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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LOS PROBLEMAS DE SALUD

MENTAL DE LOS JÓVENES EN VALENCIA: UNA

APROXIMACIÓN A SUS CAUSAS SOCIALES.

MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

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AINHOA GARCÍA

DOUNIA JBARA

LORENA MESADO

ÁNGELA PARRILLA

GISELA TOMÁS

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Tabla de contenido

1. PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN. 3

2. OBJETIVO GENERAL Y OBJETIVOS ESPECÍFICOS. 5

a. OBJETIVO GENERAL. 5

b. OBJETIVOS ESPECÍFICOS. 5

3. MARCO CONCEPTUAL Y TEÓRICO. 5

3.1 MARCO CONCEPTUAL Y REFERENCIAL: PRINCIPALES PROBLEMAS DE


SALUD MENTAL QUE AFECTAN A LA JUVENTUD. 6

3.2 FACTORES SOCIALES QUE INFLUYEN NEGATIVAMENTE EN LA SALUD


MENTAL DE LOS JÓVENES. 10

3.2.1 Incidencia del contexto educativo en los problemas de salud mental de los
jóvenes. 10

3.2.2 Situación socioeconómica en los problemas de salud mental que padece la


juventud. 11

3.2.3 Relaciones socioafectivas en la salud mental de los jóvenes. 12

3.3.4 Contexto familiar en la salud mental de los jóvenes. 12

3.2.5 Consumo de drogas en la salud mental de los jóvenes. 15

3.2.6 Impacto de la Pandemia COVID-19 en la salud mental de la juventud. 16

4. HIPÓTESIS. 17

5. OPERACIONALIZACIÓN. 18

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. 22

7. AUTOEVALUACIÓN. 27

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LOS PROBLEMAS DE SALUD MENTAL DE LOS

JÓVENES EN VALENCIA: UNA APROXIMACIÓN A SUS

CAUSAS SOCIALES.

1. PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.

Las integrantes del equipo hemos decidido elaborar un trabajo de investigación sobre
los problemas de salud mental en la juventud, estudiando las causas y los factores sociales
que influyen negativamente en dicha problemática. Para conseguir este objetivo general, en
primer lugar conoceremos los principales problemas de salud mental y posteriormente,
realizaremos diferentes observaciones en: el contexto educativo, la situación socioeconómica,
las relaciones socioafectivas, el contexto familiar, el consumo de drogas y el impacto de la
pandemia COVID-19. Todo ello, nos permitirá analizar y determinar la influencia de dichos
factores en la problemática, consiguiendo de esta manera alcanzar el objetivo final de la
investigación. El ámbito espacial y temporal en el que se va a desarrollar el estudio es la
ciudad de Valencia.

Asimismo, subyacen varias motivaciones en la elección del problema de


investigación. Según los resultados de la encuesta publicada en 2021 por el Centro de
Investigaciones Sociológicas sobre la salud mental de los españoles durante la pandemia de la
COVID-19, los jóvenes han sido los que más han sufrido alteraciones emocionales. Respecto
a los trastornos de ansiedad, el 15’8% de los españoles los han tenido desde que comenzó la
pandemia, cifra que se duplica en el caso de los jóvenes: el 30’3% de personas entre 18 y 24
años así como el 22’6% de los que tienen entre 25 y 34, han declarado haberlos sufrido.
(Centro de Investigaciones Sociológicas, 2021). En este contexto, según el personal
especialista en niños, niñas y adolescentes del Teléfono de la Esperanza, línea de atención al
suicidio, durante la pandemia se ha disparado la demanda de atención en adolescentes y
jóvenes, además del aumento notable de las autolesiones. (Save the Children España, 2021).
Por lo que, el auge de los malestares de salud mental y emocional es una de las razones que
nos motiva a querer investigar dichos fenómenos y a su vez, a comprender los factores
sociales que influyen negativamente en el incremento de los mismos.

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Por consiguiente, a través de este trabajo queremos estudiar y comprender la
multidimensionalidad de la salud mental como problemática social con la finalidad de
generar una producción de conocimientos en este ámbito que contribuya a desvelar los
aspectos más ocultos de la dinámica social. (Vélez, 2003) Del mismo modo, el análisis de
estos fenómenos como hechos políticos, también nos permitirá detectar su carácter endémico
y conocer las causas de los mismos, pudiendo deconstruirlos a través del conocimiento
científico. Consecuentemente, podremos entender sus distintos componentes, descubrir cómo
son percibidos y sentidos por la juventud en nuestra actual sociedad contemporánea.
(Kisnerman, 1998). Asimismo, conviene enfatizar que nuestro objeto de estudio va a ser
investigado desde el ámbito del Trabajo Social, por lo que a través del análisis de la
influencia negativa de los factores sociales en la salud emocional, procederemos a describir
los resultados desde una perspectiva alejada del problema concebido como asunto individual
y aislado.

Por otro lado, este trabajo de investigación tiene diversas utilidades prácticas. En
primer lugar, disponemos de información rigurosa y sistemática que aparte de nutrirnos como
estudiantes y futuros profesionales del Trabajo Social, también puede constituirse como la
base de un corpus teórico que nos permita generar nuevas herramientas para afrontar de
manera eficaz la problemática. Es decir, nuestra investigación puede consolidarse como un
mecanismo de producción de conocimiento y a su vez, estar enlazado con la intervención
social. Asimismo, durante el desarrollo del proceso trascenderemos crítica y reflexivamente
sobre la salud mental y los factores sociales negativos que influyen en la misma, entendiendo
de esta manera las perspectivas del diseño de políticas y programas sociales que responden a
dicha problemática.

