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El genio en Adorno y el siglo XX

Referencias sobre Adorno


 Theodor Ludwig Wisengrud Adorno: Fráncfort 11 septiembre 1903- Suiza 1969
 Representante de la escuela de Fráncfort: Investigadores que revisaban las teorías de Hegel, Marx y
Freud y que constituyeron el Instituto de Investigación Social en esa ciudad en 1923.
o Representantes de la teoría crítica que desarrollaba una reflexión ideológica de las
condiciones sociales e históricas en los que ocurre la construcción de las teorías. Entiende
esta escuela la necesidad de pensar las teorías sociales en términos de praxis política,
reconociendo las implicaciones de las condiciones sociales de las cuales el intelectual no
puede escaparse.
o Terminan aceptando la existencia de una razón no instrumental como la ha entendido la
tradición filosófica, sino de una razón humana, que no pierda contacto con las raíces del
sentimiento. Como la razón estética kantiana…
o Realizan reflexiones en torno al uso histórico de la razón como instrumento a la vez de
libertad y de dominio, en las que hay una fuerte crítica a la sociedad capitalista moderna como
restrictiva de las formas de pensamiento y acción. El conocimiento se entiende no como una
reproducción conceptual de los datos objetivos de la realidad, sino como una formación y
construcción de la misma realidad.
 Estudia filosofía, sociología, psicología y música en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de
Fráncfort.
 La filosofía de Adorno toma el camino del análisis de la razón.
o El pensamiento occidental ha tendido a concebir una totalidad plena en sí misma, a pensarla.
o Adorno propone, por el contrario, que todo pensar, incluido el ser, tiene que estar basado
en alguna cosa, en “algo”.
o Ya que es imposible eliminar el pensamiento abstracto que se crea a partir de algo y que
es totalmente diferente a la realidad, de un objeto podemos suponer todo un corpus
abstracto que parte desde el mismo objeto y lo hace infinito en el pensamiento.
o Es conveniente, entonces, que el pensamiento se separe de lo pensado, la razón del objeto,
y como esto, en muchos casos, entra en contradicción con el mundo, la dialéctica es, en
realidad, la forma de comprender esa contradicción.
 El punto de partida de la dialéctica reside precisamente en la crítica que
hacemos de la propia razón cuando nos sobrevienen las contradicciones
 A diferencia de Hegel, con Adorno el movimiento dialéctico del pensamiento no
termina en una síntesis superior de los opuestos, sino que deja las contradicciones
con toda su crudeza como muestras de las contradicciones existentes en la misma
realidad humana. (Idea expresada en Dialéctica Negativa, de 1966)
 Su Teoría Estética aparece en 1970, de manera póstuma, sin haber corregido la tercera versión.

La noción de Genio en Adorno


 Reconoce que la subjetividad es una condición necesaria del todo arte, pero no es lo que
garantiza la calidad estética de ninguna obra. Se aparta de la tradición Romántica
 Se levanta en contra de la noción de genio romántico, pues el artista se hace sólo la fachada, la
máscara con la que se manifiesta una realidad histórica y social mucho más profunda.
o La noción de genio se levantó como un intento de atribuirle un campo específico a la
individualidad, como el campo de lo verdaderamente auténtico
o Lo extraño es que la genialidad artística estaba medida por una extraña conciliación con un
sujeto absoluto totalmente abstracto e imposible de abarcar, abriendo paso al irracionalismo
o Para Adorno la individualización es un elemento real de la obra de arte, pero no es el
único que entra a conformar el sentido artístico. Lo que se hace importante a rescatar de
la obra de arte es precisamente la difícil dialéctica del individuo y lo social.
 La genialidad, dice, “es un nudo dialéctico: lo que no cae en patrones, lo no
repetido, libre, lo que conlleva el sentimiento de lo necesario, la parte paradójica
del arte y uno de sus criterios más fiables”
 La obra genial es la aparición de la novedad, como si siempre hubiese estado ahí.
Pero lo novedoso es manejado por Adorno como aquello que dialécticamente se
establece entre lo social y el individuo que no ha sido, hasta la aparición de la
obra genial, vislumbrado por la cultura.
o Visto de esta manera, lo genial lejos de hacerse un acercamiento a la verdad absoluta, se
muestra como una posibilidad novedosa que puede ser derrumbada en cualquier
momento, sin por eso desestimar el valor cultural que tal obra haya tenido en su
momento de aparición.

