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Facultad de Ingeniería

Universidad Nacional de La Plata

(Q1850) FUNDAMENTOS DE INGENIERIA AMBIENTAL

UNIDAD 1 - SEMINARIO Nº 1

AMBIENTE - RECURSOS NATURALES - PROBLEMATICA AMBIENTAL

El ambiente es el entorno vital, el sistema constituido por elementos físicos,


biológicos, económicos, sociales, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con
el individuo y con la comunidad en que vive, determinando la forma, el carácter, el
comportamiento y la supervivencia de ambos.

La introducción de la actividad humana tanto industrial, agrícola como


habitacional, desencadena en el ambiente una serie de cambios, algunos de ellos
irreversibles. El aire, el agua y el suelo, constituyen los medios donde se vierten
efluentes y residuos sólidos generados por dichas actividades, los que participan en
los complejos procesos físicos, químicos y biológicos que tienen lugar en el medio
natural, sufriendo transformaciones y, en muchos casos, alterando el funcionamiento
de los sistemas naturales o urbanizados.

Dada la diversidad de efectos ambientales generados por las distintas


actividades, es necesario que los nuevos ingenieros tomen conciencia de la
complejidad del tema, visualizando las interrelaciones existentes entre las distintas
acciones económicas, sociales, tecnológicas y/o políticas, y el impacto que puede
generarse como consecuencia de la implementación de las mismas.

Introducción teórica

Definimos la ecología como la ciencia que estudia las relaciones recíprocas


entre los seres vivos y su medio, y las interacciones de estos seres vivos entre ellos.
Dentro de las distintas disciplinas básicas que la componen, se estudia el
comportamiento ambiental de cada especie individual (aisladamente) y sus
respuestas ante la variación de las condiciones de su hábitat y sus respectivas
adaptaciones al ambiente (autoecología), el conjunto de las especies (sinecología) y
sus interacciones y los mecanismos generadores de las variaciones demográficas de
las poblaciones de las diversas especies, con el objeto de conocer la abundancia,
densidad, representatividad, fragilidad y diversidad de éstas, su crecimiento,
distribución por edades, fluctuaciones y sus causas (dinámica de las poblaciones).

Todos los organismos vivos están compuestos por células, algunos están
constituidos por una sola célula y otros por billones de ellas. La célula es la unidad
funcional y estructural de los seres vivos e incluso los organismos más complejos se
originan de una sola célula.

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Características de los seres vivos:

 Son sistemas abiertos con intercambio de sustancias y energía.


 Poseen metabolismo (reacciones de intercambio de energía): anabolismo
(síntesis de moléculas para formar moléculas complejas, requieren energía -
síntesis de proteínas, replicación, transcripción, etc.-), catabolismo (moléculas
complejas que se degradan a moléculas más sencillas y liberan energía).
 Son homeostáticos: los seres vivos mantienen activamente su estructura
compleja y el equilibrio interno, fisiológico, que es relativamente estable,
sufriendo cambios limitados por un rango. Ej.: pH (tiene un punto máximo y uno
mínimo), es un equilibrio dinámico.
 Intercambian información con el medio, respondiendo a estímulos.
 Poseen un programa genético (importante para su auto-reproducción).
 Presentan la capacidad de evolucionar (variación y cambios).
 Poseen organización y complejidad: todos los seres vivos están formados por
células. La complejidad no está definida por el tamaño, sino por la cantidad de
elementos y su intercambio.

Bases bioquímicas de los seres vivos:

 A pesar de la biodiversidad, la composición química y los procesos metabólicos


de todos los seres vivos son notablemente similares. Esto explica por qué gran
parte de lo que los biólogos aprenden estudiando bacterias o ratones en los
laboratorios puede aplicarse a otros organismos, incluyendo al ser humano.
 Los principios físicos y químicos que rigen a los sistemas vivos son los mismos
que rigen a los sistemas abióticos.

Niveles de organización:

Individuo, población, comunidad, ecosistema, bioma, biosfera constituyen


niveles de organización en los que existen propiedades o caracteres propios que no
se expresan por la simple adición de las propiedades o características de los
elementos que los constituyen.

