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Mirar y leer: autenticidad y patrimonio cultural para el consumo turistico’ Agustin Santana Talavera Laboratorio de Antropologia Social Universidad de La Laguna (Tenerife, Espa) e-mail: asantana@ullies URL: wom. antropologissocial.org ‘Septiembre, 2002 \E Cada vez con mayor frecuencia observamos como s¢_atribuye el crecimie turfstico a Ja oferta cultural de Jos destinos. Evidentemente algo de ello es cierto, pero parestico,a/laloferta oulniralideJoaldestiiog * ges realmente la cultura, el patrimonio y legado cultural de los pueblos, lo que activa el flujo turistico ino? Las’ gentes con poder’ adquisitivo, con sus necesidades bisicas cubiertas, gentes_con_poder_adquisitiv descubrieron hace tiempo una forma especial de consumo, hoy vivida como una” “Tecesidad, esto es, ogupar su tiempo de ocio viajando. En su bisqueda de novedades, cada afio indagan sobre un nueva destino y, en su mayoria, ome una abeja se Weapza de una flor a otra, liban aqui y alld. Les puede atraer casi cualquier objeto, construccién, fiema de vida, paisaje, convenientciente convertides-en bienes y se ‘cuestién de oportunidad, gusto y capacidad | de gasto (econémico y temporal). ios. Todo es idestinos y los que desean ser destinos se aman en atracr, como Ja flor con sué colores y-néctar, cuantos mas visitantes mejor: Del éxito de sus atractivos dependerd sis Teproduccién. En esta tarea el uso de Jos recursos se WueIVE TIENTS “Medioambiente, ocio, deportes, espacios, eventos de cualquier naturaleza_y, por supuesto, Ia cultura local son aptos para tal fin, Sin embargo, salvo aquellos preparados explicitamente para el turista, no todos los recursos poseen Ja capacidad.de-pader ser_ presentados, contemplados y entendidos en’su complejidad. Deben ser adaptados para presentados. contemplados y entendidos en su complejidad. Deben ser adaptados para wn _uso_repetitivo, répido, ameno_y_sencillo, preparades para la mirada, no para la Tectura. Con unas claves minimas, pero precisas, el consumidor debe satisfacer su necesidad “cultural” de conoc 10 distante. (aL DE TURISMOCOM 1. Camas Crunde MS. 20-23 out de 2 Esto hace pensar en la posibilidad de que sobre un mismo lugar, evento 0 artefacto patrimonial puedan pesar varias versiones, justificaciones e historias, varios argumentos segin sus destinatarios y usos. Desde este punto de vista existiria un patrimonio cultural para el turismo que podria .o no ser activado, promovido y consimmido exclusivamente motivado por intereses econémicos. {Preocupados por lo mirado? En 1972, de manera simultanea al inicio de una crisis energética, los gobiernos comienzan a mostrar su interés, de una forma diferente al manifestado hasta entonces, por los problemas asociados al medio ambiente y la diversidad cultural!. Las décadas siguientes, en un ejercicio de reconocimiento y percepcién, favorecieron el desarrollo y conocimiento y percepeion, favoreciex to arraigo de ideas que conjugaban_el_conservacionismo y Ia_preservaci rehabilitacién o restauracién, Los afios noventa apuntan a la creacién de una ‘conciencia colectiva’. Pero los problemas siguen ahi. Igual que el pantalén vaquero pasé de prenda de trabajo a moda (cuanta mis apariencia de usado mas atractivo, mas auténtico), Ia cuestién de! medio, el patrimonio un, muevo problema, que no es oto que el de JarsSstenibilidad, la preocupacién por el futuro que uro que heredardn las proximas aaa expresién de un mercado cotiiana, ala ale politica, ala Blac ya os Hegoctos. A A esta ‘preocupacién’ se une rmostrado su actuacién como un sistema capaz de adeptarse al paso del tiempo y e Tas diversas formas de pensamienio y produccion, modelable segan las demandas y, a su ‘generador de esas ‘necesidades creadas’. "En 1972 se publica l informe mis relevanie del Club de Roma, el conocido Informe Meadows (Meadows, D. H. y otros (1972): Los limites al ereciniento, México, ECE), se eolebra la { Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo y se firma en Pars, el Convenio sobre Patrimonio Mundial, Cultural y Nauzal promavida parla UNESCO. El marco di expresin cultural y ecosistema para su promocién como producto y/o destino en si mismo. Tomado como eje para la conservacién, el desarrollo y la modernizacién, esta | nueva cara del turismo ha involucrado a miiltiples organizaciones, poblaciones y gobicrnos que, entrando en conflicto y competencia, tratan de mejorar la calidad de | vida de sus gentes y/o administrados. Se insta cntonces a Tas poblaciones a mantener sus estilos de, vida “tradicionales”, su “identidad” que debe ser manifiesta- y su espiritu “auténtico”, para obtener cl beneplacito de una clientela supuestamenite avida por el | contacto con otras culturas y modos de vida, Tmpulsado.en gran medida por el considerable declive que han experimentado Ia agricultura, la ganaderia, la pesca artesanal y la explotacién de las zonas boscosas, el ‘uismo pasa a ser considerado como el nuevo mand venido det cielo, proveyendo de oportunidades de empleo y negocio para las poblaciones que, en casi todos los casos, se- ‘vinculan por cercania o tradicién con un entorno “natural” determinado. Sin ‘embargo, li atic aiaintent nasi) t Jos promotores rara vez. toman en considetacién otros elementos que intervi So Pomonores Tepresentan, en mayor o menor medida, @dstos)que deben asumir los residentes. Los cambios