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56-4se (0.30508 A ANTONIO DE NEBRYJA: EDAD MEDIA Y RENACIMIENTO Edicion a cargo de ‘CARMEN CODONER, JUAN ANTONIO GONZALE2 IGLESIAS EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, MEDICINA UNIVERSITARIA Y NO UNIVERSITARIA EN LA CASTILLA DE LOS SIGLOS XUI ¥ XIV, EN EL MARCO DE LAS NOVEDADES EURUPEAS 1, Todos los médicos medievaies —procedieran 9 no de circulos universi- tarios, fueran musulmanes, cristianos o judios— fundamentaron su actuacion, ‘médica sobre el paradigma galénico!, Un paradigma que, basado en los escritos de Hipécrates y Galeno, se fue construyendo desde los siglos IV-VIL 4. y que no cesé de matizarse durante los siglos siguientes. La construc ci6n de ese paradigma no se hizo pacificamente. Hubo multitud de fuertes y duras polémicas intelectuales no exentas de implicaciones religiosas, econé- micas, sociales de todo tipo, ‘Cuando los clérigos y monjes ilustrados primero y las rdenes mendican- tes mas tane, optaron pur Tos fbr! naturales aristotelicos en el siglo XIl2 y en los afios centrales de! siglo XIIP, tanto a nivel de alta ciencia (discusiones «en fos ambientes letrados y universitarios) como a nivel de divulgacion Cenci- clopedias ceentficas del siglo XIII con su carga de adoctrinamiento para los predicadores, auténticos difusores entre las masas populares de los conteni- dos intelectrales universitarios), estaban suministrando la base metodologica, terminologica y conceptual con la que ayudar a la poblacion a digerir y aceptar una practica médica y un profesional nuevos; es decir, basado en wn modelo nuevo que se fue configurando en un largo proceso de casi ciento cincuenta aos, desde que al comienzo del siglo XIl, y a lo largo de todo este siglo, se produjo en el sur de la cristiandad europea (sur de Italia, Sicilia, ¥ concretamente Salerno) un acontecimiento de considerable influencia en la historia intelectual de la medicina europea. Me refiero al hecho de basar la prictica médica en la parte natural de la filosofia, concretamente de Ia filoso- fia aristotélica, que dio origen a una nueva forma de concebir la medicina y @ un nuevo modo de enfocar la ensefianza médica. Fl nuevo médico no comenzé a ser socialmente aceptado hasta que supo ofrecer soluciones con. ‘retas para el mantenimiento de Ja salud y su recuperacion cuando se per- diera, tanto a nivel individual como colectivo, y hasta que la estructura social europea abré nuevos mercados a esos profesionales de Ia salud, que fueron Calificados cn los afios 60-70 del siglo XII con la bella y optimista formula 4 Qian ler, and dc fa meta pay ac, 973 2 A piston of telt-conary western podlsopay, (8 Une ‘Cambie, 1988 5 ‘aber ete de woes 6, & Wear a Nea BR 336 {IS GARCIA BALLESTER latina de artifices sanitatis, hacedores de salud”, Ello implicaba, entre otras cosas, la aceplacin de la salud corporal como ua bien en si mismo en cuya consecucién valia la pena invertir, no s6lo dinero, sino caudal intelectual. La medicina se present6 como el mecanismo, el arte o la ciencia (dependia de quién opinase sobre el tema, especialmente durante el siglo XII y primera mitad del siglo XIII, de ahi las discusiones sobre si la medicina era ars ‘mechanica, ars liberalis, 0 Scientia) capaz. de conservar la salud 0 recuperas la si se ha perdido, utilizanda para ello recursos téenicos ¢ intelectuales ela borados racionalmente por e! hombre’, EI mundo de la medicina medieval —y, en general, el mundo intelectual latino europeo— sufrié una auténtica conmocién cuando descubrié que la clave intelectual para distinguir la frontera entre la vida y la muerte, entre la salud y la enfermedad, entre los procesos vitales basicos y cotidianos como cl crecimiento y la vejez, no era otro que la teoria de los elementos y de las cualidades. El descubrimiento inicial fue indirecto, a través de textos médicos Arabes traducidos al latin donde las doctrinas aristotélicas ya habian sido ela- boradas e integradas en un sistema doctrinal con implicaciones médicas Practica, que los historiadores llamamos galenismo. Basta hojear las prime- ras paginas del Pantegni de Constantino, una de las mejor trabadas enciclo- pedias médicas del mundo arabe escrita por al-Magusi, que comenz6 a difunditse entre [os ambientes médicos cristianos europeos en los primeros decenios del siglo XID. La constitucién de las universidades en los inicios del siglo XIII incorporando en su seno los estudios de medicina fue algo fatima- mente unido a este proceso®. Los primeros resultados de la actividad intelec- tual universitaria en medicina comenzaron a acumularse a partir de los aos 40 del siglo XIII (por ejemplo, el Compendium medicine de Gilberto de Aquila, los comentarios a los escritos de la Articella de Pedro Hispano y los de Enrique de Winchester, entre ot#0s). 