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AES convencdo de que uno de ls problemas 0 grandes interragantes que hoy debe enfretar la vida consagrada sla cuestion del idntidad.¥ todo est tiene mucho que vercon ello Porque de lo que podamos adararns en este semido depended muchas veces que alguien se atrevaonoa dar el paso de pertene- cera ella, Vale la pena ser religioso 0 religisa? Qué gano con ell? Me facta la santida, ef sequimiento de Jets, ol ser Iisioneroo vv tal o cual cars? Para que hacer las renundlas que los votos suponen, a tantas cosas buenas, si puedo ser santo, iisionero, vivir determinadaespituaidad siendo aa? #1 autor expone con valentia y perspicacia temas, interrogantes y pistas que dan pie para abrir el corazén, cuestionar el camino lograr que los que optaron por él camino lo sigan con mayor aucdacia, creatividad y aleria Poder, se puede! Gel CLARET GEARED jA tiempo completo or el Reino! — Consagracién y votos oo oe jA tiempo completo por el Reino! Consagracién y votos Luis CasaLé, SM jA tiempo completo por el Reino! Consagracién y votos fel /+— Editorial Claretiana Casall, Luis A {A tiempo completo por el reino! : cansagracida y vator . - La ‘ed. - Ciudad Auténoma de Buenas Aires : Clareciana, 2014, 128 p.; 17x11 em. - (Vida consagrada) ISBN 978-950-512-869-3 1. Vocacién Religiosa. I. Ticulo cpp 248.4 A CLARET Edlitrial Claretana es miembro de CClaret Publishing Group Bangalore « Barcelona + Buenos Aires + Chennai ‘Macau * Madrid + Manila «San Pablo Coordinacién de coleccién: Ma. Gabriela Spalla Fuentes Correccién: Laura Marfa Vaccarezea Disefio de apertura de coleccién: Ma, Gabriela Tavelli 1 edicién, noviembre de 2014 Todos los derechos reservados Queda hecho ef depésito que ordena la ley 11.723 Impreso en la Argentina Printed in Argentina © Editorial Claretiana, 2014 EDITORIAL CLARETIANA Lima 1360 - C1138ACD - Buenos Aires Repiiblica Argentina Tel: 4303-9510/9597 - Fax: 4305-6552 E-mail: editorial@claretiana.org www.claretiana.org PREFACIO Es para mi una gran alegria que mi hermano y amigo Luis Casali, sm, a quien conoct en ese hermoso fontanar de vida que es la marcha de la vida consagrada en nuestros pueblos del sur lati- noamericano, se haya decidido a escribir algunas reflexiones sobre la misma. Pero ademés de esto, que me pidiera prologar sus escritos. Compartimos con él momentos de animacién en la Conferencia Argentina de Religiosos (Con- fat), también nos acompaié en la Congregacién de los Claretianos en algunos retiros, pero sobre todo, veo en él alguien que sintetiza con su re- flexién y su experiencia lo que anhelamos para este tipo de vida en la Iglesia. Si algo sefiala con claridad la Vida Consagra- da es que Dios esté vivo y merece ser bendecido, glorificado, anunciado... Y lo maximo que le po- demos brindar a él no es solo buenas intenciones o meras actividades, sino la vida misma, en su to- talidad. Y esto es el meollo de la vida religiosa. “Dejar a Dios ser Dios en nuestra existencia lle- néndola de su amor, a fin de que él sea conocido, amado, servido y alabado, como oraba san Anto- nio Maria Claret. Luss Casaus No estamos delante de un estudio exegético de investigacién o teorias sesudas ¢ incomprensibles aunque se percibe conocimiento teoldgico en cl manejo de los textos. Lo biblico, en especial las ensefianzas de Jestis, aparecen como algo muy cer- cano a lo humano, como algo, diria, que le perte- nece al hombre y que tal vez lo estaba esperando. Estos son libros que derrochan vida para obtener mas Vida. Destaco ef aspecto testimonial de toda la obra que nos transmite la experiencia de varios afios de entrega fecunda donde fluye la vida y tarea de un sacerdote, formador, consagrado y amante inclau- dicable de la vida consagrada. Lo que aqui nos entrega mi hermano y amigo es la rumia de lo vivido, su testimonio personal, sus afios de escucha e interpelaci6n de la vida reli- giosa, acompafiando novicios, religiosos, encuen- tros y retiros. Y la promesa de lo por vivir. jal este trabajo sea fecundo en la vida de tantos consagrados y consagradas, especialmente en este tiempo en que la Iglesia toda, por inicia- tiva del papa Francisco, centra su atencidn en ella con el afto de la Vida Consagrada, porque recono- ce la validez y riqueza de su existencia. Juan José Chaparro, cmf Obispo de San Carlos de Bariloche 6 PRESENTACION DE LA COLECCION Durante mucho tiempo me resist{ a escribir un libro sobre el tema que fuere. Sin embargo me ha tocado en la vida escribir mucho. Y me ha gusta- do hacerlo, con mayor 0 menor acierto y/o inspi- racién, Pero siempre me ha parecido mejor hacer escritos cortos y sobre temas bien puntuales. Muchas de las tematicas que abordé han teni- do que ver con los religiosos. El afio de la Vida Consagrada, que el papa Francisco propone a la Iglesia Universal, ha terminado de decidirme a publicar, dindoles cierta unidad, algunas de mis reflexiones. También es honesto decir que me ha ganado un cierto escepticismo sobre el valor de la palabra escrita. Unos cuantos conocidos y amigos mios han escrito mucho y bien. Sin embargo, ni el mundo ni la vida religiosa parecen haber suftido alguna mella positiva con tanta bibliografia que hos supera y que no somos capaces de leer y me- nos digerit. {Qué puede cambiar un libro més? ;Cémo puede incidir en la marcha de nuestra historia? ‘A veces me pregunto zno esté todo dicho en el 7 Luis Casata, sit evangelio? ;Se puede decir algo mas? {Se puede decir mejor? Para colmo me confirma en estas sospechas el modo en que el papa Francisco encara su misién, Desde luego que habla con los gestos. ¥ que ellos son un idioma universal que entienden todos, ri- cosy pobres, orientales y occidentales. Y, ademés, nos “pega” con sus frases cortas, oportunas, ad hoc, sin anestesia, que a veces necesitan forzar y reinventar el lenguaje para poder expresar todo el contenido que quieren transmi Pues bien, dicho esto, cabe preguntarse por el sentido de querer publicar estos seis libros que abarcan seis teméticas diferentes. Desde luego que tengo mis razones. La primera es tener la conviccién de que mu- chos de las reflexiones que oftezco ya le han hecho mucho bien a infinidad de personas de diversas partes del mundo, por lo tanto, pienso que hoy lo pueden seguir haciendo. En segundo lugar, no he renunciado a mi con- viccién acerca de la no necesidad de un tratado. Este libro no es un tratado cerrado y sistemati- co sobre la vida religiosa. Son reflexiones sobre diversas problemdticas actuales de los consagra- dos. Son capitulos que tienen su propia identi- dad y objetivo. ¥ que los he ido agrupando en diferentes aparcados, segiin los temas. Pienso que 8 jA TEMPO ComPLETO Por EL REINO! este tiempo de cambio que transita la VC no es momento oportuno para “tratados”. Llegaré el tiempo, seguramente, en que podamos hacer una sintesis mds amplia y completa. En tercer lugar estoy convencido que la VC est hoy viviendo una etapa muy especial de su historia secular. Una etapa de profunda transfigu- racién. Por eso se hace urgente, y casi es un impe- rativo, reflexionar sobre lo que estamos viviendo y socializa: nuestra reflexién. Teniendo estas tres razones por delante y una editora amiga que me empuja por detrés, me lan- zo ala pileta, Me resta agradecer a las personas que me motivaron a hacerlo y me confirmaron con sus opiniones, sugerencias, correcciones. Siempre y desde todos los puntos de vista que se lo quiera mirar, un libro es una construccién, grupal. Aunque més no sea porque brota de una experiencia de vida que desde luego ha sido, es y quiere seguir siendo construida en comunién con todos los consagrados. A todos y todas ella : muchas gracias! LA CONSAGRACION Y LOS VOTOS RELIGIOSOS Una relectura de los votos en el contexto actual Introduccién El seguimiento de Jestis en la Vida Consagrada se ha ido estructurando histéricamente en torno a los tres clésicos votos de religion. La profesibn de la pobreza, castidad y obediencia ha sido el modo conereto a través del cual se entraba a ser parte de los Institutos de VC. De esta manera se quiso dar un marco formal a un modo de vida cristiana que pretendia reproducir y ser memoria de las opcio- nes existenciales del Jestis histérico. _ Hasta hace poco tiempo -sin dejar de recono- cer que siempre ha sido exigente este modo de vida-, la aceptacién y reconocimiento social y eclesial de los votos como manera excelente de vida cristiana, era algo apaciblemente aceptado. Eran muy pocos los que dudaban que estas opcio- nes, facilicaban la santidad y la misién e introdu- i Luis Casata, sit cian en un Ambito sagrado a los que asumian esta forma de vida, Pero los cambios teolégicos, culturales y an- tropolégicos han supuesto una modificacién tal en los paradigmas tradicionales, que hoy se hace , no sélo el sentido 8. Algunos los cucstionan desde el mismo seguimiento de Je- sis, Si bien es cierto que casi nadie niega hoy que Jesiis fuera célibe, también es cierto que nunca encontramos en él un elogio del celibato y la vir- ginidad como un valor por el cual se pueda optar, al margen de una primera y decisiva opcién por el Reino. En tal caso tendria mucho mds sentido el hacer voto de entrega y servicio incondicional al Reino, con todas sus consecuencias, una de las cuales se- tia el celibato. O bien hacer votos en relacién con otros valo- res que Jesiis se encargé de predicar y manifestar més claramente con su vida: la minoridad, el ser- vicio, el perdén, la humildad, etc. Lo que s{ queda clarisimo es que el modo en que Jesis vivid su relacién con las mujeres -en definitiva su ser va- rén- no ha sido para nada el modo en que los re- ligiosos y religiosas hemos vivido nuestra relacién con el otro sexo. Jestis tuvo profundas amistades 12 iA riempo cowpteto por et Reino! femeninas y se permitié expresiones de carifio que entre nosotros serian casi escandalosas. Me he detenido en el tema del celibato porque ha constituido como el corazén de la vocacién a la vida consagrada. Ha sido para muchos su gloria y su cruz, Pero podrfamos igualmente referirnos ala pobreza y a la obediencia, sefialando también notables diferencias entre el modo en que Jesus vivié estas dimensiones de su vida y el modo en que se las vivié en la vida-consagrada. En relacién a la pobreza muchas veces la VC propuso un modo de vida mds cercano al mode- lo de Juan Bautista que al de Jesits. En ella se ha hecho el elogio de [a renuncia de los bienes de la tierta, de modo muy parecido al que lo hizo el estoicismo o Didgenes, el cinico. De esta forma se cultivé una actitud mas cercana al maniquefsmo que al modo concreto en que Jestis se atrevia a disfrutar de los bienes de la creacién, al punto que lo llamaban glotén y bebedor. Y en relacién a la obediencia, hay que decir que Jesis fue un rebelde; un desacatado, que sal- tando las mediaciones humanas referencié toda su vida y su misién directamente con su Padre. No hay duda que Jo que Jess més-destacé fue la obediencia. Pero una obediencia directa al Padre. Hoy el tema se complejiza porque al menos en el pasado, en nuestras culturas occidentales y cris- 13 Luis Casatd, sit tianas, el celibato y la virginidad, la obediencia y Ja pobreza (entendida como ahorro, austeridad de vida, etc.) eran valores universalmente aceptados. Perolhoy no es asi. | Estamos entendiendo y aprendiendo a vivir la sexu: de modo distinto. Ya no es un “mal menor”, algo que hay que aceptar en funcién de la reproduccién humana, ¥ el placer, sobre todo el placer que acompafia a la sexualidad, que siempre fue mirado con sospecha, es considerado como algo bueno, y hasta necesario. Y podemos decir lo mismo con la obediencia. ¢Hasta dénde es legitimo renunciar a la propia li- bertad, delegar en otros la capacidad de decisi6n, someter la propia conciencia a lo que piense o de- cida un superior? {Cémo y por qué hablar de supe- Tiores si en el evangelio lo que se pondera y valora es el servicio y situarse en el ultimo lugar? Jesis trastocé el orden social afirmando que los tiltimos son los primeros. Qué fundamento evangélico puede tener una VC donde existan jeranquias? Sobre la pobreza también se pueden hacer mu- chos interrogantes. Desde luego que es legitimo el debate sobre si la castidad y la obediencia son valores. Hay muchos elementos que nos permiten justificarlas, releerlas y refundarlas. Pero no hay duda que la pobreza no es un valor, Es legitimo hacer voto de un no-valor, de algo que Dios no 14 jA Tiempo compuero Por et REINo! quiere? Lo menos que habria que hacer es cam- biarle de nombre. Podrfa llamarse voto de soli- daridad, de compartir los bienes, de sencillez y austetidad de vida, de vida sana y ecolégica, de compromiso con los pobres, etc. Pero todavia nos queda un problema