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TEMA 13.

SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL 1936-1939

INTRODUCCIÓN.
Al exponer un tema como la Guerra Civil Española es necesario advertir de la
dificultad de su análisis, ya que es uno de los más controvertidos para los españoles
hasta el punto de convertirse en “arma arrojadiza” en la política actual. El mayor
problema estriba en lograr la objetividad, el historiador ha de mostrarse consciente
de que nunca será posible llegar a una historia definitiva de unos hechos que
afectaron de manera tan grave la vida de millones de personas y que han seguido
teniendo tanta influencia en la vida colectiva de los españoles.
1.- LA SUBLEVACIÓN.
1.1.- LA CONSPIRACIÓN
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, el clima
político y social en España era de extrema tensión desembocando en los
acontecimientos de julio, asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo, que
precipitaron el golpe que venía ya preparándose tiempo atrás.
La conspiración contra la República por parte de la derecha fue plural y poco
organizada. A las extremas derechas monárquicas, se sumaron sectores del ejército,
que asumieron la dirección del alzamiento.
Los principales organizadores del golpe fueron Emilio Mola en Pamplona, con él
estaban el general Manuel Goded, Gonzalo Queipo de Llano y Guillermo Cabanellas.
Además colaboraron en la preparación de la sublevación diputados de la CEDA,
apoyados económicamente por su líder Gil Robles. La participación de Franco no
estuvo clara hasta el final. En principio los conspiradores no pensaron en una guerra
civil, lo que se pretendía era una actuación violenta y decidida en Madrid, para así
conseguir el establecimiento de una dictadura provisional.
- Reacción del gobierno ante los rumores de sublevación.
Ante los rumores de rebelión militar el Gobierno de Frente Popular, tomó las
siguientes medidas:
• Los mandos militares superiores fueron confiados a personas de las que no cabía
esperar una conspiración contra la República.
• Diversos militares sospechosos fueron trasladados a puestos donde su actuación
sería menos peligrosa, Franco a Canarias y Goded a Baleares.
• Las fuerzas de orden público en las grandes ciudades fueron puestas al mando de
autoridades partidarias de la República.
Los errores del Gobierno fueron no prever la magnitud de la sublevación y su
incapacidad para controlar sus propias masas. Su táctica consistió en esperar que el
golpe se hundiera por su propia debilidad frente a las medidas del Gobierno, algo que
no ocurrió, además, al producirse la rebelión algunos grupos políticos de extrema
izquierda iniciaron una revolución social de carácter comunista, que redujo el poder
del gobierno a la nada. En todo caso el Gobierno tampoco se planteó ni remotamente la
posibilidad de una guerra civil.

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1.2.- EL ALZAMIENTO Y SU PROPAGACIÓN
El alzamiento militar se adelantó a la fecha prevista y el 17 de julio se inició en
Marruecos, donde dos días más tarde asumió el mando el General Franco y viajó desde
Canarias en un avión alquilado por los sublevados a los ingleses. A partir del 18 de julio
la rebelión se extendió a la península:
• En Navarra, la actuación del General Mola fue decisiva.
• En Castilla, región católica y conservadora, los sublevados lograron fácilmente la
victoria.
• En Aragón, el alzamiento venció en las capitales de provincia gracias al General
Cabanellas, antiguo diputado radical alineado con los sublevados.
• En Asturias triunfaría en Oviedo, el resto de la región estuvo dominada por la
izquierda.
• En Galicia triunfo la sublevación a pesar de la resistencia de las organizaciones
obreras.
• En Andalucía, el ambiente era marcadamente izquierdista y la victoria en Sevilla de
Queipo de Llano fue una sorpresa. Lo mismo sucedió en otras capitales como
Córdoba, Málaga y Granada, donde los barrios obreros ofrecieron una resistencia
que no fue vencida hasta la llegada del ejército de África.
• En Extremadura solo Cáceres se sublevó.
• En Castilla la Mancha y Cataluña la sublevación dependía de lo que pasara en Madrid
y Barcelona donde el ambiente político era izquierdista.
• En Madrid la conspiración estuvo mal organizada y los sublevados quedaron
encerrados en sus cuarteles donde acabaron bloqueados por las fuerzas fieles al
gobierno y las milicias populares.
• En Barcelona salieron de los cuarteles pero las fuerzas de orden público les
cerraron el paso.
• En la victoria del Frente Popular en las dos grandes capitales del país fue decisivo el
hecho de que la sublevación no fuera secundada unánimemente por toda la guarnición,
pero también fue crucial la actitud de las masas proletarias que en Madrid sitiaron el
cuartel de la Montaña y en Barcelona acometieron contra los soldados.
• El País Vasco se divido ante la rebelión; Álava a favor y Vizcaya y Guipúzcoa en
contra por su evolución demócrata–cristiana del PNV y a la postura del gobierno
dispuesto a conceder el estatuto autonómico.
• En Baleares se sublevaron Mallorca e Ibiza, pero no Menorca.
• En Valencia los sublevados fueron derrotados.