En definitiva, pretendemos incrementar el conocimiento sobre este tema en el campo


del Trabajo Social, definir los términos para comprenderlos de manera adecuada, visibilizar
la salud mental como un problema social en auge, conocer sus raíces a través de información
rigurosa y las dinámicas de dominación ocultas en la sociedad, identificar todas las variables
que influyen y analizar la relación entre ellas en el desarrollo de la problemática social,
combatir la estigmatización que sufren los jóvenes afectados por la misma, vincular la figura
profesional del trabajador/a social con el objeto de estudio escogido, reflexionar acerca de los
recursos existentes, las políticas sociales y las alternativas propuestas para abordar el
acuciante problema de salud mental presente en la juventud.

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2. OBJETIVO GENERAL Y OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

a. OBJETIVO GENERAL.

El objetivo general de nuestro trabajo es estudiar los factores sociales que influyen
negativamente en la salud mental de los jóvenes en Valencia.

b. OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

Para conseguir alcanzar el objetivo final de la investigación, llevaremos a cabo los


siguientes objetivos específicos:

- Conocer los principales problemas de salud mental que afectan a los jóvenes.
- Analizar la incidencia del contexto educativo en los problemas de salud mental de los
jóvenes.
- Estudiar cómo afecta la situación socioeconómica en los problemas de salud mental
que padece la juventud.
- Describir cómo afectan las relaciones socioafectivas en la salud mental de los jóvenes.
- Determinar cómo afecta el contexto familiar en la salud mental de los jóvenes.
- Identificar cómo afecta el consumo de drogas en la salud mental de los jóvenes.
- Explorar el impacto de la pandemia COVID-19 en la salud mental de la juventud.

3. MARCO CONCEPTUAL Y TEÓRICO.

Tras la búsqueda exhaustiva de bibliografía, procedemos a realizar el marco teórico de


la investigación, aunando las diferentes perspectivas teóricas que servirán de base y guiarán
todo el proceso de indagación posterior.

En primer lugar, explicaremos los conceptos principales de la investigación,


desarrollando de forma extensa los problemas de salud mental prevalentes en la adolescencia.
En segundo lugar, focalizaremos nuestros esfuerzos en estudiar los diferentes factores
sociales que puedan influir negativamente en nuestro objeto de estudio.

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3.1 MARCO CONCEPTUAL Y REFERENCIAL: PRINCIPALES PROBLEMAS
DE SALUD MENTAL QUE AFECTAN A LA JUVENTUD.

Según la Organización Mundial de la Salud (2022), la salud mental es un estado de


bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida,
desarrollar todas sus habilidades, poder aprender, trabajar adecuadamente y contribuir a la
mejora de su comunidad.

La adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo de hábitos sociales y


emocionales para el bienestar mental; son muchos los factores que afectan a la salud mental.
(OMS, 2021) Algunos adolescentes tienen más riesgo de padecer algún trastorno de salud
mental debido a sus condiciones de vida o de la situación de estigmatización, discriminación,
exclusión o falta de acceso a servicios y apoyo de calidad en la que se encuentren. (OMS,
2021) Se calcula que el 14% de los adolescentes de 10 a 19 años padece algún trastorno
mental. (OMS, 2021) Según la OMS (2021), los adolescentes con trastornos mentales son
particularmente vulnerables a sufrir exclusión social, discriminación, problemas de
estigmatización, dificultades educativas, comportamientos de riesgo, mala salud física y
violaciones de derechos humanos.

Según la Generalitat Valenciana (2022), una parte significativa de los trastornos


mentales suelen aparecer antes de los 14 años. Los trastornos mentales más frecuentes en
adolescentes son: la ansiedad, la depresión, los trastornos afectivos, la psicosis y los
trastornos de la conducta alimentaria. (Pérez, 2021)

Primeramente, el problema de salud más prevalente en los adolescentes es la


ansiedad, aunque a menudo no se detecta en este colectivo. (Pérez, 2021) Es necesario hacer
una diferenciación entre lo que es la ansiedad normal y la ansiedad patológica. La ansiedad
normal es aquella que sufrimos a la hora de tener miedo o nervios por algo; según Pérez
(2021) este tipo de ansiedad es, incluso, sana. En cambio, la ansiedad patológica es aquella en
la que aparece una tendencia a focalizar la atención desproporcionadamente tanto hacia
estímulos amenazantes como seguros, de manera que se manifiestan respuestas de miedo
condicionadas, generalizadas e indiscriminadas. (Pérez, 2021) Los trastornos mentales
aparecen cuando los adolescentes no son capaces de hacer frente a dicha ansiedad patológica,
además de no ser capaces de adaptarse de forma adecuada a la situación.