atin ma- yor. El mismo concepto de “consagracién’ jes un concepto que hay que revisar. Hlasta hace relativa- mente poco tiempo estaba bastante asumido que habia como dos mundos. El mundo sagrado y el mundo profano. Dos mundos que desde luego se intetrelacionaban. Y decir profano no equivalia, al menos en la teologia mas seria, a decir malo, perverso o demoniaco. Desde luego que era infé- rior en relacién con el mundo sagrado que obvia- mente era superior. / Hoy es dificil sostener esa diferencia. En reali- dad es dificil sostenerla desde que el Hijo de Dios se encarné y asumié integramente la realidad hu- mana, pero ademds asumié todo el cosmos, toda la naturaleza. La encarnaci6n es un salto que rom- pe esa distancia y/o frontera entre lo sagrado y lo profano. Todo es sagrado, todo es asumido por Dios, y lo que no se asume, como decian ya los tedlogos en la Edad Media, no se tedime. jAcaso una vida humana es sagrada a partir del bautismo? :Acaso no es sagrada toda vida? Por ello hay que repensar y volver a justificar y aclarar las 15 Luis CasaLé, sm categorfas que usamos para hablar, por ejemplo, de vida consagrada, Estaba antes bien claro que consagrar eta sepanar, dedicat a un uso sagrado, introducir una persona 0 un objeto en un ambito diferente, en el émbito 0 propiedad de Dios. Hoy esto no nos cierra. Por otro lado, ,qué afiadirfa la profesidn re- ligiosa a la consagracién bautismal? ;Hay al- giin plus de gracia, de importancia, de cercania a Dios, de preferencia por parte de Dios que se afiada cuando se hacen los votos? En el caso de a ordenacién sacerdoral esté claro que se trata de un sacramento y que recibirlo habilita para una misién especial dentro de la comunidad cristia- na. ;Sucede lo mismo con la profesién religiosa? {Somos més sacerdotes, profetas y reyes que los laicos? $i afirmamos esto y entramos por este ca- mino facilmente volveremos a considerat la vida consagrada, o vida religiosa, como un “estado de perfeccién”, En estas paginas queremos en primer lugar ofrecer una reflexion sobre estos temas, inten- tando ahondar en lo-que-pueda-significar hoy la “consagracién-religiosa’. Estoy convencido de que uno de los problemas o grandes interrogantes jue hoy debe enfrentar la VC es la cuestién de la |. Y todo esto tiene mucho que ver con ello, Porque de lo que podamos aclararnos en este 16 iA Tlewpo compLeto por Et Reto! sentido dependerd fnuchas veces que alguien se atreva o no-adar él paso de pertenecer a ella, @Vale la penaser religioso 0 religiosa? ;Qué gano con ello? ;Me facilita la santidad, el seguimiento de Jess, el ser misionero o vivir tal o cual caris- ma? ;Para qué hacer las renuncias que los votos suponen, a tantas cosas buenas, si puedo ser san- to, misionero, o vivir determinada espiritualidad siendo laico? Desde luego que cuando en el concilio Va- ticano II se redescubre el valor del bautismo, al mismo tiempo se siembra la semilla de la duda sobre la vida consagrada. El laico ya no es més un cristiano de segunda categoria. En segundo lugar, queremos entrar a fondo en cada uno de los votos religiosos para intentar ofte- cer una relectura de los mismos de acuerdo, por un lado, con la realidad cultural en que vivimos. Pero también en relacién con la teologia contem- pordnea y con nuestro nuevo modo de mirar el mundo, la historia de salvacién y la cristologia més reciente. Sé que no es un trabajo que quedaré termina- do, pero bastard que nos oftezca pistas para que los que hemos optado por este-caminio lo prosi- gamos con mayor audacia, seguridad, creatividad y alegria. 17 LA CONSAGRACION Y LOS VOTOS EVANGELICOS { Sumario = Esta primera reflexién tiene como objetivo profundizar en el sentido de la consagracién a la luz del acontecimiento de la encarnacién del Hijo de Dios. Con mucha naturalidad hablamos de vida consagrada, pero esta expresién es ambigua, al menos en cuanto toda vida es sagrada porque a Dios pertenece ¥ es consagrada en el momento del baucismo, para los que pertenecemos a la Iglesia. Por eso es necesario detenernos a pensar qué queremos decir cuando hablamos de “consa- gracién religiosa”, qué es lo que una persona puede querer expresar cuando hace sus votos de religién delante de la Iglesia, y qué es lo que le toca hacer a Dios cuando esa persona expresa su deseo de poner toda su vida en sus manos. Porque es obvio que slo Dios puede consagrar, Sélo el Santo puede, de modo ab- 19 Luts Casata, sit solutamente gratuito, hacer santos, sagrados, a sus Criaturas. Por eso tal ver la categorfa que mejor exprese lo que sucede en la profesidn religiosa sea la de alianza) El varén o la mujer que han sentido eh-deséo de consagrarse hacen su promesa, sus yotos. Y Dios a través de la mediacién de la Iglesia consagra. Creo que el momento central de la profesién religiosa no es cuando el ser hu- mano exptesa sus promesas, sino cuando Dios, a través de la invocacién al Espiritu Santo -epi- clesis'- consagra. i Todas las formas de vida cristiana se relacionan profundamente y tienen sentido y significati- vidad en la medida en que se vinculan, ilumi- nan, sirven y fecundan mutuamente. Por eso en estas primeras paginas no puede fal- tar la referencia a la vida laical. La cuestién de qué pueda significar esta nueva consagracién en la vida consagrada est abier- ta, En el documento post sinodal sobre la vida consagrada alude a ello de diferentes maneras. Es muy interesante acudir a esos textos: 1.Epcless: también epiless. Invacacin a ios para que envi u Espiritu Santoytrans- fexme les cosas oles personas En a Misa hay dos epicless, dentro dela plegaria euca- istic, pero también en la celebracin de todos os sacramentos, dentro dela orion ‘onsacratoria be cada uo de ells. Lo mismo sucede, como es obvi, en el momento de la profes eligisa 20 A Tiempo comp.eto por ct Reino! Unas veces se habla de “Excelencia objetiva de la vida consagrada”: VC 18 y 32. Otras veces de “Nueva y especial consagra- cién”: VC 30 ~ 31 — 32-2. La consagracién El concepto de “consagracién” hoy esté en cti- sis, Hoy somos mas conscientes de que desde la encarnacién del Hijo de Dios las fronteras entre lo sagrado y lo profano se han diluido, Todo es sa- grado, porque todo viene de Dios y apunta y regre- saa Dios. Porque todo est naciendo de Dios que comparte su existencia y la regala gratuitamente a las creaturas (esto ya lo sabfan los escolésticos, pero no se sacaron, a mi modo de ver, las debidas conse- cuencias), Todo lo que existe es una manifestaci6n de la sabiduria, del poder y del amor de Dios que compart stt ser con toda la creacién. zAcaso no es sagrada toda vida? ;Acaso el sacerdote hace sagrada la vida de un nifio cuando lo bautiza? Por eso el término “consagracién” hoy necesita set profundamente repensado. Dicho esto podemos también reconocer que hay cosas, tiempos, espacios y personas que tienen 21 Luis Casatd, sm tuna particular relacién con Dios. Son realidades que se refieren de modo especial a lo sagrado, y de alguna manera Jo visibilizan. Son realidades que nos remiten a la dimension trascendental, misté- rica, de la existencia. Cuando hablamos de Jo sagrado nos referimos aesa dimensién profunda y misteriosa de la rea- lidad; misterio que abarca a toda la creacién y a cada vida humana. Misterio que nos sobrepasa y nos trasciende y que habla de la imposibilidad de reducir la existencia, y todo lo existente, a los It mites de la raz6n humana. Esta es demasiado pequefia para comprender el conjunto del Universo, el sentido de la vida, el milagro del amor, el para qué de la creacién, el porqué de la muerte, Incluso podemos decir que cada set humano es un misterio para si mismo porque hay dimensiones profundas de la propia existencia a las que nunca podremos tener acceso, por més anilisis (terapia) que hagamos. Hay personas. que tienen una particular ca- pacidad para descubrir y vivir esta dimension _imisté istencia. Tienen una particular capacidad para lograr ver lo invisible, lo escondi- do, a través y en_lo visi una particu- lar capacidad para descubrir el sentido de lo que acontece; "para trascender los datos empiricos que recibimos a través de los sentidos e itimésialld de 32 jA TEMPO comptero por et Reino! ellos; o mejor, encontrar en ellos algo més que un- dato empitico-(una cosa, un color, una cifra, un elemento de la naturaleza) y entrar con y a través de ellos en algo que est por debajo de ellos, o més arriba de ellos, porque los relaciona, los vincula, Jos asocia, a una toralidad y a un sentido, que los hacen ser mds que una cosa, un color, una cifra, un elemento de la naturaleza. Tienen la capacidad de escuchar todo eso y de entender de qué hablan, qué mensaje guardan para ser develado por quien tenga la capacidad de hacerlo. En realidad, todas las personas tenemos esta capacidad de entrar en lo sagrado. Es parte del equipamiento que traemos al nacer, por ser seres humanos, Es una parte de nuestra inteligencia y la llamamos “inteligencia espiritual”®. Lamenta- blemente la sociedad y la educacién no tienden a desarrollar esta dimensién de la vida humana. La educacién, porque la mayor parte de las veces, en el mejor de los casos, cultiva la dimensién téc- nico-cientifica para preparar los futuros operarios quel mercado de trabajo necesita’, Y la sociedad, 2. a importancia def espitualided por a salud (22 | 11 2013) Pigina de Boft en Koinonia Pagina de Leonardo Boft. 3, fsto lo afrmo porque lamentablemente [a escuela no prepara pare nada, dado su bajsimo nivel, a pest de todos as esuerzos, formas, inversion monetara que se ha hecho en cualquiera de nuestros pases 23 Luis CasaLt, sm porque es una sociedad de consumo que encandi- la con sus flashes y sus lucecitas de colores, y nos vende baratijas, como hacfan los conquistadores con los pueblos originarios de nuestro continente. Dicho de otra manera, nos oftece “pan y circo!”, nada nuevo bajo el sol. Peto esa dimensién espiritual sigue estando pre- senterY si bien no se desarrolla la inteligencia espi- ritual, que ¢s la hertamienta para poder acceder a ese mundo y/o dimensién intima de la realidad, re- sulta que la necesidad espiricual sigue presente, por- que el ser humano es un ser “bio-psico-espiritual”. Légicamente al estar presente esa necesidad y al no tener la capacidad para satisfacerla se gene- =n iis, sie swe (> el lado del consumo excesivo, la sexualidad desen- frenada, las drogas de todo tipo, etc.), y finalmen- tela.angustia-existencial, que ¢s una de las tipicas enfermedades de nuestra época. Una de las funciones més importantes de las religiones es satisfacer esa necesidad.espiritual del ser humano. Y ello se consigue -fundamental- mente dds maners La primera es logrando ofrecer un sentido.a la vida (y a la muerte), a la existencia. La segunda es ofreciendo mediaciones, ins- trumentos, herramientas para entrar en conexién con lo divino, con la totalidad, con el misterio, con 24 iA Tiempo compueto Por et Reino! Dios. ¥ para hacernos sentir en comunién con allo, parte de ello. ‘Las personas verdaderamente religiosas (habria que decir espirituales) son aquellas que en su vida desarrollan de modo especial su inteligencia espi- “ritualNo son, simplemente, aquellas que cum- plen determinada funcién (por mds “sagrada” que patezca), ni las personas que realizan ciertos cultos, que a veces parecen obras de teatro y no experiencias que apunten a que los que participan tengan algin tipo de experiencia mistica. No se es espiritual por cumplir funciones religiosas, por realizar acciones religiosas, por pertenecer formal- mente a una institucién religiosa. Alguien es verdaderamente_religioso/a-espiri- tual porque tiene una particular capacidad, incli- nacién, gusto, intuicién por las cosas espirituales, _ y porque ha descubierto el mundo de los valores y_ _ tige su vida por ellos. ‘A estas alturas habré quedado claro que las cosas espirituales no son algo etéreo, abstracto, desconectado con la realidad mundana. Las cosas espiricuales, o la “realidad espiritual” si se prefiere, es la dimensién tiltima de toda la realidad. Estas personas disfrutan entrando en el silen- cio, en el misterio, escuchando las voces y la Voz que susurra desde el fondo del ser. Son capaces de lograr el silencio interior, de habitar su propia exis- 25 Ls Casas, si tencia, de interpretar aquello que es interpretable y de callar cuando la realidad nos supera y nos es- tremece con su belleza ¢ inmensidad, o nos golpea ¥ nos noquea en los momentos en que la tragedia arrasa las vidas de las personas, dejéndonos parali- zados frente al misterio del dolor y del mal. “Todos somos consagrados — todos tenemos vocacién de consagrar Siendo que Dios habita en cada uno de noso- tros hay que decir que todos somos sagrados. El antiguo catecismo ya decia: “;Dénde est Dios? Dios estd en el ciclo, en Ia tierra y en todo lugar”, Pero si hay algrin lugar donde preferentemente esté es en la persona humana, hecha a su “imagen y se- mejanza”. Por eso cuando en el bautismo un nifio es “consagrado”, simplemente se k cien- do la dignidad de hijo. de Dio pero ademés se. 4, Ya sefilbaras cimo toda persona, de alguna manera tde via, es sagrada,Interesante ‘chime vida est ealidad en ls pueblos pre hispanos:“E maya rela que silos bles secr- ‘aban in permiso de os oss el close desplamariay ln regres alate Los nas ivocaban el nome de su das Quetzal! antes de lr un ba. Confrme al eligioso esp fo Jaco de a Sea, las nahus peda germiso paras uso al bol mismo"Lasindigenas atribuian aks doles alas raconales ceyendo que mucho tempo antes fs drboles ean pesonas. por ello que antes de tare ls saludban ks peian perso para corto, 3 Jo queaccedan a egafaientes"Lostarahumarascampartian con osnahuas la ceencia de que Jostolesposelan in ala raion Como todas ls itr vivetes as bolssnten lor yale. Cuando aun bose hacia enoaro see isuitabasevengaba desu oensr: pd _ww/2ineccgohmpublcadnes/ibres118/ap. hl 26 iA Tiempo compuero por et Reino! Je admite a recorrer el camino que Jestis recortié, siendo miembro de la Iglesia, y se le confiere, en- tre otras cosas, la dignidad y la misi6n sacerdotal. 