You are on page 1of 73
“Uy aporte sencillo sobre el tema de la perse fidelidad, en relacién con la formacién. Al mismo: ambas van de a mano ye iluminan mutuament-§ do en la relacion que existe entre: felicidad y pers final, atin en medio de as pruebas. Parafraseando' i mos formular esta bienaventuranza: ‘elices los que hasta el final’ No sélo Porque al final serdn felices. Sino 1 Somos flies también ene amin, no podem agu nos hard mal aguantar’ &s importante detenerse ahora y estudiar en qué Consisted formacién que dua toda la vida El autor nos presenta nei ‘os generales para lly nos brinda as caractristicas de aqual i forma. Nos habla alguien que no se limita a dar clase sino Que ensefia con su ejemplo en la convivencia con sus hermanos. | ll i Wh) : a I Hh | Perseverancia y formacion Luts CASALA, SM jQué estamos buscando? Perseverancia y formacién Editorial Claretiana (Casa, Luis A, Que estamos buscando? : perseverancia y formacién .- la ed. ~ ‘Ciudad Aucénoma de Buenos Aires : Claretana, 2014, 144 p.; 17x11 em. - (Vida consagrada) ISBN 978-950-512-872-3 1, Formacién Cristiana. I. Titulo cpp 248 6 CLARET Editorial Claretiana es miembro de (Claret Publishing Group Bangalore » Barcelona » Buence Aires “ Chennai» ‘Macau * Madrid « Manila » San Pablo Coordinacién de coleccién: Ma. Gabriela Spalla Fuentes Correceién: Laura Maria Vaccarezza Diseio de apertura de coleccién: Ma. Gabriela Tavelli 1" edici6n, noviembre de 2014 Todos los derechos reservados Queda hecho ef depésito que ordena la ley 11.723 Impreso en la Argentina Printed in Argentina © Editorial Claretiana, 2014 EDITORIAL CLARETIANA Lima 1360 - C1138ACD - Buenos Aires Repiiblica Argentina Tel: 4305-9510/9597 - Fax: 4305-6552 E-mail: editorial@claretiana.org worw.claretiana.org PREFACIO Es para mi una gran alegria que mi hermano y amigo Luis Casalé, sm, a quien conoci en ese hermoso fontanar de vida que es la marcha de la vida consagrada en nuestros pueblos del sur lati- noameticano, se haya decidido a escribir algunas teflexiones sobre la misma. Pero ademés de esto, que me pidiera prologar sus escritos. Compartimos con él momentos de animacién en la Conferencia Argentina de Religiosos (Con far), también nos acompafié en la Congregacién de los Claretianos en algunos retiros, pero sobre todo, veo en él alguien que sintetiza con su re- flexién y su experiencia lo que anhelamos para este tipo de vida en la Iglesia. Si algo sefiala con claridad la Vida Consagra- da es que Dios esté vivo y merece ser bendecido, glorificado, anunciado.... Y lo maximo que le po- demos brindar a él no es solo buenas intenciones © meras actividades, sino la vida misma, en su to- talidad. Y esto es el meollo de la vida religiosa. Dejar a Dios ser Dios en nuestra existencia lle- nandola de su amor, a fin de que él sea conocido, amado, servido y alabado, como oraba san Anto- nio Maria Claret. Luis CASALA, SM No estamos delante de un estudio exegético de investigacién o teorias sesudas incomprensibles aunque se percibe conocimiento teoldgico en el manejo de los textos. Lo biblico, en especial las ensefianzas de Jestis, aparecen como algo muy cer- cano alo humano, como algo, diria, que le perte- nece al hombre y que tal vez lo estaba esperando. Estos son libros que derrochan vida pata obtener més Vida. Destaco el aspecto testimonial de toda la obra que nos transmite la experiencia de varios afios de entrega fecunda donde fluye la vida y tarea de un sacerdote, formador, consagrado y amante inclau- dicable de la vida consagrada. Lo que aqui nos entrega mi hermano y amigo es la rumia de lo vivido, su testimonio personal, sus afios de escucha e interpelacién de la vida rel giosa, acompafando novicios, religiosos, encuen- tros y retiros. Y la promesa de lo por vivir. Ojala este trabajo sea fecundo en la vida de tantos consagrados y consagradas, especialmente en este tiempo en que la Iglesia toda, por inicia- tiva del papa Francisco, centra su atencién en ella con el aito de la Vida Consagrada, porque recono- ce la validez y riqueza de su existencia. Juan José Chaparro, omf Obispo de San Carlos de Bariloche 4 PRESENTACION DE LA COLECCION Durante mucho tiempo me resisti a escribir un libro sobre el tema que fuere. Sin embargo me ha tocado en la vida escribir mucho. Y me ha gusta- do hacerlo, con mayor o menor acierto y/o inspi- racién. Pero siempre me ha parecido mejor hacer escritos cortos y sobre temas bien puntuales. Muchas de las tematicas que abordé han teni- do que ver con los religiosos. El afio de la Vida Consagrada, que el papa Francisco propone a la Iglesia Universal, ha terminado de decidirme a publicas, dindoles cierta unidad, algunas de mis reflexiones. ‘También es honesto decir que me ha ganado un cierto escepticismo sobre el valor de la palabra esctita. Unos cuantos conocidos y amigos mios han esctito mucho y bien. Sin embargo, ni el mundo ni la vida religiosa parecen haber suftido alguna mella positiva con tanta bibliografia que nos supera y que no somos capaces de leer y me- nos digerir, iQué puede cambiar un libro mas? ¢Cémo puede incidir en la marcha de nuestra historia? ‘A veces me pregunto jno esté todo dicho en el 3 Luis Casas, sit evangelio? ;Se puede decir algo més? ;Se puede decir mejor? Para colmo me confirma en estas sospechas el modo en que el papa Francisco encara su misién, Desde luego que habla con los gestos. Y que ellos son un idioma universal que entienden todos, ri- cos y pobres, orientales y occidentales. Y, ademas, nos “pega” con sus frases cortas, oportunas, ad hoc, sin anestesia, que a veces necesitan forzar y reinventar el lenguaje para poder expresar todo el contenido que quieren transmitir, Pues bien, dicho esto, cabe preguntarse por el sentido de querer publicar estos seis libros que abarcan seis teméticas diferentes. Desde luego que tengo mis razones. La primera es tener la conviccién de que mu- chas de las reflexiones que oftezco ya le han hecho mucho bien a infinidad de personas de diversas partes del mundo, por lo tanto, pienso que hoy lo pueden seguir haciendo. En segundo lugar, no he renunciado a mi con- viccién acerca de la no necesidad de un tratado, Este libro no es un tratado cerrado y sistemati- co sobre la vida religiosa. Son reflexiones sobre diversas probleméticas actuales de los consagra- dos, Son capitulos que tienen su propia identi- dad y objetivo. Y que los he ido agtupando en diferentes apartados, segiin los temas. Pienso que 6 EQuE ESTAMOS BUSCANDO? este tiempo de cambio que transita la VC no es momento oportuno para “tratados”, Llegaré el tiempo, seguramente, en que podamos hacer una sintesis mas amplia y completa. En tercer lugar, estoy convencido que la VC esta hoy viviendo una etapa muy especial de su historia secular. Una etapa de profunda transfigu- racién. Por eso se hace urgente, y casi es un impe- rativo, reflexionar sobre lo que estamos viviendo y socializar nuestra reflexion. Teniendo estas tres razones por delante y una editora amiga que me empuja por detrés, me lan- zo a la pileta. Me testa agradecer a las personas que me motivaron a hacerlo y me confirmaron con sus opiniones, sugerencias, correcciones. Siempre y desde todos Jos puntos de vista que se lo quiera mirar, un libro es una construccién gtupal. Aunque més no sea porque brota de una experiencia de vida que desde luego ha sido, es y quiere seguir siendo construida en comunién con todos los consagrados. ‘A todos y todas ellas: jmuchas gracias! _ ForMAR RELIGIOSOS NUEVOS Introduccién La formacién es uno de los temas més recurri- dos y trabajados en la vida religiosa hoy. Tal vez porque ura de las razones de la “crisis” que vivi- mos se haya buscado y se siga buscando, en una deficiente formacién. ‘Al mismo tiempo en el campo de la formacién se han hecho miiltiples experiencias. Yo dirfa que se ha intentado todo. Se ha acudido a los psicé- logos y a los psicodiagnésticos, se han elaborado perfiles para los candidatos y candidatas, se han buscado nuevos modos y estilos de vida, se han trasladado las casas de formacién a lugares més cercanos a la vida normal de la gente, se han de- sartollado espacios intercongregacionales de for- macién, se han buscado hacer experiencias fuertes sean de desierto o de compromiso con situaciones de pobreza humana, existencial y social, se han privilegiaco pequefias comunidades (ahora ya no es una opcién sino que simplemente jhay can pocos!), se han hecho experiencias intercultura- 9 Luts Casaé, sit les, etc. Por momentos se acentué ¢l compromiso social y apostélico, por momentos se privilegié la psicologia hasta caer en un cierto psicologismo, por momentos se retorné a esquemas tradiciona- les de alejamiento de la realidad y de cierta “clau- sura’, Los formadores hicieron cursos y més cur- sos y talleres de todo tipo. No fue nada extrafio que los primeros que se fueran y entraran en crisis fueran los formadores. Hoy siguen abandonando la VC y el sacerdo- cio muchos hombres y mujeres de edad media, que recibieron una formacién renovada. Tuvieron acceso a estudios superiores, sea de teologia o de otras materias, pudieron hacer terapia, tuvieron to- das las posibilidades de “éxito” en la VC, ocupando posiciones delicadas de poder y decisién, y, en ge- eral, cuando se retiraron no le echaron la culpa a Ja formacién que recibieron. Tavieron muchisimas posibilidades. Sigue siendo un misterio por qué se retiran, habiendo sido personas que en la VC, en muchisimos casos, fueron felices y fecundas. Hoy alguno me podré decir, no sin cierta ra- zn, que se ha bajado el listén. Antes te echaban del convento por cualquier cosa, y hoy entra y/o permanece cualquiera. La necesidad imperiosa que tenemos de personal hace que demos opor- tunidades y més oportunidades a personas que dlaramente no tendrian que estar hoy en la vida 10 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? consagrada. Personas que, con suerte y viento a favor, tal vez podrian retornar a la VC si hacen afuera -en el mundo- un camino profundo de sa- nacién y maduracién personal. Pero Ja formacién es un asunto sumamente complejo. Primeramente hay que decir que no se ha cambiado el chip que nos mueve a pensar que formacién es la formacién “jnicial”. Parecerfa que con los votos perpetuos se acaba el tiempo de formacién, discernimiento, maduracién, etc. Muchas congregaciones que tienen propuestas de formacién permanente tienen que remar muy duro para motivar, convencer, animar a sus re- ligiosos y religiosas a participar. Incluso cuando toca animar propuestas para j6venes, muchas ve- ces se hace cuesta arriba. Sin embargo, a nadie se le ocurre que la forma- cién de un médico, profesor, técnico radidlogo, mecénico, etc., dura cinco afios. El que no esta dispuesto a formarse toda la vida esta condenado a una vida infeliz y a quedar al margen de la so- ciedad, del progreso, de la vida. La VC enfrenta el desafio de entrar por el camino de la formacin permanente, que es el camino del evangelio. El camino de la formacién termina en la cruz, con la entrega de la vida. Ver el maravilloso texto de Vita Consecrata: “La edad avanzada presenta problemas nuevos, 1 Luis Casata, sm que se han de aftontar previamente con un es- merado programa de apoyo espiritual. El progre- sivo alejamiento de Ia actividad, la enfermedad en algunos casos 0 la inactividad forzosa, son una experiencia que puede ser altamente formativa. Aunque sea un momento frecuentemente dolo- 1050, ofrece sin embargo a la persona consagrada anciana la oportunidad de dejarse plasmar por la experiencia pascual; conformandose a Cristo crucificado que cumple en todo la voluntad del Padre y se abandona en sus manos hasta enco- mendarle el espiritu. Este es un nuevo modo de vivir la consagracién, que no esté vinculado a la eficiencia propia de una tarea de gobierno o de un trabajo apostdlico. Cuando al fin llega el mo- mento de unitse a la hora suprema de la pasién del Sefior, la persona consagrada sabe que el Padre estd llevando a cumplimiento en ella el misterioso proceso de formacién iniciado tiempo atrds. La muerte serd entonces esperada y preparada como acto de amor supremo y de entrega toral de sf mismo” (ntimero 70). Retomando la problematica con que iniciaba esta presentacién: la formacién trata de formar religiosos que tengan futuro. Por tanto, debe ser una formacién que provea las herramientas necesarias para ser discipulos y misioneros en nuestros contextos socioculturales. Y, ademés, 12 iQue Estamos Buscanoo? ser un “proceso puente” que permita que aque- llos que se integran hoy a la VC, convivan, se hagan hermanos y hermanas, se asocien a la mi- sién, con compafieros y compafieras de camino que podrian ser sus padres y abuelos, con laicos que participan del carisma y llevan adelante la responsabilidad de la mayoria de las obras, y se puedan situar en la Iglesia y en el mundo sin sentirse ni mejores ni peores que nadie. Pero con Ja conviccién de que son portadores de un caris- ma que no les pertenece, y que consiste en ofte- cer a la Iglesia y al mundo un modo especial de seguir a Jestis y de vivir la eclesialidad. En este libro queremos reflexionar, en primer lugar, sobre los objetivos de la formacién y nos hemos atrevido a decir que en la VC debemos for- mar “misticos” y “profetas”. En segundo lugar, no hemos querido eludir un tema fundamental que a todos nos preocupa: jcémo formar para la fidelidad? ;Existen algunas claves formativas que nos permitan profundizar en la cuestidn de la perseverancia? He querido también decir unas palabras sobre la persona del formador. {Qué tipo de “lideraz- go” debe ejercer sobre los formandos? ;Es posible que sea un buen formador si no tiene cierta capa- cidad de liderazgo? ;A qué tipo de liderazgo nos referimos? 