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Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. Vol. XXVHI (2). pag. 173-183, 2003
NGUAJE-CULTURA Y PENSAMIENTO:
HACIA UN REENCUENTRO CON LA HIPOTESIS DE WHORF
En el siglo XIX con Humbolt y en 1953
con Cassirer, se situé el lenguaje fuera de la
iilologia tradicional» para ser estudiado desde
las ciencias sociales y esta linea de pensamien-
to influyé en Ja antropologia de principios del
siglo XX (Malinowsky, Boas y Sapir). De esta
manera, en 192L, en el ambito de Ia antropolo-
gia, Sapir formula que las mentes diseccionan
la naturaleza en funcién de las convenciones y
las categorfas de sus lenguas respectivas. En
esta afirmacién, Sapir manifiesta claramente
que el lenguaje (entendido como cultura) deter
mina las categorfas del pensatniento
Posteriormente, en 1956, Whorf profundiza
la afr macién de Sapir al proponer, esta vez en ef
dmbito de la Tingilistica, que el lenguaje (entendi-
do aqui como Jenguas especificas) determina ta
manera en que los hablantes conciben el mundo.
Nos interesa estudiar el reducido impacto
dela propuesta de Whorf en el campo lingitistico
y psicolingiifstico, especificamente en el Ambito
de Ia adquisicién de lengnaje, para proponer que
una discusién sobre algunos aspectos de la hipé-
tesis worfiana enriqueceria estos estudios, tan ca-
rentes a veces del aspecto cultural
A continuacién expondremos, de manera
susvinta, el estado de los estudios lingiifsticos en
el momento en el que B. Whorf plantea su hipo-
tesis. Nos interesa destacar su impacto dentro del
Anita Arrieta Espinoza
pensamiento lingistico de la época y settalar al-
gunas razones por las cuales los planteamientos
whorfianos han sido, durante tanto tiernpo, silen-
ciados por la disciplina.
I. Antecedentes lingiifsticos de los
estudios de Benjamin Whorf
En el siglo XVULL, la gramética de Port-
Royal se interesa por explicar los factores légicos
y semnticos implicados en las menttes de los ha-
blantes
En esta época comienzan los estudios serias de
corte tipolégico ¢ hist6rico, frente a las obser-
vaciones esporddicas, aisladas y normalmente
‘mal informadas realizadas en 6pocas anteriores
sobre estos aspectos de la lingiistica. (EI su
brayado es nuestro).!
Enel siglo XIX, con el impacto que tuvie
ron los estudios sobre la lengua sdnscrita de la In-
dia, surgi la tradicidn de investigaciones semén-
ticas, Iéxicas, fonéticas, fonolégicas, morfol6gi-
cas y sintécticas
Al realizarse estos estudios de manera sistem
tica, la lingUfstica se afianzaba como cienciaen
el mundo académico del siglo XIX?4 KARINA,
Este estatus cientifico de la disciplina se
consolidé a finales del siglo XIX, con los neogra-
miticos, quienes insistian en una metodologia es-
tricta: no podfa aceptarse la etimologa como prue-
ba de una relacin histérica a menos que las pala-
bras implicadas siguieran pautas regulares de co-
rrespondencia 0 a menos que las aparentes desvia-
ciones pudieran ser explicadas satisfactoriamente
(hipétesis de la regularidad). Como observamos, lo
importante en esta época era el método, mas que Ia
elaboracién de una teorfa. Se consideraba que la
utilizacién de metodologfas fundadas en las de las,
ciencias exactas ayudarfa a explicar ciertos cam-
bios histéricos de las lenguas. Por consiguiente, la
lingiistica tendfa a ser empitica observacional.
En el siglo XX, resurgen los estudios sin-
cr6nicos, descriptivos y la investigacién tedrica
del lenguaje. Se le atribuye a F. de Saussure (en
Europa) el haber establecido el tratamiento es-
tructural del lenguaje en Ia dimensién sincrénica
y el proponer que las lenguas debfan ser estudia-
das no como sumas de entidades sino como todos
estructurados.