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Un estudio de EEUU muestra que un 32% de los adolescentes del mundo de entre 13
y 18 años tiene algún problema de ansiedad y entre un 5% y un 18% sufren un trastorno de
ansiedad. (Merikangas, 2010) Además, El National Comorbidity Study-Adolencente
Supplement de EEUU (Merikangas, 2010) detectó que los trastornos de ansiedad más
comunes son: Trastorno de ansiedad generalizada (2.2% de la población mundial), Trastorno
de pánico (2,3% de la población mundial), Agorafobia (2,4% de la población mundial),
Trastorno del estrés postraumático (5% de la población mundial), Trastorno de ansiedad por
separación (7,6% de la población mundial), Fobia social (9,1% de la población mundial) y
Fobias específicas (19,3 % de la población mundial); solo un 20% de los adolescentes con
alguno de estos trastornos de ansiedad recibe tratamiento. Generalmente, la ansiedad en
adolescentes se asocia con un trastorno relacionado con los síntomas emocionales.

Es muy importante detectar de forma precoz las señales de alarma de los problemas
de ansiedad en una etapa de vulnerabilidad, como es la adolescencia, para poder ayudar a
prevenir y mejorar la salud y la calidad de vida de los jóvenes, así como para poder prevenir
dificultades en la etapa adulta. (Pérez, 2021)

Seguidamente, otro de los problemas de salud mental prevalentes en los adolescentes


es la depresión. La depresión forma parte de los trastornos afectivos, cuyas características se
basan en un alteración persistente en la capacidad del cerebro para regular las emociones y el
estado de ánimo. (Pérez, 2021) Es importante saber que no existe un solo tipo de depresión.
Algunas veces la depresión ocurre de forma repentina, con un inicio y una resolución aguda,
que puede ser seguida de posibles nuevos episodios en el futuro de curso similar; esto sería la
depresión mayor. (Pérez, 2021) En cambio, según Pérez (2021), la distimia es el tipo de
depresión que aparece de forma más lenta y persistente, durante meses o años, sin momentos
claros de empeoramiento ni mejoría, como una tristeza constante.

Según la Organización Mundial de la Salud (2021), se calcula que el 1,1% de los


adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% de los de 15 a 19 años padecen depresión. En general,
la depresión en adolescentes se asocia a un trastorno de conducta. Los síntomas que pueden
provocar una depresión son: Trastorno bipolar, Desregulación emocional, Conducta
autolesiva, Bullying, Abusos físicos o sexuales, Entorno invalidante / Familia negligente,
Adolescencia extrema y Abuso de sustancias. (Pérez, 2021) Del 40% al 90% de los
adolescentes con depresión mayor presentan asociado una comorbilidad, es decir, una

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morbilidad asociada, dos o más trastornos a la vez; y entre un 25-50% tienen dos o más
comorbilidades. (Pérez, 2021) Entre las comorbilidades más frecuentes están: la distimia y
los trastornos de ansiedad (30-80% de los adolescentes con depresión), los trastornos
disruptivos (10-80% de los adolescentes con depresión) y el trastorno por uso de sustancias
(20-30% de los adolescentes con depresión). (Pérez, 2021)

Asimismo, la psicosis es otro de los problemas de salud mental más prevalentes en los
adolescentes. Los trastornos psicóticos son enfermedades mentales graves que suelen
aparecer en el periodo de transición de la infancia; se caracterizan por una desconexión o
distorsión de la realidad, generando pensamientos y percepciones que no concuerdan con la
realidad. (Pérez, 2021) Cuando una persona muestra estos síntomas se habla de que presenta
un episodio o brote psicótico.

Existen diferentes tipos de trastornos psicóticos: Psicosis idiopáticas, psicosis debidas


a una condición médica y psicosis tóxicas. (Pérez, 2021) Las psicosis idiopáticas son aquellas
que se presentan de forma espontánea o sin causa conocida: Trastorno delirante
(caracterizado por presencia de delirios), Trastorno psicótico breve (caracterizado por
síntomas psicóticos positivos de corta duración), Esquizofrenia (caracterizado por delirios,
alucinaciones y desorganización de la conducta, además de síntomas psicóticos negativos,
déficits cognitivos y una disminución del funcionamiento académico; los síntomas están
presentes más de seis meses), Trastorno esquizofreniforme (síntomas iguales a la
esquizofrenia pero presentes menos de seis meses) y Trastorno esquizoafectivo (se diferencia
de la esquizofrenia por la aparición de uno o más episodios de depresión o manía); las
psicosis debidas a una condición médica son aquellas en las que se presentan síntomas
psicóticos debidos a otra enfermedad como la epilepsia, los accidentes cardiovasculares o las
enfermedades neurodegenerativas; y las psicosis tóxicas son aquellas que se desarrollan
debido al consumo de sustancias tóxicas: Trastorno bipolar (trastorno del estado de ánimo en
el que se presentan variaciones del mismo; cambio drástico entre un estado de ánimo bajo o
síntomas depresivos y un estado de ánimo alto o de euforia) y Depresión con presencia de
síntomas psicóticos. (Pérez, 2021)

Dentro de todos los trastornos psicóticos comentados anteriormente, el más conocido


y estudiado es la esquizofrenia, ya que es el que tiene una presentación más grave y afecta de
manera más general a todas las esferas de la vida de la persona. (Pérez, 2021) Según el Área

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de Salud Mental Hospital Sant Joan de Déu Barcelona (2022), los niños y adolescentes con
trastornos psicóticos representan un 0,3% de la población infantil y juvenil, llegando a ser el
1% de la población total al llegar a la edad adulta.

