedad tan cosmopolita y heterogénea como la argentina. En ese entramado el rol asignado al elército (creado en 1902) era de importancia central pues la cons- cripci6n obligatoria estaba planteando una cuestién que excedia la defensa-de-le-frontera nacional y.la respuesta al armamentismo chi- leno, para convertirse en una escuela de formacién civica y moral de una juventud sospechada por su excesivo cosmopolitismo y, en parte, por aparecer influeniciada por ideas sociales avanzadas. De esta forma, el ejército debfa cumplir una funcién educadora complemen- taria a la de la escuela piblica. Los grupos libertarios locales plantearon desde temprano y espe- clalmenta a partir de 1902 una activa prédica antimilitarista a través de la publicacién de numerosos libros, folletos, articulos periodisticos, conferencias y obras teatrales. Al tema seile asignaba tanta importan- cia que incluso se crearon varios grupos, como Luz a/ Soldado, El Cuar- * tel, El Conseripto, dedicados especificamente a combatir el militaris- moa través de activas campatias de propaganda realizadas en diversos lugares de la ciudad y el campo y, especfficamente, en las puertas de os cuarteles Hamando a los soldados a desertar del ejército. ‘Si bien los grupos antimilitaristas eran los encargados de orlentar ¥ dirigir esta propaganda, participaban todos los integrantes del movi- mmiento, desde el ditimo de sus militantes hasta la Federacién Obrera (controlada por el anarquismo) que levant6 esta bandera de lucha entre sus principales reivindicaciones y en su Sexto Congreso decidié formar luna federacién antimilitarista en ta Reptblica Argentina “cor do que la milita en rizacién esta en contraposicién cogas I les y siendo el militarismo un avid Qo ce Para el anarquismo combatir al ejército significaba otra forma de atacar de manera directa al propio Estado. Claro que fue un combate absolutamente desigual y no hay evidencias de que su propuesta de desertar de los cuarteles haya tenido cierto apoyo de las soldads, en todo caso sélo parecen haber convencido a algunos jévenes a no hacer la conser De todas formas su accién tuvo el mérito de la origi nalidad ya que fue casi el tinico movimiento politico en plantear esta posturg; el otro fue el socialismo que puso menos énfasis en la cues- tion militar. El anarquismo fue la voz discordante en un momento en el cual el patriotismo y las:ideas nacionalistas'crecfan.al compés del fortalecimiento de las naciones. Al creer en una sociedad sin fronteras y en un universo sin nacionalidades, el anarquismo otra vez iba 2 contramano de la tendencia dominante en el proceso histérico en al {que estaba inmerso. ura ‘ALA BUSQUEDA DEL PROLETARIADO Al comanzar la primavera de 1885 tres inmigrantes italianos alquila- ron un local en la esquina portefia de Cerrito y Cérdoba en donde fun- cionarfa el taller de reparaciones de artfculos eléctricos Malatesta, Natta, Pezzi y Cia. Era uno més de los tantos emprendimientos independien- tes llevados adelante por los esperanzades inmigrantes arribados a estas ccostas. Sin embargo, sus propietarios no eran simplemente trabajadores italianos que cruzaron el Oeéano Atléntico para hacer la Amézica sino 5, RO.RA, Acwardos, Resoluciones y Dectaracones, Buenos Aires, 1906, p. 9. 2 ‘AUGE ¥ CAIDA DEL ANARQUISMO actives militantes anarquistas que debieron dejar su pais contra su vo- |untad perseguidos por la represién que asolé Italia en esos afi. Uno de ellos era Errico Malatesta quien, junto con Saverio Merli- No, orientaba y dirigia el anarquismo italiano y, como muchos otros, se ‘convirti6 en un exponente de la migracion politic que legal pels mez- lado y confundido entre los cientos de inmigrantes que desembarca- ban diariamente en nuestras costas. La presencia de estos emigrantes politicos (italianos, espafioles y, en menor medida, franceses y alemanes) data de la década A 1870 cuando arribaron activistas que habfan participado de la dolotosa ex- periencia de la Comuna de Parts 0 de la desbandada de la Primera Internacional de Trabajadores. Esta presencia sentaria las bases de los primeros grupos de la izquierda argentina y estuvo mercada por latern- poralidad y la fugacidad de le permanencia puesto que, generalmen- te, [a mayorfa de estos activistas, al menos en esta etapa de protofor- macién de la izquierda argentina, volvian a su tierra para seguir luchando ppor sus ideales, Incluso