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no ere tan adelantá,

Nicolás Guillén poqque tu boca é bien grande,


y tu pasa, colorá.

Motivos del son Tanto tren con tu cueppo,


tanto tren;
Negro Bembón tanto tren con tu boca,
tanto tren;
¿Po qué te pone tan brabo,
tanto tren con tu sojo,
cuando te disen negro bembón,
tanto tren.
si tiene la boca santa,
negro bembón?
Si tú supiera, mulata,
la veddá;
Bembón así como ere
¡que yo con mi negra tengo,
tiene de to;
y no te quiero pa na!
Caridá te mantiene,
te lo da to.

Te queja todabía,
negro bembón; Hay que tene bolunta
sin pega y con harina,
negro bembón, Mira si tú me conose,
majagua de dri blanco, que ya no tengo que hablá;
negro bembón; cuando pongo un ojo así,
sapato de do tono, e que no hay na;
pero si lo pongo así,
negro bembón...
tampoco hay na.

Bembón así como ere, Empeña la plancha elétrica,


tiene de to; pa podé sacá mi flú;
Caridá te mantiene, buca un reá,
te lo dá to. buca un reá,
cómprate un paquete' vela
poqque a la noche no hay lu.

Mulata ¡Hay que tené boluntá,


que la salasión no e
Ya yo me enteré, mulata, pa toa la bida!
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise Camina, negra, y no yore,
como nudo de cobbata. be p'ayá;
camina, y no yore, negra,
ben p'acá;
Y fíjate bien que tú
camina, negra, camina, tú no sabe inglé.
¡que hay que tené boluntá!
No te enamore ma nunca
Bito Manué.
si no sabe inglé,
Búcate plata sino sabe inglé.

Búcate plata,
búcate plata,
poqque no doy un paso má:
etoy a arró con galleta,
na má.
Yo bien sé cómo etá to, Songoro Cosongo
pero biejo, hay que comé:
búcate plata, Canto negro
búcate plata,
poqque me boy a corré. ¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
Depué dirán que soy mala, repica el negro bien negro;
y no me quedrán tratá, congo solongo del Songo
pero amó con hambre, biejo,
baila yambó sobre un pie.
¡qué ba!
Con tanto sapato nuebo,
¡qué ba! Mamatomba,
Con tanto reló, compadre, serembe cuserembá.
¡qué ba!
Con tanto lujo, mi negro, El negro canta y se ajuma,
¡qué ba! el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
Tú no sabe inglé aé
yambó,
aé.
Con tanto inglé que tú sabía,
Bito Manué,
Tamba, tamba, tamba, tamba,
con tanto inglé, no sabe ahora
desí ye. tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
La mericana te buca caramba, que el negro tumba:
y tú le tiene que huí: ¡yamba, yambó, yambambé!
tu inglé era de etrái guan,
de etrái guan y guan tu tri.

Bito Manué, tú no sabe inglé,


tú no sabe inglé,
¡Qué de barcos, qué de barcos!
West Indies ¡Qué de negros, qué de negros!
¡Qué largo fulgor de cañas!
Balada de los dos abuelos ¡Qué látigo el del negrero!
Piedra de llanto y de sangre,
Sombras que sólo yo veo,
venas y ojos entreabiertos,
me escoltan mis dos abuelos.
y madrugadas vacías,
y atardeceres de ingenio,
Lanza con punta de hueso,
y una gran voz, fuerte voz,
tambor de cuero y madera:
despedazando el silencio.
mi abuelo negro.
¡Qué de barcos, qué de barcos,
Gorguera en el cuello ancho,
qué de negros!
gris armadura guerrera:
mi abuelo blanco.
Sombras que sólo yo veo,
me escoltan mis dos abuelos.
Pie desnudo, torso pétreo
los de mi negro;
Don Federico me grita
pupilas de vidrio antártico
y Taita Facundo calla;
las de mi blanco.
los dos en la noche sueñan
y andan, andan.
África de selvas húmedas
Yo los junto.
y de gordos gongos sordos…
—¡Me muero!
—¡Federico!
(Dice mi abuelo negro).
¡Facundo! Los dos se abrazan.
Aguaprieta de caimanes,
Los dos suspiran. Los dos
verdes mañanas de cocos…
las fuertes cabezas alzan:
—¡Me canso!
los dos del mismo tamaño,
(Dice mi abuelo blanco).
bajo las estrellas altas;
Oh velas de amargo viento,
los dos del mismo tamaño,
galeón ardiendo en oro…
ansia negra y ansia blanca,
—¡Me muero!
los dos del mismo tamaño,
(Dice mi abuelo negro.)
gritan, sueñan, lloran, cantan.
¡Oh costas de cuello virgen
Sueñan, lloran. Cantan.
engañadas de abalorios…!
Lloran, cantan.
—¡Me canso!
¡Cantan!
(Dice mi abuelo blanco.)
¡Oh puro sol repujado,
preso en el aro del trópico;
oh luna redonda y limpia
sobre el sueño de los monos!
West Indies Ltd. ¡West Indies! Nueces de coco, tabaco
y aguardiente.
1 Éste es un oscuro pueblo sonriente.