 Población es un conjunto de individuos de una misma especie que comparten un


espacio y tiempo determinado.
 Comunidad (o biocenosis) se define como un conjunto de poblaciones que
ocupa un lugar específico en un momento determinado (habitan en el mismo
medio). Por ejemplo, la comunidad de peces de un río.
 Ecosistema: es un sistema de relaciones de los seres vivos entre sí y con su
entorno, es decir, que incluye las relaciones que existen entre el conjunto de
individuos que se encuentra en un área determinada, y su ambiente.

Un ecosistema está, pues, constituido por dos componentes: una parte viva
que lo habita, la biocenosis, constituida por poblaciones vegetales y animales, y una
parte inanimada, que actúa como soporte o substrato, el biotopo (parte del medio
ocupada por la biocenosis), donde actúan los factores abióticos que determinan las
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características físico-químicas del medio. El alcance del término ecosistema se
refiere, entonces, a la organización de la vida y a las interacciones entre los
componentes o factores bióticos y abióticos.

Un ecosistema, desde el punto de vista de su funcionamiento, comprende


cinco procesos característicos: fotosíntesis y respiración (fundamentales para el flujo
de energía), circulación de minerales (ciclos biogeoquímicos o movimientos de la
materia), sucesión (estadios sucesivos por los que pasa un ecosistema,
incrementando su organización interna a lo largo del tiempo, experimentando
cambios que determinan modificaciones en estructura y funcionamiento), y procesos
internos de regulación.

Decimos que un ecosistema está equilibrado cuando todo en él funciona bien,


sin cambios que lo trastornen. El equilibrio es una igualdad de oposiciones (los
organismos nacen y mueren, la humedad y los nutrientes salen de la tierra y vuelven
a ella, etc.) que están protegidas mediante ciertos mecanismos reguladores que
evitan trastornos y que corrigen las desviaciones que se producen en ciertos
procesos, lo que constituye la homeostasia del ecosistema. El ecosistema se
manifiesta como un sistema organizativo con capacidad propia de autorregulación y
de ajuste (biostasia u homeostasia) que le permite mantener su estructura a lo largo
del tiempo y reaccionar ante influencias externas que alteran su estructura interna,
reparando los efectos producidos y restituyendo el equilibrio inicial (siempre que no
se rebasen ciertos límites que pondrían en peligro la permanencia del ecosistema).
Cuanto más grande es un ecosistema, más estable y equilibrado es. Pero los
sistemas ecológicos no se mantienen estáticos a través del tiempo, ya que en ellos
se producen, por lo general muy lentamente, cambios naturales que transforman
ambientes, además de los cambios significativos producidos por el hombre.

El funcionamiento y mantenimiento del ecosistema tiene lugar mediante las


interacciones recíprocas entre el biotopo y la biocenosis, a través de dos tipos de
flujos que operan superpuestos: el de materia y el de energía. El primero puede
considerarse como un ciclo prácticamente cerrado donde los elementos inorgánicos
presentes en el medio son asimilados por los organismos vivos, pudiendo pasar a
otros por ingestión o retornar directamente al medio gracias a la acción de los
organismos descomponedores, como materia orgánica en una primera etapa y, en
forma de elemento o compuesto inorgánico en una segunda etapa, luego de la
descomposición de dicha materia orgánica, reutilizándose de esta manera la materia
una y otra vez en sucesivos ciclos cerrados. El flujo de energía, por el contrario, es
un ciclo abierto que asciende por los diferentes niveles tróficos a lo largo de la
cadena alimentaria, donde los vegetales y algunas algas y bacterias, que son
productores primarios, transforman mediante el proceso de fotosíntesis (con una
eficacia del orden del 2 al 3 %) la energía electromagnética recibida del sol en
energía química, que se transfiere a su vez a través de los distintos eslabones de la
cadena alimentaria (primero a herbívoros o consumidores primarios, luego a
carnívoros o consumidores secundarios y de éstos a los depredadores) y se va
disipando en forma de energía calorífica.

