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FACTORES DE RIESGO DE HIGIENE

1.- Higiene del Trabajo

De la definición de salud (“estado de bienestar físico, mental y social” -OMS-, que


considera un triple equilibrio somático, psíquico y social) y de la relación ambiente-salud en el
trabajo, se deduce que el equilibrio individual de la salud, no depende sólo del correcto
funcionamiento de su estructura orgánica y psíquica, sino que se ve influido en gran medida por
los factores ambientales, en los que se encuentran incluidas en primer lugar las condiciones de
trabajo, es decir, que puede ser afectado por las diferentes variables o factores de riesgo
existentes en el ambiente laboral. En este sentido, debe entenderse por ambiente o condiciones
de trabajo no sólo los factores de naturaleza física, química o técnica (materias utilizadas o
producidas, equipos empleados y métodos de producción aplicados) que pueden existir en el
puesto de trabajo, sino que también deberán considerarse aquellos otros factores de carácter
psicológico o social que puedan afectar la salud del trabajador. A partir de esta definición, el
ambiente de trabajo puede considerarse dividido en ambiente físico, ambiente psicológico y
ambiente social. A la concepción somática o fisiológica se agrega la que tiene en cuenta que el
hombre posee funciones psíquicas, intelectuales y emocionales, y que unido a su vida en
sociedad, es capaz de manifestar sus sentimientos y en consecuencia, perder su bienestar.

La higiene industrial, de contenido técnico, es la ciencia que tiene por objeto la


prevención de las enfermedades profesionales a través del reconocimiento, la evaluación y el
control de factores o tensiones ambientales que se originan en el lugar o ambiente de trabajo,
mediante la aplicación de técnicas de ingeniería. Estos factores, que contribuyen a crear las
situaciones de riesgo, pueden ser identificados y medidos, y en consecuencia pueden
determinarse las modificaciones necesarias para corregir condiciones que de otro modo
resultarían perjudiciales para la salud. Por medio del examen sistemático de las condiciones de
trabajo y del ambiente, es posible descubrir riesgos potenciales para la salud, determinar su
magnitud y predecir la naturaleza y extensión de los efectos sobre los individuos expuestos, y
por medio de la ingeniería, es factible proyectar, instalar y operar sistemas adecuados de
control que reduzcan las tensiones ejercidas sobre el individuo a límites compatibles con la
salud.

El punto de partida de la higiene laboral es la premisa de que los factores ambientales


(que contribuyen a crear situaciones de riesgo) pueden ser identificados y medidos y, en
consecuencia, pueden determinarse las modificaciones necesarias para corregir las condiciones
que, de otro modo, resultarían perjudiciales para la salud de los trabajadores. Por lo tanto, la
actividad del higienista laboral está delimitada por una secuencia lógicamente ordenada de los
tres términos incluidos en la definición de higiene laboral: reconocimiento, evaluación y control.

Por medio del examen sistemático de las condiciones de trabajo y del ambiente laboral,
utilizando instrumental adecuado y conceptos físicos y químicos, es posible identificar riesgos
potenciales para la salud, determinar su magnitud y predecir la naturaleza y extensión de los
individuos expuestos. Por último, por medio de la Ingeniería es factible proyectar, instalar y
operar sistemas adecuados de control que reduzcan los efectos de la exposición por debajo de
los límites compatibles con la promoción de la salud.

Un programa de higiene laboral implica la aceptación de las siguientes premisas:

1. De las condiciones de trabajo resulta un efecto nocivo sobre la salud de las personas
expuestas a una enfermedad profesional.
2. Es posible identificar y determinar la magnitud de los agentes o factores ambientales
considerados responsables.

3. Existe una correlación demostrable entre la magnitud de los agentes ambientales


implicados y la naturaleza y extensión de los daños sobre la salud de los individuos.

4. Existen niveles de tolerancia en el individuo que pueden establecerse y, en consecuencia,


puede calcularse la magnitud de la corrección de los factores ambientales.

5. Las instalaciones o equipos necesarios para el control pueden proyectarse mediante la


aplicación de técnicas de ingeniería.

El hombre puede sobrevivir y actuar bajo condiciones muy diversas generadas por
factores externos, pero puede realizar una tarea sostenida y eficiente y al mismo tiempo
conservar buenas condiciones de salud, sólo en un ambiente laboral favorable. Es por eso que
el objetivo del análisis y de las mediciones del ambiente laboral es dar una respuesta al
problema de la capacidad del hombre para soportar las tensiones del ambiente laboral y del
trabajo.

La energía consumida por un hombre durante el trabajo está determinada por la


requerida por el trabajo físico, más la necesaria para mantener las funciones del organismo
dentro de los límites compatibles con el estado fisiológico normal. Esta última varía
considerablemente de acuerdo a las condiciones del ambiente laboral, de la demanda del
trabajo, de las características individuales y del grado de fatiga. Cuando un individuo abandona
el estado de reposo y comienza un trabajo físico, las funciones fisiológicas se desplazan a partir
del nivel de equilibrio inicial y buscan alcanzar el nuevo nivel superior que exige la mayor
demanda de energía, siendo este nivel tanto más elevado cuanto mayor es la intensidad del
trabajo. Cuando el trabajo cesa, se produce un retorno progresivo a los valores anteriores, lo
que requiere un cierto período de ajuste durante el cual la energía consumida decrece, pero es
superior en cualquier instante a la que corresponde al nivel de reposo. Si la misma tarea se
realiza en condiciones ambientales adversas, es necesario un mayor esfuerzo del organismo
para contrarrestar el efecto del medio pudiéndose volver difícil o imposible una tarea
intrínsecamente fácil (por ejemplo, si un trabajo se realiza en un ambiente a elevada
temperatura, a la energía requerida por el trabajo físico se le agrega el esfuerzo fisiológico
necesario para mantener la temperatura del cuerpo tan próxima al nivel normal como sea
posible, y si el organismo fracasa en este esfuerzo, el trabajo físico no puede mantenerse por
un tiempo apreciable, pues algunas funciones fisiológicas pueden alcanzar niveles riesgosos
para la salud).

La temperatura, humedad y movimiento del aire, el calor radiante, la presión, los


contaminantes atmosféricos (partículas, gases y vapores), los microorganismos, los ruidos, las
vibraciones, las radiaciones, la ergonomía de los puestos de trabajo y las relaciones sociales y
laborales (con los compañeros de trabajo, los jerárquicos, los subordinados, la empresa u
organización, los clientes o usuarios de un servicio, las personas ajenas a la empresa u
organización pero que actúan sobre ellas -familiares, amigos, personas desconocidas-), son los
factores del ambiente laboral que ejercen influencia en la salud y la eficiencia del individuo (las
malas condiciones higiénicas dan lugar a reacciones que se manifiestan en forma de fatiga).

Ninguna medición de estos factores ambientales, por precisa que sea la técnica
aplicada, tiene un significado intrínseco que por sí solo informe sobre la respuesta biológica del
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individuo expuesto, pero no obstante, el instrumental moderno permite evaluar la magnitud de
estas variables con la precisión necesaria, siempre que se conozcan los principios físico-
biológicos que rigen la acción del factor considerado sobre el individuo, con el fin de interpretar
correctamente el resultado obtenido y determinar su representatividad en términos de una
respuesta biológica.

Por esta razón, el ingeniero especializado en higiene laboral debe trabajar en estrecha
colaboración con el médico laboral y compartir con él la responsabilidad por el mantenimiento
de la salud, productividad y bienestar de los trabajadores. La interacción existente entre las dos
fases que integran el sistema hombre-ambiente laboral requiere la complementación de los
conocimientos y técnicas de ambas disciplinas y la diferencia importante entre ambos
profesionales es el punto de enfoque de los problemas de salud ocupacional, ya que mientras el
ingeniero centra su atención sobre las condiciones de trabajo y el ambiente laboral, el médico
centra su interés en el hombre, buscando la forma de efectuar sobre el individuo mediciones
objetivas (sea de actividades fisiológicas o de cualquier otra alteración biológica capaz de
revelar un principio de deterioro de la salud), que brinden indicios de un desequilibrio o de un
esfuerzo de adaptación del organismo para soportar una condición adversa del medio, que en
ciertos casos puede no tener una manifestación externa sensible y, en otros, se evidencia como
una reducción de la capacidad de trabajo, pero que al prolongarse en el tiempo o al aumentar la
intensidad de los factores ambientales que le originan puede conducir a una enfermedad o
incapacidad permanente (estas mediciones en el hombre pueden realizarse con el individuo en
reposo y en condiciones ambientales normales, en cuyo caso solo pueden revelar efectos que
subsisten cuando las tensiones del medio han desaparecido, pero sin embargo, la tendencia
moderna es hacia la medición de las respuestas biológicas del hombre sometido a esfuerzo,
como el medio más eficaz para detectar los primeros signos de alteración del organismo).

La higiene laboral tendría escaso significado sin la correlación entre las mediciones en
el medio y en el hombre, entre las tensiones ambientales y las respuestas biológicas,
relacionando los resultados del diagnóstico con la descripción cuantitativa de las condiciones
del medio (no podría basarse exclusivamente en la Ingeniería, la Física y la Química, de la
misma manera que el diagnóstico médico no podría decir por sí solo si un determinado perjuicio
sobre la salud ha tenido su origen en una condición ambiental). Es por eso que el trabajo en
equipo entre médicos e ingenieros y la integración de las ciencias le ha proporcionado el
fundamento biofísico adecuado que establece el vínculo de unión entre el hombre y el medio.
En ciertas ocasiones la vinculación de un perjuicio sobre la salud o la reducción de la capacidad
laboral con los factores ambientales o el trabajo es obvia (como en el caso de intoxicación por
plomo, la extenuación por calor o la fatiga por trabajo prolongado), pero en general la higiene
laboral debe considerar condiciones más complejas, en donde la relación de causalidad no
puede establecerse mediante el estudio del individuo aislado. El cáncer, por ejemplo, puede
tener su origen en las condiciones de trabajo, pero no es factible determinar esto con certeza
(hay una probabilidad de que esto sea cierto si se trabaja con algunos contaminantes). En otras
enfermedades, tales como la bronquitis crónica, los trastornos cardíacos, el reumatismo o las
enfermedades mentales, el trabajo puede ser una causa concurrente en asociación con otras
influencias, tales como el medio exterior al trabajo, factores hereditarios o hábitos personales.
En estos casos el uso del método epidemiológico para el estudio de grupos de individuos hace
posible descubrir la influencia que las condiciones ambientales y el trabajo pudieron haber
tenido en la etiología de la enfermedad y, de esta forma, permite la evaluación del riesgo
laboral.

A medida que la tecnología avanza, es posible disponer de métodos e instrumental más


refinado para la medición de las tensiones del medio y las respuestas biológicas del individuo
expuesto. Esto posibilita una reducción en la intensidad detectable de los daños o alteraciones
producidas en la salud del hombre. Este desarrollo ha coincidido en los países altamente
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industrializados con una evolución del concepto sobre la finalidad de los servicios de salud
ocupacional. Existe hoy en los gobiernos, sindicatos y empleadores no solo un deseo de
aumentar la capacidad y eficiencia de los trabajadores, sino también una mayor preocupación
por la obligación moral y legal de protegerlos de los riesgos emergentes del trabajo. La
combinación de estas circunstancias ha tendido a que el establecimiento de los límites de
tolerancia esté basado en condiciones cada vez más estrictas; es decir, que implican una menor
alteración biológica en el individuo expuesto. Las condiciones ambientales adversas, al exigir al
individuo un mayor esfuerzo de adaptación, tienden a producir desarreglos o daños funcionales
o anatómicos que, a su vez, se manifiestan luego como incapacidades. Sin embargo, puede
requerirse a veces un período prolongado de exposición o una extensión considerable de los
daños producidos antes de que se evidencie la incapacidad. A partir de una cierta condición
crítica, la incapacidad tiende a aumentar rápidamente. Una misma tensión ambiental, que solo
causaría molestias a una persona con buena salud, podría llevar a la muerte a otra que hubiera
sobrepasado dicha condición; hay una variación en la susceptibilidad. Cuando el problema del
control ambiental se encara en una etapa avanzada del deterioro de la salud de las personas
expuestas, la determinación de correlaciones entre tensiones y efectos sobre el individuo
resulta relativamente sencilla; pero en el período inicial del proceso deben buscarse
correlaciones con los cambios fisiológicos que preceden el desarrollo de las enfermedades. La
evaluación de la respuesta biológica no debe hacerse en términos de incapacidades, sino en
términos de las primeras alteraciones biológicas. Más que enfermedades, corresponde medir
desviaciones de la salud. Una de las mayores dificultades radica en el hecho de que las
respuestas de los organismos tienden a ser, en ese caso, cada vez menos específicas.

La fijación de límites admisibles involucra el concepto de que existen niveles de


exposición que caen dentro de la capacidad de tolerancia del hombre. Por ejemplo, muchas
sustancias extrañas al organismo pueden ser eliminadas por los sistemas metabólicos, al ser
sometidas a transformaciones químicas, y este procedimiento no implica necesariamente un
daño para el organismo. El criterio para fijar los niveles admisibles de exposición ha tendido,
con el tiempo, a desplazarse según la siguiente escala:

1. Mortalidad ocupacional.

2. Estados patológicos.

3. Alteraciones bioquímicas.

4. Alteraciones fisiológicas.

5. Perturbaciones psicológicas.

1.1.- Evaluación de Riesgos Higiénicos


La evaluación higiénica es un proceso de toma de decisión cuyo resultado es una
opinión acerca del grado de riesgo para la salud, proveniente de un agente agresivo que se
produce durante las operaciones desarrolladas en el lugar de trabajo.

Como se ha estudiado, el riesgo es la probabilidad de que un trabajador sufra un daño


derivado del trabajo causado por un determinado peligro; depende del peligro y de la
exposición. En el caso de los riesgos higiénicos, se puede decir que el riesgo es la posibilidad
de que un trabajador sufra un daño derivado del trabajo (muerte o lesión) por exposición a un
agente químico, físico, biológico o ambiental en condiciones específicas; o alternativamente, la

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frecuencia esperada de la aparición de un daño derivado del trabajo por la exposición a uno de
dichos agentes en condiciones específicas.

En este contexto, la exposición se define como la concentración, cantidad o intensidad


de un determinado agente químico, físico, biológico o ambiental que incide en un individuo,
organismo, órgano, tejido o célula, usualmente expresada en términos cuantitativos de
concentración de la sustancia, duración y frecuencia (para agentes químicos y microbiológicos)
o de intensidad (para agentes físicos como la radiación). El término también se puede aplicar a
una situación en la cual una sustancia puede incidir, por cualquier vía de absorción.