2. Pese a la Hlegada masiva de escritos de Galeno y de autores médicos arabes (traducidos la mayor parte en Toledo en la segunda mitad del siglo XID, que se produjo en los circulos intelectuales latinos europeos en los afios 70-80 del siglo XIII, y que provocs en concretos ambientes universita- rios un nuevo planteamiento intelectual en el tratamiento de los temas médi- ‘cos (nos consta este fenémeno intelectual en Paris, Montpellier y Bolonia?, 4 itt Rae, a de incr I nme dos esti mens en Mongpeice (1309) cl Hipdcates latino yet nuevo Galeno™ Dynami 2 1982, 97-158 3M Gaicl Buster A Doninctte, El mundo medica dela Histon naturals de Juan Gilde Zamora, lslpto 4, 1993, (eh prensa) OD Secauare- E Mictac, La madctne arabe of faccdent médiGva Pats, 990. 2 Onmia Opera sae Lag, 515. 4 A istry ofthe umieraty i Barope, Vol 1s Universes nthe Mid Ages, 1. 08 uopaic Srores el), Cambri, 1992. SPT. Gascla Bautsteg, "Ama de Vlanova., arc N. SIAN, Tadden Aer and bs pups Princeton, 1984 MBDICENA UNIVERSITARIA ¥ NO UNIVERSFTARUA 337 no se perdi6 de vista que la misién del médico era la de conservar la salud y devolverla cuando se hubiera perdido, ser un artifex factivus, por decitlo con la jerga universitaria del Paris del Ultimo tercio del siglo XIIL La figura del médico como la de un profesional que lleva algo conerero a cabo (facti~ bits), volver a ser empleada en los circulos médicos de Montpellier en tomo a 1300. La especulacién médica en torno a la salud y la enfermedad carecia de jusiticacién, si no tenfa por finalidad la aclaraci6n de un procedimiento para hhacerla eficaz. (Eficacia medida, naturalmente, de acuerdo con la percepcién que de la misma tenian las gentes de la €poca; no de la nuestra). EI médico vic al cuerpo humano como objetivo y objeto de salud, El concepto dle wlili- Jas estuvo intimamente unido al de Ia justficactn de la presencia del médi- co.en Ia sociedad, tanto entre los grupos sociales no académicos —demos- trando a través de su practica la eficacia de sus conocimientos—, como entre la >ropia comunidad académica. La presencia de los médlicos en ésta s6lo estaba justificada en tanto fueran capaces de formar artfices (phisick, cirur- ic) que solucionaran fos problemas de salud de la comunidad a la que esa Universidad servia. Las referencias a esto tiltimo en los estatutos fundaciona les dle nuevos siudia generalia o universidades en territorios fronterizos de la cristiandad europea (por ejemplo, el studium generale de Létida en 1300), no creo fucran ajenas a los debates que tengan lugar en circulos académicos como los de Montpellier 0 Paris, acerca de la delimitaci6n de funciones de los phisicé respecto 4 los philosophi naturales, dos grupos presentes en la Universidad y en los citculos intelectuales a los cuales, por rizones distintas, 1no les erat ajeno todo lo relacionado con la salud y la enfermedad del hom. bre y de los seres vivos't. Lo mismo cabe decir de las referencias a los “omes de fisica’, a los “maestros de las llagas", y a los propios “especieros", que figuran en algunas de las leyes de la Partida segunda y séptima y en la ley primera del libro TV del Fuero Real relacionadas todas con la prictica médi cay su control social. Textos, parece, elaborados o reelaborados en el tltimo, tercio del siglo XII, ‘porta ahora poco si una concreta universidad funcionaba o no, ni si feran mas bien escasos los estudiantes cle medicina, Concretamente carece- 'mos de noticias sobre el funcionamiento de los estudlios médicos en la Sala- ‘manca y Valladolid de los siglos XIII y XIV, y de la de Lérida s6lo reciente mente se ha podido documentar su funcionamiento en los anos 30-40 del 20 (ML McVauci, “The nature and limits of medical cenitude at early fourteenth-cen- tury Montpellier, Oris 6, 