3En qué consiste esa dignidad? En hacer sagra- das todas las cosas, en consagrar toda la creacién. El sacerdocio ministerial que se les otorga a al- gunas personas a través del sacramento del orden sagtado apunta en la misma direccién. El punto més alto de su ministerio, las palabras de la con- sagracién en la eucaristia, consiste en hacer pre- sete de modo sacramental y real a Dios, en unos pequefios elementos de la creacién (pan y vino). Por eso la cucaristia deberia visibilizar sacramen- talmente, anticipar, la utopia del Reino: gue Dios sea todo en todos (1 Corintios 15,28). Una consagracién especial, incluso de mayor categoria? Ahora bien, los cristianos creemos en la exis- tencia de un Dios personal, y que esa realidad sagrada, fundamento de todo lo existente tiene nombre: se llama Trinidad porque es Padre, Hijo y Espiritu Santo. Y ademés afirmamos que en el seno de esa Trinidad hay un ser humano, Jesucris- to, que es Hombre y Dios verdadero. Y también creemos que ese-Dios personal-llama a algunas personas a explicitar, visibilizar en sus propias vi- das, en su misma humanidad, su presencia. 27 Luts Casati, si Es una “Vocacién especial”| de algunos hom- bres y mujeres a dedicar toda su vida a Dios y a las cosas de Dios. ¥-el-camino.para-lograrlo.es. seguir.a-Jesucristo; porque nadie ha sido tan hu- mano como Jesis ni tan divino como Jestis, Es siones humanas més profunds, lirséiualidad, la pulsién del poder y del tener, como Jestis lo hizo en su existencia histérica, Remitir con la propia existencia, con el modo de pélisar, de sentir y de actuar a Jesuctisto. Y esto no por una simple “imitacién’” de Jesu- ctisto, sino dejando-que la vida de Jesucristo se desarrolle dentro-de nosotros. Todos somos Jesu- ctisto (no slo porque tengamos un acta de bau- tismo) en la medida en-que-dejamos que brote desde dentro de nosotros lo més humano y lo més divino que existe en uuestro ser. San Pablo lo expresaba de esta manera: Ya no vivo yo, 6s Cristo quien vive en mi (Gélatas 2, 20). Muchos de estos hombres y mujeres marcados por la pasién de penetrar en el misterio de la vida, \. por ser buscadores de sentido y de plenitud, por desentrafiar los interrogantes més profundos de la existencia, apasionados por la utopia de transfor- mar el mundo en que vivimos en un mundo dife- 28 jA Tiempo compuero po et Reino! rente, mejor, mds fraterno, mas humano, quieren hacerlo de la mano de Jesucristo. EI también fue un apasionado por las cosas de Dios, a quien experimenté como Padre, y por Jograr el advenimiento del Reino, cuya presencia descubrié y sefialé en medio de esta historia nues- twa cargada de ambigiiedades. momento de su bau- tismo. E] fue un hombre que experimenté que era Hijo muy amado a través de la profunda experien- cia espiritual que tuvo en ese momento clave de su vida. El signo exterior fue que bajé sobre él el Espiritu Santo en forma de paloma (Lucas 3, 22). Alli se-despertéren Jestis la conciencia de que era Hijo de Dios. Y se dedi a despertar-esa-mis- _ma:conciencia-en-nosotros. Todos somos hijos de Dios y debemos vivir y relacionarnos como hijos de Dios, como hermanos. Por eso se puede decir que si bien todos par- ticipamos de la misma naturaleza humana, que como ya explicamos es manifestacién de la divi- nidad, algunas personas sienten el llamado a con- _sagrar su vida a no hacer otra cosa que continuar la causa de Jest: visibilizar la presencia del Reino en medio de la humanidad,-o sea entregarse -de- dicarse a si mismos- a la tarea de hacer presente a Dios en todas las cosas. 29 Luis Casath, sit Utilizando el lenguaje de Isafas, tal vez el mas grande profeta de Israel, intentan que el conoci- miento del Sehor lene la tierra como las aguas cu- bren el mar (Isafas 11,9). Y no se trata de un cono- cimiento intelectual, racional, como si se tratara de un adoctrinamiento, Se trata de que en la con- ciencia de la humanidad-emerja-el “darse cuenta” de la presencia de Dios én todos y cada uno y en- todo lo creado: Por eso, para responder a la pregunta que nos hicimos al inicio de este apartado, hay que de- cir que qu ‘especial. Dios escoge algunas personas para que se lediquen, de forma ptidtitatiay to- bilizar la presencia de su Hijo Jestisen la Austria. , Obvio que esas personas aceptan libremente este llamado. Lo experimentan en el fondo de su ser en algiin momento de su vida. Y se les despier- ta como un deseo, un atractivo por dejarlo todo y dedicarse a tiempo completo y para siempre a las cosas de Dios. Hay que decir que ese atractivo, ese deseo, nace del fondo de la propia persona, cuando sabe escuchar en el silencio el susurro de la “voz” que Jo llama (lo vocaciona), y al mismo tiempo le ge- 30 iA Tiempo comptero por et Reino! nera la pasién por buscar a Dios y la pasién por sant Sifts la humanidad hetida, {Todos discipulos y misioneros! La comin vocacién recibida en el bautismo Acestas alturas seguramente haya quedado cla- ro que todo ser humano es sagrado, y que por el bautismo a comtin dignidad y vocacién de ser “hijos de Dios” es puesta de manifiesto, al mismo tiempo que se nos invita a caminar hacia la santi- dad siguiendo las huellas y el ejemplo de Jestis, y haciendo saya su causa. El bautismo, nos hace cristianos y es la puerta por la que entramos a formar parte de la Iglesia. La Iglesia es una comunidad de santos y pecado- res que intentan expresar a través de su vida y de su ensefianza que Jestis est vivo, y qué él y su propuesta son vida para el mundo. Aunque muchas veces no seamos conscientes de qué se trata, el bautismo, nos hace “sacerdotes, profetas y reyes”. Pocas veces se sacan las debidas conclusiones para la vida, de esta vocacién y dig- nidad que el bautismo confiere. En principio por- que es més cémodo mirar al “simple laico” como un cristiano de segunda categoria. 31 Ls CasatA, si La primera categoria pertenece a los que asu- men otros compromisos (antes se decia a los que se decidian a cumplir los “consejos evangélicos”, en vex de conformarse con cumplir los manda- mientos o preceptos). Estos entraban a formar parte de un supuesto “estado de perfeccién” desde el que podian mirar desde arriba a los demas, y des- de luego gozar de los beneficios y derechos que otorga tal estatus. Pero en cuanto cristianos, olvidamos que so- mos lo que somos por el bautismo; todo lo demés es un modo de vivir el bautismo. Algunos deciden vivirlo asumiendo compro- misos con una familia propia y luchando en el mundo por hacer presente el reinado de Dios. Es- tos son la mayoria de los cristianos, el grueso del Pueblo de Dios, en funcién y al servicio del cual estan todos los ministerios ordenados. Lo que Ila- mamos jerarguéa de la Iglesia (no es una buena forma de llamarlo) es simplemente todo aquello que en la Iglesia sirve para sostener, animar y or- ganizar al Pueblo de Dios. Para ello le corresponde y le viene bien no estar arriba, sino abajo del Pueblo, o en tal caso a su lado, para poder servitlo mejor, al estilo de Jests, que pedéa que los “primeros sean los tiltimos”, 32 iA TleMPo comptero por eu Reino! Otros viven la comtin vocacién recibida en el bautismo de una manera bastante extrafia que trataremos de explicar més adelante. O sea que debemos pasar de una imagen de la Iglesia piramidal con el vértice hacia arriba, a otra en que la pirdmide se invierte, para finalmente llegar a otra que es mds evangélica: una imagen circular. Todos discipulos y misioneros, con matices propios Esta dicho que simplemente por ser bautizado y, suponemos, también evangelizado. Todo aquel que esté verdaderamente evangelizado no puede dejar de convertirse en evangelizador. Porque esta es la vocacién de la Iglesia, para esto existe: para evangelizar, para anunciar a Jests. Y si uno es de verdad cristiano se supone que nunca perderd su condicién de discipulo (“escu- chante” de la Palabra) y de misionero (“anuncian/ te? de la Palabra). Pero den:ro de la Iglesia vamos siguiendo a Je- stis con matices propios. Estos son como los co- lores, acentos, insistencias con las cuales unos y otros vivimos el evangelio. Cuando esos matices son realmente evangélicos (y no son rarezas, puras ocurrencias Aumanas), los llamamos carismat, 33 Luts Casatd, Sit La Iglesia se entiquece con estos carismas que la hacen multicolor, diversa, multiforme, hetero- génea, no uniforme, es decir catélica. Sex catdlico es ser inclusivo y ser capaz de disfrutar, de integrar y hermanar las diferencias. En el fondo son modos de seguir a Jestis, que esponden a las necesidades propias de un momen- to histérico, a la sensibilidad particular de alguna cultura, etc. Siempre los carismas son dones del Es- piritu, y siempre los carismas son autenticados por la Tplesia. Esco evita la posibilidad de rarezas, fend- menos extraotdinarios, apariciones “milagrosas”, etc., a los que muchos son tan adictos y que con- fanden ala gente. Mis aiin, muchas personas, por diversas razones, se inclinan por buscar y fomentar estas devociones marginales. Por es necesitamos de la Iglesia que prudentemente discierna el valor evangglico de estos acontecimientos. La consagracién a través de los votos Lo de los laicos estd mds claro No me extenderé en lo que toca a los laicos*. 5. Me he detendo hacendo referencia ala vida laical porque nose puede entender fa VC Simoes enelain cone acado, Dela misma manera que pra entender bien lo que i= rilfica se van se necesita saber qué y qin es la mujer 0 par entender io que sigifice Ser hijo, se necesta sabe lo que es un padre o una madre Las formas de wda dentro dea Jglsiaestin mutvament intretaconadas. No se entiendan fas unas sin soa. 34 iA TIEMPO COMPLETO PoR EL REINO! Ellos son el grueso del Pueblo de Dios al ser- vicio del cual est4 toda la organizacién que en la Iglesia se monte. Los:laicosy por lo-tantoy sonlo-~ “més importante, lo demds son ministerios que se~ van creando, segiin las. necesidades de-los tiem— pos; para setvir al Pueblo.de Dios.. Y los laicos no hacen-otra cosa -jnada més ni nada menos!- que consagrar el mundo a Dios, ir sembrando y haciendo-presente el Reino en este mundo que esté llamado a ser “tierra nueva”, par- ticipando de la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Romanos 8, 21). Esta claro que: ¢ Estdn Ilamados a la santidad. Y no una santi- dad de segunda categoria, sino ala contempla- cién ya la mistica. * Que a través del sacramento del matrimonio visibilizan el amor de Dios por la creacién, y el de Jestis por la Iglesia. ¥ engendran para el mundo y para Dios nuevos hijos ¢ hijas. * Que con su trabajo colaboran en la obra crea- dora de Dios. ° Que -segiin su yocacién particular- también construyen Ia Iglesia, dedicando parte de su tiempo, de su diezmo, y de sus talentos per- sonales. * Que son discipulos y también misioneros en muchos espacios y areas de Ia vida humana donde es més propio del laico estar presente. 35 Luis CasatA, SM + Que estén llamados a vivir su fe en comuni- dad. + Que pueden vivir los carismas de las congre- gaciones religiosas como laicos, lo cual supone no repetir el modo en que lo viven, el modo como tezan, el modo en que lo expresan los religiosos y religiosas. Entonces, agile shtido tiene lasconsagracién en ta~ Vida Religiosa?