El proceso de evaluación de riesgos higiénicos es un intento científico de identificar y


estimar los riesgos reales y resulta de la consideración del peligro, de la relación de dosis-efecto
y de la caracterización del riesgo. Es la identificación y cuantificación del riesgo resultante del
uso o presencia de un agente químico, físico, biológico o ambiental; y toma en cuenta tanto los
posibles efectos dañinos en las personas que usan dicho agente en la cantidad y de la manera
recomendada, como las vías posibles de exposición. La cuantificación requiere, idealmente, el
establecimiento de la relación dosis-efecto en los individuos.

Para evaluar los riesgos higiénicos se deberán conocer las diferencias entre los términos
“peligro” y “riesgo”, palabras que se confunden en el lenguaje cotidiano, pero que tienen
significados diferentes: “peligro” significa exclusivamente la descripción cualitativa de fuentes o
situaciones con potencial para producir daños, mientras que “riesgo” se refiere a una medida
cuantitativa de la probabilidad de que ciertos efectos dañinos se manifiesten en una persona
como resultado de una exposición. También será necesario conocer las cuatro etapas de la
evaluación de riesgos: la identificación del peligro, la relación entre la dosis y la gravedad o
frecuencia del efecto (relación dosis-efecto), la evaluación de la exposición (intensidad y
duración o frecuencia de la exposición a un agente) y la caracterización del riesgo
(cuantificación del riesgo). Esta última etapa, también denominada estimación de riesgos, es la
cuantificación del riesgo después de considerar la exposición y la relación dosis-efecto, y puede
definirse como la evaluación, con o sin modelo matemático, de la probabilidad y naturaleza de
los efectos de la exposición a un agente, a partir de la cuantificación de la relación dosis-efecto
para los trabajadores que pueden estar expuestos y de la medición de los niveles de exposición
potenciales de los trabajadores en riesgo.

Por lo general, es posible eliminar el riesgo que implica un determinado proceso o al


menos reducirlo de tal manera que represente un riesgo aceptable, pero ello normalmente
implica un costo y el uso de medidas apropiadas de ingeniería. Si después de la evaluación de
riesgos se llega a la conclusión de que todavía existe un riesgo inherente importante que no se
puede reducir más, se pasa al área de manejo del riesgo, donde la decisión de proceder o no
depende de una combinación de factores.

1.2.- Clasificación de los factores de riesgo higiénicos (factores ambientales)

Los factores de riesgo higiénicos pueden agruparse en las siguientes categorías:

• Factores de riesgo químicos

Se refieren a los agentes químicos contaminantes del aire.

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• Factores de riesgo biológicos

Se refieren a macro y microorganismos patógenos. Las condiciones patológicas resultantes


de la acción de factores biológicos se consideran de carácter laboral en la medida en que
pueda demostrarse que han sido producidas o agravadas por circunstancias emergentes del
trabajo.

• Factores de riesgo físicos

Se pueden nombrar entre estos a las temperaturas extremas; a los factores relacionados con
el confort higrotérmico y la carga térmica; a la ventilación y el movimiento del aire; a la
iluminación; a los ruidos y vibraciones relacionados con la acústica sanitaria y el control de
ruidos; a las radiaciones ionizantes (rayos X, rayos gamma y rayos ultravioleta) relacionadas
con la protección radiológica, a las radiaciones no ionizantes (VHF, UHF) relacionadas con
las comunicaciones y radares; a la presión atmosférica relacionada (trabajos a presión o bajo
agua).

• Factores de riesgo ergonómicos

Se refieren a factores tales como la posición del cuerpo en relación con la tarea, repetición
de movimientos, monotonía y aburrimiento, tensiones originadas por el trabajo y la fatiga.

• Factores de riesgo psicosociales

Se refieren a la interacción entre varios factores que provocan perturbaciones en los


mecanismos psíquicos y mentales, relacionados con la condición de empleo, la organización
de la empresa y su entorno social, las relaciones sociales y laborales.

2.- Factores de Riesgo Químico - Contaminación del ambiente laboral

Son todos aquellos elementos y sustancias que, al entrar en contacto con el organismo,
por cualquier vía ya sea por inhalación, absorción o ingestión, pueden provocar intoxicación,
quemaduras o lesiones sistémicas, según el nivel de concentración y el tiempo de exposición.

Los Riesgos Higiénicos, a causa de agentes químicos, vienen definidos por la naturaleza
de los productos químicos, la vía de entrada en el organismo, el tiempo de exposición, las
condiciones de trabajo, la sensibilidad de los trabajadores y el entorno medioambiental. En
atención a su estado de agregación, los contaminantes químicos se clasifican en sólidos,
líquidos y gaseosos y estos a su vez en forma de vapor, gas, polvos, fibras y humos.

El control de los agentes químicos contaminantes del aire, en relación con la protección
de la salud en el trabajo, requiere el conocimiento de la forma de contacto de dichos agentes
con el organismo, su modo de acción y la forma en que son o pueden ser eliminados.

Contaminante químico del ambiente laboral es toda sustancia orgánica o inorgánica,


natural o sintética que durante la fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso, puede
incorporarse al ambiente laboral en forma de polvo, humo, gas o vapor, con efecto irritante,
corrosivo, asfixiante o tóxico, en cantidades que tenga posibilidades de generar efecto adverso
o lesionar la salud de los trabajadores expuestos a la misma.

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Los posibles medios de contacto son los siguientes:

Contacto con la piel


Inhalación por vía respiratoria
Absorción por vía bucal

El contacto con la piel es el que afecta a mayor número de personas en el trabajo. La


inhalación por el aparato respiratorio es a su vez de primordial importancia para la salud
ocupacional. La absorción oral es de escasa significación, excepto cuando se superpone a la
inhalación o en el caso de tratarse de agentes extremadamente tóxicos.

Para comprender los procesos de absorción por el aparato respiratorio es necesario


conocer los mecanismos de la respiración y circulación y su papel en el ingreso y eliminación de
los agentes contaminantes. Deben estudiarse las características físicas y químicas de estos
agentes, su acción específica sobre el organismo y los diferentes tipos y grados de la respuesta
biológica.

Los agentes químicos pueden ser clasificados de acuerdo con su estado físico, su
composición química o su acción fisiológica. Se pueden realizar distintas clasificaciones:

A) Por su forma de presentación (según el estado físico):

Es la de mayor importancia práctica, ya que el estado físico de los contaminantes condiciona el


comportamiento en el aire, su modalidad de acción en el aparato respiratorio, los principios de
separación de los contaminantes y las características de funcionamiento de los distintos
equipos de muestreo y de tratamiento de aire.

• Aerosoles: dispersión de partículas sólidas o líquidas finamente divididas, de tamaño inferior


a 100 micrones en un medio gaseoso (mayor área superficial y mayor volumen que el
original, cambios que intensifican la actividad físico-química de la sustancia -velocidades de
evaporación, oxidación y disolución, actividad electrostática, adsorción, etc-). A su vez
presentan distinto estados:

Polvos (dust): partículas sólidas de tamaño relativamente grande finamente divididas (0,1 a
25 micrones), que pueden estar temporariamente suspendidas en el aire y pueden
convertirse en aerosoles por dispersión, sedimentando luego por acción de la gravedad. Se
generan en operaciones de manipulación, trituración, molienda, impacto, detonación o
calcinación de materiales inorgánicos tales como rocas, minerales, metales, carbón,
maderas, cereales, etc. Su efecto fisiológico está íntimamente correlacionado con su
actividad física y química, o sea, ligado al tamaño de las partículas, teniendo generalmente
mayor importancia fisiológica las de menor tamaño, ya que cuanto más pequeñas sean las
partículas, mayor es su capacidad de penetración en el aparato respiratorio.

Nieblas (Mist): pequeñas gotas en suspensión en el aire, que se generan por condensación
a partir del estado gaseoso o por la dispersión mecánica de un líquido en operaciones que
produzcan salpicaduras, espumas o atomizaciones (0,01 a 10 micrones).

Bruma (fog) pequeñas gotas en el aire de tamaño apreciable a simple vista de entre 2 y 60
micrones.

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Humos (smoke): partículas sólidas aerodispersadas, con tamaño menor al de los polvos
(generalmente inferior a 0,1 micrón) que pueden ser resultantes de la combustión
incompleta (compuestas principalmente de carbono) o generadas por humos químicos,
generalmente después de la volatilización de metales fundidos (humos metálicos -fume-).

• Gases: Son fluidos amorfos en condiciones normales (su estado físico normal es gaseoso a
25 ºC y 1 atm), que ocupan el volumen que los contiene. Pueden cambiar de estado (al
estado líquido o sólido) únicamente por una combinación de variaciones de presión y
temperatura.

• Vapores: Fase gaseosa de una sustancia que normalmente es sólida o líquida a 25 °C y 1


atm. Para cambio de estado se puede cambiar presión o temperatura.

B) Por su efecto sobre el organismo del trabajador:

Esta clasificación ofrece dificultades ya que por ejemplo, la acción fisiológica de muchos gases
y vapores depende de la concentración.

a. Irritantes: Compuestos químicos que producen una inflamación en el área anatómica con la
que entran en contacto, principalmente piel y mucosas respiratorias (son sustancias de
acción corrosiva). Por su característica reactiva la concentración es indicativa de la
gravedad, pero no así el tiempo de exposición (el factor concentración es más importante
que el tiempo de exposición), y su acción depende principalmente de las propiedades
físicas (volatilidad, solubilidad). A su vez de dividen en tres tipos, dependiendo la parte
pulmonar afectada: irritantes del tracto respiratorio superior (nieblas y polvos, álcalis,
amoniaco, ácido crómico, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico, dióxido y trióxido de azufre,
óxido de etileno, aldehídos tales como formaldehido, acetaldehído, paraformaldehido o
acroleína); irritantes intermedios (bromo, cloro, óxidos de cloro, fluor, iodo, bromuro de
cianógeno, cloruro de cianógeno, sulfato de dimetilo, sulfato de dietilo, cloruros de azufre,
tricloruro de fósforo, pentacloruro de fósforo); irritantes de los pasajes respiratorios
terminales y espacios pulmonares (tricloruro de arsénico, dióxido de nitrógeno, tetraóxido
de dinitrógeno, fosgeno).

b. Neumoconióticos: Sustancias químicas sólidas que se depositan en los pulmones y se


acumulan, produciendo fibropatía o degeneración fibrótica pulmonar. Los polvos inertes
clasifican aquí no por la acción degenerativa sino porque impiden o limitan la difusión del
oxígeno.

c. Tóxicos sistémicos: Independientemente del lugar de la vía de ingreso, se distribuyen por


todo el organismo produciendo efectos diversos: sustancias que causan daño en una o más
vísceras (mayoría de hidrocarburos halogenados), sustancias que atacan el sistema
hematopoyético (benceno, fenoles, tolueno, xileno, naftaleno), tóxicos del sistema nervioso
(plomo, bisulfuro de carbono, alcohol metílico, tiofeno), metales tóxicos (plomo, mercurio,
cadmio, antimonio, manganeso, berilio), tóxicos inorgánicos no metálicos (compuestos de
arsénico, fósforo, selenio, azufre, fluor).

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d. Anestésicos y narcóticos: Producen anestesia sin efectos sistémicos serios, actúan como
depresores del sistema nervioso central, debido a su presión parcial en la sangre que fluye
hacia el cerebro (hidrocarburos acetilénicos, hidrocarburos olefínicos, éter etílico, éter
isopropílico, hidrocarburos parafínicos, cetonas alifáticas, esteres).

e. Asfixiantes: Impiden el ingreso de oxigeno a los tejidos, interfiriendo con su oxidación. Se


dividen en asfixiantes simples (gases fisiológicamente inertes como nitrógeno, helio,
hidrógeno, metano, etano, dióxido de carbono) que actúan por dilución del oxígeno
atmosférico reduciendo su presión parcial por debajo de la requerida para mantener una
saturación de oxígeno en la sangre suficiente para la respiración normal de los tejidos; y
asfixiantes químicos, que son agentes que reducen la capacidad de transporte de oxígeno
por la sangre o bloquean el mecanismo de acceso de oxigeno produciendo anoxia anémica
(monóxido de carbono -produce carboxihemoglobinemia-, anilina, metil y dimetilanilina,
toluidina, nitobenceno –producen metahemoglobinemia o ferrilhemoglobinemia- ), o
agentes que inhiben la oxidación combinándose con catalizadores celulares produciendo
anoxia histotóxica (ácido ciahídrico, nitrilos).

f. Sensibilizantes: sustancias que producen reacciones alérgicas (dióxido de azufre, polen,


pelos orgánicos)

g. Productores de dermatosis: Originan cambios en la piel.

h. Partículas no clasificadas como tóxicos sistémicos: polvos productores de fibrosis (sílice,


asbestos), polvos inertes (carbón), irritantes (ácidos, álcalis), detergentes enzimáticos.

i. Cancerígenos: sustancias que producen tumores (nenceno, asbestos, hidrocarburos


policíclicos aromáticos, etc.).

C) Por su composición química:

Las clasificaciones varían según el aspecto de la composición que se desea destacar.


No obstante, la mayor dificultad para establecer una clasificación racional radica en que no es
posible establecer una correlación general entre la estructura química y los efectos biológicos
de los contaminantes, si bien en ciertos casos pueden señalarse algunas tendencias a leyes,
aunque su extrapolación a nuevas sustancias debe estar sujeta a la confirmación experimental.

La Higiene del Trabajo desarrolla y perfecciona continuamente metodologías operativas


que, a través de la detección, cuantificación y control de los posibles contaminantes químicos
presentes en el ambiente de trabajo, eviten la aparición de las enfermedades profesionales.

2.1.- Resolución 295/03 - ANEXO IV - Introducción a las sustancias químicas

Los valores CMP (Concentración máxima permisible ponderada en el tiempo) o TLV


(Threshold Limit Value o Valor Límite Umbral) hacen referencia a concentraciones de
sustancias que se encuentran en suspensión en el aire.

Asimismo, representan condiciones por debajo de las cuales se cree que casi todos los
trabajadores pueden estar expuestos repetidamente día tras día a la acción de tales
concentraciones sin sufrir efectos adversos para la salud.

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Sin embargo, dada la gran variabilidad en la susceptibilidad individual, es posible que un
pequeño porcentaje de trabajadores experimenten malestar ante algunas sustancias a
concentraciones iguales o inferiores al límite umbral, mientras que un porcentaje menor puede
resultar afectado más seriamente por el agravamiento de una condición que ya existía
anteriormente o por la aparición de una enfermedad profesional. Fumar tabaco es perjudicial
por varias razones. El hecho de fumar puede actuar aumentando los efectos biológicos de los
productos químicos que se encuentran en los puestos de trabajo y puede reducir los
mecanismos de defensa del organismo contra las sustancias tóxicas.