1990, 62-84 HL Gancia'Batasres, “Medicina y filosofia natural en la Europa latina de los siglos 2x ya debate abjero", Arbor 142, 1992, 19-145, 42 TL, Garcia Baustan, "Hl papel de las insiticiones de consumo y difsion de cien- ia médica en la Casilla dl sigo Nill el monasterio, la catedral y la unversidad Dyna mis 41984, 33-63 8M, ANASUNO, La Bscuola de medicina del Estudio salmantino, Silos XUEXV, Sala marca, 1990, 338 10S GARCIA BALLESTER siglo XIV, Pero las noticias sobre las relaciones comerciales entre el macs: tro Joan de Montpellier, médico residente en Burgos, con el cabildo de ta Catedral (1282), plantea sobre datos documentales, por escasos que sean'*, tas posibles retaciones entre circulos intelectuales castellanos y el Montpellier meatico del tiltimo tercio del siglo XIII, pleno de la efervescencia intelectual {que provocé en él la llegada del “nuevo Galeno” bajo el liderazgo intelectual de amau de Vilanova y con figuras como Bemardo de Gordon, ambos dest fhados a desempehar tin importante protagonismo en la Salamanca universi- fria del siglo XV, donde hubo una reactualizacion de Ix produceién mé nis pragmatica de estos dos maestros universitarios del Montpellier de la transicién del siglo XII al XIV. ‘Una de las grandes novedades en ef plano intelectual del mundo latino ‘medieval europeo fue el convencimiento de que esa utilitas, se conseguiria Caando se dotara a la accion del médico y a todas sus operaciones (desde la fedaccién de la mas humilde receta hasta la cauterizacion de unas hemorroi- Ges) de rigor intelectual. Este sélo era posible —en opinion de los intelectua- Tizados médicos del siglo XI en adelante— a través de la filosofia natural aristotelica, desde su légica hasta su embriologia, desde sus concepciones dcerea del hombre y la organizacién social hasta sus opiniones sobre proce- Sos vitales bisicos como la putrefaccion, el crecimiento la muerte. Ese rigor mtelectual s6lo fue alcanzado por la medicina en el mundo medieval cuando consiguié el estatuto de scientia, Aunque histéricamente esto titimo aleanz6 feconocimiento y eficacia social con la Universidad a partir del primer tescio del siglo XIII (con fechas muy diversas segéin los tertitorios europeos), no podemos olvidar que fue planteado y discutido en los circulos latinos ovci- Gentales desde el primer tercio (sin posibilidad, por ahora, de mayores preci- Sones) del siglo anterior”. Fueron los primeros comentarios a ka Articella iniclados pot los lamados macstos salernitanos'®, Dicho convencimiento fue ttasladado aquellos sanadores que no tuvieron un contacto directo con lat Universidad, y compartido por muchos de ellos. No s6lo médicos y ciruja- nos, sino apotecarios y barberos. No s6lo médicos y cirujanos cristianos, también judios y musulmanes, que vivieron en la Europa cristiana, especial- ‘mente en los reinos de la peninsula ibérica®. 14M, Mevaucit-L. Gancia Batiesren, “The medical faculty at early fourteenth-century asia" istry of Universines 8, 1989, 1-27 1 ees Ganzairs, las estes) la formacton det cleo de las caedralescaste- Hanae Relea NXT, Tess doctoral, Universidad de Cantabria, 1992, (Mecanogrs fisds). 12 1 Gancia Bausstae, “El papel de las instnaciones.", art city M. AMASLNO, ob. 1 ibe RuppUn- Se, op. ci 1 fe Rusrauan, Stud sul scvola medica salemtiana, Napoli, 1986; M.D. JORDAS, “the constuction of 2 philosophical medicine, Fxegesis and argument in Saletan tea ching on the sou Ons 6,190, 2-61. Foe ae ee austin”. MeVADSH - A, RUwO Veta, Licencing, learning and med cal contol i fourteonth-contury Valencia, Philadelphia, 1989. MEDICINA UNIVERSITARIA Y NO UNIVERSITARIA 339) 3, En este contexto, me interesa destacar que el nuevo modelo de medi ina, fortalecido y recreado en ‘0s cisculos universitarios del siglo XIIl, no fue solo difundido desde las avlas universitarias. He mencionado, aunque muy de pasada, a los cabildos catedralicios. De hecho, las Gnicas noticias ‘que tenemos para Castilla de la difusién entre sus medios intelectuales de la nueva medicina basada en la filosofia natural aristotélica, proceden de medios extra-académicos. Por una parte, la presencia en las bibliotecas de los cabildos catedralicios castellenos det tkimo tercio del siglo XIII del pro- ducto intelectual de la medicina salernitana?