¡West Indies! Nueces de coco, tabaco ¡Ah, tierra insular!


y aguardiente... ¡Ah, tierra estrecha!
Éste es un oscuro pueblo sonriente, ¿No es cierto que parece hecha
conservador y liberal, sólo para poner un palmar?
ganadero y azucarero, Tierra en la ruta del «Orinoco»,
donde a veces corre mucho dlnero, o de otro barco excursionista,
pero donde siempre se vive muy repleto de gente sin un artista
mal1. y sin un loco;
El sol achicharra aquí todas las puertos donde el que regresa de
cosas, Tahití,
desde el cerebro hasta las rosas. de Afganistán o de SeúI,
Bajo el relampagueante traje de dril viene a comerse el cielo azul,
andamos todavía con taparrabos; regándolo con Bacardí;
gente sencilla y tierna, descendiente puertos que hablan un inglés
de esclavos que empieza en yes y acaba en yes.
y de aquella chusma incivil (Inglés de cicerones en cuatro pies).
de variadísima calaña,
que en el nombre de España ¡West Indies! Nueces de coco, tabaco
cedió Colón a Indias con ademán y aguardiente
gentil. Éste es un oscuro pueblo sonriente.

Aquí hay blancos y negros y chinos y Me río de ti, noble de las Antillas,
mulatos. mono que andas saltando de mata en
Desde luego, se trata áe colores mata,
baratos, payaso que sudas por no meter la
pues a través de tratos y contratos pata,
se han corrido los tintes y no hay un y siempre la metes hasta las rodillas.
tono estable. Me río de ti, blanco de verdes venas
(El que piense otra cosa que avance —¡bien se te ven aunque ocultarlas
un paso y hable). procuras!—,
He aquí todo eso, y hay partidos me río de ti porque hablas de
pollticos, aristocracias puras,
y oradores que dicen: «En estos de ingenios florecientes y arcas
moméntos críticos...» llenas.
Hay bancos y banqueros, ¡Me río de ti, negro imitamicos,
legisladores y bolsistas, que abres los ojos ante el auto de los
abogados y periodistas, ricos,
médicos y porteros. y que te avergüenzas de mirarte el
¿Qué nos puede faltar? pellejo oscuro,
Y aun lo que nos faltare lo cuando tienes el puño tan duro!
mandaríamos buscar. Me río de todos: del policía y del
borracho,
del padre y de su muchacho,
del presidente y del bombero. ni cocaína.
Me río de todos; me río del mundo
entero. ¡Venga la guitarra vieja,
Del mundo entero, que se emociona
nueva otra vez al castigo
frente a cuatro peludos,
erguidos muy orondos detrás de sus con que la espera el amigo,
chillones escudos, que no la deja!
como cuatro salvajes al pie de un
cocotero. Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.

Cógela tú, guitarrero,


El son entero límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
Guitarra
El son del querer maduro,
Tendida en la madrugada,
tu son entero;
la firme guitarra espera:
el del abierto futuro,
Voz de profunda madera
tu son entero;
desesperada.
el del pie por sobre el muro,
tu son entero. . .
Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
Cógela tú, guitarrero,
preñada de son, estira
límpiale de alcol la boca,
la carne dura.
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
Arde la guitarra sola,
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava
bata de cola.

Dejó al borracho en su coche,


dejó el cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,

y alzó la cabeza fina,


universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,

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