sociales y culturales que se producen, entre otras causas, por efecto del desarrollo de las. actividades turisticas 0 por la mera esperanza de la legada de los See eas marisa pore mere Sperenza Ae Wa Rego ce tos turistas, suelen quedar al margen de la planificacién y la informacién. A fin de preservar la diversidad biol6gica y/o cultural, los estados de més de 160 Sfiade presetvar ip diversidad plologica yo cultural paises han establecido algin tipo de proteccién a_diyersas Areas y sobre diferentes bienes, implicando en la mayor parte de los casos un_uso restringido de los mismos, prohibiendo el cursos, Ta_construccién de_viviendas_y Ia prictica de. | fireas, saberes y edificaciones son entonces social e institucionalmente construidas como . destinos, incluyendo _gencraimente una fmagen_y un discurso cultural —no neutral ni pasivo- mas fancién reereacional. o uy 1S§10 COM BASE LOCAL. Cunpo Grane, MS. 20.2 ous $2002 @ El frea natural o el bien cultural, ahora protegidos, se muestran asi como un aisaje cultural (Saarinen, 1998: 160) sujeto a transformaciones y reformas, inergiendo, cambiando y/o desapareciendo aquellos rasgos o elementos que no encajan TP en su nueva forma, La tala y quema de bosques, la roturacién de nuevas tierfas para el yh V ‘cuiltivo, la extraccién pesquera de especies de pequefio porte o por artes no selectivas, la ye Be» (A mploiacién maderera o la recoleccién de subproduetos de! monte, la extraceién de ope we fridos (tierra, arcilla, arenas), etc. quedan fuera de lo que, en muchas ocasiones, d ie py las ciudades y los centros de investigacidn se consideran pricticas ‘respctuosas’ con cl a medio, debiendo ser armonizadas_con los nuevos tismpos y expeetativas que se proyectan sobre esos espacios y poblaciones. > Enlo que al turismo respecta, superado y modificado el turismo de masas tal y como se entendié en las primeras décadas de su desarrollo (1960-1980), la nueva idea de ta naturaleza, en particular, y del medio ambiente, en general, se concentra en la idea a AX de paisaje. Reproducible este como conjuntos de productos consumibles por su xy, de paisa onjuntos de productos consumibles % eh af% — espectacularidad, exotismo diferencial, refresco de las mentes, rutina turistica 0 por el NS gu especta crismo diferencial, Tefresco de las mentes. m (ape mero prestigio que da el mostrar que "se esnuvo alli”. Pero se produce la paradoja entre “ye proteger espacios-saberes a través de su preservacién absoluta (reservarlos para el futuro), conservarlos abriéndolos para uso recreacional de las nuevas formas de turismo de masas (democratizar su consumo) 0 conservarlos con un uso recreacional de un turismo minoritario y capaz de pagar altas sumas (lo protegido para disfrute de las elites ee es Ce Pet sf socio-econémicas). 12 Mientras que én el primero de los casos ocurre una forma de confiscacién y conservacién ‘cientifica’, que no deja de er apropa en los dos siguientes se incaura el bien para su utilizacin estétia y, en algumes €0s, cultural (Ury, 1992: 17), Separando los ecosisiemas ~ea sentido amplio- de la production primaria y ligindolos directamente a su consumo como bienes y servicios asociados. Con ello se entroniza la <5) conciencia cultural-ambiental que implica que el consumo visual no daiia el entomo, 2 frente a otras formas de explotacién que tendrian efectos dinectos, muy visibles deer incluso irreversibles. ‘a Siguiondo las maximas del desarrollo sostenible, el uso turistico conllevard una _ eee = serie de aspectos beneficiosos taito en lo qué se selese af utomo natural como.s ‘como a las. 4 a cultiras tradicionales de_tas_poblaciones locales, El primero, en tanto que deberd producirse una reinyersiém en conservaciém y, a través del conocimiento directo del reinversiOn ent conservacign } mvés del cqnocinlento_ efitomopse observard una mejora de la conejencia hacia la protecciém Las poblacior Igéales se verian beneficiadas (Dernoj, 1991)-a través de Ja generacion de_ingresos complementarios;"la reduccién de 1a exiigracisii, ta transferencia de id 4 : ‘Turales y_ Ja construccién de inffaestructuras (alojamiento, transportes y vias de urbanas,a comunicacién, miradores, centros de interpretacién y museos, etc), que no obtetirs nh nd) Ja por la afluencia turistica, Sin embargo, ki-actividal turk ss_sgenaimene compli,» la efecion_de a lla ous wae Cassis impone algunos requisitos gue van des: i ir Constructo holistico segin Um y Crompton, 199 jestino en (ur 432) a la implementacién de actividades (Futay libres © guiadas, observacién de fauna, senderos fotogri PavlicipaciGn-observacién de labores y rituales tradicionales, etc.). Estos_ajustes necesatianiente fendrin fe ingresos capaz de permitir la acumulacién de capital a corto plazo. Llegaron también inversores de todas partes que, en la necesidad tal vez inducida, preparaban cl entorna para satisfacer el ansia de los visitantes y ofrecian, para conseguirlo, salarios por trabajo y plusvalias por jerra, on En su complejidad, se entiende que el Gurismo bs mionia de gs Q ii destinos fuera de su lugar ha trabajo y residencia, las actividades realizad: \) de su lugar hi zirabajo y residencia, tas | durante su estan ia en estos destinos y los servicios creados_para_atender_sus instiruciones que interceden entre ellos, ademas del importante grupo de culruras (Santana Talavera, 1997) y sus optimizaciones para el encuentro