Durante esta época, y hasta 1957, aproxi-
madamente, bajo la influencia de Bloomfield, en
Estados Unidos, la lingiifstica se concebia como
descriptiva, rigurosamente empirista, observa-
cional y formal. Estos lingiiistas insistian en que
s6lo podia aceptarse como tinico método verda-
deramente cientifico el fisicalismo y que sdlo
podian aceptarse como datos vilidos los fend-
menos abiertamente observables en el habla o la
escritura.
Laciencia debe ocuparse dinicamente de aque-
llos acontecimientos accesibles, en cada mo-
mento y lugar, a todos y cada uno de los ob-
servadores -0 s6lo de aquellos acontecimien-
tos situados en coordenadas temporales 0 es-
paciales.?
Por consiguiente, las areas del lenguaje que
no podian ajustarse a una disciplina «rigurosa»
quedaban relegadas. Era impensable el desarrollo
actual de disciplinas como la psicolingiiistica debi-
do a la imposibilidad de estudiar de manera riguro-
sa aquellos aspectos de la lengua que, en esa época,
ni suigian como interrogantes ni se dejaban desog,
bir con la metodologia del estructuralismo, comp q
estudio de los procesos mentales implicados en j
adquisicién del lenguaje; a pesar de que, ya eq
1954, con la publicacién de Psycholinguistics: 4
survey oftheory and research problems (Osgocdy
Sebeok), a psicolingitistica se anunciaba coma
una disciplina nueva, diferente de la lingiiistica y
de la psicologia. No obstante, seguia las directy.
ces del distribucionalismo de Bloomfield (1939) y
la influencia de las teorfas de la informacién de
Shannon (ingeniero de la Compaiiia de teléfongs
Bell, 1949) y consideraba la lengua como un eédi.
g0, solamente.
Volviendo a la lingiiistica estadounidense,
esta tomé la posicién estructuralista en funcién de
una necesidad especifica: el interés de ciertos in.
vestigadores como Boas, Sapir y Whorf, asi como
de Bloomfield, por el estudio de las lenguas ame-
rindias. Esto implicaba partir de cero, iniciar un
trabajo sin referencias, pues no se contaba con
descripciones ni con graméticas de estas lenguas,
como si era el caso de las lenguas indoeuropeas
Tampoco contaban estos investigadores con len-
guas escritas sino «con corrientes fOnicas y habia
que descubrir las unidades que las componian»,
como lo expresa Marcos, F. (1982).
Para Bloomfield, (en Marcos, F. 1982), a
lingiifstica en tanto ciencia mecanicista inma-
nente, no podia interesarse por lo que ocurre en las
mentes del hablante o del oyente, més bien debia
atenerse exclusivamente a los hechos perceptibles:
Jos estimulos observados y las respuestas que é-
tos engendran, constatados empiricamente.
Como parte de las practicas de la época,
Franz Boas y Edward Sapir iniciaron la compara:
cién léxica entre lenguas como el htingaro, el es-
pafiol y el malayo con el fin de describir, de una
manera precisa, las lenguas estudiadas. Por ejem-
plo, la comparacién en las tres lenguas mencio-
nadas en los términos de parentesco referidos a
los hermanos.
hhiingaro'espafiol malayo
hermano mayor biitya hermano sara
hermano menor es hermano stidara
hermana mayor néne hermana ——_siidara
hermana menor hug hhermana ——_siidaraEstas comparaciones les permitieron ob-
cervar grandes diferencias entre los términos que
ps lenguas estudiadas empleaban paca referirse a
un mismo concepto.
