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Historia
La fundación del capítulo de la Hermandad de la Sangre se realizó durante el primer
cuarto del 36M. Sin embargo la orden de fundación fue emitida por los Altos Señores
de Terra durante la segunda mitad del 35M. Aparentemente un psíquico tarotista del
culto imperial realizó una alarmante predicción. La interpretación realizada hablaba de
siglos de conflictos, anarquía, apostasía, y por sobre todo, amenazas capaces de
acabar con el imperio del hombre. Pocos años antes han ocurrido algunos eventos
preocupantes como el Amanecer Rojo de Iriad IV, y la consiguiente caída del capitán
Revellión, así como las reformas del Santo Sínodo de querer trasladar la sede de la
Eclesiarquia a Ophelia VII. Algunos miembros de los Altos Señores de Terra son
conscientes del conflicto que brota entre ellos, y de que este mensaje del Dios-
Emperador no debe ser tomado a la ligera. Entre las muchas acciones consideradas
se planteó la fundación de un nuevo Capítulo que pudiera luchar especialmente contra
las amenazas en ciernes, como la herejía, las incursiones xenos y los agentes del
caos.
Se sabía que la función de este capítulo seria sumarse en la lucha contra las
amenazas del imperio, el Tarot Imperial incluso señalaba el combate de amenazas
Xenos y fuerzas del Caos, especialmente Khorne. Esto ya daba cuenta de la delicada
selección para la fundación, no pocos capítulos habían sucumbido ante el trono de
sangre y hueso.
Se seleccionó el mundo de Aldaris, un planeta desértico de la franja este, en el que
operaban una serie de colmenas. El planeta estaba expuesto a altas temperaturas y
solo en los pisos superiores de los racimos de Colmenas, era posible una vida
cómoda. Los niveles más bajos y en especial el submundo, eran verdaderos infiernos.
Las altas temperaturas del desértico mundo, la escases de agua, y sumándole la falta
de biofiltros para la poca agua contaminada por la polución industrial y minera, hacían
de los pisos inferiores campos de batalla por la supervivencia. Los combates por
recursos hídricos, ya sean limpios o no, hacían del día a día verdaderas batallas. Este
ambiente daría como resultado una selección perfecta en términos de sujetos fuertes y
supervivientes para el capítulo en cuestión. Solo aquellos más fuertes podían soportar
la vida en los oscuros infiernos de las colmenas de Aldaris.
Por otro lado, en los extensos desiertos de arena del que emergían las colmenas, una
tribu de salvajes nómadas recorría y solían atacar caravanas de recursos. Estos
nómadas eran expertos en la supervivencia a campo abierto. Además se
caracterizaban y destacaban en el combate cuerpo a cuerpo. Su forma de combate
era el de realizar veloces ataques empleando distractores, focalizando su actuar en
objetivos concretos, robo de recursos hídricos, armas o la eliminación de oficiales.
Tras siglos de estudio de estos nómadas se pudo descifrar una fuerte voluntad y fe,
siendo un pueblo extremadamente espiritual y honorable.
Los Altos Señores de la Tierra recibieron los informes de una serie de planetas como
posibles Mundos Capitulares, y finalmente Aldaris fue seleccionado. A finales del 35M
se comenzó la construcción de la Monasterio Fortaleza, que serían conocidos como
los Jardines Eternos, labor que concluyo a inicios del 36M. Para los ciudadanos del
bajo mundo de Aldaris, la presencia de la enorme fortaleza en los cielos se comenzó a
volver una especie de posible paraíso, esto por un rumor que decía que solo los más
fuertes podrían llegar a él para volverse humanos superiores, herramientas del Dios-
Emperador. Por su parte en las tribus nómades del desierto comenzó a circular el
rumor de que en dicha fortaleza habitaban los elegidos por Ala para combatir a la
maldad y a los corruptos. Se dice que ambos rumores fueron esparcidos en el distante
planeta para fomentar un tipo especial de Astarte.
Algunos años antes del inicio del episodio conocido como el Reinado del Terror
durante la Era de la Apostasía, se terminaron y aprobaron las semillas genéticas
extraídas de los Ángeles Sangrientos, capitulo elegido como donador de las semillas.
Como se sabía la, fundación de este capítulo tendría directa relación en la lucha contra
los poderes ruinosos provenientes de corruptos xenos, por esto se diseñó un plan de
preparación que fuese adecuado.