cara a cara de los diferentes actores. én una prolongacién residencia n_de estindares.tanto.enlo.que-se refiere al alojamiento como a las actividades y servicios que se Je ofrecian para su habitual, su popularizacién hizo necesaria la creagi: disfrute, Era el turismo de masas, fundamentalmente atraido por el sol y las playas de fina arena, Impulsando un movimiento de millones de personas que, como tiadas, egaban a las limitadas areas de acogida (la costa mediterrinea europea, algunos puntos de México y el Caribe, y poco més) sin més pretensiones que disfrutar de su “viaje enlatado’, compradc como wn _paquete queincluia-précticamente todo lo_necesa i promovié un sistema casi industrial para abastecerle de recuerdos, souvenir, comida rapida, alojamiento de baja calidad, transportes, excursiones al por mayor, y otros muchos bienes y servicios. Denostado por los impactos que ocasionaba, por la por su Q como a Ja fuerza de trabajo implicada directa o indirectamente en el mismo. Con él, el sérmino See Ce eae imple ee eects © matrect eae emis “nurista’ -magnificado por el estereotipo del individuo con camisa hawaiana, pantalén 20.2 outubro de corto estampado, gafas oscuras, sandalias y calcetines- adquirié un sentido peyorativo que aiin perdura. Los afios ochenta abrieron paso a Ia consolidacién de nuevas formas mis a sofisticadas y, en principio, mis elitistas de turismo. Se iniciaron entonecs de forma | intermediada por tour operadores y centrales de reserva el turismo rural, los viajes de aventura y riesgo aparente, 1a pasién por la naturaleza y por lo exético de otras culturas. Pero también una nueva versién del turismo de masas que, adquiriendo el paquete de viaje y alojindose en grandes niicleos turisticos, demandaba actividades cercanas a las nuevas formas turisticas. EI sistema turistico se adapt6 a Jas.muevas demandas al tiempo. que [as creaba. En muchos destinos consolidados empezaron a tafier Jas campanas de los nuevos tiempos. Serian capaces de rejuvenecer su imagen o caerian arroyados por el surgimicnto de otras muchas freas que ya no necesitaban de playas y paraisos (aunque. : el referente de este concepto también se ha ‘postmodemizado’ y ahora casi todo el mundo puede offecer y disfrutar de un paraiso casi a medida de las necesidades). El mercado comenzaba a mostrar su flexibilidad y segmentacié: el énfasis se puso sobre Ja experiencia satisfactoria y la ‘calidad’ del turista (un eufemismo para referirse al alto poder adquisitivo y posibilidad de gasto en el destino). Ei,turismo alternative, con. /' subproductos como el turismo rural, el ecoturismo o el turismo cultural, es hijo de tal ee SES El scorurismo ol turismo coral es hijo det sifuncién,, generando turists-clientes den cardcter_marcadamente_heterogéneo determiinado, entre otras cuestiones, por sis, cone cones ecificas —estereotipos- del entorro-cultura de acogida y sucapactdad para variacas segin la realidad percibida esttiscomo en To jnteleciully emaciated 0 PALSgico Stebbins, 1996: 948), de experimeniae fW‘cultyra en el sentido de una forma distintiva de vida (Hughes, 1996: - \ 704), Las actividades Hevadas a cabo para satisfacer tal ‘cutiosidad” podrin consistir en AS actinic’ la partici ién cn eventos locales, en el encuentro cara a cara con gentes exéticas, con culturas distantes -en el espacio o en el tiempo- a la propia, en la observaci6n directa de monumentos, edificios, pueblos o ciudades distintives por su pasado real o hiper-real. : (© BNCONTRO NACIONAL.DE TURISMO COM BASE LOCAL. Cato Ge, MS.20-23 oud de 2002 En general, y sobre todo referido Ig clientes interesados por lo uel Jo cull, le demanda sq centra gr“To que las personas hasan” Singh, 1994: 18) o se supone que ian he6}i en el pasado, Son los clientes del patrimonio cultural. Objetos det patrimonio ... para el sistema turistico ‘Muchas veces identificado de manera solemne con la herencia, @ patrimonig es en si mismo un concepto que alude a Ia historia, qu nae de NESS y es asumido directamente por los frupos locates. El patrimonio es we’ considerado por muchos como laGintesis timbSlica’de ToCalores identitarios de una x sociedad que los reconoce e6mo propios {Iniesta i Gonzalez, 1991: 2) "yarelaciona uaa. { Seated Soetedad 0 cultura con su ambiente (Canaso, T99O31}. EN Tmpliga wn proceso de \ reconocimiento, gencmlmenteinfergeneracional, de unos elementos (desde el tettorio a la genealogia) coino parte del bagaje cultural y su vineulaoiOn a un sentimiento ue 2 sepeatonit) como pane Ser paeue cultural y Se vincumeron 2 un sentimiente grupo. | i Sin embargo la historia es selectiva y cambiante, las cronologias son interpretables y reereables (Fowler, 1992: 4), los hechos objetivos s6lo existen en la poerprelablesiy los hechos objetivos sélo existe mente de los cientificos, y el patrimonio, como histori el nacionalismo, el orgullo local, las ideas rom: x planes de marketing (Schouten, 1995: 21) no lo es en menor grado. Alguien ~persona.o x ‘grupo social- selecciona unos elementos y momentos deienminados, y no.ouras, Alguien | i) a “persona o grupo social- les dota de contenides mis 0 menos esquemiticas, més o nos compleos, gue lo acercan a quienes serén sus usuarios. Ni.siquiesa es necesario que se trate de una serie de episodios conectados en el iempo pasado, basta con que el resultado se mugstre colierente y responda a la visidn presen ente y