‘A partir de observaciones de este tipo, Sa-
pir (1921) y Whorf (1956) formulan una hipote-
F.que podria resumirse ast:
Existe una realidad objetiva (R.O.) y existe el
hablante, pero entre la R.O. y el hombre se co-
Joca la lengua y ésta opera como un filtro.que
selecciona aquello de la R.O. cue el hombre
puede percibir. En otras palabras. pensamos co-
mo nuestra lengua nos permite pensar
J. Argumentacién de la hipétesis
de Whorf e impacto en los
estudios lingiiisticos
- Con la afirmacién del apartado anterior,
Whorf plantea una cuestién bastante inesperada &
inexplorada en el campo de la lingtistica. Al ser
capaces los lingiistas de examinar cientificamente
un gran niimero de lenguas —afirma— también
aumenté su base de referencia y, fundamentalmen-
‘e,tuvieron que enfrentarse con un nuevo orden de
significados, como ilustra la siguiente cita:
La lengua hopi posee un nombre que abarca to-
da cosa o ser que vuela, con excepeién de los
pajaros, cuya clase viene indicada por otro
nombre. (...) De este modo el hopi llama insec-
to, avin y aviador mediante Ja misma palabra,
y no siente ninguna dificultad en hacerlo
asi. Lo que mas sorprende es descubrir que va-
rias generalizaciones grandes del mundo occi-
dental tales como tiempo, velocidad y materia,
no son esenciales para la construccién de una
imagen consistente del universo.>
Para justificar su hipétesis, Whorf recurre
al estudio exhaustivo de Ja lengua amerindia ho-
pi, como se leyé en la cita anterior. De este traba-
jo, consideramos importante resaltar el hecho de
que, en un momento en el que el énfasis de la in-
Vestigacién era la descripcidn de lenguas, Whorf
eviera mas alla» y contemplara aspectos que fue-
Lenguaje-cultura y pensamiento: hacia un reencuentro con Ia hip6tesis de Whorf 175
ron desarrollados afios mas tarde por otras disci-
plinas. Uno de estos aspectos es el caracter social
de la lengua y su relacién con a cultura, En sus
palabras:
Nosotros dividimos la naturaleza, la organiza-
mos en conceptos y adscribimos significados
principalmente porque hemos llegado al acuer-
do de hacerlo asf -un acuerdo que se mantiene
a través de la comunidad que habla nuestra
misma lengua y que est codificado en los mo-
delos de nuestro lenguaje. Naturalmente, este
acuerdo es implicito y no queda expresado, pe-
ro sus términos son absolutamente obligato-
rigs; no podemos hablar sin adscribirnos a la
organizacién y clasificacién que determina el
acuerdo.*
Segiin las propuestas de Whorf, es la len-
gua la que modela nuestra visién de mundo. La
Adiseccién» que realizamos de la «realidad» de-
pende de la gramética, concebida no sélo como
un instrumento para la expresin de ideas sino
mis bien como el sujeto que da forma y gufa la
actividad mental de los hablantes en el andlisis de
su experiencia:
(..) Ningtin individuo es libre de describir la
naturaleza con absoluta imparcialidad, sino
que esta constrefiido a utilizar ciertos modos de
integpretacién, aun cuando generaimente el
mismo individuo suele pensar libremente.”
¥ contintia su argumentacién:
Cuando Hegamos a las lenguas nativas de
‘América, cuyas comunidades han seguido du-
rante milenios sus propios caminos, indepen-
dientemente de las demés y de las lenguas det
Viejo Mundo, se patentiza el hecho de que las
lenguas diseccionan la naturaleza de muchas
formas diferentes. Se pone entonces de relieve
la relatividad de todos los sistemas conceptua-
les. incluido el nuestro, y su dependencia det
lenguaje.8
Como se deduce de los argumentos anterio-
res, B. Whorf realmente propuso una nueva direc-
cién en los estudios lingitisticos de su época, a pe-
sar de que, evidentemente, su propuesta, por no176 KARINA
«ser ficilmente observable» ni «comprobable
cientificamente», se ha dejado de lado:
Diseccionamos la naturaleza siguiendo las li-
eas que nos vienen indicadas por nuestras
Jenguas nativas. Nos encontramos alli las ca-
tegorfas y tipos que aislamos del mundo de
los fendmenos porque cada observador las
tiene delante de si mismo; antes al contrario,
el mundo es presentado en un flujo caleidos-
cépico de impresiones que tiene que ser orga-
nizado en nuestras mentes por los sistemas
linguisticos.?