— Algunos de esos laicos, seguramente muy pronto recibiran ministerios ordenados. Ya hay algunos que son “diéconos permanences”, y ha- bri también quienes serin ordenados sacerdotes, siendo casados, Ya los hay en la Iglesia catélica de Oriente y también en la de Occidente con el ingreso de los sacerdotes que vienen de la Iglesia anglicana y que siguen siendo sacerdotes, ahora catélicos y casados. Pero resulta que hay hombres y mujeres que no ponen el acento eri asumir algtin ministerio y per- tenecer a la jerarquia de la Iglesia. Digémoslo ast para entendernos, aunque la palabra “jerarquia no sea la mejor. Quieren-consay ala-causa de Jesiis. Quieren vivir las grandes. pul- siones humanas; sexualidad, tener y poder, como las vivid Jestis. Al menos.tendiendo a parecerse-lo ‘mds posible a él. 36 iA tiempo compueto pon et Reino! Estas personas tienen en comin una especial pasién por las cosas de Dios. Ya dijimos que todos Jos seres humanos tenemos capacidades espiritua- les, una inteligencia espiritual, sensibilidad por los-valores, etc. Pero algunas personas tienen ese “chip” hiper desarrollado. Y asi como algunos son fandticos del deporte, de la ecologia, de la moda o de las carreras de autos, otros son fandticos de las “cosas de Dios”. Y estas personas quieren consagrar a Dios toda su vida, todas sus énergias, preocupaciones, tiem- po, etc. Son apasionados por Dios y por sus cosas. Al modo de Jestis, que ya desde pequefio quiso ocuparse de las cosas de su Padre, y que después de su baurismo (consagracién) abandoné todor para dedicerse a anunciar el Reino de Dios. Y Jess no tuvo mujer (cuaido en esa cultura eso era muy mal visto) y no tuvo casa propia, ni posesiones propias, ni querer propio. Quiso hacer siempre lo que escuché del Padre. La obediencia al Padre lo llevé a ser coherente con todo lo que ensefié, aunque esto le supusiera la muerte de Cruz, Bien, algunos hombres y mujeres sienten este atractivo, €s como una voz interior, un gusto es- pecial por dedicarse sélo a Dios y a sus cosas. Es como una fuerza interior que los arrastra a ello, Esos hombres y mujeres, que desean ofrecerle a 37 Luis Casati, si Dios toda su existencia, y Dios los consagra de modo especial para si. ‘A través de esta consagracién es como que Dios los recibe como suyos en propiedad exclu- siva. Pero Dios los consagra para la misién. Y en- tonces estas personas se dedican full time, a tiem: po completo, con disponibilidad plena, al servicio de Dios y de la Iglesia y de los pobres,listos para ira las periferias y fronteras, donde hay més ries- go, donde es més necesario anunciar el evangelio. Los “tres votos” El modo clisico en que se ha expresado esa consagracién-alianza en la Iglesia han sido los tres vyotos: castidad, pobreza y obediencia. + A través del voto de castidad se renuncia a te- ner una familia propia, hijos propios, a tener tuna pareja y a cjercitar la genitalidad de la ma- nera que se hace en la vida matrimonial. Y ello para poder amar a todos y todas con un amor generoso y total, disponible e incondicional. Esas energfas tan fuertes que estan contenidas en Ja sexualidad, se vuelcan al servicio del Rei no de Dios. Jestis lo habia dicho: hay algunos que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos (Mateo 19, 12). Y Jestis aclara que no todos pueden entender esto, ni esto es para todos. 38 iA TiewPo comPLeTo por EL Reino! * A través del voto de pobreza sé renuncia a la propiedad privada y-se compromete a tener todos los bienes en comtin, Jestis lo practicé también cuando decia que él no tenia donde reclinar la cabeza (Mateo 8, 20). Y de hecho la economia de Jesiis y de su grupo de discipulos era comunitaria, Judas llevaba la bolsa comin (Juan 12, 6). También los primeros cristianos apostaron por este ideal de poner todos los bienes en comin. = * A través del voto de obediencia $e comprome- te a buscar siempre y en todo la voluntad de Dios. La particularidad que tiene la vivencia de la obediencia en el marco de la Vida Religiosa es que se acepta cordialmente la mediacién de otros (personas, comunidad, capitulos, etc.) en la biisqueda de la voluntad de Dios, en la toma de decisiones y en la puesta en practica de las mismas. Quiere decir que, sin renunciar a la conciencia personal (algo a lo cual no se pue- de nunca renunciar), s{ renunciamos muchas veces a nuestras preferencias, gustos, opciones personales, para caminar juntos con nuestros hermanos en pos de objetivos comunes. En las paginas que siguen profundizaremos en cada uno de ellos. 39 Luis Casata, sw {Para La REFLEXION Y EXAMEN PERSONAL Y¥ COMUNITARIO = Te invito a pensar acerca de tu consagracién. + Quésentido le das hoy.a-tu.consagraci6n? {En (qué marca tu-vidarser “consagrado 0 consagra- da”? ;Te hace diferente en algo de los laicos? ye confiere alguna dignidad y/o responsabi- lidad especial? * Tu consagracién, entrega total a Dios, jes fuente de alegria'y-fecundidad en tu vida? © ,Qué aspectos-de tu consagracién hoy te pe- san, se convierten en una cruz ala que tal vez no le encuentras mucho sentido? La relacién con los laicos es esencial para en- tender nuestra identidad como religiosos y nues- tra misién. + Como te vineulas con los laicos? / + {Sientes que hay un mutuo y reciproco enri- quecimiento en esa relacién? + En tu congregacién gexiste una relacién pro- funda y enriquecedora con los laicos? ;Hay laicos que comparten el carisma, la espirituali- dad, la misién, algunas dimensiones de la mis- ma vida? + gExiste la conciencia de que el catisma del ins- tituto es un-don para todo el Pueblo.de Dior 40 PROFUNDIZANDO EN LA VIVENCIA DE LOS VoToS Una relectura de los votos en el contexso del mundo y la Iglesia actual { Sumario = A lo largo de Ia historia de la VC el modo en que las personas que se sentian Iamadas a vi- vitla expresaban este deseo ha variado nota- blemente. Lo que hoy conocemos como “pro- fesién religiosa” a través de los tres votos se comenzé a generalizar en la Iglesia recién en la Edad Media’, En primer lugar, para refundar el-sentido.de los votos religiosos debemos volver a Jesucristo) El no fundé un grupo de “monjes”. Lo-mds pare- cido que habfa en su época eran los “esenios”, 0 tal vez Juan Bautista, que vivia como ermita- fio. Pero Jesucristo instaura con su modo his- térico de vivir la existencia humana un nuevo paradigma, algo totalmente original. 6 La primera ve que aparece a tiple romesa sen la Rega des Tritas (119). 41 Luis Casata, Sit Porque 1 fue un “monje en el mundo” (un “contemplativo ett la accién’). Asumié el ce- libato (siendo esta opcién algo absolutamente contracultural), Compartié los bienes en co- min (renuncié a la propiedad privada, “bolsa comin”), vivid pobre y austeramente, privile- gid a los pobres, marginados y pecadores. Fue un rebelde respecto a las autoridades civiles y religiosas (aunque practicé la no-violencia). Formé una “nueva familia” fundada en la pa- temnidad de su Abb y en el cumplimiento de su voluntad. Y tuvo la pretensién de tener un vinculo especial con Dios; que él explicité como filiacién. Llevé una vida de misionero itinerante. Pero ademds estuvo en absoluto contacto con el mundo. Metido en medio del mundo, tocé y se dejé tocar por todos y todas. No hubo nada impuro para él. Visitd y se dejé visitar. Comié con quien lo invité, y se rodeé de todo tipo de gente. Salté las fronteras del machismo y del racismo, y se salté la Ley cuando ast con- venia al bien de la persona humana. No hubo frontera entre-teligioso y profano para él. Fue un “laico”:|claramente no pertenecié a la agrupaci6n-sacerdotal ni fue un levita. Mas bien los criticé. Tuvo una relacién especial- mente conflictiva con el Templo (al que cues- 2 iA Tiempo comptero por et Reino! tiond y purificé); relativizé ef culto, en la linea de los profetas. Sus seguidores fueron hombres y mujeres, que Ilevaron una Vida itinerante; pusieron sus bie- nes en comtin, pero no renunciaron a formar un hogar (al matrimonio) como Jestis lo hizo. Jestis no se los exigid (s{ fue més exigente con el uso de los bienes materiales y del dinero). Y no pidié obediencia a él (como los lideres de los grupos © sectas de fanaticos), sino al Pa- dre. Tampoco a la Ley, ni a las Instituciones religiosas de la época, al estilo de los fariseos. En cambio exigié una gran radicalidad en su seguimiento, hasta llegar a dar la vida como él y con él por el Reino. _Sélo mirando y volviendo a Jesits y en profun- _ do y hanesto didlogo con el hombre y la mujer _de hoy, con sus deseos y expectativas, con sus -necesidades més profundas; con su sed de Dios ~y de espiritualidad, con su lenguaje; etc., pode- mos it sofando y construyendo hoy una vida ‘religiosa que tenga futuro: 43 Luts CaSALA, SN Celibato por el Reino Célibes por el Reino — célibes por amor a la vida Te invito a meditar y orar con este hermoso soneto de Mons, Casaldéliga. ‘Aviso previo a unos muchachos que aspiran a ser clibes! Serd una paz armada, compafieros, ser toda la vida esta batalla: que el créer de la carne sélo calla, cuando la muerte acalla sus braseros. Sin lumbre en el hogar y el suefio mudo, sin hijos las rodillas y Ia boca, a.veces sentiréis que el hielo os toca, la soledad os besard a menudo. No es que dejéis el corazén sin bodas. Habréis de amatlo todo, todos, todas, discipulos de aquel que amé primero. Perdida por el Reino y conquistada, serd una paz tan libre como armada, 7. apna el santa. Yl pena hace l eset pr saa” eta del ger 3 ode cual media dsde pepe emer, Desde eg ques fealiga no podria deci todo lo que dice sino tuviera bien integrado su “lado fem 44 iA Tiempo compteto Por et Reino! sera el Amor amado a cuerpo entero. (Pedro Caséldaliga) Algunos temas / cuestiones, interrogantes que tienen que ver con éste voto: Muchas de estas preguntas, que pueden otien- tar para realizar un examen personal, valen tanto para los que se preguntan y/o estén viviendo la vida consagrada como para los laicos. + ,Cémo nos llevamos con nuestro cuerpo? La aceptacién o no de nuestro cuerpo y de nuestro sexo; ;amamos nuestro cuerpo, nos -amamos?> ,Cudnto nos avergiienzan ciertas partes de nuestro cuerpo? La historia de nues- tra salud: de cémo nos han cuidado y nos aprendimos a cuidar; la historia de los abusos - a que ottos nos sometieron y los dafios que nosotros mismos nos hemos hecho ;Cémo hos manejamos en relacién-con-la comida, la shigiene, el-descanso,-las-adicciones? ;Acepta- “mos nuestros cuerpos en esta sociedad que nos impone modelos y-“niimeros de talle” * Nuestra historia sexual: {Qué es ser hombre? ;Qué es ser mujer? ,Elijo yo el género al que pertenezco? El fenémeno del feminismo. La “mujer” como el gran des- cubrimiento del siglo XX. Los miedos que hemos tenido y tenemos respecto a la sexuali- 45 Luis Casatd, SM dad. Las preguntas que nunca, hemos hecho: jseré- normal, podré ser, hacer, disfrutar? {Esto que a mi me pasa, les pasard.a todos? Lo que a cada uno le fue costando'llegar-a-identificarse con su propio sexo, y asumir su orientacién sexual; ;por qué tanta-vergiienza para hablar de este tema, a veces incluso con los amigos; y, logicamente también en el acompafiamien- to, ¢ incluso en el sacramento de la reconci- liacion? El autoerotismo, la masturbacién: cudndo y cémo est4 mal y por qué? jEs normal, incluso es bueno y necesario practicarlo? ;Pue- do controlar mis deseos? ¢Cémo manejar mis necesidades sexuales / genitales, mis pulsiones, que siguen existiendo aunque yo me sienta Ila- mado a ser célibe? jEncontraré yo una mujer/varon que me ame, que me sea fiel y que se pueda enamorar de mi? Por qué nos cuesta tocar, ser tocados; expresar carifio; dejarnos querer, a veces hasta por nuestros padres y hermanos, hermanas? 