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DSERO Y socIEDAD Univer Aum Meron "Gaia Neekin, Meson EL ESPACIO TURISTICO: éMETAFORA DEL ESPACIO GLOBAL? Daniel Hiernaux-Nicolas* Introduecién introducen el turiemo en el tora de las diseusiones: la “aidea global’, a “nave espacia” el Disneylandi glo- bal” (anni, 1996:5),eluso reterativo deestas metiorasoblina # reeonover que algunos de los rfereates més socoridos cel turismo de masas, han pene'rado finalmente a era actual, vol- vigndose lugares comunes del vecabulario de hoy. Este olor a vacaciones, esta suave sersacién de que la globalizacién rents a un munde encantado, no es un simple anifce de ls pahbras:ciertamerte se basa en ellis, pero tam- tin prtende hacer ereer que a expansién del sistem glotal « de Ie eeoromia-mundo, ¢s un proceso no violento, profua- amente hedonisia dol cual todos podemes gozat E ntre [as milkiples metéforas de la globalizacién, varias Pero... Ante los desencventros que atraviesan el impo y cl espacio, cuando se aceatian las no contemporancidades, cuando de repente todo s# precipita: se extremecen marcos ferencia, se tansforman las bases soviales ¢ imagina- Tias de unos y otros, se disuelven visiones del mundo, en tsa época hasta la alegorta babélica permite la iusion de un nninimo de articulacign. (lanni, 1996: 12) En otios términos, las alegorias y las metiforas en tomo a la globaiizacion, surgen de la necesidad de reencantar wa ‘mundo cada voz més eruedo y violento, por la expansion mis- made la globalidad, Qué mis avertado cue aprovecharlasimagenes hedonisias gue el turismo integré a la vida cotidiana de las poblaciones. del mundo entero desde hace mas de cincuenta afios? Esta fu- sion entre globalizacin y experiencia turstica es ciertamente. tunade las vias mis interesantes por estudiar en relacidn con la construccién de un nuevo imaginario para ia sociedad global Pero para entender esta nueva relacién que se acerca en cient forma a la “turistificacién” que ha tratado Marie~ Frangoise Lanfant (1995), es preciso reconstruir algunos pa- sos de la relacién entre turismo y sistema mundial, y anor, como hip6tesis de trabajo, que el turismo es probablemente uma de las actividades que mds tempranamente se ha slobalizado, Més que asisiren laactualidad.a una globalizacién del turismo, se observa, un proceso por el cual el turismo ha 9 prestado sus imaginarios, sus mecanismos integradores y has- ta sus teenologias, a la expansién de los proceso: de globalizacion. Admitir esta hipétesis de parte transforma asi el sentido de la causalidad principal, sin por ello negar que pueda también sor cierta la rolacién inversa. Se partir entonces de algunas reflexiones en torno a la -lobatizacion y enseguida al turismo, para posterionmente in- ‘woducir una serie de planteamientos sobre la relacién turis- mo-globalizacién, particularmente en relacién a los espacios que consiruye el turismo, 1. Globalizacién y turismo: bases de la relacién 1.1. La globalizacién Alimento por excelencia de la prensa, los trabajes acaclémi- os, ol discurso oficial y tanto el discurso como la practice ‘misma de los sectores productivos, laplobalizacién seha vuelto ‘uno de los temas centrales de discusion en este fin de milenio, ‘Ain quedan muchos puntos por aclerar en relacién con la realidad de este proceso nuevo e inclusive en relacién ala no- edad misma de! proceso. Por ejemplo, estamos aun muy le- {os de poder encontrar verdaderas empresas globales (Boyer, 1996). Asimismo, algunos autores como Chesnais plantean que el término giobafizactén! se acuna en inglés y refuerza una visién sistémiea de los procesos en curso, mientras que el tér- ino murdializaoién, usado en francés, es mis neutro.en este sentido (Chesnais, 1997). ‘Sea cual sea nuestra posicién al respecto y el grado real de vance de Ia Hamada “globalizacién”, no es menos cierto que el término forma parte de un nuevo acervo de términos “fetiches” usados por doquier, frecuemtemente fuera de con- {exto, Pero el uso abusive del atributo “global” no puede ser tampoco remitido a un simple exceso de lenguaje. Existe una profunda realidad de ta globalizaci6n que quicd encuentra sus, raices en lo imaginario, mas que en le prictica de la produc cién por ejemplo, A partir de la constatacién de que "..nmestra civilizacién acionalista y su culto para la desmistificaciin objetiva se ha visio sumergide por la resaca de la subjetividad reprimida y de lo irracionat" (Durand, 1992: 495), podemes reconocer el papel mitico de Ia globolizacién en la constitucin paulatina dol imaginario del proximo milenio. Si admitimos que la globalizacion no es sdto un proceso real sino parte de un imaginario més vaso, es evidente que se \uelve decisive el recurso a las iméigenes coro forma de ex presar el mito y la necesidad de construir metaforas claves de amplia difusion, La globalizacién entonces recurrird a ciertas concepciones, del mundo ficilmente aceptables por las mayorias: la indivt- dualizacidn,es una de-ellas. Elser humana xe ha desmasificedo, y ha sido investido de-un nuevo rolesencial, el de ciucdadano- ‘onsumidor (Gereta Canclini 1995). De ser un niimero clave en el sistema mundial e base industrial-urbana que en clertos 10 ccontextos pudoidenifcarse como fordista el ser humano ‘pasa. aser una persona revestda de funciones propias, con iden- tifcaciones supuestamente distntas, de tal suerte que el tema del “owo" reviste una importancia creciente en el mundo ac- tual. Lo anterior expla el rogreso en fuerza dela antropolo- giayde laetmologa,disiplinas que siempre fueron marcadas por el estudio de! “otro” y que ahora encuentran una nueva legitimidad enc estudio de I oredad en os mundos conten porinens (Augé 1994). La segunila imagen importante, es la aiemporalidad de fa circulecién material: la larga lucha de la modernided para re boasar el “freno de la distancia” hubiera finalmenteeliminado ta distancia por e!avance considerable de la teenologia; este proceso es el resukado de la aplicacién de tcenologias que ‘mageifican la aceleracién del tiempo y también, aunque en forma may cistinta, mediante la virtualizacion det espacio. De tal suerte, se erean nuevas formas de espacio, como cl espacio Virtual, pero™..antes de ser cualguiora de las posibles meta Joras, el espacio virtual, el ‘evberspace de os estadenidenses, ‘es primero un “espacio” (Quéau 1995): 45) Por Ia atemporalided afirmada de la circulaeién, la lobalizacin integral espacio como una de sus dimensiones, intrinseeas, y tende a no distinguir los lugares entre si Po: ello, una de las contradicciones mas evidenies de ta obalizacton, es latensi6n éindmica, la contradicsion ereciente tne la realidad de los lugares y la virtualizacién de los espa sis, Esta tensién a0 se ha integrado al discurso globalizador pero permea la transformacién de los espacios reales somet \dosa tos proceses globales Porotta parte, es evidente que el hedionismo-ocupa un lugar preponderante en la globalizacién. Algunos autores remiten al trevimiento de una vision ecologizida de las sociedades por ia cual asistiriamos a une erotizacion de la cotidianeidad, un reareso de lo dionisiaco y la permeabilidad de le social por la naturaleza “natnrante” (Meffesoli 1997). Si bier tal visién més holisia ¥ hedonisia puede ser obser~ vaca partir del estudio de los mieroprocesos sociales, no €s metos cierto que emerge también del discurso glabalizedor: El mundo estaria, por virtudes de fa globalizacion y de sus ‘nuevas bases teenol6gicas, en via de suavizar los comporta- niientos,rewresar¢ la naturaleza y conseguir la amonta uiépi= 8,0 sea el paraiso perdido, Laidea de ln“aldea’ global, no es mas que fa recuperacion en el imaginario mundial, de un rousseauismo discursivo, la imagen de un munco perdi 1.2. Eltarismo Siies pretension del discurso de la globalizacisn la defensa de un mundo “hipermoderno” donde la teenoloxfa y la circu- laciin sen elementos claves, en este caso el turismo ée la ‘modemidad representa bien la primera version de este disc 0, Dicho en otras términos, el