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ay a DANZA PRIMITIVA. ‘en una coordinacion estética de es. Movimientos corporales cooi- ente existen en determinados tta- bre: el movimiento cadencioso de los re- irosa de los segadores y el ritmo de los mies. El de los majadores del cait tiene en sus grandes lineas plasticas eden ser incorporados a la danza; pero ‘50: elementos, gestos plasticos elemen- guste du semeur. ecoge los elementos plasticos, los grandes des posturas corporales y los combina en icién coherente y dinamica. E] hombre rea- sttuccién” plastica inspitado por senti- orden superior. El espiritu que sopla en arte sugiere sus combinaciones de gestos, tal viviente hace de la danza una obra nente artistica. El hombre que danza o que a danza lo hace sumergido en el estado ant- -entiende como sensacin estética 0 sensa- . La danza es una creacién de belleza y ei misma, como obra bella; 0 es utilizada mbre que danza, o por los demas hombres en él, con el Re de exaltar el trance anegado por la emocién religiosa y por hh de potencias vitales como el amor, la alegtia, mo, que es cl frenesi de las bacantes en las ionysos. : bre danza por los mismos motivos qué nta en alabanza de los dioses, danzari tam- jonor. Si canta para expresar un estado inti- entos, danzara parejamente con ellos: 9 LA DANZA Y EL BALLET danzas de epinicio y de lamentacidn: esan tanto en la melodia como se danza en el jubilo amoroso y en la desolacién de la muerte. El estilo cam Jas maneras y los modos cambiaran apropiadamen te: el principio estcticc el mismo. Los grandes princ en que se basa la 1 son idénticos a los de} can. to: el agdégico, que estipuls la lentitud o la rapidez de cada movimiento en el tiempo, el desenvolvimien- to del gesto, y el dinamico, que determina el modo de actiyidad muscular con que los gestos se suceden unos a otros, su fuerza, por decirlo asi; ambos principios bajo el dictado del ritmo: ritmo musical en cl primer caso, rit- mo plastico en el segundo. Mas, en la Danza, existe un principio esencial desconocido a la Musica yes la construccién de los movi- micntos en el espacio: es ese rit- mo Plastico que acaba de ser aludido. Los dos principios mu- Sicales, el agdgico y el dindmi- Co, se subordinan al principio piece de la danza, que es ee esto, y ayudan a Ta expre $ : paiticies pees agogica sonora, por ejemplo, ae eae aa Movimiento lento a uno tapi ‘A ee de re uecion: plastica exacta tealizada por 7 nora, el cre Ss movimientos. La expresion dinamica so- , scendo y diminuendo, las gradaciones 9 Con i re, r canticos y es y endechas se expr en la danza. Se canta y LA DANZA le matiz, se traducen asi- or medio o mo- tos apropiados. La coincidencia Beer gestos con determinados musicales ha hecho que s¢ denomi- éstos como gestos sonoros. De he- existe intuitivamente una homologia el caracter de los gestos sonoros ¥ los plasticos que Jos traducen for- iamente; por ejemplo, la elevacion | de los brazos en la imploracion 0 en las entaciones, la ondulacién del busto los ritmos pequeiios que expresan un pienestar moderado o la elevacién de mas y brazos en los grandes ritmos itantes. ‘Encontramos en la ms antigua plas- iega claros ejemplos que nos mucs- simples gestos que cxpresan espon- ente la desesperacién ante algiin hecho doloroso, es la muerte de algun ser amado o admirado, y van convirtiendo paulatinamente en gestos cs- jos cada vez mas lejanos de su rudeza primitiva. tos adoptan una ecuritmia clegante segtin que 0 de los concurrentes tienda a organizarse en rdinada sucesién de movimientos, cuya cons- armonica total es una manera de danza. Asi tendérsela al leer las Rapsodias 22 y 23 de la ando Homero describe la muerte de Héctor, en de Aquiles por la de Patroclo, y las ceremonias que se dedican a aquél. Un acto tan impor- 0 es el de honrar a un cadaver ilustre tenfa i ee eocemente teglamentado. Su protocolo urante siglos, hasta que alcanza su mayor €n tiempo de Soldn, el legislador (639-559 nto €1a expuesto primeramente entre los esis), que desfilan en largas procesiones # Posicion especial de los