®. Por otra, la noticia de Ia difu- si6n por tierras castellanas, desde la escuela conventual franciscana de Zamora, del contenido medico del Compendium medicine de Gilberto de ‘Aquila CAnglicus), redactado en 10s afos 40 de ese siglo y todo él empapado de un afistotelismo vigoroso ¢ intelectualmente audaz, propio de las escutlas de artes de Paris o de los circulos intelectuales de Toulouse. Gil de Zamora, autor de una Historia naturalis, redactada en torno a los afios 80 del siglo XII, hizo abundante uso del Compendium para integrar la medicina en su. ‘escrito de filosofia natural, y no dud6 en reforzar desde la medicina la importancia de las cuestiones neturales y de los autores claves en ellas: Aris tteles, Averroes y Avicena, EI insistente uso del Ganon de Avicena por Gil de Zamora, le convierte en uno de sus mds convencidos difusores por Casti- Ila, Una difusion que no estuvo exenta de problemas, Su actividad hay que insertarla en la tradici6n en este sentido representada por su hermano de ‘orden Bartolomé Anglico o la de los dominicos Vicente de Beauvais, Tomas de Cantimpré o Alberto Magno, contemporineos més viejos que 3. No perdamos de vista el noble incremento de obras de medicina que tuvo lugar en los fondos de la catedral de Toledo a Io largo del siglo XIV, asi como tampoco el circulo intelectual del obispo de Sevilla. La importante biblioteca del obispo de Sevilla, Pedro Gomez Barroso —que lego en 1387 a la catedral de Sevilla®— pone manifiesto la curiosidad intelectual det alto lero castellano por las cuestiones naturales (entre ellas las médicas). En esta biblioteca, todavia no satisfactoriamente estudiada, esta presente practica- mente todo el Galeno traducido del arabe al latin por Gerardo de Cremona cen aftos antes, pero también taducciones greco-latinas por Nicolas de Reg iio en 10s anos centrales del siglo XIV. La presencia de la medicina en el % L, Gancia Baussten, “El papelde las insituciones..", ar cit. 2 Mi Skurotaur, “Cliberts Angticus und die peychologischen Erdrterungen in set nem Comipenaliam medicine, Sudbo] Arcbtu 47, 1963, 106-13, eT Gancia Bantesex =A. Dowbscvtz, "EL mundo médico." art. ci 3 Ni Sims, “The medical leamng of Albertus Magous", en Albertus Magnus and the sefences, (}-h. Wests ed), Toronta, 1980, pp. 379-404, Par) Si Rutan Vatiscnoxs. Las traducetones orentals en Tos manuscrito de fa biblio~ toca dé a catedral de Toledo, Maid 1942, 1 Suc: Atvane” Mancur, La biblioteca capituar de la catedralhispalense en el siglo XV", Archivo Hispatense 70,1987, 3-68 340 LUIS GARCIA HALLESTER circulo cortesano del obispo de Sevilla en la segunda mitad del siglo XIV es especialmente rica, pero estd ausente de ella toca la produceion médica uni- versitaria de la transiciGn del siglo XIII al XIV y toda la primera mitad del siglo XIV. Desconozeo por ahora las razones. S6lo es posible detectar las ‘Medicationis parabole de Arnau y su Regimen de salud para el rey de Aragon Jaime Il (escritos entre 1301 y 1305). La presencia de estas dos ttimas obras tes bastante logica: la primera, (Medicationis parabole), permite acceder de forma ripida y compendiada a una informacion general de la problemitica médica y de sus contenidos doctrinales y terapéuticos gracias al género afo- ristico utiizado por Anau’ la segunda, (Regimen sanitatis), responde a la preocupacién por el mantenimiento de la salud personal de un miembro de la aristocracia eclestdstica®” A través de la biblioteca de Gémez Barroso, y de las noticias que tene- mos sobre la presencia en su corte de médicos y estudiosos judios, perci ‘mos la funcién de patrono de un circulo preocupado por las cuestiones naturales que este obispo ejercié en la Sevilla anterior a 1391. El supo esti- ‘muilar el intercambio intelectual entre miembros de la intelectualidad cristia~ na y judfa, inmediatamente antes de la ruptura que siguid a los sucesos de 1391, Pese a que todo lo que estamos describiendo no dej6 de tener repercu- si6n social —e incluso estuvo relacionado con otra importante novedad en el, plano social de la asistencia médica (la creacién paulatina de una auténtica red de asistencia médica)—, no hemos de perder de vista que estamos des cribiendo un proceso intelectual, 4, Me pregunto sila sociedad europea (hablo, naturalmente, de la Euro. pa latina del sur) —pese