turismo de maces y aun los antecedentes més remotos del turismo masivo en e! "Grand Tour” por elemplo, son precursores y posibles orientadores del giro actual de la globalizacién (Urbain 1998), Para sustontar dicha afirmacién, presontaremos algunos ejemplos o situaciones que remiten a este caracter global. En primer lugar, podemos afirmar que el turismo ha sido, desde sus inicios, an acto de transgresién de las limitantes expacio. ‘esy pirticularmente de las fronteras, Mientras que. en la fase iniciat de su constitucibn en proceso social, el turismo de la alta burguesia no presontaba conflieto pars In identidad de les Estados Naciones decimandnicas por los eseasos viajes que se generaban, pronto la masificacion implico la necesidad de repensur la ciroulacién ce personas en un coatexto ms amn= plio. Mientras que las froateras esiaban cerradas al comercioo por lo menos éste estaba sometido a fuertes restricciones bajo la forma de protibiciones o impuestos a la circulacion, en el mundo oceidenial capitalist, los Estados fucron forzados a adecuar los contenidos cerrados de las leyes nacionales a.una, internacionalizacion incipiente.* ‘An en la fase de sustinucion de importaciones para un mmun- do en proceso de industrilizacién, los flujos erecientes de turs- ‘mo obligaron a reducir el efecto de frontera para sus propias actividades y movimientos turisticos, lograndc el annelb de un sistema més mundializado que solo pregonaban algunos auto- res precursores como Frengois Perroux. Asi, y s6l0 asi, pede mosenvender la expansién tan dramética de los flujos ernisores,, originados en los paisesafluentes de| Norte de Europa, hacia el Sur mitico, espacios del sol y modes de vida diferentes. Una situacién similares observable en Cubs haste 1959 0 en Mex: co, cuando las “hordas doradss” de turisma esiadounidense se vyoleaban sobre las terras miticas det Sur (Turner y Ash, 1991). No es entonces fa visita de Antonin Artaud 8 los Torahumaras del Estado de Chi ni las frecuentes escapadasde Jack Kerouite, Allen Ginsberg y su pandilla Beat que marcan la diferencia, sito la efe-vescen- cia deun turismo de masas, orientado esencialmente a ciertos, espacios mitiess como Acapuleo, del cual el cine mexicano ‘construye fa leyenda, La masificacion de la tansgresion de la idea de frontera cerrada por el turismo internacionel, nos parece entonees un elemento esencial que erea progresivamentea través de varias, decadas, la posibilidad de la globalizacion posterior a tos se- fenta. En ese momento, elturismo internacional ro erevia més @ la velecidad que hebia adquirido en les décadas anteriores (Cazes and Potier 1996} pero una de su seruilles esenciales habie sido sembrada en la terra fect de las imaginaciones modermas: el mundo es uno y aecosibles.a todos. El segundo aspecta esencial sobre este rol central del turis« mo en la formacidn de la idea de globalizacion, to encontramos. tn la difusion de los “valores” esenciales de una sociedad nueva; en este sentido, una vex mas el turismo mereve Un re conocimiento especial por su papel de difusion: unas ée las, hus que tiene relevancia, VW caractristicascontrales de este proceso puede ser su contiibu- eién a le hibridaci6n cultural. Dicha hibridacién se ha dado ‘geogtéficamente en dos dimensiones: por una parte, el taris- mo ha permitido una hibridocién cukural Norte-Nore en la ceuil he dominado ladifusidn de los valores consumistas pro- ples de la sociedad de consumo mis avanzada, los Estados Unidos. La “Disneylandizacién” del mundo es en cierta for ma, parte del “desafio americano” que tanto inquietaba a Jean Jacques Servan-Schreiber en Ios sesenta. El turismo masive hha concribuido al Gesplazarniento de los valores tradisiorales en os paises del None y su reemplazo por aquelles de amo: demidad. ;Y hasta qué punto ha contribuido a Ia difusion de los mismos en el Este, en aquel entonces cerrado con doble cerradara? {Qué responsabilidad tendriael turisme en lacakda del Muro de Berlin? Todas las preguntas que conven estu