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1.3.- LAS CONSECUENCIAS DEL GOLPE – LA ESPAÑA DIVIDIDA
En tres días España quedo dividida en lo que se conoció como la zona roja, fieles al
Gobierno, y la zona nacional, que apoyaron a los sublevados. En realidad las fuerzas
de uno y otro bando estaban equilibradas, si el bando sublevado contaba con el
ejército de África, el Frente Popular contaba con las capitales más importantes, la
industria y las reservas de oro del Banco de España.
Los acontecimientos se precipitaron, el gobierno de Casares Quiroga trató de
mantener la legalidad con sus solas fuerzas sin repartir armas a las masas. Tras su
dimisión Azaña intentó formar un gobierno con Martínez Barrio, político situado más
al centro que intentó evitar el conflicto, telefoneando a varios generales, pero tras la
negativa de Mola dimitió el mismo día de su nombramiento. El 19 de julio se formó un
nuevo gobierno presidido por Giral, el cual que procedió al reparto de armas a la
población.
1.4.- INICIO DEL PROCESO REVOLUCIONARIO EN LA IZQUIERDA.
La izquierda consideró el contexto de golpe de Estado e inicio de la guerra como el
momento más propicio para iniciar un proceso revolucionario, una autodenominada
revolución social cuya base ideológica fue el anarcosindicalismo y el comunismo
libertario liderados por la CNT, con un componente marxista revolucionario liderado

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por el POUM (Partido Obrero Unificado Marxista) y el ala «caballerista» del PSOE y
UGT. Las repercusiones de esta revolución se dejaron notar en tres aspectos:
I. El político
La revolución destruyo el poder político hasta el extremo de que no se sabía a quién
correspondía tomar decisiones. En algunas provincias convivieron hasta tres
organismos públicos de decisión superpuestos, por ejemplo Guipúzcoa. En cada región
se constituyeron Juntas, que a modo de cantones, se repartían el poder y lo
administraban sin tener en cuenta el resto del país.
II. El militar
Durante la revolución no existía un mando unificado capaz de planificar la acción
bélica, las milicias populares que pretendían sustituir a las unidades militares,
resultaron ineficaces e indisciplinadas.
III. El económico–social
Las izquierdas (anarquistas, socialistas y comunistas) en no pocas regiones, pusieron
en marcha una colectivización de la propiedad que tuvo mucha relevancia en el campo
andaluz y en la industria catalana. Casi la mitad de la tierra útil fue expropiada y en
las ciudades se expropiaron gran parte de las industrias, sobre todo en Barcelona
donde esto supuso que el índice de producción se redujera a un tercio. No hay duda
que en lo relativo a la industria de armamento la colectivización fue un grave
inconveniente.
1.5.- FORMACIÓN DE LAS DOS ESPAÑAS
I.- La formación de dos ejércitos
Uno de los mayores problemas del gobierno de Frente Popular fue que no tenía un
verdadero ejército. Las milicias populares aunque con un número elevado de efectivos,
tenían una eficacia militar escasa. A partir de 1936 se fue creando el llamado
“ejército popular” que era la conversión de las antiguas milicias en unidades
regulares, aunque esta militarización republicana no se produjo a la vez en todo el
país. El nuevo ejército se mostraba fuerte en la defensiva, pero fracasaba en las
maniobras de envergadura y se dejaba notar la falta de mandos sobre todo
intermedios.
En el bando franquista la formación de un ejército fue mucha más fácil, puesto
que los generales ejercían el supremo mando político. La militarización de sus milicias
se hizo más tarde que la del frente republicano, puesto que ya disponían de una masa
de maniobra profesional. El número de voluntarios falangistas y carlistas fue muy
elevado, y en cuanto a los mandos, se crearon los “alféreces” y “sargentos
provisionales”, adiestrados por instructores alemanes, que tomaron bajo sus órdenes
las nuevas unidades.
II.- La doble represión
En los dos bandos se produjo el mismo fenómeno: la voluntad de exterminar al
adversario, lo que produjo un terror simultáneo. La primera consecuencia de la
revolución en el bando del Frente Popular fue el “terror rojo”, y a la vez se produjo
en el otro bando el “terror blanco”.
En el bando de los sublevados se exterminó a políticos adversarios, masones,
profesores y maestros tachados de izquierdistas, y a una docena de generales que se
negaron a secundar el alzamiento. En la zona del Frente Popular fueron asesinados

