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x EL RENACIMIENTO: ITALIANO arquitectura taliana, como se ha dicho, esti ligada estrechdmente al problema de la. tradicién, entendida como terfeno de cultura del gusto individual, que forma sustancialmente el tinico hilo conductor entre las sucesivas experiencias. Alrededor del we un grupo de artistas florentirtos (Dofatello, Brunelleschi, Paolo Uccello, Masaccio) se empefia en hacer explicita y sistematica esta-referencia, _sustituyendo’una ofientaci6n particular, recibida por he- Fencla, pot uli eléctidn general y consciente, y contrapé- niendo a las formulhs recientes y mutables dela tradicin en Ia cual ellos migmos han crecidé, un conocimiento “documentado_de lds orfgenes remotos y permanentes, naturalza (en el sentido filoséfico: Ta realidad universal ¢ intel “han y necesario.") Todos los réSultafios obtenidos hasta ahora son escogi- dos y unificados del acuerdo con una nueva visién cultu- ral, y con arreglo 4 estos principios. Los hombres de|la Edad Media han evitado siempre cu de-l-cipals de $, Maria del Flore en selacionar los problkmas de Ia arquitectura con considera- lorena (1296-1436). | - ciones teéricas absblutas; desde un principio, los cons- ] 163 sor spur “oprariuys opunifas yap tiusno asrep uzed ‘ouanwo> owpydu opou un ap anb soxsandnsoid soy axqos 4 owisturagun ns a1q0s ZeuO}XaYos DUsTAUOD ‘oun vpED ap ugroeztensiA op saxquinasoy set ap o1zed so A eavpor oon ¥sn 9s uorserodo miso ouIOD “SauOTSUDUIP soz1 Ua sovalqo yoy vuryd aroyzadns wun a1qos se1wososdax vsed vo ua o1rusis zounsd souoisisapur senunuo> anua ‘ojduralo ap oyna ev soyjs-ap vpqey 2s 0 ‘sosourey souoUgo |Soisa aiuawTEWI0} FexOUINUS eA 2s ‘eIDUDTO ye “euorsy ye ‘eyOsoTY et e wooauT as { opos ap vIquy 2s sexqUsIU ‘Soper Soy U9 A ‘paanisexo wpetsemap o> Sepiuyjap upisa ou anb ap [es vos teuorsUNs sarzapt svjox se ‘oie; of sod ‘jeanano eworsis [> opor op ala [2 S088 sop ezed owlos— sa ‘sazpeyasip soy ap oun |epes ap pepraueruodss y 4 peuoqy x] uyise [eno Je wo ‘uoBreur aysq ‘Teaarpaur orsedsa jo va sop “Inout sojjoszesop 2p peparrea wirutgUr ej pransexe woD 11q -jrosunajio ered Sap s9 ‘vaanu yore) eon reljoszesap wed woye eAs{s svie9u0> souoreonde sey A soqvopt seySox se] 2103 sonfnue soy rod opezrfenprarpur wadzeur Fg, ‘31qemns vow f epeuny ue epraruny! ap yjopuywzoysuen feuorse vprosey A praoexa oo epreunuzayp vsed [epedse pepmu -riioo vy|ap orpzes 09208 Jap wouarradxa gy ap aquoureisn| uoued 4 ‘sopesiao soqusiqure so] 2p, uopeiuasosdar ey sQuo!suatuNp sop ap sour: us s1onpen eed osedo 28 sajend se{ uoo souorgnesosd sv uepmosap ‘renonzed _ ua foduion ns ap seuajqozd soy v A sousiie10 soy e sonBfiue so] 2p Opiqiss: oporsui |p seode usuodoid: “BF anb ouis ‘souvutor soy ap seansifHso_saucisedno0ad Su] 18. seoruD92 supanbsnq se MW zn] vf ¥ Ide & 9ATOA uesuaid ou anBiod ‘sonSnixe souss{tie8i0 So] ap worsonp “oidds e| ua uovanep as ou ood “Sayeivedss soUOTDEDT Se ‘ OL “souepio soy ap spaun v ‘arpour exed ezazisop xf & ‘sopeanu seanzortnse st] £ ‘sSuapio" sof axu> ssuolepex se] ap 2 -fasmsep vj jepedss opepina un uoo uvroprsuod ‘ongpue alen8u9] Jap soguaurala soy werpnysS ‘o7UL) Oo] 30g “UesoIOIUT sap_ou eX anb soannqiasip « soanonssuos sopspout.ap: ofgousdes un ou ‘oprpied opozpur un ap sordmund 30] son8iiue sowusmnuow sol uo