diar con mas detenimiento. La segunds dimension es fa Nore-Sur: la penetracion de los valores culturales del copitlismo en ls sociedades tad cionales a sido no slo estudiada sino también atscada por le antropologia y la Sociologia del turismo de los setenia Satanizado como vehicula del mal, es decir el modo de vide capitalista-consumista, el turismo ha sido fecventemente re legido al estaruto de una plaga que mi siquiera mereeia|a pena ser estudiado por el mundo académico, tax proclive sin em barge al estudio de perversiones mucho mayores, Tascendin- do in dimensién moralista propia de una épocs, n> es menos cierto que el turismo ha sido un factor esencial de moderni- zaci6n de cletios paises del Sur, Modemizacién consamista, 12 ciertamente, pero sin lugar a duda un peldano en la integra cidn globel de ls sociedades del Sur alas economias-mundo, aun siresult6 darse a un nivel subaltemo, No debemos olvidarnos tampoco de la creciente penetra- cida cultural del Sur ea el resto det mundo y particularmente en ef Norte de la “aldea global”, como un efecto de polaridad geogréfica inversa; la cultura de las ciudades modernas actun- les esta plagado de argumentos en este sentido: hasta en Baki ‘entrenaca en un dexenireno petrolero nuevo, podemas encon- trar restaurantes mexicanos o en China comunista Avida de modemizacion capitalista, pero, indudablemente, es en los Estados Unidos donde la imagen de México ha codrado tal importarcia que éste es el segundo pais exportador de cerveza, ala primere potencia mundial, 2Efecto de la brillante estra- tegia comercial ce los productores mexicanos rebote de la estanciaen Mécice de 17 millones de turistas extranjeros al ate, sin costar los 65 millones de visitantes excursionistas, fionterizos? mos entonces a la turstificacién de la globalizacién 40 viceverse? Esta pregunta que abrimos ya en cierta forma en les pirrafos anteriores, puede completarse en el andlisis de las tendencias ms reciontes Gel turismo on la glabalizacién, ani- {isis en et cual haremos especial referencia a la espacialidad ée les procesos abservados, 2. Los desarrollos de la relacién. turismo-globalizacién. Desarrollacemos la exposicién en una serie de puntos por me- ode los enales trataremas de reforzar la hipStesis central de este trabajo y sus consecuencias inmediats: la globalizacién sedesarrolla —entre otros factores—a partir de ciertos imagi ratios originados en el turismo y éste, a su turno, responde a tte procesoyy se asimila cada vez. mAs a losprocesos globales.” 21, La globalizacién como “invitacién al viaje” Elproceso de expansién del alcance territorial de las empresas 1yée las economias nacionales, ha provocado formidables cam- bios en el “mngpa del mundo”. Varios autores entre los cuales Milton Santos, tan dedicado numerosos escritos a esta teconfiguracién del mundo, a la redistribucién de personas, bienes, informacién y capital alo largo del planeta, Sin lugara ‘da, Jos Mujes comerciales han sido los mas estudiados, asi cone tendencias mis recientes «la des-localizacion de capita- lese inclusive a su “a-espacialided” reciente (Thrift, 1997), Por ora parte, los impactos de Ie globalizacién sobre los {ujos migratorios son decisivas: « esie respecto, autores como ‘Wallorstia laman In ateneién sobre el hecho de que las préxi- ‘mas décacas se caracterizaran por le expansion de los movi- imicntes de poblacién, particularmente en el sentido Sur-Norte (Wallerstein 1996), Este autor llama la atencién sobre el ca- acter desestructurador de dichas migraciones, considerindo- las como una de las grandes apuestas del proximo siglo, ala par de la cuestién ambiental, por ejemplo. En su turno, una autora como Saskia Sassen, evidencia que las migraciones significan una componente importante de In dinmica de las ciudades globales (Sassen, 1998), 4Pero donde quedan los fujos tursticos en el andlisis? Todo parece indicar que dichos “lujos no se analizan con frecuen- ia a pesar de su sigoificaziva importencia, ‘Nuestra hipétesis al respecio, es