Cada vez que se habla de la hipstesis de
Whorf, se cita textualmente la propuesta, pero
con la advertencia inmediata de su invalidez. A
nuestro juicio, esta hipstesis, mas que una pro-
puesta de «verdad» o «falsedad» abre una intere-
sante polémica para los interesados en Ia lengua,
Ja cultura y el pensamiento. Consideramos que el
estudio de las lenguas amerindias, por parte de
los lingiiistas norteamericanos de la época se
centraba en la descripcién de lenguas.
No consideraban, al describirlas, el hecho
de que esas lenguas fueran habladas por grupos
humanos que posefan una cultura. Por lo tanto, el
contacto que ellos tenfan con las lenguas amerin-
dias no implic6, en ningiin momento, un proceso
de transculturacién, tal como se describe en el si-
guiente fragmento:
Toda transculturacién es un proceso en el cual
siempre se da algo a cambio de lo que se recibe;
es un “toma y daca”, como dicen los castellanos.
Es un proceso en el cual emerge una nueva rea-
lidad, compuesta y compleja; una realidad que
ho es una aglomeracién mecénica de caracteres,
ni siquiera un mosaico, sino un fendmeno nue-
vo, original e independiente, Para describir tal
proceso el vocablo de latinas rafces trans-cultu-
racién proporciona un término que no contiene
la implicacién de una cierta cultura hacia otra,
sino una transicién entre dos culturas, ambas ac-
tivas, ambas contribuyentes con sendos aportes,
y ambas cooperantes al advenimiento de una
nueva realidad de civilizacién.!°
Y ms bien, como sefiala Bajein
La Tingistica solo ve en ellos (los enuncidas
concretos) un fendmeno de la lengua, y 610g
relaciona con la unidad de la lengua: en ning
caso con la unidad del concepto de la précteg
de la vida, de la historia, del carécter de un jg
dividuo.'!
La propuesta whorfiana, a pesar de que ny
implicé un intento de intercambio entre culturas
sf implic6 que un linglista se atreviera a recon
cer la existencia de otras visiones de mundo, gi
ferentes de las de «la cultura occidental» y, méy
atin, a asombrarse de que las concepciones occ}.
dentales carecieran de valor ante los ojos de
«esos otros», ignorados e irrespetados poblado.
res de América del Norte.
Se legitimaba en la época «tomar» Ia len.
gua de un grupo y estudiarla, como un reto a la
capacidad descriptiva y analitica, vélida en'ly
cultura occidental, de hacer ciencia. Pero no se
legitimaba con esto la existencia de otros grupos
humanos ni, mucho menos, la existencia de ottas
culturas y de otras formas de pensar el mundo,
Mas bien, la existencia de estos grupos indigenas
y de sus lenguas, les permitia, a los cientificos de
la época, legitimar sus disciplinas y legitimar
alas verdades» de sus propias culturas:
Este «otro, «el extrafio», el «alieno», no puede
ser englobado en la totalidad del yo. El otro per-
manece retractario a toda categorfa que quiers
eliminar su alteridad y subyugarlo a la identidad
Gel yo; es mas, el yo lo necesita para construr su
mundo y para construirse é] mismo.'?
La identidad lingitfstica se adquiere a tra-
vés de procesos de formacién y transformacién
de una lengua determinada, de ahi la importancia
de la relacién con otras lenguas. El contacto con
las lenguas indoeuropeas, el material por exce-
lencia de las investigaciones lingitisticas de la
época, habia permitido a los estudios comparatis-
tas la tranquilidad de que, independientemente de
la lengua, el orden del mundo europeo era el «vé-
lido», el «verdadero»:
La misma autoconciencia de una lengua, su ca
pacidad metalingistica, es decir, su capacidad atodos los niveles de hablar de sf misma, se propi-
cia ademés por el pluralismo interno de la len-
gua, también a través de las referencias a otras
lenguas, cue ofrecen signos interpretantes de sus
palabras, de sus expresiones y de sus formas sin-
teticas, Una lengua, como dice Bajtin, puede
verse solamente a través de los ojos de otra len-
sua: por lo tanto, la identidad lingistica, sea co-
mo forma de ser espectfica de una lengua, sea
como conciencia lingtiistica, es secundaria con
respecto ala relacidn de alteridad que se daen un
espacio mas o menos plurilingitistico. °
Para ahondar en esta controversia, presen-
tpremos de manera suscinta, el panorama en otras
“disciplinas afines.