13 Luts Casata, sit Por ultimo he querido afadir algunas breves reflexiones sobre la formacién inter o transcul- tural, fruto de mi experiencia en los afias como formador en una comunidad en la que convivian miltiples culturas FORMAR MISTICOS Y PROFETAS { SUMARIO = Los institutos religiosos venimos trabajando hace tempo en la elaboracién de guias de for- macidn que orienten a los formadores y offez- can itinerarios formativos donde se explicitan objetivos, responsables, medios y herramien- tas, plazos, etc. En tiempos de cambio, cuando muchos pun- tos de referencia que parecian inamovibles se conmueven, hay que volver a repensar toda la formacién. Serfa muy fécil si la formacién fuera el apren- dizaje de la Regla, lograr cumplirla lo més al pie dela letra posible, y alcanzar por medio de Ja santa observancia la salvacién y la santidad. Se nos decta que el cielo estaba garantizado si cumplfamos la Regla al pie de la letra. Ella era como la medida de lo que era un buen reli- gioso: un buen cumplidor. En la VC no se ha estado lejos del farisefsmo, que desde la simpli- cidad del evangelio fue complicando la vida, 15 Luts Casata, sat sumando reglas, constituciones, costumbreros, normas y decisiones capitulares, etc., que mu- chas veces llegaban a detalles nimios Hoy, posiblemente, estemos en el otto polo, dado que el subjetivismo moderno se lleva muy mal con todas estas cosas. De negar a la persona, incluso cambindole el nombre, has- ta las “facilidades” que hoy tienen los forman- dos para buscar su realizacién personal, hay un abismo de diferencias. Pero no cabe duda que en la formacién se jue- gael futuro de la VC. En la formacién inicial y en la formacién permanente. Por eso es un tema demasiado delicado y vital como para delegarlo en cualquier hermano 0 hermana, porque es “buenito”, porque es muy cumplidor, etc. Primeramente se necesita saber y poder formar. No es nada facil hoy. Ademés es toda la comunidad regional, provincial, la que debe estar implicada, porque el eventual nuevo profeso hard sus votos con ella y en ella. Cuando uno escucha hablar a los hermanos y hermanas sobre los jévenes y la formacién, muchas veces escucha criticas. Entre otras co- sas porque se la compara con la de antes. Aun- que nosotros, en general, somos criticos de nuestra formacién, hay ciertos elementos que rescatamos, que nos hicieron bien, y a veces no 16 {QUE Estamos BUSCANDO? vemos que estos elementos los vivan y valoren los jévenes y sus formadores. Un modo de plantear un objetivo, un para qué formamos -un zqué buscamos en la for- macién?- es utilizar estas dos palabras: misticos y profezas. Con todo derecho se me pueda argiiir que am- bas palabras se pueden aplicar o se deberian poder decir de todo cristiano. Y es cierto. Es probable que haya otros elementos en la forma de vida de los religiosos que los carac- tericen e identifiquen més que estas dos pala- bras: misticos y profetas, Pero a su vez hay que decir que si estas dos pala- bras no marcan el modo de vida, las actitudes, la forma de estar en e] mundo, el compromiso con la historia, etc., de los religiosos, todo lo que sean y hagan se vacia por completo. En las paginas siguientes intentaré justificar lo decisivo, lo trascendental que resulta que los procesos de formacién en la VC consigan el objetivo de formar misticos y profecas, =} Luis Casatd, sw 2Es posible formar misticos y profetas? Es conveniente y necesario preguntarse si los misticos y profetas pueden ser “formados”, ;Son los misticos y los profetas “productos terminales” de los procesos de formacién? ;Garantizan las hetramientas més modernas que tenemos en la formacién, el que los jévenes formandos resulten misticos y profetas? ;Son acaso nuestras casas de formacién escuelas de mistica y profecia? Aunque los formadores fuésemos misticos y profetas (joja- 14), zello garantiza que los formandos lo sean? Los interrogantes podrian seguir sumdndose. Lo que subyace tras ellos ¢s la conviccién absoluta de que es el Maestro, el Espiritu, el que los puede formar; pero también la conviecién muy clara de que algunos pprocesos formativos pueden facilitar que entre noso- twos, de nuestros jévenes', surjan misticos y profetas. ‘Més atin, la Vida religiosa no tiene fucuro sin ellos. Una aclaracién necesaria Hay que tener cuidado para evitar alguna tram- pa en la que podemos caer sin querer. La mistica y 1. En los tltimos dias, dice el Sefior, derramaré mi Espiritu sobre todos los hombres y profetizaran sus hijos y sus hijas; los jévenes verdn visiones y los ancianos tendrén sues proficos Ms an, desramaré mi Espiritu sobre mis servidoes yservdaras, ellos proftizaran(Hechos 2, 17-18), 18 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? la profecia no son patrimonio exclusivo de la VC. Esta no es ahora un “estado de misticos y profetas”, como antes era un “estado de perfeccién”. Aunque hayamos barrido y limpiado bien la casa para des- prendernos de todo privilegio y para sentitnos en pie de igualdad con todo el Pueblo de Dios, siem- pre se nos puede colar por la ventana “la excelencia objetiva” de nuestra vida. Y si algo mataa la mistica y a la profecia, es el “profesionalismo”, pretender constituir una “casta” de misticos y profetas. zAcaso no suena un poco raro decir o escuchar “yo me estoy formando para ser un mistico”, “yo me formo para ser profeta’? Porque el indispensa- ble “humus” en el que getminan ambas (mistica y profecfa) es la humildad. La finalidad de los procesos formativos Entiendo la VC como un camino, una forma de vvida cristiana en la que se intenta reproducir algu- nas opciones muy significativas del Jestis histérico, Sin entrar en muchas disquisiciones, la vivencia (que no es autométicamente la “profesién”) de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obe- diencia (CPO), nos permite acercarnos al modo de existencia de Jestis. Eso es lo que intentamos. Si nuestra opcién por la CPO nos facilita seguir a Jest, si visibiliza en nuestro mundo alguna de 19 Luts Casata, si sus grandes opciones vitales, los votos adquieren sentido. La finalidad del proceso formativo es “trans gurar” las personas, para que reflejen con mayor transparencia la presencia viva de Jestis en la his- toria. ¥ sabemos bien que la CPO no son fines en si mismos, sino que adquieren valor y sentido en funcién del Reino. Yendo un poco més al fondo de la cuestién. Este modo de vida cristiana y el proceso forma- tivo que “‘inicia” en él, deberia llevarnos a experi- mentar el modo de relacién de Jestis con su Padre (Abbé), dimension mistica, y el modo de Jestis de comprometerse con la causa del reinado de Dios, dimensién profética. Para llegar a ser misticos Desde luego que ser mistico -no entro en de- talles que son objeto de otros estudios?- no es un fenémeno “extrafio”, ni significa vivir fuera de la realidad, como sin pisar la tierra. La mistica, dicho muy simplemente, consiste, basicamente, en tener una profunda experiencia de Dios. Y no 2, Recomiendo el libro de José Maria Arma, eitado por PPC, Madrid: Misti- «05 yprofetas: indispensables einseparables en auestros dias. Son un excelente marco para las teflexiones que yo intento compartir desde el punto de vista de la formacién, 20 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? hay experiencia de Dios sin “contacto” con Dios. No hay “contacto” con Dios, sin “contacto” con nosotros mismos, con los hermanos, con todos y todas, con la naturaleza. Voy a sefialar algunas tareas que a mi parecer deben tenerse particularmente en cuenta en los procesos formativos para ponerse en condiciones de “ser misticos”, algunas herramientas que me parecen fundamentales, aunque, como ya dije, no garanticen automaticamente el éxito del intento*. Autoconocimiento El primer contacto ¢s con nosotros mismos. La primera tierra que hay que pisar es la tierra sa- grada de le propia historia. Conocetnos. Conocer huestras fortalezas y nuestras heridas; integrar (y, si se puede, “sanar”) las heridas; aprender a re- conocer la multitud de voces que nos Ilegan de dentro; saber poner nombre a lo que sentimos; ir desarrollando la capacidad de integrat, encauzar nuestras pulsiones y pasiones... Este trabajoso proceso de autoconocimiento, qne no es una tarea meramente intelectual, este “piso” (minimo) de salud mental, esta espiritua- lidad que se gesta “desde abajo”, es la condicién 3, Hay que decir gue muchas de as pstas que sefalaré para formar istics’, Valen eractameste igual para “formar profetas’ 21 Luts Casata, SM necesaria para que la experiencia de Dios sea au- téntica. {Como reconocer la voz de Dios si no tengo una conciencia basica sobre las voces que me vie- nen de mis heridas, sobre las voces que han ins- talado dentro de mi mis padres, hermanos, maes- tros, catequistas, etc.? zCémo encontrarme con el Dios verdadero si no tengo un minimo de claridad acerca del “cris- tal” con que miro a los demés y a Dios mismo, evitando todo tipo de “proyecciones”? 4Cémo conocer los grandes deseos y gustos de Dios si no tengo claridad sobre mis propios de- seos y necesidades? {Cémo distinguir aquello que viene del Espiti- tu, ¥ de la libertad que el Espiritu regala a los que tienen la osadfa de dejarse conducir por él, de lo que nace de mis gustos y caprichos? yCémo entender y vivir el misterio de la en- carnacién si no valoro y me he reconciliado con mi cuerpo? Cémo acompafiar a Jestis hasta la cruz si no enfoco bien el tema del dolor y el suftimiento en mi vida? Cémo experimentar el amor de Dios, su mi- sericordia, si no he hecho un camino basico de 4, Cuando enfatizo“necesaia’, al mismo tiempo quiero indicat que no es *su- ficiente’, 22 {Qué estamos Buscanno? auto perdén y de sanacién del “sentimiento de culpa malsano”? Creo que hoy los formadores contamos con muchas herramientas; pienso, por ejemplo, en el eneagrama, para facilitar este autoconocimiento. Capacidad de hacer silencio Es un prerrequisito de todo proceso serio de crecimiento y maduracién personal. No sélo como condicién de escuchar a Dios, sino de po- der escuchar las voces que surgen de otros lugares dentro de nosotros mismos. Me refieto al “silencio integral”: silencio de la palabra, de la imaginacidn, de la mente, de las pasiones, del “cuerpo”. Un silencio que no es “re- presién de”, sino que constituye el “ambiente pa- cifico y amigable” en el que pueden engendrarse y surgir las cosas hondas, las palabras con sentido. Un “silencio para” el encuentro consigo mis- mo, con los hermanos, con Dios. {Cémo dialogar si no hago silencio para escu- char empéticamente? ;Cémo preservar la propia intimidad si me dejo invadir por tantos ruidos que me llegan de todas partes, en esta sociedad llena de “mensajes voladores”? {Cémo discernir si no puedo dejar de “pen- sat”, para estar atento al “sentir”, a las sensaciones 23 Luts Casata, sw que “vehiculizan” el lenguaje de Dios a través de mociones y desolaciones? Purificar la imagen de Dios El proceso formativo debe otorgar las herra- mientas, ofrecer los espacios necesatios, para puri- ficar la imagen de Dios que trae el candidato. Sin duda que es éste es un proceso que dura toda la vida. Pero cuando se pretende que Dios nos llama a un determinado estilo de vida, es importante estar seguro de qué Dios se trata. Y no cabe duda que creemos que nos llama el “Dios de Jestis”, Para llegar a conocer al Dios de Jestis, el camino es Jestis. Dios es Jestis®. ‘Trabajar para erradicar los “fetiches” de Dios que nos hemos fabricado 0 en los que hemos sido educados; detectar las proyecciones, supuesta- mente inconscientes, de nuestros deseos insatis- fechos en eso que llamamos “dios”; des-construir tun aparato religioso que nos es funcional para darnos explicaciones acerca de muchas cosas; y entrar en el camino de la fe y de la noche oscura, penetrar en el “misterio”, son los desafios que se tienen por delante. {Como lograrlo sin una cristologia seria? 