uwsng oiwDomien fp 2 so ssecd rai ut ue * opiiuou! e sisns0 “owod ‘souw seit sey ap" ODDS’ sayturod —raryy2adso eorus9) peproedeo ej ap ‘owes oj z0d ‘aunsip— pemuidss eouopuar vusiu wun anb vurdo ag uimpojinbse. vy A emaynosa ey “emmd yf ap seiox2u09 squofsesodo set uopuadep jena jap ‘ofrayp [> “reyastp ap [Ppt ope un ap eiquy as { ‘seorUoUED svioueraox Se] 2P_jepbesns pepauapr ef ap uses v Sure suf aniue Pepin (e ap zaa esaurid od ersuat2u0d auaT] 9g “OADNU dquswaTho3 [euorua2UT 9 ofayas so19pIED uN aUaA sO1U9TD -oxyend| jap vouatzadxa wy ‘aqu21o01 es0ISTY ap so/Bis z21p, sqourepesoqyfap opuvyyes saqaer aavy 9s anb ‘opesiede v4 opeted un ap sojapout soy ap saruasozd svuzajqozd So] 9p foronJos wf s1onpap 9p epesed viouarzadxo wun & agmn995 B J9AJOA ap ODD OUISIUr Jp 30d “oyuouTEFOUNTIG ‘enue yf 2p muLsIp suouepunyosd ‘ofmequia UIs ‘sa ugroisod wise “«gti201100 sq? :reBn] round Go ‘ous ep Zedoide 6 wp5q veiz0} visa sq? :o]9s vA s9 ou aouy as anb Baunifoid Bp» :3209g “9 aqz3989 OWT ‘saqwauEUIIad ses ‘9p a19§ van v aszepjour: 2p pepisor9u yf “3199p s2. ‘02 “aydurptiaw so2993%9 9p onan roxy un eNUD ean US jouay ahb Sey onb sazoisey soy anua & ‘oiunsqy vu -3[qoid|un ap semndnired oses un ou10d opesuad e180 ouDs “AP _3p OWeISUES eaIB{GoId UP ‘peponFauv vy] uo owo forquiey uo ‘woyy ‘sowo%uuo. sourend! sopepij -Fqysod seysnur axqua ssuorss9[9 ap wOIssaNs vUN OWOD ‘ED “aid jpwoweqsanse uornjoa> wun vsoye vIsey OpIqi> “ar vy guasip op oleqen [p & sojeuorrpen sauouyo soj.e suisuazayor sey oa[e sod opesed uey souvsisis9 soz0190n amplio, que se aplica a la’ arquitectura y a todas Lig artes visuales. - “Para dibujar una perspectiva es necesario, ante todo, | definir la posicién del observador y del cuadro de proyec- cién; quedan asi fijados algunos elementos grificos de | referencia —el horizonte, la linea de tierra y los puntos dé distancia— y basta Conocer la posicién de los objetos Jque:hay que representar con: respecto al cuadro y al observador para establecer los-puntos de fuga'¢ irdivi- dualizar la proyeccién de cada punto del objeto, es decir, | para reproducitlo de un modo satisfactorio sobre el cua- dro. En otras palabras, primerameate se define el espacio- ambiente, mediante algunas referencias relacionadas-con ‘la posicién del observador, Inego se coloca el objeto | en este espacio y su representacidn esta determinada jor la posicién que alli ocupa; cualquier relacién entre Tos objetos se resuelve en una diferente cofrelacién con - las referencias coinunes, y por lo tanto llega a ser mensu- gable; tan es as{ que se puede llegar desde la representa ‘cidn perspectiva a la’ verdadera forma y posicin de ‘os objetos mediante la construccién inversa, Hamada [ restituci6n perspectiva. ee ‘Aplicandaceste procedimiento, la pintusa llega a ser ‘una especie de.ciencia, como la considera Leonardo, porgue permite representar de tin modo universal y uni- voco las formas de'todos los objetos. ‘Un fresco de Giotto examinado de acucrdo con. las gitie. Spin diggreac voted ee ee 'y mal hecho porque no existe la posibilidad:de'determihar lis telaciones geométricas de los “elementos segiin una media unitacia; en cambio, en el fresco de Masaccio de S. Maria Novella la perspectiva nos hace conocet con precisién las relaciones entre las figuras y el fondo arquitect6nico respecto