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frailes, curas, patronos, militares sospechosos de fascismo y políticos de derechas.
Esta represión se produjo sobre todo en los primeros momentos del conflicto, y su
dureza se incrementaba según el temor al adversario en la zona. Una de las
consecuencias de la represión fue la postura de la Iglesia Católica a favor de los
sublevados, que provocó en la zona del Frente Popular la desaparición del culto, quema
de iglesias y el asesinato de un gran número de miembros del clero. Esto fue muy
negativo para la República, pues la inmensa mayoría de la España católica se alineó en
su contra; además, su imagen se vio muy afectada en el exterior. En general el
catolicismo apoyo claramente al General Franco.
2. DESARROLLO MILITAR
2.1.- FASES DE LA GUERRA

I. La guerra de columnas (julio a noviembre de 1936).


En este período la superioridad de los sublevados fue clara, por lo que Franco, tras
pasar el estrecho de Gibraltar, aprovechó para afianzar la situación en las capitales
andaluzas y, sobre todo, para forzar el camino a Madrid, tomando Badajoz y Toledo
así como tomar Irún para aislar la zona Norte de sus adversarios de la zona francesa.
A finales de octubre Franco se hallaba a las puertas de Madrid. Los éxitos del Frente
Popular fueron menores, su avance desde Cataluña hacia las capitales aragonesas
quedo pronto detenido y la expedición desde Barcelona a las Baleares fracasó.

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II. La batalla en torno a Madrid (noviembre 1936 a marzo 1937).
A finales de noviembre de 1936 se produjo un cambio importante en la guerra, en
Madrid se crearon las milicias populares que se encargaron de la defensa de la ciudad
mientras el gobierno republicano partía hacia Valencia. Franco ante la dificultad de un
ataque frontal a la capital, optó por apoderarse de las comunicaciones, ordenó atacar
en dirección a la carretera de La Coruña, hacia el Jarama y por Guadalajara. Sin
embargo las tropas del Frente Popular detuvieron al enemigo. En febrero Málaga cae
en poder de los nacionales. Franco, que no pudo conseguir sus objetivos, decidió
concentrar sus fuerzas en el frente Norte donde el adversario era más débil.

III. La caída del frente norte, Guernica (marzo a octubre 1937)


1937 fue un año crucial en la contienda. En Vizcaya, lo mejor de las tropas franquistas
lograron la victoria. La lucha fue más violenta de lo habitual. La aviación alemana
bombardeo Durango y Guernica, mientras la artillería se concentró en las
fortificaciones adversarias.
En Santander, entre la ayuda que Franco recibió de las tropas italianas y la escasa
organización de la resistencia, la victoria fue fácil.
Sin embargo en Asturias, región de tradición izquierdista, el combate fue muy duro e
incluso tras la conquista permanecieron activos grupos guerrilleros hasta el final de la
Segunda Guerra Mundial.
Durante el verano de 1937, el Frente Popular lanzó tres ofensivas para aliviar la
presión militar en el norte : en Segovia y la Granja (junio), en Brunete (julio) y
Belchite (agosto). Pero la falta de coordinación y la poca capacidad ofensiva del
ejército republicano llevaron al fracaso. Estas derrotas supusieron que una zona de
primera importancia económica pasase a manos de los sublevados.