A medida que la energía es captada y transferida al mayor número posible de


especies, mayores serán la estabilidad, la madurez, el equilibrio, la organización y la
complejidad de los ecosistemas (evolución de ecosistemas jóvenes a maduros con
aumento de biomasa total, producción primaria y biodiversidad, y disminución de la
relación producción primaria/biomasa y del tiempo de permanencia de los elementos

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biogenéticos fuera de los organismos). Los ecosistemas poseen, pues, un
mecanismo de autorregulación capaz de resistir modificaciones y variaciones
bruscas externas o internas, dentro de sus límites razonables, ya que pueden ser
llevados a situaciones de elevada degradación por la sinergia de dos o más causas
cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales. Entre los mecanismos
de control que funcionan en el ecosistema son particularmente relevantes los que
regulan el almacenamiento y liberación de los elementos nutritivos y la producción y
descomposición de las sustancias orgánicas, cuya eficacia aumenta con la evolución
desde los ecosistemas inmaduros a los maduros, incrementando la capacidad de
evitar las oscilaciones bruscas: la homeostasia y la resiliencia (capacidad de
resistencia o elasticidad del ecosistema ante influencias externas, habilidad de un
sistema para resistir ante los cambios y absorberlos sin transformarse en otro
distinto, e incluso aprovecharlos en beneficio propio).

La diversidad es uno de los parámetros con mayor valor informativo sobre un


ecosistema: se refiere al número de especies que lo forman y a la presencia relativa
de cada una de ellas. Es una expresión de la estructura interna del ecosistema,
resultado de los procesos de ajuste que se producen entre los individuos y su medio,
íntimamente relacionada con la etapa de la sucesión en que se encuentra (valores
altos de diversidad indican existencia de complejas estructuras de comunidades en
condiciones ambientales estables durante largos periodos de tiempo, mientras que
valores bajos de diversidad indican la existencia de comunidades transitorias y
sujetas a condiciones ambientales muy variables).

Reviste especial importancia la explotación de los ecosistemas, o exportación


de materia viva, que supone transferencias de energía e información. Mientras que
el sistema explotador amplía su información, la explotación provoca una regresión o
rejuvenecimiento del ecosistema explotado, pues implica pérdidas de estructura, de
organización y de información interna. La explotación puede ser debida, bien a
fenómenos físicos (fuego, erosión, glaciaciones, etc.) que no permiten la evolución
del sistema explotado, o bien a otro sistema explotador.

Desde el punto de vista ambiental, los ecosistemas están protegidos mediante


ciertos mecanismos reguladores que corrigen las desviaciones que se producen en
ciertos procesos, lo que constituye la homeostasis del ecosistema. Cuanto más
complejo es un ecosistema, más estable y equilibrado es.

Pero los sistemas ecológicos no se mantienen estáticos a través del tiempo,


ya que, además de los cambios significativos producidos por el hombre, en ellos se
producen, por lo general muy lentamente, cambios naturales que transforman
ambientes, permitiendo a los sistemas naturales ajustarse a las condiciones físicas
que los rodean y maximizar los flujos de energía (sucesión ecológica).

El flujo de energía determina los procesos vitales de los organismos, pero


además, existen una serie de elementos químicos que se conocen como
biolimitantes, imprescindibles para que puedan ocurrir estos procesos e
imprescindibles para la vida, que circulan de manera cíclica en los ecosistemas,
originando los ciclos biogeoquímicos (intercambio de sustancias químicas entre formas
bióticas y abióticas, dentro y fuera de los ecosistemas). La circulación de los
diferentes elementos se activa a través del sol, como sucede con las corrientes
marinas, los sistemas atmosféricos y otros fenómenos naturales que describen el

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movimiento de todos los elementos, permitiendo el pasaje de materia para el
mantenimiento de la vida del planeta.

Ciclos biogeoquímicos:

Los ciclos biogeoquímicos presentan diferentes fases: geológica, hidrológica y


biológica, y el flujo entre ellas determina la naturaleza cíclica de los movimientos de
la materia en la Tierra, siendo de importancia vital las fases biológicas, ya que a
través de ellas se regula la velocidad de los ciclos.