precoucebida del ayer. Esta eleccisn sociocultural implica que el elemento tomado como patrim ese §Serd ledricamente conservado y protegid, on tanfo que sera valorado por un significado i que taspasa su funcién material, su cosificacién, siendo entonces asumido como algo 2 eoude come a propio. oe Ja ideologia, jo cultural eae ee a Paradéjicamente se puede observar como el sitio o-¢ atrimonial de significado dependi iltiples-tntereses ¥ eonl ian janes, viendose envueltos en > ir? en comportamientos diferenciales ante al ofjeto-sujeto del patrimonto cultural. ‘Tales comportamnientos, uses al fin y al cabo, son los que'podrian degradar y subvertir cl pattimonio cultural, 0 todo Io contrario. Precisamente por ello existen instituciones dedicadas a la preservacién patrimonial, leyes que promulgan limitaciones y formas de uso, campaiias de concienciacién de la importancia social y cultural de mantener ese legado, Resula, canto menos, chocante que alguien deba venita cnscfar 9 descubrir Jo que es ‘nuestro’ (Limén Delgado, 1999: 8). Tal vez Io que suceda es we ‘ese ‘nuestro’ es tomado edad colgetiva y por tanto, salvo excepeiones, “con menos reparos para su utilizacién y consumo que aquellas propiedades consideradas mmo privadas. Tal vez lo que sucede es que la prictica cotidiana politico-econdmico- eduestiva conduce a una separacién de los grupos sociales y lo que algunos conceptualizan como patrimonio. Te poblacion local, “Tos supuestos depositarios de ese patrimonio cultura- | | integral ¢ (Figura 1), 1 1), no_lo vive como algo propio y se hacen necesarias campaiias romocionales del mismo, siendo los-estados ¢ instituciones piblicas las que deben consolidarlo y conservarlo, entonces ges posible que, con un minimo esfuerzo, esos rmismos elementos sean metaféricamente apropiados por la empresa privada y vendides como parte de los atrac 08 de un destino? ges posible que sus destinatarios finales acaben siendo realmente los turistas? eae t No existe una respuesta sencilla a estas cuestiones. Dependent en gran medida del condicional antedicho, esto es, el patrimonio cultural sera més facil de integrar en la icién_local_Ello en tanto que el empresariado_del_desting no encontraré oposicién alguna, o-ésta serd minima, para adornar_y reinventar unos contenidos atractivos para sus demandantes, del estilo de ————— EO oferta turistica cuanto-mis._sej te tuinas mayas con origen extraterrestre, relatos de amor al modo de Romeo y Julieta vinculados a cualquier entorno, héroes, atlantes, salvajes bondadosos, artesanos de la edad de piedra en el mundo contemporineo, o cualquier otra idea seductora. Bastan unos pocos elementos hho de imaginacién. Hay clientela para todo. » el dbjetive de conse: {5 ENCONTRO NACIONAL DE TURISMO COM BASE LOCAL Cue Grade, MS.20-23 cubis e200? : atimonin | | Acuuitoetiniva y Activ ATHIMONIO Aidewtidud CULTURAL Patrimaniv ~ _ tinct Drerment 9 jpn S Turis LF Tomagen Figura 1, El patrimonio cultural como patrimonio integral” y formas de uso. Es obvio indicar que en muchas ocasiones coexisten interpretaciones identitarias RiUcTAs ocasiones coexisten tnterpretaciones identit n_otras més sumidas en el marketing turfstico, valgan a modo de ejemplo las visitas eee guindas al Machu-Picchu en Peri, al Teide en las Islas Canarias o a Teotihuacan en México, en los que formando parte de la identidad nacional son consumidos con los significados mas diversos por millones de visitantes a través d uias, literatura o mera imaginaci6n. Frente al resto de las activaciones patrimoniales (Prats, 1997; 1998), de las formas de poner en valor un bien o conjunto de bienes con un fin y unos destinatarios emos como patrimonio cultural destaca por la facilidad para selecciouar y combinar elementos de un. amplio stock con quit un producto fécilmente aceptable por el mercado. De manera que, lejos del cientifismo, es sencillo encontrar un monumento o yacimiento arqueolégico vinculado a supuestas pervivencias en la cultura local (desde artesanias hasta la gastronomia, el vestido y, cémo no, los rituales religiosos) a través de argumentaciones mis 0 menos idealizadas y creibles. Como reficre Schouten (1995: 11), una_buena_interpretacién est asada en conexiones realizadas con ideas y 2 Entiendo que cuando encontramos Ia referencia al petrimonio arquedlixico, arquitectinivo, natural v foros, s6lo se estd significando un elemento constituyente del Patrimonio Cultural, en tanto que es la cultura la que intermedia en la comprensién, constitucién y aprehensién de cualquive forma y uso del patrimonio (desde el identitario, propiamente dicho, al comescial) 10 experienci visitantes. La ventaja de este tipo de interpretaciones patrimoniales, que lo son y tan validas como cualquier otra, radica en Ja’adaptacion de esas ‘realidades” a sus ins, offeciendo una apropiacién estética y una experiencia emocional en un lapso de tiempo extremadamente corto (de unas horas a unos dias). — os La prdctica cotidiana nos muestra que eL-turista‘d naturaleza y, pese al exot e pueda mostrar el destino, iecesita tanto como su homénimo de masas, algunos rasgos conocidos que Ie: den’ confiatiza’ e inspiren ‘culfizal es curioso por seguridad, Se trata de clientes que pueden estar avidos de conocimiento, se,entiende que ~ ‘no cientifico pero sf basados aparentemente en Rechos objetivo’, y dispuestos a i mirar en la limitada_profundidad que Ja