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Tema 7 - 8 y Parte de 9
Tema 7 - 8 y Parte de 9
2. Convocatoria de la Junta
A) Función de la convocatoria: referencia a la llamada junta universal
El carácter colegial de la junta general exige, en principio, la necesidad de comunicar a todos los socios en un determinado plazo y
con ciertas garantías que va a celebrarse una reunión. La convocatoria ha de servir a los socios para que tengan conocimiento de la celebración
de la Junta en un determinado lugar y fecha, para que puedan asistir a la misma y para que estén informados acerca de los asuntos sobre los
que en ella se van a deliberar y los acuerdos cuya aprobación va a someterse a la propia junta, sin que sea válido que esos acuerdos afecten a
asuntos diversos de los que figuran en la convocatoria y sin que la soberanía de la Junta permita a ésta que acuerde decidir sobre asuntos
ajenos a la convocatoria. Además la convocatoria debe ser clara sobre los asuntos que han de tratarse en la Junta. Por otro lado se ha de tener
en cuenta que tras la publicación de la convocatoria los accionistas pueden ejercitar su derecho de información sobre los asuntos
comprendidos en el orden del día, en la forma indicada en el art. 197 LSC.
La cuestión se plantea en términos diferentes en el caso de la llamada «Junta universal», a esta junta no se aplica las normas relativas
a la convocatoria. Art. 178 LSC dice que la JG queda válidamente constituida para tratar cualquier asunto, sin necesidad de previa
convocatoria, siempre que esté presente o representada la totalidad del capital social y los concurrentes acepten por unanimidad la
celebración de la JG. Los socios han de tener la voluntad de celebrar la Junta universal, además deben de ponerse de acuerdo sobre los temas
que van a tratar, que puede ser cualquiera que esté dentro de la competencia de la JG.
B) Quiénes han de convocar la junta
La JG debe ser convocada por los administradores, art. 166 LSC. Si la sociedad se encuentra en liquidación la competencia para
convocar será de los liquidadores.
Los administradores convocaran la JG siempre que lo consideren necesario o conveniente para los intereses sociales y, en todo caso,
en las fechas o periodos que determine la Ley y los estatutos. Los administradores tb deberán convocar la Junta cuando lo solicite uno o varios
socios que representen, al menos, el 5% del capital social, expresando en la solicitud los asuntos a tratar.
En este caso, la JG deberá ser convocada para su celebración dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que se hubiere
requerido notarialmente a los administradores para convocar, debiendo incluirse necesariamente en el orden del día los asuntos que hubiese
sido objetos de solicitud.
Si la JG Ordinaria o las JG previstas en los estatutos no fueran convocadas dentro del correspondiente plazo legal o estatutariamente
establecido por el órgano de administración de la sociedad, podrá serlo, a solicitud de cualquier socio, previa audiencia de los administradores,
por el Secretario judicial o Registrador Mercantil del domicilio social.
Tb, si los administradores no atienden la solicitud de convocatoria de la JG efectuada por la minoría, podrá realizarse la convocatoria,
previa audiencia de los administradores, por el Secretario judicial o por el Registrador mercantil del domicilio social.
C) Forma en que debe efectuarse la convocatoria
La publicación o comunicación de la convocatoria
El art. 173.1 LSC, la JG será convocada mediante anuncio publicado en la pág. web de la sociedad. Si la sociedad no tuviera pág. web,
la convocatoria se publicará en el BORME y en uno de los diarios de mayor circulación en la provincia donde se encuentre el domicilio social.
En sustitución de la forma de convocatoria anterior, los estatutos pueden establecer que la convocatoria se realice por cualquier
procedimiento de comunicación individual y escrita, que asegure la recepción del anuncio por todos los socios.
Contenido de la convocatoria - expresará el nombre de la sociedad, la fecha y hora de la reunión, el orden del día y cargo de la
persona o personas que realicen la convocatoria.
Entre la convocatoria y la fecha prevista para la celebración de la reunión deberá existir un plazo de, al menos, un mes.