IV. Teruel y la marcha hacia el Mediterráneo (de fin de 1937 a junio de 1938)
Tras tomar Asturias, Franco pensó en iniciar una maniobra sobre Madrid desde
Guadalajara. Pero el ejército popular para evitarlo decidió desviar su atención con una
ofensiva en Teruel. Fue al principio un éxito y la única vez que una capital de provincia
fue conquistada por el ejército popular.
Inmediatamente Franco lanzó una dura contraofensiva de desgaste y con su
superioridad material en artillería y aviación consiguió no sólo recuperar Teruel, sino
un amplio derrumbamiento del frente republicano que le permitió llegar hasta el
Mediterráneo. En dos semanas las tropas franquistas avanzaron 120 km y llegaron a
Vinaroz, aunque su avance hacia Valencia se vio frenado por una dura resistencia
defensiva quedando estancadas en el Maestrazgo. El territorio republicano quedó
dividido en dos zonas.

V. La batalla del Ebro y Cataluña (julio de 1938 a febrero de 1939)


Estabilizado el frente, el ejército popular tomó la iniciativa cruzando el Ebro
haciéndose fuertes en la zona de Gandesa donde lograron resistir varios meses.
Franco, en vez de limitarse a detener al enemigo prefirió una batalla frontal, que
resulto larga y sangrienta. Tras tres meses y medio de lucha el ejército popular tuvo
que retroceder. La batalla del Ebro acabó por decidir la guerra. El General Franco

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ocupó Cataluña en febrero de 1939 y tomo Barcelona con facilidad. El Presidente
Azaña exiliado en Francia, dimitió en ese momento y más de medio millón de personas
cruzaron la frontera hacia el exilio.

VI. El final de la Guerra


Tras la dimisión de Azaña la derrota era evidente, al igual que lo era la impopularidad
del gobierno de Juan Negrín y sus principales colaboradores, los comunistas, en
palabras de Stanley Paine, “tras el fin de la guerra no había personaje más odiado”, de
hecho, el PSOE, controlado por Indalecio Prieto, decidió su expulsión del partido en
1946, acusándolo de subordinación al Partido Comunista de España y la Unión
Soviética. Los mandos militares dieron por perdida la guerra y en febrero de 1939 se
reunieron con Negrín mostrándose a favor de negociar con el bando franquista, cosa
que Negrín no aceptó, pensando en enlazar el conflicto con la previsible Segunda
Guerra Mundial, en palabras del propio Negrín, “resistir es vencer”.
A fines del mes de febrero y comienzo de marzo se precipitó la crisis del Frente
Popular con el reconocimiento del General Franco por parte de Francia y Gran
Bretaña. En la segunda quincena de marzo el Coronel Casado, que derribó a Negrín
mediante un golpe de estado y el socialista Julián Besteiro iniciaron conversaciones
para intentar negociar el final de la guerra con Franco. Querían que se dieran
facilidades para la evacuación y que no hubiera represalias indiscriminadas. Pero
Franco exigió la rendición sin condiciones y el 1 de abril anunció la completa victoria
de sus tropas.

3.- EVOLUCIÓN POLÍTICA EN AMBOS BANDOS.

3.1.- EN EL FRENTE POPULAR.


Los temas que motivaron las divergencias en el Frente Popular a lo largo de la guerra
fueron la revolución y la constitución del ejército. Distinguimos las siguientes etapas:

I.- El gobierno de Largo Caballero.


Los comunistas (contrariamente a su postura revolucionaria y casi insurreccional
durante la II República), parte de los socialistas y republicanos eran partidarios de
controlar las colectivizaciones, reforzar los vínculos con las clases medias y
reconstruir un Estado fuerte concentrado en el esfuerzo bélico para ganar prestigio
y apoyo internacionales.
En cambio, los anarquistas y los comunistas del POUM pensaban que la sublevación
había creado las condiciones óptimas para el estallido de la revolución, no concebían
que se pudiera ganar la guerra sin hacer la revolución. Y así se dio la contradicción de
que los anarquistas, enemigos del Estado se vieron obligados a participar en el
ejercicio del poder.
En septiembre de 1936, con una difícil situación militar, tras la dimisión de José
Giral el Presidente Manuel Azaña nombró jefe del gobierno al socialista Francisco
Largo Caballero formando un gobierno de republicanos, socialistas y comunistas que
es recibido con tolerancia por los anarquistas, que dos meses más tarde tendrían
representación también en el gabinete. Sin embargo, la política de Largo Caballero