La biomasa vegetal (energía solar convertida por la vegetación en materia


orgánica), los suelos y rocas y los insumos atmosféricos son los compartimentos de
mayor importancia en la circulación de la materia.

La biomasa vegetal absorbe nutrientes y minerales del suelo en proporción a


sus necesidades productivas y los almacena temporalmente. Estos nutrientes y
minerales retornan al suelo por medio de la lixiviación, la caída de las estructuras
vegetales muertas y la erosión del suelo. También las especies consumidoras
contribuyen a la recirculación de minerales y nutrientes, de igual modo que los
vegetales, por sus productos de desecho, por descomposición después de muertos
(por acción de los descomponedores) o por su pasaje a través de los eslabones de
la cadena alimentaria.

En esta sucesión de etapas en las que un organismo se alimenta y es


devorado, la energía fluye desde un nivel trófico a otro. Las plantas verdes u otros
organismos que realizan la fotosíntesis utilizan la energía solar para elaborar
hidratos de carbono para sus propias necesidades. La mayor parte de esta energía
química se procesa en el metabolismo y se pierde en forma de calor en la
respiración, convirtiéndose la energía restante en biomasa, sobre el suelo como
tejido leñoso y herbáceo y bajo éste como raíces. Este material, que es energía
almacenada, se transfiere al segundo nivel trófico que comprende los herbívoros que
pastan, los descomponedores y los que se alimentan de detritos, y si bien, la mayor
parte de la energía asimilada en el segundo nivel trófico se pierde de nuevo en
forma de calor en la respiración, una porción de ella se convierte en biomasa. En
cada nivel trófico los organismos convierten menos energía en biomasa que la que
reciben, por lo que la energía disponible será menor cuanto mayor sea la cantidad
de pasos entre el productor y el consumidor final. Rara vez existen más de cuatro
eslabones, o cinco niveles, en una cadena trófica, y con el tiempo, toda la energía
que fluye a través de los niveles tróficos se pierde en forma de calor, perdiéndose la
capacidad de generar trabajo útil (entropía).

Los ciclos biogeoquímicos permiten mantener la vida en el planeta y los


sistemas naturales son beneficiosos por sus funciones concentradoras y disipadoras
de la materia y la energía. Podemos citar como beneficios directos, la energía
potencial almacenada en el petróleo y en los minerales que sirven de materia prima
para la manufactura, productos que ya han sido concentrados por los ciclos
bioquímicos en depósitos, con frecuencia accesibles por medio de distintas
tecnologías.

La alteración y/o interrupción temporaria de alguno de estos ciclos


biogeoquímicos debido a la aceleración o desaceleración de los flujos de materia,
así como la transformación de materiales (agua, nutrientes, minerales) en sustancias

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y compuestos tóxicos que también van a circular por los sistemas naturales, son
ejemplos de los graves daños que el hombre realiza sobre la naturaleza afectando la
vida de los seres humanos, y que pueden verse reflejados en lugares muy distantes
y aun a nivel global (una pequeña alteración en un ciclo global puede resultar en
grandes cambios para muchas especies dentro de los ecosistemas). Podemos citar
como ejemplos la devastación de bosques tropicales (que puede alterar los ciclos
hidrológicos y sedimentarios de zonas mucho más extensas que las intervenidas,
modificando muchas formas de vida originales), y el aumento del CO2 originado por
la actividad industrial y el transporte, que genera un cambio climático en todo el
planeta debido a la alteración del ciclo del carbono.

Existen diferentes tipos de ciclos biogeoquímicos:

Ciclos Gaseosos: los nutrientes gaseosos circulan principalmente entre la atmósfera


(principal reserva) y los organismos vivos, los elementos son mayormente reciclados
rápidamente (proceso relativamente cerrado que no suele acarrear pérdidas de
elementos), con frecuencia de horas o días. La transformación de la sustancia
involucrada cambia de ubicación geográfica y se fija a partir de una materia prima
gaseosa. Ejemplos de ciclos gaseosos son los ciclos del carbono, el nitrógeno, el
hidrógeno y el oxígeno.