visita y Ja_informacién ofertada permita, entender el c sorprenderse con_los.cetalles’. Preocupado por la naturaleza y por las culturas que, intuitivamente, considera en la frontera del cambio.o pérdida inminente, biisca las sejias, tuitivamente, considera ¢ de ide idad y cxalta lo autéctono, inmerso en un scntimiento-nostilgi¢o (Lowenthal, 1998) que le leva ‘adespertar“el apego. hacia recuerdos,-espacits y"tiempos mas imaginados que vividos y, por ello, promotores dé cualquier elemento que pueda ser incluido en su experiencia. Sin embargo, muchos consumidores gciosds del patrimonio cultural no io buscan on_primera_opei6a. ‘Son visitantes que utilizan el sistema turistico para Telajarse, disfrutar del clima,. descansar, 0 simplemente cambiar el ritmo impuesto en su vida ccotidiana. Estos legan'al patrimonio simplemente porque esté en su camino, mmis ain, por lo que en prestigio socish supone hablar y/o demostrar Ja visita a tal o cual entidad de valor sociocultural reconocido. Es preciso ser sinceros y reconocer que este tipo de turista ¢s el més numeroso visitante del patrimonio cultural a nivel global. Los élbumes > John Swarbrooke (1996: 453), refiriéndose al. turismo rural en Europa,:expone una serie de caracteristicas que ereo que soa splicables, con ligeras matizaciones, al tipo de turista cultural descrito, Indica el autor que se distinguen por: (1) nostalgia por la cultura tradicional y las formas de vida, (2) cexpresién del deseo de llegar a ser, temporalmente, parte de Ja comunidad local, (3) su deseo de aprender ras acerca de la vida pasada y presente del dcea, (4) su preferencia por no mezclarse con otros turistas y (3) su creencia que las ireas vistedas representan un ritmo de vida pausado y simple, en contraste con las ciudades. Ww 10_y porqué de los clementos mostrados, de maravillarse del conjunto y ias que ya sean familiares y sobre el aumento de la curiosidad de los Qe de fotos, los videos y las estanterias estén repletos de esas demostraciones, imagenes que muestran al turista junto o abrazado al nativo, la misma persona en pose ante las pirimides, un caiién o un castillo, cuando no ataviada con las mejores galas indigenas supuestamente participando de un ritual o wna tarea productiva. El ansia de fijar la memoria, de materializarla en un formato que permita compartirla, esté ampliamente generalizado. No es extrafio encontrar miltiples y variadas reprodu es miniaturizadas de construcciones (pirimides egipcias o mayas, templos y catedrales con solera medieval, torres y obras escultéricas) que, aunque leven la inscripcién Made in ‘Taiwan, China o cualquier otra area con mano de obra barata, ésta se vuelva invisible a Jos ojos del que adquiere su prueba de ‘estar ali”. Miradas auténticas y patrimonios para el turista _Algunos de los bienes y servicios son especificamente turisticos y los productos ~impuestas_por_a_demanda estin_disefados ¢ implementadas bajo las condicione: Presente y las perspectivas fumusss. El caso extremo podria estar representado por los espacios y parques temiticos, ena Geena ue ~supuestamente- tado.puede-ser-controlado, sane pees somatics que ~supuests desde el indice de humedad al tiempo de permanencia del visitante en un rea dada. En estos se reduce un ambiente determinado, existente o ficticio, a una serie de iconos y mentos clave que se presentan coma un produeio completa que debe wosinie un exotismo diferencial (generalmente asociado a Ia ‘necesidad’ de visitarlo), promesas de variedad infinita y un juego de estereotipos limitado. La persona que abona una cantidad de dinero para acceder al recinto es, salvo patologias psiquidtricas, consciente de que aquello que se le exhibe es una escenificacién, una aniculacién de elementos, construcciones, artefactos y actores que, con algo de formuna, se presentan con coherencia. El comprador del ticket de entrada es Gaplice del experiencia vivide en ese ejercicio dela imaginacién no no deja de ser auvéntica ike Algo similar ocurre con el consumo y-disfrute de la aventura que puede representar cualquiera de los ae fnayales Cdjebrados en el mundo. Combinando nol hecho a su medida, auténtico, Jugando con la lectura del cientifico social y la ambigiicdad de'Ia mirada, en Ia mayor parte de los casos cl ritual ha sido, como puede serlo cualquier otro clemento cultural, comercializado, mediatizado y asociado con las modas vivas en un tiempo determinado, la autenticidad vivida lo sera dependiendo de la hubilidad de-aquels que consmiyen-y promueven imégmnes y expecttivas, EL resultado serd un participante tu 7 ~ . — L Bl turismo alienta la oreacién de estas v otras muctis.simulaciones culturales | ya C para un supuegto posts iurita, de gustas sofsticadas y de eufemistica calidad, buscando; ye) 1” Eubrit, en el mejor de Ins casos, los segmentos ocultos y poco explotados del mercado. / Esto ha faciitado el crecimiento de una oferta, en principio, independiente de los tour- / operadores, combinando una amplia variedad de productos culturales ~pequefios y que hacen viable el ajuste a fa demanda y In compatibilizacién con tareas” productivas tradicionales. En esta linea, la explotaciéa tuistca del recurso patina —IE—E———EOOOS x6 Ia_incoporacién del turismo a las_estratogins econémicas_de Cunidades domstichs, grupos locales, empresariado ¢ instituciones, mud protector y bienintencionado de la conservacién cultural