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Voces de la Mente
Un enfoque sociocultural para el
estudio de la Acción Mediada
Traducción:
Adriana Silvestri
Págs.
Referencias . .... ... ... .. ... . .. .... . . .... ... ... ... ... ... .... .... ... ... .. ..... .. . 171
Indice de autores ...... ..... .............. .......... ..... ..... ......... . 181
Indice temático ... .. ...... ... ... . ... ... ... .. ........... .... ... .. .. . . .. . . . 183
5
Presentación del autor~i-
James V. Wertsch
Sevilla
Noviembre de 1992
9
r
Prólogo a la edición española
15
Introducción
21
CAPÍTULO 1
Prerrequisitos
Vygotski y Bajtín
34
CAPÍTULO 2
U na aproximación sociocultural
a la mente
Análisis genético
Supongamos que soy ciego, y uso un bastón. Voy, tap, tap, tap.
¿Dónde comienzo yo? ¿Se encuentra mi sistema mental limitado por
el mango del bastón? ¿Está limitado por mi piel? ¿Comienza en la
mitad superior del bastón? ¿Comienza en la punta del bastón? Pero
éstas son preguntas sin sentido. El bastón es un trayecto a lo largo
del cual se transmiten conversiones de diferencias. La manera de
demarcar el sistema es dibujar la Hnea del Hmite de tal forma que
uno no corte ninguna de estos trayectos, lo que volvería inexplicables
a las cosas (p. 459).
63
CAPÍ TULO 3
La contribución de Bajtín
Voz
Lenguajes sociales
Géneros discursivos
Un ejemplo
86
..
CAPÍTULO 4
l
LA PLURALIDAD resaltan el hecho de que la comprensión y la asimilación de
DE VOCES DEL nuevas ideas teóricas puede tener tanto que ver con el ambien-
SIGNIFICADO te sociocultural de los investigadores como con la perspectiva
teórica que estos investigadores adoptan abiertamente.
Señal Señal
transmitida recibida
Emisor ~ Canal ~ Receptor
Autoridad y texto
Las ideas de Lotman sobre las dos funciones del texto
están fuertemente ligadas a la distinción de BajtÍn entre
discurso «autoritario» y discurso «internamente persuasivo».
Además de la univocidad y la dialogicidad asociadas con las
dos funciones de Lotman, Bajtín caracterizó la diferencia en
función del grado en que una voz tiene autoridad para
ponerse en contacto con otra e interanimarla. Esta noción de
autoridad tendrá importantes implicaciones para una explica-
ción del significado encaminada a estudiar cómo las funciones
interpsicplógicas e intrapsicológicas están socioculturalmente
situadas.
Desde el punto de vista de Bajtín (1981 ), el discurso
autoritario se basa en el supuesto de que los enunciados y
sus significados son fijos, no modificables por el contacto
con nuevas y voces: «La palabra autoritaria requiere que la
reconozcamos, que la hagamós nuestra; nos obliga, con total
independencia del poder que pueda tener para persuadirnos
internamente; nos la topamos con su autoridad fundida en
ella.» La estructura del significado «estática y muerta» del
discurso autoritario no permite la interanimación con otras
voces. En lugar de funcionar como un generador de significa-
dos o un dispositivo para pensar, un texto autoritario
«demanda nuestra lealtad incondicional», y no permite «el
juego con sus límites, ni transiciones graduales y flexibles, ni
98 variantes espontáneamente creativas en él,;.
L A PLUR ALIDAD Como ejemplos de textos autoritarios, BajtÍn citó textos
DE VOC ES DEL religiosos, políticos y morales, así como también «la palabra
SIGNIFICADO de un padre, o de adultos, maestros, etc.». Un texto de esta
clase «entra en nuestra conciencia verbal como una masa
compacta e indivisible; uno debe afirmarlo totalmente, o
rechazarlo totalmente. Está indisolublemente fusionado con
su autoridad -con el poder político, una institución, una
persona- y cae o se levanta junto con esa autoridad. Uno
no puede dividirlo - coincidir con una parte, aceptar otra
parte pero no por completo, rechazar absolutamente una
tercera-» (pp. 342-343). A través de su explicación del
discurso autoritario, BajtÍn enfatiza la inhabilidad del mismo
para ponerse en contacto con otras voces y lenguajes sociales.
Por esta razón hace surgir la clase de texto unívoco presu-
puesta por el modelo de comunicación como transmisión.
