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Artículo 16. Trabajo.

La Dirección General, a través de la subdirección de rehabilitación


social, gestionará ofertas y oportunidades de trabajo, en entidades que se encuentren
dentro de la jurisdicción departamental del centro de detención, acorde a las condiciones
de la situación jurídica de las personas privadas de libertad.
Esto quiere decir que los privados de libertad deben tener una oportunidad laboral la cual
debe estar acorde a su condición jurídica actual y que la dirección general debe buscar los
medios necesarios para que esto se logre y poder brindarle un empleo digno para que se
reintegre a la sociedad logrando de esta forma su rehabilitación.
Artículo 17. Jornada de trabajo. Por las condiciones de resguardo y seguridad en las
que se encuentran los reclusos, se optará por la jornada diurna. Esta jornada es aplicable
para quienes desempeñen trabajo dentro del centro de detención, así como para aquellos
reclusos incluidos en el Régimen Progresivo que se encuentren en las fases que permiten
el trabajo fuera del centro de detención. Los reglamentos de los centros de detención
desarrollan lo relativo a este derecho.
Se puede decir que es indispensable no solo que opten por un empleo sino también que
deben trabajar jornadas en las que aún se tenga luz de día, ya que es de suma
importancia mantenerlos siempre bajo constante monitoreo para evitar alguna fuga, ya
que no solo pueden optar por un empleo dentro del centro preventivo sino también fuera
del mismo.
Artículo 18. Biblioteca. La Dirección General designará un espacio que incluya un área
de lectura, para la instalación de una biblioteca, la cual será para el uso de todos los
reclusos, misma que deberá estar provista con suficientes libros, instructivos recreativos o
de otra índole que le permitan al recluso la investigación, información y desarrollo de su
formación académica. Deberá motivarse a los reclusos para que se sirvan del material
educativo existente en la biblioteca para su superación personal.
Las direcciones de los centros deben evitar el ingreso de documentos y materiales que
contengan pornografía, lecturas inductivas a hechos violentos o que afecten el orden
interno de los centros de detención, sea en forma digital o escrita.
Como toda persona los privados de libertad tiene derechos y en este podemos determinar
el derecho a la educación, por lo cual los reclusos deben tener acceso a información que
les beneficie de múltiples formas por medio de una biblioteca, esto puede hacer la
diferencia puesto que un pueblo que lee progresa, además se establece lo que los
reclusos deben tener a su disposición y lo que no, ya que por medio de la lectura se
puede lograr una estado de introspección produciendo un cambio latente en el individuo
para su recuperación.

LUIS ALDANA

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