5. Vet Jess, persona y proyecto, de losé Maria Castillo, Cuadernos de Espiri- twalidad del Centro de Espirtualiad lgnaciana de fa Compaiia de Jess en Santiago de Chile. Cuaderno N° 126, marzo-abril 2001 24 EQUE ESTAMOS BUSCANDO? sCémo conocer a Dios si no aprendemos a leer, valoramos, rumiamos su revelaci6n en la Escritura? Es posible sin experiencias de desierto y sole- dad? ;Si aceptar que debemos pasar por profun- das y sanadoras crisis? ;Puedo conocer al Dios biblico sin una gran sensibilidad por la historia? Capacidad de discernir Se supone que un mistico es alguien que tiene una sintonia muy especial con el Espiritu. En la formacién, que es un tiempo fuerte de discerni- miento para conseguir situarse en ese lugar donde el deseo de Dios se encuentra con mis descos mas profundos, aprender a discernir es capital. Pocas cosas son mds importantes que ello, al menos en esta etapa de la vida, ¥ seguramente serd siempre muy importante. Porque en una sociedad plura- lista los puntos objetivos de referencia, ademas de set escasos, no se identifican ficilmente; no existen muchas “ideas claras y distintas”; y los res- guardos institucionales son cada vez menotes. jCémo sobrevivir, muchas veces a la intempe- rie, sin una gran capacidad de autonomia cuya brijula evangélica s6lo puede brindarla el discer- nimiento espicitual? La mistagogia, que pretende introducir en el misterio de Dios para lograr un encuentro que as Luis Casita, sit nos “fusione” con él, debe offecer las herramientas necesarias para que se aprenda a distinguir lo que viene del buen Espiritu y lo que viene del Malo, No hay en la Iglesia una técnica tinica de discer- nimiento. Sin duda Ignacio oftece una pedagogia y nos ha regalado una sintesis que es dificil de superar. sPodemos formar en el discernimiento si la for- macién no oftece a los jévenes espacios para elegir y decidir? 3Cémo formar en el discernimiento si exage- ramos el “polo de la obediencia’, si nos contenta- mos y nos sentimos més tranquilos y seguros con jévenes conformistas, sumisos y sin ideas propias? Como contraparte, jes posible discernir sin “co- tejar’, sin dejarse acompaiiar, sin una verdadera ac- titud de discipulo? Ya sefialé Ja importancia del “lenguaje corpo- ral”, al menos en el método ignaciano que nos propone reconocer Io que viene del Bueno y lo que viene del Malo, a partir de las “sensaciones” que experimentamos. Valorar lo cotidiano La vida nos forma. Nos formamos pata la vida. Un mistico de hoy no se forma sdlo en la capilla de la comunidad, aunque seré dificil que lo sea si no la frecuenta. Un mistico cristiano nace, crece y se desarrolla en lo concreto de cada dia. Porque 26 iQue estamos puscanvo? la experiencia cristiana es una experiencia encar- nada, Dios esté en la cocina, en el jardin de la comunidad, en los encuentros comunitarios, en Ja mesa de la eucaristia y en la mesa en la que compartimos el pan cotidiano, en la sefiora que trabaja en la comunidad y en el que toca la puer- ta; en el huésped nos visita el Seftor. Los misticos pueden ser “tedlogos” 0 no’, Des- de luego seria muy bueno que los teélogos fueran misticos. Pero un mistico no se forma llenando la cabeza con conocimientos. Sino més bien lenan- do el corazin y los gestos concretos de cada dia de amor. Poner amor en lo pequefio, en lo insignifi- cante, en lo oculto, en el servicio mintisculo, por ahi pasa la formacién y el crecimiento del mistico. Porque la experiencia mistica consiste en poner la motada en Dios, o en que Dios ponga su morada en nosotros, y esto acontece cuando “permanece- mos en el amor”. Y ese amor debe irradiarse en cada momento, relacién, actividad... sValoramos lo pequefio de cada dia, o segui- mos dando prioridad consciente © inconscien- temente a los cursos, a la formacién meramente intelectual, a las experiencias extraordinarias? 6. No cabe duda que nadie puede hablar mejor de Dios que un mistico, y eso es *teologia® aunque la formulacién del conocimiento carezca de un tinte acadé- nic. 7 Luis Casa, si jHemos sido capaces de generar entusiasmo, de motivacién para realizar con gusto, con amor, con sentido, las tareas cotidianas, los servicios domés- ticos? ;O resulta un mal menor tener que ocuparme y “perder tiempo” en estas cosas sencillas por donde la vida pasa, donde la vida se realiza y se celebra? iNos damos el tiempo para vivir el presente, para Ilenar de sentido este “hoy”, 0 vivimos en- candilados por grandes ideales y proyectos, so- fiando con el futuro, dando la impresién que la formacién es una etapa que hay que pasar, el “pre- cio que hay que pagar” para ser religiosos? {Se disfruta, se celebra, se agradece esta etapa de la vida? Se vive o se sobrevive en nuestras casas de for- macion? Para llegar a ser profeta Necesitamos profetas. Todos lo somos por l bautismo, Pero esta dimension constitutiva de nuestra vida cristiana esta demasiado aletargada. iSeré que no abundan los profetas porque no abundan los verdaderos misticos? Dificil que un auténtico mistico no sea profeta’. Imposible que 7. Aunque en honor a la verdad, hay que decir que también Caifés profetias (Quan 11, 51), Hasta una burra puede tener visiones y hablar en nombre del Sefior (Nmeros 22, 20-35 28 {Que STAMOS BUSCANDO? un profeta auténtico no sea mistico. De més esta decir que cuando hablo de profecfa no me refiero sélo a palabras proféticas, sino a vidas proféticas, ‘A continuacién menciono algunos aspectos a tenet en cuenta para facilitar el surgimiento de profetas entre nosotros*, Contacto con la realidad El profeta anuncia y denuncia. Es voz de Dios para esta generacién, para este momento concre- to de la historia que vivimos. Asi como el mistico debe enterrar sus pies en su propio barro, en su realidad, el profera debe enterrar sus pies, estar bien enraizado, en la historia, en su cultura. No puede decir una palabra significativa si no conoce el len- guaje de los suyos, si no conoce sus aspiraciones y deseos més profundes, si no tiene una especial sensibilidad por las necesidades del mundo y de la Iglesias y si ese contacto con la realidad no le duele. No basta un conocimiento socioldgico o cien- tifico del mundo en que vive. Debe estar conecta- do cordialmente con él. gNuestras casas de formacién estén en el mun- do sin ser del mundo? 8. Doy por descontado que el profeta debe tener una auténticay rica experien- dade Dios. A estome refer en el apartado anterior. 29 Luis Casatd, sit Nuestros procesos formativos tienen en cuen- ta, valoran como una parte esencial para la forma- cién el contacto con la realidad, con el ambiente, con los vecinos? iNo persiste acaso todavia cierta desconfianza del mundo, aunque nos riamos de las “reglas de precaucién y reserva” (que no estarfa mal re-es- cribir y re-actualizar para evitar ingenuidades que nos han costado tan caro)? ;Cémo formar profetas (y misioneros) para el mundo de hoy si no se conoce el mundo de hoy? ;Basta una formacién intelectual, teérica, sin “mojarse”, sin tocar, oler, mirar. sQué lugar ocupan en nuestros programas de formacién el buen uso de los medios de comuni- cacién social? Contacto con los pobres? Los pobres no son simplemente aquellos en nombre de los cuales el profeta debe hablar. No se trata de ser “la vor de los sin voz”. El auténtico profeta se identifica con la suerte de los pobres, comparte su vida, tiene amigos entre ellos y ve en 9. Creo que es bueno considerar que junto con el contacto con situaciones de pobreza material econémica, también es de un gran valor el contacto con si- twaciones de “pobreza humana’: enfermos terminales,discapacitados, enfer- ‘mos mentales, dragadictos, ec. 30 {QUE EsTAMOS BUSCANDO? ellos a Jesis. En ellos encuentra al Dios de Jestis que vive le pasién y sigue siendo crucificado. ¢Cémo imaginar siquiera a un auténtico pro- feta sin una profunda sensibilidad por los pobres, por las situaciones de exclusién y de injusticia, sin que le hierva la sangre frente al mal que se sigue ensafiando con el inocente? 4Cémo vivir la opcién por los pobres sin que ella sea tedrica o ideoldgica, sin haberse dejado evangelizar por los pobres? 4Cémo lograr esto sien a formacién no hay tiempos lergos de contacto ¢ insercién entre los pobres? El suerio de Dios - los “gustos” de Dios El profeta nos recuerda constantemente cudl es el sueiio de Dios, cuales son sus “gustos”, lo que a él le agrada, su voluntad amorosa. No puede darse la profecia sin haber penetra- do en la mente y en el corazén de Dios. Sin ha- berse contagiado de su alegre misericordia y de su mayor deseo: que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1'Tim 2, 4). La formacién tiene que ofrecer una pedagogia de la oracién que lleve al encuentro personal con el Dios de la vida. Una pedagogia que Ileve de la meditacién a la oraci6n y de la oracién a la con- Luss Casnud, si Ficilmente oramos repitiendo palabras y mas palabras, sumando consideraciones piadosas y mds consideraciones piadosas. Sin dar lugar al silencio para acoger lo que el Sefior quiera reve- larnos. Sin tratar de sentir lo que Dios siente, y mirar como Dios mira. No hay duda que para ello hizo falta ese trabajo previo de autoconocimiento y de purificacién de la imagen de Dios. iOfrecen nuestros programas formativos y la organizacién del tiempo de cada dia, la posibili- dad de entrar quietamente en el misterio de Dios? {No quedamos a veces entrampados en nues- tros programas que privilegian el estudio del caris- ma y de la Regla, de nuestra propia historia con- gregacional, ¢ incluso a veces, lamentablemente, apuramos la formacién y nos aprovechamos de los formandos para cubrir los huecos que existen en nuestras obras y comunidades? INo sigue siendo la oracién, muchas veces, una repeticién de ritos que nos resbalan, de sal- mos que “no nos dicen nada”, de oraciones voca- les que pretenden expresar la riqueza de nuestros carismas, pero que no lo recrean ni reactualizan? El suefio de Dios, su querer y su gloria es que “el hombre viva’. ¢Cémo se relacionan “oracién y vida” en nuestra experiencia cotidiana? Bs nuestra oracién una experiencia desde la cual salimos a hablar de “lo que hemos visto y ofdo”? 32 {Que Estamos Buscanno? Esperanza y futuro El profeta es un hombre que fiel a la historia (a la memoria de su pueblo), se enraiza en el presente, y mira haciz el futuro. Su talante esté signado por ia esperanza, Sus energias estan focalizadas por el proyecto de Dios, su reinado, que da sentido a la entrega de su vida, No es facil hoy encusiasmarse con un “proyecto de futuro”. No es ficil intuir por dénde puede concretarse histéricamente el Reino de Dios, aunque asumamos que siempre habré tensién y diferencia entre lo que construyamos en la historia y la “nueva Jerusalén” que baja del cielo. Bl talante escéptico frente a las utopias se halla en los jévenes y en los no tan jévenes que han visto frustradas tantas ilusiones. Sin embargo nuestra fe nos compromete con el “Dios de la Promesa”, el Dios que invita a ca- minar, que abre senderos en el desierto y una ruta por el mar, que desinstala e invica a arriesgar. 3No hay demasiada seguridad en nuestras casas de formacién? 3No hay demasiado doble mensaje entre nuestra “profesién de pobreza” y la forma en que vivimos? INo hay demasiados miedos frente a los cambios, innovaciones, experiencias, tal vez. porque en el pasa- do algunas nos hayan fallado por las razones que sean? 3Cémo cultivar la virtud de la esperanza, si lo que esperamos se ha achicado tanto, si en un ata~ 33 Luts CasatA, sit que de realismo hemos aprendido a conformar- os con tan poco, si no tenemos un proyecto 0 una misién congregacional que entusiasme, con- voque, despierte las mejores energias de todos? Conclusién Quiero traer a Maria a nuestra reflexién. Sin duda ella sabe de educar misticos y profetas. Al menos en esta escuela educé a nuestro Hermano mayor. Sin embargo, la “mistica” y la “profecta” no son dos “atributos” que frecuentemente se le asig- nen, Pero es dificil encontrar una mejor sintesis entre mistica y profecia que el Magnificat que ella proclama embarazada de Jestis y lena del Espiritu Santo. El Magnificat le brota de sus entrafias. Atesora lo mejor de la memoria religiosa de su pueblo, expresa lo que ella vive y siente en el presente, preanuncia lo que Dios quiere hacer en la histo- ria, Es una oracién de agradecimiento y alabanza que “la saca de si” pero al mismo tiempo revela que tiene una profunda conciencia de sf (de la hu- mildad de su servidora). Por eso los religiosos del 10. Toda auténtica experiencia mistica aca de uno mismo sin “aienar Im pensable una auténtica experiencia mistca en alguien que viva centrado en simismo. 