muchos de ellos dedicaban buena parte de su estadia local ‘a recaudar fondos para financiar los procesos revolucionarios‘en su tie~ rra, El mismo Malatesta pasé el crudo invierno de 1886 tratando de hallar oro en Tierra del Fuego para poder rearticular la prensa anerquista en su Florencia natal, No obstante, mientras permanecieron en Argentina contribuyeron ‘a organizer e| que serla unos afios después un vigoroso movimiento anarquista, tal vez el més importante de América Latina, que adquiri- rfa algunas caracteristicas propias. Aunque los primeros grupos apare- cieron a mediados de la década de 1870, fue la actividad desarrolla- da por Malatesta durante los cuatro afios de su permanencla en Argentina Jo que senté las bases de! anarquismo verndculo. En‘efecto, la crea- JUAN SURUANO us Cién del Circulo de Estisdios Sociales, le 2 ediciSn del petiédico Lo Ques ne Sociafey la Intenss propaganda desarlladaopte ls trabajar res talianos mediante charlas y conferencias en cafés y loca Fes contribuyeron @ perflar el anerquismo entre lost tro lado y casi paralelamente, un grupo de anarquistesitlianos ye, pafioles fundé e! Sindicato de Obreros Penaderos que tencria una ee tiva presencia en el movimiento obreray se eonvertira en tna de log Institucfones libertaries més emblematicas, ‘Sin embargo, durante esos afos la presencia anarquicia entre ‘rabajadores era sumamente endeble y después de la partie de M2 latesta se debilité aun més, puesto que mientras duré su estadia su Prestigio habta contribuido a neutralizer las constantes discusiones en las que se enfrascaban los activistas éeratas. Esta debilidad no ere sélo tun problema de la escasa adhesién de los obreros a las ideas anar quistas, sino también de la propia concepcién individualista predo- rminante en sus filas que tendia @ aislarse de las masas y descreer de la orgenizacién gremial. Esta tendencia, que se expresaba en jos periédices £ Persegu- 01890-1897) y £1 Rebelde (1898-1902), tendia a favorecer ia unin ‘por afinidad ideolgica y rechazaba la posibilidad de orgenizar las hues- tes obrerasmpidiendo de esta manera un crecimiento masiv de! ana quismo. La oposicién de estos activites individualistas a ia organizs- cin obrera se fundamentaba en la manifiesta descontianza hacia los agrupamientes institucionales, porque distorsionaban la voluntac de su afiliados y empujaban a los trabajedores a una actitud pasiva con Jos grupos dominantes perdiendo consecuentemente el espiritu de rebeldia, Se opusieron no s6lo a la formacién de sociedades de resis tencia sino también a las huelgas pues, a su criterio, si los trabajade~ tes obtenian-mejoras-perderian ta iniciatva y ademas serian violadas les obre. rabajadores, Po) AUGE v CAIDA DEL ANARQUISMO Por los patrones. Estos sectores manifestaron, ‘ademés, fuettes sim- patias por la ola de atentados llevados adelante en Europa por terro- ristas libertarios que costaron la vida de varios prominentes hombres de Estado, Cada acto terrorista era ‘festejado ruidosamente por los anar- o-individualistas aunque no lo practicaron en el pats, En realidad la prédica local a favor del atentado sirvié mas Para alarinar a las autori- dades que para atraer adeptos, : Esta situacién comenz6 a modificarse al promediar Ia década de 1890, cuando los conflictos gremiales se intensificaron tanto en Bue- hos Aires como en fa zona litoral. En ese momento empezé a confor ‘marse dentro del anarquismo local un sector partidario de la organiza- ci6n que se lanzé a organizar a los trabajadores en sociedades de resistencia (sindicatos) y a inducirlos a defender sus derectios a través- de la huelga. En este proceso confluyeron importantes causas externas € internas al anarquismo: en el primer caso hay que destacar el cambio el contexto local por la superacin de la crisis de 1890 y el consecuente crecimiento de! empleo. Estos hechos motivaron a los obreros @ gene- ralizar sus reclamos de aumentos salaridles y de mejores condiciones laborales que desembocaron en una buena cantidad de huelges. Las transformaciones internas del anarquismo se deben a varios factores. En primer lugar debe sefialarse el cambio en el movimiento l- bertario internacional que, partir de! Congreso de Capolago (Suiza) re- alizado en 1891, recomendé a sus simpatizantes abandonar la tendencia aislacionista impulsada desde la derrotasufrda vente aos antes en fa Primera Internacional