brazos. Las suscos d yldsticamente P' ea Fic. 3 ba LA DANZA Y EL BALLET | planideras o endechadoras, que cantan y danzan los tre nos (trenoi), cuando muestran mayor desesperacion s atrancan los cabellos, conforme los profetas se arranca ban (o se mesaban, solamente) las barbas. La danza, en sus elementos corporales, es puram te plistica. En seguida se combina con el sonido. Ja mtsica, apropiadamente; de tal mancra, que Fic. 4 danza musical (cantada 0 con instrumentos de acompa- hamiento, o de ambas maneras, pues que los instru- mentos se reducen primitivamente a los de percusién) hay un exacto doblaje plastico por un lado, sonoro por otro. Si se contempla aisladamente la danza sin la Fic. 5 itty nuestra memoria auditiva tiende a ‘cantar’ ae gee ce la danza dentro de nosotros. Si lo que € €3 lo contrario, nuestro cuerpo tiende a repro dueir Jos movimientos originales. ‘I'oda danza tiende LA DANZA 13 ue habré de envolverla: la emmeleia “dentro de la melodia’). Toda muusi- nd a danza: danza lenta o frenética, melo- sntable o saltarina, saltatoria, calificativo que los preferian conservar para denominar en general el vocablo griego choros (chorein 0 korein) ito un sentido danzable. De él hemos forma- ) en nuestros idiomas modernos la palabra coreogra- a danza misma o chorea puede descender, segun ugicre Platén, de kara, la alegria. Con ese vocablo, dido por el de terpsis, que significa lo agradable, abria formado cl nombre de la musa que preside inzas, Terpsicore. Pero pronto se observa que el chorein no esté referido tan sélo a la danza, que leva consigo una idea del fundamento mu- sobre el cual se desarrolla. La denominacién mis- le la melodia, vocablo que sugicre en su dulzura 1 (molpé es la melodia danzada), Neva encerra- lea de un melos que no es solamente lo melo- , sino lo que esta cortado miembro a miembro Tagmentos métricos, podriamos decir). Y, justa- pace neon Hee de ahs stlabas en el len- e constituye ray cistencpy es = CC prosédico correlativo del e de base a la danza: pies métricos se deno- lan los elementos silabicos, mientras que la acentu: los elementos yocales de que se compone 5 cs con vocablos que claramente denun- vacion, drsis, del pie humano; la depresion, mismo, en acentos que corresponden a un fuerza débil, en el primer caso, a F , 0 del golpeo | pi Sobre el suelo, en el otro caso. La plds- eee y gtiega tiene buen cuidado en ree feta on e, con cuidado solicito. Fe. Abe eee su citara en el ptimero.- } y levanta en alto su pie bri- LA DANZA Y EL BALLET en Las Bacantes de Euripides, ensen tar las danzas de las Ménades le yantando a la vez la mano derecha y el pie agetos En tiempo de Luciano (s. 1) los maestros de baile i abel en el calcafiar para marcar Riso: sujetaban un casca el golpe del pic sobre el suelo. La estrofa poctica, tan 14 llante. Pentco, cm como hay que imi importante en la danz lel hech, a danza cor; 10 de qui oral grieg: ie el ch Za, recibe su 1 3 su nombre 50s, daba |, oro, & medio Bel doce alrededor ae que cantaba los ver- “10, ara o alt: Pa fe cantotes-danen torno de] iia eo colocado en » de donde eee Porque Ses ee prec t Pe rape oki 7 orbellino O LA DANZA PRIMITIVA 15 o trompa sonora) y su giro corres- a y el caracol a fel ia con el trozo de versos que entendemos estrofa. Es | frecuente en la formacién de los yocablos que men wna significacion derivada del lugar donde se ort ~ ginan, De la orkestra gricga (locus in theatro ubi choros saltabat) procede orkesys, que es el arte de danzar, y tkeser, que es el danzante, U orkésris, la danzatriz. ero orkéseos es Ta accién misma de levantarse uno de a tierra, como saltar, lo cual no puede expresarse con nayor claridad aue en cl vocablo Jatino saltator, el dan- ite, pues que salto y salio es danzar saltando, yocablo tecoge todavia el viejo romance castellano cuando mina sotar a esa accion danzable. mae su manifestaci6n mas clemental, la danza puede cer como producto de una descarga emocional en ividuo; pero, inmediatamente socializada, adopta- de las mds primitivas formas de sociedad un er protocolario, regulada estrictamente por