Algunas personas pueden ser también hipersusceptibles o de respuesta inesperada a


algunos productos químicos de uso industrial debido a factores genéticos, edad, hábitos
personales (tabaco, alcohol y uso de otras drogas), medicación o exposiciones anteriores que
les han sensibilizado. Tales personas puede que no estén protegidas adecuadamente de los
efectos adversos para su salud a ciertas sustancias químicas a concentraciones próximas o por
debajo del CMP. El médico de empresa (médico del trabajo) debe evaluar en estos casos la
protección adicional que requieren estos trabajadores.

Los valores CMP se basan en la información disponible obtenida mediante la


experiencia en la industria, la experimentación humana y animal, y cuando es posible, por la
combinación de las tres. La base sobre la que se establecen los valores CMP puede diferir de
una sustancia a otra, para unas, la protección contra el deterioro de la salud puede ser un factor
que sirva de guía, mientras que para otras la ausencia razonable de irritación, narcosis,
molestias u otras formas de malestar puede constituir el fundamento para fijar dicho valor. Los
daños para la salud considerados se refieren a aquellos que disminuyen la esperanza de vida,
comprometen la función fisiológica, disminuyen la capacidad para defenderse de otras
sustancias tóxicas o procesos de enfermedad, o afectan de forma adversa a la función
reproductora o procesos relacionados con el desarrollo.

La cantidad y la naturaleza de la información disponible para el establecimiento de un


valor CMP varían de una sustancia a otra.

Estos límites están destinados a ser utilizados en la práctica de la higiene industrial


como directrices o recomendaciones para el control de riesgos potenciales para la salud en el
puesto de trabajo y no para ningún otro uso como, por ejemplo, para la evaluación o el control
de las molestias de la contaminación atmosférica para la comunidad, la estimación del potencial
tóxico de la exposición continua e interrumpida u otros períodos de trabajo prolongados o como
prueba de la existencia o inexistencia de una enfermedad o un estado físico.

Estos valores límite se deben usar como directrices para la implantación de prácticas
adecuadas. Aunque no se considera probable que se produzcan efectos adversos graves para
la salud como consecuencia de la exposición a concentraciones límite, la mejor práctica es
mantener las concentraciones de toda clase de contaminantes atmosféricos tan bajas como sea
posible.

2.1.1.- Definiciones

En la presente normativa, se especifican las tres categorías de CMP (Concentración Máxima


Permisible) siguientes:

a) CMP (Concentración máxima permisible ponderada en el tiempo):

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Concentración media ponderada en el tiempo para una jornada normal de trabajo de 8
horas/día y una semana laboral de 40 horas, a la que se cree pueden estar expuestos casi
todos los trabajadores repetidamente día tras día, sin efectos adversos.
b) CMP - CPT (Concentración máxima permisible para cortos períodos de tiempo):

Concentración a la que se cree que los trabajadores pueden estar expuestos de manera
continua durante un corto espacio de tiempo sin sufrir: 1) irritación, 2) daños crónicos o
irreversibles en los tejidos, o 3) narcosis en grado suficiente para aumentar la probabilidad de
lesiones accidentales, dificultar salir por sí mismo de una situación de peligro o reducir
sustancialmente la eficacia en el trabajo, y siempre que no se sobrepase la CMP diaria. No es
un límite de exposición independiente, sino que más bien complementa al límite de la media
ponderada en el tiempo cuando se admite la existencia de efectos agudos de una sustancia
cuyos efectos tóxicos son, primordialmente, de carácter crónico. Las concentraciones máximas
para cortos períodos de tiempo se recomiendan solamente cuando se ha denunciado la
existencia de efectos tóxicos en seres humanos o animales como resultado de exposiciones
intensas de corta duración.

La CMP-CPT se define como la exposición media ponderada en un tiempo de 15 minutos, que


no se debe sobrepasar en ningún momento de la jornada laboral, aún cuando la media
ponderada en el tiempo que corresponda a las ocho horas sea inferior a este valor límite. Las
exposiciones por encima de CMPCPT hasta el valor límite de exposición de corta duración no
deben tener una duración superior a 15 minutos ni repetirse más de cuatro veces al día. Debe
haber por lo menos un período de 60 minutos entre exposiciones sucesivas de este rango. Se
podría recomendar un período medio de exposición distinto de 15 minutos cuando lo justifiquen
los efectos biológicos observados.

c) CMP-C (Concentración Máxima Permisible - Valor Techo (C):

Es la concentración que no se debe sobrepasar en ningún momento durante una exposición en


el trabajo.

En la práctica convencional de la higiene industrial, si no es posible realizar una medida


instantánea, el CMP-C se puede fijar cuando las exposiciones son cortas mediante muestreo
durante un tiempo que no exceda los 15 minutos, excepto para aquellas sustancias que puedan
causar irritación de inmediato.

Para algunas sustancias como, por ejemplo los gases irritantes, quizás solamente sea
adecuada la categoría de CMP-C.

Para otras, pueden ser pertinentes una o dos categorías, según su acción fisiológica. Conviene
observar que, si se sobrepasa uno cualquiera de estos valores límites, se presume que existe
un riesgo potencial derivado de esa sustancia.

Los valores límites basados en la irritación física no deben ser considerados como menos
vinculantes que aquéllos que tienen su fundamento en el deterioro físico u orgánico. Cada vez
es mayor la evidencia de que la irritación física puede iniciar, promover o acelerar el deterioro
físico del organismo mediante su interacción con otros agentes químicos o biológicos.

11
2.1.2.- Concentración media ponderada en el tiempo frente a valores techo

Las medias ponderadas en el tiempo permiten desviaciones por encima de los valores
límite umbral, siempre que éstas sean compensadas durante la jornada de trabajo por otras
equivalentes por debajo de la concentración máxima permisible ponderada en el tiempo.

En algunos casos, puede ser permisible calcular la concentración media para una
semana de trabajo en lugar de hacerlo para una sola jornada. La relación entre el límite umbral
y la desviación permisible es empírica y, en casos determinados, puede no ser de aplicación. La
magnitud en que se pueden sobrepasar los límites umbral durante cortos períodos de tiempo
sin daño para la salud, depende de diversos factores como la naturaleza del contaminante, de si
concentraciones muy elevadas producen intoxicaciones agudas, incluso durante períodos
cortos de tiempo, de que sus efectos sean acumulativos, de la frecuencia con que se den las
concentraciones elevadas, y de la duración de dichos períodos de tiempo. Para determinar si
existe una situación peligrosa, hay que tener en cuenta todos los factores en consideración.

Aunque la concentración media ponderada en el tiempo constituye el modo más


satisfactorio y práctico de controlar si los agentes que se encuentran en suspensión en el aire
se ajustan a los límites señalados, hay determinadas sustancias para las que no resulta
apropiada. En este último grupo figuran sustancias que, predominantemente, son de acción
rápida y cuyo límite umbral es más apropiado basarlo en esta respuesta particular. La manera
óptima de controlar las sustancias que tienen este tipo de respuesta, es mediante un valor
techo, que no se debe sobrepasar.

En las definiciones de concentraciones medias ponderadas en el tiempo y de valor


techo, está implícito que la forma de muestreo para determinar la falta de conformidad con los
límites de cada una de las sustancias puede ser diferente; una única muestra de corta duración
que es válida para comparar con el valor techo, no lo es para comparar con la media ponderada
en el tiempo. En este caso se necesita un número de muestras suficientes, tomadas a lo largo
del ciclo completo operativo o del turno de trabajo, que permitan determinar la concentración
media ponderada en el tiempo, representativa de la exposición.

Mientras que el valor techo establece un límite definido de concentraciones que no


deben excederse, la media ponderada en el tiempo requiere un límite explícito de desviaciones
que pueden superarse por encima de los valores límites umbrales fijados.
Hay que hacer notar, que estos mismos factores se aplican para las sustancias químicas, para
determinar la magnitud de los valores de exposición de corta duración o para cuando se excluye
o incluye el valor techo de una sustancia.

2.1.3.- Límites de desviación

Para la inmensa mayoría de las sustancias que tiene Concentración Máxima Permisible
ponderada en el tiempo, no se dispone de datos toxicológicos suficientes que garanticen un
límite de exposición de corta duración. No obstante, se deben controlar las desviaciones o
variaciones por encima de la Concentración Máxima Permisible ponderada en el tiempo, aún
cuando su valor para ocho horas esté dentro de los límites recomendados.

2.1.4.- Notación "Vía dérmica"

La designación de "vía dérmica" (v.d.) en la columna de Notaciones se refiere a la


existencia de una contribución potencial significativa de la absorción por vía cutánea a la

12
exposición total de esa sustancia. La absorción dérmica incluye las membranas mucosas y los
ojos, ya sea por contacto con los vapores o, probablemente de mayor significación, por contacto
directo de la sustancia con la piel. Las sustancias vehiculizantes presentes en las soluciones o
en las mezclas también pueden aumentar significativamente la posible absorción dérmica.

Las propiedades de algunos materiales de provocar irritación, dermatitis y sensibilización


en los trabajadores no se consideran relevantes a la hora de decidir la inclusión o no de la
notación vía dérmica en una sustancia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el desarrollo
de una situación dermatológica puede afectar significativamente la posibilidad de la absorción
dérmica.

Debido a que los datos cuantitativos que normalmente existen en relación con la
absorción dérmica por los trabajadores, de gases, vapores y líquidos son relativamente
limitados, se recomienda que la incorporación de los datos de los estudios de toxicidad aguda
por vía dérmica y los de las dosis dérmica repetidas en animales y/o en humanos, junto con la
capacidad de la sustancia para ser absorbida, pueden usarse para decidir la conveniencia de
incluir la notación vía dérmica.

En general, cuando existan datos que sugieran que la capacidad de absorción por las
manos y antebrazos durante la jornada laboral pudiera ser significativa, especialmente para las
sustancias con CMP más bajos, se puede justificar la inclusión de la notación vía dérmica.

De los datos de toxicidad aguda por vía dérmica en animales para sustancias con DL50
relativamente baja (1.000 mg/kg de peso o inferior) se les podría asignar la notación vía
dérmica. Se debe considerar la utilización de la notación vía dérmica cuando los estudios de
aplicación dérmica repetida muestren efectos sistémicos significativos en el tratamiento
continuado.

De la misma forma, se debe considerar el uso de esta notación cuando las sustancias
químicas penetren fácilmente la piel (coeficiente de reparto octanol-agua elevado) y cuando la
extrapolación de los efectos sistémicos a partir de otras vías de exposición, sugieren una
absorción dérmica que puede ser importante en la toxicidad manifestada.

Las sustancias con notación "vía dérmica" y con un valor de CMP bajo, pueden
presentar problemas especiales en los trabajos en los que las concentraciones del
contaminante en el aire sean elevadas, particularmente en condiciones en las que haya una
superficie considerable de piel expuesta durante un período prolongado de tiempo. En estas
condiciones se pueden establecer precauciones especiales para reducir significativamente o
excluir el contacto con la piel.

Para determinar la contribución relativa de la exposición dérmica a la dosis total se debe


considerar el control biológico.

El propósito de la notación "vía dérmica" es el de alertar al usuario de que solamente el


muestreo ambiental es insuficiente para cuantificar exactamente la exposición y que se deben
establecer las medidas suficientes para evitar la absorción cutánea.

2.1.5.- Notación "sensibilizante"

La designación de "SEN" en la columna de "Notaciones", se refiere a la acción potencial


de un compuesto para producir sensibilización, confirmado por los datos en humanos o en

13
animales. La notación SEN no implica que la sensibilización es el efecto crítico en el que está
basado el establecimiento del valor límite umbral ni de que este efecto sea el único con relación
al valor límite de ese compuesto.

Cuando existen datos de sensibilización hay que considerarlos cuidadosamente a la


hora de recomendar un valor límite para ese compuesto. Los valores límites umbrales basados
en la sensibilización pretendían proteger a los trabajadores de la inducción a este efecto y no
intentaban proteger a los trabajadores que ya habían sido sensibilizados.

En los lugares de trabajo las exposiciones a compuestos sensibilizantes pueden ocurrir


por las vías respiratoria, dérmica o conjuntiva. De un modo parecido, los sensibilizantes pueden
evocar reacciones respiratorias, dérmicas o conjuntivales. Por ahora, esta notación no distingue
la sensibilización entre cualquiera de estos órganos o sistemas.

La ausencia de la notación SEN no significa que el compuesto no pueda producir


sensibilización, sino que puede reflejar la insuficiencia o ausencia de la evidencia científica en
cuanto a este efecto.

La sensibilización ocurre frecuentemente por un mecanismo inmunológico, que no debe


confundirse con otras condiciones o terminología como la hiperreactividad, susceptibilidad o
sensibilidad. Inicialmente la respuesta a un compuesto sensibilizante pudiera ser pequeña o no
existir.

Sin embargo, después de que la persona se ha sensibilizado, la exposición siguiente


puede causar respuestas intensas aún a exposiciones de baja concentración (muy por debajo
del valor límite umbral). Estas reacciones pueden ser una amenaza durante la vida o pueden
tener una respuesta inmediata o retardada.

Los trabajadores que han sido sensibilizados a un compuesto en particular, también


pueden exhibir una reactividad cruzada a otros compuestos con estructura química similar. La
reducción de la exposición a los sensibilizantes y a sus análogos estructurales, generalmente
disminuye la incidencia de las reacciones alérgicas entre las personas sensibilizadas.

Sin embargo, para algunas personas sensibilizadas evitar por completo los lugares de
trabajo y los no laborales con problemas de sensibilización, es la única forma de prevenir la
respuesta inmune a los compuestos reconocidos como sensibilizantes y a sus análogos
estructurales.

Los compuestos que tienen la notación SEN y un valor límite umbral bajo presentan un
problema especial en los lugares de trabajo. Las exposiciones por las vías respiratoria, dérmica
y conjuntiva deben reducirse significativamente o eliminarse utilizando los equipos de protección
personal y las medidas de control adecuadas. La educación y el entrenamiento, por ejemplo, la
revisión de los efectos potenciales para la salud, procedimientos de utilización seguros,
información de emergencia, son también necesarios para aquellos que trabajan con
compuestos sensibilizantes conocidos.

2.1.6.- Mezclas

Consideración especial merece, asimismo, la aplicación de los valores límites umbrales


al determinar los riesgos para la salud que puedan estar relacionados con la exposición a
mezclas de dos o más sustancias. En el Apéndice C se dan algunas consideraciones básicas

14
concernientes al desarrollo de las CMP para las mezclas y los métodos para su aplicación
documentada con ejemplos concretos.

2.1.7.- Materia particulada

Para la materia particulada sólida y líquida, los valores límites umbrales se expresan en
términos de partículas totales, excepto cuando se utilice la denominación de inhalable y torácica
o respirable, indicados en el listado de explicaciones y equivalencias de los símbolos.

Hay muchas sustancias con valor límite umbral, y otras muchas sin este valor, para las
cuales no hay evidencia de efectos tóxicos específicos. Las que se presentan en forma
particulada se han denominado tradicionalmente como "polvo molesto".

