La Dirección General, a través de la subdirección de rehabilitación
social, gestionará ofertas y oportunidades de trabajo, en entidades que se encuentren dentro de la jurisdicción departamental del centro de detención, acorde a las condiciones de la situación jurídica de las personas privadas de libertad. Esto quiere decir que los privados de libertad deben tener una oportunidad laboral la cual debe estar acorde a su condición jurídica actual y que la dirección general debe buscar los medios necesarios para que esto se logre y poder brindarle un empleo digno para que se reintegre a la sociedad logrando de esta forma su rehabilitación. Artículo 17. Jornada de trabajo. Por las condiciones de resguardo y seguridad en las que se encuentran los reclusos, se optará por la jornada diurna. Esta jornada es aplicable para quienes desempeñen trabajo dentro del centro de detención, así como para aquellos reclusos incluidos en el Régimen Progresivo que se encuentren en las fases que permiten el trabajo fuera del centro de detención. Los reglamentos de los centros de detención desarrollan lo relativo a este derecho. Se puede decir que es indispensable no solo que opten por un empleo sino también que deben trabajar jornadas en las que aún se tenga luz de día, ya que es de suma importancia mantenerlos siempre bajo constante monitoreo para evitar alguna fuga, ya que no solo pueden optar por un empleo dentro del centro preventivo sino también fuera del mismo. Artículo 18. Biblioteca. La Dirección General designará un espacio que incluya un área de lectura, para la instalación de una biblioteca, la cual será para el uso de todos los reclusos, misma que deberá estar provista con suficientes libros, instructivos recreativos o de otra índole que le permitan al recluso la investigación, información y desarrollo de su formación académica. Deberá motivarse a los reclusos para que se sirvan del material educativo existente en la biblioteca para su superación personal. Las direcciones de los centros deben evitar el ingreso de documentos y materiales que contengan pornografía, lecturas inductivas a hechos violentos o que afecten el orden interno de los centros de detención, sea en forma digital o escrita. Como toda persona los privados de libertad tiene derechos y en este podemos determinar el derecho a la educación, por lo cual los reclusos deben tener acceso a información que les beneficie de múltiples formas por medio de una biblioteca, esto puede hacer la diferencia puesto que un pueblo que lee progresa, además se establece lo que los reclusos deben tener a su disposición y lo que no, ya que por medio de la lectura se puede lograr una estado de introspección produciendo un cambio latente en el individuo para su recuperación.