Ya con ambos rumores esparcidos por Aldaris, se envió a algunos Ángeles
Sangrientos a seleccionar. Descendieron como verdaderos seres divinos a los
submundos de las ciudades colmenas y a los desiertos. Se presentaron como los
heraldos del Dios Emperador, como sus armas sagradas en la lucha contra el mal,
además invitaron a todos los niños de 10 años a ser probados por el Dios Emperador.
Producto de los rumores esparcidos durante siglos, tanto las tribus nómades aldaritas,
como los ciudadanos de los submundos colmena, enviaron a sus hijos, con la
esperanza de que estos ascendieran.
Una vez reunidos en un inmenso descampado, el Angel Sangriento a cargo y
acompañado por representantes de los Altos Señores de Terra, dieron rienda suelta a
la selección. Primero se sometió a los niños a competencias de resistencia, correr bajo
el sol, y diversas pruebas físicas, descartando a los más débiles. Luego se les hizo
combatir entre ellos para probar sus habilidades y su voluntad. Luego de esto los niños
fueron intercambiados. Los duros niños educados en la oscuridad y brutalidad de los
infiernos colmena de Aldaris, debieron adaptarse durante 5 años a la rudeza de la vida
de los nómadas. Por otro lado los duros niños del desierto, debieron aprender a
sobrevivir en un mundo deshonorable y corrupto. Todos los niños fueron marcados
para realizar un seguimiento constante de su evolución y desempeño.
Los muertos fueron miles, tan solo 500 niños lograron sobrevivir al cabo de 5 años.
Los infiernos subcolmena de Aldaris fueron demasiado para los pequeños niños del
desierto, quienes o terminaron presa de las más terribles aberraciones o corrompidos
por las bandas de narcotraficantes y esclavistas. Por su parte, de los niños extraídos
de las colmenas, muy pocos lograron sobrevivir a las practicas del desierto. Los
nómades aldarianos frecuentaban un conjunto de rituales que implicaban la
supervivencia tanto solos como colectivamente, práctica que resulto mortífera, así
como la cacería de las gigantescas bestias del desierto como prueba de madurez; si
esto fuera poco, las reiterativas luchas tribales y tabús religiosos llevaron a más de
uno de los muchachos salidos del infierno a morir en combate o por los duros castigos
al romper la estricta moral espiritual.
Los 500 niños sobrevivientes eran adolescentes nuevos, mejorados hasta el extremo
en sus condiciones de vida. Los niños de la colmena acostumbrados a sobrevivir entre
la decadencia humana de los mundos colmenas, habían aprendido del honor, el deber,
la disciplina y de la supervivencia al aire libre. Los niños del desierto acostumbrados a
sus duras y estructuradas tribus, habían aprendido a ser flexibles y mantener sus
creencias aún si su vida dependiera de ello, resistiendo y luchando por sobrevivir entre
la corrupción diaria de los infiernos de Aldaris, habían demostrado que su voluntad era
de hierro y sus creencias también.
Todos los niños fueron llevados a los Jardines Eternos, aquí se les sometió a un duro
aprendizaje sobre el Codex Astartes, el Culto Imperial y él Mythos Angelica Mortis.
Durante un año los 500 niños fueron preparados en términos doctrinarios. Se llevaron
a algunos cazadores e incursores nómades de Aldaris para enseñar las estrategias de
combate más avanzadas. Técnicas de infiltración, diversas formas de código, así
como diversas oraciones. A su vez algunos miembros de los Angeles Sangrientos
fueron introduciéndoles en las tradiciones rituales de los hijos de Sanguinus, además
del uso de armas.
Antes de finalizar su aprendizaje y ser aceptados como exploradores, estos
muchachos aceptaron pasar por una prueba de adultez antes de recibir la semilla
genética. La prueba consistía en la caza de una bestia mítica. Grupos de 10 debían
ser capaces de dar caza a alguna de las peligrosas bestias que habitaban en los
interminables desiertos de Aldaris. De entre todos destaco Hamza Ghazi, quien junto a
su partida de caza lograron acabar con una quimera de las arenas, y no solo eso sino
que regresar con un grupo de humanos secuestrados por esclavistas.
De todas las criaturas de Aldaris, la Quimera del Desierto era la más temida, pudiendo
incluso acabar con una tribu entera, caravanas blindadas y atacar ciudades colmenas
aisladas y pequeñas. Cuando se preguntó sobre la proeza del grupo, todos los
aspirantes contaron la gloriosa hazaña de Hamza, quien no solo dirigió a sus 9
compañeros, sino que además lucho como un verdadero guerrero del desierto.