34 {Qué estamos euscanvo? futuro, si son misticos y profetas, serén hombres y mujeres del Magnificat. { PREGUNTAS PARA LA REFLEXION Y EXAMEN PERSONAL Y¥ COMUNITARIO = * Sibien es cierto que en cada congregacién hay alguien encargado directamente de los “for- mandos”, la responsabilidad es de todos de una u otra forma, Si no vivimos lo que debe- riamos vivir, mal podemos formar a otros. Por eso gsoy mistico y profeta? ¢En mi comunidad somos misticos y profetas? “Bs la Palabra de Dios la que suscita la fe, la nutre, la regenera. Es la Palabra de Dios la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su logica, que es muy distinta de la nuestra; es la Palabra de Dios la que renueva continuamente nuestras comunidades? (Papa Francisco). Por eso: gme voy conociendo cada dia mds? ;Mis virtudes, defectos, inclinaciones, deseos, gus- tos, valores, tendencias, ...? {Hago silencio to- tal pare escuchar la Palabra de Dios? {Voy purificando dia a dia las imagenes de Dios? sLe voy descubriendo més profunda- mente? ;Me voy asemejando cada vez més a él? ;Discierno con mis hermanos las imagenes falsas de Dios? ;Valoro el vivir hoy y aqui? 35 Luis Casatd, si “Para el discipulo lo primero es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de él. Y esto vale siempre; es un camino que dura toda la vida... Si en nuestros corazones no esta el ca- lor de Dios, de su amor, de su vernura, e6mo podemos nosotros, pobres pecadores, inflamar el corazén de los demds?” (Papa Francisco). 3Cémo descubrimos el “suefio” y los “gustos” de Dios para nosotros y nuestros hermanos? jCémo sembramos y formamos en la esperan- za a los que nos rodean, si no tenemos con- tacto con la realidad y con los pobres? Somos hombres y mujeres del Magnificat? Nos ven como tales? FoRMACION Y PERSEVERANCIA Claves para la formacién en la fidelidad Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Felices serdn cuando los insulten, los persigan y digan toda clase de mentiras contra ustedes por mi causa. Alégrense y Uénense de gozo, porque su recompensa sera grande en los cielos, ya que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes (Mateo 5, 10-12). SUMARIO = Para muchos es probable que el valor de la for- maci6n, su éxito, dependa de la perseverancia de los que atravesaron el proceso formativo. Un indice de perseverancia baja se vincula inmedia- tamente con una mala o mediocre formacién. ‘Al menos con una formacién no adaptada a los tiempos que corren. Tal vez no sea asi y sea necesario plantear otras hipétesis, o bien no pensar que haya una sola 37 Luis Casaca, si razén detras de indices de perseverancia que siguen siendo muy bajos. Me podrén decir que también es muy bajo el indice de perseverancia de los matrimonios. Son pocos los que terminan siendo fieles y feli- ces toda la vida. Y es alarmante el ntimero que se rompen y las familias que se rearman y se en- samblan, También la formacién previa al matrimonio, el “noviazgo” que equivaldrfa a la “formacién inicial” ha cambiado mucho. Hoy, de hecho, la mayor parte de las parejas conviven, o al me- nos tienen relaciones prematrimoniales, pasan vacaciones juntas, etc. Sin embargo todo esto parece no haber incidido en nada en la perse~ yerancia en los compromisos. Habré que bus- car, obviamente, otras razones. Pero hay otro paralelismo interesante. Hoy son cada vez menos las parejas que se casan por la ley civil y/o por la Iglesia. Lo mismo que suce- de con los seminarios y noviciados. Son cada vex menos los que llaman a las puertas. Esto habla a las claras de la desconfianza, o al menos de la indiferencia, que hoy generan las instituciones, de cualquier tipo que sean. La formacién para la Vida Religiosa es, por més vueltas que le demos, por més experiencias que se inventen, por més talleres que se ofrezcan, 38 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? una formacién “dura”. Los contenidos mini- mos que se deben aprender y vivir son dados. Nadie inventa el carisma. El carisma es un don que se recibe y que cada uno est llamado a encarnar y vivir aporténdole su sello propio. Pero “fundador” o “fundadora” hay uno solo, Formar un religioso o religiosa, no es simple- mente Henar la cabeza de conocimientos, de la historia de la congregacién, de teologia de los votos, de las constituciones y espiritualidad del instituto. La formacién es una experiencia de vida que marca la vida. Se trata, nada més y nada menos, que de “‘calzarse el traje” de re- ligioso o religiosa -y obviamente no me refieto al habito- y ver si me va bien. No puedo cor- tarme un brazo para que el traje me entre, Ni tampoco puedo hacerme un traje a mi medida. Y que a uno le vaya bien significa que uno siente que esto es para mi, me sienta bien, me gusta, me hace sentir modo, seguro, madu- ro. Significa que lo puedo llevar con natural dad, sin poses ni fingimientos. Entonces sf que es muy probable que estemos dando con una formacién que le ayuda al for- mando a experimentar en qué consiste la VC, de tal manera que su profesién sea un acto li- bre: si no conoce no puede ser libre, y si no es libre no es valida. 39 Luis Casati, sit Una formacién asi, fundada en la verdad, en la verdad del propio formando, en la verdad del formador, en la verdad de la propuesta forma- tiva, en la verdad del instituto o provincia a la que se integra, puede dar una mayor probabi- lidad de que el porcentaje de perseverancia sea ms alto. Pero de ninguna manera postulo que exista algin tipo de formacién que garantice nada. Hemos visto excelentes religiosos que han te- nido formadores hotribles y estilos de forma- cién, casi, antievangélicos. Sin embargo han subsistido y son felices; otros, tal vez, no se animaron a irse. Y también lo inverso, personas buenas y ge- nerosas, con formadores excelentes, con estilos de formacién renovados, de las que se esperaba mucho porque se las veia felices y fecundas, que se han ido. Lo cual quiere decir que debemos seguir bus- cando en otros factores las razones de la crisis de perseverancia. LQUE ESTAMOS BUSCANDO? Prolegémenos La tiltima bienaventuranza asegura la felicidad a los perseguidos por causa de la justicia y por la causa de Jesiis (Mateo 5, 10-12). Ambas cosas -la persecucién y la felicidad prometida- no son mas que el fruto y la consecuencia que se derivan de haber incentado vivir a tope las restantes bien- aventuranzas: * Felices los que son Ilevados por el Espiritu a ser pobtes y se comprometen a vivir como ellos y a luchar junto con ellos. Felices los que se involucran y se implican con la suerte de los demés por amos, y saben llorar con los que lloran. Felices los que optan por la no-violencia y la mansedumbre para trabajar por la paz ya que heredardn las riquezas verdaderas, las que el Sefior Dios nos promete. Felices los insatisfechos, los que siempre bus- can el magis (lo mejor) para sf mismos y para los demas, y no dejan nunca de caminar. Los que no son derrotados por el escepticismo ni se instalan en la autocomplacencia. Felices los que tienen un corazén lleno de ternura y misericordia y los que son capaces de ponerse en los zapatos de los que suften, y miran la realidad con sus ojos y con su cota- 41 Luis Casat, sit zén herido pero leno de esperanza, Los que incluso Megan a suftir para evitar que los de- més sufran. * Felices los que se la juegan. por la verdad, los que no tienen doblez, los que se manifiestan tal como son, con sus fortalezas y debilidades, los que no tienen nada que esconder, los “lim- pios’, porque son hijos de la luz y verdn al mis- mo Dios", La felicidad que se promete a los que perse- veran hasta el final no es el resultado de haber transitado un camino sin espinas; tampoco es la consecuencia de haber sido tocados por alguna varita magica que les haya evitado tener los mil problemas y dificultades que tenemos el comin de los mortales. Paradéjicamente -no cabe duda que las bien- aventuranzas son a “simple vista” paraddjicas- esa felicidad prometida a gente normal (;como no- sotros!), que no tiene inclinaciones masoquistas (al menos demasiado evidentes), sera fiuto y ven- dré acompafiada de persecuciones. Es decir: serd una consecuencia Idgica de haber intentado vivir el estilo de vida que propone el conjunto de las bienavencuranzas. 1. Inspirado en Eduardo Fernéndez Moscoso. Reflexiones durante los EE a los religiosos marianistas de la Argentina, Cordoba, enero de! 2005, 42 EQuE ESTAMOS BUSCANDO? De la misma manera que la muerte de Jestis fue la natural consecuencia de lo que hizo y dijo, y no algo que le pasé al final porque a “Dios” se le antojé que muriera por nosotros, para satisfacer su sed de venganza o por lo que fuera. Tnmersos en esta cultura de lo descartable y lo provisorio, en la cual el cambio es permanente y s6lo vale lo novedoso, en donde el placer, sentirse bien, disfrutar a tope, son los valores dominantes, nos hacemos muchas grandes preguntas: (Hasta dénde es legitimo “suftir” y aguantar, y decir no a demandas e impulsos interiores y ex- tetiores que nos inclinan a hacer lo més facil, a buscar gratificaciones, a descansar, a emprender nuevos caminos o a salir de la rutina? ¢Tendremos fuerzas para temar tantas veces contracorrientes para “renunciat” (en el mejor sentido de la pala- bra) a muchos deseos que siguen existiendo en el fondo de nuestro corazén? Qué sentido tiene aceptar, asumir, soportar el suftimiento y la conducta -muchas veces contra- cultural- que nos exige seguir a Jestis? Como integrar la cruz en la vida? ;Cémo ser felices en medio de la persecucién, del dolor, de la ratina y de las incomprensiones? JEs posible hacer hoy compromisos para siempre? gDénde radica la razén tiltima por la que hay que permanecer fiel a la palabra dada para siem- 43 Luss Casatd, si pre? No suena esto muy pretencioso? ;Cémo saber que no nos equivocamos cuando hicimos uestros votos, cuando nos lanzamos tras un ideal? ;Cémo estar seguros de que no habiamos “idealizado” nuestras propias posibilidades de responder; que no nos equivocamos creyéndo- nos libres para hacer un compromiso, cuando en realidad no lo éramos? @Por qué perseverar “hasta el final” y ser fiel a un compromiso cuando aparecen otras alterna- tivas “mejores”, mas satisfactorias, gratificantes, atractivas, cuando tanto nosotros como las cir- cunstancias en las que hicimos el compromiso han cambiado? No insistiré en los andlisis y descripciones de Ja situacion que esté viviendo la vida religiosal?. Hay miiltiples estudios que nos hablan de la cri- sis de perseverancia que sufrimos. Claro que esta crisis no es patrimonio exclusivo ni un extrafio privilegio de la VC. También en el cleto secular y 12 Hoy en da el mejor ugar para acudiryhacernas una idea bien completa de [por dnde anda la VC, es el libro en el cual se ha editado todo lo referente al Congreso de la VG Roma, noviembre 2005. Ver: Pasidn por Crista y pasién por {a Humanidad, Congreso internacional de la Vida Consagrada, Publicaciones Glaretianas, Madrid, 2005, 44 {Que Estamos BUSCANDO? en la vida matrimonial, pasa Jo mismo", ¥ dentro de la VC ocurre en las antiguas érdenes y en las nuevas fundaciones. Pero todo ello no evita que sinramos muchas veces un profundo dolor y una gran perplejidad, En el silencio de nuestra oracién le hemos hecho al Sefior muchas preguntas al respecto; hemos compartido entre nosotros nuestro dolor y nues- tras consideraciones indignadas ante tantos aban- donos; y también lo hemos conversado con los laicos mas cercanos, frente a situaciones que los escandalizan y nos escandalizan. Lamentablemente también hay que decir que hay sectores y grupos en la Iglesia (algunos son muy signifcativos porque tienen mucho poder), que da la impresién de no querer ver el problema, y meten la cabeza bajo la tierra como el avestruz. Hace un tiempo nos preguntdbamos con un grupo de religiosos preocupados por la formacién: 3Cémo formar para la perseverancia? 13. También a nivel laboral hoy se salta de un empleo a oto, con este invento de la lexibilidad laora’ Todos las vnculos se han hecho “lexibleslavos, bile, acomodaticios als conveniencas personales, La solidez de un vinculo depende de que se haya consttuido una elacién de recipocidad, de la existencia de un “nosotros” Cuando el acento esté puesto en mi, en mi “ego, en mis intereses ins conveniencis, mis qustos, mis necesidades.. es imposible la constuccon de vinculosfrmes y permanente. €l individualism no deja lugar al fielidad Exceptoala“fidelidad” alo que a mime convenga en cada momento. Pere, ihay tanto que matizar! Porque también es bueno y necesario “ser fees 2 nosotros rmismos”,a nuestra verdad mas profunda, a nuestra convcciones mas hondas, 8 ruestraconcienci, a nuestra historia con todas sus herida. 