los je- La “descarga emocional’” tiene, en sus casos mas nntarios, un aspecto epiléptico, como todavia hoy ios en las danzas de los pueblos de culturas atrasa- imitivas. Los gestos desordenados del epilép tar fuera de si, tienen una importancia magica _y tienden a codificarse en la repeticién de los doptando una técnica. La mas elemental en las artes consiste en la simple repeticion. Una icion de los gestos propios de la descarga senti- €5 ya una forma de danza, individual en este €, en progresiva estilizacion, puede ser comu- ‘oro, a un grupo mas 0 menos abundante de repiten en suma aritmética el gesto estiliza- nics gestos son miméticos del dolor, de los cl hombre, segadores, remeros, del ofrecer el alancear, asaetear a una victima en la lucha o -omo la repeti- € motivos deco- mastas y lan- on constanies en is danzas plura- multipersonal en corto, it, alrededor del idimentariamen- LA DANZA PRIMITIVA aie , instrumentos, danza, se retinen en un conjunto e es a la vez estético y religioso. El hombre sicnte la encia del numen, de la divinidad, y siente solidaria- te la belleza del acto que ejecuta y presencia. La coordinacién de movimientos corporales en lo e puede estimarse como una danza tudimentaria _ aparece desde los primeros testimonios graficos de que “tenemos noticia, en una antigiiedad que se remonta al final de la tiltima época glacial, entre diez y quince mil afios atrds. Estas pinturas pueden verse en las paredes de cuevas del Levante espaiiol, en Alpera (Valencia), en Cogull (Lérida), en otros muchos sitios mas de la Pen- insula. Tienen un parecido notorio con las que, de fe- cha reciente, se encuentran en paises muy remotos a aquéllas, como son las de los | bosquimanos del Africa del ‘Sur, en Rodesia y en Orange. Quiz una semejanza climati- ca unia en tiempos remotos a paises enteramente diferentes joy en su clima, fauna y flo- . Un poco mas tarde que juellas primitivas aparicio- deportivas o religiosas ecen en Francia, en la re- de Solutré, escenas de a y otras en las que E ad eur de que se trata de hombres con mas- : pirna les. Se han hecho famosos los diablillos ae ‘OS que aparecen grabados en un Ilamado descubierto en unas excavaciones en la Dordoiia Que las Soc CHAS) asi presentadas son escenas ae facilmente al compararlas con ie dib a, donde los moyimientos estan admira- te dibujados, como la de los arqueros rupestres .LA DANZA Y EL BALLET ltorta, en cuya cueva, llamada “del caballo” por tras figuras equinas que ostenta, se verificaban hasty iempos recientes fiestas sospechosas de paganismo (cel- ta, esta vez). El papa Calixto III, un Borgia o Borja, yalenciano, natural de Jativa y que, por lo tanto, cono. | cia bien las costumbres levantinas, prohibid mediante bula, en 1447, la popular peregrinacién a esa cueva ya otras por el estilo. En la otra danza, célebre también, de las mujeres de Cogull, un ritmo definido hace que las mujeres se coloquen de dos en dos, dando la cara al varén, o sea de espaldas al espectador. Ritual o fes- : = tiva, es una dan- za socializada, en donde sus _perso- najes van dos como el mu- largas, como las nmueve mujeres, en “ elegantes — figuri- . Fic. 10 nes que no desde- Ruarite. fiaria firmar algin gran modisto de nuestros dias. De las escenas simulato- tias para propiciar una buena cava, sc pasa facilmente a las danzas con disfraces de animales. Y en el paleolitico superior (tltima etapa), o sea aquel al que correspon- den las pinturas espafolas, comienzan a tomar carac teres diferenciales danzas de dos tipos. En uno de ellos, caracterizado por la presencia de danzas con disfraces de animales, el talento mimético es grande; los mov mientos corporales estan bien regulados y, en conse cuencia, la danza plural o coral predomina. En el tty tipo faltan las danzas animales; la técnica de la cam es inferior; se tiende a que predominen los movumien! convulsivos y desordenados, lo cual da por or cia una danza unipersonal. Un tipo diferente de © los cuales las mujeres lanzan ari nse las danzas aoeetane 0 ae s ae ts, en la dpera de Borodin, H/ Principe Igor, las sensaciones