También, los trastornos de la conducta alimentaria o TCA, son otro de los problemas
de salud mental más prevalentes entre los adolescentes hoy en día. Los TCA son un grupo de
desórdenes mentales caracterizados por la alteración de la conducta alimentaria:
pensamientos erróneos en torno a la dieta, el peso y la figura corporal. (Pérez, 2021) Además,
los TCA son enfermedades graves, pero pueden remitirse si se detectan de forma precoz,
además de realizar un tratamiento multidisciplinar y psicoterapéutico especializado. (Pérez,
2021)

Una característica importante de los TCA, es la falta de conciencia de la enfermedad


y, en consecuencia, la falta de motivación para recuperarse; esto implica que el tratamiento
sea largo y complejo y se necesite el apoyo fundamental de la familia para la recuperación.
(Pérez, 2021)

Los TCA más conocidos son: Anorexia nerviosa (deseo infrenable de búsqueda de
delgadez mediante dietas restrictivas estrictas, excesivo ejercicio físico y/o conductas
purgativas), Bulimia nerviosa (episodios de atracones en poco espacio de tiempo, en secreto,
seguido de vómitos autoinducidos, abuso de laxantes y/o diuréticos, ayuno o ejercicio físico
excesivo) y Trastorno por atracones (similar a la bulimia con la diferencia de que no existen
mecanismos compensatorios a la ingesta voraz de alimentos, lo que genera un problema de
sobrepeso u obesidad). (Pérez, 2021)

Según la SEMG (2013), aunque los trastornos de la conducta alimentaria afectan a


ambos sexos, son dos veces y media más frecuentes en mujeres, siendo su prevalencia en
España de 4,1% a 6,4% en mujeres entre 12 y 21 años, y de 0,3% para los hombres; los
trastornos de la conducta alimentaria son la tercera enfermedad crónica más frecuente entre
los adolescentes. Además, las personas con TCA suelen tener alguna comorbilidad, las más
comunes son: trastornos del estado de ánimo (40%-80%), trastornos de ansiedad (10%-40%)
y trastorno obsesivo-compulsivo (40%). (Pérez, 2021)

Concretamente, en la Comunitat Valenciana, en 2017, 1,62 personas de cada 10 tenía


trastornos emocionales relacionados con los síntomas emocionales; 1.24 de cada 10

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relacionados con los problemas de conducta; 3,09 de cada 10 relacionados con la
hiperactividad; 1,21 de cada 10 relacionados con problemas con compañeros; y 8,81 de cada
10 relacionados con la conducta prosocial. (Generalitat Valenciana, 2022)

3.2 FACTORES SOCIALES QUE INFLUYEN NEGATIVAMENTE EN LA


SALUD MENTAL DE LOS JÓVENES.

Los adolescentes frecuentemente están expuestos a estresores acumulativos y


simultáneos de diversas áreas, como la familia, el entorno educativo, la tensión entre las
obligaciones educativas y la necesidad de tiempo libre, relaciones románticas, interacciones
con el grupo de padres y preocupaciones relacionadas con la apariencia física y la propia
identidad. (Anderson et al., 2015)

3.2.1 Incidencia del contexto educativo en los problemas de salud mental de los
jóvenes.

Según el informe “Salud mental en las aulas” (León, 2009), en el ámbito de la


educación existen diversas variables, tales como las habilidades sociales, la inteligencia
emocional, la autoestima o las atribuciones, que tienen un fuerte papel sobre el bienestar
psicoemocional del estudiante. De manera general, la ausencia de habilidades de inteligencia
emocional propicia la aparición de problemas conductuales en el ámbito de las relaciones
interpersonales y al bienestar psicológico. (León, 2009)

Según León (2009), se destaca el ámbito educativo como fuente de malestar


psicoemocional debido al maltrato y la violencia escolar; el alumno que padece situaciones
de maltrato padece un daño psicológico, que provoca la aparición de desórdenes emocionales
como el estrés, la ansiedad o la depresión, además de aislamiento y exclusión social. El
Consejo de Europa (1989, citado en León, 2009), determina que la violencia escolar es el
problema que más afecta a la institución educativa, además de ser el principal motivo de
miedo de ir a la escuela y de absentismo escolar.

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3.2.2 Situación socioeconómica en los problemas de salud mental que padece la
juventud.

El trabajo es un elemento sujeto a cambios continuos y sustanciales en su


organización de manera acelerada. Según las sucesivas Encuestas Europeas de Condiciones
de Trabajo, las Encuestas Nacionales de Condiciones de Trabajo y la encuesta Esener
realizada por la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo: El estrés en el trabajo es
el segundo problema de salud más común en Europa, afectando al 22% de los trabajadores.
(Save the Children España, 2021) Asimismo, se destaca que la incidencia de acoso laboral a
nivel europeo es de un 2,7% mientras que a nivel español se encuentra entre 1,4% y 2,9%,
teniendo sucesivas consecuencias en la salud mental de los trabajadores. (Save the Children
España, 2021)

Según el informe OECD (2021), en todos los países la salud mental de los
desempleados y de aquellos que experimentaron inseguridad financiera fue peor que la de la
población en general.