que la tendencia a la ¢globalizacién ha provecaco un incremento sustancial de los vi jes internacionales, Estos no se orientan exclusivamente a los ‘negocios, sino que intioducen una caracte-tstica hedonisia par ticular de este fin de siglo: la mezcla de vigje y negocio, sea le reafirmacign de la complerentariedad de! acio y del negocio Lacxplicacion central de lo anterior se encuentra en que le ‘slobalizacién es en cierta forma, una'*invitacién al viaje” como loafirmabamos en el titulo anterior. En otrosterminos, ha pro- vocado un incremento de los flujos de personas, no s6lo pare fines de negocios, sino integrando también una concepeién hedonista, por la cual el aprovechamiento del tiempo libre es tun componente esencial del viaje. Hoy en dia, a distinciéa entre viaje de negocio y viaje de placer es tenue para ls franja mis mundializada o globalizada de la sociedad: tanto en relacion a los acalémicas que asisten en orma creciente a congresos intemacicnales, como los emplee- dos premiados por grandes convenciones, hasta las innumera- bes misiones de negocios que surcan los cielos,asistimos auna formidable expansion de los viajes de negocios: sin embargo, luna caracteristica esencial es el *postvigje” oe! “pre nnera de compensacién: ina estancin en la ciudad de México debe forzosamente, completarse por un fin de semana gratificadar en Caneiin u ot sitio turstico de moda* Una convencion de pe- 4quettos empleados no se concibe sin excursiones y con frecuencia ‘¢ suele ctorgar premios (un viaje) paraelolosempleados del ao. Los hoteles més tujasos destinados a los grupos mas selectos| de “empresarios globales” offecen albereas,jacuzzis,y servicios ‘cuarto de las mas select(o)as“edecan()as”: excursions, paceos Por a ciudad (con el o lz acompaftente de luo) son servicios “ala ‘aria o sea parte del “room service” para os empresarios globales, {Como negarse a tan "distinguida” y suave Hamad al viaje? 2.1, El turismo en las ciudades globales ‘Uno de fos cambios mas sensibles en elterritorio mundial, es, le formacién de un sistema de archipiélago, en la cual econo- ‘mias “insulares” controlan los vastos mares del mundo fisic. Esta metafora ha sido particularmente desarrollada por la ge0- _geafiay los estudios territoriales; Veltz afirma que: ta muieva geografia de la economia mundial articula de hhoy en adelante cada vez menos conjuntos nacionales ho- imogéneos y compactes, sino focos de acumutacin y de cre- cimiento infra-nacionales, regiones, ciudades, metrépolis. (Weitz, 1996: 59: vease tambien Boyer, 1996.) Dicho planteamientoremite ala existeneia de espacos “fuer- tes” que son los verdaderos motores de la transformacién de las economiastradicionales —modernas,industriaio-urbanes— a partir de los cuales se tejen las redes de ceumulacién: en primera instancia estin las tes ciudades globales que contro- tan el sistema econdmico mundial: Londres, Nueva York y ‘Tokio. Enseguide quiz unas treinta ciudadesrefuerzanlared primariay extienden los laz0s de Ie exonomia mundial otros ‘espacios. Entre estas, México y Sao Paulo-Rio de Janeiro, las, dos dnicas ciudades de carter semi-global en América Lati- 1, euya metr6poli principal pareceria mas sor Miami que una ciudad antdctona (Hiernaux, [998; Friedmann, 1996). Todas estas ciudades han conocido un erecimiento sin pre- cedente de sus actividades turitieas y se aiste a un renac rmiento del turismo urbano, an paso del “heliotropisma” al “urbanotropismo” ene turismomundial. {Como explicar este proceso’ Podctnos plantear varias hi La primera va ligada a una transformacién de los imagina- rios turistcos, entre los cuales reslta la pérdida de fuerza de las imagenes construidas con el sol en el centro (Hiernaux, 1995). Esta situacion no prejuieia sobre si se ha dado un for- rmidable crecimiento del turismo ecolégico asf como una ecologizacién del turismo como lo veremos en el punto si- guinte (2.3), sin embargo, remite a la desconstruccion de la 14 justificacion del turismo solamente a partir del sol y de la