al largo, al'ancho y a la profundi- dad, de forma que seria posible sacar de nuevo, con apropiadas construcciones geométricas;'un modélo en a Noni 3 escala de todos los objetos. representados. Todo ello significa que el espacio-dmbiente se considera preexisten- te-tespecto a los objetos|que lo llenan y preliminarmente orientado segiin algunas referencias geométricas, mien- tras que la Conformaciin de los objetos depende de su colocacién con tesyecto al sistema de referencias. Como ha dened Fach la unided de la vision en petspectiva esta freculentemente limitada en la pintura por la supervivencia de'¢squemas compositivos heterogé- neos, consagrados por |las tradiciones. La pintura, no obstante las apariencids, es el campo. donde la aplicacién del nuevo método resylta més dificil y ao se puede decir que la alcance antps.de Leonardo da Vinci. “En la arquitectura, por el contrario, el método de. . “ia perspectiva permite deste epic cn aleianicats casi total del repertorip tradicional. La forma de un edificio puede depender|rigurosamente del esquema geo- ° métrico predispuesto, ef tanto en cuanto se puede dedu- cir la forma de cada elemento de Ja posicién que éste ocupa en el esquema: Ids elementos en posicién equiva- lente deberin set iguales y cada singularidad formal debe- 14 ser justificada por yna articulacién correspondiente con el esquema general; cada.anomalia no prescrita ‘priori deberd ser climipada. De este modo, por mis ‘complicado que &a el fmecanismo, el observador halla previamente dispuesto Jun sistema de indicaciones que le petmite apoderarse cdn seguridad del mecanismo gene- ral-y-sOnoter, pasandol por dias -genttos.de:lajeraral “torids-108 ‘detulles ‘Segiiq” delermniaidas® prioridadess Los drdenes arquiteetdnicos, son los puntos en qué’ © aticula este mecanismo, y aseguran en.todos los _puntos el control métfico de los espacios, colocando en as. esquinas del telar geométrico unas formas que concurren en él dotadaé de proporciones prefijadas. Asi, ‘Brunelleschi, en S. Lorenzo, renueva completamente un modelo distributive tra eo? gol con los érdene’ clisicos, mientras que-en Ia capilla Pazzi oen S. Espiritu crea, con los mismos instrument nismos enteraménte nuevos que poseen su justificacion. racional fuera de toda costumbre comin. 2 * ei moxd- ‘De acuerdo cof Ja tazea_natufal ‘acionalmente ¢| mundo de'los objetos que n0s 10d sc exige una representacin unfvoca y exacta que elimine “toda sepatacién entre la imagen _y. ;_la_consistencia: teal de los objetos y se acepta implicitamente, por lo tant hp id -08 con tespecto ‘a todos los otros; conocer un. objeto significa conoe su-conformacién espacial —es. decir, Tos caracteres fidad_de los caracteres_ geomet 170 puedan ser levados vas— y la palabra mente geométrico de la futura distinci6p a unr sistema’ de referencias objeti- forma» pietde progresivamente su_ s6fico, para ad rma vel figura). Aqui esta el getmen entre cualidades primarias y secun- darias, y de la interpretacién esencialmente cvantitativa cidn-de los métodos. Con respecto’ a ld es netesairio conside cia en si misma con] raver. la| a derecho de ejertct und seleecién y. una dh celtica, El conocimignto objetivo de la re: radicion dada y contrapone una tradicion eleg no acepta el pasad@ tal —res exctensa— que permitira, revo- ‘nto