Asimismo, la Encuesta Nacional de Salud de 2017 establece que el nivel


socioeconómico determina en gran medida el estado de salud mental de los individuos. (Save
the Children España, 2021) En este contexto, podemos observar cómo el 13% de los niños/as
y adolescentes con problemas de salud mental provienen de hogares con rentas más bajas,
mientras que el porcentaje en aquellos que viven en hogares más acomodados es de un 3%.
(Save the Children España, 2021) Por consiguiente, los adolescentes que viven en hogares
con rentas bajas tienen una probabilidad cuatro veces mayor de sufrir trastornos mentales que
aquellos con un elevado nivel socioeconómico. (Save the Children España, 2021)

De manera análoga, la inestabilidad y vulnerabilidad laboral ha afectado notoriamente


a la salud mental de los más jóvenes. Durante la pandemia, en aquellos hogares que han
mantenido el empleo, los trastornos mentales han afectado al 3% de los jóvenes frente a un
110% de los niños/as y adolescentes de familias en las que se ha producido una pérdida de
empleo, un ERTE o siguen en paro. (Save the Children España, 2021) Además, la incidencia
de problemas de salud mental en los jóvenes provenientes de familias sin empleo es tres
veces mayor en comparación con las familias que disponen de un empleo estable. (Save the
Children España, 2021)

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En definitiva, según la World Health Organization (2020), en múltiples países ha
quedado reflejado como existe una peor salud mental en la ciudadanía que se encuentran en
situación de pobreza, desempleo o poseen unas condiciones laborales precarias. Esto implica
una relación directa entre las condiciones laborales y su impacto en la salud mental. (Rocha et
al, 2010) Este deterioro suele ser más acuciado en mujeres, ya que tienen que afrontar peores
condiciones laborales además de la discriminación sexista, entre otras cuestiones. (Artazcoz
et al, 2002)

3.2.3 Relaciones socioafectivas en la salud mental de los jóvenes.

Las relaciones a lo largo del tiempo han ido cambiando, pero claro está que siguen
existiendo dos diferenciaciones claras entre las relaciones mutuamente satisfactorias y las
relaciones insatisfactorias. Según García (2002), las personas con relaciones mutuamente
satisfactorias experimentan mayores beneficios de salud y bienestar frente al deterioro de la
salud mental de aquellas personas con relaciones insatisfactorias, pudiendo llegar a
incrementar o causar depresión, trastornos de ansiedad y abuso de drogas y alcohol.

Las relaciones afectivas tienen una gran importancia en la vida de las personas, esto
implica que cuando se deterioran, terminan o no existen puede afectar al bienestar físico,
psicológico y social de estas. (Expósito y Moya, 2000)

Asimismo, puede darse a la inversa; es decir, que las relaciones se terminan o se


deterioran a raíz de los problemas mentales. Está comprobado que los conflictos en la pareja
pueden ser causados a raíz de problemas como la depresión, el trastorno bipolar, el
alcoholismo y los trastornos de la alimentación. (García, 2002)

3.3.4 Contexto familiar en la salud mental de los jóvenes.

Las relaciones entre progenitores e hijos son bidireccionales, observando que en el


comportamiento de los hijos intervienen padres y madres, pero a la misma vez, el
comportamiento de los padres se acopla a las características de sus hijos y al feedback que
reciben de sus actuaciones educativas. (Raya, 2008) Existen estudios que destacan cómo el
rechazo o excesivo control de los padres, influyen en la incidencia de ansiedad en los
menores. (Espinosa, 2009)

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Investigaciones centradas en niños y adolescentes españoles, señalan que los menores
que tienen una baja autoestima son niños deprimidos en la mayoría de los casos. (Del Barrio
y Carrasco, 2013) Del Barrio (1997), determina que los niños forman su propia autoestima a
partir de las apreciaciones de sus padres y madres.

El ámbito familiar influye significativamente en la satisfacción vital de los


adolescentes, considerando que junto a las amistades y la salud son aspectos fundamentales.
(Martínez, 2013) Además, la crianza y el desarrollo durante la niñez, es estimada como
imprescindible para entender los procesos de socialización. (Martínez y García, 2012)

Varios estudios desvelan que los estilos de crianza, las dinámicas familiares y las
características de la personalidad de niños y adolescentes están profundamente vinculados
con rasgos descriptivos básicos de la familia como el nexo con la madre y el padre, la
cohesión familiar, la adaptabilidad y la comunicación de la familia y el marco
socio-económico. (Martínez et al, 2014)

Tabla 1. Descripción de los progenitores autoritarios, democráticos y permisivos (adaptación


Jorge y González, 2017)

CONTEXTO CARACTERÍSTICAS CONSECUENCIAS HIJOS/AS


FAMILIAR

AUTORITARIO -Comportamiento rígido. -Repercusión negativa -Problemas a nivel


-Castigo. sobre la socialización de emocional.
-Escaso diálogo y los hijos. -Baja autoestima y
comunicación. -Inseguridades. confianza en sí mismos.
-Ausencia de afecto. -Dificultad para finalizar -Poco comunicativos y
-Imposición de reglas. labores. afectivos.
-No cuentan con la -Insuficiencia de afecto -Pobre interiorización de
opinión de los hijos. y necesidades hacia el valores morales.
hijo. -Distancia entre
progenitores e hijos,
menos cariñosos,
inseguros, retraídos.
-Muestran problemas de
impulsividad y agresión
hacia sus pares, debido
al castigo físico recibido
por sus progenitores
(Antolín, Oliva y
Arranz, 2009).