a las afirmaciones de los médicos sobre la utilidad de la medicina practicada por ellos— percibid a la medicina escolastica ‘como un mero fenémeno intelectual interesante s6lo para una minoria, 0 si fue también vista como algo que podia ser aplicado a la vida diaria de una nueva sociedad que se estaba configurando en el sur de la cristiandad euro- pea latina de este periodo, La sociedad escolistica fue capaz de crear rutas de comunicacién a través de las cuales fluyeron corrientes de ideas y de valores entre los circulos uni versitarios y ¢l resto de la sociedad, ast como de establecer condiciones ade- ‘cuadas (0 al menos aceptables) para la existencia de un mercado de trabajo suficientemente atractivo para los graduados universitarios (p.e, la red de 2 Amal de Villanova medications parabole, (ed... Paxiacus), Aral de Vila nova Opera Medica Omnia, vol. 6.1, Barcelona, 1991. BP Gaacla Balestes, “Changes in the regimina sanitatis the role of the Jewish physicians” en Health, disaase ard healing i medieval cultere, (5. Canoes cd), New York, 1991 pp. 19-134 38°. BIARDOLAN, Je Sence en Bxpagne aie XIV et XP sles, Paris, 1967. MEDICINA UNIVERSTTARIA Y NO UNIVERSFTARIA a escuela de gramitica servida por graduados en artes)®, Es ntzonable pensar que un fen6meno similar tuviera lugar en el mundo médico. Parece ser que Si. Asi lo estén corroborando investigaciones recientes™. a escolstica médica de los siglos XIII y XIV apoxt6 ideas y hombres for- ‘mados (médicos, cirujanos pero también barberos) con los que colaborar en Ja construccién de un sistema médico capaz de afrontar los problemas rela cionados con I: salud y la enfermedad, tanto en condiciones sociales norma- les como en situaciones extraordinarias (por ejemplo, pestilencias)". En efec- ‘o, otra de las novedades llevadas a cabo por la medicina en el sur de la Europa latina entre los siglos XII y XIV Gunto a la de caracter intelectual, ya mencionada, de basar la prictica médica en la filosofia natural), fue que el lupo de médico prictico formado en cl paradigma galénico y en el escolasti- ‘cismo formé parte a menudo de una incipiente red de asistencia médica, que experiment6 ura ripida difusion geogrifica a todo Io largo del Mediterrineo occidental. Por medio de este sistema, la sociedad civil (biisicamente los, municipios) abordaron los problemas de la enfermedad de los individuos pertenecientes 2 sus comunidades mediante la contratacién de profesionales médicos técnicamente entrenados. Los médicos universitarios acudieron a cesta demanda, con las caracteristicas de un mercado libre, e incluso lo hicie- ron gozando de un cierto grado de prestigio que se materializaba en forma ‘de mejores salarios*. Un salario que distinguia entre médicos judios y crista nos, siempre ccn ventaja econ6mica para el cristiano que, en ocasiones, era pagado el doble®. La existencia de semejante red, cuya extensién y densidad puede cuantifi- ccarse y medirse en muchas regiones de Italia desde mediados del siglo XP, y-en las tierras de Ia antigua Corona de Aragon desde los afios finales de Ia ‘misma centuria”> es en mi opinion la gran innovaci6n en el campo de Ia sociologia de la medicina de la Europa latina bajomedieval, Al igual que con otro tipo de fendmenos sociales medlievales, el conoci miento de la existencia dle semejante “red asistencial” depende de Ia docu- ‘mentacién disponible para su estudio. La no existencia de una documenta- in notarial (base de tal conocimiento en Italia, sur de la actual Francia y 2p. Dist, ‘Governments and school in late medieval aly", en, City and country de ne mae aad ratesance Hay (Tran ch Wietust et), Landon, 19, pp obo vert Se agure, M, Mv 8. Romo Ye, encng. op lanes, Medeine before the Plague, Praciones an tir pation te Cha Aragon, Cambridge, 1993. i = | Aumzanuicn, “La Pete Negra de 1348: los orgenes de la consruccon como enfermedad de un calamidad socal Dynami 111991055407 SP"Y. Nutron,“Comunly or eiacovery. The cy phil in lassicalantiquiy and syedigeal aly" én The fo and state pyscton in Europe from te Midas Age Te ‘rigdenmont (a. Rese cd). Wollenbon!, 1881, pp. Se 1 Gata Biases Mc MeVatcn A RUM Vin Hcenchng.. op. 3 V-Ninvowsat cir 35 1 Gawcin HaLUstin = M. MCVaten = A, Remo Via, Lconcing. op. cits M MeVauGH, Medicine before the Plague. Ts 