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Santa Margarita María de Alacoque

Había una vez una mujer llamada sor Margarita María, que vivió hace mucho tiempo. Ella
era muy especial y amaba mucho a Jesús.

En un día muy especial, durante una festividad, sor Margarita María estaba orando ante
el Santísimo Sacramento. En ese momento, algo maravilloso sucedió: Jesús se le
apareció. A partir de ese día, Jesús se le aparecería todos los primeros viernes de
cada mes durante dos años.

En una ocasión, durante una fiesta especial llamada el Corpus Christi, Jesús se le
apareció nuevamente a sor Margarita María. Tenía su corazón abierto y con su mano
señalaba su corazón. Jesús dijo: "Este es el corazón que ama tanto a las personas, que
ha dado todo por ellos, incluso se ha sacrificado para mostrarles su amor. Y, a cambio,
recibo ingratitud de la mayoría de ellos".

Margarita María Alacoque, la elegida por Jesús para ser su mensajera del Sagrado
Corazón, había comenzado a vestir el hábito de las monjas de la Visitación en Paray-le-
Monial un año antes. Ella nació en agosto de 1647 en un lugar llamado Verosvres, en
Borgoña. Su papá, que era juez y notario, había fallecido cuando ella era muy pequeña.

A los nueve años, Margarita hizo su primera comunión y a los 22 recibió el sacramento
de la Confirmación. Antes de recibirlo, Margarita se preparó escribiendo en un
cuaderno todas sus faltas y errores, para luego leerlas al confesor. En esa ocasión,
agregó el nombre de María a su nombre de pila. Después de vencer las objeciones de
su mamá, quien prefería que se casara, Margarita pudo entrar a un convento llamado
Orden de la Visitación, fundado por San Francisco de Sales. Desde el día en que ingresó,
ofreció su vida como "víctima al Corazón de Jesús".

Al principio, las visiones extraordinarias que Margarita tuvo causaron incomprensión y


críticas. Pero luego, por la voluntad de Dios, fue guiada por un sacerdote llamado Santo
Claudio de la Colombière. En los últimos años de su vida, Margarita fue elegida como
maestra de novicias. Fue un gran consuelo para ella ver cómo la devoción al Corazón
de Jesús se difundía cada vez más. Incluso aquellos que antes se oponían a ella, se
convirtieron en fervientes promotores.

Margarita María murió a los 43 años, el 17 de octubre de 1690. Su amor por Jesús y su
devoción al Sagrado Corazón continúan siendo un ejemplo para todos nosotros hasta el
día de hoy.

Fuente: Catholic.net

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