DEMOCRÁTICO -Comunicación y -Comunicación -Buen desarrollo


razonamiento. bidireccional entre emocional y
-Basado en la razón. padres-madres e hijos. comportamental
-Responsabilidad social (Capano y Ubach, 2013).

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Explican, escuchan a sus de las acciones y
hijos. desarrollo de la
-Fomentan la autonomía e
independencia independencia en el hijo.
-Respeta su personalidad -Socialización, alta
y sus intereses. autoestima y bienestar
psicológico.
-Pocos conflictos.

PERMISIVO -No hay límites. -Comunicación poco -Con frecuencia se


-Total, libertad. efectiva y sienten frustrados por
-Pocos castigos y reglas unidireccional. sus intentos dentro de las
que no se cumplen. -No hay reglas expectativas de la
-No muestran autoridad. establecidas sociedad.
-Ambiente familiar -Muestran una mayor
desorganizado. dificultad en la
-Los progenitores no son interiorización de
capaces de marcar valores.
límites a la permisividad -Baja autoestima y
provocando efectos competencia social.
socializadores negativos -Escasa aceptación a la
en los menores en frustración y respeto a
relación a conductas normas.
agresivas y logro de -Falta de confianza y
independencia personal. bajo control de impulsos,
llegando a mostrar
dificultades a nivel
conductual (Baumrind,
1971; Capano y Ubach,
2013).

Tabla.2 Descripción de los progenitores negligentes (Aguilar, 2020).

NEGLIGENTE -Baja implicación y -Ambiente familiar -Presentan trastornos de la


exigencia. desorganizado, conducta como agresividad,
-Falta de estructuración, propensos a la ruptura problemas con las drogas o
control, apoyo e implicación familiar (Baumrind, implicación en accidentes
en las conductas del menor 1971, 1991). criminales (Velásquez y
(Rollins y Thomas, 1979). -Progenitores, falta en la Villouta, 2013).
-Derivan sus capacidad de entender -Principal característica hace
responsabilidades a la los cambios evolutivos referencia a los problemas
escuela u otros familiares. de los menores. académicos y de conducta
-Muestran ausencia de -No tiene una relación (Baumrind, 1971, 1991).
demandas y de positiva con sus hijos. -Ninguna conducta positiva
responsabilidad hacia la -No comparten generada en los menores a
conducta de los hijos estrategias para la través del estilo educativo
(Baumrind, 1971, 1991). resolución de los negligente.
problemas cuando sus
hijos necesitan ayuda.

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3.2.5 Consumo de drogas en la salud mental de los jóvenes.

El concepto de drogas tiene variaciones lingüísticas y múltiples definiciones desde


diferentes perspectivas. Actualmente existe una definición farmacológica, mediante la cual se
considera que una droga es cualquier sustancia química, natural o artificial que consigue
modificar la psicología o la actividad mental de los seres humanos. (Olmo, 1989)

Según Roses (2005), la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales se presentan


asociados con la dependencia del alcohol u otras sustancias. Esta adicción constituye en sí
misma un problema de salud mental y a su vez es un factor de riesgo de otros malestares
emocionales y mentales. (Roses, 2005) Por ejemplo, la depresión y sus consecuencias pueden
favorecer el consumo de sustancias tóxicas como el alcohol o viceversa. (Roses, 2005)

Del mismo modo, Save the Children (2021) muestra como el consumo de sustancias
tóxicas (tabaco, el cannabis o el alcohol) cada vez aparecen en edades más tempranas. Esto
provoca una relación entre la aparición de determinados trastornos mentales y el cambio de
comportamiento de niños/as y adolescentes. Según los datos recopilados en el estudio
EDADES, el consumo de tabaco y alcohol se inicia alrededor de los dieciséis años para los
varones y diecisiete para las mujeres. (Save the Children, 2021) En este contexto, alrededor
del 80% de las personas entre 15 y 34 años han consumido alcohol (cifra que se mantiene
estable desde 1997), un 42% ha consumido tabaco y alrededor de 1 de cada 5 personas ha
consumido cannabis. (Save the Children, 2021)

Asimismo, el consumo de alcohol es la práctica más habitual entre adolescentes. El


Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA, 2019 citado en Save the
Children, 2021) establece que hubo más de 3000 admisiones a tratamiento por abuso o
dependencia de sustancias psicoactivas de personas menores de 18 años, dato que se
relaciona con que España lidera el consumo mundial de ansiolíticos, sedantes o hipnóticos,
los cuales aumentaron en 2019 y se disparó su consumo durante la pandemia.

Consecuentemente, según los datos presentes en la Estrategia de Salud Mental del


Ministerio de Sanidad, se analiza una posible relación entre el consumo de sustancias tóxicas
y el suicidio, manifestando que es más probable que intenten suicidarse aquellos adolescentes
que consumen alcohol y drogas, además de aquellos con antecedentes familiares en dicho
consumo. (Ministerio de Sanidad, 2022)

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3.2.6 Impacto de la Pandemia COVID-19 en la salud mental de la juventud.