En el anuncio de la convocatoria, podrá hacerse constar, asimismo, la fecha en la que, si procediera, se reunirá la Junta en segunda
convocatoria. Entre la 1ª y la 2ª reunión deberá mediar, por lo menos, un plazo de 24 h. Si la JG debidamente convocada, no pudiera
celebrarse en 1ª convocatoria ni si hubiera previsto en el anuncio la fecha de la 2ª, la celebración de ésta deberá ser anunciada, con el mismo
orden del día y los mismos requisitos de publicidad que la 1ª, dentro de los 15 días siguientes a la fecha de la Junta no celebrada y con al
menos 10 días de antelación a la fecha fijada para la reunión.
En cuanto al orden del día incluido en la convocatoria en la SA, los accionistas que representas al menos 5% del capital social podrán
solicitar que se publique un complemento a la convocatoria incluyendo uno o más puntos en el orden del día. El ejercicio de este derecho
deberá hacerse mediante notificación fehaciente que habrá de recibirse en el domicilio social dentro de los 5 días siguientes a la publicación
de la convocatoria. Este complemento de la convocatoria deberá publicarse con 15 días de antelación como mín. a la fecha establecida para la
reunión de la junta.
3. Constitución de la Junta
Los accionistas convocados han de constituirse en junta para poder deliberar.
A) Lugar y prórroga de la reunión
Salvo la disposición contraria de los estatutos, la Junta se celebrará en el término municipal donde la sociedad tenga su domicilio. Si
la convocatoria no figurase el lugar se entenderá que la Junta ha sido convocada para su celebración en el domicilio social.
B) Derecho de asistencia a las Juntas
Tienen derecho a asistir a las juntas, en principio, todos los accionistas. No obstante en los estatutos pueden exigir la posesión de un
número mín. de acciones sin que en ningún caso este número sea superior al uno por mil de capital social.
Los administradores tienen el deber de asistir a las JG. Por su parte, los estatutos podrán autorizar u ordenar la asistencia de
directores, gerentes, técnicos y demás personas que tengan interés en la buena marcha de los asuntos sociales. El presidente de la JG podrá
autorizar la asistencia de cualquier persona que juzgue conveniente. No obstante, la Junta puede revocar esta autorización.
C) Asistencia por medio de representante a las Juntas
Todo accionista que tenga derecho de asistencia puede hacerse representar en la JG por medio de otra persona, aunque ésta no sea
accionista. La representación debe conferirse por escrito o por medios de comunicación a distancia que cumpla con los requisitos establecidos
en la LSC para el ejercicio del derecho de voto a distancia y con carácter especial para cada Junta. La representación es siempre revocable. En
este sentido, la asistencia personal a la Junta tendrá valor de revocación.
D) Derecho de voto
El accionista titular del derecho de voto posee la facultad de participar en la adopción del acuerdo de la JG mediante el ejercicio de
ese derecho. El derecho de voto se concreta en una declaración de voluntad a favor o en contra de la adopción del acuerdo, si bien el
accionista tb puede abstenerse.
En la SA rige el principio de la proporcionalidad entre el valor nominal de la acción y el voto. Sin embargo, los estatutos podrán fijar
con carácter general el número máx. de votos que puede emitir un mismo accionista o sociedades pertenecientes al mismo grupo.
Será lícita la agrupación de acciones para el ejercicio del derecho de asistencia y el de voto en las juntas. De conformidad con lo
establecido en los estatutos, el voto podrá delegarse o ejercitarse por la accionista mediante la correspondencia postal, electrónica o cualquier
otro medio de comunicación a distancia, siempre que se garantice debidamente la identidad del sujeto que ejerce su derecho de voto.
E) Quórum de la Junta
Para la constitución válida de la Junta se requiere una cierta asistencia de socios, presentes o representados.
Antes de entrar en el orden del día se formará la lista de los asistentes, expresando el número de acciones con que concurran. Al final
de la lista se determinará el número de socios presentes o representados, así como importe del capital del que sean titulares.
Para la constitución valida de la JG es necesario que en 1ª convocatoria los accionistas presentes o representados posean al menos el
25% del capital suscrito con derecho de voto. Los estatutos pueden fijar un quórum superior.
