Nuestras emociones, lo que pensamos o lo que sentimos, puede tener un

impacto directo sobre cómo digerimos las calorías y nutrientes que

consumimos. Bajo esta premisa surge el concepto de “sobrepeso

emocional” u “obesidad emocional”. Un concepto que relaciona la comida y

los sentimientos, factores que te llevan a comer por causas emocionales y

no por hambre real. 

En este artículo te contamos qué es, cuáles son sus causas y cómo

combatirlo.
¿Qué es el sobrepeso emocional?
El sobrepeso emocional, es aquel que se relaciona directamente con

nuestras emociones, pensamientos y creencias. Adicción a la

comida, ansiedad por comer o miedo a engordar, son algunos de los

conceptos que se enmarcan dentro del contexto del sobrepeso emocional.

Siendo directamente proporcional el sobrepeso emocional al sobrepeso

fisiológico son sus peligros e inconvenientes para la salud.

Aquello que pensamos y sentimos puede llegar a ser tan importante como

lo que comemos. Pensamientos limitantes como “si no hago dieta voy a

engordar” o “no puedo bajar de peso” generan estrés, y éste provoca que el
cerebro interprete que hay un peligro en el organismo, activando así el

sistema nervioso simpático y todos sus mecanismos de alerta,

secretando insulina y cortisol, hormonas muy relacionadas con el

almacenamiento de grasa y el sobrepeso.

¿Cuáles son sus causas?
El sobrepeso emocional, como decíamos, no depende únicamente de la

comida, sino de patrones de emoción y sentimiento pensamiento que

pueden aumentar las posibilidades de comer en exceso e ingerir más

calorías de las necesarias.

Generalmente, son cuatro las principales emociones que pueden ocasionar

es sobrepeso emocional; ansiedad, tristeza, estrés y soledad.

La ansiedad es la respuesta que genera nuestro cuerpo ante una amenaza,

independientemente de que ésta exista realmente o no. Cuando esta

sensación aparece, la reacción más habitual es recurrir a cualquier tipo de

comida; snacks, aperitivos, dulces…algo que nos genera satisfacción en un

plazo inmediato, creyendo, equívocamente, que esa sensación eliminará la

ansiedad.

La tristeza, a diferencia de la depresión, es una sensación transitoria de

dolor anímico, que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista e

insatisfacción. Esta sensación provoca la aparición del estrés, porque la

mente necesita satisfacción a corto plazo para paliar la baja autoestima, y la

comida es uno de los recursos más habituales para acabar con esa

sensación.

La soledad podríamos definirla como el sentimiento de que no se tiene a

nadie, lo que provoca tristeza y melancolía. Es común pensar que la comida

ayudará a llenar esa sensación de vacío, pero comer en exceso no evitará

que ese sentimiento persista.

El estrés es una tensión física. Suele venir de situaciones, pensamientos,

problemas sin resolver, carga emocional…. que nos deja nerviosos,

alterados, preocupados y agobiados.  Nos suele crear un agujero en el

estómago que creemos que se va a ir si lo llenamos con comida

 mujer comiendo compulsivamente por ansiedad, estrés, tristeza,

¿Cómo combatir el sobrepeso emocional?

Una de las primeras medidas que tendremos que tomar para combatir el

sobrepeso emocional es ser consciente de cuáles son las sensaciones y los

estímulos que nos hacen comer, y qué factores dificultan que podamos

controlar esos impulsos. Entender cómo nos sentimos antes y después de

ingerir un alimento nos ayudará a controlar esa ansiedad por la comida.

Otro aspecto importante del sobrepeso emocional, como hemos visto, es la

baja autoestima, por lo que será necesario transformar los pensamientos

limitantes o negativos en pensamientos positivos. Ideas como “no me

funcionan las dietas”, “es mi genética” o “no puedo adelgazar”, únicamente

sirven para generar estrés en nuestro organismo.

Será necesario también trabajar el autocontrol. Antes de ingerir un

alimento, deberíamos cuestionarnos por qué vamos a comérnoslo.  ¿Es

realmente por una sensación de hambre objetiva o es por otro tipo de

sensación o emoción? ¿Qué hay detrás del hambre? Son preguntas que

deberíamos hacernos antes de comer.

También será importante adoptar unos hábitos de vida saludables, que

incluyan seguir dieta equilibrada, así como realizar actividad física que nos

aleje de un estilo de vida sedentario. En muchas ocasiones, realizar deporte

y otro tipo de actividad, sustituirá la acción de comer al mantener nuestra

mente ocupada y entretenida con otras cosas; leer un libro, dar un paseo, ir

en bicicleta, salir a bailar…

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propiedades hipoglucemiantes, estimulan la producción de insulina,

además de ser antioxidante. El resto de ingredientes confieren al producto

características saciantes, diuréticas, carminativas, y fortalecen el sistema

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