La pandemia ha afectado a todos los grupos de edad tanto en la salud física como en
la salud mental. (AEP, 2022) Tanto la adolescencia como la juventud es una edad muy
complicada para las personas que lo atraviesan y para las familias que los acompañan.

Los jóvenes se vieron afectados y sufrieron un cambio enorme en sus rutinas diarias y
de un día para otro sus vidas cambiaron por completo y se vieron aislados del mundo. (AEP,
2022) El aislamiento generó consecuencias negativas en la salud mental, ya que aparecieron
nuevos problemas que antes no se habían mostrado (depresión, estrés, ansiedad…). (AEP,
2022) Algunos se vieron obligados a separarse de sus familias y amigos, sin poder hablar con
nadie ni verlos, por lo que generó que la mayoría se viera obligada a guardar sus sentimientos
y aislarse en sí mismos. (AEP, 2022)

Antes de la pandemia, había un 10% de los niños y 20% de los adolescentes que
sufrían trastornos mentales, pero la COVID-19 ha provocado un aumento de más del 47% en
los trastornos de salud mental en los jóvenes; a esto, se le suma un aumento del 57% de
comportamientos suicidas. (AEP, 2022) Durante el año 2020, se suicidaron en España 14
niños menores de 15 años (el doble que en 2019), y entre los jóvenes de 15 a 29 años el
suicido se considera la segunda causa de fallecimiento. (AEP, 2022)

Un informe de Save de Children (2021), destacó que los trastornos mentales han
aumentado del 1,1% al 4% % de los niños/as y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 4% al
7% en caso de trastornos de conducta en comparación con los últimos datos disponibles en la
Encuesta Nacional de Salud de 2017.

Este informe señala que la incidencia de estos problemas es tres veces mayor, es decir,
el 10% en las familias que por la pandemia ya no disponen de empleo, en cambio las familias
que han podido conservar su empleo era el 3% tras la crisis del COVID-19 (Save de
Children, 2021). Todo esto nos indica que los jóvenes que vienen con bajos ingresos debido a
la pandemia tienen una probabilidad cuatro veces mayor (13%) de sufrir trastornos mentales (
Save de Children, 2021)

16
Cabe destacar que estos problemas de salud mental en los jóvenes ya existían antes de
la pandemia, pero sí ha generado que se ponga sobre la mesa la urgencia de cuidar de nuestra
salud mental. (Save de Children, 2021)

4. HIPÓTESIS.

De la teoría y las evidencias, podemos desarrollar las siguientes hipótesis que surgen
como tentativas de respuesta a las preguntas que se plantea nuestra investigación sobre la
influencia negativa de los factores sociales en la salud mental de los jóvenes. Posteriormente,
cada una de estas deberán ser contrastadas empíricamente.

Las hipótesis de una variable o descriptivas son las siguientes:

- La salud mental de los adolescentes ha empeorado debido a la pandemia del


Covid-19.
- Las relaciones socioafectivas es el factor social que más influye en la salud mental de
los jóvenes.
- La evaluación académica afecta de forma general a la salud mental de los jóvenes.

Respecto a las hipótesis de dos o más variables/relación de asociación destacamos las


siguientes:
- A mayor consumo de sustancias tóxicas, menor conciencia del efecto negativo que
estas tienen en la salud mental.
- A mayor nivel de ingresos de la unidad familiar, menor cantidad de problemas de
salud mental.
- Educar a los jóvenes en un contexto democrático está relacionado con menores
problemas de salud mental.

17
5. OPERACIONALIZACIÓN.

Conviene señalar que uno de los grandes retos a los que hemos tenido que hacer
frente a la hora de ejecutar nuestra investigación, ha sido la dificultad para medir
directamente los fenómenos seleccionados. Por ello, hemos realizado el proceso de
operacionalización para lograr hacer operativo el objeto de estudio.

En primer lugar, la formulación de nuestro problema y las hipótesis construidas en


torno a este, nos ha permitido resaltar dos conceptos claves; los factores sociales y la salud
mental. Estos no serán analizados de manera aleatoria, sino de manera estratégica. Es decir,
los factores sociales se encuentran en primera instancia en concordancia con el objetivo
general de nuestro trabajo: estudiar la influencia negativa de los mismos en la salud mental de
los jóvenes. Mientras que, posteriormente, se concretará el concepto de salud mental en
aquellas unidades de análisis en las que van a estudiarse esas propiedades.

Asimismo, en función de la definición de ambos conceptos, el grado de abstracción de


los mismos, los objetivos de nuestra investigación, las hipótesis planteadas y la formulación
del problema, definiremos los componentes principales del objeto que queremos estudiar; es
decir, las dimensiones y, en su caso, subdimensiones de aquello en lo que focalizaremos
nuestra investigación. En nuestro caso, estos aspectos más concretos se corresponden con los
objetivos específicos de nuestra investigación: dimensión socioeconómica, relaciones
socioafectivas, consumo de sustancias tóxicas, pandemia, contexto educativo, situación
familiar. En función de estas dimensiones y subdimensiones, hemos escogido diversos
indicadores que constituyen una concreción del concepto y de algunas de sus dimensiones
con la finalidad de que estos sean directamente medibles y puedan expresarse en términos
numéricos. Por lo que, cada uno de los indicadores, se relacionan directamente con ambos
conceptos escogidos, permitiendo medir sus propiedades.