en las primeras temporadas en le los Ballets rusos. En las culturas agricolas tem- ‘ % i ranas, los danzantes forman dos o tres corros concén- icos, en correspondencia con la ornamentacién circular o sinuosa de su ceramica. En otros casos los danzantes forman filas que se enfrentan entre si, no sin paralelo con los dibujos de lineas dobles cortadas en zig-zag o _ cerradas en figuras geométricas que la danza sigue mas ‘o menos de cerca. Con la agricultura, la observacién ‘de los fendmenos meteorolégicos, de las mudanzas de luna, del acercamiento 0 alejamiento del sol en las jones acarreara formas de danzas propiciatorias de elementos, con vistas a una fertilidad mayor de la a: danzas que imitan las fases lunares; danzas en al sol; danzas que, al imitar la menuda agita- la Iluvia fecundante, atraerin.a ésta por ma- ypatética, mientras que otras, que reproducen icamente los vendavales desatados, tenderin a Y EL BALLET a sacrificios que aplacarin Todo sactificio y todo ofre- des supone un rito, un protoco- masas, una procesién preliminar nza concéntrica en torno del altar, ol simbélico o piedra erecta en tor- Ja danza. Ja tierra han ido desarrollandose asi eyolucién del estatismo tribal hacia for- ‘de sociedad, en los perfodos neoliticos y los metales, bronce o hierro. Las danzas social cuya ordenacion se complica tensificandose ciertos efectos, como sual. Sus fases, primeramente vatu- olizacion. tee danzas del vien- en Europa como en cl Sudan, en olinesia y las costas occidentales de Amé- este tipo de estilizacién. Su caracter su técnica creciente hacen pasar a dichas Primitiva significacién ritual a una mente artistica. Las danzas cn parcja s movimientos de atraccién de los sexos ulturales avanzados con que terminan histéricas. ellas . € encuentran danzas circulares, que arados a los danzantes. En sus distintas mzas con disfraces de animales y que en los tiltimos momentos afectan la as sexuales. En el neolitico, las culturas Jas anteriores danzas, mientras que on individuales, sino plurales, lica. Danzas de enmascarados fantasia pertenecen tanto a las 4 las agricolas, y es facil dedu- la alusion directa a lo uno o a 10 uras agricolas presentan danzas et is veces de hombres frente # Oposicién que también se hace EL ORIENTE ANTERIOR enfrentan entre s{ . s , StCn movimientos ro, as ee tune de la edad de} Relic ig esta cl: ae la sociedad a claramente manifiesta, a € Unos poscen ee mando de las tribus; hee ie os de mineria y los de servidumbre, dentro ne o en el agro. Las danzas tomaran, pues, dos stintos, segtin que sean danzas Sonn como ya puede decirse. Las danzas proce- ‘y circulares persistiran, porque no desaparece- uinea de ningtin tipo de civilizacién; pero lo que a esas épocas del neolitico propiamente di- s danzas de parejas, cn succsiones de movi- sueltos o abrazados, con su simbolizacién cada ; abstracta y, finalmente, con su dominio de la jue las convierte en danzas de cxhibicién. Ill testimonios plasticos referentes a las danzas que iedlogos han encontrado en los paises donde na- sultura mediterranea son de muy diferente elo- _ Creta, Egipto, Grecia y las islas del Archipi¢- n muy abundantes en ejemplos. Fn cambio, los onde florecieron las grandes culturas babilénica, caldea son sumamente parcos en la exhibicion de testimonios, aun cuando haya referencias inequi- a la danza en todos los pajscs semitas, cuyas reli- literarias son tan importantes para conoccr sus tivos estados de cultura. Las mas viejas acepcio- ¢ relativas a la danza son las ¢ el yocablo sanscrito tan sig- estrictamente tension; pero su raiz, an, 0 el voca- o tan, entran en la composicién de palabras es en donde ya unido ese doble sentido de ny de danza, El yocablo griego tenein y el latin e proceden de dicha raiz sanscrita con el mismo que ella, Nuestro yocablo danza viene directa- LA DANZA Y EL BALLET mente del latin medio dansare, el cual procede de una forma secundaria, danson, del alto alemdn dinsan, de donde el alem4én moderno formé su vocablo, atin en uso, tanz. Este vocablo llega a Espafia mucho tiempo después de las acepciones