342 10s GaRcia BALLESTER terriorios cle Ia actual Espafia pertenecientes a la antigua Corona de Aragon: Arag6n, Catalua, Valencia, Mallorca) en los tesrtorios de la Corona de Cast lla durante los siglos XIII y XIV (con las excepciones de Murcia y de algunas ‘iudades del valle del Guadalquivie) hace imposible la detecci6n de semejan- te fenémeno sociol6gico médico en Castilla, Ello no quiere decir que no se diera, Todo parece indicar que el nuevo médico y/o cirujano se integré en esa incipiente red, que qued6 reforzada por la presencia de sanadores univers: tarios en ella y por kk estima que por el grado universitario mostraron los ‘consejos municipales, al menos en la Corona de Aragon", En condiciones normales, ese profesional suministré una respuesta razo- nablemente sadslactoria x los problennts que el anautenimiento de la salud © la curacién de las enfermedades provacaba a los habitantes de ciudades y aldeas, asi como a los requerimientos de saltd de una sociedad que habia alcanzado un alto grado de complejidad come consecuencia del proceso de turbanizacion y de la intensa actividad comercial. Al apoyar a este nuevo tipo de médico ei nuevo grupo burgués (mercaderes, artesanos, profesionales Tiberales, rentistas), junto con la propia nobleza e iglesia, le dotaron de su propia posicién social y prestigio, Es obvio que esto no se hubiera consegu do si el médico no hubiera satisfecho las expectativas sobre salud y enferme- dad que la sociedad como tal y los individuos esperaban de él. Es imposible imaginar la creciente proliferacién de sanadores formados, tanto médicos como cirujanos, como algo distinto de una consecuencia de la eficacia de st presencia y como una demostracién de la respuesta positiva a su trabajo por parte de quienes tenfan en sus manos la capacidad de decision en la socie- dad europea medieval. No hace falta volver a insistir en que esa eficacia debe medirse de acuerdo con los criterios de la sociedad de la época. De hecho, las nuevas instituciones universitarias, a través de la cifusiOn geogeaf ca de los médicos con formacién universitari, demostraron que la conver- siGn de la medicina en scientia fue percibida como socialmente beneficiosa, Las autoridades civiles establecieron un vincul> entre el deseo de salud y la presencia de médicos y cirujanos técnicamente capaces (es decir, formados cen la Scientia médica), Esto no quiere decir que la prictica cotidiana de esos sanadores estuviera totalmente libre de critica ty de autocritica),e incluso de crueles caricaturas y de rechazas violentos. Ahora bien, en ningin momento la sociedad cuestions el modelo de médico lanzado por la universidad. Lo que si se critics fue el afin de tales médicos por monopolizar la. prictica ‘médica, la arrogancia de quienes hacfan de sus conocimientos especializados motivo de enriquecimiento codicioso, o de quienes utilizaban la posesion de un lenguaje técnico propio como justificacién de su impericia y deshonesti- dad con las consiguientes repercusiones negativas para el paciente, y su deseo por someter toca actuacién médica (la de méclicos, cirujanos, barberos 38 teidem, MEDICINA UNIVERSITARIA Y NO UNIVERSIFARIA 3 y ottos sanadores) a los criterios propios de los grupos médicos que habjan recibido formacion académica o letrada. Estas eriticas se hicieron, tanto desde el bando cristiano como desde el judio; tanto a médicos judios como cristianos. Recordemos, por ejemplo, las duras criticas formuladas por May- ‘mén Gallipapa, médico judio en la Lérida de la segunda mitad del siglo XIV® o las formuladas por Petrarca al final de los aios 50 del mismo siglo™. No dispongo de datos sobre este aspecto de ‘os sanadores mudéjares, a prictica médica de este periodo —siglos XIII y XIV— no se limité a las, actividades del sanador, fuera médico y/o citujano, salido del mundo acadé- mico, equipado con las armas intelectuales que surninistraba la filosofia natu ral, Por esos aifos, este tipo de médico fue una novedad y, dado su escaso ‘nimero, fue imposible que suministrase atencién médica al conjunto de la poblacién europea. Asi fo avala, sobre los limitados datos disponibles, la tasa de médicos universitarios por habitantes incluso en las regiones mas privile- aiadas de la Europa del sur durante el periodo bajomedieval®, 5. Qué