de Trabajadores e impulsar la organizacion obre- ra. En este contexto debe entenderse la llegada al pals de varios acti- vistas anarquistas espafioles partidarios de la organizacién que habfan realizado su experiencia de militancia gremial en la Federacién de Tra- bajadores Espafoles. Otros dos hachos centrales que respaldarlan de JUAN SURIANO ‘manera activa la tendencia orga Periédico La Protesta Humana, wader fueron ia creacién en 1897 de lamb yla permamencia en el pais narquista Pietro Gor, un abogado 1 cr. Iinalista italiano, de estreercinarias dots oatorasy ‘otwanizativas que tecorré el pais dictand docenas de eonferencias,creando sindicatos y anand adept para a causa organizadora, Gr fue un verdana icon el mevirrientoanarquista local y log atraer al mismo a una setie de Publicisias ¢ intelectuales, como Alberto Ghiraldo, que lo restigiarian le darian un notable impulso entre los sectores populares, La prédica de Goria favor de ‘a onganizacién gremial, sumada al es- ue de ls lbertariosespatoles, de La Prtesta Humana y de os nue, os militantes lograron inctinar ala mayor de los anarquistas hacia lao. ehnizaci6n dela clase trabajadora-argentina: Es eneste momenta,en cro 3 1800, cuando el movimiento anarquista local adquirié su madurezy se ‘enzé @ organizar gremialmenie a los trabajadores en sociedades de re- sistencia, a difundirsus ideas a través de una vasta red de periédicos, hojas de propaganda, libros y folletos asi como la organizacién de es. Cusias alternativas, bibliotecas populares ycitculos de estudio y discu- Si6n con el objeto de construir una sociedad alternativa al capitaismo. Asi, y sin olvidar el importante rol jugado por el socialism, el anar- Quismo $e convirtié en el breve lapso de tiempo transcurrido durante ‘a primera década del siglo Xen la organizacién contestataria més im- Portants de la sociedad argentina. incluso fue el factor fundamental ue permitié fa creacién de la primera federacién cbrera de Argentina. 6. Poses afios después eambié su nombre por el de La Protestay en 1904 se trans {ormé en diario, Teniende en cuenta a extrema fugacidad de las publicciones 2 ‘quistas La Potasta ha sido un fermen por su regulaiad y langaexstoncia, Sebreié 8 ‘$p0¢as de dura represién, de crisis tinancieras, de conflicts polticosy de cusstiona- ‘ientns infers y con ntermitencia se sigui eltando hasta el presente. Sin us ue ‘el gan emblema del anarquismo argetino, UGE CAIDA DEL ANARUISMO i: Aunque se habfan llevado adelante algunas experiencias federa- tivas en [as dos uiltimas décadas del siglo XIX, todas fracasaron répi- damente y recién en 1901 los dirigentes gremiales libertarios dieron vida, junto con los socialistas, a la Federacién Obrera Argentina (FOA) que de hecho se constituyé en la primera institucién que nucleé al incipiente y disperso movimiento obrero argentino. Sin embergo la vida de la central fue complicada desde el comienzo debido’a las profundas diferencias con los socialistas, ino s6lo por cuestiones doctrinarlas sino principalmente en tomo a las téctices de lucha, Los socialistes no estaben de acuerdo con e! carécterradicalizado.que los militantes libertarios imprimfan a las huelgas ya las declareciones pli blicas. Es asf que la concordia duré poco tiempo y el socialism se sepa- 16 de la FOA para formar la Unién Gremial de Trabajadores (UGT). Esta ruptura es emblemética pues marca el comienzo de un profundo desen- ccuentro entre las diversas fuerzas que orientaron el movimiento obrero ar- gentino y que perdurarfa durante toda la primera mitad del siglo XX. El anarquismo mantuvo su influencia sobre la FOA durante és de una década y ese predominio se plasmé en primer lugar en el cambio del nombre. A partir de 1904 la central obrera se denominarfa Federacién Obrera Regional Argentina (FORA) en clara alusi6n a su rechazo de la idea de nacién. Un afio més tarde, el Quinto Congreso de la FORA tomé una resolucién, duramente cuestionada por socialistas y sindicalistas: ““apniebay recomienda a todos sus adherentes la propaganda ¢ ilustra- cién més amplia en el sentido de ineulear a los obreros los principios eco- némico-filoséfices del COMUNISMO ANARQUICO”.” Esta decision ma- nifestaba un fuerte sectarismo y dejaba fuera de la federactén a los gremios no anarquistas, descartando cualquier posibilidad de unificacion grerial. 7. FORA, Acverdos, Resoluciones y Declraciones, Buenos Ares, 1906, p, 17. 