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fue menos revolucionaria de lo que se esperaba y los continuos roces de los
anarquistas con los demás grupos políticos dificultaron su gestión. En mayo de 1937,
se produjo un conflicto en Barcelona entre anarquistas y el POUM ( marxistas
enfrentados al estalinismo impuesto en la URSS y a los comunistas españoles) y
comunistas que degeneró en una lucha confusa y violenta que arrojó un saldo de más
de 400 muertos. Los enfrentamientos concluyeron con la derrota anarquista y la
disolución del POUM por presión comunista. A partir de este momento los anarquistas
perdieron influencia y se fortalecieron las posiciones comunistas. Estos sucesos
provocaron la caída de Largo Caballero

II.- El gobierno de Negrín y el apoyo comunista


En mayo de 1937, fue nombrado jefe del gobierno Juan Negrín (PSOE), que condensó
su programa ante la guerra en trece puntos, entre los cuales estaba el intento de
enlazar la guerra con la posible II Guerra Mundial, y asegurar la pervivencia de la
república una vez finalizada la guerra. El gobierno de Negrín llevó a cabo buena parte
de las tareas previstas e insistió de manera prioritaria en el esfuerzo militar. Pero el
jefe de gobierno era demasiado independiente, y su actuación estaba cada vez más
aislada del propio Azaña y de sus ministros.
La figura de Negrín fue objeto de debate enconado en su tiempo, luego en la
posguerra y, finalmente, la controversia ha llegado a la historiografía actual,
demonizado o ensalzado, Negrín ha sido considerado tanto un fiel servidor de la
conspiración comunista a sueldo de Moscú, así como el político más leal a la causa
republicana por su fe en el triunfo final.
El hecho es que a fuerza de apoyarse en los comunistas para gobernar, estos
alcanzaron una notable influencia y al final de la guerra los comunistas contralaban las
jefaturas de los tres ejércitos así como las direcciones de Seguridad y Carabineros
(cotas, fronteras, fraude fiscal y contrabando).

III.- Golpe de Casado y caída de Negrín.


El coronel Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro, encabezó en la zona
republicana un golpe de Estado el 5 de marzo de 1939 que derribó al gobierno del
socialista Juan Negrín, constituyendo a continuación junto a socialistas moderados
como Julián Besteiro y republicanos de izquierda el Consejo Nacional de Defensa, que
puso fin a la resistencia del bando republicano al rendirse a Francisco Franco. El
gobierno de Negrín, que estaba reunido en la Posición Yuste cercana a la localidad
alicantina de Elda, decidió escapar a Francia por temor a ser apresado por las fuerzas
"casadistas".

3.2.- EN EL BANDO SUBLEVADO.

I.- Acceso de Franco a la jefatura única.


Al igual que en el bando republicano, en el franquista existieron corrientes opuestas.
Pero los sublevados consiguieron la unidad por el sentimiento católico y
antirrevolucionario de los distintos partidos, mientras que el ejército tenía una
indiscutible supremacía en el terreno político. En un principio, el alzamiento militar no

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era antirrepublicano, pues los Generales se manifestaron republicanos en sus
primeras proclamas. Desde un principio en el bando sublevado, se planteaba la
necesidad de una jefatura única. A finales de julio de 1936 se estableció una Junta
Militar que pronto se reveló insuficiente como órgano político e incluso militar.
Generales monárquicos y africanistas insistieron en la necesidad de lograr una mayor
unidad a través de una jefatura única, que debería ser la del General Franco.
Finalmente, el 29 de septiembre de 1936, se proclamó a Francisco Franco “Jefe del
Gobierno del Estado”, que éste transformó en una verdadera “Jefatura del Estado”,
reduciendo el papel de la Junta Militar al carácter de Junta Técnica del Estado como
organo consultivo del dictador. La guerra civil le convertiría en “Caudillo” es decir,
líder indiscutible.

II.- Unificación de la derecha.