del-mundo:mediante la aplica- atematicos a las ciencias naturales. relacién con los modelos-antiguos jar no tanto el hecho de la dependen- su caricter voluntario y decidido. cultura arquitecténica se_sustrae a ‘como é, sind “que ‘relvi inci presente parece inseparable de un juicio sobre la realidad pasada, porque en el pasado res casuales del pre existen las razones y las.justificacio- -nte; as{ pot primera vez. se presenta iat las selecciones culturales aunque igiiedad clisica se coloque en el horizonte de la historia, como-uha Establecido esto ideal edad de oro. ke puede tentar enumerar las.conse: _gtcins. eet cambio de direccién cultural: [771 La decision de |. sob \_adicionar. El uso de eleme: quitecténicos hace) solo caso valga tambi { movimiento unitarib. Cada una de las experiencias indivi- sentar la experiencia arquitectonica de las bisquedas medievales en ur diales y locales litga a ser comparable y posible de ‘tos unificados como los étdenes ar- que toda solucién hallada para un én como contribucién a una bisque- ! da general, porque los rdenes fijados en aquella ocasién general, porque | iq 171 €Ll “(greareg 9p Lda 0103) (:ax-A1x sojfis) wrexs0g 9p asuoasey offises Jap vax7e asia A (epsombet vy x) wo Zee so v aged ‘omompeuoipes epinnsuo> vopIpen wa e fisvazoy 10d epiqizar uorarpen wun ap afesed yo ‘sap $9 ootuguYa vursysis o19ex9 un xod ‘So[wAsrpaun sozoxoN ap ssuemony sexqeanasoo Se] 9p UOFOMASNS eT pepreuosiod ef ap Banruyap worsenieaas ef e oofojopoisur oqumz osama 1a (cz soseo ap oxwna ues ton uo Yoronjos mso siuatsepesaaiar sezyrn A sauoastxe eursigoxd un aduiois exed 294 vun ap saajosos auumed gnb feojapom esmoaumbse vy uo sopezfeun0u sowau9,9 So] # aivelaues urouns wu UaueR seupIo s0})‘o1Uap ‘sooid [p v9 voredal anb seapr se] owwsrueBz0 onsite [> Ua opuatanposnur ‘souot46 sem0 Ua sopeztiin 395 wespod | gu vinculo con la tradicién-era un hecho colectivo dé gusto y de formacién, comin a todos los que habian sido educados en un determinado lugar y en un determi- nado periodo, mientras que la nueva cultura se presenta comovnn sistema de formas universales, independientes de'los higares y de-los tiempos, ylos disefiadores partici- pan en ella con un acto de vocacién intelectual,-s decir, por una decisién individual. I proyecto se mueve entre dos polos, debiendo trans- ferir ciertos valores intelectuales al mundo sensible, ade- - cuarse a la ewidencia racional de'las reglas y aplicarlas libremente caso por'caso. Tiene-por lo-tanto un cardcter 7 Sistetors frente 4 una nueva responsabilidad. (Antes universal igual para todos; yun aspecto particular, cada veo distinto y confiado al discernimiento del_artista. 3) Poniendo a’ los ‘disefiadotes, idealmiente, a la par frente a los preceptos universales del arte, no se borran las tradiciones locales dino que se las apremia a transfor: “marse, Los-disefadorés no son individuos abstractos, sino.personas reales con su: bagaje de educacién y con ‘a peso de su entorno; cada lugar de Italia tiene sus materiales, Sus costumbres constructivas, sus preexisten- Gias naturales ¢ histéricas, que 8 necesario tener en_ “cuenta, justamente para aplicar con exactitud en el caso~ “especifico, las reglas inmutables. Més bien se revaloriza toda esta herencia, para que no haya posibilidad de que 5a histérica y critica iad