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Caso para ejercicios de litigación 

Aclaraciones previas: A fin de llevar a cabo las simulaciones se considerará  que todas
las declaraciones fueron brindadas en la sede del Ministerio  Público Fiscal, en las
fechas indicadas; que se encuentran firmadas por los declarantes y no  poseen vicios
que permitan su impugnación formal. 

Todos los nombres que se encuentran mencionados en el caso han sido entrevistados y 
se cuenta con sus declaraciones en los legajos de las partes. 

Caso Guillermina Riveros. Resumen de los hechos 

El 14 de Enero de 2019, a las 8,37 hs. se recepcionó un llamado telefónico en la línea de


emergencia 911, dando noticias de un posible hecho delictivo acaecido en calle
Tacuarembó N° 434. El llamante se identificó como Gloria Giménez e informó que  oyó
que se estaba produciendo una acalorada y fuerte discusión entre los habitantes del
domicilio ( Horacio Larrondo y Guillermina Riveros), y que luego de gritos
desgarradores de la mujer, todo quedó en silencio, por lo que solicitaba presencia
policial en el lugar, ya que sospechaba que alguien había resultado muerto. 

A las 9,03 hs. Llegó al lugar del hecho el  personal policial de la división homicidios,
ingresó al lugar y constató la presencia de personas y rastros de lo ocurrido. Se logró
verificar la presencia en el lugar de Guillermina Riveros, quien estaba sentada en el piso
llorando y presentaba lesiones en su humanidad. Asimismo, a escasos centímetros de
Riveros, acostado en el piso de la habitación, se halló el cuerpo sin vida de Horacio
Larrondo, quien presentaba la ropa teñida de un líquido de color pardo rojizo a la altura
del tórax, como así manchas del mismo color a la altura del cuello y ambos brazos. En
la mano derecha del occiso, se detectó un mechón de cabellos de color castaño claro. 

Entre la posición de Riveros y el  cuerpo de Larrondo, se encontró un cuchillo de una


longitud total de treinta centímetros ( 12 cm de mango de plástico color blanco y 18 cm
de hoja de un solo borde cortante), en cuyo mango y hoja presentaba manchas de
liquido de color pardo rojizo, de similar entidad a las que presentaba el cuerpo del
occiso.

Testimoniales:

Julio Juarez 

Juana Ramírez 

Esteban Guidos

Gloria Gimenez

Diego Sánchez

Documentales:

Croquis del lugar del hecho (Hecho por el policía)


Esquela manuscrita

Esquemas anatómicos confeccionados por el médico forense

Declaración de Julio Juárez efectuada el 20 de enero de 2019

Es oficial subinspector de policía con cuatro años de servicio en la división homicidios.


Anteriormente trabajó en sección Canes, adiestrando perros de la fuerza. Fue el cadete
condecorado de su promoción y se destacó en las materias instrucción sumarial y
derecho procesal penal. Desde hace dos años, estudia Licenciatura en Criminalística, y
tiene excelentes notas en su cursado. Participó en la investigación de siete homicidios
como instructor de sumario e investigador directo, logrando esclarecer los hechos  e
identificar a los responsables. Fue privado de ascenso en el año 2018, por haber omitido
realizar medios de prueba en un hecho de homicidio que quedó impune.

“El 14 de enero, ingresé de servicio en la división homicidios de la policía, desde las


siete horas. Todo estaba a mi cargo, ya que mis superiores estaban en el interior de la
provincia, investigando otro hecho ocurrido el 4 de enero del mismo año.
Aproximadamente a las 8, 40 hs. el comando radioeléctrico irradió una orden de que en
calle Tacuarembó Nº 434, se había escuchado una discusión entre la pareja que vivía en
el lugar y que luego de oírse gritos de la mujer todo quedó en silencio y se sospechaba
de que alguien había muerto. Inmediatamente concurrí al lugar y allí, fui atendido por
una  mujer que dijo llamarse Gloria y que manifestó ser quien había llamado al 911. Me
explicó que era la empleada doméstica de la casa y que en el dormitorio de la pareja,
escuchó una fuerte discusión entre el hombre y su mujer. Dijo que esta última gritó muy
fuerte y que después todo quedó en silencio, por lo que no se animó a entrar al lugar y
prefirió llamar al 911. Ya dentro de la casa, llamé a la puerta del dormitorio donde
habría ocurrido el hecho y nadie contestó, entonces accioné el picaporte e ingresé. Allí
pude ver a una mujer de unos treinta y cinco años, sentada en el piso llorando, no decía
nada. Le pregunté si estaba bien y no respondió. Muy cerca de ella estaba el cuerpo de
un hombre de unos sesenta y cinco años, acostado en el piso. A simple vista se notaba
que estaba muerto, Tenía el pijama en la parte de arriba todo manchado con un líquido
rojo que rápidamente asumí que era su sangre, También tenía ambos brazos manchas
con el líquido rojo y en la parte del cuello, lo mismo. Entre la mujer y el cuerpo del
muerto había un cuchillo, de mango de plástico blanco. La mujer no decía nada, así que
llame de inmediato a la ambulancia y al personal policial del servicio técnico pericial,
quienes llegaron en 30 minutos aproximadamente y realizaron tareas inherentes a su
función. Yo levanté a la mujer que lloraba en el piso y la trasladé hasta la comisaría
donde la hice examinar por un médico policial y luego la dejé  a cargo de mis
compañeros para que dispongan el alojamiento de ella en la alcaidía de mujeres. 