y natural con él beneplécito de ——— < actores involuntarios de Tos diferentes escenarios para smo nacional-urbano ¢ | ternacional. - _EI sistema turistico no funciona al modo de una organizacién benética, es una actividad econémico-empresarial desde que Thomas Cook organizara ta primera agencia de viajes y creara los iraveler’s checks en 1874. Obviamente hay muchas formas de conducir una empresa y, alguna de ellas, podria redundar en el beneficio comin, Parece ser que este cs‘ el sentido que debemos dara las distintas formas turisticas ~altemativas- implicadas en programas de desarrollo y recuperacién de reas y pueblos deprimidos, culturas aparentemente ajenas a la modemizacién y gentes con una especial relacién con el entomo natural en que les toco vivir. Es sobre todo en estos casos cuando muchos se cuestionan el uso de los rasgos y artefactos culturales para el 13 6° ENCONTRO NACIONAL DE TURISMO COM BASE LOCAL Cyngo Gra, M5, 2029 utente femporal consumo turistico, lo que Greenwood (1977) denominé ‘comercializacién de a cultura’. Estas culturas, escasas, extrafias y atractivas a la mirada (pueblos indigena: grupos étilicos especificos_y poco numerosos junto a campesinos y pescadores a pecificos_y poco numerosos junto a campesinos y pescad artesanales), son mercadeadas tanto o més que los bienes patrimoniales que sirven de a stan SES conexién directa con el pasado. Repitiendo en gran medida los procesos y actuaciones Que se Tlevaron a cabo para el dstrute del patrimonio cultural singular por los ruristas comencions, ere bie de tiempo, que debe infum infundic li idea de de experiencia inolvidable y unica (tarcvel, 2001) para su consumidor y, ala vez, ser repetible y estandarizada para el conjunt. ; Una_consecuencia directa y no. inte de esta forma _de produccién eee a ae identidades locales (Eyénklin y Crang, 2001: 10), generando un proceso constante de ea, ——e creaci6p y recreacién del o, lugar, cultura y posesién, Una ee PES aco Tbe Cura posesion vez mas el | turisimo_se_deseauele Como ‘un moor ge. cambios, no necesariamente ‘egativos, que obliga a releer el pasado y el presemroya adapiar los significads no tanto fiVOS COMO a Ta considers i ‘ pes construcciones, con todas las influencias externas -turisticas entre ottas muchas-, los 4 rasgos, ritos y elementos constitutivos, lo que la geute hace, dice y piensa, podré verse 0s, ritos y 4 modificado u olvidado y ello no tiene porque implicar que kx cultura en cuestidn y porg desaparezca, Pero en estos tiempos que corren Ja cultura, cualquier cultura, es apropiada por instituciones y empresas, por orgunizaciones y cientilicos, que al menos sobre el NAL DE. ss. MS, papel declaran Ia necesidad de una proteccién a ultranza, -auto-reproduciendo en estereotipss, iommativizéndola y defendiendo el sostenimiento de las semejanzas y difereicias establecidas en la diversida establecidas en la divetsidad (Todo en paralelo al cierre de fronteras, el aumento de la xenofebia, el rechazo a Jos inmigrantes, el ‘miedo a las religiones diferentes, ete.), Los rasgos culturales se rescatan, los edificios se rehabilitan y iblicit ativas dicen a los pueblos cual es su patrimonio cultural el incluso cval os su caricter y mativacién histérica, en no pocas ocasiones sin ofr su voz y | leer su memoria. ¥ esto también conduce a experiencias auténticas. a cosificacién de la experiencia y el artefacto mismo. Aunque algunos se empefien en venderla, es creada individualmente como’ un_constructo (Cohen, 1988: 374). contextualizado en las propias experiencias del ‘sujeto. En ellas se entremezclan los estereotipos del estilo de vida y uso de la cultura material de los visitados, con la imagen vendida de los mismos. Combinacién a Ia que hay que aiadir ol anhelo de los, visitantes para consumir, compartir y epropiar simbélicamente esa forma cultural,-ese trozo de patrimonio. El producto consumido finalmente puede no ser tradicional para el grupo visitado, pero lo construido artificialmente aparece’ante 1a mirada del turista lo_coustruidio wtificiakmenteaperece‘antn‘la'mirnda del turiste como més real que lo real mismo (Saarinen, 1998: 158). El mito de la cultura-destino paradisiaco prevaleceri'si es percibido’como tal, aunque Ja experiencia acumulada de cientos o miies de turistas lo pudiera hacer desvanecer. Desde este punto de vista ges mas auténtica la casa de ramas en la selva que el apartament en la ciudad? més patrimonio cultural el homo de lefia que el microondas? gmés real la ceremonia de adoracién a Ja tierra que la misa? No es cuestién de grado, la respuesta variard segtin su usuario y su querencia, Lo aparentemente mas antiguo no es més auténtico, simplemente es mas viejo. Las relaciones de esa autenticidad con sus actores y consumidores muestran una amplia gama de manifestaciones, muchas de ellas directamente relacionadas con el mercado. Cuando no existe simplemente se inventa, y no se puede afirmat alegtemente que con este proceso de recreacién se esté etigiendo ‘una cultura bastarda (Wood, 1997: 1). Antes bien es una muestra de aquel dinamismo 15 Ws 6: ENCONTRO NACIONAL ASE uo Grake, MS. 20.23 au de-2002 cultural, de 1a gran imaginacién y recursos de algunos ~cultural brokers 0 mediadotes de respuestas ian cnérgicas como impredecibles- para aprovechir las sis de ta excuse y lo exétigo demandado En sus inicios, el ugg turisticg ye pairimonio, y muchas