45 Luis Casatd, Sit Qué sucede que da la impresién de que hoy no vale la pena “dar y mantenerse fiel a la palabra dada”; que da lo mismo decir y hacer una cosa hoy, y mafiana des-decir y des-hacer casi sin ne- cesidad de justificarse ante los demés ni ante si mismo; que lo que hoy prometo no me obliga y compromete mds que mientras me parezca, 0 me convenga o tenga ganas, o lo sienta? JEs éste un virus que afecta al conjunto de la juventud y/o sdlo a la juventud? 3Es un mal que pertenece a la esencia misma de Ia civilizacién actual y de la cultura postmoderna? jHemos sido incapaces de formar para soportar el dolor, la cruz, la rutina, el sactificio, la frustra- cién, en definitiva el “limite” que es algo consti- tutivo de la existencia humana? ;No hemos sido capaces de formar personas que tengan aguante, fortaleza, resistencia y energfa, convicciones firmes? ¢La culpa la tenemos los adultos que muchas veces tampoco hemos sido fieles a nuestros com- promisos? ;O que hemos vivido una “fidelidad”" farisaica, hipécrita, y que a veces no se ha refleja- do en actitudes tales como la alegria, capacidad de adaptacién, creatividad, comprensién y mise- 14. Por obvio no insist, pero no esté de més deci alguna vez que ser fel es una cosa y “dura” es otra. Claro que en estas refleionesintentamos reflxio- nat sobre cémo perseverary ser fel con alert y ceatvidad,viviendo y no silo sobreviviendo 46 EQUE ESTAMOS BUSCANDO? ricordia? zEs bueno, es justo, nos ayuda hablar de “culpas”, buscar o sefialar “culpables”? :Cémo es que alguien significativo/a dentro de nuestras comunidades se puede retirar de un dia para el otto, sin casi discernimiento previo, sin aceptar instancias de diélogo, sin importarle nin- giin tipo de dispensa y, al menos aparentemente, continuar su vida como si nada? ‘Aunque sea extender demasiado los prolegme- nos, al comenzar mis reflexiones quiero seftalar que: + Para mf cada vez es més evidente que la per- severancia final es un don. Quisiera que este presupuesto quede clarito. No es algo que se consigue a puro pulmén, ni es fruto de una madurez humana exquisita conseguida con no sé qué terapia alternativa. * Por eso sobre este tema hay que escribir, y es- ctibo, con “temor y temblor”, Nadie tiene ga- rantizada la perseverancia final. Cuanto més se avanza ea la vida més consciente se es de las propias fragilidades. Y més descubrimos que el haber Hlegado hasta donde hemos llegado, cuando han caido mil a la derecha y diez mil a Ja izquierda (o al revés), es un milagro. + Este no es un tema que afecte sdlo a los jéve- nes postmodernos. Nos cansamos de hablar de su fragilidad. Pero esta claro en este momento que el “virus de la infidelidad” es intergene- 47 Luis Casata, sit racional o suprageneracional. Al menos nos afecta a todos los que estamos inmersos en la cultura de la postmodernidad: jévenes y no tan jévenes, hombres y mujeres, pobres y ricos, sabios e ignorantes’®. Finalmente: lo peor serfa juzgar y condenar a aquellos que han cambiado sus opciones, que han abandonado caminos que alguna vez em- prendieron y que dejaron ciertos puestos de combate para situarse en otros (0 tal vez en ninguno). No toca juzgar cada historia personal. Menos las motivaciones o intenciones que ellos o elas han tenido para emprender nuevos rumbos. {Tal vez fue lo mejor que pudieron hacer! Por eso: si alguien se sintiera juzgado/a, criticado/a, “ex-co- mulgado/a” por mis consideraciones, de antema- no le pido perdén. En estas reflexiones quisiera brindar un aporte sencillo generar una reflexién sobre el tema de la perseverancia y la fidelidad, especialmente en re- lacién con Ia formacién. Al mismo tiempo -por- que ambas cosas van de la mano y se iluminan mutuamente- ahondar en la relacién que existe entre “felicidad” y “perseverancia hasta el final” atin en medio de las pruebas. 15. Desconexco silo mismo actualmente sucede en Cina, on pases que (supues- {amente} no estén siendo tan fuertemente afectados por la pastmodernided 48 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? Parafraseando a Jestis podrfamos formular esta bienaventuranza: “felices los que aguantan hasta el final”. No sdlo porque al final seran felices. Sino porque si no somos felices también en el camino, no podremes aguantar. O nos hard mal aguantar. Aproximacién Biblica’® Algunos textos significativos Esté claro que en el seguimiento de Jesiis, al intentar vivir la propuesta del evangelio”, llega- rn dificultades, cruz, incomprensién, persecu- cién, muerte 0 peligro de muerte. Y que en esta situacién necesitaremos la “virtud de la paciencia” 0 de la “perseverancia”. 16. Al decir “aproimacién’, quiero decir que simplemente oftezco algunos textos que nos iluninen. Y unas consideraciones minimas. Los textos que se podrian citar son aumerosisimos y los comentarios sobre elas nos levarian pginas. Sélo insindo algunos para poner un sencillo marco biblico a esta reflexién. Para ahondary enriquecer esta dimensin biblce puede verse, por ejemplo, el Vocabulario de Teologia Biblia de Leén-ufour, vocablos:“pacen- cia “fidelidad’, ec O alain buen diccionario de espirtualidad, 17. realidad dea persecucién de los jstosy la muerte del inocente se nos habla en las rime-as paginas del Génesis, Un texto muy significativo es el del libro de la Sabidutia, cuando el autor trata de penetrar y descibir los pensa- imientos de os impos: Acechemas a justo que nos resulta incémodo.. Venlo ‘que hace al tema que nos ocupa es muy revelador el vesiculo 19: Lo sometere- ‘mos 0 tormentas despiadados para aprecar su pacienciay comprobor su temple (Sabiduria 2, 10-3, 12) 49 Luss Casata, sit Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mt... Si a mi me han perseguido, también los perseguinin a ustedes (Ver Juan 15, 18 - 16, 4). Los entreganin a la tortura y los matardn y se- nin odiados de todas las naciones por causa de mi nombre... Pero el que persevere ® hasta el fin, be se salvard (Mateo 24, 9-13). A ustedes mismos los entregardn a los tribunals, serdn azotados en las sinagogas....y entregard a la muerte hermano a hermano y padre a hijo... Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvard (Maxcos 13, 6-13). Senin odiados por todos a causa de mi nombre. Con su perseverancia salvardn sus almas (Lucas 21, 12-19), Los envio como ovejas en medio de labos.. Y sendin odiados por tados a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ese se salvard (Mateo 10, 16-22). Lo manifiesta con toda claridad la parabola del sembrador: Lo que cae en buena tierra son los que, desputs de haber oido, conservan la Palabra con co- 18. "Perseverancia" = mantenerse frmes - resistencia constancia- pacien- «ia ~ permanencia (permanecer - fortaleza_Laspalabra griega que se repite detrés de muchas de estas expesiones es que vendtiaasigifcar “estar y/o pesmanecer debajo" (de una lo ‘epacidad para soportar, aguantar, un peso, Perono se trata de star aplastado’ Tampoco tiene el matiz de resignacién, 0 de mera conformidad con algo que no tiene remedio. Nunca denota una acttud pasivay meramente conformista on mucho provecho puede leerse el artculo de Michael Casey, osb La virud de fa paciencia en la tradicén mondstica occidental. Cuadernos Monasticos 85 (1988), paginas 155-179, Buenos Aires. 50 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? razin bueno y recto y fructifican con perseverancia (Lucas 8, 15). Los sembrados en pedregal son los que, al oir la Pa- labra, al punto la reciben con alegrta, pero no tienen raiz en si mismos, sino que son inconstantes; y cuando se presenta una wibulaci6n o persecucién por causa de la palabra, sucumben en seguida (Marcos 4, 16-17). Ustedes necesitan constancia para cumplir la vo- luntad de Dios y entrar en posesién de la promesa (Hebreos 10, 32-39). . Cuando Pedro oftece su “camino espiritual que va de la fe a la caridad, la constancia esta en el centro (2Pedro 1, 5-8). No sélo eso, sino que ademds nos gloriamos de nuestras tribulaciones; pues sabemos que sufriendo ganamos aguante, aguantando nos aprueban, apro- bados esperamos (Romanos 5, 3-4)”. Hermanos mios, cuando pasan por pruebas ua- riadas ténganlo por grande dicha, pues saben que al probarse la fe, produce paciencia, la paciencia hace ‘prefecta la warea, y asi serin perfectos y cabales sin ‘mengua alguna (Santiago 1, 2-4)". Ya que has guardado mi recomendacién de ser paciente en el sufrimiento, también yo te guardaré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mun- 19. Taduccén de Biblia del Peregino. 20.Traducién de a Biblia del Peregrino. 51 Luis Casavé, si do entero para probar a los habitantes de la tierra (Apocalipsis 3, 10). La perseverancia es una actitud?? humana, pero también es un don que viene “de artiba”. Nos equivocatfamos si pensésemos que se trata de construir superhombres, y/o de cultivar actitudes prometeicas, y/o recaer en actitudes voluntaristas. Que Dios, de quien viene la constancia el dni- mo, les conceda tener los unos para con los otros los sentimientos del propio Cristo Jesus. Otra traduc- cibn lo expresa de modo més directo: Yel Dios de la paciencia y el consuelo les conceda tener los unos para con los otros los mismos sentimientos, a ejemplo de Cristo jesds (Romanos 15, 5). Dios es paciente: ;O desprecias su tesoro de bon- dad, su paciencia y aguante, olvidando que su bondad quiere conducirte al arrepentimiento? (Romanos 2, 4). Jesucristo es paciente: Que el Senior Dios gute sus corazones hacia el amor de Dias y la paciencia de Cristo (2Tesalonicenses 3, 5). Al contrario, comparte conmigo los suftimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios (2Timoteo 1, 6-9). Tenemos presente ante nuestro Dios y Padre la obra de su fe, los trabajos de su caridad y la pacien- 21, Es decir una cualidad, dsposiciin, virtud en el sentido més original de a palabra que equivale a fuerza, dinamismo, energia. 52 {Qué Estamos Buscando? cia en el sufrir que les da su esperanza en Jesucristo nuestro Senor (1Tesalonicenses 1, 3). Cuando Jesiis habla de la casa construida sobre “roca”, la que aguanta las lluvias, vientos y torren- tes, la que supera las pruebas y resiste en los mo- mentos dificiles: es la que esté construida sobre la escucha y prictica de su palabra (Cf. Lucas 7, 46- 49); porque son sus palabras las que no pasardn. Algunas conclusiones La Palabra de Dios es muy clara. Hay que aceptar el “misterio de la cruz”, es de- cir no escandalizarse ante él; a la resurrecci6n se llega pasando por la cruz. No hay domingo de resurreccién sin viernes santo. Es necesatio tener la capacidad y el don de “perseverat” o “tesistix”, de permanecer firmes en el momento de la prueba. Encrar en este misterio de la cruz y poder mantenerse fiel, exige un tem- 22. Mucho hablaros de los héroes del cristianismo primitivo, Mucho gloifi- ‘amas 2 nuestros mértires que fueron capaces de dar la vida por Jessy el ‘evangelioy se entegaron cantando himnos alas ferasoal fuego. Poco recor- «dams, sin embaigo, alos numerosos crstianas que no fueron capaces dere- sist ls presione del poder pblicoyrenunciaron ala fe. Una de as primeras Cuestiones pastorales que tuvo que encara la llesa fue la reconciiacén y reintegracion a la comunidad de estos hermanos, 53 Luis Casats, sit Pero todavia queda en pie una gran cuestién: {Se puede ser “feliz” en esos momentos? ;O tal ver la felicidad solamente venga a continuacién y como consecuencia, como fruto y premio, por haber superado la prueba? Iremos dando respues- ta a esta pregunta (en la medida de nuestras po- sibilidades) sobre todo cuando descendamos a las cuestiones pedagégicas. Pero no podemos dudar de que lo que Dios quiere es que seamos felices. Nuestro Dios es amigo de la vida y desea tanto y més que noso- tros nuestra felicidad. El gran criterio para saber si algo viene de Dios, una prueba, una vocacién, tuna inspiracién, el llamado a perseverar en un compromiso, etc., ¢s si en el fondo, “eso” me hace sentir feliz”. Con Pablo tenemos que recordarnos que la “sabiduria cristiana’ no es como la del mundo (ver la primera carta a los Corintios 1, 17 hasta 3, 4). El “hombre natural” no puede entender estas cosas. La cruz de Cristo siempre sera escindalo, lo mismo que su opcidn por los débiles, los pobres y los necios segtin este mundo, que son aquellos a quienes él elige. ¥ si algo podemos intuir acer- 23, Cuando Ignacio ofrece elementos ycriterios de discemimiento, y utiliza la ‘consolacin® y adesolacién’ para ayudarnos a encontrar la volunta de Dios, nos estéensefiando a utilizar nuestras"sensaciones” mas honda, y sobre todo las sensaciones de “paz “serenidad” “alegra profunda’.. para identifcar lo que Dios quiere para nosotios. 