2Cémo lograt una relacién sana, de intimidad, con alguien del otro sexo, sin que medie lo genital? ZBs posible una relacién de amistad varén-mu- ‘jer y que no se cransforme en-una relacién de enamoramiento? jest bien; 46 iA Tiempo comptero Por et Reino! + Cémo superar los celos, los apegos malsanos? + ;Seré-necesario-enamorarse para saber a qué renunciamos cuando hacemos el voto de celibato? + Es compatible mi deseo de formar una pareja y de tener hijos con el llamado a vivir mi se- xualidad como célibe? + Puede ser alguien un “buen célibe” si no es ca- paz de ser “un/a buen/a padre/madre”; 0 “un/a- _ buen/a esposo/a”? He nee que vivimas este voto (y la A en nuestra sociedad occidental) Observaciones importantes En el mundo moderno occidental parece que Ja sexualidad es algo banal (una tonteria, algo li- ght, sin demasiada importancia). Cada uno hace To que quiera, le guste 0 pueda (el tinico limite seria no dafiar a otro o a otra). En tal caso no tendrfa consecuencias negativas ni para mini para los demés. El lema y el mensaje que recibimos es: “Relajate y goza todo lo que puedas”. Sin embargo constatamos que la sexualidad es algo muy serio tanto para cada uno como para la sociedad. Mal “usada” tiene consecuencias catas- trdficas: genera dolor, explotacién, suftimiento, abuso, trata de personas, exc. 47 Luts Casaus, sit El sexo es un gran negocio: se ha convertido en tun objeto de consumo, de compra y venta. La liberacién sexual no produjo automitica- mente una vivencia saludable de la sexualidad. Podemos afirmar que -en nuestra sociedad- todos suftimos acoso sexual. Vivimos sobre-esti mulados por el erotismo ambiental (hedonismo = el placer considerado como un fin en si mismo), por la cantidad de estimulos que nos Hlegan por la propaganda, la moda, etc. Las cofisecuencias ‘no se hacen esperar: emba- razos de hifias y adolescentes, descontrol y perma- nente buisqueda de “nuevas experiencias”, insatis- faccién, turismo sexual, pornografia en Internet, pedofilia, rupturas familiares, aborto, consumo de drogas para maximizar el placer (éxtasis, viagra, etc). Por tanto no-es facil vivir la sexualidad como una dimensién “sagrada” de nuestra vida. Y desde luego no nos ayuda ni impulsa a vivir el compro- miso de celibato, ni la “intimidad” con los demés y la soledad que también necesitamos. Dimensione del contexto en que vivimos: Caida de los tabites represives. Poder acceder a mayor y mejor informacién. Perder el. miedo a convyersar sobre el tema. 48 JT jA TIEMPO COMPLETO PoR EL REINO! Superacién de una concepeién-negativa de la sexualidad: la sexualidad y el placer no son malos E] redescubrimiento del-cuerpo. y valoracién del cuerpo. No es “la fuente del pecado”. No es “la parte animal” del ser humano. La preocupacién por progresar en madurez -afectiva: el redescubrimiento y valoracidn de los sentimientos y de la dimensién afectiva del ser humano. La integracién de lo-afectivoy de lo ra- cional. Especialmente para el varén. E] descubrimiento del lado femenino del va- r6n; y del lado masculino de la mujer. La preocupacién por establecer relaciones més {ntimas, pe-sonales; que superen una dimensién simplemente funcional o utilitaria, El permitirnos una mayor expresividad. de nuestros sentimientos de carifio, de amor y de la ternura. El descubrimiento de la mujer y la (lenta) su- peracién del machismo, ‘También nos ayuda: + La superacién-de una concepcién.negativa de “la-castidad (enfocada sélo como represién, ne- gacidn, renuncia, continencia). * Un nuevo estilo de vida comunitaria donde se favorecen las relaciones interpersonales y el compartir lo que pensamos y sentimos. 49 te gee Ls Casats, sit + La-valoracin-de-taramistad como un medio que ayuda a vivir el compromiso del celiba- to (en ver de ser una amenaza, como antes se crefa). El voto de celibato ‘cones es una forma de vivir la pulsin sexual Es importante la pulsi6n sexual y saber regular- Ja. Porque tiene que ver con: nuestra capacidad de vincularnos con los demas, con el amor, con los sentimientos; y también con la fecundidad y la supervivencia de la especie, con la familia, Lo referente a la sexualidad y la afectividad ha sido (y es) fuente frecuente de conflictos. No sdlo por los “crimenes pasionales” y otras situaciones dolorosas. Muchos probl rencia en la pare- ja, en la familia, en la sociedad, tienen que ver conesta 4rea de la sexualidad y la afectividad. Hay mucha soledad en las familias. En todos nosotros hay una profunda sed de amor succes No es bueno que el hombre esté solo y Creacan y multipliquense son palabras puestas en la boca de Dios en los mismos origenes de la humanidad. Todos necesitamos nuestra vida afectiva. Desde que nacemos necesitamos desa- 50 iA TIEMPO ComPLETO PoR EL Reino! rrollar la “confianza bdsica”,= que nos amen tal cual somos. Que nos amen incondicionalmente. Pero ademds necesitamos salir de nosotros mis- mos, encontrar un “tii”, un fostro que nos ame; alguien a quien entregarnos y que se nos entregue; y asi poder ser fecundos. Porque somos personas incompletas, sexuadas, varones 0 mujeres. Nadie es autosuficiente. Nues- tra sexualidad nos refiere al otro, nos impulsa a un encuentro (fusién) como personas. Nos hace tender a una nueva “unidad o sintesis: dejand a su padre y a sw madre y serdn una sola carne. Nos realizamos como personas cuando somos reconocides, considerados, valorados y “nutri- dos” a nivel afectivo. Mucho més que una expe- riencia genital, para ser felices necesitamos: cari- ‘fio, ternura, caricias, “regaloneo”, en definitiva, ee Nuestra sexualidad nos da una identidad como varones y mujeres. Somos varones y mujeres por la forma en que sentimos, pensamos, actuamos, nos comportamos, nos relacionamos. ali wuestta vida. No es una mera cuestién biolégica. Una sexualidad “muerta’, neutralizada, re- primida, congelada, etc., paraliza el conjunto de nuestra vida. SL Luts Casata, sit Necesitamos imensién de nuestra Porque: vida esté suprimida: nos ahogamos, quedamos encerrados en la soledad, nos lleva a sentir angus- tia; perdemos creatividad, entusiasmo, ganas de vivir; despilfatramos energias al utilizarlas para “reptimir” en vex de empleatlas para construit. Cuando ese Ambito es excesivo y os desborda: nos convertimos en esclavos de aquello que debe- Ha liberarnos; la sexualidad anénima, desbocada, superficial y/o meramente biologica descentra a las petsonas y termina funcionando como una “droga” o como un mecanismo de evasién y no de encuentro personal. Nuestra condicién humana (marcada por nuestra propia debilidad o fragilidad personal y por el ipecado estructural) no nos facilita vivir de forma ‘pacifica y ordenada nuestra sexualidad Por el contrario, tendemos a vivirla de forma compulsiva y desbordada (ciega); con muchos miedos; egofstamente. Solemos aferrarnos mucho a las personas que nos atraen sexualmente y con las que hemos esta~ blecido vinculos amorosos; el temor a perderlas nos angustia. Los celos en las relaciones de amis- tad, incluso en la vida consagrada. 52 iA Tiempo compuero por e Reino! La busqueda del placer puede hacerse tir ca. Incluso puede llevarnos a confundir cuando lo que sentimos es verdadero amor, 0 es necesidad 0 deseo puramente fisico, genital. Muchas veces la dimensién genital de la sexua- lidad excluye otros lenguajes de relacién profunda y personal, de ternura, de comunién. Y se dan abusos y violaciones dentro del mismo matrimo- _—| nio. En vez de comunicarnos, se usa al otroo ala | otra. En esos casos la sexualidad deja de responder a nuestros deseos y necesidades més profundas. Seguimos sintiéndonos solos ¢ insatisfechos. Finalmente terminamos no siendo los duefios de nuestra sexualidad, sino que la sexualidad se apodera de nosotros y nos esclaviza. EL celibato en el Antiguo y en el Nuevo Testamento* En el Antiguo Téstamento: La promesa de Dios tiene que ver con la fecundidad. La esterilidad es una maldicién’, 4. Seale esquemétkamente algunos puntos ques podrian profundizar. Los objtivs de este trabajo na permiten que nos detengamos en su desaralo 9. En hebreo no existe ninguna palabra que sgnfque “sltera Ton isola era aie “Un hombre que no «sa cesado no es un hombre de verdad” (Rabino Eleazar). "Hay cua- troclases de hombres que se pueden consderar como muertos: los leprasos, les cegos, los que no tenen hos y los que han quebrado” “Quien no tiene mujeres un hombre Incomplete, porque est dicho: Varin y hembra Dios ls cre y los bendy las llamo ‘Adan E Talmud viene a decir que el que no procea es un criminal: “E que desculdala Doteacdn es como tderramara sangre’, 53 Luts Casats, sm La sexualidad es un don de Dios: somos he- chos “vardn y mujer a su imagen y semejanza”. No se valora el celibato ni la virginidad. Ser eunuco es una maldicién 0 un castigo. Hay que entender las normas, la legislacién y las costumbres, dentro del contexto de una cul- ura machista. / Las leyes de pureza ritual ponen de manifiesto que entre “religién y sexualidad” existe una rela- cién complicada. Jeremias es el tinico personaje que conocemos que opté por el celibato. También, seguramente, Juan Bautista. Enel Nuevo Testamento: el ejemplo de Jests: radicalmente diferente a todo lo conocido. La opcién de Jestis por el celibato: Eunuco por el Reino de los cielos (Mateo 19, 10-12). Fueron muy lamativas, novedosas Ia actitud de Jestis frente al cuerpo; la actitud de Jesis frente su familia; su actitud frente ala mujer; la actitud de Jestis frente al pecado sexual, que desde luego desdramatiza y no centra para nada en ello las exi- gencias éticas del Reino; Jestis no pide “celibaco obligatorio” a sus discfpulos. ; San Pablo: opté por el cclibato y lo elogia. 34 iA Tiempo comptero Pon et Reino! {Cémo ayudarnos a vivir nuestra sexualidad en la vida consagrada? + Trabajando para integrar la afectividad con la sexualidad. Considerando la sexualidad como una dimen- sin fundamental de nuestra vida afectiva y re- lacional. No confundiendo o identificando Io sexual con lo genital. “Reprimir” nuestra sexualidad es lo peor que podemos hacer para vivirla saludablemente. Siempre es malo desconectarse de las propias ne- cesidades. Una cosa es reprimir = negar, no querer ver, ni sentir; ocultar.. Y otra cosa es renunciar a ejercitar por una determinada razon... Encauzando, subli- mando la pulsi6n sexual hacia otras metas. ‘A muchas cosas debemos renunciar en la vida; eso no significa que las neguemos o las enterre- mos; sino que lo hacemos por un bien que para nosotros es mayor; por una motivacién que para nosotros justifica y compensa esa renuncia. Fj.: una madre que renuncia a dormir 0 a comer para cuidar o alimentar a su hijo, etc. Tenemos que percibir y sentir positivamente el propio cuerpo: estar “reconciliado con él”, sentir se a gusto en él, aceptarlo, conocerlo, sespetarlo; también mi género y orientacién sexual (y asumit 355 Ls Casatd, si que cada persona tenemos lo masculino y lo fe- menino: integrando dnima y animus). Desarrollar una sana autoestima, un buen grado de aceptacién de st mismo Sin duda valorarse adecuadamente concribuye a evitar todo tipo de autoagresién consciente o inconsciente, del tipo que sea: abuso de alcohol, cigattllo, comida, trabajo o sexo, etc. Se evitardn las evasiones nocivas (muchas de las cuales son autoagresiones). Cuando esa sana autoestima existe se multipli- ca la capacidad de disfrutar de las necesarias gra~ tificaciones sin complejo de culpa, poniéndolas al servicio del crecimiento y desarrollo integral de toda la persona. Aprender a expresar el amor, la ternura, los sentimientos, el afecto, con gestos concretos de cariio + Aprender a hacerlo, tanto verbal como fisica- mente. + De forma que sean apropiadas al tipo de re- lacién que tenemos con la persona a quien se Jo expresamos (no es lo mismo con los padres, que con los hermanos, los amigos, con la pare- ja, con la vecina). 56 iA Tiempo compLeto ror et Reino! * De forma que sean coherentes con la forma en que hemos decidido vivir nuestra sexualidad. * De forma de no confundir a la otra persona. Es importante que los cédigos sean claros y los mensajes también. El primer mensaje que la otra persona capta (consciente o inconsciente- mente) es si detrés de un gesto de catifio hay un acto de amor desinteresado o bien si la per- sona que lo da se esté buscando a si misma, Poder disfrutar de intimidad con personas de ambos sexos Elaislamiento es un gran cnemigo para una vi- vencia saludable de la sexualidad y del celibato. La “soledad”, en cambio, es necesaria. No confundir ambas cosas. Es necesatio cultivar la amistad. La amistad supone preferencia, cierta igualdad, reciprocidad, confianza, libertad para compartir la propia inti- midad. El cue dice que es amigo de todos, en el fondo no es amigo de nadie. Parecido que el que dice que tiene muchisimos amigos. La amistad supone cultivo = dedicacién de tiempo, energias, atenciones, También es importante cultivar la capacidad de estar solo cuando sea necesatio o cuando uno lo decida. ¥ también poder disfrutar de ello. SF Luis CasaLA, si Algo que, al menos en cierto tiempo se diseuria (algunos lo siguen sosteniendo), es si ¢s compat ble el voto de castidad con una amistad especial = intima). Jesits deberia ser nuestro tinico y gran amigo. Y eso deberia bastarnos. {Qué piensas? Aprendiendo a descifrar los mensajes que se esconden En los movimientos genitales, en los impulsos biolégicos, instintivos. En los estados de dnimo y en los sentimientos. En los deseos y necesidades que aparecen en la conciencia: * Darse cuenta de qué estan hablando, a qué nos llaman. ‘Tomar conciencia para poder decidir libremente qué hacemos con ello, e impedit que nos manejen. Crecer en autoconocimien- to. Saber poner nombre a lo que se experimen- ta interiormente. + Ser capaz de actuar siempre de acuerdo a las grandes opciones que hemos hecho en la vida (procurando ser integros). Poder hablar con alguien de lo que nos pasa; de lo que sentimos; de nuestros miedos y deseos Nada més sano y liberador