La poesía es la forma más divina de expresar los sentimientos. Y cuando éstos
salen del alma logran construir un clamor universal que se llama solidaridad para la fraternidad humana; dentro de ese pacto de amistad que une a hombres y mujeres románticos sin distingo de razas, credos o escuelas, se desbordan como una rápida cascada de palabras dándole un verdadero significado a cada acto de la vida… sea de alegría, de dolor o de tristeza. En ese constante dilema, sobre la existencia, siempre se ha alzado la voz del poeta, para romper las fuertes cadenas que nos atan a una vida sin esperanza. De esta forma, encontramos en el licenciado Omar René Turizo Jiménez, autor de este
hermoso poemario, Me fugue de tu alma un día, sus
tristezas, alcanzan a darle fuerza a sus reclamos sin importarle que su voz se pierda en la indiferencia, dejando una marca indeleble en la distancia, porque él ha sido capaz de construir con sus poemas un espacio abierto a los suspiros y cerrado a los llantos. Por eso exclama. ¡Sembré en tu pecho una gota de aliento frío y grotesco!, ¡Busqué en tus pupilas una luz tibia y luminosa casi a diario!, ¡Sólo encontré engaño y la mala costumbre de buscar hombre ajeno! Pero esas tristezas en el fondo son un trágico reclamo porque el poeta se siente que cruzó un túnel de grandes satisfacciones, alegrías y dificultades, que lo han llevado a ser un gran profesional. Y así, se vislumbra inmediatamente que esas marcas son huellas dejadas en la carne, en la voz y el lento andar de su cuerpo en la búsqueda de un trascender más allá de la tierra. Cuando él dice: “Me tocó nadar con la soledad desértica abrazar la noche ciega refugiarme en el mar, correr junto al viento, buscar en tus ojos luminosos, el camino infiel de tus sueños y decirte que solo fuiste una fantasía que nunca llegó. Sinceramente, no es nada fácil ahondar en la poesía de Omar René Turizo Jiménez porque su gran capacidad de transitar en el campo de la lírica deja al lector sin aliento, porque sus expresiones plásticas, con el uso de las palabras, al mismo instante, es capaz de abrir muchas vertientes y dejar correr turbulentamente desde sus excelentes poemas un torrente de voces e imágenes capaces de penetrar en los rincones más recónditos de los espíritus. Con estos poemas, el poeta, busca mitigar los estados del alma y encontrar la comprensión de aquellos, que al igual que él, han cantado, soñado, llorado y sufrido… pero al leerlos sentirán que por fin no están solos.