34 , = EQuE ESTAMOS BUSCANDO? ca de estas cosas es porque @ nosotros nos lo revelé Dios por medio del Espiritu (v.10). Estamos frente a un misterio. Los misterios son para vivitlos, para introducirse en ellos, no para intelectualizarlos; de otra forma los vaciamos de contenido y los transformamos en meras for- mulaciones tedricas”*. Pero de lo que si estamos seguros es que no se trata de una cruz y un dolor buscados por si mis- mos. El talante de Jestis y el que se nos propone vivir en su evangelio, no tiene nada que ver con el maso- quismo. Al contrario: por todas partes el evangelio desborda fiesta y gratuidad, el Reino es un banquete con buena y abundante comida y bebida; todo esta impregnado de alegria, la vida es celebrada, la salud y el perdén se derrochan por doquier. La carta a los Hebreos y el Apocalipsis”* han sido esctitos para cristianos que estaban siendo perseguidcs, “crucificados”. En esos libros po- demos encontrar cémo los primeros cristianos interpretaban el tema del dolor y el suftimien- to. Hoy necesitamos una nueva lectura de este tema. Tenemos que “recuperat” el misterio de 24, Posiblementeno haya nade tan malo (y grosera) como tratar de intelectua- zat, explica, el mistero de a cruz, del dolory del mal. Cuando toca acompa- fara alguien que pasa o vive es0s momentos lo mejores la simple comparia yelsilenco 25. No sélo ellos, también el evangelio de Marcos, la carta de Santiago et 55 Luis Casatd, st la cruz y del sufrimiento desde nuevas catego- rias.antropolégicas y teolégicas, que si bien no logrardn desentrafiar el mistetio al menos lo si- tuardn mejor. En la formacién no se puede eludir la presenta- cién del misterio de la cruz, Pero hay que presen- tarlo bien. Purificando nuestra teologfa y espiritua- lidad de cierta imagen de Dios que subyace todavia en muchas interpretaciones de la muerte de Jestis: un Dios cruel y vengativo que necesita de la sangre de su Hijo para perdonar nuestros pecados. Al mi mo tiempo hay que encuadrar el misterio del dolor y de la cruz como parte de la condicién humana. El sufrimiento no es patrimonio exclusivo del cris- tiano. Tal vez el cristiano sea el que menos lo sufra porque al menos puede llegar a encontrarle un sen- tido, El mal, el suftimiento y la muerte estan omni- presentes por la misma condicién de “finitud” que caracteriza nuestro ser de criaturas. Adelantando pistas para la formacién en la per- severancia: esta ¢s impensable si no somos capaces de hacer una adecuada presentacién del misterio pascual. En el contexto cultural en que vivimos, donde la realizacién personal se pone como ¢je, centro y criterio de todo, tenemos que ser cons- cientes de que -valorando que la persona humana sea puesta en el centro- habré que repensar como integrar “cruz” y “realizacién personal”. 56 EQueE EstAMOS BUSCANDO? Dicho en otras palabras: habré que saber presen- tar la “necesidad” de la cruz. El Resucitado dedicé la mayor parte de su tiempo y de sus catequesis a tratar de convencer a sus discipulos de esta necesi- dad. No s6lo fue tema de la conversacién camino a Ematis (Lucas 24, 25-27); también en otras aparicio- nes vuelve sobre lo mismo: Lucas 24, 7; 24, 44-47. Cuando leemos en los Hechos la predicacién de los apéstoles nos queda claro que aprendieron la leccién: Hechos 3, 18. Concluimos, entonces, diciendo: * Es ineludible la persecucién y la cruz, Jestis mismo invita a cargarla tras de él y nunca disi- mula las exigencias del seguimiento. * La posibilidad de sucumbir bajo su peso y de abandorar el camino esta siempre presente. No podemos solos. Se nos pide una perseve- rancia que al mismo tiempo es un don. Aunque parezca extratio y parad6jico hay una felicidad, una alegria asociada a este “mantenerse firmes” hasta el final, Pero digamos desde ya: es una alegria que no viene sélo “después de” (como si fuera el trofeo), sino que también se puede ex- perimentar en el momento de la prueba. De ello dan testimonio los martires que iban cantando al patibulo y la alegria de tanta gente pobre de auestras poblaciones. ‘Tenemos un muy ilustrati- vo ejemplo en el libro de los Hechos de los Apés- 57 Luis Casaud, sit toles: Ellos salieron del Sanedrin muy gozosos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nom- bre de Jestis (5, 41). De esta forma se confirmaban las palabras de Jestis: Felices ustedes si los hombres Jos odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre. (Lucas 6, 22-23). San Pablo expresa esta realidad magistral- mente cuando habla de las pruebas del apdstol: nos dan por muertos pero vivimos, como castigados pero no condenados, nos creen afligidos pero estamos siempre alegres, como pobres aunque enriquecemos a muchos, como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemnos (2Corintios 6, 8-10). En la carta a los colosenses vuelve de otra manera sobre lo mismo: Abora me alegro por los padecimientos que soporto por ustedes, y completo en mi carne lo que falta las a vribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo que es la Iglesia (1, 24). Mirada antropolégica Si algo debemos poner como “principio y fun- damento” de nuestro “credo” y de nuestra vida es que Dios nos ha hecho para que seamos felices, es decir, para que participemos de su felicidad. De ello no podemos tener dudas. Fil quiere que nosotros seamos felices como él es feliz. Todo lo 58 {QUE EstaMOS BUSCANDO? demas es relativo a ello. Jestis insistia en que la misma Ley ha sido hecha para el ser humano y no al revés. La felicidad no es facil de definir. Pero digamos que tiene que ver con la realizacién, con la puesta en acto de nuestras capacidades, de nuestras posibi- lidades; con el logro de nuestro desarrollo personal; con llegar a ser lo que estamos llamados a ser. En este sentido la felicidad se vincula, de algu- na manera, con el éxito, con la conquista de un objetivo, con la superacién de una determinada situacién para alcanzat otra mejor’®, Entre esa situacién mejor (ideal) y la situacién presente (tealidad) siempre hay obstéculos, trabas mayores o menores; algunas facilmente supera- bles y otras no. Pero siempre habré algo que se interponga entre nuestra realidad presente y aquello que in- tuimos nos hard felices. Normalmente acceder a esa meta que deseamos y sofiamos (en el largo plazo) es un proceso arduo, no exento de dificul- tades, que exige sacrificios y la postergacién de satisfacciones (gratificaciones) inmediatas (en el corto plazo). 26. Digamos que también la elicidad tiene que ver con poder descansa,aflo- jatse,reposar, luego del trabajo arduo. Con la satisfaccin ylaalegra de haber umplido con el deber; de haber hecho To que uno sintié y creyé que debia hacer, aunque haya sido dificil. Es algo que brota desde lo més hanco de la propia concen 59 Ls CasALA, sit Existe la posibilidad de equivocarnos y creer que la felicidad por la que nos afanamos -porque no podemos dejar de hacerlo- esta en cosas, situa- ciones, personas etc., que no nos la pueden dar, al menos en la medida en que lo deseamos y ne- cesitamos. Mas atin, podemos experimentar una profun- da desilusién y desengafio y tener la sensacién de habernos esforzado en vano. Y atin cuando consigamos ciertos objetivos, siempre queda un deseo de més en el fondo del corazén: tener més poder, més bienes (dinero), més prestigio (fama), més placer. Teniendo presente todo esto podemos afirmar En primer lugar, el esfuerzo, empef, sacrifi- cio que estemos dispuestos a hacer para conseguir algo estard en relacién con la claridad con la que percibamos que ello es bueno para nosotros. Si vemos con claridad que tal cosa es buena, importante, verdadera, que nos puede hacer feli- ces, que es un bien para nosotros y/o pata otros, tratar de conseguirla itd polarizando nuestras energfas y nos esforzaremos por lograrla. Esta es una primera dimensién, llamémosla teérica, intelectual: discernimos y vemos que algo es bueno para mi y/o para otros. 60 iQu¢ estamos suscanoo? Esa “bondad” también puede ser fruto de un juicio moral. En las sociedades tradicionales, don- de estaba mas claro qué estaba bien y qué esta- ba mal, éste era uno de los factores decisivos que inspiraban y motivaban el obrar humano: aquello que los mandamientos indicaban como “bueno 0 malo” y, ademas, el temor al castigo”. Pero, normalmente, si nos queddsemos so- lamente en el nivel de lo que es “tedricamente bueno 0 cierto”, los esfuerzos y sacrificios reque- ridos para alcanzar una meta, para perseverar en un propésito, en algtin momento se dejarian de realizar. Las puras ideas no tienen capacidad suficiente para movilizarnos demasiado. No se suele dar la vida por una idea. Répidamente otras cosas més “atractivas” Ila- mardn nuestra atencién o movilizaran nuestras energias. Apareceran personas, cosas, proyectos, programas, relaciones que respondan “mejor” a nuestros deseos y necesidades reales y més pro- fundas. 27. Faclmente puede advertrse que hoy no se impone un marco valorativo, una “tic” clara y objetiva, ue “obligue”o al menos establezca claros andari- veles de los cules cueste salitse. Un2 moral mucho mas abierta y atenta alas situacionesy alos procesos personales (por una parte) y la pérdida del miedo al castigo (porla otra) al habérsenos revelado otra imagen de Dios (misericr iso. na brndan el mismo sosten cultural ala perseverancia como antes tal vez lo habia 61 Ls Casas, si Hay que afiadir algo muy importante: cuanto menos conscientes seamos de esos deseos y necesi- dades personales, més nos atraerén esas cosas. Por ello es indispensable el autoconocimiento: qué es lo que verdaderamente yo necesito, deseo, busco; de dénde provienen mis impulsos, apetitos; cudl es mi hambre y mi sed més profunda... Por eso necesitamos dar un paso mds: que las ideas se transformen en “convicciones” Algo se transforma en una “conviccién” cuando comienza a “afectar” nuesttos sentimientos. En ese momento ese “algo” (idea, persona, proyecto) se conyierte cn un “valor” pata nosotros. Porque no s6lo afecta nuestra inteligencia (vemos que eso ¢s bueno, cierto, correctos que responde a un elevado ideal moral y/o religioso), sino que afecta también nuestra sensibilidad, moviliza nuestra afectividad. Entonces la intensidad del deseo por alcanzar- lo (0 consetvarlo) se multiplica. Sélo en ese momento se esta en condiciones de jugarse de verdad por algo o por alguien: cuando se compromete el corazén. Porque entonces se ex- perimenta con mayor fuerza el deseo (y/o la nece- sidad); pero, ademés, por el atractivo especial, el magnetismo, que ello ejerce sobre nosotros. Y se estard en condiciones de esforzarse por al- canzatlo o de resistir en el empefio por obtenerlo, 62 {QUE EsTAMOS BUSCANDO? © de aguantar los sacrificis y renuncias que sea necesarias Cuando hablamos de necesidades personales hay que afiadir que cuanto més profunda y real sea la necesidad a la cual responda ese deseo, mds nos movilizaré**, Cuando esio acontece, la “motivacién” se profundiza, y la “voluntad” se despierta, desarrolla y potencia Hemos visto que muchas veces en la base de las crisis de perseverancia est la falta de motivacién para ser fiel, para aguantar, resistir y renunciar alas gratificaciones que tenemos al alcance de la mano. Tengamos claro, entonces, que la motiva- cién que moviliza la voluntad depende esen- cialmente de: haber descubierto algo verdadero y bueno (dimensién intelectual-moral); y de que ello se haya transformado en algo “valioso” para mi, de modo que comprometa hondamen- te mi afectividad”. 28. Queda claro, por tanto, que no nos estamos refriendo a una necesidad “arti ficial” creada por ls mecanismmos de a publicidad, ni aun capricho pasajero, et. 28, No solemos ser jstos cuando hablamas de a afecividad, & veces la iden tificamos con los ‘gusts’ ‘placetes’“aprichas o “sensaciones superficial” Desde luego que no es este tipo de sentimientos o emociones los que movi an profundamente nuestra vida y nuestras mejores energias La afectvidad tiene dimensiones hondas. Tal vez nada haya que llegue mas hondo en el ser bhumano que la aectvidad. 