Cuando se interrogo a Hamza sobre sus actos, sorprendidos sus instructores por lo
imposible de la proeza, este solo respondió que en su cabeza estaba llevar a sus
hermanos al servicio de Dios.
Hamza Ghazi, no solo había destacado en la prueba final, sino que los registros
también lo señalaban como el sujeto con el rendimiento más alto en las primeras
pruebas de selección. Además al ver los registros de sus 5 años en los infiernos
colmena, destaco por su voluntad y moral, desbaratando prostíbulos de menores,
bandas de narcotraficantes, y enseñando a otros niños las palabras de Ala, su dios,
así como a defenderse. Definitivamente Hamza Ghazi prometía.
Hamza Ghazi se sometió junto a los alrededor de los 300 sobrevivientes de las
pruebas a recibir la semilla genética. Se los preparo a la usanza de los Ángeles
Sangrientos, empleando los tradicionales sarcófagos luego de la implantación y
modificación genética. Hamza Ghazi despertó antes de tiempo, al abrir su sarcofago lo
encontraron despierto y orando en silencio, al ver que las puertas se abrían dio un
paso hacia afuera, con total tranquilidad, del joven niño de piel bronceada por el sol y
de cabellos y ojos oscuros, brotaba un enorme hombre de cabellos castaños y ojos
azules, pero de una tés aceitunada. Hamza Ghazi contemplo a sus hermanos, todos
como él, hermosos, divinos, las armas perfectas del Ala, el Dios-Emperador.
Fueron entrenados como exploradores, apoyando a otros capítulos sucesores de los
Ángeles Sangrientos ubicados en el entonces sector Jericho. Sus estrategias osadas
de sabotaje e infiltración tras líneas enemigas resultaron de mucha ayuda en varios
enfrentamientos contra fuerzas del caos y herejes. También así los reconocimientos
realizados en diversos campos de batalla. A poca más de unos 40 años como
exploradores finalmente vistieron la servoarmadura.
Hamza Ghazi fue nombrado como líder del capítulo, destacando por la eficacia y el
éxito de las misiones encomendadas. A su vez de ser un elemento de cohesión para
los no más de 300 nuevos marines, que demostraban una lealtad de hierro a su
hermano. Hamza Ghazi fue quien eligió el nombre del capítulo, la Hermandad de
Sangre, y él fue quien tras estudiar a los Ángeles Sangrientos y experimentar la
Imperfección de la Sed de Sangre, y conocer sobre la Furia Negra, elaboro los rituales
para contenerla. Durante un siglo Hamza Ghazi se dedicó a formar el capítulo, en
conjunto con su escuadra de 10. Ellos elaboraron los rituales del capítulo y
establecieron la doctrina de combate. Ellos determinaron como seleccionar a los
futuros hermanos de batalla.
La gratitud de la Eclesiarquia
Fue durante el Reinado del Terror, los hermanos de la sangre se habían mantenido
lejanos al conflicto político y al gobierno del Alto Señor Vandire. Sin embargo la
situación se había vuelto demasiado grave como para ignorarla. Hamza Ghazi ideo un
plan en secreto, supo de la existencia de un miembro de la eclesiaquia que hablaba en
contra de Vandire y que organizaba una revuelta. Siguiendo su filosofía necesitaba
conocer a dicho personaje para determinar si efectivamente era una luz en medio de
todo ese caos u otro niño más jugando a gobernar en lugar de Ala.
El señor del capítulo emprendió en compañía de su escuadra un largo y peligroso viaje
a Dimammar en el Segmentum Obscurus. El viaje fue realizado en completo sigilo y
secretismo. Al arribar a Dimammar, los hermanos de sangre se abocaron a lo que
mejor sabían hacer, los 9 compañeros de Hamza reunieron información por meses
sobre la persona del tal Sebastián Thor. Finalmente Hamza decidió visitarlo.
Sobre dicha reunión no existen registros formales, solo algunos comentarios
realizados por los hermanos de escuadra de Hamza. Discutieron de teología y sobre
virtudes, sobre la adoración al Dios-Emperador, sobre el caos, y sobre la maldad. Al
salir de la larga reunión, Hamza ordeno a los hermanos sacarse la servoarmaduras,
servirían como guardaespaldas del joven predicador, pero sin llamar la atención o
involucrar abiertamente al capítulo.