Los problemas políticos subsistían, la situación era propicia a los partidos de extrema
derecha. En la primavera de 1937 hubo graves incidentes que concluyeron en abril con
el Decreto de Unificación en un partido único –Falange Española Tradicionalista y
de las JONS–, de los dos partidos más importantes, carlista y falangista.
Junto a Franco, la figura más destacada del Régimen en su primera etapa fue Ramón
Serrano Suñer, presidente de FET y las JONS, así como ministro de gobernación, sus
propósitos fueron construir un Estado a base del “calor popular, social y
revolucionario” de la Falange y las doctrinas del Carlismo. Este carácter sincrético de
todas las derechas sería muy característico del Régimen de Franco.
Sin embargo el Régimen, en su primera etapa, estaba lejos de definirse claramente, el
único texto aprobado fue un “Fuero del Trabajo” (marzo, 1938) que fue más que una
declaración de principios de carácter social y económico, donde el Estado se declara
anticapitalista y antimarxista, y supeditaba la economía a la política.

4.- DIMENSIONES INTERNACIONALES DEL CONFLICTO

4.1.- LA GUERRA COMO ACONTECIMIENTO INTERNACIONAL


En un principio la Guerra Civil Española había sido un conflicto interno, pero poco a
poco España se convirtió para Europa en el lugar donde se enfrentaban el fascismo, la
democracia y el comunismo. Para comprender los apoyos que recibe cada bando, hay
que tener en cuenta el contexto internacional de la época, un contexto lleno de
condicionantes por los que era difícil decidirse a apoyar abiertamente a cualquiera de
los bandos. Las democracias occidentales no tuvieron nada claro apoyar al gobierno
republicano, ya que estaban inmersas en una lucha por contener el comunismo en
Europa, apoyar a la República podría implicar un cierto peligro de extensión del
comunismo en España ya que había una opinión extendida, sobretodo en Londres, que
eran los elementos anarquistas los que controlaban los resortes del poder republicano.
El 29 de julio el cónsul británico en Barcelona informaba así a Londres: “si el gobierno
triunfa y aplasta la rebelión militar, España de precipitará en un caos de alguna forma
de bolchevismo”. El mismísimo Churchill afirmaba “las repugnantes carnicerías
nocturnas han apartado al gobierno de Madrid de la senda de las potencias
civilizadas”

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La actitud beligerante de Hitler tampoco ayudó, tanto Inglaterra como Francia
fueron partidarios de una política de apaciguamiento con Alemania, ya que entrar en
un conflicto armando en España entrañaba un riesgo de guerra generalizada. Así, en
Londres se creó un Comité de No Intervención que en teoría apartaba a los países
europeos del conflicto, pero sus recomendaciones solo fueron seguidas por Gran
Bretaña.

4.2.- APOYOS AL FRENTE POPULAR


La URSS fue el principal apoyo republicano, en principio reticente debido a la política
de Stalin de “comunismo en un solo país” y solo explorar oportunidades en el exterior
si estas respondían a intereses soviéticos. Su ayuda en hombres fue escasa, unos
2000, de los que 600 eran asesores militares, pero sí envió material, Stalin exigía el
pago inmediato y Francisco Largo Caballero se vio obligado a trasladar a Rusia una
parte del oro del Banco de España en depósito como garantía de pago, unas 635
toneladas de oro, que equivalían a algo más de 700 millones de dólares.
México también apoyó a los republicanos con fusiles, munición y vituallas.
Es de destacar el aporte de los voluntarios antifascistas, las Brigadas
Internacionales, estos llegaron de gran parte de Europa y Norteamérica.

4.3.- APOYOS A LOS SUBLEVADOS


La ayuda que Franco recibió fue mucho más efectiva. La Italia fascista envío material
y unos 73.000 hombres, las “Unidades militares voluntarias”. En cuanto a Alemania,
envío la “Legión Cóndor” que constaba de un centenar de aviones y unos 5.000
hombres que se relevaban periódicamente, así como instructores para adiestrar a las
tropas franquistas. En contrapartida, los alemanes crearon industrias cuya misión era
entrar en las sociedades mineras españolas.
En Estados Unidos, aunque Roosevelt mantuvo la neutralidad, la compañía TEXACO
proporcionó a Franco las tres cuartas partes del petróleo. Ford y General Motors
aportaron 12.000 camiones y la química Dupont más de 40.000 bombas
Los británicos, aun siendo impulsores de la no intervención, facilitaron las
comunicaciones en la zona de Gibraltar a los nacionales
En cuanto a la financiación, hay que destacar la aportación de Juan March, unos 1.000
millones de pesetas, también contó Franco con la simpatía de Alfonso XIII en forma
de 10 millones de dólares.
Franco también recibió la colaboración de voluntarios portugueses, irlandeses y
marroquíes.