como compartir esta dimensién de nuestra vida. Todo lo que se 58 iA TEMPO compLeto Por et Reino! saca a la luz puede ser iluminado y pierde poder sobre nosotros: podemos comenzat a “manejarlo” y/o a caminar més pacificamente con ello. Aun- que cueste, es definitivamente indispensable la transparencia en estos asuntos. ‘Encontrar formas de placer saludable, congruente con la opcién que se ha hecho Aprovechar todos nuestros sentidos: bailar, ju- gar, hacer deporte, caminar; tomar contacto con a nacuraleza, respirar bien, oler, sentit...; aprender a abrazar y dejarse abrazar; comer bien y disfrutar de la comida; disfrutar de la mésica, de un mu- seo, pelicula, teatro... Saber divertirse con otros, saber descansar; darse el gusto de dedicar un rato tranquilo a compartir una charla intima en algtin lugar agradable con algtin amigo; disfrutar de una buena lectura (no necesariamente espiritual); de- sarrollar algin hobby: pintura, tocar algun ins- trumento, manualidades, cultivar plantas, cuidar el jardin, e:c.; hacer teatro, expresién corporal; dar un paseo al campo con la comunidad ylo con amigos y amigas, etc. Si no aprendemos a disfrutar formas de pla- cer saludable y congruente con nuestra vocacién, es facil que sin querer nos deslicemos hacia otras formas que no lo son. Por eso también hay que aprender a autorregular el placer. No absolutizar- 59 Lu CaSaLA, st Jo, Saber integrarlo dentro de nuestio marco valo- rativo (= formas congruentes con nuestra opcién vocacional). Haber optado libremente por vivir la sexualidad como célibes No impulsados por el miedo o por los temores conscientes 0 inconscientes. Tener motivaciones vilidas. / Ser libre significa no ser manejado ni por los propios instintos (la pulsién sexual); ni por el bombardeo de estimulos ambientales. Estar atentos al conjunto de nuestra vida Tratar de que nuestra vida sea arménica: que haya equilibrio entre oracidn, trabajo, descanso, pastoral, estudio, relaciones fraternas, esparci- miento con la comunidad. Considerar cémo las “dificultades” suelen pre- sentarse cuando algo en nuestra vida funciona mal: i * Cuando no nos sentimos bien en la comuni- dad. * Cuando experimentamos dificultades, recha- zo, incomprensién en la accién apostélica. * Cuando nos sentimos solos. * Cuando no supimos parar para descansar. 60 iA Tiempo conptero pon et Reino! * Cuando estamos tensos, estresados, agresivos * Cuando nos sentimos fracasados en cualquier dimensién de nuestra vida. * Cuando la experiencia de Dios se ha “enfria- do”, la oracién se ha hecho rutinaria, vacia, 0 hemos descuidado el cultivo de nuestra rela- cién con Jestis. Ejercitarse en una necesaria higiene (ascesis) fisica, mental y social Se necesita una dosis de ascesis, de vigilancia, “reglas de precaucién’” si queremos ser coherentes con la decisién de vivir la sexualidad que hemos tomado. No se puede ser ingenuo, ni confiar de modo excesivo en las propias fuerzas. Por eso hay que cuidar y estar atentos a: * Laalimentacién, el descanso, las drogas (alco- hol, cigarrillo, dulces, etc.) + Lo que se ve, lee: uso sensato de los MCS (te- levisién, Internet, peliculas, literatura). * Las conversaciones, la curiosidad. Disciplina también de la mente y de la imaginacién, Y también a los vinculos (las relaciones inter- personales) y los espacios en que nos move- mos: existen “Betanias”, que son espacios sa- grados de realimentacién afectiva que todos necesitamos; y existen también “Babilonias’:; 61 Luis Casatd, sit redes sociales, ambientes, personas que nos conducen al mal, 0 al menos no nos ayudan a ser coherentes con nuestras opciones. + Hay que ser conscientes qué no a todas las per- sonas les hacen bien o mal las mismas cosas. Muchas veces ello dependerd de la formacién, de la edad, del momento que se vive, pero so- bre todo de la historia afectivo-sexual de cada uno. Los estimulos no acttian sobre todos de Ja misma manera. Algunos pueden permitirse ujos, que otros no se pueden dat. Tener un marco valorativo adecuado. Una conciencia moral sana Leer y preocuparse por formar la conciencia moral. Antes toda falta en el campo de la castidad era “pecado grave”. Aunque la palabra “pecado” se hha devaluado en nuestra sociedad, en este campo todavia estamos Hlenos de escraipulos. La prueba es la dificultad que tenemos para hablar de ello, incluso en el sacramento de la reconciliacién. No son saludables ni la rigidez, ni el permisivismo. No ayudan a integrar ya madurar. La gradualidad que nos toleramos, y que acep- tamos en otras dimensiones de nuestro crecimien- to espiritual, nos cuesta mucho més aceprarla en el tema de la castidad, Una caida en el campo de Ja castidad a veces llega a cuestionar la vocaci6n. 62 iA TIEMPO comPtero por EL Reino! Pero no somos asf de estrictos ni con la obedien- cia ni con la pobreza, jy menos con la caridad! Cultivar y desarvollar la vida espiritual, la relacién personal con Jests, la intimidad con él __Crecer en la capacidad de estar solos, de hacer silencio; de estar en contacto con nosotros mis. mos; combatir la ansiedad y ganar en paz interior Jestis es el gran modelo de cémo se vive la se. xualidad como célibes. No fuue una persona reprimida: go76, tocé y se dejé tocar, abrazb, tuvo amigos/as, expresé sus sentimientos (llor6, se enoj6, etc.), amé hasta d; la vida, , “ _ Para unla consagrado/a la motivacién defini- tiva para hacer esta opcién es haber recibido el llamado y el don de seguir a Jesis en su opcién histérica de vivir célibe (eunuco) por el Reino Junto con ese llamado y ese don Dios siempre re- gala la capacidad y el deseo de vivirlo y de vivirlo con alegria. { Para La reFLexton ¥ EXAMEN PERSONAL, COMUNITARIO = 1 “Es necesatio que la vida consagrada presente mundo de hoy ejemplos de una castidad vivida por hombres y mujeres que demuestren equili- 63 Luis Casava, sit brio, dominio de s{ mismos, iniciativa, madurez psicolégica y afectiva” (PC 12). “La castidad con- sagrada aparece como una experiencia de alegria y libertad” (VC. 88). * Puedes decir que ha ido evolucionando tu motivacién para asumir el celibato por el Rei- no? ;Cual ha sido tu primera motivacién? ;Por qué decides hoy seguir viviendo tu sexualidad como célibe? En concreto: squé respondes al que te pregunta o te cuestiona por qué no te casas? * Sefialar y compartir las tres cosas que més te hayan ayudado a vivir el compromiso de celi- bato por el Reino. * Sefialar y compartir las tres dificultades mas grandes que hayas encontrado para vivir el ce~ libato por el Reino. ¢Cémo las has superado? + :Cémo la comunidad nos ayuda a vivir la ale- grla y libertad del celibato por el Reino? ;Qué se podria hacer para fomentarlo.e incremen- carlo? Puedes mirar a tres niveles: el nivel personal -cl nivel de la vida comunitaria (recursos que existen © no existen en tu comunidad y/o en la congrega- cién)- el nivel del contexto eclesial y cultural en que vivimos (también puede ser fuente de ayuda y/o dificultades, obstéculos, tentaciones...) 64 PoBREZA: MISTERIO DE COMUNION Y SOLIDARIDAD Algunos interragantes y problemdticas que se plantean «la hora de reflexionar sobre la pobreza religiosa * sQuiere Dios la pobreza? Es el interrogante mis bdsico. La pobreza, como tal, es un mal. sPuede Dios quererlo? Podemos afirmar que Dios quiere la obediencia y la castidad, porque en definitiva son virtudes, pero jes la pobreza una virtud? * Tenemos dificultades con el mismo nombre del voto. ;Convendria cambiarlo? Dificultad por cuante la pobreza no es un valor en si mis- mo; porque no indica claramente a qué nos comprometemos; etc. + Nombres alternativos podrian ser: voto de “so- lidaridad”; voto de “puesta en comtin”; yoto de “compromiso con los pobres”; voto de “vida sobria y de respeto a la creacién”; etc. * Una gran pregunta es si podremos los religio- sos llegar algiin dia a ser realmente pobres. Més atin: nuestras estructuras comunitarias, nuestros compromisos institu 65 nales, gros fa- es ee eee Luis Casats, 5 cilitan u obstaculizan la vivencia de la pobreza y el compromiso con los pobres? Y podriamos afiadir que hay otros temas, de mucho calado, que se vinculan con el tema del voto de pobreza. Menciono algunos: el siste- ma econémico en que vivimos, el compromiso con la justicia, con la paz y con la integridad de la creacién; la opcién por los pobres y en concreto la opcién por la insercién en contex- tos populares hoy, etc. Vale la pena distinguir, en este momento, cudl es el espiritu y cudl es la letra del voto de pobre- za. Porque alguien puede dudar que los religio- sos seamos castos. Otros dirin que no siempre somos obedientes. Pero nadie duda de que no somos pobres. Por eso vale la aclaracién: » El espiritu del voto no puede ser otro que el “espititu de las bienaventuranzas”; el del Magnificat, el del sermén del monte que nos invita a confiar en la providencia, el de cultivar una espiritualidad del desapego y de la libertad frente a los bienes de la tierra, el de sentiznos hermanos universales, soli- darios de todos, especialmente de los més pobres. » La letra del voto nos exige renunciar a la propiedad privada y poner todos los bienes en comin. Usar y gastar “en relacién de de- 66 iA Tiemeo compteTo por eu Reino! pendencia” a lo que se vaya discerniendo en la comunidad, Desafios para la Vida Religiosa Podemos distinguir algunos desafios a nivel personal, otros a nivel comunitatio y algunos més a nivel institucional. Los describo répidamente: A nivel personal: ¢c6mo vivimos la austeridad, cémo son nuestros habitos de consumo?! ;Nos atrapé el consumismo? Deberfamos llevar una vida sobria y simple: evitar necesidades superf- luas, Contentarnos con poco, con lo necesario. 10. Necesitamas muctslucider, para que no nos ocura como al asceta indo del ulentecuento, que tecoge Eugene DREWERMANN, en Sendas de selvacién, Decl de Broun Bilbao 2070, 0.106; Haba una ver un ascea indo que acudié a una buena escuela y aprendié lo poco que necesita el que leva lume vida de os mons. ras termina’ su formacin,reges6 al mundo. Pasado un tempo, advirté que por la noche, mientras drm, los ratones se comian su taparrabos, Pare conserar su taparabos, mendigd un gato que ahuyentara a os atone. Peto el ‘gato necestaba leche, asi que mendigé leche para el gato que expulsaba ales rtenes {que se comian su tapaabes. Con todo, resultaba demasiado fatigaso mendigara dato leche para el gato, Bascetacyé en lacuena de quesera mucho més ventajoso mendiar-una vaca que deta la leche que necstaba pra almentar al gate que asustaba alas ates que rian uta prabos. ero como ls vaca necesian mucho alimentotambign tenia que mendigal, tra mas prctco mendgar una pradera para que pasar la vaca que daria la leche que Inecsitaba el gato que =spantaba alos ratones qu se com/an su taparabos. Después necest6 gente que cuidara desu prader,y comida y alojamiento para las pet= Sonas que trabajaban en ella, También necesité hombres que mantuvieran el erden en lacasa en aque abajaban ls personas que cuidaban la pradera.. As pasé el tiempo Un dia su maestro decidé hacer una visita, y lo que vio lo dejé baguiabiert. «Paro, au has hecha con we, fe pregunt. eles, le explicé el escipue no tf vas a cee: ést eel nico edo que haa de conservar mi taparaboss, 67 Luvs Casata, sit Para ello se necesita una sana actitud de vigi- lancia, porque muy fécilmente se nos cuelan los criterios del mundo consumista. @Cémo es nuestra actitud frente al trabajo que para los antiguos monjes constitufa uno de los pi- fares de su vida: one et labora? Pensar cémo es nuestra sensibilidad ante la problemdtica de la pobreza y de la injusticia en el mundo, ;Formamos nuestra conciencia social, tenemos un sano sentido critico? ;Conservamos y desarrollamos la funcién profética que este voto puede ejercer? Y la dimensién ecoldgica, el respeto por la creacién, el cuidado y la defensa de la vida. Es tal vez una de las dimensiones del voto mds novedo- sas y mds urgentes. A nivel comunitario: comenzando por nuestras viviendas: gc6mo son, dénde estén situadas, cudn accesible son a los pobres? ¢Somos hospitalarios? La hospitalidad ha sido seguramente el primer apostolado de los monies. Recibir al huésped como a Cristo. Como es nuestro estilo de vida? {Es sencillo, austero, simple? ;O se parece al de las clases mds acomodadas de nuestra sociedad? jNo nos falta nada! La responsabilidad en el uso de los bienes: so- mos administradores. ;Compartimos y ponemos todo en comtin? 