Yo confeccioné un croquis ilustrativo del lugar y hallé en el piso de la habitación un


papel escrito a mano que decía: “Amor, no te hagas problema. Algún día se va a morir.
Solo hay que esperar. Te quiero”. 

Me llamó la atención, que la mujer de nombre Gloria, me seguía a todas partes dentro
de la casa y después me dijo que ella sabía que los problemas de pareja eran porque
Guillermina tenía una relación paralela con otro hombre y la víctima lo sabía y por eso
peleaban. También según Gloria, la mujer ya le había pegado a Larrondo varias veces,
pero que no había consecuencias, porque su amante era un policía que arreglaba todo y
eso Larrondo también lo sabía.”

Declaración de Juana Ramirez efectuada el día 25 de enero de 2019

Tiene 38 años. Es prima hermana de Guillermina. Vivió en la casa de la acusada y la


víctima desde el año 2008 hasta el año 2010. Es estudiante de contaduría y actualmente
vive sola en el domicilio ubicado en calle Fontana N°1234, a cuatro cuadras del lugar
del hecho delictivo. Tenía una relación muy especial con Larrondo porque este le
pagaba gran parte de sus estudios. Con Guillermina, no se llevaban bien, porque Juana
sabía de su relación con otro hombre y no aprobaba esa conducta de su prima. Estuvo
presa por tenencia de drogas con fines de comercialización, pero no tiene condena a la
fecha. Larrondo, fue quien le pagó al abogado para que Juana logre ser excarcelada.

“Yo me crié desde muy chica junto a Guillermina, en la misma casa ya que mi mamá
era hermana de su madre. Éramos como hermanas. Tanto que ella al irse a vivir con
Larrondo me llevó a vivir con ellos, allá por el año 2001. Larrondo siempre me trató
como una hija. Él quería mucho a Guillermina pero era muy celoso. Varias veces
hablando con Guillermina yo le decía que me daba pena Larrondo, porque siempre
trataba de conquistarla con regalos, y gestos dulces, así como traerle rosas, o llevarnos
de viaje  a las dos. Pero “Guille” me decía que yo no sabía todo lo que ocurría y que no
lo conocía bien. Que él no era tan dulce como parecía. Viviendo con ellos en dos
oportunidades escuche discusiones fuertes. En la última, “Guille” decidió irse de la casa
y fuimos juntas a vivir en un alquiler a cuatro cuadras de la casa de Larrondo. Recuerdo
que la pelea ese día fue porque Larrondo había visto a “Guille” una noche saliendo de
una casa junto a un amigo de ella de nombre Esteban, y su enojo fue porque “Guille” le
dijo a Larrondo que salía a comprar verduras para la cena. Discutieron mucho, “Guille”
le gritaba que él (Larrondo) era una basura de persona y que Esteban era su amigo que
la comprendía en todo. Larrondo acusaba a “Guille” de tener relaciones amorosas con
Esteban y “Guille” se callaba primero, pero luego le pegó con una espumadera a
Larrondo. Ese fue el motivo por el cual “Guille” y yo, dejamos de vivir en la casa de
Larrondo. Después ellos se reconciliaron y “Guille” volvió a la casa, pero yo me quise
quedar a vivir sola. Desde ese tiempo no los visité nunca más.”