gaa i zs e 5 a > tb, scompromisos culturales. “Fr Las relaciones de taller salén profundamente trans- formadas por este giro cultural. En la Edad Media el royecto de un edificio se completaba espontineamente hirante la Fealizacion y no sc le ocurria a-nadie definir” ‘ada uno.de los. detalles de la obta terminada 4 © deledificio, mientra} que al ejecutor sélo queda la realiza- T | | _ puesto que foda derision exigia una directa evaluacién t de gusto, y habria sido imposible aun al mas eminente_ intelécto Valorar d} antemano el efecto de. cada una de las soluciones, sid el auxilio de un método que concate- ‘nara las muchas dechiones. Por otra parte, la continuidad_ de la tradicién aseguraba la concordancia de las sucesivas operaciones y el acherdo entre Tas varias personas que . asumian la fesponsdbilidad. No existia por lo tanto una distincin definida Be disefiadores y ejecutores, sino tuna jerarquia entre personas cargadas de responsabilida- des: el maestro se écupa del rganismo general —pero sud durante la construc- el cincelador de Jos detalles, pero do iba determinand} con exa 1 Gién de la obras~ y.el cine eta libre hasta ciertp punto de inventarlos. En el Renacimiehto, en cambio, toda particularidad | del edificio esti determinada a priori por las exigencias perspectivas, y la,perspectiva proporciona también un medio p: controide de antemano, mediante la reciproca concatenaciéa, Jos resultados finales. Al maestro cons- tructor le sucede, por lo tanto, el arquitecto, que se encarga de todo el[plan y dibuja el proyecto completo cién manual. de las| obras definidas, en el proyecto. El Primero posee la ciencia y se reserva la teoria, rehusando confundirla con la prictica (considérese el conflicto extre- | madamente significftivo entre Brunelleschi, portador de lag auevas exigenciss, y las maestranzas de la Catedral = Me Plotencig sheteupdas, dertoncebiy 46 Solana eer [taller medieval). Por 'las mismas razones cambia el modo de considerar los-hechos técnicos en el cuadro general del proyecto. En la Edad Medi no existe una exacta jerarquia entre los valores formales y los constructivos, siendo més bien el anilisis constructivo el hilé conductor mis impor- tante de la experientia arquitecténica. En el Renacimien- { to, a estas preocuplaciones se superpone una disciplina 175 oa out qseony ' ov (6gp1 bo epecnowio> ‘opesing ep OURO) oreeg wo SapIHED | Set op me “Gop sown vista & (epzinbat ty») sey. “PBB orod ‘sosze soy ap svfeq soured se] uo sepensasur seuapeo se] wo} yse ‘Ista Bp v so09a sen A-—seindgo sv] 9p sejsodun se] uo sozejnue sempere svt OWOD Jse— soxnur SO] U9 spyjns0 sov0a seun ‘sosITFiaMm sasOsuar siUeIpoil Supaaog) se 2p salndwo soy osneworsis opour un 9p \ eUTUMTa|pp asquanasod e] woods tise wa uzaidiaEpemonN “so oantkodstp [2 £ varug;sambse vorrsoduios ey a0 voweredss exopepioa ‘eun v eBay] 28 sose> soundye uo osad ‘ois1yuo> opor opueyyas ‘sofeur0} souoraDa|9s se eid usdrew oduse un zelap & o1sygpa fap sovorozodoad “sey € vik30} ep aqqisod sousus oF sejnowa ered owd2 Bids fren soonyse soarusodsip opuarSipe ‘sowapaoszd so[Sis so] Uo oUL0D YerDUaB yas 40d auoNgo 2s O15 “[Riilj opeainsos yo vozadsowa ou sviaua81xo ap ase[> £59 smib~ojos opednooasd 4 oapnsela oda ap sauorsedn> “oaxd sv| somo ¥ opurlap ‘opriuas asa ua ojgs ox2anbre “fe esoiojur 2 ‘easly pepress wy ua owesut pep uoIed -no9[2 S9qeo) soneIAA soqWe[D sor7P eo senBAIUE senyeaso $e] ap saqeiund soj 8 a1uelswias opow un ap ‘210 -orsarnbe ofenBu9q ap v7INy Sopedes aIUDUATEUOIDUAATOD ~i6joad b anb esoo wo s9 ou wo1a99r vT “2IqISTIL WO -euz0fup9 vy v a{qiBux uproeztTeas zy ap serauRsTND Se] | {3B eamygaqe vomemprogns wun ope A ‘sofrmres se1D, Sua}iede| sey aaqos aquause;saz1p vazora(2 as anb yenisapPaU! decoro tradicional de nues- iades. Desapatece. tam! sh en gran parte, el gusto por dejara la vista el esqueleto mural. — 3) Las in entre forma y estructura da origen ‘al concepto de «decoracidny ‘til como” ld” entendemos” ‘como vatiante independiente respecto del fi organismo portante. Asi se quiebra ‘no sdlo la conti nul “ah | entre esqueleto y termin: i “Bién el concepto de unidad entre las diversas clases de terminaciones. Por un lado, no se puede aceptar que Pintores y escultores contribuyan, como tales, al proyecto de alguna parte del edificio, porque todo particular llega a ser un elemento de proyecto, que no puede dejarse a la iniciativa de otros. Por otra parte, la pintura y la escultura no se pueden considerar subordinadds a Ia arquitectura, ya que la dignidad de las artes no esté condicionada a los medios operativos particulares. A: los acabados tradicionales se dividen en dos partes: de una se encarga el arquitecto, y,es la llamada decoraciéa_ arquitecténica (columnas, cornisas, barandas de escalina- izduierda) y vista de S. Maria de la Consolacién Ynenzada en 1508) (foto del autor). | ) 85-86. Planta en Todi 0798 sows" ‘sIs9p so ‘—soy[nbe woo asHpunguos ¥ vesidse onb “Soqpuvozour f souesour09 soquarqure)soy wo— eos [pat “opeuruzaxp un v [9s apunytp 2s" ‘oorny sore un oqusurepidy: srombpe eamasombre eaonu [81s sop souxoad soy uo varuiguosa & woryfod eu99s9 &| _yreuruop onb aue8mp ase ev sepeSy, auowreumur™ UuyNsEx OFUSIUNAOW [Dp SvULLIO} Sef ‘opour v1s9 2q emnmgoymbyg, fap 12 119.0709 RIM IBTINE TT Ap. 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Filarete, planta” de Sforzinda (hacia 1465) (del cédigo ‘Magliabechiano). in constructiva de la_época; s¢ utiliza para subrayar el contraste entre la Clase dirigénte y las clases subalternas. oe “Por otra parte, las dificultades crecientes de esta clase para dominar las transformaciones sociales y econémicas que, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo xv, limitan de manera decisiva las aplicaciones de la ‘nueva cultura artistica sobre todo'en el campo urbanistico. La idea de una nueva ciudad enteramente regulada pot 182 _y se repliega en si cdstecettEe) sre petibeie ye aes tmiae Jas_leyes-de la pertpectiva deja de tener vigencia ya hacia 1470, y queda relegada a las pagirias de los tratados; i segiin estas leyes resaltan en la ciudad tradicional, pero no estén fovocar una renovacién urbana com- pleta. En muchos ¢dsos —y més a menudo hacia finales de siglo— se intental realizar la perfeccin de un organis- mo més importantd.a las afueras-de Ia ciudad, como los santuarios de pee en Cartona, de la Consolazione en Todi y de S. Bidgio en Montepulciano. La cultura artisti¢a, de manera andloga a’la literaria, pierde asi geadvalmpnte sus contactos con la vida ci hisma, preparando la crisis de princi- pios de 1500. 183

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