2 JUAN SURIANO : Aunque el nfimero de cotizantes No era alto y slo contaban athesion de algunas grerios, FORA Tue mis imporagts cue y adquirié una enorme impor fancia y peso politica que radiate a Control de algunas sociedades de resistencia como los Conductores de Carros, Marineros y Foguistas, Peones de Barracas y del Mercado Cen. tral y la més importante de todas, la Federacién Nacional de Obreros Portuarios. Estos gremios se concentraban en Buenos Aires, Rosario los pequefios centros urbanies del litoral fluvial del Parana y eran orien- tados mayoritariamente por dirigentes libertarios asi como también los sindicatos de panaderos, obreres de I construccién, metalirgicos y trabajadores navales. La importancia de dirigir gremios como los por- tuarios 0 los conductores de carros radicaba en que podian presionar directamente sobre el nticleo de la economia ‘@groexportadora puesto que la paralizacién, generalmente en épocas de cosecha, de las acti- vidades portuarias asi como el entorpecimiento del ‘transporte terresire podfan llegar a afectar o, al menos, amenazar directamente el flujo ex- portador de carnes'y cereales, Los sectores gobemantes comenzaron a percibir el poder logrado Por los anarquistas apenas despuntata el siglo XX cuando se produje- ron una serie de conflictos que se generalizaron en Rosario y en Bue- nos Alres en demanda de aumentos salariales, mejores condiciones de trabajo y disminucién de la jomada laboral. En Rosario se predujo en 1901 una gran huelga en la empresa azucarera Refinerfa Argentina cconduicida por activistas libertarios a la que adhirieronel mittar de obre= tos alli empleado, La magnitud de la protesta provocé una dura repre sién en la cual se produjo la primera victima del movimiento obrero ar- gentino’. El asesinato del obrero huelguista de la refineria provocd una enel '8, ! obrero polaco Cosme Budeslavichresulté muerto por un balazo del propio jee de fa policfa rosaine, AUGE Y CAIDA DEL ANARQUISMO magnifica démostraci6n de solidaridad de-clase y miles de trabajado- res manifestaron su repudio en movilizaciones callejeras. Por su parte, en Buenos Aires el generalizado malestar obrerm por los bajos salarios y las malas condiciones laborales desembocé en conflictos que se extendieron como un reguero de pélvora. La protesta fue especialmente significativa entre los carreros, los peones del Mer- cdo de Frutos y los estibadores y culmin6 en noviembre de 1902 (época de plena exportacién de cereales y lane) en la primera huelga general realizada en nuestro pals. El paro en el puerto de Buenos Aires fue total y se extendié a los de Bahia Blanca, Ingeniero White y del literal flu- vial (Rosario, Zérate, Campana) por més de dos semanas, ELESTALLIDO DEL CONFLICTO SOCIAL : Estas protestas adquirieron las caracter‘sticas de un conflicto de cla- ses puesto que los trabajadores siguieron a sus lIderes gremiales, crien- tados de manera decidida y entusiasta por los anarquistas, que si bien ‘se mostraron dispuestes @ negeciar no se amedentaron frente las pre ssiones patronales © policiales y trataron de impedir por a fuerza (con més éxitos que derrctas) la contratacién de rompehuelgas. Por otro lado, Jas manifestaciones de solidaridad entre los trabejadores de diferentes zgremios, apoyades por sus instituciones (sindicatos, centros culture- les, prensa), se multiplicaron y ayudaron @ sestener aquelios conffictos més prolongados. Pears sefialar que el estallido del conflicto social hizo plenamente visibles no sélo la protesta obrera sino también la orlen- tacién del mismo por parte de los anarquistas. Su presencia se tomé inconfundible y los habitantes de las cludades se acostumbra~ ron 2 las innumerables y generalmente numerosas manifestaciones = JUAN SURIANO Calleleres que se realizaban por demandas gremiais; i libertad de ‘Sus camaradas 0. conmemorando u fechas de tuerte ofhitenido simbs- Yico como el Primero de Mayo. En esas movlzacines ios patcipentes Portaban orgullosos sus estandartes, hacia famea las banderas rojas Y Negras, entonaban sus fuertes consignas impugnando al sistema {policta, patrones, obispos y gobernantes) y cantaban sus himnos em- blematicas: “Hijo del pueblo, te oprimen cadenas,’ esa injusticia Puede seguir’ si tu existencia es un mundo de penas/ art tes que ex- Clavo prefiere morir/ Esos burgueses, asaz egolstes,/ que asi des- Precian a la Humanidad, serén barrides por los anarquistas! al santo grito de jlibertad! : Frenie a esta situacién, los sectores empresarios reaccionaron ré- idamente tlariaridora tasuniért patronal y recianiando la intervencisn represiva del gobierno. El diario inglés The Review of the River Plate, Vinculado a los intereses exportadores, seftalaba el 15 de noviembre de 1902 que “la accién de la Federacién Obrera ha colmado ya todas las medidas, y corresponde al gabiemo interveniry acabar con este vivero del anarquismo”.’ La présién empresaria y la magnitud adquirida por la protesta llewS al gobierno a lanzar una fuerte represién centrada en los dirigentes anar- ‘ustas quienes, sin dua, eran los lideres visibles del conflict. Al efec- ‘to sancioné la Ley de Residencia (expulsién de exiranjeros sospecho- $305 de ara el orden) y aplicd el estado de sitio que le permits slenciar la prensa contestataria, cerrar los loceles obreres asf como encarcelar y expulser alos dirigentes mas notables del anarquisme. Por oto lado, ‘9, “Hino gels wabajadores”, Amanaque de la Questione Sociale, Buenes Aes, 1857. 10, Gitado por laacov Oved, El anarquismo y el movimiento obra en Argentina Siglo Veintuno, Mésico, 1978, p. 252, ‘AUGE Y CAIDA DELANARQUISMO s el conflicto, que estaba desnudando la plena emergencia de la cues- tién social, llev6 al Estado a ensayar los primeros pasos en materia de legislacién laboral. Esta situacién de conflicto de los trabajadores con los empresarios yel Estado se mantuvo durante toda la primera década del siglo XX, por supuesto alternando con perfodos de tranquilidad. Las causas de {a protesta se relacionaban a relvindicaciones de tipo’ econémico (au- mentos selariales), mejoras laborales (condiciones de trabajo, jornada de ocho horas, descanso semianal), derechos sindicales (reconocimiento del derecho de agremiacién, readmisi6n laboral) y le solidaridad pro- pia del mundo del trabajo. Come resultado de estas demandes se realizaron una infinidad de huelgas parciales, algunas de las cuales adquirieron una notable en- vergadura, siete huelgas generales (todas impulsadas por el anarquis- mo), ia notable y masiva huelga de inquilinos de 1907, las thoviliza- ciones del Primero de Mayo que fueron particularmente virulentas en 1904, 1905 y 1909. En efecto, durante el acto anarquista realizado para conmemorar el Primero de Mayo de 1905 el goblemo habla prohi- bido e! uso de Ia bandere raja; sin emibargo los asistentes decidieron desafiar el veto y enarbolaron sus simbolos fo que provocé una dura re- presién con varies victimas, Nuevamente en 1909 durante la conme ‘moracién realizada en la Plaza Loree de la Capital Federal a represién policial provocé varios muertos y como repudio se declar6 una huelga ‘general, apoyada por todas les tendencias del movimiento obrero. El aro duré una semana y se convirtié en una formidable demostracién de soliderided obrera. Sin embargo los anarquistas no obtuvieron su mé&xima espiracién que era {a destitucién del responsable de la ma- tanza, el jefe de policle corone| Ramén Falotn. Pocos meses después joven anarquista ruso Simén Radowitzky hizo justicla por mano pro JUKWSURUANO Pia asesinando al jefe de policfa y provecando una profunda con cl6n entre los grupos dominantes, ee En todo este proceso el anarquisrro mantendria su influencia sobre el movimiento obrero pues logré movilizar y representar a un importante Sector de los trabajadores urbanos (cocheres, conductores de carro, ‘marineros, estibadores portuarios, foguistes, yeseros, panaderos, me Cénicos, peones). Pero es importante sefialer que la propuesta liber- tala no-se detenta en las conquistas reWvindicativas y avanzaba hacia €! logro de una transformacién cualitativa de a socieded. El combate Sindical era slo un pretexto para “despertar las conciencias dormidas’ Ge los obreros. Al margen de cuanto hayan prosperado en ese sent 0, el verdadero objetivo del anarquismo era transformer el mundo ca- Pitalista para construir una sociedad ms justa y equitativa através de ‘un cambio cultural que convitiera al hombre en un individu libers- do de las trabas y prejuicies impuestos por la educacién religcse y p=- {ri6tica, En esta transformacién la propaganda y la difusi6n de las ideas libertaries empujada desde las escuelas alternativas y los circuios Culturales era una tarea primordial.

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