Declaración de Esteban Guidos efectuada el día 20 de enero de 2019

Tiene 40 años. Es corredor de negocios y tiene una empresa propia de distribución de


productos de limpieza. Vivió en la casa contigua a la casa donde se crió Guillermina y
se hicieron muy amigos desde muy pequeños. También fueron novios en la edad
adolescente, hasta que Esteban a los 17 años viajó a estudiar a Buenos Aires. A partir de
allí no se comunicaron, hasta que Esteban volvió a la ciudad en el año 2010 y se
encontró con Guillermina en la terminal. Reiniciaron el contacto y a partir de su
encuentro se veían asiduamente en cualquier día y horario.

“Conocí a “Guille” desde muy chico, ya que vivíamos en casas que eran contiguas.
Siempre estuve enamorado de ella. Incluso fuimos novios desde que yo tenía 13 años y
hasta que cumplí los 17 años y debí trasladarme a Buenos Aires a seguir mis estudios.
Cuando llegué de nuevo a la ciudad en el año 2010, a la primera persona que vi fue a
“Guille”. Yo bajaba del bus, y ella estaba averiguando el precio de un pasaje para viajar
con su pareja. De inmediato nos pusimos a charlar y ponernos al día del estado de
nuestras vidas. Yo le conté que estaba separado y no tenía hijos. Ella me dijo que estaba
en pareja con un hombre mayor que ella, que estaba bien, pero que su hombre era muy
celoso y no la dejaba vivir en paz. Me dijo que por las continuas peleas con su pareja,
nunca quiso tener hijos. Después seguimos viéndonos a escondidas en lugares
previamente concertados entre los dos. Ella le tenía pánico al esposo y me contó que en
varias ocasiones este último le había pegado y hasta “Guille” debió ir al hospital para
curarse las heridas de la cara y la espalda. Una vez nos encontramos y pude ver su cara
lastimada y moretones en los brazos y piernas a la altura de los muslos. Yo le decía que
denuncie esos malos tratos, pero ella me decía que no, porque ella también lastimaba a
su pareja y ninguno hacía denuncias. Era como una especie de código entre ellos. Una
noche invité a “Guille” a ver unos videos en mi casa y después, la acompañé hasta la
esquina de su casa y fuimos vistos por la pareja de Guille, quien cruzó la calle y
comenzó a gritarnos. Yo me retiré a pedido de Guille y ella siguió hasta su casa
discutiendo con su pareja fuertemente hasta que ingresaron. Desde ese día no la volví a
ver asiduamente. Cada semana nos encontrábamos a charlar y Guille siempre me decía
que su pareja pronto se iba morir y ella haría su vida tranquila. También me contó
Guille que una vez esperó que su hombre se durmiera y entonces lo atacó dormido y
cuando le pregunté por qué hizo eso, me dijo riendo: “es que si lo atacaba despierto me
iba hacer puré”. La última vez que vi a Guille, fue el 12 de enero de 2019 y me dijo que
no aguantaba más y me confesó que seguía enamorada de mí y yo le dije lo mismo. Nos
abrazamos y me dijo que después me enviaba una carta con alguien. Después me enteré
de lo ocurrido y me impresioné mucho.”

Declaración de Gloria Gimenez  efectuada el día 18 de enero de 2019

Tiene 32 años. Trabaja como empleada doméstica (cama adentro) en la casa donde
vivían Guillermina y Horacio desde el año 2011. Llegó a la casa, cuando Horacio vivía
solo y al regresar Guillermina a vivir en el lugar en el año 2011, siguió prestando
servicios de domestica para la pareja. Estudia en horario nocturno y Horacio Larrondo
le pagaba sus estudios.