playa’ Por otraparte, ls ciudades grandes pierden progresivamente su cardcter de inviables, y recobran wna imagen mas positiva (véase, por ejemplo, el nimero Cities don't suck de Utne Reader, 1995). Lo anterior se debe a que es en las grandes ciudades donde se presenta en forma mas lesible y perceptible fsicamente, la presencia de los efectos mas benéficos de la slobalizacién. En ells, la arquitectura posmoderna deja es hhuellas de nuevas formas fisicas,atractivasy tecnologicamen- te avanzadas (los edificios inteligentes, por ejemplo) cue lla- rman poderosamente la atencién de turistasen busca de auevas sensaciones, y que percibe en estas formas “posmadernas” de edificar las cludades, expresiones de las recaidas benet= as de la sociedad global sobre sus humildes personas Cor cepcin mitica, ganas de creer en un futuro mejor, utopia de las grandes cludades. ta¢0 ello no deja de ser Ia bese para cl sustento de nuevas formas de turismo urbano de crecimiento valorizacién, En la nueva economia del signo y del espacio (Urry y Lash, 1995), el turismo es una de las formas mis evi dentes de percibir las transformaciones actuales en forma.sen- sible (no s6loa través de las imagenes expresadasen los medios dle comunicacién masivos, aunque ésias sean un vehicula ime ortante de tas nuevas formas arquitectonicas urbanas) Povdemos decir, —quiad en une forma un taato forzada— gue elturismo a resultado seruna forma privilegiada paraacceder al conocimiento de ciertas formas fsicas la globalizacion, Por ello, ls cudades son escaparates dela globeizacida, en la mise ima forma que ls vitrnas de prostitutas de Amsterdam dejan en rrever (sin poder tocertammpoco) el placer esconcio en la ciudad ‘modema, hoy posiblementesusttuido pos la dneri¢ por los prose tibulos vituales. Es la imagen del fléneur baudelairiano que llega ala men: te: gel turista mundial seria entonces un fldaeur que recorre los espacios globalizados de las grandes ciudades? La expansion de estas nuevas modalidades de turismo llama poderosamente la atencion, porque contribuyen ata revaloriza- cin yal “rescate” de monumentes, sitios o barrios enteros, cuya rveva voeaciénes volvere los espacios del turismo mundial, Cada ano de ellos sera analizado, reconstruido y adecuado sutilmente para influ en la ecision del vigjero de pasar por la ciudad, y dejar algunas horas y délares en sus sitios privilegiados: el sus tancialauge de los frentes de agua water fronts) en los Estados Unies como los de Boston (Faneuil Hal y la zona circundante) 0 el frente del Rio San Antonio en la ciudad del mismo nombce, asi como el rescate de edificios industriles para crear centros ‘comerciales-tristicos son muesires de estatransformacton de as -siudades hacia centros de turismo nacional e internacional 2.2. La expansién del warismo ecoligico ‘y la ecologizacién de! mundo ‘Sin embargo, no todo es turismo urbano, con esta dosis de cultura global que le €s propio. Por el contrario, existe una ‘endencia significativa hacia el regreso a la naturateza que ha impactado profundamente el turismo actual. Un anilisis de primer orden lo constiuye el mae reciente trabajo de Maffesoli (Mattesolt 1997) desde la perspectiva de rescatar a importan- sia de la naturateza en las sociedades posmodemas La ecologizacién de ls sociedades no es nueva, y tavo su éyoca precursora en los sesenta, con el movimiento hippie y sus resonancias cientificas en autores como Schumacker o Bockchin. Pero las marcas de la vontracukura fueron ripida- mente horradas. Sélo es hata los ochenta que regresan con fuerza, no como contracultura en esta oeasién, sino como un vesio movimiento de ecologizacién de las sociedades, con imaifestaciones miles. Flturismo no podis quedarseaislado de este proceso, de tal suet, que poder distinguarvaros procesos de “ecalogizacidn”: per una pate, se observa una exparsin del imerés por ef tur mo asitios de valor ambiental. El Namado “ccoturismo” ba resiltado de ereciente importancia en el mundo del turismo, Son ahora miles las personas