[IL Relaciones entre la psicologia
cognitiva, la psicolingiifstica y la
teorfa de Worf
Al igual que en lingitistica, para la psicolo-
gfa cognitiva y los estudios psicolingtifsticos, que
"fan trabajado sobre una base cognitiva desde fina-
les de los afios sesenta, la hipétesis de Whorf fue
durante mucho tiempo rechazada, fundamental-
mente Jo que se conoce como «la versi6n fuerte»
Una razén de este rechazo es, como lo plantea
Gopnik, A. (2001) el hecho de que la ciencia cog-
titiva se ha calificado a sf misma como realista y
antitrelativista casi por definici6n. Presupone la
existencia de procedimientos generales que todos
los seres humanos utilizarfan para realizar la acci6n
de la «cognicién» (manera en que aprendemos so-
re el mundo). Por lo tanto, una hipétesis que le
atribuye al lenguaje el poder de «diseccionar el
mundo», sin posibilidades concretas y observables
de comprobacién, simplemente no cabja dentro del
panorama de la psicologia co;
EI haber integrado la nocién de «cultura»
y asociarla con el concepto que se tenia de «len-
gua, en los primeros estudios psicolingliisticos,
habria implicado alejarse de lo observable y me-
dible. La psicolingiifstica habria tenido que rede-
finir el concepto de lengua, integrando aspectos
como los que sefiala Ponzio, A. (1988) comen-
tando a Bajtin:
itiva.
Lenguaje-cultura y pensamiento: hacia un reencuentro con In hipétesis de Whorf wm
La lengua no es un medio neutro, que facil y li-
bremente pasa a ser propiedad intencional del
hablante: en cambio, est poblada y superpobla-
da de intenciones ajenas. El dominio de la len-
gua, que se somete a los acentos y a las propias
intenciones, es un proceso dificil y complejo.'*
E incluso, considerar aspectos como los
siguientes:
Nos referimos (por lengua) no al minimo lin-
glifstico abstracto de una lengua comtn, en el
sentido de un sistema de formas clementales
(simbolos lingtiisticos) que garantice:. un mini-
‘mo de comprensiGn en la comunicacién practica.
Nosotros consideramos la lengua, no como siste-
ma de categorfas gramaticales abstractas, sino la
lengua ideolégicamente saturada, la lengua co-
mo concepcién del mundo ¢ incluso como opi-
nién concreta, lengua que garantiza el maximo
de reciproca comprensién en todas las esferas de
la vida ideoldgica. Por eso Ia lengua unitaria ex-
presa la fuerza de la concreta unificacién y cen-
tralizacién ideolégico-verbal, que se desarrolla
en un indisoluble nexo con los procesos de cen-
tralizacién politico-social y cultural.