“Yo conocí a Horacio Larrondo en un bar, allá por el año 2010. Pronto nos hicimos
amigos e intentamos entablar una relación amorosa que no prosperó. Él me llevó a vivir
a su casa y yo lo ayudaba con la limpieza del lugar y mantener sus ropas limpias y
planchadas. Nuestra relación no funcionó porque él estaba enamorado de Guillermina y
desde el principio me dijo que no me quería lastimar pero que si Guillermina volvía,
nuestra relación se debía terminar. Yo acepté. Horacio era muy bueno conmigo. Me
pagaba los estudios, me aconsejaba y me cuidaba mucho. Yo me enamoré de él pero él
estaba enamorado de Guillermina. Cuando en el año 2011 me dijo que se reconcilió con
Guillermina, me propuso que me quede en la casa a trabajar como doméstica y como yo
no tenía donde ir, acepté. Guillermina sabía toda mi historia con Horacio, y pareció no
importarle porque ella también aceptó que yo me quedara. Yo me daba cuenta que
Guillermina no lo quería a Horacio. Y varias veces vi a Guillermina en distintos lugares
con su amigo Esteban. Era claro que ellos eran pareja. Yo  le contaba eso a Horacio y él
se ponía como loco y peleaba con Guillermina. Después de muchas peleas, yo dejé de
contarle cosas a Horacio, porque tenía miedo  que alguien salga lastimado, ya que
cuando Horacio y Guillermina discutían, casi siempre ambos se pegaban con lo que
tenían a mano. Guille varias veces tuvo que ir al hospital a curarse y también varias
veces lastimó a Horacio. Una vez Guillermina le pegó a Horacio mientras este dormía.
Pero ninguno hacía denuncias. Estas peleas entre ellos, acercaban mucho a Horacio
conmigo. El comenzó a decirme que me quería y que se equivocó con Guille, pero
tampoco hacía nada para terminar con esa relación. El día de la muerte de Horacio, yo
me levanté temprano y preparé mi desayuno. Escuché que ella se levantó y salió de la
casa. Como a la hora yo estaba en mi habitación y escuché que Guillermina volvió y de
inmediato comenzaron las discusiones en el dormitorio. Después escuché un grito
desgarrador de ella y después un silencio absoluto. Ahí decidí llamar al 911, porque
tuve el presentimiento de que algo malo había sucedido. No puedo creer que Horacio
esté muerto, pero Guillermina nunca lo quiso, ahora debe estar contenta.”

Declaración de Diego Sánchez efectuada tiempo después del hecho.

Es médico judicial con 26 años de antigüedad en ese trabajo. Es médico legista y ha


realizado más de quince cursos de posgrado. Es profesor de la escuela de policía. Ha
participado como expositor en varios congresos nacionales e internacionales. Fue
distinguido como Dr. Honoris Causa por la Universidad de la región. Examinó a
Guillermina Riveros inmediatamente de ocurrido el hecho y realizó la autopsia al
cadáver de Horacio Larrondo.

“Yo participé como médico forense en el examen físico a Guillermina Riveros y


también realice la autopsia al cadáver de quien en vida fuera Horacio Larrondo.

En relación a Guillermina, la examine ese mismo día del hecho a las 9,55 horas y  emití
un informe en donde detallé sus características físicas y  algunas lesiones que
presentaba en su cuerpo. Guillermina es una mujer de un metro sesenta y pesaba 61
kilogramos. Recuerdo que ella tenía moretones en ambos brazos a la altura de ambos
bíceps. Verifique también, escoriaciones en el lado derecho del cuello, en línea oblicua
en relación al eje del cuerpo, en cantidad de tres y con una longitud de 3 cm de largo. El
cuero cabelludo en la zona del parietal izquierdo estaba enrojecido. Las lesiones de
Guillermina, tenían una data de no más de seis horas desde el momento del examen.
Cuando la examiné ella estaba tranquila. Solo repetía varias veces la frase: “no lo puedo
creer, hasta que pasó nomás”.

En lo relativo a la autopsia del Larrondo, recuerdo que comencé el examen el día del
hecho a las 9,12 hs. y se trataba de  un cuerpo de un metro ochenta y cinco, y 123
kilogramos. El cadáver presentaba una herida cortante superficial en el cuello de unos 5
cm de longitud que solo compromete tejido cutáneo pero muy sangrante. El elemento
productor debió tratarse de uno dotado con filo. También presentaba tres heridas punzo
cortantes. Una ubicada en el tórax, en el tercer espacio intercostal izquierdo, con una
longitud de tres cm. Y una profundidad de 12 cm. Esta comprometió el ventrículo
derecho causando hemorragia interna y shock hipovolémico que derivó en la muerte.
Otra herida de las mismas características que la anterior estaba ubicada en la zona
posterior del antebrazo izquierdo, con una longitud de tres cm. Y una profundidad de
cuatro cm. Otra herida punzo cortante, estaba ubicada en la palma de la mano derecha, y
tenía una longitud de tres cm. Y profundidad de dos cm.-Todas las heridas, tenían una
misma data que no superaban las seis horas anteriores al examen. Todas las lesiones
halladas en Guillermina y el cadáver de Horacio Larrondo, las he graficado en sendos
esquemas anatómicos que acompañé con mi informe.