relacion existié entre esta forma académica de medicina (la de contados médicos y/o ciryjanos) y la de aquellos otros médicos, cirujanos y barberos sin acceso directo a los circulos académicos, pero que desempena- ron un importante papel social suministrando una medicina socialmente res- petable y respetada? Una parte de quienes pertenecieron a esta tiltima cate 4goria tuvieron impedida cualquier forma de acceso al mundo académico a causa de su religidn (eran judios 0 musulmanes) o de su sexo (las mujeres). Otros muchos de esos médicos, por razones socio-econdmicas o culturales, ‘no consideraron a la medicina académica algo necesario para llevar a cabo adecuadamente su actividad profesional. Es mAs, en su opinién, el camino de una adecuada préctica médica no tenfa per qué pasar por una facultad de medicina (no olvidemos el alto costo de estos estudios y de la obtencién de un grado), pese a que el modelo profesional generado por esta institucién, se Convirtiera en la norma, al menos en las mentes de quienes regian la sociedad y dictaban las leyes, ¢ incluso aunque el modelo escolastico de tra bajo intelectual, y ef nuevo profesional que surgié de él, ejerciera una ciesta fascinacion, al menos entre la minoria de médicos judios racionalistas que vivieron en el sur de Europa durante el siglo XIV". 37H, Purpenwatp, “The Physician's Aphorisms a medieval Hebrew sate", en Tbe Jews and medicine, Balimote, 1944, pp. 6983. Eiedcnwald, 1944, E, GoTwxtt, “En My mon Galipapa: texto y contexto de’ ut intelecuallerlense*, Actes fr Collogui d bison el ue a ta Corona drag, Leia, 1991, pp. 339-38. 'F Peteates, bmectie contra modicism, (ed, FG. Rice), Roma, 1950 (Storia Let- teratura Studi Test, 32). 3"K. Paik, Doctors and medicine in early resaisance Florence, Princeton, N1., 1985; 1. Gatcla Bauueorek - M, McVauca A. RUBIO Vina, Zicencing.., op. cit, ¥ MVavct, Medicine before the Plague.» op. cl L. GAH Baiistin Re FWGNCH~ J. ARM ZanaLaca A. CLNWINGHAY, Medicine ahd Medical Practitioners from Saiemia to the Black ‘Deatb, Cambridge, 1993. “OL Gancin Hauestex «1, Peas - Pru, “Jewish appreciation of fourtcenth-cen- tury scholastie medicine”, Osiris 6, 1990, 85-117, Ma LuIs Gancla BALLESTER Este fenémeno que acabamos de mencionar (la admiracién hacia el pro- ducto universitatio —sea tratado médico, método de ensetanza, 0 tipo de ‘médico— por parte del médico judio racionalista), se manifest claramente cen Ia segunda mitad del siglo XIV. Hasta esa época, los miembros médicos del grupo racionalista judio (es decir, aquellos que utilizaban los recursos intelectuales de la filosofia natural greco-drabe para abordar, entre 0110s, los problemas naturales de la salud y de la enfermedad, que eran, parece, una minoria de entre los sanadores judios) —al menos por lo que poco que conocemos de Castilla, de la Corona de Aragon, de Provenzi—, gozaron de plena autonomia intelectual e incluso de mis posibilidades intelectuales, si Jos comparamos con los médicos cristianos de formacién universtaria, Dicha autonomia y mayores posibilidacles venian garantizadas, entre ottos elementos, por su accesibilidad a las fuentes médicas (tanto griegas como ‘rabes) eseritas en arabe. Accesibilidad que no les impedia permanecer aten- tos ala literatura médica generada por la minoria de médicos cristianos inte- lectualizados. Son muy escasas las noticias que tenemos de este contacto intelectual de médicos judios, a la vez, con el galenismo en irabe y en latin © en romance. Una de ellas corresponde a un médica judio castellano. Se tata del autor anénimo del Kitab al-tibb al-Qastal, judio toledano que prac- tico la medicina por las tierras de Le6n y Castilla en la transicion del siglo XIIL al XIV. Es un buen ejemplo de médico no universitario, cue fundament6 su prictica médica sobre la misma filosofia natural aristotélica que la minoria de sus colegas cristianos formados también en esa filosofia, pero en el con- texto de un Studium generale. Es mis, en su escrito (lleno de datos de su prictica médica personal) es posible detectar cierta arrogancia intelectual derivada de su familiaridad con mas textos médicos (Galeno, Hipécrates, Rhazes, Avicena, al-Magusi) que, al parecer, los colegas cristianos con los que convivid por las poblaciones de la actual autonomia de