A pesar de esto, ha habido algunos, may
pocos, intentos de «someter a anillisis» y «verifi-
car» 0 adesechar» la hipstesis en estudio, Las in-
vestigaciones en esta direccién se ubican dentro
de una de las dreas de la psicolingiifstica, la ad-
quisicién del lenguaje. En las secciones posterio-
res, presentaremos estos intentos de comproba-
cidn de la hipétesis whorfiana y, principalmente,
una evaluacion de las implicaciones de estos tra-
bajos para el estado actual de los estudios de ad-
quisicién de tenguaje
La version «fuerte» de la hipétesis
de Whorf
La hipotesis de Whorf ha recibido los ea
lificativos de «versin fuerte» y «versién débil»
a partir del impacto que esta propuesta ha tenido
sobre las ideas «validas» de la época. De esta
manera se ha entendido como posici6n fuerte. la
publicada en 1956, también Hamada «posicisn8 KARINA
radical» o «determinismo lingilistico» que plan-
tea que el lenguaje, a través de su vocabulario y
su gramédtica, determina los conceptos que usa-
mos en nuestro pensamiento. Esta versién no ha
recibido mayores intentos de ser examinada. Al
contrario, ha sido invariablemente rechazada, sin
darle oportunidad a la polémica que de ella po-
dria surgir. Por ejemplo, se ha dicho que aplicar
la hipstesis determinista al proceso de adquisi-
cidn del lenguaje no resultarfa operativo porque,
por una parte, desde el punto de vista psicolin-
gitistico, el concepto whorfiano de «pensamien-
to» no tiene el grado de precision requerido. Se
dice que en Whorf pensamiento significa algunas
veces «cultura»; otras veces, «ritos» e incluso,
«mentalidad>. No obstante, —agregan los criti-
cos— en otros momentos pensamiento significa .
«espacio» y «cantidad», estas iiltimas considera-
das categorias cognitivas.
Por otra parte, también se ha sefialado que
los argumentos de Whorf para confirmar su hipé-
tesis no tienen validez porque provienen sola-
mente de su relacién con un informante de la len-
gua hopi. En otras palabras, que Whorf sdlo toma
en cuenta el aspecto «expresién» del lenguaje pa-
ra sacar conelusiones acerca de la relacién entre
lengua, cultura y pensamiento; razones, como ex-
plicamos al principio, que han desechado cual-
quier examen de las propuesta whorfiana.
La «versién débil» de la hipéiesis
de Whorf
Se ha entendido por versién débil el hecho
de que el lenguaje influye en el pensamiento pe-
ro no lo determina. La version «débil» de la hi-
potesis de Whorf ha estado representada por lo
que la critica ha considerado «rescatablen de la
propuesta whorfiana, Por esta razén, ha tenido un
poco mas de credibilidad, a pesar de las grandes
reservas con que la disciplina se ha atrevido a
considerarla.
Asi, los pocos estudios psicolingiiisticos
sobre la hipétesis de Whorf tratan sobre la adqui-
sicién del lenguaje infantil y concluyen con la
aceptacion de la hipétesis, en su version débil
En ese sentido, los eriticos psicolingtigins
han sefialado que, para realmente examinar jy
propuesta de Whorf, habria que trabajar con len.
guas que difieran en ciertos aspectos y con hy,
blantes monolingties. Ademés, habria que pedir.
les a los sujetos que realizaran «tareas no Verba,
les» (la tarea es considerada por la psicologi,
cognitiva como la accidn solicitada por un expe.
rimentador a un sujeto. Abre, segiin esta concep.
ci6n, «una ventana a la vida mental»)
La investigacién de Carrol & Casagrande
(1958) va en esta direccién. Este trabajo compa.
16 el navaho y el inglés, en el aspecto de la mor.
fologfa de! verbo. El navaho indica en la flexién
del verbo una forma ligada a los objetos (flexibi.
lidad, longitud...) y los nifios hablantes de esta
lengua dominan esta regularidad bastante répido,
En el experimento, se les asigna a los suje-
tos una tarea de clasificacién para determinar si
los locutores (nifios) van a favorecer la forma. De.
bido a las particularidades del navaho en su fle-
xiGn verbal, se esperaria que los hablantes de esta
lengua clasificaran los objetos a partir de la forma,
influenciados por las caracteristicas de su lengua
De esta manera, se les solicita a los nifios
tres tareas de clasificaci6n. Una de ellas, por
ejemplo, consistfa en clasificar (0 agrupar) una
cuerda azul con un bastén azul (segiin color) 0
con una cuerda amarilla (segtin forma).
La poblacién del estudio estaba compues-
ta por tres grupos de nifios de 3 a 10 afios.
El grupo 1: NN (cultura y lengua navaho); Gru-
po 2: NA (cultura navaho, lengua inglesa);
Grupo 3: AA (cultura americana, lengua
inglesa).
Los resultados de la investigacién fueron
los siguientes:
Los nifios NN clasifican més frecuente-
mente segtin la forma que los nifios NA. Segdn
la forma, a los tres afios, NN 71%, NA 40%.
2. Esta diferencia se acrecienta con la edad.
Seguin forma (nifios de 9 a 10 afios} NN
81%, NA 75%.Lenguaje-cultura y pensamiento: hacia un reencuentro con la hipétesis de Whorf
Los nifios AA’(grupo control del experi-
mento) clasifican segiin la forma todavia
mAs frecuentemente que los nifios NN. Se-
gin forma, a los 3 afios, AA 83%.
Como se deduce de los resultados, la pre-
gjocién del experimento no se confirmé, ya que
jeeluso el grupo control (AA) estuvo influencia-
fo por la forma de los objetos en el momento de
thsificer, contrariamente 2 lo esperado. Por esas
fazones, 10s autores concluyen que la lengua jue-
ga.un cierto papel en la clasificacién de objetos
pero que no es el ‘nico factor que debe tenerse en
fuenta. Ademds, enfatizan el hecho de que, con
jaedad, independientemente de la lengua, el cri-
‘prio de clasificacin por la forma se generaliza.
Un experimento mas reciente, en la misma
direccién que el anterior, es el de Martinez (1996)
{Gn Slobin, 1997). En él, se busca verificar la in-
uencia de la lengua sobre el pensamiento. Con-
qretamente, explorar si el género podria influen-
tiar la clasificacién de los nifos. Para esto, se es-
cogen tareas de clasificacién de elementos (obje~
tos familiares en Ia vida de los nifios) para compa-
rarla manera en que el género (en espafiol y en in-
4lés) determinarfa la clasificaci6n, particularmen-
ie en los nifios de habla espafiola
La poblacién del experimento estaba com-
puesta por nifios de 4 afios: 18 de habla inglesa y
18de habla espafiola. Se neutralizé el nivel social
asi como la lengua del experimentador. Las tareas
solicitadas a los nifios son las siguientes:
Tarea 1: clasificacién libre de laminas
Tarea 2: clasificacin de l4minas segtin «género
natural» (femenino o masculino)
Tarea 3: clasificacién de ldminas segtin «género
gramatical» (femenino 0 masculino).
Como resultado de esta investigacién, la
mitad de los nifios de los dos grupos clasifica-
ton segiin el criterio animado-inanimado. Ade-
mis, 6 de 18 nifios de habla espafiola agruparon
alas personas de sexo masculine con los obje-
tos de género masculino. También hubo niiios
que clasificaron segtin otro criterio personal.
179
Los investigadores concluyeron que la forma del
género gramatical influencia el pensamiento. No
obstante, agregan que para interpretar estos re-
sultados habria que considerar si la instrucci6n
dada a los nifios influencia la clasificacion
Tal como lo evidencian estos estudios, la
versién fuerte de la hipétesis de Whorf no es plau-
sible. Parece, al contrario, que existen universales
lingiifsticos y que los indicios culturales influen-
cian a los individuos. Por lo tanto, la versi6n débil
se ha aceptado con menos restricciones, en el sen-
tido de que admite un cierto papel de la lengua en
la determinacin del pensamiento.
[V. La hipétesis de Whorf en la
actualidad
‘Actualmente, los estudios psicolingiiisti-
cos, que tenian desacreditadas las ideas de
Whorf, se han visto obligados a considerar las
afirmaciones de este lingilista pero no Tlevados
por un objetivo claro de «verificars 0 «desechar
la hipotesis, como sucedi6 en tos estudios que
expusimos anteriormente, sino mas bien como
consecuencia de algunos hallazgos significativos
en estudios de adquisicidn del lenguaje.
Como Io plantea Gopnik, A. (2001), se
han encontrado en varios experimentos relacio-
nados con la adquisicién del lenguaje, indicios
empiricos y conceptuales que exploran la posibi-
lidad de que el lenguaje que ofmos pueda tener
efectos en las formas como comprendemos el
mundo.