En 2ª convocatoria, será válida la constitución de la Junta cualquiera que sea el capital concurrente a la misma, salvo que los
estatutos fijan un quorum determinado, el cual deberá ser inferior al que aquellos hayan establecido o exige la Ley para 1ª convocatoria.
En la SA, para que la JG pueda decidir válidamente sobre determinados acuerdos de especial relevancia numerados en el art. 194,
será necesaria, en 1ª convocatoria, la concurrencia de accionistas que representen, al menos, 50% del capital suscrito con derecho del voto. En
2ª convocatoria será suficiente la concurrencia del 25 % del capital social. Los estatutos sociales podrán elevar los quórum que hemos citado.
4. Deliberación
Constituidos los accionistas en Junta han de deliberar como operación previa a la adopción de los acuerdos.
A) Funciones del presidente
La deliberación ha de realizarse bajo la dirección del Presidente de la Junta. Los estatutos pueden designar quién ha de ser esta
persona. Si éstos no dicen nada ocupará este puesto el Presidente del Consejo de administración, y si no existiese tal Presidente, los socios
asistentes elegirán en cada caso al accionista que deba presidir la Junta. El Presidente estará asistido por un Secretario.
El Presidente dirige la deliberación, concediendo la palabra a los asistentes que lo soliciten en el momento oportuno. Además el
Presidente tiene la función de juzgar sobre la oportunidad de las informaciones solicitada por los socios. Oportuno debate se pasará a la ……..
Dirigir los debates, manteniendo el orden y velando por el libre ejercicio del derecho a expresar la voluntad de los socios en los
turnos correspondientes. Moderará las intervenciones, estimando la procedencia o no de las informaciones que se soliciten, y declarará
suficientemente debatidos los asuntos.
El presidente interviene tb en la aprobación de acta de la Junta, cuando no es aprobada por la propia Junta.
B) Derechos de los socios
Los socios tienen el derecho de intervenir en la deliberación con sugerencias, hacer proposiciones y solicitar informaciones en torno
a las cuestiones que constituyen el orden del día. De esos derechos el de mayor importancia es el derecho de la información, que se encuentra
regulado en el art. 197 LSC.
“1. Hasta el 7º día anterior al previsto para la celebración de la junta, los accionistas podrán solicitar de los administradores las
informaciones o aclaraciones que estimen precisas acerca de los asuntos comprendidos en el orden del día, o formular por escrito las preguntas
que consideren pertinentes.
Los administradores estarán obligados a facilitar la información por escrito hasta el día de la celebración de la junta general.
2. Durante la celebración de la JG, los accionistas de la sociedad podrán solicitar verbalmente las informaciones o aclaraciones que
consideren convenientes acerca de los asuntos comprendidos en el orden del día. Si el derecho del accionista no se pudiera satisfacer en ese
momento, los administradores estarán obligados a facilitar la información solicitada por escrito, dentro de los s días siguientes al de la
terminación de la junta. “
5. Los acuerdos
A. Principio mayoritario
La JG válidamente constituida manifiesta su voluntad mediante el voto de la mayoría que da lugar a un acuerdo social. La voluntad
de los socios - que se emite a través del voto - se transforma en voluntad de la sociedad, y quedan sometidos a esa voluntad todos los socios
aun cuando no hayan acudido a la Junta o hayan votado en contra.
B. Determinación de la mayoría
Art. 211.1 LSC aclara que se entiende adoptado el acuerdo cuando obtenga más votos a favor que en contra del capital presente o
representado.
Para la adopción válida de los acuerdos sobres los asuntos a los que se refiere el art. 194 LSC, será necesaria, en 1º convocatoria, la
mayoría absoluta siempre que los accionistas presentes o representados que concurran a la Junta posean, al menos, el 50% del capital suscrito
con derecho de voto. Cuando en 2ª convocatoria concurran accionistas que representen el 25% o más del capital suscrito con derecho de voto
sin alcanzar el 50% será necesario el voto favorable de los dos tercios del capital presente o representado en la Junta.
C. Acta de la junta
Todos los acuerdos sociales deben constar en acta. El acta de la Junta es un documento de singular importancia para la prueba de los
hechos que han ocurrido en ella, una vez redactada esta acta debe transcribirse en el libro de actas correspondiente. El acta normalmente se
redacta por el Secretario de la Junta, y una vez aprobada debe ser firmada por él, con el visto bueno del Presidente.