5.- CONSECUENCIAS.

- Demográficas.
El primero de los desastres de la guerra es el número de muertos que produjo, unos
650.000, sin contar la mayor incidencia de mortalidad por enfermedad que se dio
durante los años siguientes, así como el descenso drástico de la natalidad.

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- Materiales.
Otro de los desastres, fue la destrucción física y material que conllevó: importante
descenso del nivel de la renta, destrucción de viviendas, disminución de la producción
agrícola e industrial, etc.
- Represión.
Lo peor, sin embargo, fue la perduración del espíritu de guerra civil, a través de la
política de represión. Esta represión de la posguerra afectó a un número muy elevado
de personas, se llevaron a cabo alrededor de 30.000 ejecuciones, la cifra de presos
en 1939 era de 270.000 y de 124.000 en 1940; posteriormente fue disminuyendo.
Otra forma de represión fue la depuración que se llevó a cabo en la Administración,
sobre todo en la educación. Tras esta fuerte represión, el Régimen empezó a ser
aceptado de forma pasiva.
- Exilio.
La evidencia más clara de la división de España en dos, vencedores y vencidos, es la
perduración de un exilio de gran importancia. En Francia, había unos 450.000
exiliados, de los cuales una parte considerable regresaron refugiándose en un exilio
interno. Algo más de la mitad emprendieron una emigración permanente. Durante la
ocupación alemana en Francia, un parte de estos exiliados políticos fueron devueltos a
España donde fueron encarcelados o ejecutados. Otros no fueron repatriados por ser
considerados peligrosos por los alemanes les enviaron a campos de concentración,
donde muy pocos sobrevivieron. Finalmente las filas de la Resistencia francesa se
vieron nutridas por un elevado número de republicanos españoles que liberaron
algunas ciudades del Sur de Francia. En América, también se refugiaron mucho de los
emigrantes españoles. En los países hispanoamericanos el peso de la emigración
española fue muy importante, pero sobre todo en México que recibió unas 20.000
personas, y lo más relevante de esta emigración es que con su calidad cultural
contribuyeron a renovar las instituciones culturales y educativas del país. México
nunca mantuvo relaciones diplomáticas con la España de Franco.

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- Políticas.
Tras la guerra se instaura el nacionalcatolicismo, un régimen dictatorial de corte
fascista en sus comienzos y autoritario después, cuyos elementos determinantes son
el nacionalismo, basado en un centralismo radical y el catolicismo, doctrina que
impregnará todos los aspectos de la vida española.
-Sociales
La guerra produjo una profunda división social entre los simpatizantes del bando
republicano y los del bando sublevado, división que en algunos aspectos es claramente
visible hoy día.
-Económicas.
La guerra, y en especial la posguerra trajo la penuria y ruina económica del país, a las
destrucciones de la guerra, la pérdida demográfica hay que añadir la política
autárquica y el aislamiento internacional que sumieron a España en la pobreza y el
hambre.

6.- CONCLUSIÓN.
El conflicto civil en España desarrollado entre 1936 y 1939 dejó una herida en la
sociedad, en la política y en la cultura española que aún hoy, 80 años después, está por
cerrar. Muchos han sido los intentos de hacer justicia o dignificar a la memoria de las
víctimas de uno y otro bando, destacando en los últimos años la Ley de Memoria
Histórica, pero en ningún caso hay acuerdo o consenso sobre el cómo hacer, por lo que
todo indica a que la polémica sobre el tema será recurrente en los próximos años.

Manifiesto del general Franco


“Españoles: a cuantos sentís el santo amor a España, a los que en las filas del Ejército y la
Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio a la Patria, a cuantos jurasteis
defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama en su defensa. La
situación de España es cada día más crítica, la anarquía reina en la mayoría de los campos
y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan las
revueltas: a tiros de pistola y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los ciudadanos
que alevosa y traidoramente asesinan sin que los poderes públicos impongan la paz y la
justicia […].
¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al
mundo? […] Españoles: ¡Viva España! ¡Viva el honrado pueblo español!”
Tetuán, 17 de julio de 1936. ABC, jueves 23 de julio de 1936. Edición de Andalucía,
pág. 1

Decreto de unificación de FET y de las JONS


Una acción de gobierno eficiente exige supeditar al destino común la acción individual y
colectiva de todos los españoles (...) Llegada la guerra a punto muy avanzado y próxima la
hora de la victoria, urge acometer la gran tarea de la paz, cristalizando en el Estado nuevo el
pensamiento y estilo de nuestra Revolución Nacional (…)
Por todo lo expuesto, DISPONGO:

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Artículo primero: Falange Española y Requetés, con sus actuales servicios y elementos, se
integran, bajo Mi Jefatura, en una sola entidad política de carácter nacional que, de
momento, se denominará Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Quedan
disueltas las demás organizaciones y partidos políticos (…)
Dado en Salamanca a diecinueve de abril de 1937. Francisco Franco.