Como señaló BajtÍn, «el discurso autoritario no puede ser
representado -sólo es transmitido» (p. 344).
Contrastando con el discurso autoritario, «la palabra
internamente persuasiva es en parte nuestra y en parte de
otro», y permite la interanimación dialógica. En realidad, «su
creatividad y productividad consisten precisamente en que
tal palabra despierta palabras nuevas e independientes, organiza
conjuntos de nuestras palabras interiores, y no permanece en
condición estática y aislada ... La estructura semántica de un
discurso internamente persuasivo no es finita, es abierta; en
cada uno de los contextos que dialogiza, este discurso puede
revelar siempre nuevas formas de significar» (pp. 345-346).
Para el propósito de desarrollar una aproximación socio-
cultural a la acción mediada, el punto princip¡il de los
comentarios de Lotman y Bajtín es que el modelo de
comunicación como transmisión no puede explicar adecuada-
mente muchos de los procesos individuales y sociales que
queremos estudiar. En cambio, la dinámica del dialogismo
elaborada por ambos entrará en juego con frecuencia. Sin
embargo, de acuerdo con la noción de Lotman del dualismo
funcional, esto no significa que se deba descartar simplemente
al modelo de transmisión por inadecuado, y remplazarlo por
otro basado en sus ideas sobre la dialogicidad de los textos
y en las ideas de BajtÍn sobre el discurso internamente
persuasivo. Los textos pueden cumplir simultáneamente dife-
rentes funciones.
En un análisis final, es preferible pensar que en todo
texto las funciones dialógica y unívoca se hallan en una
especie de tensión dinámica. Existe siempre un elemento de
univocidad tal como lo concibe el modelo de transmisión, y
un elemento de respuesta y réplica como lo concibe BajtÍn.
En otras palabras, para que la comunicación tenga lugar, se
debe escuchar siempre lo que el hablante dice; pero lo que el 99
1
___J
hablante dice no genera mecánicamente una interpretación VOCES
exclusiva. La cuestión de la tensión dinámica está vinculada DE LA MENTE
a los contextos socioculturales, porque tales contextos sirven
para establecer cuál de las dos funciones de Lotman habrá de
predominar.
Una de las críticas que con más frecuencia se le dirige a
BajtÍn es que proporcionó pocas interpretaciones detalladas
de textos y poco detalle concreto sobre los fenómenos
semióticos que tenía en mente. Sin embargo, un fenómeno
que sí estudió en detalle, y que resulta útil para intentar
comprender las funciones interpsicológicas e intrapsicológicas
en ámbitos socioculturales, es el «discurso referido». El
discurso referido es el mecanismo por el cual una voz (la voz
narradora) refiere el enunciado de otra (la voz narrada). Le
resultó particularmente interesante a BajtÍn (Voloshinov,
1973) porque es un terreno en que las voces se ponen en
contacto. Por lo tanto, es un terreno en que pueden explorarse
cuestiones como la univocidad o la dialogicidad de los
textos, el discurso autoritario o internamente persuasivo, y
otras cuestiones relacionadas. En lo que sigue, no intentaré
ofrecer un resumen completo sobre el discurso referido. Más
aún, no intentaré encarar la miríada de cuestiones propuestas
por autores contemporáneos como resultado de las elabora-
ciones de BajtÍn sobre el discurso referido (Hickmann, 1985;
Lucy, en prensa). En cambio, me limitaré a presentar algunas
cuestiones básicas que serán útiles para tratar procesos
sociales y psicológicos en un contexto sociocultural.
Para explicar el discurso referido, consideremos que 1 es
un enunciado que debe ser citado.
1. ¡Esperaré allá!
2
N. de la T.: En inglés, el sujeto es siempre obligatoriamente
explícito. Por lo tanto, en el ejemplo original, Wertsch se refiere a los
pronombres «él» y «yo» efectivamente presentes en los enunciados. También
se ha modificado la característica segunda del ejemplo (la correlación de
tiempos) para hacerla coincidir con la estructura del discurso indirecto en lOl
castellano. La tercera y cuarta características coinciden en ambas lenguas.