Cuando el acta no es aprobada por la propia Junta a continuación de su celebración, podrá aprobarse dentro del plazo de 15 días por
el Presidente y de dos interventores: uno en representación de la mayoría y otro en representación de la minoría.
La falta de aprobación del acta no significa que los acuerdos no sean válidos, sino que dificulta su prueba y la eficacia de los mismos,
existiendo una inseguridad respecto a su contenido. Todo ello con independencia de que si se trata de acuerdos inscribibles, no tendrán
acceso al RM, ni se podrán expedir certificados de los acuerdos que no consten en actas aprobadas y firmadas o en acta notarial.
Hemos dicho que normalmente corresponde al Secretario de la Junta redactar el acta, sin embargo, el acta puede ser levantada por
un Notario que actuará por iniciativa de los administradores, o bien porque éstos se hayan visto obligados a hacer tal requerimiento si lo
solicitan, con 5 días de antelación al previsto para la celebración de la Junta, accionistas que representen al menos el 1% del capital social.
8. El consejo de Administración.
A) Noción
El consejo de administración es un órgano colegiado que ha de actuar mediante acuerdos, y al que se confiere la facultad de
administrar y representar la sociedad.
El consejo de Administración se constituye necesariamente cuando la administración se confía conjuntamente a un mín. de 3
miembros art. 242.1 LSC.
Se trata de un órgano colegial, donde rige el principio de la formación de la voluntad del órgano mediante acuerdos mayoritarios.
B) Nombramiento de los componentes del consejo de administración
Cuando existe Consejo de administración rige el principio de que corresponde la junta el nombramiento de sus miembros, que
tendrán la consideración de administradores. La propia junta deberá determinar su número exacto cuando lo estatutos se dividen establecer
solamente el máx. y mín. de ellos.
C) Funcionamiento del Consejo de administración.
El Consejo de administración, en cuanto es un órgano colegiado, debe funcionar mediante adopción de acuerdos, no obstante, para
un mejor desarrollo de su actividad administrativa el Consejo de administración normalmente delega bien en un órgano más reducido -
Comisión delegada o ejecutiva, o bien en una o más personas denominados Consejeros delegados.
Regulación de funcionamiento del Consejo
LCS dicta normas sobre el funcionamiento del Consejo art. 245-250. El contenido de estas normas se debe completar por los
estatutos, ya que en ellos debe constar necesariamente el modo de deliberar y de adoptar sus acuerdos el Consejo, pudiendo incluirse tb las
normas de convocatoria y constitución del Consejo y, en su caso, de la Comisión ejecutiva, así como de las demás reglas de funcionamiento
interno del órgano. Pero si los estatutos no disponen otra cosa, el Consejo de administración podrá regular su propio funcionamiento, tb
puede designar a su Presidente y demás cargos del Consejo y aceptar la dimisión de los consejeros.
La constitución y adopción de acuerdos por el consejo.
El Consejo, como órgano colegiado, ha de reunirse para tomar acuerdos. Respecto al régimen de constitución y adopción de
acuerdos podemos señalar las siguientes opciones:
a. La convocatoria de la reunión ha de hacerse por el Presidente. No obstante, los administradores que constituyan al menos un tercio del
total, podrán convocarlo, siempre que le hubieran requerido previamente al Presidente, y este desatendiera su solicitud.
b. Para constitución valida del Consejo deben concurrir a la reunión, presentes o representados, la mitad más uno de sus componentes.
c. Los acuerdos se adoptaran por mayoría absoluta de los consejeros concurrentes a la reunión.
d. La votación por escrito y sin sesión solo será admitida cuando ningún consejero se oponga a este procedimiento.
e. Las discusiones y acuerdos del Consejo se llevarán a un libro de actas. Las actas serán firmadas por el Presidente y el Secretario del
Consejo.
f. La mayoría absoluta de los vocales presentes es suficiente por regla general para que el Consejo tome acuerdos. No obstante, esta
mayoría se refuerza cuando el contenido de los acuerdos sea la delegación permanente de alguna facultad del Consejo, en cuyo caso se
requerirá el voto favorable de las dos terceras partes de los componentes del Consejo y no producirá efecto alguno hasta su inscripción
en el RM.