Hamza se dispuso con sus hermanos en las sombras para proteger al joven Thor. Le
acompaño hasta la mismísima Terra, donde una compañía de la Hermandad de la
Sangre colaboro en acabar con él Reinado del Terror. Su servicio de guardaespaldas
le salvo la vida en más de unos intentos de asesinato por parte del Officio
Assassinorum enviados por Vandire, Cultos de la Muerte y agentes del Caos ansioso
por mantener la anarquía en el imperio del hombre.
En honor a los servicios realizados por Hamza y su capítulo, Thor declaro a la
Hermandad de la Sangre como aliada del Culto Imperial, reconociendo la devoción de
dicho capítulo en el servicio al Dios Emperador y en la humildad de este servicio.
Con dicha declaración pública y la futura hazaña que realizaría, Hamza desviaría la
atención de su capítulo permitiéndole explorar formas de controlas la Sed de Sangre y
la posible Furia Negra. Su capítulo debía mantenerse como una herramienta hermosa
al servicio del Dios-Emperador, si debía lavarla con sangre para conservarla pura, no
tendría problemas.
Para los hermanos de la sangre, ningún capitulo es más devoto y leal que ellos. Su
primarca, el gran ángel Sanguinus así lo demostró al dar su vida por su divino padre. Ellos
solo perpetúan una tradición de lealtad a su señor y honran el sacrificio de su santo mártir
y ancestro. Este pensamiento con el correr de los siglos ha pasado a generar cierto
distanciamiento con los otros capítulos, considerándolos desbandados o poco devotos de
Ala. Solo con capítulos descendiente de Sanguinus comparten más, pero aun así se
consideran por sobre estos, ya que su devoción no es a su primarca, sino a su Dios
Emperador, y sostienen que solo ellos dedican sus vidas por completo a la devoción y
cumplimiento de su Dios. Otros capítulos solo buscan gloria, la oportunidad de venganza,
o intereses mezquinos, solo los hermanos de sangre dedican sus vidas de lleno a la
meditación y a la devoción.
- Oración a Terra: En cinco ocasiones del día el hermano deberá realizar sus
oraciones en dirección a Terra, hogar del Dios Emperador. Para esto deben
emplear un tapete ceremonial. Estas oraciones deben ser dedicadas siempre a
agradecer al Dios-Emperador el permitirles ser herramientas de sus designios.
A su vez enseñarles humildad y paciencia.
Por otro lado todo hermano de la sangre debe portar el símbolo sagrado del capítulo:
Un vial en forma de lágrima que contiene sangre de todo el capítulo, un vial en forma
de ala que contiene sangre de toda su generación y un vial en forma de grillete que
contiene la sangre de toda su escuadra. Perder alguno de estos viales significa perder
lo que une al hermano de batalla con el capítulo, y por ende ser rebajado en rango,
incluso se sabe poco de lo que ha pasado con los que han retornado sin sus viales.
Ellos deben renunciar a su individualidad en pro del colectivo. Una sola sangre que
reúne a todas las generaciones, una sola sangre que reúne a la generación y una sola
sangre que reúne a la escuadra. Cuando el hermano cae o fallece sus viales son rotos
por los Sabios de la Sangre y vertidos en un gran receptáculo que lleva la sangre
reunida de todo el capítulo y que se emplea para la el rito de la Comunión de Sangre.
El capítulo presenta especial cuidado con la idea de línea de sangre. Cada portador de
una semilla genética, no es solo portador de esta, sino que encarnación del marine
espacial que la originó. Por esto que al presentarse de forma protocolar, los hermanos
utilicen el IBN, que en lengua del desierto significa “hijo de”. De esta forma los
hermanos de sangre pueden seguir su herencia genética, aquellos con mayor tradición
disfrutan de cierto grado de honor, y de ellos se espera aún mejores logros. A su vez
cuando se es implantada la semilla genética se heredan todas las pertenencias del
anterior hermano portador. La servoarmadura se vuelve una reliquia sagrada, al igual
que las armas, muchas de estas modificadas durante generaciones a partir de piezas
sueltas. Por otro lado, las servoarmaduras de los Hermanos Mayores, fueron donadas
directamente por los Ángeles Sangrientos, y algunas de estas remontan sus años
hasta la época de la gran cruzada.