Ciclos Sedimentarios: los nutrientes sedimentarios circulan principalmente en la


corteza terrestre (suelo, rocas, sedimentos, etc.), la hidrosfera y los organismos
vivos. Los elementos son generalmente reciclados mucho más lentamente que en
los ciclos gaseosos, transformándose de modo químico y con aportación biológica
en un mismo lugar geográfico, siendo retenidos en las rocas sedimentarias durante
largos periodos de tiempo con frecuencias de miles a millones de años. Los
procesos de meteorización liberan lenta pero continuamente los elementos
presentes en las rocas sedimentarias y los incorporan al suelo. Estos ciclos tienden
a estancarse al incorporarse el elemento a los sedimentos profundos del océano o
de lagos profundos, quedando inaccesible tanto para los organismos como para el
reciclaje continuo. Por esta razón, los nutrientes sedimentarios ejercen una influencia
limitante sobre los seres vivos que es mucho mayor que la de los nutrientes
gaseosos (las deficiencias de los primeros son mucho más importantes). Ejemplos
de este tipo de ciclos son los ciclos del fósforo y el azufre.

Ciclo hidrológico: proceso continuo de transferencia de agua a través de diferentes


fases (atmosférica, terrestre, oceánica, biológica) que involucra una cantidad única
de la misma. Comienza con la evaporación del agua desde la superficie del océano,
enfriándose el aire humedecido a medida que se eleva y produciéndose la
condensación, con la consecuente formación de nubes, que luego generan las
precipitaciones. Una parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los
seres vivos, otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o al océano, y
otra se filtrará a través del suelo, formando capas de agua subterránea. Más tarde o
más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido
principalmente a la evaporación y transpiración de las plantas. Este ciclo, es clave
para la vida humana y para el equilibrio ecológico del planeta (el agua es vehículo de
materiales), pero en la actualidad, alteraciones provocadas por el consumo excesivo
de agua dulce para uso agrícola, industrial y doméstico, y por la gestión inadecuada
de las aguas residuales, afectan negativamente a los organismos vivos y perjudican
en mayor medida a las poblaciones más pobres, cuyo sustento depende de este
ciclo.

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Recursos Naturales

Los recursos naturales, son elementos y fuerzas de la naturaleza que el ser


humano puede utilizar y aprovechar, explotándolos económicamente para mejorar su
calidad de vida, y responden a dos tipologías: renovables y no renovables.
Entonces, como sólo una parte de estos recursos es renovable (volumen de agua
presente en un acuífero, madera disponible de un bosque, fauna ictícola, energía
solar, mareas, aire, vientos, etc.), se requiere por lo tanto un tratamiento cuidadoso
para evitar un uso indiscriminado de aquellos que nos conduzca a una situación
irreversible, debiéndose utilizarse por debajo de su tasa de renovación (consumo de
agua por debajo de la recarga real del acuífero, extracción de madera o de peces
por debajo de la producción biológica de los mismos, etc.). Los recursos no
renovables (petróleo, gas natural, minerales, etc.) deben ser utilizados con un ritmo o
intensidad de consumo asumible por el ambiente, que será función de la cantidad de
recurso disponible, de su facilidad de extracción o puesta a disposición del ser
humano (disponibilidad), y de la necesidad real de uso y consumo, consumiendo
prioritariamente los recursos consumibles reutilizables, evitando de esta manera el
consumo de aquellos que una vez consumidos desaparecen de forma definitiva
(recursos consumibles no reutilizables). La tasa de consumo de estos últimos deberá
reducirse al mínimo (ya que el ritmo de sus ciclos de regeneración se encuentra muy
por debajo del de extracción o explotación), y siempre que exista más de una
alternativa, deberá optarse por el recurso de menor importancia ambiental.