De manera análoga, para comprender de manera visual y esquemática todas las


dimensiones, subdimensiones e indicadores, adjuntamos una tabla que recopila todo lo
nombrado anteriormente, de manera sintética, logrando una percepción global de todo el
proceso de operacionalización.

18
DIMENSIONES SUBDIMENSIONES INDICADORES
CONCEPTO

- Nivel de satisfacción de la vivienda en


FACTORES SOCIALES la que residen.
- Calidad y servicios de la vivienda
habitual.
VIVIENDA - Emancipación: Relación edad,
situación económica e independencia.
- Grado de elección del lugar en el que
viven.
- Nivel de satisfacción del lugar en el
SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA que viven.

- Nivel de ingresos de la unidad


familiar/propios.
- Nivel de cobertura de necesidades
básicas/no básicas en relación con los
ECONOMÍA Y EMPLEO ingresos.
- Expectativas de la sociedad respecto a
la posibilidad de encontrar un trabajo.

- Frecuencia de conflictos en tus


relaciones de amistad
AMISTAD - Grado de identificación y vinculación
social con tus redes de amigos.
- Expectativas de tu grupo de amigos
respecto a tus comportamientos.
- Grado de presión social por encajar en
tu grupo de amistad.

RELACIONES SOCIOAFECTIVAS - Percepción del grado de apoyo social


PAREJA de tu pareja hacia ti.
- Frecuencia de discusiones.
- Tipo de relación y la visión de la
sociedad respecto a la misma. (monogamia,
poliamor/ Si está socialmente aceptada,
reconocida, estigmatizada…)

19
- Frecuencia de relaciones sexuales y
RELACIONES SEXUALES percepción de satisfacción.

- Grado de interés del consumo: (Para


conseguir abstraerse de los problemas,
por el sabor, para relajarse y sentir
menos ansiedad…)
CONSUMO DE SUSTANCIAS TÓXICAS - Frecuencia de consumo e impacto en su
estado mental (mayor despreocupación,
agotamiento mental, mayor
desmotivación…)

- Familiares cercanos fallecidos por


COVID-19.
- Sentimiento de miedo hacia la posible
PANDEMIA infección y transmisión de la COVID-19.
- Grado de ansiedad durante la
pandemia.
- La incertidumbre durante la COVID-19
y el grado de estrés producido por la misma.

- Agresiones verbales propiciadas por


algún compañero (insultos, vejaciones…).
- Agresiones físicas realizadas por algún
compañero (contusiones, agresiones sexuales…).
- Sentimientos de desprecio propiciados
CONTEXTO EDUCATIVO por tus compañeros.
- Grado de reconocimiento del joven por
parte de los profesores y la escuela.
- Situaciones de desigualdad de género
en el ámbito educativo.
- Nivel de agobio por los estudios y las
calificaciones obtenidas.

20
- Grado de satisfacción del nivel de
preocupación de los padres hacia el
joven.
- Calidad de comunicación con los
CONTEXTO FAMILIAR miembros de su unidad familiar de
convivencia.
- Nivel de expectativas y exigencias que
la familia proyecta en el joven.
- Frecuencia e intensidad de discusiones
familiares.

- Grado de autoaceptación, tanto de las


fortalezas como de las debilidades.
- Relaciones positivas con los demás y
percepción de vínculos sociales
sólidos.
- Grado de autoestima y su impacto.
SALUD MENTAL - Nivel de motivación y propósitos en la
vida.
- Grado de percepción de la vida
cotidiana (aspiraciones de futuro,
preocupación continua…)
- Nivel de autoexigencia y presión por
parte de la sociedad en el ejercicio de
actividades consideradas normativas.

21
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

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7. AUTOEVALUACIÓN.

A modo de autoevaluación, en este trabajo de investigación, debemos destacar la


capacidad de cada una de las integrantes del equipo para adaptar nuestras habilidades y
conocimientos en el desarrollo progresivo del trabajo, permitiendo una ejecución proactiva y
coordinada del mismo. De manera análoga, hemos expresado abiertamente cada una de
nuestras ideas, perspectivas y opiniones. Estos intercambios comunicacionales han
posibilitado incrementar nuestro conocimiento y fomentar nuestras habilidades cooperativas.

Todo ello, nos ha permitido cumplir con las fechas establecidas y los objetivos
previstos, gestionando correctamente nuestro tiempo. Asimismo, la toma de decisiones y
evaluación del trabajo se ha realizado de forma consensuada, configurando la escucha activa;
un mecanismo esencial para la ejecución coordinada de nuestro trabajo de investigación.
Conviene enfatizar, que el liderazgo se ha ejecutado de manera democrática, permitiendo
resolver cada uno de los desafíos y problemas presentados. De esta manera, hemos
desarrollado un trabajo académico que nos ha permitido revisar bibliografía, recopilar datos y
resolver las incógnitas propias de la investigación.

En definitiva, la valoración del rendimiento general del grupo consideramos que se


ubicaría en un 8. Respecto a la distribución de los porcentajes de dedicación pensamos que
todas nos hemos esforzado y hemos participado de manera activa. En cada apartado cada una
de las integrantes ha trabajado de forma intensa y coordinada con las demás. Por lo que,
consideramos que los porcentajes deben distribuirse de manera equitativa (20% cada una).

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