Pertenece al Bayern Munich, que el año pasado recibió el trofeo Sócrates, que premia la contribución social de los jugadores, y el tiene bu¿ien merecido su premio lo explico:
A pesar de todos los millones que ha ganado gracias a su esfuerzo
nunca ha perdido la humildad ni la conexión con sus orígenes.
Nacido en 1992 en Bambali, una ciudad de escasos recursos al sur de Senegal,
debió crecer en medio de la pobreza donde desarrolló su talento con el balón, aunque sin contar con el apoyo necesario.
“Se me consideraba el mejor jugador del pueblo, pero nadie en mi
familia quería que fuera futbolista. Yo estaba totalmente convencido que podría alcanzar el éxito, pero no sabía cómo”, comentó en el documental Made in Senegal.
Gracias a sus ingresos, Mané ha intentado mejorar las condiciones
de su ciudad natal consiguiendo algunos servicios con los que él ni su familia pudieron contar en sus primeros años. Por lo mismo donó US$ 693.000 para la construcción del primer hospital de Bambali, siendo parte además de la supervisión del proyecto que incluye consultorios, instalaciones dentales y departamentos de maternidad. ““Recuerdo también que mi hermana tuvo que nacer en nuestra casa por la falta de un hospital. Fue una situación muy triste para todos. Ahora construiremos uno para dar esperanza a todo el pueblo”” dijo en 2021 En 2017 entregó US$ 234.000 para la construcción de una escuela secundaria. También envía 70 dólares mensuales a las familias de su barrio, ha desarrollado programas de prevención del VIH y donó US$ 56.600 para ayudar a su país por la pandemia del Covid-19. También construyó una estación de gasolina y ha conseguido suministrar a su pueblo de internet 4G.
“Yo pasé hambre, trabajé en el campo, sobreviví a tiempos difíciles,
jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy, con lo que gano puedo ayudar a la gente”, ha manifestado.