La renovabilidad de los recursos se evalúa dependiendo del tipo de recurso,


de sus orígenes y de su reproducibilidad natural o industrial (en caso de contarse
con los materiales necesarios para reproducir el recurso original), y depende en un
alto porcentaje del uso que el ser humano haga de él en sus actividades diarias. Un
recurso renovable, entonces, puede dejar de serlo para transformarse en un
recurso no renovable si su consumo o uso inapropiado supera su ritmo de
generación (o regeneración) natural o de forma industrial. Tal es el caso de los
recursos hídricos, cuya disponibilidad se pone en riesgo debido al uso irracional, a
la alteración de su ciclo natural y los muy altos costos de producción industrial por
métodos químicos o físicos.

Por otro lado, la relevancia económica de la escasez de los recursos varía en


función de sus posibilidades de sustitución por otros factores o materias primas y
de los cambios en las pautas y niveles de consumo de los productos finales que los
incorporan. Además, como muestra de que el desarrollo y el ambiente se
suplementan, puede observarse que mientras que el aumento de la producción
puede llevar a modificar la cantidad de recursos naturales en orden decreciente, la
aplicación de nuevas tecnologías lo puede hacer en orden creciente o al menos
posibilitar el desarrollo económico sostenible (por ejemplo, modernas tecnologías
de perforación para explotación de petróleo).

En cualquier caso, deberá llevarse a cabo una cuidadosa y escrupulosa


gestión del recurso. La economía ambiental define el concepto de tasa de
explotación sostenible, es decir, aquella que es posible mantener a largo plazo sin
disminuir significativamente la capacidad del recurso natural para abastecer a las
generaciones futuras. En los recursos renovables la explotación anual debe ser
igual que su tasa de crecimiento anual. Sin embargo, si el recurso incorpora
externalidades y éstas no son consideradas en la decisión, las tasas calculadas no
serán realmente sostenibles (si la tala de un bosque se calcula por el precio de la

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madera sin incorporar por ejemplo la función de sumidero de CO2, la explotación no
será sostenible y el resto de la sociedad perderá esta externalidad positiva). 1

Un recurso es algo valioso y útil, y dada su acepción y escasez, su valoración


es función de cuatro variables: la cantidad del recurso, la calidad del recurso, el
tiempo de disponibilidad del recurso y el espacio ocupado.

Servicios ecosistémicos

Es importante tener en cuenta que no sólo los elementos, sino también las
funciones de la naturaleza son valorados como recursos y que todos los recursos
tienen uso múltiple.

Los bosques, por ejemplo, en relación a la biomasa acumulada, cumplen


funciones ecológicas y proveen servicios intangibles que son esenciales, como la
protección del suelo, la regulación del clima local, la atenuación de disturbios (como
las inundaciones), la regulación de gases atmosféricos (captura de carbono) o la
provisión de refugio a la biodiversidad (MA 2007, Nepstad et al. 2008, Laurance
2008).

Los pastizales, igualmente, capturan y retienen carbono (Paruelo et al. 2004),


y proveen un hábitat para la flora y la fauna (Pyke et al. 2002). Los humedales y las
áreas ribereñas, a través de sus cuerpos de agua y áreas “buffer” de inundación,
regulan flujos, purifican y proveen agua, aportan un hábitat para la biodiversidad, y
reciclan nutrientes (Pattanayak 2004, MA 2005, Verhoeven et al. 2006) 2.

El concepto de servicios ecosistémicos relaciona el funcionamiento de los


ecosistemas con el bienestar humano (Fisher et al. 2009), tanto en términos sociales
como económicos. Entender esta relación es crucial en el contexto de la toma de
decisiones.