latinas saltare y ballare, que designan la misma accién, razon por la cual danzar no designa en castellano ningin modo diferente de bailar, ni cosa distinta, sino que ambas palabras desig. nan la misma cosa, segtin sus distintos origenes, germa- no 0 latino. Las dos palabras hebreas que se refieren a la danza y que se mencionan en la Biblia son, una, be-makh que quiere decir textualmente en la danza (Salmo 49, vers. 3) y que la traduccién griega de los Septanta t duce como en choro, o sea una danza plural. La Fic. 12 palabra es hag, que significa simplemente procesién, en un sentido religioso o festival. Y ocurre, en efecto, que mientras los testimonios graficos que nos han lega- do los paises mesopot4micos no muestran ninguna ima- gen suficientemente clara de danzas, si son abundantes, en cambio, las procesiones sagradas, constantemente acompafiadas por instrumentistas musicales que levan- tan cadenciosamente el pie, como Apolo en el himno homérico, Otros relieves babilénicos del siglo 1x a. C. muestran a los sacerdotes tocando panderos, un laid de largo cuello, como los egipcios, y hasta cinco 0 seis esp¢- cies de instrumentos de cuerdas pulsadas, arpas y cita- EL ORIENTE ANTERIOR s Estas cere- sus danzas , Ni alusio- ‘onciertos se conciben mal sit dientes; pero no hay descripci me aa cllas. De las mecrnieeaed r €n la religién Mienonea oo oe , aunque no sabemos que fee aa Baie arraciones mesopotamicas no so} Be eee materia danzable; pero como el £. cea : ‘amoso poe sta de Gilgamesch, de origen siete: ante Pa idioma sujeto a ritmo y, como , esta dispuesto en forma p: i tacién’ estaria muy p mte escandida en periodos regulares, lo a es las danzas en ronda o en corro, segin ap. poco mas tarde en él libro de los Salmos hebreos. posicién en yersos p: lelisticos es. tipica, sobre de la literatura hebrea, y va a engendrar esponta- te el canto antifonal. Pues bien, estos grupos miisicos que vemos esculpidos en los muros de los cios asirios eran también coros de cantantes. :No ban los dioses de Gilgamesch, que “acudian como Is” a sus homenajes, atraidos por su buen olor? sabemos, pero si conocemos incluso admirables mentos que han aparecido en las excayaciones de iudad de Us, Ja ciudad de Abraham, en Caldea, elleza da idea de su perfeccién y, cozrelativa- te, de la técnica musical desarrollada, lo que impli- arte de la danza suficientemente reglamentado, ya e es fendmeno histéricamente anterior. | libro del fxodo da una idea clara de la primera ica de los israelitas, que derivaba de las practicas ales femeninas del imperio babildnico. Miriam y Jas mujeres salieron a recibir a Moisés y a los hi Tsrael que retornaban de Egipto, taiendo pande- danzando, a Ja par que cantaban. Las danzas se al tiempo de resonar los panderos, alternativa- ‘on las estrofas cantadas, Otras alusiones @ as en el Antiguo ‘Testamento no son muy frectien- LA DANZA Y EL BALLET in parentesco de costumbres bastante Bro: ae his caldeas, siempre en relaci6n con percutivos. Adufes y danzas resuenan ija de Jephté sale a su encuentro tras de ha- a los ammonitas; y, cuando Dayid maté al te filisteo, las mujeres “que cantaban y danzaban” on a recibirlo de todas las ciudades de Israel, “con joriles y con alegrias y sonajas”. Pero, en otra oca- n, atin mas solemne, ya mayor David, su esposa Mi- , hija de Saul, encontré motivo para despreciario iblicamente porque David, en su alegria por transpor- élarca de la Alianza, se despojé de su ephod de lino danz6 “desnuddndose delante de las criadas de sus | sieryos como se desnuda un juglar’” (Samucl, 1, c. 6, y. 12, 21). Este reproche de Michael enoja a David | que responde: “Danzaré delante de Jehova y aun m haré mas vil que esta vez”, de todo lo cual se deduce que los juglares del tiempo de David se despojaban de sus ropas para danzar y por ello, y por ser la danza cosa juglaresca, estaba mal considerada por la buena sociedad israelita. La danza bien vista era, en ticmpos anteriores, danza religiosa, plural y de mujeres. lin tiempos de David era ya danza unipersonal, juglaresca y gimndstica, porque se dice