que se lanzan en los sitios més pardidos del mundo, en busca de laautznticidad o la unicidad del sitio natural, Contrariamente a a pasividad propia del tw rismode masas,elecoturistaes un ser activo, dispuesto a acep- la riesgos,cansancios y esfuerzos por obtener’ privilegia de compari a vida “natural”. De tal suerte, el ecoturismo ha propiciado uno nuevo smodo de “hacer turismo” que ha revalorizado para fines lursticos, espacios aislados, insalubres a veces, riesgos0s freeuentemente, que se inzertan ahora on la oferta global {el ecoturismo, Gracias las revistas especializadas, a las pazinasde Web, pero también a las tribus ecologistas que circulan las infor- rmaciones pertinentes, ls espacios naturales son cada vez més 2sibles. Pero no cabe duda que el ecoturismo no desplaza slturismo de masas (Hiemaux, 1997). Este sigue siende la principal forma de hacer turismo, aunque cada vez més, el turismo masivo trata de asimilar la ecologizacién imperati- 12 Is iniciativa de otorgar una “eertficacion” ambicatal a instlaciones turistcas en Costa Rica es uno de los numero- so: ejemplos de una ecologizacién del turismo de masat que sé enftenta con los rancios esquemas de rentabilidad ulranza, basados en formas tayloristas de concebie las acti= vidades turistics. del turisino-mundo del mundo Li atterior debe Hlevarnos a reconover que existe ya un tu rismo-mundo, es decir, una forme de concebir-el turisme que ta rebasedo la simple expansién tradicional, por ejemplo ia que resaié dela época de los “frentes pioneros” (Gommsen en Hiern, 1989), En ots tmines, nos atrevernosa plantear lahipotesis de la existencia de un espacio turistico global, en el cual se presentan los flujos de personas, capitals, ganan- clase imagenes. El espacio turistico global, cada ver menos cbedece al modelo centro-periferia, sino a un sistema de centres miilti- ples que emiten personas, imagenes, etc. Lo anterior surge tam- bién del hecho de que la globalizacion ha creado una “clase ‘capitalista mundial” (Sklair, 1991) que se ubica no s6lo en los ‘centros tradicionales de poder, las actuales ciudades mundis- les, sino que reside también en ciudades del antes llamado “Tercer Mundo”, donde ocupan sitios privilegiados en las so- cciedades locales. Dicha clase mundial no sblo gozade una parte sustancial de es ingyesos mundiales yen particular de sus pal= ses de residencia, sine que demuestian uns fuerte propensioa al via. Detal suerte la dicotomia tradicional Norte-Sur puede ten- der a reducirse, aun si los voliamenes de turistas del Noite al Sur no serin superados por muche tiempo. Es interesante no: tar que dicha situacien se parece a la transformacién de las localizaciones industriales a escala global, a raiz de los proce- 305 recientes de globalizacién: cada vez mis la industria se relocaliza hacia el Sur, que se vuelve emisor de productos. Hoy en dia, cece el movimiento total de turistas, pero emiten. también, aunque en forma menor los paives subdesarrollados. Por otra parte, como ya lo afirmamos, la diversificacién de Jos destinos y de los intereses de los turistas, pone en eviden- ia que nuincrosos sitios vargadis de “hipermodemidad” son ahora los ms cotizados. Las ciudades del primer mundo son entonces ddestinos envidiables para muchos. 2.4. La virtualizacién 0 el turismo “erzatz” Por virtualizacién del turismo o turismo “ercatz”, entende= ‘mos varios aspectos de las transformaciones recientes del pro- ‘eso turistica: el primer aspecto, es la creacién “ex nihilo” de sitios turistieos recreados, es decir sin ninguna naturali- dad, ni desde una perspectiva ambiental, ni desde la perspec- tiva social.