Delegación de las facultades administrativas.
El funcionamiento del Consejo como órgano colegiado se compagina mal con la necesidad de una actuación continuada, que
requiere la gestión de la sociedad. Esto hace necesario que el Consejo tenga que delegar parte de sus facultades administrativas.
Existe la posibilidad de que el Consejo designe de su seno una comisión ejecutiva o uno o más consejeros-delegados.
La delegación de facultades obliga al Consejo a establecer el contenido, los límites y las modalidades de delegación. Además, la
delegación permanente de facultades requiere la designación de los consejeros que vayan ocupar el cargo de consejero delegado o de
miembro de la comisión ejecutiva o delegada. La delegación requiere el voto favorable de las dos terceras partes de los componentes del
consejo.
El acuerdo de delegación de facultades administrativas ha de inscribirse en el RM, en el que se hará constar el nombramiento de los
miembros de la comisión ejecutiva o consejeros delegados, y la enumeración particularizada de las facultades del Consejo que se deleguen.
3. La comisión de transporte.
Es aquella comisión en la que el negocio de realización de la comisión es la conclusión de un contrato de transporte.
El comisionista de transporte suele dedicarse de manera profesional y en forma exclusiva a la realización de estos contratos, y a
alguna actividad accesoria. En ocasiones el comisionista tiene medios propios y es, al mismo tiempo, transportista o porteador. Pero
limitándonos a los que reciben el encargo de concertar un contrato de transporte por cuenta de otros, hemos de distinguir entre los que
intervienen en el transporte de mercancías y los que intervienen en el transporte de personas.
A) Agencias de transportes
Los comisionistas de transporte de mercancías reciben la denominación de “agencias de transportes” y figuran entre los sujetos a los
que se le reconoce la realización de actividades de mediación en ese ámbito. Tienen reservada la intermediación en la contratación de
cualquier clase de transporte terrestre de mercancías, previa la autorización administrativa para actuar como “operador de transporte”. Con
relación a los transportes por carretera se establece que las “agencias de transportes” son aquellas “empresas especializadas en intermediar
en la contratación de transportes de mercancías, como organización auxiliar interpuesta entre los usuarios y los transportistas”, pudiendo
desarrollar “todas las actuaciones previas de gestión, información, oferta y organización de cargas y servicios necesarias para llevar a cabo la
contratación de los transportes”.
El comisionista o agente de transporte, actuando en nombre propio, puede concertar un contrato de transporte asumiendo la
posición del porteador.
B) Las agencias de viajes
Las agencias de viajes son sociedades mercantiles, que si originariamente se dedicaban de manera principal a actividades de
mediación en la contratación de billetes de viaje para sus clientes, en la actualidad tienen una actividad más compleja.
La actividad fundamental de las agencias de viaje se centra en la mediación en la venta de billetes o reserva de plazas de medios de
transporte, así como la reserva de habitaciones y servicios de empresas turísticas, pudiendo ofrecer precios globales por los servicios
ofrecidos. Tb actúan como representantes de otras agencias nacionales o extranjeras.
La Ley 21/1995, de 6 de julio, sobre viajes combinados, fue incorporada a la Ley de Consumidores, formando parte de ese texto como
libro IV (art. 150 a 165).
6. El contrato de agencia
A) Noción y régimen
El contrato de agencia es aquel por el que “una persona natural o jurídica, denominada agente, se obliga frente a otro de manera
continuada o estable, a cambio de una remuneración, a promover actos u operaciones de comercio por cuenta ajena, o a promoverlos y
concluirlos por cuenta y en nombre ajenos, como intermediario independiente, sin asumir, salvo pacto en contrario, el riesgo y ventura de
tales operaciones”. Esta noción está contenida en el art. 1º de la Ley 12/1992, de 27 de mayo, de Contrato de Agencia (LCA).
Los preceptos de la LCA tienen carácter imperativo, a no ser que en ellos se disponga expresamente otra cosa, art. 3.1.