La dialéctica negativa del arte, (el arte como momento crítico de lo cultural-social)
Para Adorno en una forma artística están expresados y al mismo tiempo negados los
contenidos ideológicos de la actividad artística. La forma del arte funciona como un reflejo
distorsionado de la realidad, pues toda obra asume el contenido histórico y social para
representar lo que el orden social no es, es decir, para mostrar lo contradictorio profundo
de la sociedad en la que surge. El arte representaría las apariencias en relación con su poder ser
otra cosa, presentándose como expositor negativo del orden social. La obra de arte sería una
manera de rechazar la forma de lo real empírico que permite ver otras posibilidades de existencia.
La autonomía de la obra de arte es presentada por Adorno bajo una formulación paradójica.
Por ser artefactos, estos es, productos realizados por el hombre, las obras artísticas entran en
comunicación con lo empírico, lo dado a la experiencia social, de lo que toman su contenido
y a lo que pretenden renunciar. Lo característico del arte es que en los problemas propios
de su proceso formal, de su realización como objeto, en su razón de ser inmanente,
aparecen los antagonismos insolubles de la realidad y no sólo de los momentos sociales,
como pensaría una lectura marxista radical, sino también los antagonismos existenciales,
religiosos y hasta cognoscitivos de lo social en general y, o, del artista en lo particular . Dice
Adorno “La libertad de la obra de arte, de la que ellas se precian y sin las que no serían nada, es
una astucia de su propia razón. Todos sus elementos están encadenados en esa cadena cuya rotura
constituye la felicidad de las obras de arte y en las que están amenazadas de volver a caer en
cualquier momento.” (Teoría Estética, 1983:16) La obra de arte intenta romper con su
contenido social al tiempo que está propensa a ser parte de la misma cultura rechazada: esa
es la propia contradicción del arte.
Toda obra de arte estaría, entonces, determinada por el momento detenido de un proceso
creativo y al mismo tiempo un momento de conciencia reflexiva sobre el devenir histórico
de la humanidad. El motivo central del arte sería buscar la verdad de lo transitorio, de lo
huidizo, de darle forma a lo no reconocido, lo particular y di ferente que no tiene cabida en
el orden social.
Dice Givone sobre la estética de Adorno: “En suma, el arte es sin duda, el espejo del mundo,
pero un espejo resquebrajado: la verdad del arte es… aquella que muestra en la materia
formada el trabajo de descomposición de lo negativo, no aquella que ayuda a nacer lo nuevo
y que, por tanto, directa o indirectamente aprueba lo existente… sino en el sentido de tener
abierta la posibilidad de una mirada a contraluz sobre el mundo y de dejar hablar,… quizás
enmudeciendo, a la ‘vida ofendida’.” (Historia de la estética, 1990:125)
Es como si el arte desarticula el lenguaje como se ha establecido el orden social de una
cultura, y que se ha hecho cómplice de los antagonismos humanos históricos. (Adorno piensa
en la cultura moderna del consumo que bajo la industria del ocio se empeña en resguardar al arte)
“Más que mentira, el arte es negación, negatividad irreductible, porque es ‘la instancia
contraria de lo que vive empíricamente’ y que quiere ser lo único ‘verdadero’ aunque en
realidad es objeto de manipulaciones y de imposiciones violentas” (Givone, 1990:127)
Y el arte tiene que hacer esto de manera que sea reconocido por el mismo orden social que
refuta, he ahí lo paradójico de la experiencia artística: rechaza lo establecido buscando ser
reconocido como propio rechazo. De ahí que la función del arte se encuentre tan cerca de la
ironía, de la payasada o de la burla, de esa distancia que exorciza y de algún modo traiciona lo
negativo, pues lo purifica (para usar una vieja categoría aristotélica: catarsis).

El problema de la Originalidad
Plantea Adorno que el tema de la originalidad artística, planteado por Kant y resaltado y
exaltado por los románticos se ha topado, tras las vanguardias de principios del siglo XX, con
ciertos límites prácticos que ponen en duda su real valor para dilucidar los temas referentes
a las propuestas artísticas contemporáneas.
(Leer a Adorno en clase…)

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