LA SITUACIÓN DEL GOBIERNO TRAS EL ALZAMIENTO


Al siguiente día del alzamiento militar el gobierno republicano se encontró en esta
situación; por un lado tenía que hacer frente al movimiento que desde las capitales y
provincias ocupadas tomaba la ofensiva contra Madrid.; y por otro, a la insurrección de las
masas proletarias, que sin atacar directamente al gobierno, no le obedecían. Para combatir
al fascismo, querían hacer una revolución sindical. La amenaza más fuerte era, sin duda, el
alzamiento militar, pero su fuerza principal venía, por el momento, de que las masas
desmandadas dejaban inerme al gobierno frente a los enemigos de la República. Reducir
aquellas masas a la disciplina, hacerlas entrar en una organización militar del estado, con
mandos dependientes del gobierno, para sostener la guerra conforme a los planes de un
Estado Mayor, ha constituido el problema capital de la República.
Azaña, escritos políticos y de guerra

LAS COLECTIVIZACIONES ESPONTÁNEAS


El gobierno no existe. Nosotros colaboramos pero ellos no pueden hacer otra cosa que
sancionar lo que las masas ya han hecho. Nuestra táctica en el momento presente consiste
en fortalecer nuestra posición a través de avances sucesivos tales como apoderarnos de los
servicios públicos, las industrias y la tierra, así como la obtención de salarios más elevados,
disminución de las horas de trabajo. etc.
Declaraciones de Andrés Nin (líder del POUM), Agosto 1936

Todos los obreros de todas las industrias deben proceder inmediatamente a apoderarse de
las empresas colectivizadas. Debe hacerse lo más rápidamente posible; después deberán
nombrar un consejo de obreros para dirigir la industria, aconsejados por los expertos
técnicos que sean necesarios.
Boletín de la CNT, Agosto de 1936

El papel de la Iglesia
La Iglesia no podía ser indiferente en la lucha. De una parte, se suprimía a Dios, cuya obra
ha de realizar la Iglesia en el mundo y se causaba a la misma un daño inmenso, en
personas, cosas y derechos; de la otra estaba el esfuerzo por la conservación del viejo
espíritu, español y cristiano. Afirmamos que el levantamiento cívico-militar ha tenido en el
fondo de la conciencia popular un doble arraigo: el del sentido patriótico, que ha visto en él
la única manera de levantar a España y evitar su ruina definitiva; y el sentido religioso, que
lo consideró como la fuerza que debía reducir a la impotencia a los enemigos de Dios, y
como la garantía de la continuidad de su fe y de la práctica de la religión...
Carta colectiva del episcopado español sobre la guerra (1 de julio de 1937)

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El gobierno francés inicia la política de no intervención. 1936.
"...El Gobierno de la República francesa, deplorando los trágicos acontecimientos de que es
teatro España; decidido a abstenerse rigurosamente de cualquier injerencia directa o
indirecta en los asuntos internos de ese país; animado de la voluntad de evitar cualquier
complicación perjudicial al mantenimiento de las buenas relaciones entre los pueblos;
declara lo siguiente:
1.- El Gobierno francés prohíbe, en lo que le concierne, la exportación directa o indirecta, la
reexportación y el tránsito con destino a España, posesiones españolas y zona española de
Marruecos, de todas las armas, municiones, material de guerra, así como de todas las
aeronaves montadas o desmontadas y de toda nave de guerra...
3.- El Gobierno francés tendrá informados a los otros Gobiernos participantes en este
acuerdo...
4.- El Gobierno francés, en lo que le concierne, pondrá en ejecución esta declaración
apenas se hayan adherido a ella los Gobiernos británico, alemán, italiano, soviético y
portugués... "
París, 15 de agosto de 1936.

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