Quedan al margen de esta Ley los agentes que actúen en mercados secundarios oficiales o reglamentados de valores.
B) Notas características
Son notas características del contrato de agencia las siguientes:
1. Es un contrato de duración, en cuanto que origina una relación jurídica duradera entre las partes, ya que el agente se obliga frente
al “comitente” (denominado por la Ley empresario) de una manera continuada o estable.
La comisión se diferencia de la agencia en que la comisión se agota en un solo acto, es decir, el comisionista se obliga a realizar un
único acto de comercio; en cambio el agente se obliga a realizar un conjunto de actos durante un determinado periodo de tiempo.
2. El contrato de agencia ha de permitir que el agente organice su actividad profesional conforme a sus propios criterios, lo que
implica que ha de mantener una cierta independencia respecto al empresario principal creando su propia organización.
En esto se diferencia el agente del viajante o representante de comercio o comercial. El comercial se encuentra ligado al empresario
por medio de un contrato de trabajo, el comercial no es empresario - es simplemente un trabajador; en cambio el agente se encuentra
vinculado al empresario principal por medio de un contrato de naturaleza mercantil, el agente por tanto no es trabajador del empresario
principal, el agente es tb un empresario que, como tal, crea su propia organización y colabora con otros empresarios.
3. Por el contrato de agencia, agente no asume el riesgo de las operaciones que promueve o contrata por cuenta ajena, si bien
podrá garantizar su cumplimento como en caso de la comisión de garantía.
Esta nota nos sirve para diferenciar el contrato de agencia y el contrato de concesión. En el contrato de concesión, el concesionario
contrata con los terceros en nombre y por cuenta propia, de forma que opera bajo su propio riesgo, en el sentido de que la reventa de los
productos adquiridos pesa su propio patrimonio.
4. El contrato de agencia es un contrato bilateral oneroso, en cuanto que la actividad del agente ha de ser remunerada. El contrato
de agencia tb es un contrato consensual, si bien habrá de formalizarse por escrito si lo exige cualquiera de las partes.
B) El contrato de franquicia.
Se trata de una figura escindida del contrato de concesión. La franquicia tb tiene la finalidad de facilitar de modo estable la
distribución de bienes o servicios mediante la organización de un red que cubra el zona más o menos amplia en el mercado. El contrato de
franquicia Franchising, puede definirse diciendo, de acuerdo con la Doctrina Jurisprudencial, que es aquel contrato que se celebra entre dos
partes jurídica y económicamente independientes, en virtud de cual una de ellas (franquiciador) otorga a la otra (franquiciado) el derecho a
utilizar bajo determinados condiciones de control, y por un tiempo y zona delimitados, una técnica en la actividad industrial o comercial o de
prestación de servicios del franquiciado, contra entrega por éste de una contraprestación económica.
Una nota característica de este contrato es que el franquiciador permite al franquiciado el uso, dentro de los términos pactados, de
sus signos distintivos, en particular el rótulo de su establecimiento y la marca de sus productos.
El contrato de franquicia ha obtenido en nuestro ordenamiento un cierto reconocimiento legislativo por medio de art. 62 de la Ley de
Ordenación de Comercio Minorista. Este artículo dice que es el acuerdo o contrato por el que una empresa, denominada franquiciadora, cede
a otra, denominada franquiciada, el derecho a la explotación de un sistema propio de comercialización de productos o servicios.
Este artículo es desarrollado por el RD 201/2010, de 26 de febrero, por el que se regula el ejercicio de la actividad comercial en
régimen de franquicia y la comunicación de datos a registros de franquiciadores. El art. 2 de este RD da un concepto más detallado del
contrato de franquicia al decir que es un contrato por el cual una empresa, el franquiciador, cede a otra, el franquiciado, en un mercado
determinado, a cambio de una contraprestación financiera, el derecho a explotación de una franquicia, sobre un negocio o actividad mercantil
que el primero haya desarrollado anteriormente con suficiente experiencia y éxito, para comercializar determinados tipos de productos o
servicios y que comprende, por lo menos:
1. El uso de una denominación o rotulo de establecimiento común u otros derechos de propiedad intelectual e industrial y una
presentación uniforme de los locales o medios de transporte objeto del contrato;