 “Beneficios que las poblaciones humanas obtienen directa o indirectamente de


las funciones de los ecosistemas” (Constanza et al. 1997)
 “Beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas” (EM, 2003)
 “Aspectos de los ecosistemas utilizados (activa o pasivamente) para producir
bienestar humano” (Fisher et al., 2009)
 “Los servicios ecosistémicos son las funciones biológicas, físicas y químicas
dentro de los ecosistemas que sostienen la vida y el bienestar del ser humano”
(Thrush & Dayton, 2010)
 “Contribuciones directas o indirectas de los ecosistemas al bienestar humano”
(de Groot et al., 2010; EM, 2011)

Los bienes y servicios ecosistémicos satisfacen las necesidades humanas y


generan bienestar, incidiendo directamente sobre la calidad de vida de las
poblaciones locales. La producción de alimentos, más allá de su nivel de eficiencia,

1
Economía ambiental y valoración de recursos naturales. Publicaciones de la UAP. 2010
2
Valoración de servicios ecosistémicos Conceptos, herramientas y aplicaciones para el
ordenamiento territorial. Laterra, P. ; Jobbágy S. ;Paruelo J.;
(Editores) INTA Buenos Aires. 2011
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es uno de los principales servicios que prestan los ecosistemas, posibilitando a todos
los ciudadanos el acceso a alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan las
necesidades diarias alimentarias que le permitan llevar una vida sana y activa.

Pero también se deberán asegurar otros servicios ecosistémicos, tales como


de regulación climática, de provisión de agua, recreativa, de preservación de valores
culturales. Ellos son de fundamental importancia para lograr una adecuada calidad
de vida de toda la población. Reducir la pobreza, promover la inclusión social y
asegurar una ciudadanía plena requiere velar por el acceso universal no sólo a los
alimentos sino también a los beneficios que derivan de los servicios ecosistémicos.
Resumiendo, algunos ejemplos: producción de alimentos, regulación
climática, provisión de agua, protección del suelo, atenuación de disturbios (como las
inundaciones), regulación de gases atmosféricos (captura de carbono), provisión de
refugio a la biodiversidad, recreación, preservación de valores culturales, etc.

Actividad propuesta

1.- Analice la relación entre los términos: “ambiente”, “recurso natural”, “servicio
ecosistémico” y “desarrollo sustentable”.

2.- Relacione el concepto de sustentabilidad con su actividad profesional, analizando el rol


que desempeña el Ingeniero dentro de esta perspectiva y la razón por la que se
introduce este concepto en un Proyecto de Ingeniería.

3.- Analice si el concepto de desarrollo sustentable puede ser aplicado a las distintas
situaciones socioambientales de igual forma o debe adecuarse a los diferentes contextos
regionales. Justifique.

4.- Identifique cuáles son las distintas actividades humanas que pueden interferir en los
distintos ciclos biogeoquímicos.

5.- Investigue sobre el Objetivo 7 de Desarrollo del Milenio (Garantizar la sostenibilidad del
Medio ambiente) fijado por la ONU en el año 2000, observando particularmente el
progreso alcanzado por la República Argentina en el cumplimiento de las metas
propuestas para el año 2015.

6.- Investigue sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, adoptados en el año
2015, observando aquellos que estén relacionados con el Ambiente, y analice las metas
priorizadas y los indicadores de seguimiento en la República Argentina (puede consultar
www.odsargentina.gob.ar).

7.- Detalle generalidades sobre la Agenda 2030.

8.- Investigue como se incluye la preservación del ambiente en la Constitución Nacional


Argentina (analice los artículos 41, 124 y 125) y analice los artículos 4, 6, 9 y 10 de la
Ley Nacional Nº 25.675/ 2002 (Ley General del Ambiente).

9.- Explique el concepto de Problema Ambiental e indique sus características.

10.- Analice los problemas ambientales y las modificaciones actuales producidas por el
“Cambio global” y sus efectos sobre los sistemas naturales.

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Actividad adicional propuesta (no obligatoria)

11.- Investigue alcances y objetivos de los sucesivos encuentros internacionales sobre


temas ambientales.

12.- Enumere los problemas ambientales de América Latina.

13.- Enumere los problemas ambientales en Argentina y particularmente en la Provincia de


Buenos Aires.

14.- Enumere problemas ambientales de la ciudad de La Plata y problemas ambientales de


su lugar de origen.

15.- Explique cuál es a su criterio la función de las universidades frente a los problemas
ambientales.

16.- Indique (justificando) cuál cree que es la actitud de industrias, gobiernos y población,
frente al problema de la contaminación.

Bibliografía: Ver en UNIDAD 1

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