yeces el patrimonio mismo, po es idéntico a sus disposiciones identaris, politicas o educativas. Si bien se mantiene su componeate simbélico, como se indicd anteriormente, el ente presumiplemente patrimonial ha de ser frecuentemente recreado y acompaiiado con una escenografia apropiada, Sin embargo, si el especticulo tiene éxito -es lo suficienfemente atractive- y manifiesta su utilidad politica, en el paso de una 0 dos generaciones es probable que este tipo de iniciativas turistico-patrimoniales de lugar a un nuevo elemento patrimonial identitario. Aunque también es cierto que tales recreaciones pueden chocar con resistencias ¢ idiosincrasias que se metamorfosean en diversas formas. Sobre todo en aquellos casos en los una parte de los actores considera que el consumo turistico de los bienes patrimoniales supone una amenaza para la produccién y reproduccién econémico-cultural del grupo. Suponiendo estos casos honrosas excepciones, las culturas ‘indigenas’ de todos ie at Jos tipos que son capaces de taducir sus cualidades ex niérCaitis”y especticulos consumibles (Picard-y Wood, 1997: viii), encuentran en ello la forma, si no ideal si prictica, para mantenerse econémicamente y enitar por la puerta trasera en el, proceso de globalizacién, Con algo de suerte, sus rasgos se verin reflejados en monografias etnograficas, sus saberes analizados y las interpretaciones patrimoniales objetivas, las lecturas cientificas del pasado, expuestas en muscos ~para estudiantes, curiosos y turistas-, Pero incluso estos expacios que conservan y divulgan una versi6n patrimonial ae garqantia, se se demuestra Ta autenticidad de ta sprousion a seetelivisieniel eae oe q, mano de aquello que es -supuestamente- elaborado por y comprado al indigena. El ‘carcaj, con sus flechas emplumadas y arco en toda drea que esté 0 estuviese habitada por indios, los animalitos labrados en madera en Brasil, el calado y el bordado en Canarias, Jas pinturas en papel de amate en México, la piedra tallada en Peri, Jas telas en Bali, la vasija de barro 0 cualquier otro de Tos enseres de la vida cotidiana en cualquier parte del sP* mundo, se convierten casi en objetos rituales, trivializados o sublimando su importancia 1°" 8 a partir de su rareza o por su significado patente, exclusivo, que serviria para apoyar una | any determinada estrategia_de_interpretacion_y ‘sustento_ de historias, cuentos, mitos y leyendas. La artesanfa, cl arte funcional popuilar, atra I turista porque en su imaginario _, Posee fuertes contenidos étnicos emanados le Ia tradicién, constituyéndose en In ‘+ expresién material de-la-cultura, en la concentracién de todas las manifestaciones de lo exético. Pasa desapercibido que sean creados precisamente posque el turista, y con el paso del tiempo algunos locales de costumbres urbanas, los demandan y los compran. Al fin y al cabo, en ese momento, ya son Bienes culturales y cumplen el objetivo de, | siendo Iejanos al conocimiento inmediato de su consumicor, invitar a imaginar mundos paralelos, reforzanido las creencias mas convenientes en cada caso. Cara a las poblaciones locales, los efectos de este proceso de cambio, lejos de elemento denigrante de la cultura local, vna separacién del contenido Wderse como un continuum, esto es, en una forma transicional (Cohen, ¢, con el turismo o sin él, evoluciona para adaptarse a Jas nuevas situaciones. Los simbolos estereotipados que representan a los actoes, al Tenos en un | primer estadio, se separan de la identidad cultural. Estos se transforman 6 Separan 6 Ja Hdentidad cultural. Estos se transform creando nuevos estereotipos que son muestra de la conjuncién de las demandas de mercado (de los comparadores potenciales, mayoritariamente turistas, y desde os paises eee ene de origen) y la adaptaciéa, mas 0 menos consciente, por las gentes del destino. A la vez | eet ribs Por TAS gentes del destin. AT que se transmite una supuesta imagen simbolizada del area de atraccién turistica, con la Je _Yentaja -ausente del resto de los medios de promocién- del hecho @ mano como forma . de autenticidad, los nuevos elementos son asummidos en una identidad transformada, No es posible referir una nica via de paso de la artesania, que muchos denominan tradicional, al souvenir. Grubum (1984) describe un transcurso de miiltiples 7 o ONACION {COM BASE LOCAL, Capo Grade MS.20:23 lineas de adaptacién que desembocan en una ré ercializada adaptada a las demandas y necesidades de los clientes potenciales. Por las caracteristieas propias del ¥ por Ins earacteristicas propias del comprador, ahora mayoritariamente turista, en necesario que el objeto sea burato, Se da para ello una reestructuracién de las condiciones de produccién (modificaciones en las tareas productivas, supresién de labores que dependan en exceso de !a habilidad del artesano o que hagan peligrar el resultado final, etc.), que afecta tanto a los motivos Tepresentados como a las formas, generalizéndose la miniaturizacién. El caso mas obvio isos tradicionales, empequeftecimiento hasta \ extremos, eliminacién de etapas en ef proceso de elaboracién, etc. Aunque también, de forma menos generalizada, en la cuchilleria, la cesteria, los grabados sobre soportes diversos, los textiles, etc. El souvenir se encuentra aparentemente desconectado del patrimonio cultural, no est fabricado para cumplir ninguna funcién préctica en la cultura Toeal