2. La comunicación por el franquiciador al franquiciado del llamado know-how (el saber hacer);
3. La prestación al franquiciado de asistencia comercial, técnica o ambas durante la vigencia del contrato.
El registro de franquiciadores previsto por el art. 62.2 de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, es competencia del Ministerio
de Industria, Turismo y Comercio. El citado RD 201/2010 indica las funciones de este Registro administrativo, el procedimiento de la inscripción
en él, así como las obligaciones de los franquiciadores inscritos y su coordinación con los registros de franquiciadores llevados por las
Comunidades Autónomas.
9. El contrato de factoring
A) Noción y funciones
Se trata de un contrato de colaboración, es un contrato de carácter complejo, por el que una sociedad (denominada factor o
sociedad de factoring) se obliga frente a un empresario a gestionar el cobro del conjunto de los créditos que éste tiene frente a sus clientes y
ceden al factor, garantizando en unos casos el cobro de una parte o de la totalidad de los mismos en el supuesto de insolvencia del deudor del
crédito cedido, o bien anticipando el importe de los créditos, o ambas cosas a la vez. Además de estas prestaciones principales, el factor se
obliga normalmente a efectuar algunas prestaciones complementarias, como son informaciones comerciales, selección de la clientela, llevanza
de la contabilidad del empresario, etc.
De las distintas funciones realizadas por las sociedades de factoring destacan las de garantizar los créditos cedidos por los
empresarios y la de anticipar el importe de los créditos cedidos. Esta función de financiación de los empresarios es una nota distintiva de estas
sociedades.
Por estas funciones las sociedades de factoring han venido considerándose por la legislación uno de los establecimientos de créditos.
El régimen general de esta categoría de entidades integra el Titulo II de la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación
empresarial, cuyo art. 6.1 dice que podrán constituirse, previa autorización del Ministerio de Economía y Hacienda, empresas que con carácter
profesional se dedican a la actividad de factoring.
b) La obligación de garantía
Dentro de la obligación de garantía se incluye el saneamiento por evicción - es decir, cuando se prive al comprador de la cosa por
sentencia firme y en virtud de un derecho anterior a la compra - y por los vicios y defectos de la cosa. El aspecto de la garantía por evicción no
tiene gran interés en la compraventa mercantil por la protección que recibe el adquirente de buena fe de una cosa mueble, en cambio la
garantía por los vicios de la cosa tiene una acusada transcendencia práctica, que vamos a pasar a examinar. El régimen general de garantía por
vicios de la cosa no es de aplicación cuando el comprador es un consumidor, cuya protección, según hemos de ver, es superior.
3. Efectos de la denuncia
Los efectos de la denuncia radican en que el comprador conserva la acción para reclamar contra el vendedor. Si los vicios son
aparentes, el comprador puede solicitar la resolución del contrato o su cumplimiento y en cualquier caso podrá solicitar la indemnización de
los daños y perjuicios (art. 336.3). Si se trata de vicios ocultos, el comprador, efectuada la denuncia en el plazo de 30 días indicados en el art.
342, podrá ejercitar las acciones reconocidas en este caso por el C Civil en el término de 6 meses contados desde la entrega (art 1490 C Civil).
a’ La obligación de garantía.
El contenido de la obligación de garantía del vendedor frente al comprador, que tenga la consideración de consumidor, es más
amplio, ya que parte del llamado principio de “conformidad de los bienes con el contrato”, que presupone que la cosa vendida cumple todos
los requisitos que en él se expresan o que pueden esperarse de él por el consumidor, dadas las condiciones de la calidad y las prestaciones
habituales de un bien del mismo tipo. Esta falta de conformidad del bien vendido con el contrato se entiende que se produce no solo cuando
bien no se ajuste a la descripción realizada por el vendedor, o cuanto no sea apto para los usos ordinarios, sino que tb cuando bien ha sido
instalado por el vendedor y resulta incorrecta esta instalación del bien.
La obligación de la garantía tiene una duración de dos años desde la entrega del bien.