A partir de la investigacién relacionada
con la manera en que el ser humano adquiere una
lengua, se han puesto en evidencia algunos datos
que demuestran tipos especiales de intervenci6n
lingiifstica que podrian influenciar el desarrollo
cognitivo.
Parece que ahora, se pueden combinar las
ideas whorfianas, tan cuestionadas por «la cien-
cia», con las perspectivas de la ciencia cognitiva
y, especificamente con las de la psicolingustica180 KARINA
V. Evidencias experimentales de la
relacién lenguaje-cognicién
Bowerman (1984) y Slobin (1982) han su-
gerido que las indicaciones morfolgicas y sin-
técticas en diferentes idiomas podrfan hacer so-
bresalir, en el desarrollo de la percepcién, ciertas
distinciones particulares.
Otros estudios (Gopnik & Choi 1990,
1995; Choi & Gopnik 1995; Choi, Gopnik &
Baumberger 1996) han sefialado también relacio-
nes entre el lenguaje y la percepcidn en las per-
sonas de habla coreana. En esta investigacién, se
compara la estructura analitica del habla inglesa,
con poca variacién morfoldgica. En esta lengua,
los sustantivos son generalmente obligatorios en
la construccién de las oraciones. En contraste, la
lengua coreana tiene una morfologfa verbal muy
vasta. En esta lengua se depende de terminacio-
nes verbales pata sefialar distinciones semanticas
importantes.
Estas diferencias entre las lenguas ha lla-
mado la atencién de los investigadores en el ser
tido de comparar el lenguaje modulado (forma de
Ja lengua utilizada por los adultos para dirigirse a
los nifios) de los hablantes del inglés y del corea-
no. De esta manera, se observ6 que el lenguaje
modulado en coreano generalmente consiste en
abundantes verbos con pocos sustantivos, mien-
tras que el del inglés es abundante en sustantivos
Se ha demostrado (Gopnik, 2001) que tas madres
coreanas usan continuamente menos sustantivos
que las madres norteamericanas.
Otros investigadores (Tanouye 1979;
Clancy 1985; Choi 1986, 1991; Rispoli 1987; Fer-
nald & Mprikawa 1993; Choi & Gopnik 1995) se
han dado cuenta de que los nifios de habla corea-
na y japonesa utilizan la morfologia de los verbos
de una forma productiva antes que los nifios de ha-
bla inglesa; pero, al mismo tiempo, utilizan sus-
tantivos no muy variados y con un néimero bajo.
Dadas las relaciones entre el lenguaje y la
percepcidn en las personas de habla inglesa, se
podria predecir que los de habla coreana se en-
contrarian «avanzados» en su comportamiento
de acciones, conceptos catalogados por verbos, y
«se retrasan» en comprender los tipos de objetos
y conceptos agrupados por sustantivos. Ambas
parecen ser éreas importantes de cambio concen.
tual entre los 15 y los 21 meses. Esto fue com,
borado por investigaciones de Gopnik & Chg,
1995; Gopnik & Choi, 1996). i
El interés de estas investigaciones, segin
uestro criterio, radica en la relacién que, sin pre,
tenderlo, se ha dado en los estudios de adquis,
cin de lenguaje: una relacion entre lengua-culty,
ray, en este caso, percepcién, ya que utilizar ¢
término «pensamiento» Ilevarfa a categorias am.
plias y polémicas.
Llama nuestra atencién el hecho planteady
por Gopnik (2001) de que los comportamientos
de nombramientos maternos puedan propiciar in.
ferencias en los nifios. Por ejemplo, que a partir
del comportamiento materno de nombrar, como
lo hacen las madres de habla inglesa, los nitfos
infieran que todos los objetos tienen nombres y
pertenecen a categorias.
E] hecho de nombrarse a sf mismo, el hecho de
que los objetos se nombran, podria guiar a los
nifios a notar que los objetos pertenecen a cate.
gorias. En el