Doctrina de Combate
La Hermandad de la Sangre opera bajo la lógica del atacar sin ser visto. Esto no
implica un tipo de batalla de guerrilla como la Guardia del Cuervo, sino el uso de
distractores para desproteger puntos vitales del enemigo. Hamza Ghazi creció hasta
los 10 años en una de las tribus de Aldaris, alcanzo a aprender las nociones básicas
de cacería y combate de su pueblo, conocimientos que perfecciono durante sus 5
años en los infiernos colmena de Aldaris, y posteriormente con los instructores
asignados.
Su lección fue que lo fundamental es trabajar como un solo cuerpo. Cada miembro de
una escuadra sabe su función y conoce la importancia de esta. Esto a su vez se
replica al resto del capítulo. Disciplina y trabajo colectivo, por sobre la el relucir de uno
o el fomento de la competencia.
Lo más común en combate es usar un grueso de tropas desde posiciones seguras
para realizar ataques pesados con escuadras de devastadores, concentrando el fuego
en un gran flaco frontal. Mientras que apoyados por ataques de Thunderhawks, se
despliegan escuadras de asalto en el centro de las tropas enemigas. Esto da tiempo
de que escuadras tácticas ocasionen el mayor daño a los flacos desprotegidos,
oficiales, líderes, caudillos, reservas, puntos estratégicos, etc. Esto es un ejemplo, otra
estrategia predilecta es apoyar el asalto de otro capítulo, dejándose caer de los
Thunderhawks en medio del grueso de las fuerzas rivales para provocar el terror y el
caos. En otros casos emplearan Thunderhawks para dejar caer capsulas en territorio
enemigo, las escuadras infiltradas aprovecharan el bombardeo aéreo constante para
infiltrarse y sabotear y causar el mayor daño posible. Y finalmente, la especialidad del
capítulo es infiltrarse en territorio enemigo, generando el mayor daño posible y
fomentando el caos en las filas rivales, para favorecer el posterior ataque del grueso
del capítulo asegurando un triunfo seguro y total. De cualquier forma el principio clave
es la paciencia y un ataque coordinado, los hermanos de sangre nunca se lanzaran al
campo de batalla sin conocer bien la situación y contar con un buen plan, de ahí la
utilidad de las compañías y escuadras de exploradores y de las escuadras dedicadas
a infiltración.
Otro rasgo característico de este capítulo es su disciplina. Cada hermano de batalla
sabe que su autocontrol y disciplina es fundamental. Años de entrenamientos en
ambientes y situaciones hostiles les han enseñado a mantener el control, además de
que las pasiones solo son formas de aproximarse al Caos. Por esto es que tras su
grito de guerra “Ala Akbar” los hermanos de la sangre reciten en silencio o voz alta
fragmentos religiosos que los ayuden a concretarse y evitar sucumbir a sus instintos
asesinos.
Es común que tras las batallas los hermanos recorran los campos de batalla
recolectando sangre, el consumo de sangre en el campo de batalla es ritual. Hamza
Ghiza creía que la imperfección no era una maldición sino una manera de aprender del
enemigo, era una bendición que los dotaba de conocimientos para derrotar al mal. Su
enseñanza apunta a no negar ese lado de su labor santa, aunque otros capítulos no lo
comprendieran.
La escena de los hermanos de sangre en el campo de batalla puede ser atroz, sobre
todo al contemplar a las escuadras de asalto en combate. Estos suelen usar una
modificación en las servoarmadura que permite dejar al descubierto sus mandíbulas.
Mientras combaten suelen beber y comer de la sangre de sus enemigos. Por lo
general estas prácticas se realizan cuando no se está en presencia de otros capítulos,
sin embargo pocos sospechan de la devoción de los hermanos de sangre, por lo que
no tienen demasiados ojos pendientes de ellos. Las escuadras especializadas en
infiltración también se suelen alimentar de los enemigos, incluso de manera más
grotesca con tal de generar mayor caos y terror psicológico si esto lo requiere.
Además se enseña a que cada escuadra opere como una sola unidad, el destino de
sus miembros debe ser el de todos. Todos progresan al unísono, y si uno cae, su
puesto no puede ser remplazado. Finalmente lo que se logra tras años de
adoctrinamiento y servicio de esta forma, son células de combate perfectamente
diseñadas. Cada escuadra es un mecanismo de combate perfecto y compuesto por
10 herramientas afiladas y preparadas para cumplir sin dudar su rol y lugar dentro del
operativo. Para los hermanos de la sangre ni el éxito, ni el fracaso pertenecen a un
solo individuo, siempre le pertenecen a todos los hermanos, pues todos los hermanos
son uno en la sangre.
Los principios de combate de la hermandad son: