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Dear AIBO Officials and Speakers, Colombian Seminar Attendees,

Throughout these two weeks, we were able to learn together about the invaluable and admirable
experience of social, economic, cultural, political and technological development of the People's
Republic of China from the second half of the 20th century to the present day. We were able to
observe that it was an intense process, which allowed the most populous country in the world;
that 80 years ago, it was still in the so-called "century of humiliation", going from being a country
fragmented by Western powers and Japan, mainly agricultural, underdeveloped and divided by
decades of civil wars, to now become a superpower economically, industrially, technologically and
geopolitically preeminent throughout the planet, the main trading partner of most countries in the
world, in just a matter of 7 decades.

During this seminar, we learned various 'made in China' development and cooperation concepts
and tools, such as: 'New Silk Road', 'common prosperity', 'community of shared destiny for
humanity', 'emancipation of productive forces', 'rule of law' and 'socialist democracy', 'rural
poverty alleviation'. All of these lead us to conclude that the leap to development cannot be
achieved with recipes imported from traditional Western powers or from global financial
organizations; as Colombia has tried for many decades, but through the scientific study of the
socioeconomic conditions and the means of production of the country itself, and the careful
elaboration, planning and implementation of political, economic, demographic, cultural and
environmental reforms, that attend national peculiarities.

For these processes, as China demonstrated, it is important to add allies from other countries that
have had to face poverty and inequality; as in the case of the BRICS, and to first develop domestic
productive capacities, which allow cutting-edge industrialization and technological production, and
which can prosper from an alternative political and economic model to the one that for decades
the Western powers have sought to impose, as the only path to development. In this way,
Colombian colleagues, it is important that after this seminar, we keep learning from the admirable
example of China, a country whose GDP grew 8.1% in 2021 and is close to equaling that of the
United States, despite the challenge of have more than 1,400 million inhabitants; 4 times the
population of said country, the first to achieve economic reactivation during the covid-19
pandemic in 2020, the country that produces 30% of manufacturing worldwide.

Finally, I want to invite you to be replicators of this knowledge, so useful and pertinent for
Colombia, so that our country reduces its historical and problematic dependence on the Western
model of development, generates and applies its own recipes for progress, with discipline and
cooperation, taking the Chinese experience as a reference and seeking to revitalize its role on the
world stage, strengthening its ties every day with the growing superpower that is the People's
Republic of China, joining new maritime silk routes in the future and to the 'community of shared
destiny for humanity' proposed by President Xi Jin Ping. In conclusion, it is time for Colombia to
look to the East and resolutely embrace the shared prosperity that China proposes for the world.

Thanks for your attention.


Estimados funcionarios y conferencistas de AIBO, asistentes colombianos al seminario,

A lo largo de estas dos semanas, pudimos juntos conocer la valiosísima y admirable experiencia de
desarrollo social, económico, cultural, político y tecnológico de la República popular de China
desde la segunda mitad del Siglo XX hasta nuestros días. Pudimos observar, que fue un intenso
proceso, que permitió al país más poblado del mundo; que hace 80 años, se encontraba aún en el
llamado “el siglo de la humillación”, pasar de ser un país fragmentado por las potencias
occidentales y Japón, principalmente agrícola, subdesarrollado y dividido por décadas de guerras
civiles, a convertirse actualmente en una superpotencia económica, industrial, tecnológica y
geopolítica preminente en todo el planeta, el principal socio comercial de la mayoría de países del
mundo, en apenas cuestión de 7 décadas.

Durante este seminario, aprendimos diversos conceptos y herramientas de desarrollo y


cooperación ‘made in China’, tales como: ‘Nueva ruta de la seda’, ‘prosperidad común’,
‘comunidad de destino compartido para la humanidad’, ‘emancipación de las fuerzas productivas’,
‘Imperio de la ley’ y ‘democracia socialista’, ‘aliviación de la pobreza rural’. Todos estos, nos llevan
a concluir, que el salto al desarrollo no se consigue con recetas importadas de las tradicionales
potencias occidentales ni de las organizaciones financieras globales; como ha intentado Colombia
durante muchas décadas, sino mediante el estudio científico de las condiciones socioeconómicas y
los medios de producción del propio país, y la cuidadosa elaboración, planificación y puesta en
marcha de reformas políticas, económicas, demográficas, culturales y ambientales, que atiendan
las particularidades nacionales.

Para estos procesos, como lo demostró China, es importante sumar aliados de otros países que
han tenido que enfrentar la pobreza y la desigualdad; como el caso del BRICS, y desarrollar
primero las capacidades productivas domésticas, que permitan la industrialización y producción
tecnológica de vanguardia, y que puedan prosperar a partir de un modelo político y económico
alternativo al que por décadas han buscado imponer las potencias occidentales, como único
camino al desarrollo. De esta manera, compañeros colombianos, es importante que después de
este seminario, conservemos el aprendizaje del admirable ejemplo de China, un país cuyo PIB
creció 8,1% en 2021 y está cerca de igualar al de Estados Unidos, a pesar del reto de contar con
más de 1.400 millones de habitantes; 4 veces la población de dicho país, el primero que logró la
reactivación económica durante la pandemia de covid-19 en el año 2020, el país que produce el
30% de las manufacturas a nivel mundial.

Finalmente, los quiero invitar a que seamos replicadores de este conocimiento, tan útil y
pertinente para Colombia, con el fin de que nuestro país, reduzca su histórica y problemática
dependencia del modelo occidental de desarrollo, genere y aplique sus propias recetas para el
progreso, con disciplina y cooperación, tomando como referente la experiencia china y buscando
revitalizar su papel en el escenario mundial, estrechando sus lazos cada día más con la
superpotencia creciente que es la República popular de China, uniéndose en el futuro a nuevas
rutas marítimas de la seda y a la ‘comunidad de destino compartido para la humanidad’ propuesta
por el presidente Xi Jin Ping. En conclusión, es la hora de que Colombia miré hacia el oriente y
abrace decididamente la prosperidad compartida que propone China para el mundo.

Gracias por su atención.

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