Aunque estos compuestos pueden no causar fibrosis o efectos sistémicos, no son


biológicamente inertes. Por otra parte, las concentraciones elevadas de la materia particulada
no tóxica se las ha asociado ocasionalmente con situaciones fatales conocidas como
proteinosis alveolar.

2.1.8.- Asfixiantes Simples gases o vapores "inertes"

Diversos gases y vapores actúan primordialmente sólo como asfixiantes sin más efectos
fisiológicos significativos cuando están presentes a altas concentraciones en el aire. No es
posible recomendar un valor límite umbral para cada asfixiante simple porque el factor limitador
es el oxígeno (O2) disponible.

En condiciones normales de presión atmosférica (equivalente a una presión parcial,


pO2, de 135 torr), el contenido mínimo de oxígeno debe ser el 18% en volumen. Las atmósferas
deficientes en O2 no proporcionan signos de alarma adecuados y la mayoría de los asfixiantes
simples son inodoros. Por otro lado, varios asfixiantes simples suponen un peligro de explosión,
factor que debe tomarse en cuenta al limitar la concentración del asfixiante.

2.1.8.- Sustancias no indicadas en la lista

La Tabla de Concentraciones Máximas Permisibles, no es de ninguna manera una lista


completa de todas las sustancias peligrosas ni de las sustancias peligrosas utilizadas en la
industria. Para un gran número de sustancias de toxicidad conocida no hay datos o son
insuficientes para utilizarlos en el establecimiento de los valores límites umbrales.

Las sustancias que no están en la lista de CMP no deben ser consideradas como no
peligrosas o no tóxicas. Cuando en un puesto de trabajo aparece una sustancia que no está en
la presente lista, se debe revisar la bibliografía médica y científica para identificar los efectos
potencialmente tóxicos y peligrosos.

También es aconsejable realizar estudios preliminares de toxicidad. En cualquier caso


es necesario estar alerta a los efectos adversos para la salud en los trabajadores que puedan
estar implicados en el uso de sustancias nuevas.

2.1.9.- Turnos de trabajo con horario especial

La aplicación de los CMP a trabajadores con turnos marcadamente diferentes de la


jornada laboral de las 8 horas por día, 40 horas semanales, requiere una consideración
15
particular si se quiere proteger a estos trabajadores en la misma medida que se hace con los
que realizan una jornada normal de trabajo.

2.1.10.- Conversión de los valores CMP en ppm a mg/m3

Los valores de los valores límites umbral para gases y vapores se dan generalmente en partes
por millón de sustancia por volumen de aire (ppm). Para facilitar la conversión a mg/m3, se dan
los pesos moleculares de las sustancias en la columna correspondiente de las listas de valores
adoptados.

2.2.- Control de la contaminación del ambiente laboral

El control de los agentes químicos contaminantes del aire, en relación con la protección
de la salud en el trabajo, requiere el conocimiento de la forma de contacto de dichos agentes
con el organismo, su modo de acción y la forma en que son o pueden ser eliminados.
El desplazamiento de gases y vapores en la atmósfera laboral depende de su densidad. Los
gases más ligeros que el aire ascienden, se mezclan y luego descienden ya diluidos. Los gases
más pesados que el aire descienden antes de mezclarse. Este movimiento de gases y vapores
puede ser frenado por las corrientes de aire del local, y está influido notablemente por la
temperatura, ya que un aumento de la temperatura disminuye la densidad, y provoca corrientes
ascendentes del aire. Sólo tenderán a caer los gases que resulten más densos (cuando su
temperatura sea la ambiental y no se encuentren cerca de focos calientes ni sean influenciados
por corrientes de aire), o sustancias que se evaporan absorbiendo calor del ambiente,
enfriándolo. En recintos con focos de calor, la acumulación de contaminantes se hará en el
techo.

En los lugares de trabajo deben realizarse determinaciones periódicas de concentración


de contaminantes, con frecuencia adecuada de acuerdo a las circunstancias. Las muestras
deben ser representativas y la cantidad de muestra dependerá de la sensibilidad del método de
análisis y de la concentración admisible del contaminante.

P=CV donde:

P: cantidad de muestra, V: volumen de aire a recoger y se supone C = Cadm / 2

Una vez determinado el volumen de aire a recoger, y sabiendo que V = Q t, pueden


determinarse Q y t (caudal y tiempo de muestreo).

En relación con el tiempo de muestreo hay dos tipos de muestras:

• Muestras instantáneas, de las que se puede obtener, integrando una serie de las mismas, un
promedio de la concentración a lo largo de la jornada laboral.

• Muestras continuas: de periodo completo con muestra única (8 horas), de periodo completo
con muestras consecutivas (serie de muestras sin superposición durante 8 horas, de periodo
parcial (cubren el 70/80 % de la jornada laboral).

16
En relación con el lugar de muestreo pueden definirse:

• Muestreo general (equipo en lugar determinado y fijo).

• Muestreo de zona respiratoria.

• Muestreo personal.

Para mejorar el control de la exposición a sustancias químicas, debe realizarse una evaluación
de riesgos, obtener la información necesaria para facilitar la eliminación o sustitución, si es
posible, de la sustancia que genera el riesgo químico; deben conocerse los límites permitidos
de exposición, para informar y proteger al trabajador; y deben etiquetarse correctamente los
productos químicos utilizados.

El Programa de control de la contaminación del ambiente laboral se desarrolla en tres etapas:

1) Detección, reconocimiento, diagnóstico previo (cualitativo): Tiene como objetivos definir


cuáles son las sustancias que tienen potencial como contaminantes y definir la necesidad
de evaluar cuantitativamente las mismas (estudio de materiales en uso, descripción de
tareas, estudio de los ambientes de trabajo, estudio de la bibliografía existente, confección
de lista de prioridades de en la evaluación de los contaminantes seleccionados, etc.)

2) Evaluación (medición cuantitativa): Tiene como objetivos definir si los trabajadores están
expuestos a concentraciones que superan los límites permisibles, definir la exposición en
situaciones de emergencia y definir y controlar la eficiencia de las medidas correctoras (por
ejemplo, ventilación). Deben resolverse aspectos tales como: número de muestras
necesarias, ubicación del muestreador, tiempo y periodo de muestreo, definición del
standard de cumplimiento.

3) Corrección: Pueden definirse varios métodos de corrección. La mejor forma de reducir los
riesgos asociados a las sustancias químicas es eliminar la necesidad de su utilización,
modificando el proceso o las características del producto final. De no ser posible la
eliminación, la mejor alternativa radica en la sustitución de la operación del proceso que da
lugar al riesgo, o la sustitución de las materias primas o insumos que contienen dichas
sustancias químicas.

• Sustitución de sustancias tóxicas por otras de menor toxicidad. Ejemplos: reemplazo de


carburo de silicio por arena en las piedras de amoladoras (evita la aparición de silicosis);
utilización, siempre que el proceso lo permita, de disolventes acuosos y orgánicos de
baja toxicidad (tricloroetano, hidrocarburos fluorados, hidrocarburos alifáticos);
reemplazo de tetracloruro de carbono (solvente extremadamente tóxico) por
tetracloroetileno, metilcloroformo o por solventes industriales de menor toxicidad;
reemplazo de benceno por tolueno; sustitución del plomo como componente de pinturas
por otros pigmentos menos tóxicos; sustitución de mercurio, sustancia que se vaporiza a
20 °C debido a su tensión de vapor y cuya inhalación produce una enfermedad

17
profesional denominada hidrargirismo; reemplazo de sílice por acero en operaciones de
granallado; utilizar métodos de limpieza química en lugar de arenado.

• Modificación de procesos (efectuando un estudio previo de las condiciones particulares


en cada caso). Ejemplos: disminuir la altura de caída de materiales pulverulentos; evitar
los venteos al ambiente laboral de productos derivados del petróleo.

De no resultar posible la eliminación o sustitución, deberán aplicarse medidas de


prevención o control, de acuerdo a la siguiente jerarquía:
• Diseñar procesos y controles laborales, utilizando equipos y materiales adecuados, para
reducir la emisión y dispersión de contaminantes en el ambiente laboral. Ejemplos:
aislación del foco emisor; confinamiento (encerramiento) total del proceso, cuando se
utilizan sustancias muy peligrosas y quiere evitarse la dispersión de las mismas (trabajos
con berilio, sustancias radiactivas, etc., utilizando cajas de guantes y trabajando con
presiones menores que la atmosférica); control de emisión de contaminantes
(humidificación a través de inyección de vapor a baja presión o lavado con agua a
presión para lograr la sedimentación del contaminante -material particulado-
aerodispersado, control de la dispersión de polvos mediante la inyección de agua en la
perforación o trepanación de rocas, uso de pistola neumática para limpieza de
fundiciones (abrasión húmeda) mediante chorro de agua y chorro de arena); instalación
de sistemas de ventilación.

• Efectuar mantenimiento y limpieza para evitar la acumulación de polvos u otras


sustancias, tarea que se facilita construyendo locales de trabajo que tengan superficies
lisas y fáciles de limpiar.

• Aplicar medidas de protección colectiva en el sector en el que se presenta el riesgo,


tales como la implementación de medidas organizativas adecuadas, la reducción al
mínimo posible de la cantidad de trabajadores expuestos y reducir al mínimo la duración
e intensidad de la exposición (concentración, tiempo y frecuencia de la exposición.

• Aplicar medidas de protección individual, como equipos de protección personal, cuando


la exposición no se pueda evitar por otros medios. Esta es la última etapa de control y
solamente debe implementarse cuando no ha sido posible diseñar o instrumentar ningún
método de control ingenieril, o en caso excepcional hasta que puedan implementarse las
medidas de ingeniería adecuadas.

Adicionalmente, es muy importante la higiene personal en el ámbito laboral, y el cambio


de ropa de trabajo.
Una vez adoptadas las medidas de prevención o control, debe decidirse si las mismas
resultan suficientes o es necesario mejorarlas, implementar modelos de instrucciones y
directrices adecuadas y evaluar periódicamente los cambios en los niveles de exposición.
Los métodos de higiene en el trabajo sólo permiten determinar y controlar las sustancias
químicas aerotransportadas en el lugar de trabajo, mientras que otros aspectos de los
problemas causados por posibles agentes ambientales nocivos para los trabajadores, como la
absorción cutánea, la ingestión y la exposición no relacionada con el trabajo, permanecen sin

18
detectar y por tanto resultan incontrolados (se detectan mediante controles biológicos (control
de la exposición y control del efecto producido).
Si se utilizan disolventes orgánicos de toxicidad media (tricloroetileno o tolueno) debe utilizarse
extracción localizada.

3.- Factores de Riesgo Físicos

El hombre puede sobrevivir y actuar en condiciones muy diversas de tensiones externas,


pero solo en un ambiente favorable puede realizar una tarea sostenida y eficiente, y al mismo
tiempo permanecer en buenas condiciones de salud. Si la misma tarea se realiza en
condiciones ambientales adversas, es necesario un mayor esfuerzo del organismo para
contrarrestar el efecto del medio. El objetivo del análisis y de las mediciones físicas del medio
es dar una respuesta al problema de la capacidad del hombre para soportar las tensiones del
medio y del trabajo

3.1.- Estrés Térmico

La temperatura ideal de trabajo en interiores es de 18 °C a 24 °C. Hay meses del año en


que la temperatura y humedad son tan elevadas, que esto hace disminuir el rendimiento de los
trabajadores.

Toda persona para cumplir normalmente con sus funciones debe mantener la
temperatura de su cuerpo entre los 36,8 y los 37,3 ºC. La Homotermia es una necesidad
fisiológica para el bienestar y la salud, que se logra a través de mecanismos compensatorios
adecuados para mantener constante la temperatura interna aun cuando varíen las condiciones
climáticas exteriores. Estos mecanismos compensatorios pueden ser:

 Cardiovasculares: La circulación trata de proteger a los órganos internos


trasladando más sangre desde el interior del cuerpo hacia la piel o viceversa

 Sudoración: para ceder calor desde la piel al aire que la circunda. Es útil (se
logra refrigerar el cuerpo) cuando puede evaporarse.

 Convección: El calor de la piel es cedido al ambiente, cuando la temperatura


exterior es más baja.

 Radiación: Es cuando el cuerpo irradia calor hacia superficies del entorno.

 Conducción: Se da por contacto entre la piel y los sólidos.

3.1.1.- Definiciones

• Carga Térmica Ambiental: Es el calor de intercambio entre el hombre y el ambiente.

• Condiciones Higrotérmicas: Son las determinadas por la temperatura, humedad, velocidad


del aire y radiación térmica.
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• Estrés Térmico: Carga neta de calor a la que se expone a un trabajador, como
consecuencia de las contribuciones combinadas del gasto energético del trabajo, de los
factores ambientales (temperatura del aire, humedad, movimiento del aire, intercambio del
calor radiante) y de los requisitos de ropa.

• Tensión Térmica: Es la suma de la carga térmica ambiental y el calor generado en los


procesos metabólicos, respuesta fisiológica global resultante del estrés térmico, que disipa
el exceso de calor del cuerpo, ya que poseemos mecanismos compensatorios para
mantener la temperatura interna ante cambios de las condiciones climáticas.

• Aclimatación: Es un conjunto de adaptaciones fisiológicas gradual que mejora la habilidad


del individuo a tolerar el estrés térmico, cuando éste es expuesto sucesiva y
periódicamente a condiciones de carga térmica más severas que las habituales. Se obtiene
con exposiciones diarias poco prolongadas, 100 minutos diarios de trabajo continuo, en los
primeros 4 a 7 días y se complementan en dos semanas. La aclimatación completa al calor
requiere hasta 3 semanas de actividad física continua en condiciones de estrés térmico
similares a las esperadas en el trabajo. Esta aclimatación se empieza a perder cuando la
actividad en esas condiciones de estrés térmico es discontinua, teniendo lugar una pérdida
evidente después de 4 días. Con la aclimatación el sudor se hace más diluido en cloruros,
experimentan más sed y se bebe agua voluntariamente.

3.1.2.- Estrés por Frío (hipotermia)

Los valores límite para el estrés por frío están destinados a proteger a los trabajadores
de los efectos más graves tanto del estrés por frío (hipotermia) como de las lesiones causadas
por el frío, y a describir las condiciones de trabajo con frío por debajo de las cuales se cree que
se pueden exponer repetidamente a casi todos los trabajadores sin efectos adversos para la
salud. El objetivo es impedir que la temperatura interna del cuerpo sea menor a 36 ºC (35 ºC
excepcionalmente en una sola exposición ocasional) y prevenir las lesiones por frío en todas las
partes del cuerpo, y en especial, de la cabeza y las extremidades del cuerpo. Es muy probable
que las temperaturas corporales inferiores tengan por resultado la reducción de la actividad
mental, una menor capacidad para la toma racional de decisiones, o la pérdida de la
consciencia, con la amenaza de fatales consecuencias.

Entre los trabajadores, las exposiciones fatales al frío han sido casi siempre el resultado
de exposiciones accidentales, incluyendo aquellos casos en que no se puedan evadir de las
bajas temperaturas ambientales o de las de la inmersión en agua a baja temperatura.

Ecuación del frío:

TEMPERATURA BAJA + VELOCIDAD VIENTO + HUMEDAD = DAÑO O ENFERMEDADES POR FRIO

Daños a la salud por frío: enfriamientos, congelamientos, quemaduras por frío, disminución de
la atención.

Sentir dolor en las extremidades puede ser el primer síntoma o aviso de peligro ante el
estrés por frío. Durante la exposición al frío, se tirita al máximo cuando la temperatura del

20
cuerpo ha descendido a 35°C, lo cual hay que tomarlo como señal de peligro para los
trabajadores, debiendo ponerse término de inmediato a la exposición al frío de todos los
trabajadores cuando sea evidente que comienzan a tiritar. El trabajo físico o mental útil está
limitado cuando se tirita fuertemente. Cuando la exposición prolongada al aire frío o a la
inmersión en agua fría a temperaturas muy por encima del punto de congelación pueda
conducir a la peligrosa hipotermia, hay que proteger todo el cuerpo.

Progresión de la hipotermia: 37 ºC Temperatura oral normal


36 ºC Metabolismo compensa pérdida de calor.
35 º C Tiritones intensos. Dolor en extremidades.
33-31 ºC Conciencia disminuida, se deja de tiritar.
30-29 ºC Pérdida progresiva de conciencia.
28-27 ºC Posible fibrilación ventricular.
26-21 ºC Edema pulmonar - Fibrilación ventricular.
20 ºC Parada cardíaca.
9 ºC Hipotermia más baja simulada.

Consideraciones:
 Impedir congelamiento por contacto, usar guantes anticontacto o protección de las
superficies frías con material aislante térmico.

 Por debajo de 4ºC, se debe usar ropa aislante.

 Trabajos en cámaras frigoríficas (considerar velocidad de aire y ropa especial).

 Supervisión cuidadosa con controles permanentes, en especial en personas mayores o


con problemas circulatorios.

 Trabajos con exposición prolongada al frío o inmersión en agua fría, en los que
probablemente aparezcan lesiones en manos, pies y cabeza, antes de síntomas de
hipotermia (proveer ropa aislante adecuada si la temperatura ambiente es menor que 4º
C, a mayor velocidad del viento y menor temperatura más aislamiento).

3.1.3.- Estrés térmico - Tensión Térmica

La actividad genera calor, que debe ser eliminado. Cuanto mayor es la actividad física,
mayor es la cantidad de calor generado en el interior del organismo.

Un estrés térmico medio o moderado puede causar malestar y puede afectar de forma
adversa a la realización del trabajo y la seguridad, pero no es perjudicial para la salud. A
medida que el estrés térmico se aproxima a los límites de tolerancia humana, aumenta el riesgo
de los trastornos relacionados con el calor.

Ecuación del calor:

ALTA TEMPERATURA +ALTA HUMEDAD + TRABAJO FISICO =ENFERMEDAD POR CALOR

21
Medidas de control:
 Medidas Ambientales: circulación, ventilación, procedimiento remoto, aire
acondicionado, lugares de descanso (ducha y ropa).

 Organización del trabajo: aumentar descansos, tener breve exposición.

 Medidas personales: exámenes médicos periódicos, aclimatación, consumo de y H2O


sal, ropa y equipo personal, educación sanitaria.

3.1.3.1.- Evaluación del estrés térmico (Res. 295/03 - ANEXO III)

La medida TGBH (temperatura globo y bulbo húmedo) proporciona un índice útil del
primer orden de la contribución ambiental del estrés térmico. Esta medida se ve afectada por la
temperatura del aire, el calor radiante y la humedad. Como aproximación que es, no tiene en
cuenta la totalidad de las interacciones entre una persona y el medio ambiente y no puede
considerar condiciones especiales como el calentamiento producido por una fuente de
radiofrecuencia/microondas.

Los valores TGBH se calculan utilizando una de las ecuaciones siguientes:

TGBH: Temperatura de globo bulbo húmedo.

• Con exposición directa al sol (para lugares exteriores con carga solar):

TGBH = 0,7 TBH + 0,2 TG + 0,1 TBS

• Sin exposición directa al sol (para lugares interiores o exteriores sin carga solar)

TGBH = 0,7 TBH + 0,3 TG


Donde:

TBH: Temperatura de bulbo húmedo: Es la temperatura del aire tomada con un termómetro
cuyo bulbo está recubierto con una gasa húmeda y sobre el cual el aire del recinto
circula rápidamente (30 m/min.). La temperatura del bulbo húmedo será igual que la de
bulbo seco cuando el aire esté totalmente saturado con vapor de agua.

TG: Temperatura de globo: Representa la temperatura radiante que se mide con un


termómetro de globo (esfera de Cu negra).

TBS: Temperatura de bulbo seco: Es la temperatura del aire seco, tomada con un termómetro
de bulbo seco.

Dado que la medida TGBH es solamente un índice del medio ambiente, los criterios de
selección han de ajustarse a las contribuciones de las demandas del trabajo continuo y a la
ropa así como al estado de aclimatación. Así, se seleccionan las exigencias, dependiendo de
las variables de aclimatación y se consultan las tablas correspondientes en la Res.295/03.

22
En la Tabla 2 del Anexo III de la Res. 295/03 se dan los criterios TGBH adecuados con
fines de selección. Los valores TGBH están expresados en ºC y representan los umbrales
próximos al límite superior de la categoría del gasto energético. Los valores tabulados se
aplican en relación con la sección de "régimen de trabajo - descanso", asimilándose 8 horas de
trabajo al día en 5 días a la semana con descansos convencionales.

Para determinar el grado de exposición al estrés térmico deben considerarse como es el


trabajo y las demandas. Si el trabajo (y el descanso) se distribuye en más de una de las
situaciones que se dan en la Tabla 2, entonces se pueden utilizar los valores límites indicados
en ella para comparar con el valor medio ponderado TGBH calculado.

A medida que aumenta el gasto energético, es decir, aumenta la demanda de trabajo, los
valores de criterio de la tabla disminuyen, para asegurar que la mayoría de los trabajadores no
sufrirán temperaturas corporales internas superiores a los 38° C. De la misma importancia es la
valoración correcta del ritmo de trabajo para la evaluación medioambiental del estrés térmico.
Frecuentemente hay interrupciones de descanso naturales o recomendadas dentro de un
horario de trabajo y en la Tabla 2 se dan criterios de selección para tres situaciones de trabajo y
descanso, de acuerdo a las Categorías de gasto energético (ligera, moderada, pesada y muy
pesada).

Con el fin de aplicar los criterios de la Tabla 2, a un trabajador se le considera


aclimatado cuando tiene un historial de exposiciones recientes al estrés térmico (por ej: 5 días
en los últimos 7 días).

En la Tabla 3 del Anexo III de la Res. 295/03 se dan ejemplos de actividades dentro de
las categorías de gasto energético.

El proceso de la toma de decisión debe iniciarse si hay informes o malestar debidos al


estrés térmico o cuando lo indique el juicio profesional, para asegurar la protección adecuada
en cada situación, de acuerdo a un programa de gestión del estrés térmico. Un estrés térmico
medio o moderado puede causar malestar y puede afectar de forma adversa a la realización del
trabajo y a la seguridad, pero no resultar perjudicial para la salud. A medida que el estrés
térmico se aproxima a los límites de tolerancia humana, aumenta el riesgo de los trastornos
relacionados con el calor.

La evaluación de la exposición al calor basada en el índice TGBH se desarrolló para un


uniforme de trabajo tradicional con camisa de mangas largas y pantalones, por lo que será
necesario acudir a la Tabla 1 del Anexo III de la Res. 295/03, si se debiera tener en cuenta otro
tipo de indumentaria, para corregir el valor del TGBH calculado. .

3.2.- Ventilación

La opinión pública está muy sensibilizada por los problemas de contaminación del medio
ambiente. Sin embargo, se presta menos atención a la contaminación del aire de los centros de
trabajo, donde en muchas ocasiones, los niveles de contaminación son mucho más elevados.
Los centros de trabajo, incluidos los industriales, no tienen por qué ser lugares llenos de polvo,
gases, humos y vapores.

La atmósfera laboral debe estar razonablemente exenta de sustancias peligrosas, y si el aire a


respirar es demasiado caliente, seco, frío, húmedo, polvoriento, contaminado con gases,

23
vapores u olores desagradables, etc., deberán colocarse dispositivos de renovación del aire del
lugar de trabajo.

Habitualmente se clasifican los contaminantes del aire, según su estado físico, en


partículas, gases y vapores. Se ha demostrado que las partículas de interés higiénico, es decir
las que pueden ingresar al organismo por la vía respiratoria, forman en el aire dispersiones
estables. El tamaño de dichas partículas es tal, que su movimiento propio es despreciable; se
mueven acompañando al aire en que están dispersas. Este concepto conduce al principio
general de la ventilación industrial aplicada al control de los contaminantes del aire y que es el
siguiente: “El control de los contaminantes del aire se hace controlando el movimiento del aire”,
ya que los contaminantes que no pueden ser controlados en esta forma carecen de interés
higiénico. Este principio es también aplicable a los contaminantes gaseosos que forman
dispersiones moleculares.

La mejor manera de controlar los contaminantes es eliminarlos del lugar de trabajo,


actuando sobre el foco de generación del contaminante, ya sea impidiendo la formación del
contaminante o su paso hacia la atmósfera del puesto de trabajo. Los productos químicos,
materiales, máquinas o procesos que emiten contaminantes tóxicos deberían eliminarse o ser
reemplazados con alternativas seguras, y el momento más oportuno para el diseño del control
es la etapa del proyecto productivo (todos los procesos cumplirán el valor CMP aceptado,
sabiendo que este valor no es la barrera entre lo seguro e inseguro). Si esto no es posible, los
contaminantes deben controlarse, preferentemente, mediante su extracción en el origen (con
elementos fijos de extracción ó unidades móviles que puedan ser manejadas por el propio
trabajador) o actuando sobre el medio de difusión, mediante la eliminación de los contaminantes
dispersados, evitando que el contaminante generado se extienda por la atmósfera laboral,
manteniendo su concentración bajo los límites permisibles de forma que no alcance niveles
peligrosos para el operario u otros operarios próximos al puesto de trabajo. La protección
personal, protegiendo al operario (receptor) para que el contaminante no penetre en su
organismo solo debe utilizarse donde las anteriores medidas no puedan ser aplicadas o son
insuficientes.

3.2.1.- Objetivos de la Ventilación Industrial

El objetivo primario de la ventilación industrial es el mantenimiento de la calidad y del


movimiento del aire en los lugares de trabajo, en condiciones convenientes para la protección
de la salud de los trabajadores. Complementariamente contribuye al bienestar físico y a la
mejora del rendimiento en la actividad desarrollada.

En tanto que la ventilación aplicada a las viviendas, oficinas y locales de uso público,
tienen como objetivo la creación de condiciones de bienestar y la eliminación de olores y
bacterias, la ventilación industrial se ocupa del control de la enorme variedad de sustancias que
pueden contaminar al aire en los locales de trabajo y que se originan en procesos productivos
como, asimismo, se utiliza para evacuar el calor que pueden generar dichos procesos.

El aire en los lugares de trabajo deberá cumplir con los siguientes requisitos: el
contenido de oxígeno no deberá ser inferior al 18 - 19 % en volumen establecido en las
diferentes normativas, y las concentraciones de los contaminantes en el aire deben ser
inferiores a los límites admisibles establecidos en el Anexo IV -Introducción a las Sustancias
Químicas- de la Resolución 295/ 03, modificatoria del Decreto 351 / 79, reglamentario de la ley
N° 19587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo. La ventilación deberá garantizar el nivel
adecuado de oxígeno y el nivel de contaminación en valores admisibles.

24
Las determinaciones de los índices de carga térmica del ambiente de trabajo deben ser
inferiores a los límites admisibles establecidos en el Anexo III -Estrés Térmico (Carga térmica)-
de la Resolución 295/ 03, modificatoria del Decreto 351 / 79, reglamentario de la ley N° 19587
de Higiene y Seguridad en el Trabajo.

El Dec. 351/79, además, indica que en todo lugar en el que se efectúen procesos que
produzcan la contaminación del ambiente con gases, vapores, humos, nieblas, polvos, fibras,
aerosoles o cualquier emanación, deberá disponerse de dispositivos destinados a evitar que
dichos contaminantes alcancen niveles que puedan afectar la salud. Esta salud estará
garantizada por sistemas de ventilación. La ventilación se preferirá natural y la cantidad de aire
y renovaciones del mismo se hará en función del número de personas y del área ocupada. Los
locales de trabajo tendrán entradas y salidas de aire acordes. Los equipos de tratamiento de
contaminantes, captados por extractores, deberán instalarse de modo que no produzcan
contaminación del ambiente durante la operación de descarga o limpieza de los mismos. Si
están en el interior, las tareas de reacomodamiento se realizarán en horas en las que no haya
personal ni tareas habituales, y con todas las precauciones del caso.

3.2.2.- Tipos de ventilación industrial

La ventilación industrial puede ser general o localizada. La ventilación general, también


conocida por dilución, busca la renovación y control del aire en la totalidad de un ambiente, en
tanto que la ventilación localizada trata de crear condiciones particulares en sectores
delimitados del mismo.

3.2.2.1.- Ventilación natural o mecánica

La ventilación puede hacerse por medios naturales o mecánicos. En la ventilación


mecánica el aire es extraído de los locales, o es inyectado en ellos, utilizando ventiladores.

En cuanto a la renovación natural del aire de los locales, se realiza a través de las
diversas aberturas que posean: puertas, ventanas, lucernas, chimeneas, juntas de los
cerramientos, fisuras, etc. La circulación del aire se produce por diferencias térmicas y de
presión, que pueden ser de origen natural, tales como las debidas a la diferente insolación de
las paredes o a la acción del viento, o bien resultan de los procesos industriales (por
transferencia de calor o por efecto mecánico).

Si bien la ventilación natural es en parte incontrolable, por estar sujeta a variaciones


climáticas imprevisibles, por ejemplo el viento, tiene numerosas aplicaciones en la ventilación
de locales industriales, particularmente cuando existen fuentes de calor. Tales son los casos de
las industrias siderúrgicas y del vidrio, salas de calderas, centrales térmicas, etc.

El calor transferido al ambiente por los procesos industriales no sólo es un factor


importante a tener en cuenta en la determinación de la ventilación necesaria, sino que también
es energía disponible para producir esa misma ventilación, y por ello es conveniente considerar
los siguientes casos típicos:

• Ventilación de áreas con procesos fríos.

• Ventilación de áreas con fuentes de calor.

25
La ventilación general requerida por las áreas frías que no tienen fuentes contaminantes
es mínima. Son suficientes las aberturas habitualmente existentes y las fugas, para asegurar la
renovación del aire. En invierno puede ser necesaria la calefacción y en verano debe reducirse
al mínimo la radiación solar incidente.

Por el contrario, cuando en las áreas frías hay fuentes de contaminación es


imprescindible la ventilación mecánica. Esta puede ser general o localizada; esta última es la
más frecuentemente utilizada.

En las áreas con fuentes de calor tiene aplicación tanto la ventilación natural como la
mecánica. La ventilación natural puede ser general o localizada. Este último caso se
presenta en la evacuación de gases calientes, como los gases de combustión, mediante
campanas suspendidas o chimeneas.

La ventilación mecánica general puede hacerse mediante extractores o inyectores de


aire, sin usar conductos o bien con sistemas de conductos de aspiración o de distribución.

La extracción localizada de contaminantes en procesos fríos requiere siempre


ventilación mecánica (Ver Diagrama 1.1).

3.2.2.2.- Ventilación general

Consiste en el ingreso al local de un caudal de aire limpio exterior, calculado para diluir
los contaminantes y reducir sus concentraciones a valores inferiores a los límites admisibles, o
bien suficiente para una adecuada transferencia de calor al exterior. La ventilación general
puede realizarse mediante el uso de energía mecánica, ventilación forzada, o utilizando la
energía térmica que pasa al ambiente o la presión del viento, para producir la ventilación
natural.

Este tipo de ventilación, denominada con propiedad ventilación por dilución, es aplicable
cuando en un local existen numerosas fuentes de contaminación dispersas, o cuando las
fuentes son móviles. Su aplicación está limitada por la toxicidad y por la cantidad de
contaminantes generados que, cuando superan ciertos valores, determinan la necesidad de
caudales de aire que no son técnica o económicamente factibles. El cálculo del caudal de la
ventilación general, necesario para la dilución de los contaminantes, requiere el conocimiento
del régimen de generación de éstos.

De acuerdo a sus objetivos se realiza la siguiente clasificación:

• Ventilación por dilución para el control de sustancias químicas

Consiste en la dilución del aire contaminando con aire sin contaminar, con el objetivo de
controlar riegos para la salud, riesgos de incendio y explosión, olores y contaminantes molestos.
La ventilación por dilución también puede usarse para el control de contaminantes ambientales
como partículas, gases y vapores que se generan, en el interior de edificios cerrados, por los
materiales utilizados en muebles, alfombras, pinturas, empapelados, o por el empleo de
artículos de limpieza, etc., y destinados a oficinas, establecimientos de salud, hoteles, lugares
de recreación, etc. o bien a viviendas.

26
La ventilación por dilución es menos eficiente que la extracción localizada para controlar
los riesgos para la salud. Bajo ciertas condiciones, la ventilación por dilución proporciona un
nivel de protección equivalente a la obtenida con la ventilación localizada y a un costo menor,
pero debe ponerse atención en no considerar solamente la inversión inicial y olvidar el costo de
funcionamiento, ya que la ventilación por dilución extrae usualmente cantidades importantes de
calor cuya reposición puede incrementar el costo energético total en épocas invernales. La
ventilación por dilución para el control de las sustancias químicas siempre es forzada o
mecánica en el caso de estar frente a procesos químicos que no generan calor que se transfiere
al ambiente de trabajo.

• Ventilación por dilución para el control del calor

Consiste en el control de las condiciones higrotérmicas ambientales que están asociadas


con los locales industriales muy calurosos, tal como los que encuentran en fundiciones,
industrias del vidrio, lavanderías, panaderías, etc. En este caso la ventilación puede ser forzada
o mecánica, natural, dependiendo de las corrientes convectivas producidas en el local, o bien
combinando ambas formas de energía.

3.2.2.3.- Ventilación localizada

La ventilación localizada incluye tanto extracción como inyección de aire. La extracción


localizada encuentra una aplicación importante en la evacuación de contaminantes en su propia
fuente de origen. Idealmente el cálculo de este tipo de ventilación no requiere el conocimiento
de la cantidad ni de la toxicidad de los contaminantes, puesto que el aire evacuado del local no
debe ajustarse a las exigencias de respirabilidad.

La inyección localizada de aire se aplica a la creación de zonas de alta velocidad con el


fin de aliviar la carga térmica ambiental o, como ya se ha señalado, para reducir la
concentración de contaminantes mediante su dispersión.

La elección de un sistema de ventilación localizada para extracción de contaminantes


debe tomar en cuenta, entre otros factores, la ubicación y magnitud de las fuentes
contaminantes, la simultaneidad de su funcionamiento y la disponibilidad de espacio para las
instalaciones. Los sistemas de posible elección son los siguientes:

• Extracción y tratamiento independiente de cada fuente

El uso de equipos de extracción y tratamiento individual es comparativamente de


elevado costo de instalación y funcionamiento. Puede ser usado para la captación de
contaminantes especiales que no convenga incorporar a los sistemas de ramales múltiples por
su naturaleza corrosiva, inflamable, tóxica, etc.

• Sistemas de ramales múltiples de alta velocidad

Para iniciar el proyecto conviene disponer de un plano de las instalaciones industriales y


del diagrama de flujo del proceso. Esta información preliminar ayuda a ubicar las fuentes de
generación de los contaminantes. En la ventilación localizada se deben captar los
contaminantes desprendidos en su lugar de origen, antes de que puedan dispersarse en el
ambiente general del local.

27
El primer paso es la elección del tipo de campana que se instalará en cada fuente de
contaminantes y el diseño de la misma. El tipo, forma y dimensiones de la campana están
determinados por el equipo que genera el contaminante y por los requisitos del proceso. Cada
campana requiere la extracción de un caudal de aire mínimo que asegure las velocidades de
control necesarias para evitar la dispersión de los contaminantes.

Las campanas deben conectarse a una red de conductos que lleva el aire a un equipo
de tratamiento para la retención de los contaminantes. Cuando estos sistemas aspiran aire
contaminados con partículas, se los denominan de alta velocidad, porque se elige una velocidad
adecuada en los conductos, generalmente de 18 m/s o mayor, que asegura el transporte
neumático de las partículas y evita que se depositen en ellos, con la consecuente posibilidad de
su obturación. De esa forma se logra que las partículas sean llevadas al equipo de tratamiento,
donde quedan retenidas y se evita su emisión al aire exterior, a través del conducto de
descarga del sistema. En cambio, los contaminantes gaseosos siempre son arrastrados por el
aire que se mueve en los conductos y no requieren velocidades tan altas como en el caso de
las partículas.

La aspiración se produce mediante un ventilador, ubicado habitualmente corriente abajo


del equipo de tratamiento y que descarga en un conducto de evacuación. La ubicación del
equipo de tratamiento está determinada por la disponibilidad de espacio, acceso a las redes de
energía eléctrica, agua y desagües de los efluentes líquidos, en el caso en que se generen y
disposición final del material recolectado por el equipo o de los barros generados en las plantas
de tratamiento de los efluentes líquidos (Figura 1.1).

• Sistemas de baja velocidad con cámaras de sedimentación

Los sistemas de extracción localizada de baja velocidad con cámaras son diferentes a
los de alta velocidad. Las velocidades mínimas de transporte, para evitar el depósito de las
partículas sólo se mantiene en los conductos conectados a las campanas, también llamados
ramales; el conducto principal se sobredimensiona de manera que la velocidad sea muy inferior
al valor de transporte. La misión del conducto principal es proveer un camino con muy poca
pérdida de presión desde los puntos de unión de los ramales hasta el depurador de aire o el
ventilador. Esto contribuye a mantener el equilibrio entre los ramales y a menudo ocasiona un
menor consumo de energía (Figura 1.2).

En la Figura 1.3 se indican diferentes formas de limpieza de la partículas, que se


depositan en el conducto principal, tanto manuales como mecánicas o neumáticas.

3.2.3.- Campanas

Se denomina campana de captación o campana al elemento de ingreso del aire al


sistema de conductos de ventilación. El término campana se usa en un sentido amplio,
incluyendo cualquier abertura de succión independientemente de su forma o tamaño, que
permite que el aire ingrese al sistema de conductos. La función esencial de la campana es,
entonces, crear un flujo de aire que capture eficazmente al contaminante y lo transporte hacia
ella.

Las campanas se proyectan tendiendo a lograr la máxima eficiencia aerodinámica en la


captación del contaminante, es decir tratando de crear la velocidad necesaria en el área de
contaminación, con la menor caudal y el mínimo consumo de energía. Para ello es conveniente,

28
en la medida de lo posible, la colocación de pantallas o el encerramiento de procesos con el fin
de encauzar el aire.

Los procesos controlados por las campanas pueden ser procesos llamados procesos fríos,
también conocidos como fuentes frías, o procesos con liberación de calor o calientes, también
denominados fuentes calientes. En los procesos fríos los contaminantes emitidos por la fuente
son llevados en direcciones aleatorias por las corrientes del aire existentes en los locales. En
los procesos calientes se libera la energía térmica que genera un movimiento ascendente del
aire, por disminución de su densidad, que arrastra al calor o a los contaminantes químicos.

Los gases y vapores no presentan una inercia significativa. Lo mismo ocurre con las
partículas pequeñas de polvo, de diámetro igual o inferior a 20 micrómetros (que incluye los
polvos respirables). Este tipo de materiales se mueve si lo hace el aire que les rodea. En este
caso, la campana debe generar una velocidad de control o captura suficiente para controlar el
movimiento del aire que arrastra a los contaminantes y, al mismo tiempo, vencer el efecto de las
corrientes de aire producidas en el local por otras causas, como movimiento de personas, de
vehículos, corrientes convectivas, etc.

Con frecuencia la ubicación de las campanas se decide, erróneamente, sobre la base de


suponer que los contaminantes químicos son “más pesados” que el aire. En la mayor parte de
las aplicaciones relacionadas con los riesgos para la salud, este criterio es de poco valor. Las
partículas de polvo, los vapores y los gases que pueden representar un riesgo para la salud
tienen un comportamiento similar al aire, y no se mueven apreciablemente hacia arriba o hacia
abajo a causa de densidad propia, sino que son arrastradas por las corrientes de aire. Por lo
tanto, el movimiento habitual del aire asegura una dispersión uniforme de los contaminantes.

El tipo de campana a emplear dependerá de las características físicas de la fuente de


contaminación, del mecanismo de generación del contaminante y de la posición relativa del
equipo y del trabajador. Los pasos para el diseño de una campana son:

• Determinar la ubicación respecto al proceso.

• Determinar la forma y tamaño.

• Determinar el caudal de aspiración.

Las campanas se clasifican en los siguientes tipos:

• Campanas de procesos confinados

Se denominan campanas de procesos confinados a las campanas que encierran, de la


forma más completa posible, a los procesos contaminantes que deben controlar. Los
confinamientos no son herméticos pues existen aberturas para la entrada o salida de
materiales, aberturas de observación, fisuras en los cerramientos, etc., por lo que es necesaria
la extracción del aire para el control de la dispersión de los contaminantes (recordar que al
generar una depresión dentro de los cerramientos, por la aspiración del aire, no se permite el
escape de los contaminantes por sus otras aberturas).(Figura 1.4).

29
• Cabinas

Las cabinas son recintos que presentan un frente total o parcialmente abierto para
acceso. El proceso contaminante se realiza en su interior. Se extrae un caudal de aire suficiente
para inducir en el frente de la cabina, una velocidad promedio denominada velocidad en el
frente (v f), del orden de 0,3 a 1,0 m/s, que en general basta para superar la tendencia al
escape del aire contaminando, aunque existen casos en donde se requieren velocidades en los
frentes de mayor magnitud. Ejemplos: cabinas de laboratorio y de pintura. (Figura 1.5).

• Campanas exteriores

Se denomina campana exterior a la que controla la dispersión de los contaminantes de


una fuente que está ubicada fuera de sus límites físicos. Se emplea cuando no es posible el uso
de campanas de procesos confinados o de cabinas.

• Campanas receptoras

Se denominan campanas receptoras a las se ubican para recibir una corriente de aire
contaminado inducido por las características de la fuente. Como ejemplos de estas campanas
podemos citar: campanas suspendidas (también denominadas campanas dosel, ubicadas
sobre procesos que liberan calor, es decir sobre una fuente caliente), campana lateral
adyacente a un disco de pulido que provoca una corriente de aire por la proyección de
partículas inerciales, campanas exteriores a las que se ha agregado una corriente de aire de
gran velocidad dirigida hacia su frente desde el lado opuesto de la zona de contaminación. (Fig.
1.6).

El proyecto de una campana receptora requiere información sobre la magnitud y las


características del caudal de aire inducido por el proceso. El caudal de aire a extraer debe ser
por lo menos igual al caudal inducido.

Es muy importante clasificar de manera adecuada la campana a proyectar, para poder


calcular adecuadamente el caudal que debe ser aspirado. La extracción de este caudal se
logra, generalmente, mediante el uso de un ventilador.

El caudal volumétrico de aspiración, se calcula aplicando la ecuación de continuidad:

Q = v . A (m3 / s) donde:

v (m / s): velocidad del aire A (m2): área de la sección de pasaje del aire a la velocidad v.

3.2.4.- Ventiladores

Para mover el aire a través de una extracción localizada o un sistema de ventilación


general de un local es necesario aportar energía para vencer las pérdidas de carga del sistema.
En la gran mayoría de los casos el aporte de energía proviene de máquinas denominadas
ventiladores aunque, en algunos casos, la ventilación se puede realizar por convección natural
sin el uso de los ventiladores.

Los ventiladores son las máquinas más usadas para producir el movimiento del aire en
la industria. Su funcionamiento se basa en la entrega de energía mecánica al aire a través de

30
un rotor que gira a alta velocidad y que incrementa la energía cinética del fluido, que luego se
transforma parcialmente en presión estática. Se dividen en dos grandes grupos: los ventiladores
axiales y los ventiladores centrífugos.

La selección de un ventilador consiste en elegir aquel que satisfaga los requisitos de


caudal y presión con que debe circular el aire, para la temperatura de la operación y la altitud de
la instalación y además se debe determinar su tamaño, el número de revoluciones a las que
debe girar el rotor, la potencia que debe ser entregada a su eje, el rendimiento con el que
funciona, la disposición de la transmisión, el ruido generado, etc. Los fabricantes de los
ventiladores proporcionan la información necesaria para realizar una correcta selección. Todos
los ventiladores que entre si poseen medidas proporcionales, o sea que son semejantes,
pertenecen a una misma “SERIE”.

• Ventiladores axiales

En los ventiladores axiales, el movimiento del flujo a través del rotor, con álabes o palas
de distintas formas, se realiza conservando la dirección del eje de éste (Figura 1.7).

Se usan para mover grandes cantidades de aire en espacios abiertos; como la


resistencia al flujo es muy baja, se requiere generar una presión estática pequeña, del orden de
los 5 a 25 milímetros de columna de agua (mmcda). Debido a esto, la principal aplicación de los
ventiladores axiales se encuentra en el campo de la ventilación general y se los conoce con el
nombre de extractores o inyectores de aire. Sin embargo, este tipo de ventiladores, cuando se
los construye con álabes en forma de perfil de ala y de paso variable, llegan a generar alturas
de presión estáticas del orden de los 300 milímetros de columna de agua (mmcda) y se los usa
en aplicaciones diversas.

• Ventiladores centrífugos

En estos ventiladores el aire ingresa en dirección paralela al eje del rotor, por la boca de
aspiración, y la descarga se realiza tangencialmente al rotor, es decir que el aire cambia de
dirección 90 °. (Figura 1.8).

Este tipo de ventiladores desarrolla presiones mucho mayores que los ventiladores
axiales, alcanzando presiones de hasta 1500 milímetros de columna de agua (mmcda) y son los
empleados, mayormente, en los sistemas de ventilación localizada.

El principio de funcionamiento de los ventiladores centrífugos es el mismo del las


bombas centrífugas. Están constituidos por un rotor que posee una serie de paletas o álabes,
de diversas formas y curvaturas, que giran aproximadamente entre 200 y 5000 rpm dentro de
una caja o envoltura.

3.3.- Iluminación

El trabajo, según el caso, puede desarrollarse a la intemperie o en el interior. En el


interior, se deberán tener en cuenta los problemas de iluminación. La iluminación debe ser
uniforme para evitar la fatiga ocular, para lo cual la pintura de los ambientes de trabajo juega un
papel fundamental.

31
Los seres humanos poseen una capacidad extraordinaria para adaptarse a su
ambiente y a su entorno inmediato. De todos los tipos de energía que pueden utilizar
los humanos, la luz es la más importante. La luz es un elemento esencial de nuestra
capacidad de ver y necesaria para apreciar la forma, el color y la perspectiva de los
objetos que nos rodean. La mayor parte de la información que obtenemos a través de
nuestros sentidos la obtenemos por la vista (cerca del 80%). Y al estar tan
acostumbrados a disponer de ella, damos por supuesta su labor. Ahora bien, no
debemos olvidar que ciertos aspectos del bienestar humano, como nuestro estado
mental o nuestro nivel de fatiga, se ven afectados por la iluminación y por el color de las
cosas que nos rodean. Desde el punto de vista de la seguridad en el trabajo, la
capacidad y el confort visuales son extraordinariamente importantes, ya que muchos
accidentes se deben, entre otras razones, a deficiencias en la iluminación o a errores
cometidos por el trabajador, a quien le resulta difícil identificar objetos o los riesgos
asociados con la maquinaria, los transportes, los recipientes peligrosos, etcétera.
La luz es una forma particular y concreta de energía que se desplaza o propaga,
no a través de un conductor (como la energía eléctrica o mecánica) sino por medio de
radiaciones, es decir, de perturbaciones periódicas del estado electromagnético del
espacio; es lo que se conoce como "energía radiante". Podemos definir pues la luz,
como "una radiación electromagnética capaz de ser detectada por el ojo humano
normal".
Existe un número infinito de radiaciones electromagnéticas que pueden
clasificarse en función de la forma de generarse, manifestarse, etc. La clasificación más
utilizada sin embargo es la que se basa en las longitudes de onda.

Espectro electromagnético

En la Figura anterior puede observarse que las radiaciones visibles por el ser humano
ocupan una franja muy estrecha comprendida entre los 380 y los 780 nm.

En relación a la visión deben tenerse en cuenta los aspectos siguientes:

• Sensibilidad del ojo: Es quizás el aspecto más importante relativo a la visión y varía de un
individuo a otro. Si el ojo humano percibe una serie de radiaciones comprendidas entre los
380 y los 780 nm, la sensibilidad será baja en los extremos y el máximo se encontrará en los
555 nm. En el caso de niveles de iluminación débiles esta sensibilidad máxima se desplaza
hacia los 500 nm.

32
• Agudeza Visual o poder separador del ojo: Es la facultad de éste para apreciar dos objetos
más o menos separados. Se define como el "mínimo ángulo bajo el cual se pueden distinguir
dos puntos distintos al quedar separadas sus imágenes en la retina"; para el ojo normal se
sitúa en un minuto la abertura de este ángulo. Depende asimismo de la iluminación y es
mayor cuando más intensa es ésta.

• Campo visual: Es la parte del entorno que se percibe con los ojos, cuando éstos y la cabeza
permanecen fijos. A efectos de mejor percepción de los objetos, el campo visual lo podemos
dividir en tres partes: campo de visión neta (visión precisa), campo medio (se aprecian
fuertes contrastes y movimientos) y campo periférico (se distinguen los objetos si se
mueven).

3.3.1.- Magnitudes y unidades

Si partimos de la base de que para poder hablar de iluminación es preciso contar con la
existencia de una fuente productora de luz y de un objeto a iluminar, las magnitudes que
deberán conocerse serán las siguientes:

• El Flujo luminoso (Φ) y la Intensidad luminosa (I): magnitudes características de las fuentes;
el primero indica la potencia luminosa propia de una fuente, y la segunda indica la forma en
que se distribuye en el espacio la luz emitida por las fuentes.

• La Iluminancia o nivel de iluminación (E): también conocida como nivel de iluminación, es la


cantidad de luz, en lúmenes, por el área de la superficie a la que llega dicha luz.
La cantidad de luz sobre una tarea específica o plano de trabajo, determina la visibilidad de
la tarea pues afecta a: la agudeza visual, la sensibilidad de contraste o capacidad de
discriminar diferencias de luminancia y color, y la eficiencia de acomodación o eficiencia de
enfoque sobre las tareas a diferentes distancias.

• La Luminancia (L): es una característica propia del aspecto luminoso de una fuente de luz o
de una superficie iluminada en una dirección dada. Es lo que produce en el órgano visual la
sensación de claridad; la mayor o menor claridad con que vemos los objetos igualmente
iluminados depende de su luminancia. Podemos decir pues, que lo que el ojo percibe son
diferencias de luminancia y no de niveles de iluminación.

Cuanto mayor sea la cantidad de luz y hasta un cierto valor máximo (límite de
deslumbramiento), mejor será el rendimiento visual. En principio, la cantidad de luz en el
sentido de adaptación del ojo a la tarea debería especificarse en términos de luminancia. La
luminancia de una superficie mate es proporcional al producto de la iluminancia o nivel de
iluminación sobre dicha superficie. La iluminancia es una consecuencia directa del alumbrado y
la reflectancia constituye una propiedad intrínseca de la tarea. En una oficina determinada,
pueden estar presentes muchas tareas diferentes con diversas reflectancias, lo que hace muy
complicado tanto su estudio previo a la instalación, como sus medidas posteriores. Pero la
iluminancia permanece dependiendo sólo del sistema de alumbrado y afecta a la visibilidad. En
consecuencia, para el alumbrado de oficinas, la cantidad de luz se especifica en términos de
iluminancias y normalmente de la iluminancia media (E med) a la altura del plano de trabajo.
Para medir la iluminancia se utiliza un equipo denominado luxómetro.

La luminancia de una superficie no sólo depende de la cantidad de lux que incidan sobre
ella, sino también del grado de reflexión de esta superficie. Una superficie negro mate absorbe
33
el 100% de la luz incidente, una superficie blanco brillante refleja prácticamente en 100% de la
luz. El grado de reflexión relaciona iluminancia con luminancia. La Luminancia (Absorbida) es el
producto entre el grado de reflexión y la iluminancia.

3.3.2.- Distribución de la luz, deslumbramiento

Los factores esenciales en las condiciones que afectan a la visión son la distribución de
la luz y el contraste de luminancias. Por lo que se refiere a la distribución de la luz, es preferible
tener una buena iluminación general en lugar de una iluminación localizada, con el fin de evitar
deslumbramientos.

Por esta razón los accesorios eléctricos deben distribuirse lo más uniformemente posible
con el fin de evitar diferencias de intensidad luminosa.

Si el trabajo requiere atención visual, la iluminación estará exenta de brillo y sombras


fuertes. El trabajador no debe situarse de frente a los reflejos del sol o de la luz artificial, ni
tampoco recibir luz de una fuente oscilante, hecho que ocurre, por ejemplo, cuando la luz pasa
a través de poleas u otras piezas rotativas.

El deslumbramiento puede ser directo (cuando su origen está en fuentes de luz brillante
situadas directamente en la línea de la visión) o reflejado (cuando la luz se refleja en superficies
de alta reflectancia). Cuando existe una fuente de luz brillante en el campo visual se producen
brillos deslumbrantes; el resultado es una disminución de la capacidad de distinguir objetos. Los
trabajadores que sufren los efectos del deslumbramiento constante y sucesivamente pueden
sufrir fatiga ocular, así como trastornos funcionales, aunque en muchos casos ni siquiera sean
conscientes de ello.

3.3.3.- Factores que afectan a la visibilidad de los objetos

El grado de seguridad con que se ejecuta una tarea depende, en gran parte, de la
calidad de la iluminación y de las capacidades visuales. La visibilidad de un objeto puede
resultar alterada de muchas maneras. Una de las más importantes es el contraste de
luminancias debido a factores de reflexión, a sombras, o a los colores del propio objeto y a los
factores de reflexión del color. Lo que el ojo realmente percibe son las diferencias de luminancia
entre un objeto y su entorno o entre diferentes partes del mismo objeto. La luminancia de un
objeto, de su entorno y del área de trabajo influye en la facilidad con que puede verse un objeto.
Por consiguiente, es de suma importancia analizar minuciosamente el área donde se realiza la
tarea visual y sus alrededores. Otro factor es el tamaño del objeto a observar, que puede ser
adecuado o no, en función de la distancia y del ángulo de visión del observador. Los dos
últimos factores determinan la disposición del puesto de trabajo, clasificando las diferentes
zonas de acuerdo con su facilidad de visión.

Un factor adicional es el intervalo de tiempo durante el que se produce la visión. El


tiempo de exposición será mayor o menor en función de si el objeto y el observador están
estáticos, o de si uno de ellos o ambos se están movimiento. La capacidad del ojo para
adaptarse automáticamente a las diferentes iluminaciones de los objetos también puede influir
considerablemente en la visibilidad.

3.3.4.- Factores que determinan el confort visual

Los requisitos que un sistema de iluminación debe cumplir para proporcionar las
condiciones necesarias para el confort visual son: iluminación uniforme, iluminancia óptima,

34
ausencia de brillos deslumbrantes, condiciones de contraste adecuadas, colores correctos y
ausencia de efectos estroboscópicos.

Es importante examinar la luz en el lugar de trabajo no sólo con criterios cuantitativos,


sino cualitativos. El primer paso es estudiar el puesto de trabajo, la movilidad del trabajador, etc.
La luz debe incluir componentes de radiación difusa y directa. El resultado de la combinación de
ambos producirá sombras de mayor o menor intensidad, que permitirán al trabajador percibir la
forma y la posición de los objetos situados en el puesto de trabajo. Deben eliminarse los reflejos
molestos, que dificultan la percepción de los detalles, así como los brillos excesivos o las
sombras oscuras. El mantenimiento periódico de la instalación de alumbrado es muy
importante. El objetivo es prevenir el envejecimiento de las lámparas y la acumulación de polvo
en las luminarias, cuya consecuencia será una constante pérdida de luz. Por esta razón, es
importante elegir lámparas y sistemas fáciles de mantener.

3.3.5.- Medición (Guía Práctica N°1: Iluminación en el ambiente laboral (SRT) - Dec.351/79 - Res.84/12)

El método de medición que frecuentemente se utiliza, es una técnica de estudio


fundamentada en una cuadrícula de puntos de medición que cubre toda la zona analizada. La
base de esta técnica es la división del interior en varias áreas iguales, cada una de ellas
idealmente cuadrada. Se mide la iluminancia existente en el centro de cada área a la altura de
0.8 metros sobre el nivel del suelo y se calcula un valor medio de iluminancia. En la precisión de
la iluminancia media influye el número de puntos de medición utilizados.

Existe una relación que permite calcular el número mínimos de puntos de medición:

Número mínimo de puntos de medición = (x+2)²

I݊݀݅ܿ݁ ݀݁ ݈‫( =݈ܽܿ݋‬Largo x Ancho) / (Altura de Montaje x (Largo +Ancho))

donde “x” es el valor del índice de local redondeado al entero superior, excepto para todos los
valores de “Indice de local” iguales o mayores que 3, para los que el valor de x es 4. El largo y
el ancho, son las dimensiones del recinto y la altura de montaje es la distancia vertical entre el
centro de la fuente de luz y el plano de trabajo.

Una vez que se obtuvo el número mínimo de puntos de medición, se procede a tomar
los valores en el centro de cada área de la grilla. Cuando el recinto donde se realizara la
medición posea una forma irregular, se deberá en lo posible, dividir en sectores cuadrados o
rectángulos. Luego se debe obtener la iluminancia media (E Media), que es el promedio de los
valores obtenidos en la medición.

‫ ∑ =ܽ݅݀݁ܯ ܧ‬valores medidos (Lux) / Cantidad de puntos medidos

Una vez obtenida la iluminancia media, se procede a verificar el resultado según lo


requiere el Decreto 351/79 en su Anexo IV, en su tabla 2, según el tipo de edificio, local y tarea
visual. En caso de no encontrar en la tabla 2 el tipo de edificio, el local o la tarea visual que se
ajuste al lugar donde se realiza la medición, se deberá buscar la intensidad media de
iluminación para diversas clases de tarea visual en la tabla 1 y seleccionar la que más se ajuste
a la tarea visual que se desarrolla en el lugar. Una vez obtenida la iluminancia media, se
procede a verificar la uniformidad de la iluminancia, según lo requiere el Decreto 351/79 en su
Anexo IV:

35
‫ܯ ܧ‬í݊݅݉ܽ ≥ E Media / 2

Donde la iluminancia Mínima (E Mínima), es el menor valor detectado en la medición y la


iluminancia media (E Media) es el promedio de los valores obtenidos en la medición. Si se
cumple con la relación, indica que la uniformidad de la iluminación está dentro de lo exigido en
la legislación vigente.

También, la tabla 4, del Anexo IV, del Decreto 351/79, indica la relación que debe existir
entre la iluminación localizada y la iluminación general mínima, donde puede observarse por
ejemplo que si en el puesto de trabajo existe una iluminación localizada de 500lx, la iluminación
general deberá ser de 250lx, para evitar problemas de adaptación del ojo y provocar accidentes
como caídas golpes, etc.