68 jA TIEMPO comPLero por Et Reino! La toma de decisiones comunitarias sobre cues- tiones econdémicas: la confeccién de los presupues- t0s; rendiciones de cuenta; balances comunitarios. Sensibilidad ante la ecologia y reciclaje. Cercaafa a los pobres, solidaridad, amistad con ellos, Asistencia (limosna) y/o promocién. Como instituciones: la utilizacién de medios sencillos para cumplir nuestra misién. zAlservicio de quién estén nuestras propiedades y nuestras obras? gEs clara nuestra opcién por los pobres y excluidos? Cémo usar nuestro “poder” para influir en la construccién de una sociedad més justa? La posibilidad de “globalizar” nuestra solida- tidad. La revisién de nuestros criterios econémicos. La inversién “ética” de nuestros fondos en ban- cos y organizaciones que no promuevan trabajo infantil, negocios “sucios”, militares, etc. Fondos para el desarrollo. Generar fuentes de trabajo. Dimensiones antropolégicas La pulién humana que evangeliza el voto de pobreza ¢s el “tener” (dinero y bienes) Se refiere a la relacién de los setes humanos con los bienes materiales, el mundo, la naturaleza, 6 Luis Casati, sie la subsistencia: la economia, la justicia social, la ecologia. Los seres humanos para vivir necesitamos “tener”: necesitamos bienes materiales y espirituales La posesion nos da identidad y seguridad. La propiedad privada es un derecho humano, con ciertos limites. Nuestras propiedades son el émbi- to que necesitamos para desarrollar nuestra perso- nalidad en sus diversos aspectos: para sobrevivir, para estudiar, movilizarnos, relacionarnos con los demés. Tener nos posibilita hacer cosas y nos da “poder Cuando ese Ambito estd muy recortado, nos ahogamos, percibimos la angostura de la vida, ex- perimentamos una sensacién de angustia. Cuando ese dmbito es excesiva, nos perdemos, nos convertimos en esclavos de aquello que debe- ria darnos liberacién, Los seres humanos tendemos a poseer acaparando, y de forma compulsiva Solemos afetrarnos mucho a lo que tenemos y el temor a perderlo nos angustia. El ansia de poseer hace cada vez mayor nuestro deseo y polariza nuestra vida en lo deseado. El te- ner cada vez mas cosas no satisface nuestras ansias 70 jA THeweo comptero por et Reino! de tener, La tendencia a poseer nos domina y a veces nos oprime. La acumulacién de bienes responde al instinto pervertido, pero no a nuestros deseos més pro- fundos. Parece que aquello que tenemos nos da seguridad; pero es una seguridad falsa. Laavaricia de bienes materiales, el ansia excesi va de saber, el perfeccionismo moral, estan inspi rados por un deseo excesivo y perverso. Entonces, més que sabios administradores de los bienes, so- mos stibditos de ellos. Los bienes pueden convertirse en verdaderos dolos y desencadenar la codicia, dando lugar a la agresividad, el conflicto y la divisién entre los individuos y los grupos humanos. La aspiracién desordenada a tener més y més, se engancha con el “consumismo”. Los bienes econémicos pueden ser instrumentos para el bienestar de todos pero también fuente de egois- mo y de insolidaridad. La mayor parte de los conflictos y de las gue- sas han tenido y siguen teniendo su origen en la pelea por la defensa o la conquista de bienes materiales. La relacion que tenemos con los bienes, con las cosas, termina contaminando nuestras relacio- nes humanas: usamos las personas como a las co- sas. Las personas son descartables. Las relaciones 7 Luts Casatf, sit son mercantiles: damos para recibir. La persona es como algo que se puede comprar y vender. Vale en cuanto produce. ;Cudles son los principales condicionamientos é personales, psicolégicos y qué aspectos de nuestra historia pueden condicionar la forma en que se viva q el voto de pobreza? * Cuando venimos de una historia de carencias y hemos pasado hambre, inseguridad, * Cuando nunca nos falté nada y tuvimos lo ne- cesario. * Cuando se nos formd en la austeridad y al aho- 170. * Cuando hemos “nadado en la abundancia’, nunca tuvimos necesidades y nunca tuyimos que postergar ninguna gratificacién. * Cuando nunca manejamos dinero propio. * Cuando hemos tenido una vida independiente y sabemos lo que ¢s ganarnos el dinero y decir esto es mfo, porque yo me lo gané. * Cuando hemos generado en nosotros habitos de sencillez, austeridad, ahorto, libertad frente alos bienes; valorando més el ser que el tener. * Cuando hemos vivido pendientes de las mar- cas, el consumismo, el tiltimo modelo, creyen- do que somos més, porque tenemos més, 72 iA Tiempo cometeto por et Reino! Cuando hemos aprendido a compartir, porque tuvimos muchos hermanos. Cuando hemos sido hijos tinicos. Cuando compraron nuestro carifio con “cosas”, regalos, porque los padres estaban ausentes y no pudieron “ganar nuestro afecto de otra mane- ra”. ‘Cuando hemos utilizado nuestros bienes para comprar el carifio de los demas. Cuando con los bienes materiales, con el di- nero, hemos tratado de “compensar” nuestras heridas: consumo compulsivo, etc. Elcontexto en que vivimos el voto de pobreza La importancia del contexto social en que vi- vimos y trabajamos, Contextos de abundancia - Contextos de pobreza {Como nos influye el contexto en que vivimos en nuesttos criterios, estilos de vida? {Qué palabra profética debemos decir en cada contexto? Datos especialmente significativos en el mundo actual * La desigualdad -brecha entre ricos y pobres. * Eficiencia en la forma de producir (grandes cambios tecnolégicos) -ineficiencia en la for- ma de distribuir. 73 Luis Casad, sm Desastre ecoldgico: sistema econémico “no sisstentable”. Globalizacién, Nuevas formas de pobreza: nifios de la calle, ex- cluidos, enfermos de SIDA, ancianos, desplaza- dos, clases medias pauperizadas, etc. Nuevas formas de esclavitud. La “trata de per- sonas”. Cambios en la forma de trabajo: flexibilizacién Jaboral = trabajo-mercancia. La organizacién familiar. Nuevos tipos de fa- milia Datos positivos de este contexto Aumento de la conciencia ecolégica. Globalizacién de la solidaridad —"hermana- mientos’, voluntariados, ONG, etc. Aparicién de movimientos sociales. Lucha por los derechos humanos, etc. Economia solidaria: Banco de los pobres (Yunus). La pobreza en la Sagrada Escritura La creacién es buena La riqueza es parte de la bendicién de Dios. Es como una “prueba” de que se es justo. 74 = {A viewro conptero pon £1 REINO! Las leyes sociales del Antiguo Testamento. La riqueza como fuente de injusticia: los pro- fetas. La riqueza se transforma en un fdolo. El enriquecimiento personal (codicia) genera el empobrecimiento de los demés: el dinero fuen- te de injusticia, violencia, desigualdad. Los profetas: Isafas, Amés, Miqueas. Los pobres de Yabué — los “anawin” Cumbre espiritual del Antiguo Testamento: Sofonias. En este “caldo de cultivo” hunde sus raices la actitud de Jesiis sobre la pobreza y la riqueza: Jost, su padre, era un hombre justo (Mateo 1, 19). Zacartas ¢ Isabel, los dos eran justos delante de Dios 3 caminaban sin tacha en todos las manda- mientos (Lucas 1, 5). Simeon, hombre justo y piadoso (Lucas 2, 26). Ana, que vive orando en el Templo (Lucas 2, 37). El cdntico de Maria (Lucas 1, 46-55). La pobresa en el Nuevo Testamento: la pobreza de Jestis Siendo rico se hizo pobre (2. Cor 8, 9) = Misterio de la encarnacién. 75 Luis Casatd, sit La opcién histérica de Jesits por la pobreza a nivel personal. Los pobres: sus preferidos. EI mensaje y las actitudes de Jestis frente a la riqueza y la pobreza. Invita al abandono en manos de la providen- cia: Mateo 6, 25-34. Peligro de las riquezas. Exigencias a sus seguidores. Es una pobreza “por seduccién”. No por exi- gencias éticas, nies una imposicién ascética. Nace de la pasién por el tesoro o la perla, por eso se deja, se vende todo: Mateo 13, 44-46. No se advierte en Jestis un rechazo de los ricos como personas. Pero se identifica con los pobres y “pequefios”; Mateo 25, 31-46. La conducta que se haya tenido hacia el pobre es criterio de salva- cién o de condenacidn. Pero sobre todo interesa darse cuenta del a mi me lo hicieron. Jestis se iden- tifica con el pobre real. Ver también Mateo 10, 40-42: ef que dé de beber un vaso de agua a estos pequenos. También: Mateo 18, 5; Marcos 9, 37. Conclusiones: + Jesiis no tiene frente a la pobreza una postura sectaria o excluyente (una opcién clasista); ni Ia actitud del menesteroso y mendicante (él y su grupo se las arreglan para vivir); ni la 76 iA Tiempo comptero por et Reino! pobreza tipica del monje (que se aparta del mundo huyendo de la ciudad y de la convi- vencia con los hombres y mujeres de su tiem- po); ni una pobreza para exhibir (como alar- deando de ella, disfrazindose de pobre, mas bien fue uno de tantos). No hace de la pobre- za un culto. No nace de una actitud ascética y rigorista. Es una pobreza en funcidn del Reino. Frente al Reino todo es relativo, nada puede atraparnos, entretenernos. Lo que esté en la base y fundamento de su pobreza (y de su castidad y obediencia) es su profunda experiencia de Dios. La originalidad de su conciencia filial que se nos revela en su oracién y en su entrega absoluta al Abba. El Padre sabe que tienen necesidad de todo eso: Mateo 7, 25-34. Fs la actitud de la viuda que pone en el tesoro del’Templo todo lo que tiene: Marcos 12, 43-44. Pablo entenderé bien que no se puede sepa- rar pobreza y amor: Aungue repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me aprovecha (1 Cor 13, 3). Luis Casas, sa Orientaciones para vivir nuestro voto de pobreza Dimensiones del voto de pobreza: austeridad — sencillez (simplicidad) de vida!" La pobreza en relacién consigo mismo. Un primer fruto de esta dimensién de la pobreza es la liberacién del corazin respecto a las necesidades y preocupaciones materiales. Consiste en saber vivir, conformarse, disfrutar, con poco. Eneste sentido la pobreza permite que nos des- preocupemos de las cosas secundarias, accesorias, ¥ nos centremos en lo importante. La austeridad y simplicidad se convierten en un modo de vida que nos lleva a hacer las necesarias renuncias en el diario vivir, Exige un discernimiento permanen- te para no caer en la “tentacién consumista”. En segundo lugar, este estilo de vida representa un desafio contracultural, en una sociedad que esta dvida de confort, riquezas, novedades, y nunca se sacia con las cosas que tiene, En nosotros y en torno a nosotros hay exi- gencia de oponernos a la acumulacién de bie- nes que conduce al consumismo, la divisién y la opresién. 11 Ma Consecato, N®80:"Se pide a las personas consagradas, pues, un nuevo decidi- do testimonioevangélco de abnegacién y de sobriedad, un estilo de vida fratema ins Pirado en criterias de sendilezy de hospltalidad, para que sean asin ejemplo también Pata todos os que permanecen ndiferentes antes las neesidades de! prjimo" 78 jA viemro comptero ror et Reino! Por otra parte, también es un indicador de so- lidaridad y cercania con los mas pobres. Esta dimensién se conecta muy directamen- te con la dimensién ecolégica: este mundo no es viable en la medida en que se siga produciendo, consumiendo, detrochando, de la manera en que lo hacemos. También exige un atento discernimiento para no caer en el “orgullo de ser pobre”, Una especie de autosatisfaccién porque me creo superior a los demés, porque yo no necesito de nada ni de na- die. La comunidad debe siempre estar atenta para satisfacer las necesidades humanas basicas de los hermanos/as: descanso, salud, intimidad. Los riesgos: activismo, des-humanizacién, vo- luntarismo, estoicismo, rigidez, Relacién con la naturaleza!: respeto y cuidado de la creacién La dimensién ecoldgica de la pobreza es uno de los signos de los tiempos. 12. Vita ConsecrataW90:La pobreza evangélia contest enérgicamente la idealogla de diner, presenténdose como voz profética en una socedad que, en tantaszonas del ‘mundo del bienestar, corre el peligro de perder el sentido dela medida y hasta el signl- cad mismo de as sas Por este motivo, hoy més queen otros tempos, esta voratrae la atencin de aquelos que, conscientes de ls limitados recursos de nuestro planeta ropugnan el resptey a defensa dela naturaeza reada medlante la educin del Consumo a sbriedad yuna obligada moderadin de los propos apetits” 79 Ls Casi, sa También Ja naturaleza entra dentro de la Alianza — espera “ser redimida’. Defendiendo la naturaleza defendemos la casa de todos y de una manera especial la de los pobres. Por la cercania y el adecuado trato con la natu- raleza aprendemos relacionarnos con ella: * adquirimos sentido ecolégico; * aprendemos su sabidurfa y su paciencia, * su respeto a los tiempos y-a los procesos. La degradacién ecoldgica es una expresién y un signo de la degradacién humana en otros mu- chos niveles. Muchas veces es el mismo criterio el que esté en el origen de Ia falta de respeto de la dignidad de la persona humana y de la falta de respeto a la naturaleza creada por Dios. Hay un comtin orden en la creacién que debe ser respetado y una nueva solidaridad que tiene que ser establecida. El universo sensible prolonga el cuerpo huma- no. La tierra es el gran “cuerpo” de la humanidad. La persona humana es un “microcosmos”, un pe- quefio universo que resume, condensa y articula los seres creados. Esta relacién esté en el origen de una revalo- rizacién del cuerpo humano. Este cuerpo: es mas gue un instrumento de trabajo y/o un objeto de “placer”; es algo que tenemos la capacidad de 80 iA Tiempo compteto por et Reino! oprimir y deteriorar; pero, sin embargo, es una realidad que encarna y expresa un espiritu; somos también nuestro cuerpo y con él entramos en co- munién con la naturaleza y con los demAs. La pobreza tiene que ver, sobre todo, con los bienes materiales que constituyen el cosmos. Por una parte desde la pobreza nos viene la exigencia de valorar estos bienes. Desde la misma pobreza se nos pide hacer que alcancen a todos (Le 16, 19-24). Asi en cierto modo se recrea 0 al menos se ordena el universo. Por la pobreza los re- ligiosos/as acogen “las criaturas”, las cosas, como un don que hace que nuestra gratitud desborde en generosidad, Finalmente se llega a la actitud de Francisco respecto a la creacién. El es el hombre pobre, desnudo, desprendido de todo y duefio de todo. Hermano de toda la creacién, en perfecta armonia con toda ella, Podria muy bien suscribir estas palabras de Pa- blo: Todo es de ustedes, ustedes son de Cristo, Cristo es de Dios (1 Cor 3, 22-23). Asi, de una u otra forma, desde la pobreza se descubre la dimensién espiritual que esté en el co- razon dela creacién. Compartiendo en comunidad Esta dimensién encuentra su inspiracién en la Iglesia primitiva: Hechos 4, 32; 2, 44-55; 4, 36-375 81 Luis Casata, sm 5, 1-11. La mnultitud de los creyentes tenia un solo co- razon y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era en comin entre ellos. De esta manera se tienden a eliminar las dife- rencias entre ricos y pobres y se pone de manifies- to que todos somos iguales ante los ojos de Dios. Las personas no valen por lo que poseen. Asi se garantiza que en la comunidad nadie pase necesidad y se promueva Ia comunién de mente y corazén. Es una forma de expresar y vivir el “todos para uno y uno para todos”. En este sentido la comu- nién de bienes es una expresién muy significativa de comunién, El desafio es que todo se haga nues- tro. Pasar de lo tuyo y lo mio a lo “nuestro”. Bste es el estilo tipico de vivir la “propiedad” en la VC = renunciando al “derecho a Ia propie- dad privada”. La propiedad privada separa, exclu- ye. Propiedad Privada = Prohibido el paso. En este momento de nuestra historia (en que triunfa el neoliberalismo) es particularmente im- portante demostrar que es posible este tipo de propiedad social. Se dice que “lo de todos no es de nadie”, que nadie se preocupa cuando algo es comin (una empresa 0 un espacio piblico), y para que se ga- rantice la eficacia de una empresa 0 que algo esté en orden y limpio, es mejor que “tenga duefio”. 82 jA Tiempo concerto por et Reino! Es verdad que cuidamos y limpiamos nues- tra casa, pero no cuidamos los espacios publicos. Que cuidamos, ordenamos y limpiamos nuestra habitacién, pero no nos preocupan tanto los es- pacios comunitarios. Especialmente hoy, en este contexto de “glo- balizacién excluyente” las comunidades religiosas estan Ilamadas a ser sacramento de aquello que toda la humanidad esté llamada a vivir: la frater- nidad desde la filiacién. Tienen la misién de con- vertirse en una experiencia significativa e intensa de fraternidad en el mundo. Por tanto: El consejo evangélico de Ja pobreza afirma la comunién. En la tradicién de la VC ha ido unido alla fratetnidad. Donde hay pobreza hay fraterni- dad y en consecuencia donde no hay fraternidad no hay pobreza. La riqueza ha estado en el origen de la ruptura de la fraternidad y de muchos de los problemas de vida comunitaria. La pobreza puede crear una sana y humilde dependencia; nos lleva a necesitar de los demés ya juntarnos solidariamen- te a ellos, También aqui se cumple el gran prin- cipio de la tradicién de la Iglesia: el uso liberador de esos bienes que pide la pobreza es para ahondar la comunién. No hay pobreza sin amor. No basta con no desear nada para si ni dejar de acaparar: hay que aspirar y buscar la solidaridad. 83 Luis Casts, sw La pobreza como prontitud para servir Otro elemento importante en la espiritualidad de la pobreza es la libertad que genera para mo- verse de una parte a otra, para servir, para estar disponible para la misién. Es la raz6n de la pobreza que Jestis impone a los discipulos que envia de dos en dos. Deben ir “ligeros de equipaje”. Nada los debe atar ni rete- ner por el camino. Podemos decir que esta disponibilidad apos- télica no sélo incluye los bienes materiales, sino también poner nuestros conocimientos, talentos, energias, tiempo al servicio de los demés. La pobreza del apéstol tiene su fuente en un corazén liberado de deseos, apegos, envidia, ava- ricia, preocupacién por conservar lo propio. Y lleva a confiar en Dios la eficacia de la mi- sién y no en los medios humanos. Se prefieren siempre los medios sencillos que pongan de ma- nifiesto que la eficacia y el poder vienen de Dios y no del apéstol y de sus recursos materiales, me- todolégicos. Cuando toca cambiar de comunidad (ja veces de habitacién!) nos damos cuenta cudntas cosas se nos han “pegado” y no necesitamos, y es bue- na ocasién para desprendernos, “romper y tirar”, compartir. Y simplificarnos y “asencillar” nuestra vida y nuestras posesiones. 84 iA Tiempo compuero por et Reino! Por eso se ha podido afirmar que la pobreza radical produce parresia: una audaciay firmeza indefectibles con que el evangelizador afronta lo dificil. Porque su seguridad esté puesta en Dios. La mistica de la pobreza La pobreza tiene sentido en funcién del amor. El ctiterio tiltimo para valorar la opcién por la pobreza y las acticudes que tenemos respecto a la pobreza es siempre el amor. Me habilita esta op- cién para amar més y mejor? Si no tengo amor, aunque entregue todos mis bienes, no sirue para nada (1Cor 13, 3). Porque en definitiva lo importante no es la pobreza en si misma, sino el tipo de relacién entre los seres humanos que genera tal o cual forma de relacién con los bienes: gsirven para la comunién y la soli- daridad? ;Son instrumentos de diferenciacién, de dominacién? De esta forma también a través del voto de po- breza se debe expresar el “iinico voto” que es el de amar. ‘A través de todas las formas de pobreza evangé- lica debe quedar de manifiesto nuestra conviccién de que todas las cosas creadas estén destinadas la “comunién” con Dios y con los demas (todos los hombres y mujeres de este mundo, que para nosotros son hermanas y hermanos). 85 ‘Luts Casaus, si La opcién por Cristo, que pasa por los conse- jos evangélicos de pobreza, castidad y obedien- cia, eva a una manera nueva y original de vivir las relaciones humanas como experiencia del Es- piricu. Los consejos evangélicos ayudan al religioso a restablecer relaciones auténticas a todos los nive- les; bsicamente posibilitan que la relacién huma- nna sea filial, fraterna, libre y verdadera. En el mundo actual muchas relaciones son fal- sas, corrompidas, dominadas y marcadas por el poder, el dinero o por el sexo, Cuesta llegar a una comunicacién y a un trato abierto, complemen- tario y generoso. Junto a los otros votos la pobreza, pues, siem- pre debe enfocarse teniendo en cuenta la relacin interpersonal entre todos los seres humanos, Los consejos evangélicos se profesan no para “aislarse” de los demas, sino para madurar y ahon- dar las relaciones interpersonales, Tik eres mi bien La viuda que pone sus dos moneditas de cobre en el tesoro del Templo, es el mejor icono de la pobreza evangélica: Lucas 21, 1-4. Ella pone toda su vida en manos de Dios. Dios mismo se constituye en su tesoro, en su tinico bien, En él pone su seguridad y su confianza. 86 iA Tiempo compuero or et Reino! Ella es verdaderamente “bienaventurada” por- que descubrié que slo Dios puede hacerla plena- mente feliz. La pobreza nos exige confianza pplena en la Providencia Es un voto de confianza en el Sefior. Nuestra existencia queda puesta totalmente en sus manos. Nos conduce a expetimentar que radicalmente dependemos de él, y nos permite disfrucar de una inmensa libestad interior. Nos lleva a tomar conciencia que todo lo que tenemos es un don y a ver a Dios como el dador de todos los dones. La fidelidad a este voto no consiste tanto en no tener nada como en no desear nada y en poner Jo que se tiene con total libertad a disposicién de Jos demés; en otras palabras, en dar lo recibido. Cuando eso ocurre nace la confianza en los demés yen si mismo. La pobreza ayuda a colocar la gratitud en el punto de partida de cualquier proceso espiritual. { PARA LA REFLEXION Y EL EXAMEN PERSONAL Y COMUNITARIO = “Se pide a las personas consagradas un nuevo y decidido testimonio evangélico de abnegacién 87 Luts Casaus, sm y sobriedad, un estilo de vida fraterna inspira- do en criterios de sencillez y de hospitalidad, para que sean as{ un ejemplo también para todos los que permanecen indiferentes ante las necesidades del prédjimo. Este testimonio acompajiard naturalmente el amor preferencial por los pobres y se manifestard de manera espe- cial en el compartir las condiciones de vida de los mas desheredados” (VC 90). 2Cudles son las dificultades que has experimen- tado para vivir el yoto de la pobreza religiosa? BV la solidaridad? ;La apertura a los hermanos/ as, a la gente? ,Sientes el dolor del necesitado? iQué medios -herramientas- experiencias... te han ayudado mas a experimentar la pobreza religiosa, a vivirla con radicalidad y alegria? iQué otros medios utilizarfas hoy para expe- rimentar y vivir la pobreza y ayudar a vivirla a los hermanos/as, a sentir con el que sufte la necesidad? {Te sientes satisfecho en la manera en que ti y tu comunidad responden a los retos de la pobreza en el mundo? ;Estdn abiertos a nue- vas experiencias de apertura a los necesitados? jAtienden con carifio ala gente que acude a la comunidad? ¢Es una comunidad abierta? {Tie- nen contacto con los necesitados del barrio (pobres, enfermos, ancianos...)? Estan infor- 88 jA Tiempo comptero Por EL Reino! mados de la pobreza en el mundo, pals, barrio? @Consideran el trabajo como una cualidad de la pobreza? {Cuéles son las motivaciones que te oftece tu Regla de Vida — tu carisma congregacional para vivir la pobreza? ¢Las conversan en comu- nidad? gLas comparten con los miembros de la comunidad parroquial, educativa, con los més allegados a la comunidad? } LA OBEDIENCIA RELIGIOSA Un camino de libertad - la libertad al servicio del Reino Introduccién - problemdtica que plantea este voto. Cuestiones que tienen que ver con la obediencia Condiciones psicolégicas para poder obedecer y hacer el voto, Hay que evaluar en el sujeto: + ,Sometimiento - sumisién infantil, dependen- cia? + @Rebeldia adolescente? + yAutoestima sana? Obediencia y madurez humana: + {No infantiliza? {No favorece que huyamos del compromiso y de la responsabilidad personal? + :Es una poscura adulea? Importancia de la conciencia personal: + ;Sabemos lo que significa “la objecién de con- Ciencia’? Integramos en nuestra formacién lo que ello puede exigirnos? * Poder decir si o no. Los limites de la obedien- cia. 1 Luis Casata, si Obediencia y libertad: +’ La gran pregunta: es legitimo renunciar a mi libertad y a mi capacidad de decidir? {Es ceder también en otro la responsabilidad de mis ac- ciones? * El miedo a la libertad. Autoridad y liderazgo: * Crisis de autoridad y de legitimidad de las au- toridades (también en la Iglesia). * Nuevas formas de ejercicio de la autoridad. * Formas diversas de ejercerla: corresponsabili- dad, subsidiariedad, participacién. Democra- cia. * Paternalismo y autoritarismo. * Necesidad de la autoridad. Otros temas relacionados: * El individualismo. La “libertad desbocada” en la cultura postmoderna y neoliberal. * Los derechos humanos. {Se pierden como religioso? ;Se renuncia a todos los derechos para obedecer? * La “Regla de vida” (Constituciones) como fuentes de derechos y obligaciones. Otros cuestionamientos ¢Encontramos en Jesis fandamento para la obediencia religiosa? 92 A Tiempo comptero Por et Reino! Estd bastante claro en cuanto al celibato: Jestis fue célibe. Esté claro respecto a la pobreza: Jestis renuncié a sus bienes personales. No esd claro respecto a la obediencia: Jestis no “obedeci6” a un “superior”, Entré muchas veces en conflicto con las mediaciones humanas de la voluntad de Dios. Fue un rebelde. iEl voto de obediencia dinamiza mi biisqueda de la voluntad de Dios o la paraliza? Discernimiento: ;Para qué aprender a discer- nir si de lo que se trata es de aprender a obede- cet?

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