Declaración  de Guillermina Riveros (Imputada) efectuada tiempo después del hecho: 

Tiene 39 años. Es licenciada en Docencia Universitaria. Estaba unida en unión


convivencial  con Horacio Larrodondo desde el año 2001. No tenían hijos. Se separó de
Larrondo desde septiembre del 2010 hasta enero del 2011, por conflictos de pareja, ya
que Larrondo la había visto a Guillermina saliendo de una casa con otro hombre. Al
reanudar la convivencia siguieron los conflictos de pareja, y nunca pudieron vivir sin
discusiones y peleas. En dos oportunidades anteriores fue denunciada por Larrondo, por
haberlo golpeado mientras este dormía. Nunca fue condenada por ninguno de los hechos
denunciados.

“Yo viví con Larrondo en pareja desde el año  2001. Con nosotros en la misma casa,
también vivía mi prima Juana que es como una hermana para mi. Al principio todo era
perfecto, hasta que él cumplió los cincuenta años y comenzó a ponerse más celoso que
de costumbre. Comenzó a seguirme y a controlar mis comunicaciones telefónicas. Un
día me vió salir con un compañero de trabajo de la casa de este último y me acusó de
tener relaciones amorosas con él. Ello generó un gran problema en nuestra pareja y
después de una gran discusión me fui a vivir con mi prima, desde septiembre del 2010
hasta enero del 2011. Volví porque  Larrondo me pidió disculpas y porque lo quería, a
pesar de la falta de confianza que siempre me demostró. Desde que volví a vivir con él,
casi todos los días eran insultos  de  él hacia mí y discusiones por pavadas. Muchas
veces llegó a pegarme y tres veces debí recurrir al hospital para curarme las heridas del
rostro, los brazos y la espalda. Me acusaba de tener relaciones con cualquier hombre
que llegaba a la casa o pasaba por frente de la casa. Se enfurecía mucho si yo salía sola
de la casa.  Cuando me atacaba yo me defendía como podía. Recuerdo que en dos
oportunidades me atacó y yo le pegué una vez con una espumadera y otra con un
escobillón. Después él me fue a denunciar diciendo que le pegué mientras dormía, pero
en realidad, él me atacó y yo me defendí. Nunca supe nada más de esas denuncias. La
vida con Larrondo se tornó muy difícil. Yo siempre pensé que era por la diferencia de
edad, ya que me llevaba más de treinta años, trataba de comprenderlo pero cada vez era
más intolerante. Una vez, vi a Horacio salir de la habitación de Gloria (nuestra
empleada doméstica cama adentro), y le pregunté qué hacía ahí, y me dijo que yo no era
quien debía preguntar nada, sino era yo quien debía explicarle a él, que hacía yo con mi
compañero Esteban cuando Larrondo nos vió antes de nuestra separación, recreando así
aquella vieja discusión por un tema que yo creía superado. A partir de ese día, yo puse
mucho cuidado en el trato entre Horacio y Gloria y me di cuenta que entre ellos, había
mucha complicidad, se hacían gestos y se reían juntos pero nunca pude ver con mis ojos
algo amoroso entre ellos. Ese día 14 de enero, yo volví de comprar el pan para el
desayuno y el ya se había levantado. Me pregunto de dónde venía y con quien estuve,
Le dije que fui a la panadería y que estaba cerrada. Entonces me empezó a insultar, dijo
que yo era una cualquiera, que le mentía, que quien sabe con quién me fui a acostar. Me
dijo que era una basura y una prostituta. Yo no le hice caso, caminé hacia la cocina a
buscar galletitas y él se me vino con furia y me agarró de los pelos. Me dolió mucho y
empecé a gritar. Sabía que nuestra empleada doméstica, Gloria, estaba en la casa.
Larrondo siguió zamarreándome de los pelos y entonces no sé cómo pasó, pero yo tenía
un cuchillo todo ensangrentado en las manos y Larrondo ya estaba muerto en el piso.
No me di cuenta cuando tomé el cuchillo, y no sé cómo se produjeron las heridas en el
cuerpo de Horacio. Me senté a llorar a su lado porque yo lo quería mucho. Llegó la
policía y me hicieron varias preguntas pero yo no sabía qué decir. Después me llevaron
a la comisaría y quedé detenida.”

ESQUEMAS ANATÓMICOS CONFECCIONADOS POR EL MÉDICO FORENSE.


HORACIO
LARRONDO
GUILLERMINA
RIVEROS
Croquis del lugar del hecho.

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