Observaciones:

1) Se debe realizar la medición en horas de la noche para que la medición sea representativa
de lo que ocurre en el establecimiento y completar el protocolo de uso obligatorio, según la
Resolución SRT N° 84/2012.

2) Aspectos a considerar del sistema de iluminación:

• Realizar el mantenimiento preventivo y correctivo del sistema de iluminación.

• Seguir un programa de limpieza y recambio de luminarias quemadas.

• Verificar que la distribución y orientación de las luminarias sea la adecuada.

• Verificar periódicamente el funcionamiento del sistema de iluminación de emergencia.

• Evitar el deslumbramiento directo o reflejado.

• Controlar si existe dificultad en la percepción visual.

• Observar que las sombras y los contrastes sean los adecuados.

• Observar que se empleen colores adecuados para la identificación de objetos.

3) Factores a tener en cuenta al momento de la medición de iluminancias:

• El luxómetro debe estar correctamente calibrado (prácticamente la totalidad de los


fabricantes de instrumentos indican una calibración anual, la que debe incluir el control de la
respuesta espectral y la corrección a la ley coseno).

• El instrumento debe ubicarse de modo que registre la iluminancia que interesa medir. Esta
puede ser horizontal (por ej. para determinar el nivel de iluminancia media en un ambiente) o
estar sobre una superficie inclinada (un tablero de dibujo).

• La medición se debe efectuar en la peor condición o en una condición típica de trabajo.

• Se debe medir la iluminación general y por cada puesto de trabajo o por un puesto tipo.

• Planificar las mediciones según los turnos de trabajo que existan en el establecimiento.

36
• Debe tenerse siempre presente cuál es el plano de referencia del instrumento, el que suele
marcarse directamente sobre la fotocelda o se indica en su manual.

• Se debe tener especial cuidado en excluir de la medición aquellas fuentes de luz que no
sean de la instalación. Asimismo, deben evitarse sombras sobre el sensor del luxómetro.

• En el caso de instalaciones con lámparas de descarga, es importante que éstas se


enciendan al menos veinte minutos antes de realizar la medición, para permitir una correcta
estabilización.

• Suele ser importante registrar el valor de la tensión de alimentación de las lámparas.

• En instalaciones con lámparas de descarga nuevas, éstas deben estabilizarse antes de la


medición, lo que se logra luego de entre 100 y 200 horas de funcionamiento.

3.4.- Ruido y Vibraciones

Los ruidos inusitados y las vibraciones de máquinas, equipos, herramientas, etc. afectan
el sistema nervioso y la vitalidad del trabajador.

El sonido es un fenómeno físico que se caracteriza por la formación de ondas en el


aire, agua y otros medios físicos. Son invisibles para las personas pero se pueden medir y
percibir por el oído. Cuando un objeto recibe un golpe, las moléculas que lo forman se ponen a
vibrar y transmiten las vibraciones al aire formando ondas sonoras. El sonido se transmite en el
aire desde el punto en que se genera y va perdiendo energía conforme se va alejando. Así
oímos menos cuanto más nos alejamos de la fuente. También el sonido se transmite cuando
atraviesa obstáculos, se refleja o es absorbido por los obstáculos. En un puesto de trabajo se
producen sonidos y estos sonidos se perciben. También se escuchan mediante el rebote. Por
otra parte los sonidos se absorben: muebles, paredes, cortinas, etc.

El ruido es un sonido indeseado y desagradable, que puede provocar problemas de


salud crónicos. Los efectos en la salud ocasionados por la exposición al ruido excesivo, están
directamente relacionados con el nivel del ruido y la duración de la exposición. Estos efectos
pueden ser:

• Pérdida temporal de la audición: Al cabo de breve tiempo en un lugar de trabajo ruidoso a


veces se nota que no se puede oír muy bien y que zumban los oídos, afección que se
denomina desplazamiento temporal del umbral. El zumbido y la sensación de sordera
desaparecen normalmente al cabo de poco tiempo de estar alejado del ruido, pero cuanto
mayor es el tiempo de exposición al ruido, mayor es el tiempo que tarda el oído en
recuperar su capacidad "normal".

• Pérdida permanente de la audición: Con el paso del tiempo, después de haber estado
expuesto a un ruido excesivo durante demasiado tiempo, los oídos no se recuperan y la
pérdida de audición pasa a ser permanente. La pérdida permanente de audición es
irreversible. Este tipo de lesión puede deberse a una exposición prolongada a ruido elevado
o, en algunos casos, a exposiciones breves a ruidos muy elevados.

37
• Otros efectos: Además de la pérdida de audición, la exposición al ruido en el lugar de
trabajo puede provocar otros problemas, entre ellos problemas de salud crónicos:

- El ruido aumenta la tensión, lo cual puede dar lugar a distintos problemas de salud, entre
ellos trastornos cardíacos, estomacales y nerviosos. Se sospecha que el ruido es una de
las causas de las enfermedades cardíacas y las úlceras de estómago.

- Los trabajadores expuestos al ruido, pueden quejarse de nerviosismo, insomnio y fatiga


(se sienten cansados todo el tiempo).

- Una exposición excesiva al ruido puede disminuir además la productividad y ocasionar


porcentajes elevados de ausentismo.

- La exposición al ruido durante mucho tiempo puede perjudicar la capacidad de trabajar


ya que además de dificultar las comunicaciones, hace disminuir la coordinación y la
concentración, aumentando todos estos factores la posibilidad de que se produzcan
accidentes.

La pérdida de la audición a causa de la exposición a ruidos en el lugar de trabajo es una


de las enfermedades profesionales más comunes, incluso en nuestro país.

Los trabajadores pueden verse expuestos a niveles elevados de ruido en lugares de


trabajo como las obras de construcción, fundiciones, industrias de manufactura, industria textil,
etc.

En el lugar de trabajo, el ruido puede ser perturbador por su frecuencia y su volumen.


Así, por ejemplo, un ruido agudo, como el de un silbido, irrita los oídos mucho más que un ruido
grave, aunque se emitan los dos al mismo volumen.

Los sonidos tienen distintas intensidades (fuerza). La intensidad se mide en unidades


denominadas decibelios o decibeles (dB) o dB(A). La escala de los decibelios no es una escala
normal, sino una escala logarítmica, lo cual quiere decir que un pequeño aumento del nivel de
decibelios es, en realidad, un gran aumento del nivel de ruido.

La existencia de un nivel de ruido seguro, depende esencialmente de dos factores: del


nivel del ruido (volumen) y del tiempo que se está expuesto al ruido.

El nivel de ruido que se tiene como límite permitido de acuerdo a la Res. 295/03 es de
85 dB para una jornada laboral de ocho horas, ya que a partir de este nivel el trabajador podría
presentar daño auditivo.

3.4.1.- Control del ruido

El ruido en el lugar de trabajo se debe controlar:

38
• En su fuente: es la mejor manera de controlar el ruido. Para aplicar este método, puede ser
necesario sustituir algunas piezas y/o máquina ruidosa. Hoy en día, muchas máquinas deben
ajustarse al cumplimiento de las normas vigentes sobre ruido.

• En el medio: si no se puede controlar el ruido en la fuente, puede ser necesario aislar la


máquina, alzar barreras que disminuyan el sonido entre la fuente y el trabajador o aumentar
la distancia entre el trabajador y la fuente (aunque esto puede resultar difícil en muchos
casos).

• En el propio trabajador (receptor): se puede efectuar mediante la rotación de puestos de


trabajo, cabinas insonorizadas y utilizando protección de los oídos. Desafortunadamente,
esta última es la más habitual, pero la menos eficaz para controlar el ruido. Obligar al
trabajador a adaptarse al lugar de trabajo es siempre la forma menos conveniente de
protección frente a cualquier riesgo. Los distintos tipos de protección de los oídos tienen por
objeto evitar que un ruido excesivo llegue al oído interno y deben ser seleccionados
cuidadosamente.

Póngase a distancia de un brazo de su colega de trabajo. Si no puede usted hablar en tono


normal y tiene que gritar para comunicarse, quiere decirse que el nivel de ruido del lugar de
trabajo es demasiado elevado y que hay que rebajarlo.

4.- Riesgos Psicosociales

Los Factores de Riesgo Psicosocial son condiciones que están presentes en una situación
laboral, en relación con la organización, el contenido del trabajo y la realización de la tarea, y
que se presentan con capacidad de afectar tanto al desarrollo del trabajo como a la salud del
trabajador. Muchas veces hablar de este tipo de factores es también hablar de violencia laboral.

Cuando tratamos de este factor de riesgo debemos tener presentes que ellos afectan al
trabajador en muchos casos por aquello que solemos denominar Elementos Internos al
Individuo, relacionado con las exigencias laborales, como podrían ser:
• Cargas de trabajo.
• Malas condiciones laborales.
• Medio ambiente insalubre.
• Ritmo excesivo.
• Carga horaria
• Otros

Todo ellos podrían ocasionar en el trabajador Estrés Laboral, el cual representa uno de los
problemas de salud más grave que afecta a la sociedad en general, debido a que no sólo
perjudica a los trabajadores al provocarles incapacidad física o mental en el desarrollo de sus
actividades laborales, sino también a los empleadores y a los gobiernos, provocando
desequilibrio entre las demandas profesionales y la capacidad de la persona para llevarlas a
cabo. Sus efectos varían según los individuos.

39
Tipos
Causas
Episódicos Crónicos
Personas demasiados  Se presenta • Se presenta de manera
exigentes que buscan la momentáneamente recurrente cuando una
perfección en el área  Luego que se persona es sometida a un
laboral, descuidando enfrenta o resuelve agente estresor de manera
aspectos importantes de desaparecen todos constante.
la vida como la familia y los síntomas que lo • Los síntomas aparecen cada
los amigos. originaron. vez que la situación se
presenta
Factores estresantes:
 Intrínsecos al propio
trabajo.
 Relacionados con
las relaciones
interpersonales.
 Relacionados con el
desarrollo de la
carrera profesional.
 Relacionados con la
estructura y el clima
organizacional.

Si bien es importante la organización del trabajo a fin de minimizar el estrés, otro factor
importante a considerar en la generación de Factores de Riesgo Psicosocial está relacionado a
los vínculos laborales, los cuales en ciertos individuos ocasionan daños a la salud de distinta
relevancia, entre ellos tenemos:

• Acoso sexual
• Mobbing y hostigamiento colectivo
• Intimidación
• Burnout

Acoso sexual:

Se considera Acoso Sexual a una conducta no deseada de naturaleza sexual que afecta a la
salud de la persona que la sufre y que perjudica el ambiente de trabajo, pudiendo presentar
distintos grados de gravedad.
Según la OIT, para que haya acoso sexual deben integrarse tres elementos: un comportamiento
de carácter sexual, que no sea deseado y que la víctima lo perciba como un condicionante
hostil para su trabajo, convirtiéndolo en algo humillante.

Mobbing u Hostigamiento Colectivo

Mobbing es aquella situación en la que una persona o grupo de personas ejercen una presión
psicológica extrema, de forma sistemática durante un tiempo prolongado sobre otra persona en
el lugar de trabajo.

40
Características
Objeto Desarrollo
Hostigador Victima

Acabar con el Condición de Personas puntuales Acción ejecutada de


equilibrio y la inferioridad en su trabajo, manera deliberada por el
resistencia frente a desempeñan de hostigador que puede ser
psicológica del determinadas manera eficiente sus iniciada por el mismo y
otro, minándolo y personas que tareas, son brillantes luego continuada de
desgastándolo reúnen un perfil en sus actividades manera conjunta con el
emocional y brillante y quizás intelectuales y resto de los integrantes
físicamente superior a él. reúnen condiciones del lugar de trabajo
superiores a sus
compañeros e incluso
a sus jefes

Burnout – Síndrome de la cabeza quemada

El Síndrome de la Cabeza quemada está caracterizado por la presencia de enfermedades


psicosomáticas en trabajadores principalmente del área de servicios, generado por las malas
condiciones ambientales en su lugar de trabajo, falta de estímulos personales, económicos y de
reconocimiento en sus tareas, escasez de tiempo libre y horarios inadecuados, siendo además
factores estresantes crónicos que llevan al individuo hacia un desgaste en el trabajo, su vida y
en relación con las personas que lo rodean.
Este sobreesfuerzo lleva a un estado de ansiedad o fatiga, a la desmoralización de las tareas
que habitualmente disfrutaba en realizar, y la sensación de pérdida de vocación.

Consecuencias

Las consecuencias de cualquiera de esta situación llevan aparejadas además de un importante


deterioro en la salud física y mental del trabajador, un deterioro que afecta a la organización, al
núcleo familiar y social es decir a toda la comunidad.

Desarrollo del proceso de generación de este Factor de Riesgo Psicosocial

Primera etapa: Iniciación


Segunda etapa: Apertura del problema.
Tercera etapa: Intervención de otros superiores de la Organización o empresa.
Cuarta etapa:
La despedida o huida del trabajo.
Cansancio emocional – Despersonalización - Abandono en la realización personal.

41
SISTEMA DE VENTILACIÓN LOCALIZADA
POR EXTRACCIÓN (SVLE)
Conducto de
Descarga

Ventilador
Equipo de
Tratamiento
Red de Conductos

Campanas

FIGURA 1.1
FIGURA 1.2

43
FIGURA 1.3

44
VENTILADORES AXIALES

FIGURA 1.4

45
VENTILADORES CENTRIFUGOS

FIGURA 1.5

46
Blibiografía

∗ Salud y Seguridad Laboral - OIT

∗ OIT Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo

∗ ISTAS. La prevención de riesgo en los lugares de trabajo.

∗ Farina/Sala Espiell/Caivano/Massello - Análisis de Riesgo de los Procesos - 2016.

∗ Manual de Higiene Industrial - Fundación MAPFRE - Ed. MAPFRE S.A. - 1991.

∗ Manual de Seguridad en el Trabajo - Fundación MAPFRE - Ed. MAPFRE SA - 1992.

∗ Fundamentos de Higiene y Seguridad en el Trabajo - Jorge E. Mangosio - Ed. Nueva


Librería.

∗ Seguridad e Higiene en el Trabajo. Un enfoque integral - Creus/Mangosio - Ed. Alfaomega


- 2011.

∗ Decreto 351/79, reglamentario de la Ley 19.587/72 de Higiene y Seguridad en el Trabajo.

∗ Resolución 295/03 (SRT), modificatoria del Decreto 351/79.

∗ Fundamentos de Ventilación Industrial - V. V. Baturin - Ed. LABOR S.A. - España.

∗ Ventilación Industrial (Descripción y diseño de los sistemas de ventilación industrial) -


Rubens E. Pocoví - Universidad Nacional de Salta – Ed. MAGNA PUBLICACIONES.

∗ Guía Práctica N° 1: la iluminación en el ambiente laboral - Gerencia de Prevención (SRT) -


2012

∗ Resolución 84/ 12 (SRT).

∗ www.srt.gov.ar

∗ www.ilo.org

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