ni, en principio, propios, identificedores del grupo, Sin embargo, no’ son pocas las o&ssiones en que a partir de estos objetos se implementan formas que reintegran lo tradicional con ello, reiteradamente demandadas, no hacen mas que impulsar de nuevo el cambio. Finalmente, cada bien, material no, se mostrara pi el eriterio de su interés (Cisual, (Kirshenblau-Gimblen, 1998: 17), siendo este el que determina, en muchas Sones, su importancia, esto es, cl valor de la apariencia, la esttica, se sobrepone al valor del significado cultural (si alguna vez lo tuvo) Jo. al artefuero y su experiencia del viaje, aptos para la mirada y Iejanos a su Tecra reflexiva sobre la cultura de procedencia. El objeto representativo en la memoria turistica de un pueblo, 0 simplemente de un viaje, el nuevo o antiguo bien cultural, hoy compare su funcién con la de mercancia (Ballart, 1997) para los clientes del pasado, siempre e individualmente auténtico, 18 Conclusiones El pasado, los hechos y eventos objetivos ocurtidos tiempo atrés, no existen en Pet Eeecas nee 9 ce veal Ouest Vos] eotrsos, emo etas meen tanto qué nO Sea cargado de valor y significado. Son las diversas interpretaciones, las | heterogéneas estrategias ligadas a los'nacionalismos, la construccién de las identidaides, 168 intereses politico-econémicos y el mercado los que determinan las lecturas del Patrimonio cultural. Se trata de discursos coberentes y bien fundados ef las academi _ a alana cnn ~ que expligan las afinidades de los vivos presentes con los muertos de ayer. Se trata de idearios que, sin coneretar, indi¢an las pautas posibles para mirat los bienes y la | ez | naturaleza cultural. _ - ——— EL turismo es, en el aprovechamiento, sélo un promotor de aquellas estrategias de lectura, simplificdndolas y abriendo las fronteras de la Tmaginacion, Elta ua forma de ver y sentir el mundo mediatizada por una detemninada sensi - estética y unas predisposiciones que podrian considerarse tnicas. No se'trata de la.” iBgica curiosidad y comparacién por ‘Ios otros’, propia de todo ser humano. Antes bien su relacién més cercana se eneventra en el especticulo, resultado de mili es provesos de transformaci consustanciales a la cultura, a cualquier cultura en cualquier entorno. Pio, esta vez, los cambios vienen determinados externamente. Se producen asi, a modo | de performance, unas vatiaciones que se” a stan de lo’ cortiente y dirigen el conjunto edificaciones o medio ambiente), un pasado recreado ¢ inducido ex profeso con el cual ——E—E——~E—>a>—>—~—~—~——_—sevrv se puede, imbuido en la ambientacién-del escenario, trascender la vida cotidiana durante un periodo rokmin. La iencia auténtioa dependerd del buen hacer de fos planificar los contrastes y no ofertar un bricolaje cultural (Edensor, 2001: 64), de su facilidad para ocultar las contradicciones que en todo destino existen. Se podria pensar que los cambios culturales, a veces dramiticos, que los cientificos sociales relacionan con el desarrollo turistico serén contemplades como 6: ENCONTRO NACION, m (Camgn Grade MS. 20.73 ayn de 002 efectos negativos por las poblaciones locales. Pero, salvo excepciones justificadas en destinos sin éxito 0 totalmente controlados externamente (Teye; Sénmez et al., 2002), BO los residentes manitic ~ mejora Ja calidad de vida, el aspecto de y la conciencia sobre sus entamos y, 10 mis tan que el turismo aporta beneficios (Andereck y Vogt, 2000), iam} a5 modificaciones é Gulturales, o Son ficonscientes Ve tale “efectos, << Ean Se eheweniran muy necésitadas gcondmicamente. Lo cierto es que las poblaciones residentes-locale3;inmeiSas en este proceso de mercantilizacién patrimonial, Tio Saleh se esti al margen, Su integracin al proceso de creacion y venta de los bienes cultur muestra en una intensificacién de la produccién, se inicialmes te complementaria a las tareas productivas tradicionales para _posteriormente suplantarlas, al menos i estacionalimente. El éxito del area como destino y el exotismo-tipismo de la cultura aT promueven ia legada de turistas y con ellos e iral de consumo que demanda més y sis objets, Ignorando la t cultural, los significados y consecuencias de lo consumido. En no pocas ocasiones los problemas surgen.a partir de la excepcién antedicha, esto es, {a creacién de patrimonios que son impuestos y explotados externamente. Como vendedor de patrimonio, el empresariado fordneo escogerd, entre todas, la integpretacién 4] més al uso, la més Hevadera para la sociedad en que se pretenda proyectar la imagen 7 construida, No.se cuestionard si es acertada o no, si tiene matices erréneos o tintes “holliwoodienses, tan s6lo si genera suficientes beneficids. El indice que determina su ph acierto e importancia es la rentabilidad, De hecho gran parte del patrimonio tutistico se corresponde a la imagen pre-configrada de sus consumidores, coustruida x (av gratia Andereck, Kathleen L. y Vogt, Christine A. (2000). "The relationship between residents! attitudes toward tourism and tourism development options". Journal of Travel Research, 39: 21-36. Ballatt, Josep (1997). El patrimonio histérico y arqueolégico: valor y uso. Barcelona: Ariel. Casasola, Luis (1990). Turismo y ambiente. México: Trillas. Cohen, E. (1988). "Authenticity and commoditization in tourism". Annals of Tourism Research, 15(3): 371-386. Cohen, E. 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