® Unejemplode elloes la consiruccion de burbajas taristicas cerea de Londres y Paris, entre otros sitios, en las cuales en contraremos hoteles, restaurantes y actividades recreativas sumergidas en un clima antificial de tipo tropical. Fl tin de seinana en estos Sitios se vende como una alternativs a un vise Je. Obviamente se elude la implantacién de mosquitos, alacra- ries, calores extremos, ciclones y dems situaciones “naturales” propias del verdadero tropico. La tropicalizacién del turismo intemo de los paises frios ¢s sin lugar a duda un erzatz, en sentido de un sucedaneo de las condiciones ofrecidas por pal ses desarrollados, en el mismo sentido que los nazis desarro- Naron “café artificial o erzatz de cafe”. Sin embargo, existe una tendencia evidente a aceptar lo fal- 0, el collage de situaciones no convencionalmente yurctapues- tas; dicha tendencia no es sin recordar ta aceptacion de Ia arquitectura posmoderna que juega, justamente, con la co sid de log estilos. Tambien recordaré la confusidn de los xé- neros, propia de la época actual, en la cual un mismo perfume (Ge Calvin Klein) puede presentarse como “unisex”. 15 Un componente del turismo actual, en sus manifestaciones mas posmodemas, es enforces un turismo falso, ce collage de confusiones aceptadas 0 inclusive buscadas como parte del atractive tristico. Es notorio, aesterespecto, que quienes acu- en aestas “burbujas” son justamente personas de alto nivel socioecondmico y cultural, quienes son tambien capaces de ‘demandar mayor autemticided; a manera de hipétesis, pode- mos afirmar que son capaces de jugar con una multidentiéad: con aquelle que los relacionaria con las masas, al tomar vaca- ciones tradicionales en sitios de turismo de masas © com la ‘dentidad refinaday selectiva de aquellos segmentos de tris tas que pueden viajar a través el Atlintico para asst a una expnsicién cultural o aun concierto, ero también pueden asummir una identidad hitch al dirigir- se.a estas evidenternentefakificaciones climaticas y sociales que son las burbujes. Lo hacen porque reconocen un interés particular en esta forma de turismo: su aceesibilidad instantd- nea, es decir Ia posibilidad de contar con dichos “atractivos™ turisticos como se los eonoce entre fos especialitas del “me- dio", en cualquier parte del mundo. Elotro componente dela vinualizacia, es el ms eviden- te: elturismo se ha montado sobre las lineas de! Internet y ha sabido jugar con su indecible encanto, La virualizacién del turismo se ha traducido, de esta forma, ca lacreciente exist ciade paginas espesializadas en la clarafta del mundo virial. En ciera forma, dicha situacion puede obedecer a simples mezanismos de promocién publictaria, © de veata de serv cios: podemos encontrar en el Intemet, tas de hoteles, por ejemplo, asi como varios sistemas pare hacer rservaciones directas de avign, sn pasar por las agencias de viaje. Esia nos parece sera cara més evidente, lt mencs refinada del uso del internet para e turismo. LY elturista viral? Aquel que pasa horas frente ale pa talla de la computadora, buscando nuevos sitios es, en buena medida, un tursta que visita “sitios”: puede hacerlo por nego- ‘io opor ocio. Enel segunda cao, y a reserva de admitir que espacio virtual es bien un espacio como lo sstiene Queau, no nos queda més que afirmar que ese viajero virtual es de hhecho un turista del espacio virtual. Pero también hay quienes efeetian viajes virtuales a sitios reales, por lomencs, cuasi tales. Vistar Acapulco, Ipanema ‘© Montreal por medio del Intemet, es ciertamente una tarea virtual, :Pero podemesafirmar que cl viaje“real” inieia cua do se sube al avién?;O por el contraro, las travesias virtuales en mares de datos, cabalgando la balsa del teclado, no puede ser intexpreiada como parte del mismo viaje? Mejora el distru- te ye! aprovechamiento del espacio real turstico a través del viaje virtual previo que inerementa el conocinientoinicial del espacio real, ¢S de hecho una actividad en plera expansion, No ereemos que elturismo virtuel rebasard.c turismo real, —aunque algunos autores como Knox (1995) habla de cyburbios donde los tnicos viajes posibles son la droga o el escape virtual—, pero no deja de lamar poderosamente nues- tra atencién, asi como las comunicaciones entre usuarios del imemet que plantean el problema de las comunidades virtuale,

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