que David “saltaba con toda sui fuerza’” (v. 14). Desde entonces organiza Da- vid los cinticos en honor de Jehoya entonando el pri- mero de ellos (Crénicas, 1, cap. 16, y. 18 ss.), pero tiene buen cuidado de decir que se festeje a la divinidad de ae eee que no sea con canticos, al paso que la mt ce oi eek estaba meticulosamente organizada Bae erica ee 10. Nada sabemos acerca de si en cl Templo i : Se verificaban danzas rituales, pero un ver ; Hee i moe podria sernos més explicito si las y si m ene) hebreo no se diferenciasen en he a et yocablos hebreos no hubieran sido de la ee 108 por los primeros traductores gic ~ “ptuaginta, El yersiculo en cuestién cs © a . A EL ORIENTE ANTERIOR ve ae 149, que, en Iq version : Ge seina (1569), dice, “astellana de Alaben su hombre co; Con adufe corto, ¥ apa a él cantey, hol se traduce al eri Stiego por chorein y verbo por chorus én Ja traduceién, hati ae f (1562). Es lo que e Angélico ( ntiende Fray Angéli oe ese salmo en sus A aie itad del siglo xv, hace danzar €n ronda a sus versiones castellanas mas recientes como las We: ‘Torres Amat soslayan la dificultad ha- atmoniosos concicrtos”. Realmente, bastan- » €n su arpa y adufe, por lo que Lutero se traducir Pauken und Darffen. Pero Lutero nberg, 1539) no traduce ya ni chorus ni tanzen, emplea el vocablo reigen, lo cual siguen otras mes, como la holandesa. Ein el medio alto ale- es equivalente a tanz. Liste modo de danzar iba a parejas sucltas o grupos de tres danzantes, tras que reigen cra una danza coral, como la chorea Reigen lleva en si la raiz que dan los vocablos ale- dicativos de fila, ‘hilera; asi nos acercamos a las iegas de danzantes que podian cerrarse en corto 0 darse con pies ligeros de un sitio a otro tomdndose antes por la muficca 0 por Ja mano. ejante mencion de danzas en redondo no is en el Vicjo Testamento. El profeta Jaeue . 31, v. 43) dice a Israel, que esta en ea a struccién: ““Todavia seras adornada con eee corros de danzantes. Antes toda Pah a remierids, cuando Débora la profetisa J, se dice también: “Verdis salir a las corros”, danza quc, al parecer, de doncellas, reminiscencia de maba a Israe’ de Silé a bailar en ida por el rapto iejas costumbres. tre las gentes que lero Se deslizan dos n sus rondas en cantata este punto de tipos que desde LA DANZA Y EL BALLET ta tienen histéricamente su importancia. Unos son juglares que danzan echando hacia atrés la cabeza y de cuyas proezas se hablara més tarde; juglares que, como acabamos de verlo, existian también en Israel. E] otro tipo es el del rapsoda inspirado, profético, que hacia sus augurios o sus presagios danzando y cantan do al son de instrumentos, se. gin lo hicieron sus antepasaclos, los nabis hebraicos, los que pro fetizaban entre miusicas de pas, salterios y cimbalos (C cas, 1, c. 25, v. 1). La tan famosa danza de Salomé ante la cabez: del Bautista era del género entic acrobatico y epiléptico, aunquc sin profecias; mientras que aque llos inspirados varones danzaban en corto hasta provocarse una especie de ataque nervioso, tanto por la danza, cada yez mas agitada, como por la mono- tonia del canto, segtin se ve hoy en los derviches tour- Fic. 13 Fic, 15 neurs del norte de Africa i € incluso en los negros cuba- nos cuando tienen e¢] Si o anto. Los kubistéteres que EL ORIENTE ANTERIOR tines echando la cab | Muy conocidos de log » COMO los géticos en | _ Hoy mismo esa es un; uente, s del Nuevo Testamento no son mucho Os en materia danzable que los del Viejo encuentra otra cosa os 27 za hacia atrhs imagineros de to- 1 os portales de sus a figura de danza cono. 4, v. 6): “La hija de danz6 en medio.” Los ios, afeminados de mancras, hacian esta cla- a, segtin testimonio de Apulcyo. Fic. 16 ipei de to al Nuevo Continente, la decetipeions ie e se hacian en México, segiin se Pana Bien en sus lineas finales, es MUY 2 juehuetl y teponaztli as reales que eran las con mucha autoridad, y an. Después, salfan ancebos bailando mas més saltos que neha y espaciosa, los instrumentos’’. ae en fies- ificios, como

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