Castlla-Le6n, desde las tierras de Leon-Zamora hasta las de Segovia-Avila, pasando por los irculos cortesanost, Dejando aparte posibles rivalidades entre médicos eristianos y judios, lo que quiero subrayar ahora es que muchos de estos médicos —tuvieran la religion que tuvieran— participaron en un proceso de invensificaciéa y ropagacién del galenismo y, con ello, contsibuyeron a la toma de con. Ciencia por parte de sectores y grupos sociales (no necesariamente letra- dos) de que la medicina era también un saber complejo y abstracto ade- mas de una practica curativa, mis 0 menos empitica, Er este proceso. participaron también miembros de las Ordlenes meadicantes (hemos visto el caso de Juan Gil de Zamora en terras castellano-leonesas), En este proce- 50, la universidad, con sus estudios médicos (al menos en Castilla), apare- lO mas tarde. Quizas el galenismo tuviera necesidad de esta penetracion y {1 ck Gancia Bauesten - C. Vizousz bE Buxs29, “Los médios jucies castllanos del siglo XIV yl galenismo érabe: el Kal Gastal a’ malubt (Libto de metcing castellsna feuin), ca, 1312", Asclepto 2, 1990, 1191 DMEDICINA UNIVERSITARIA ¥ NO UNIVERSITARIA 345 toma de eonciencia amplia entre un sector lo suficientemente grande de Poblaci6n para que los miembros de ésta acudieran a la universidad a estu. iar medicina y participaran —del modo que fuera— en su financiacion y mantenimiento, Ese sistema médico, que hemos descrito como una red asistencial que cubria ya a mediados del siglo XIV amplios territories de la Europa meridio- nal, se fue formando espontineamente, ¢ integr6 en él a sanadores universit rios y no universitarios; a sanadores cristianos y no eristianos (tanto judios ‘como musulmancs, si bien la presencia cle mudejares esti muy poco docu ‘mentada y s6lo limitada a los territorios de la Corona de Aragén). En la medi- dda de mis conocimientos, y con las cautelas propias de un tema en investiga- cién, no obedecié a plan alguno, La intervencion del poder politico se hizo a Posterior, para intentar imponer en la prictica al sanador que salia de las aulas universitaras y controlar la prietica médica de todos los médicos (tuvie~ ran o no formacion universtaria) de acuerdo con las normas académicas de la Universidad. Algo que afios mas tarde dari lugar al cierto grado de control que se llamé «protomedicato-. No parece que se consiguiera en el perioda que estamos comentando, ni en Castilla ni en la Corona de Aragon, Ello pro. ‘Yoe6 problemas y los intereses corporativos privaron sobre la atenciin médica que debia prestarse a una poblaciGn que percibia la salud y la atencion med ca como bienes estimables, pero que, de hecho, carecia de los recursos nece- sarios (politicos, econdmicos, ideol6gicos) para asegurar dicha atencién, Naturalmente la salud de un individuo y de una colectividad depende de ‘otros muchos factores ademis del de la presencia de médicos, poscan o no formacion universitaria, practiquen una religion u otra. Pero la percepcign. que tendri un individu o una comunidad acerca del nivel de salud en el que vive, dependera en gran parte del concepto de salud vigente entre ellos; lun concepto que no se agota con el difundido desde la medicina. Ahora bien, desde el siglo XII el galenismo (sea el difundido desde las aulas univer sitarias, sea desde la ensenanza personal de maestros cristianos, judios 0 ‘mustilmanes) apor6 un importante caudal de informacion que contribuyé a enar ce contenido un concepto tan complejo y sujeto a tantas influencias (ideas rcligiosas, valores sociales y culturales, principios politicos y economi- os, la propia estructura social, el juego del proceso social) como es el de salud. Lo que si parece es que el galenismo enscné a las gentes medievales que la salud y Ia enfermedad son respectivamente un problema de orden y desorden corporal, y que ¢1 médico es quien posee la clave para interpreta lo, es decir para conservar la salud o recobrarla cuando se ha perdido. Tam. ign enseno que el cuidado de la salud corporal era un bien en si mismo estimable. Es una palabra, colabor6 a una visiGn positiva de la salud y de su mantenimiento; algo que no siempre habia sido valorado como tal entre la sociedad cristiana europea “Luts Gaxcia BausTe SIC, Barcelona

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