63 Luis Casatd, sa Cuando algo llega a atraparnos, decimos que nos “apasiona”. Cuando nos apasionamos, cuan- do nos “enamoramos” de algo, de alguien (y s6lo entonces) estamos en condiciones de decir un si para siempre con un alto grado de certeza de que podremos ser fieles a nuestra palabra. Para la formacién esto tiene consecuencias muy directas: Porque gran parte del secreto de la perseveran- cia estard en el trabajo que se realice sobre las mo- tivaciones. Sabemos bien que éste es un trabajo de nunca acabar. Siempre deberemos estar profundi- zando y purificando nuestras motivaciones, Pero es su autenticidad y profundidad la que, en ultima instancia, posibilita que sigamos adelante o no. {Cual es la razén para que alguien deje las se- guridades que le brindaba su vida anterior y asu- ma el riesgo de meterse en la aventura de la VR que le exigird (jnada menos!) adquirir una nueva identidad sin saber a ciencia cierta si ella le hard més feliz 0 no? @Cudl es la raz6n para que alguien persevere en su compromiso con el seguimiento de Jestis en el estilo que propone la VR (enfrentando la realidad gris de la vida cotidiana) y diga no a una propues- ta alternativa (jluminosa!) que se abre ante sus ojos y que, aparentemente, le proporcionarfa més felicidad, libertad, posibilidades de crecer etc.? 64 LQUE EsTAMOS BUSCANDO? Claves para la formacién en la fidelidad La espiritualidad de la “flaqueza” (2Cor 11, 30; 12, 5-10) Es necesatio partir de la conciencia de la pro- pia limitacién. Los més vulnerables son los que se creen autosuficientes. Hemos visto “caer” de- masiados religiosos ejemplares. Es verdad que hay una conciencia enferma de los propios limites cuando no existe una sana autoestima. Pero creer més 0 menos conscientemente que el éxito de esta empresa depende de las propias fuerzas conduce inexorablemente al fracaso. Hay que partir “desde abajo”, reconociendo y poniendo nombre a las propias heridas, al propio pecado. Hay que tener conciencia de la despro- porcién entre las propias fuerzas y el desafio al que se es invitado. Esta conciencia la encontramos en casi todas las historias vocacionales del Antiguo Testamento. “;Quién soy yo para...?”; “Aparcate de mi Seftor...” En Pablo esto aparece una y otra vez. El vi- vi6 esta espiritualidad y la formulé de la siguien- te manera: Cuando me siento débil, entonces soy fuerte, Pero en sus cartas encontramos muiltiples formulaciones riquisimas que manifiestan lo que Pablo vivia. Me presensé debil, iba inquieto y an- gustiado, mis palabras y mi predicacién no tenian 65 Luis Casaus, sit brill... pero ast, se manifests el Espiritu con su po- der... (1Corintios 2, 3-5). En la formacién es necesatio ayudar al for- mando a tomar conciencia de su fragilidad y a asumirla; y a contar con la gracia, confiando més en el Espiritu que en las propias fuerzas. La po- sibilidad de perseverar en un compromiso tiene una relacién directamente proporcional al grado de unificacién que la persona haya logrado. Por eso la importancia de que todo se vaya integrando en la vida de cada uno. Cuanto més fragmentada esté la persona y /o su historia personal (por no haber sido asumida, “soldada”) més fécilmente se romperdn los pro- pésitos que se hagan. Por la simple razdn de que ellos pueden haber sido hechos -con la mejor de las intenciones- pero simplemente desde el “deseo exacerbado”, desde el “yo ideal”, como un “fervor indiscreto”, etc., sin tener en cuenta ni nacer des- de el fondo de la persona, asumiendo por entero toda su realidad de gracia y de pecado, de fortale- zas y debilidades, Educar en Ia libertad y la liberacion de... Solo puede “garantizat” la perseverancia una formacién que eduque en la libertad y genere personas libres, Un ambiente de libertad favorece que se ejercite la libertad y se crezca en ella. Sin 66 {QUE ESTAMOS BUSCANDO? libertad no hay “compromiso valido”. “Eres libre para contraer matrimonio2”, se pregunta cuando se celebra cl sacramento. Cuando se profesa siem- pre deberia hacerse esta pregunta: “Eres verdade- ramente libre para hacer tus votos?” Para set libre hay que hacer un camino de libe- racién personal de todo cuanto nos ata interior- mente. Personas liberadas de sus propios condi- cionamientos (porque los conocen y los pueden manejar, no necesariamente porque hayan sanado toda su historia) son las que estan en condiciones de enfrentar las dificultades y tentaciones que se les presentardn en el futuro y de descartar el mentt infinito de opciones que se les abrirén a lo largo de la vida y que le apartarian de su compromiso. Porque una caracteristica tipica de esta so- ciedad es que pareciera que siempre se esta en condiciones de empezar de nuevo, que la vida se puede reinventar cuando uno lo desea, que se puede volver a optar a cada momento y que la posibilidad de rehacer el camino esté siempre al alcance de la mano. Es evidente que en este contexto cultural, bien diferente de contextos anteriores, en los cuales era impensable cambiar el rumbo (porque no éramos libres 0 porque no era posible), hace falta mucha libertad interior para no dejarse arrastrar por las permanentes nuevas ofertas. 67 Ls Casa, si En la formacién los contextos “represivos” no ayudan nada. Finalmente la persona, tarde 0 tem- prano quedard “expuesta” a las ofertas que le lle- gardn de fuera, o saltardn por el aire los “controles internos” y los mecanismos que impidieron reco- nocer los deseos y necesidades més profundas que no fueron trabajados a su debido tiempo. La necesaria y compensada frustracién® Una formacin que “malcrie” porque dé to- dos los gustos y satisfacciones, evite los conflic- tos, escamotee los races y la correccién, trate a toda costa de obviar lo desagradable, dificil y costoso, no estaria generando las actitudes ne- cesarias para enfrentar las dificultades de la vida (las ordinarias y las extraordinarias). No se trata de imponer “penitencias artificia- les”, ni de inventar sactificios, ni de negar permi- sos obvios 0 mandar cosas ridiculas. Pero a veces se ha pasado de hacer muchas de estas cosas ab- surdas, a una actitud permisiva que también es nociva, Tal vez. por miedo a perder vocaciones 30. Pueden encontrarse vaiosasreflexiones sobre este punto en La cruz, verdad de [a vida, Bisqueda vocacional y experiencia de la cruz, de Amedeo Cencin Ediciones Paulins, Madrid, 2004. Especialmente lo que seafirma sobre"El de- recho {inegado? al sufrimiento’, paginas 33 237. 68 {Que estamos auscanno? En la formacién es necesario ensefar a tolerar la frustracién, lo dificil”, es decir, a ser realisca. Todo tiene su costo. Lo que vale suele costar més. El esfuerzo y el sactificio son necesatios. Con esto tiene que ver el ejercicio y el desarrollo de la fuer- za de la voluntad. La felicidad de los pobres La respuesta a si es posible ser feliz y al mismo tiempo pesar dificultades, experimentar la cruz y Ilevar una vida dura y sacrificada nos la dan los pobres. De muchas maneras solemos explicar esta realidad y racionalizar sus causas. Pero el hecho est4 ahi: muchos pobres son felices. Con una feli- cidad “natural”, normal, duradera. Quiero decir: no prefabsicada, artificial y efimera. Tienen una gran capacidad de gozar la vida, disfrutar Jo gratuito, celebrar Ia fiesta, valorar lo sencillo, agradecer lo poco y pequefio, que les per- mite saborear la existencia. No se trata de canonizar la pobreza, ni de beati- ficar a todos los pobres, etc. Menos atin de caer en reduccionismos sociolégicos, enfrentando a pobres 31. Ver Mads allé del mundo hay dragones..., Maria Paz Abalos Barros, Revista Testimonio 184, Marzo-abril, 2001, Santiago de Chile. En la pagina 37 la au- tora describe muy bien cémo la resolucién de la crisis de iniciacién en la Vida Reliciosa “require pacencia y una construccién hstrica que supone trabajo silencioso..." 69 Luis Casand, sw y ticos. Pero ahi esté el hecho tan bien expresado en la alegtfa que le brota a Marfa en el Magnificat. En [a formacién deberfamos preguntarnos si hemos cultivado y descubierto la felicidad de “necesitar de poco”, de contentarnos con lo ne- cesatio (ojald con lo indispensable), de ser senci- llos y austeros, de sentirnos liberados de tantos condicionamientos y necesidades artificiales. Si los medios que utilizamos son sencillos. Si el contexto en el que vivimos y la gente con la que nos relacionamos es pobre, sencilla, austera, sim- ple. Sin ser “budas”, si que es necesario controlar nuestros descos. No reprimirlos. No cabe duda que hay que saber dominar la envidia y aprender a gozar de lo que se tiene. Si los “ojos se van detris de”, algiin dia se iran “los pies y todo el cuerpo detris de” Cuando se ama se hace cualquier sacrificio La capacidad de sacrificio y de perseverar en lo arduo y dificil tiene mucho que ver con el amor. Con la capacidad de amar y con el amor concreto que se tenga por alguien. Pablo decia: el amor todo lo soporta (1Cotintios 13, 7). El amor permite perseverar en el esfuuerzo sin amarguras, con alegria, y a la vez despierta una capacidad de aguantar y de hacer esfuerzos (una resistencia) insospechada. 70 {Qué ESTAMOS BUSCANDO? En la formacién deberiamos prestar mucha atencién a la educacién para el amor, Discernir cudn presente est4 en la motivacién de una vo- cacién el responder con amor al Amor que se ha experimentado primero de parte de Dios. ;Se ad- vierte que “las renuncias propias” de esta forma de vida cristiana ayudan a amar mas y mejor? ;Son renuncias que se hacen por amor? Normalmente el efecto o fruto de un sacrificio hecho por amor son la alegria y la paz. Es indispensable vaciarse de si mismo La perseverancia también tiene mucho que ver con la capacidad de vaciarse o de renunciar, de hegarse a si mismo. Vale decir: el narcisismo es la antitesis de lo que se necesita para una entrega de si hasta el final, hasta dar la vida. ‘Aqut nos enfrentamos con una de las caracte- sticas més propias de la culeura postmoderna: el narcisismo y el subjetivismo. Asi como el “hedo- nismo” impide enfrentar lo que genere displacer, el narcisismo y subjetivismo -que nos centran en nosotros mismos y hacen del propio y pequefio “ego” el criterio ultimo de todo- impiden llegar hasta dar la vida por algo que caiga fuera del pro- pio interés, Si no se acepta cordialmente y si no se vive bien esta “tenuncia a si mismo”, no se puede “to- 71 Luis Casas, sit mar la cruz”. Por algo Jestis asocia siempre las dos cosas (Mateo 16, 24). En [a formacién el narcisismo es un gran pe- ligro. Especialmente en etapas como el novicia- do en las que necesariamente se debe hacer un trabajo muy fuerte sobre uno mismo, un trabajo de autoconocimiento, de sanacién de la propia historia. El gran riesgo, la gran tentacién, es el fariseismo. Este no consiste tanto en la mentira © la hipocresia como tal, sino en estar lleno de si mismo, De alli que sea importante en todas las etapas de formacién tener una profunda experiencia co- munitaria, ensefiar a ser hermanos y hermanas, tener contacto con el mundo a través de experien- cias fuertes de servicio social y pastoral que obli- guen a des-centrarse del “pequefio ego”, para centrarse en Dios y en su Reino. La alegria del servicio Dios nos hizo para la felicidad y para la vida en abundancia. El camino que Jestis propone en el evangelio no puede ser otro que el que conduce 532 La propuesta de cecimiento y maduracién de K. Jung habla de un “pro- eso de indviduaci’ Pasar del ego al sf mismo. No se trata de ser personas “des-centradas, sino de llegar al verdadero centro, integrador de todas las dimensiones de fa persona: els misma’, donde reside la imagen de Dios en «cada uno de nosotros, 72 Fe EQUE Estamos BUSCANDO? a la felicidad y la vida, aunque ese camino pase muchas veces por la cruz. Jestis vino a servir y dar la vida. Vivid sirvien- do. Murié ofreciendo su vida, entregindola libre- mente. Vivid y murié sin resentimientos ni amar- guras. Su talante reflejé la paz, la serenidad y la alegria que tenfa en el fondo del corazén. La formacién debe llevar a descubrir la alegria que brota de la entrega generosa y desinteresada; del servicio humilde y gratuito; de sentirse dil. En este descubrimiento est el secreto de po- der ser feliz mientras se hacen cosas que cuestan, que exigen sacrificios. Claro que ese servicio no debe estar motivado por lo que se pueda recibir a cambio: sea dinero, reconocimiento, caritio, aceptacién. Debe ser un servicio hecho por amor. La alegria personal estri: ba en el bien del otro, en ver felices a los demas. En la formacién debe hacerse la experiencia de que es verdad lo que dijo el Sefior: hay mds folici- dad en dar que en recibir (Hechos 20, 35); y que Dios ama al que da con alegria (2Corintios 9, 7). La alegrta de ser fecundos Muy en relacién con lo anterior esté la alegria que brota de la fecundidad. Por algo las prome- sas de Dios en el Antiguo Testamento estaban tan fuertemente unidas a la promesa de la descenden- 73 Luis Casatd, sm cia. Por otra parte “multiplicarse y ser fecundos” es el primer mandamiento que Dios da al ser hu- mano. Llevamos en la sangre esta necesidad de ser fecundos y ello, por tanto esté intrinsecamente asociado a la felicidad. Pero no hay verdadera fecundidad si no se cumple la ley del grano de trigo: Si el grano de frigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto (Juan 11, 24), Jestis asf entendié el sentido de su muerte. El contexto de estas palabras de Jesis apuntan lo que ya hemos dicho: el que ama a su vida, la desiruye (el que se queda centrado en si mismo, el que la conserva egoistamente). Sabemos que este texto joanico equivale a lo que los sinépticos nos cuen- tan que acontecié en el huerto de Getsemani. En la formacién también debe experimentarse que la propia vida es fecunda, que la entrega tiene sentido, la misién vale la pena, que la VC nos ofre- ce milltiples cauces para sembrar el bien, la justicia y la paz, para anunciar a Jesuctisto como portador de sentido para la vida de tantos y tancas, ‘Ya desde la formacién inicial debe experi- mentarse que la relacién personal con Jestis pro- duce “vida en abundancia” en cada uno de no- sotros; y que anunciar y hacer presente a Jestis es ofrecer y sembrar “vida en abundancia” donde estemos y por donde pasemos, hagamos lo que 74 {QuE Estamos BuscaNDo? hagamos. Atin en las etapas de més desierto y soledad (que debe haberlas en la formacién) se debe experimentar el valor “apostélico” de la oracién y el sentido redentor de las cosas més sencillas y cotidianas. Una vida compensada No podemos vivir sin descanso, recreacién y sin “disfrutar de espacios verdes”, Sin experi- mentar el placer y disfrutar de la belleza, sin sa- ber agradecer y gozar de la vida y de la naturaleza en la que descubrimos el genio del Creador; sin respirar a pleno pulmén y sin “aplicar los senti- dos” y maravillarnos de los olores, colores, sabo- res, de la musica y de la “textura” de lo que nos rodea. Se trata ante todo de “vivir para los demds’. Y no de “matarnos por los demas”. Si todo es frus- tracién, trabajo, renuncia, cruz, por alguna parte saltardn las necesidades humanas bésicas que no hemos tenido en cuenta, 0 que con una actitud larvadamente soberbia hemos intentado ignorar. Tenemos necesidades humanas bésicas aun- que hayamos hecho los votos. Aunque suene tan obvio, debemos recorddrnoslo continuamente. Porque la tentacién de ser superhombres 0 su- permujeres nos acompafia siempre. Necesitamos atender nuestra salud, necesitamos momentos de 7S ‘Luts Casatd, sat esparcimiento gratuito, necesitamos compartir con alguien nuestra intimidad. La sobre-exigencia es mala, Termina generan- do un desgaste y una biisqueda de compensacio- nes que finalmente conducen a lo contratio de lo que se intentaba conseguir. En Ja formacién hay que ensefiar a saber des- cansar. A cortar con el trabajo y tomarse un rato para si mismo sin sentimiento de culpa. A disfru- tar de un rato de recreacién solo y/o en comu- nidad. Los momentos de recteo comunitario son importantes. Aprender a sentirse a gusto con los hermanos y hermanas, a disfrutar con un chiste, un video, una dindmica o un juego en comin. El que no sabe descansar y recuperar energfas tarde © temprano sentiré que fa propia naturaleza “le pasa la factura”, Nuestro tesoro es Dios Finalmente aquello que permitiré que se hagan todas las renuncias que sean necesarias, y se hagan con alegria, es haber descubierto que el propio te- soro es Dios. Nadie (excepcién de los que tengan una inclinacién masoquista demasiado evidente) serd feliz por el mero hecho de renunciar a algo, sobre todo cuando lo que se deja es algo bueno y valioso (como en el caso de los votos). La felicidad resulta de haber descubierto el tesoro: El Reino de 76 Fz {Que EsTAMOS BuscANDO? los cielos ex semejante a un tesoro escondido en un campo. Elhombre que lo descubre lo vuelve a escon- der y, de tanta alegria, vende todo lo que tiene para comprar el campo (Mateo 13, 44). En la carta a los Hebreos (10, 32-39) el au- tor utiliza esta clave para poder entender cual ha sido el secreto de la perseverancia de la comu- nidad en medio de multiples pruebas. Tuvieron que soportar grandes sufrimientos... fueron publi- camente expuestos a humillaciones y pruebas... tu- vieron que participar del sufrimiento de otros... se hicieron solidarios de los que iban a la cdrcel... les quitaron sus bienes y lo aceptaron gozosos sabien- do que estaban adquiriendo una riqueza mejor y més duradera... No pierdan ahora su resolucién, es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios... En la formacién hay que ayudar a que el for- mando discierna si de verdad la persona de Jesu- cristo es su tesoro. Jesucristo con todo lo que él es: su Palabra, su mensaje, su causa, su Reino, sus pobres... Si la persona de Jestis se convierte en un elemento que polariza todas las energias afectivas Si puede llegar a afirmar (al menos creer de ver- dad) que él puede Ilenar sus necesidades afectivas, su necesidad de amar. Que sdlo Dios basta. 77 Luis Casata, si Consideraciones acerca de nuestras estructuras comunitarias® Esta reflexién sobre “formacién y perseveran- cia” no puede dejar de tener en cuenta el marco més amplio en el que desarrollamos nuestra vida religiosa: nuestras estcucturas de vida y misién. ‘Tenemos que preguntarnos si nuestras comunida- des son espacios que favorezcan la perseverancia. Y sila misién del instituto es tal que valga la pena dar la vida por ella. No se persevera en abstracto. Se es fiel en un grupo y a un grupo humano signado por caracte- risticas muy especificas que ayudan o no ayudan aser fieles. Esto tiene que ver con “la mistica” del grupo, con la existencia 0 no de animacién y acompafia- miento, con las posibilidades de formacién que se oftecen a todos los niveles, con una misién que sea significativa y con cosas tan concretas como la edad del grupo, el lugar donde vive, el habitat mas o me- nos agradable, inserto, acogedor, abierto al mundo. 33. El objetivo de este articulo no es ahondar en la relacion que existe entre la Perseverancia y nuestas estructura congregacionales: Sin embargo cuando as estamos planteando el tema de la “formaciin para la perseverancia" hay {que tenes en cuenta esta cuestién, Al menos tenemos que dejar planteada la problemética, Porque sin ninguna duda que la perseverancia también tiene ‘muchisimo que ver con *factores institucionales”yno solamente con los“facto- "es personales” (formacién, actitudes integridad...de cada persona), Asf como también tiene que ver con “actores culturales” en los que no entaré 78 {Que estamos euscanoo? Nuestras estructuras, nuestro modo de vivir juncos, ;favorecen, estimulan la perseverancia? No esta de mas decir que la fidelidad, hoy mas que nunca, tiene que ver con las convicciones in- teriores de cada persona més que con cuestiones sociolégicas. Antes la “culcura ambiental religiosa y homogénea’ y las estructuras y reglamentos co- munitarios oftecian un marco en el que la perse- vyerancia se vela favorecida; aunque no fuera nece- sariamente una “fidelidad creativa y gozosa”. Pero es verdad que era mucho més dificil que ahora reemprender otros caminos. Sin embargo también hoy podemos decir que hay situaciones y grupos que facilitan la fidelidad y la estimulan. Otros, en cambio, la dificultan. En este nuevo apartado daré por supuesto que en la formacién inicial se tuvieron en cuenta las afirmaciones que hice en los puntos anteriores. Y avanzaré hacia las dimensiones “sociales” de la perseverancia. Suponemos que se ha intentado for- mar un religioso/sa que ha asumido cordialmente la vida consagtada, ha interiorizado sus valores, ha hecho una opcién licida, libre y madura cuando profes6, se conoce suficientemente bien y tiene una experiencia de Dios profunda y personalizada, ‘Trataremos de responder esta pregunta: qué dimensiones institucionales favorecen la perseve- rancia y cudles no la favorecen? Lo haré esque- 79 Lurs Casata, sw maticamente dejando abiertos los temas e inten- tando mostrar su importancia. Estas indicaciones van més alld de la accién formativa que se desa- rrolla en la casa de formacién. Implican a toda la provincia y, especialmente, a sus animadores. La identificacién con el grupo La persona cuanto mis se sienta parte del gru- po, desarrolle el sentido de pertenencia, més in- volucrada se sentiré con él y esto, sin duda, favo- recerd la perseverancia, Uno de los indicadores més evidentes de que se va logrando el sentido de pertenencia es cuan- do el formando comienza a hablar de “nosotros” al referirse a su grupo congregacional. Hay que concederle también Ja importancia justa a los sig- nos exteriores, que en esta “cultura de la imagen” no dejan de tener su importancia. Se necesitan, porque normalmente las cosas entran por los ojos. Tener cuidado, sin embargo, con engafarse dado que la identificacién no se logra simplemen- te usando un hébito o distintivo congregacional y poniendo en cada pared de cada habitacién el cuadro del fundador o de la fundadora, Es algo que nace de adentro cuando se asume la “cultura congregacional” de la cual esos simbo- los son mediaciones. 80 {QuE ESTAMOS BUSCANDO? Sin lugar a duda este “espiritu de cuerpo” lo lograban muy bien las generaciones anteriores de religiosos. Aunque para ello hubiera que sacrifi- car las petsonas. Lo primero eran “las obras” y sus necesidades, No se trata de volver a esos tiempos. Lo que destruye y mata el sentido de grupo, de “cuerpo”, es el individualismo, el sélvese quien pueda, vivir juntos pero cada cual en lo suyo, la falta de interés y de informacién sobre la vida de a propia congregacién en otras partes del mundo y atin en la propia provincia. En la formacién, mas que los signos exteriores de pertenencia, habria que rescatar los “grandes relatos” (los mitos) de nuestros orfgenes. La pre- sencia de buenos ancianos en las casas de forma- cién es muy importante para que se conserve la memoria grupal. Los lazos afectivos Los vinculos afectivos son fundamentales. Ayuda muchisimo para mantener el propésito de ser fiel, la construccién de relaciones huma- nas célidas. La amistad con hermanos y hermanas que comparten el mismo carisma y la misma yo- cacién, los afectos que se van tejiendo entre los miembros. Es un inmenso estimulo para la fideli- dad sentirse conocido y amado. 81 Luts Casaud, sit No se trata de crear entornos “pegoteados” ni relaciones de dependencia, tanto mutua como unidireccional, Pero es cierto que el amor une, que todos necesitamos dar y recibir carifio, y que el amor fraterno y las auténticas amistades ayudan a “vivir los votos" (especialmente el celibato por el Reino). ‘Todos nos sentimos més comprometidos con las personas y las cosas que amamos. Lo que mata los vinculos afectivos es la critica, la descalificacién mutua, las divisiones y los em- banderamientos detrés de ideas o de personas, la sospecha permanente sobre la honestidad de las relaciones afectivas entre nosotros. En la formacién hay que estar atento a cémo se va vinculando afectivamente cada formando con su comunidad de formacién y con toda la provin- cia. Si puede relacionarse con los/las demas desde el corazén y no sélo desde la “cabeza” o “desde la pura fe”, Si puede dar y recibir carifio. La coherencia ensve lo que se dice y se vive Tanto la comunidad como toda la unidad (provincia, regién, etc.) debe estar en tensién permanente hacia una mayor coherencia o inte- gridad entre lo que se dice y lo que se hace. Se deberfa notar que se procura vivir con honesti- dad lo que pide la Regla y los documentos de los capitulos. 82 {Que estamos puscanoo? Uno de los factores que atentan contra la per- severancia, especialmente en la etapa de juniora- do y en la etapa de joven religioso es descubrir la “provincia real”, En el momento en que se debe vivir la “crisis de realismo” (canto a nivel personal con [a ruptura de la autoimagen, como a nivel co- munitario y congregacional) es muy importante que el joven y la joven descubran que hay quienes intentan con todas sus fuerzas ser fieles a su voca- cién y catisma congregacional. Y, sobre todo, que existen religiosos que son verdaderos testigos de una fidelidad gozosa hasta el final. Sin dejar de reconocer la tendencia hipercriti- ca que suelen tener los jévenes (jbienvenida sea si nos desinscala!) hay que reconocer también que muchas veces una cosa es la vida religiosa que se ensefia y vive en los noviciados y otra la que vive el resto de la congregacién. {Hace falta decir que eso no ayuda? ZY que tal vez tengamos que pedir perdén por formar para una VC que no existe? Lo que hace mucho dafio ala voluntad y al deseo de perseverar de los jévenes, -y no les ayuda a supe- rar la normal “crisis de realismo”-, es el escandalo que produce darse cuenta que demasiadas veces no se vive lo que se predica y que, incluso, a veces hasta parece que no hubiera voluntad de hacerlo, Ena formaci6n deberfa prevenirse este “escdn- dalo”. Parte importante de la formacién es dar a 83

You might also like