El uso de «con entusiasmo» en 3 refleja otra forma de VocEs
contacto de las voces en el discurso indirecto. No se puede DE LA MENTE
duplicar simplemente la entonación ni usar signos de excla-
mación en 3 para reproducir el tono afectivo de 1. El uso d e
estos mecanismos fracasaría porque su significación atañe a la
voz narradora más que a la narrada. En cambio, el discurso
indirecto se basa en un «espíritu analítico» para representar
esta información. En la perspectiva de BajtÍn, «el análisis es
el corazón y el alma del discurso indirecto» (Voloshinov,
1973, p. 129). Con respecto a 3, esta orientación analítica se
manifiesta en el hecho de que la voz narradora infiltra la voz
narrada, transformando en una categoría analítica la entonación
o los signos de exclamación de la voz narrada. La voz
narradora posee una gama más amplia de opciones y, por lo
tanto, tiene mayor responsabilidad en este caso en el caso de
los otros tres items, lo que se revela porque en lugar de «dijo
con entusiasmo» podrían haberse usado expresiones como
«dijo excitado» o «gritó».
La relación entre la autoridad y los diversos tipos de
discurso referido puede advertirse en numerosas situaciones
discursivas. Una que resulta actualmente de gran interés es la
forma en que los medios de comunicación citan los enunciados
de otros. El debate sobre esta cuestión está enmarcado
habitualmente en función de la «exactitud», pero, a menos
que la única forma de discurso referido sea el discurso
directo (e incluso en este caso), la noción de exactitud no
resulta sencilla. El uso del discurso indirecto obliga específi-
camente a las voces narradoras a ponerse en contacto con las
voces narradas e interanimarlas de diversas formas. En tales
casos, las funciones del lenguaje no actúan para «forjar
límites fuertes y firmes para el discurso narrado» ni para
«protegerlo de la penetración de la entonación del autor [ni]
para conJensar y acrecentar sus características lingüísticas
individuales» (Voloshinov, 1973, p. 119). En cambio, la voz
narradora interanima a la voz narrada y apela al «espíritu
analítico» mencionado por Voloshinov.
Así, al emplear los mecanismos característicos del discurso
indirecto, la voz narradora se involucra fuertemente en la
transmisión de lo que otros dijeron. Una vez que tomamos
conciencia de este hecho, resulta sorprendente el grado en
que confiamos en las voces narradoras al recibir las noticias.
Un examen casual de muchos diarios occidentales revela que,
de hecho, tenemos habitualmente muy poco acceso directo a
lo que realmente dijeron las voces narradas.
En los medios de comunicación, la tendencia a contar
fuertemente con el discurso indirecto refleja supuestos básicos
sobre la ·autoridad de las voces narrada y narradora, específi-
102 camente, muestra que las voces cuyos enunciados se citan no
r
LA PLURALIDAD tienen una autoridad abrumadora en el contexto de las
DE vocEs DEL prácticas actuales de los medios. Contrastando con el discurso
SIGNIFICADO autoritario, que «no puede ser representado -s6lo es trans-
mitido» (Bajtín, 1981, p . 344), las voces narradoras (tales
como las de los cronistas de noticias) se sienten típicamente
muy libres para resumir y borrar partes de los enunciados,
para apelar al «espíritu analítico» reflejado en términos como
«admitido» y_ «confiable», y en general para confiar más
fuertemente en sus propias voces que en la voz que se está
citando.
Esta tendencia no siempre se manifest6 en los medios de
comunicaci6n occidentales, y no fue característica, por cierto,
de los medios de comunicaci6n en el contexto sociocultural
de Bajtín. Como claro contraejemplo de la interanimaci6n de
voces que se encuentra en los medios norteamericanos con-
temporáneos, podemos considerar la forma en que los enun-
ciados, tales como discursos de Stalin u otras figuras oficiales,
eran citados en la prensa soviética antes de la era de la
glasnot. El procedimiento estándar era la cita literal del texto
completo. En realidad, la voz narrada o sus representantes
suministraban habitualmente la versi6n escrita del texto
citado a los medios. De esta forma, se borraban virtualmente
todas las marcas de la voz narradora. En efecto, la identidad
de los cronistas no se revelaba en absoluto en los diarios.
Esta práctica tuvo como resultado largos artículos en los
que surgía s61o una mínima evidencia de una voz narradora.
En el caso de muchos discursos narrados en diarios soviéticos
como Pravda, la única evidencia de una voz narradora es el
comentario «Largo y entusiástico aplauso». Tales comentarios
de la voz narradora eran separados con espacios, paréntesis,
y aun itálicas, lo que enfatiza el carácter autoritario del
discurso y la falta de interanimaci6n con otras voces. Como
tal, el discurso no permitía «el juego con sus límites, ni
transiciones graduales y flexibles, ni variantes espontáneamente
creativas en él» (Bajtín, 1981, p. 343).
Quiero acentuar que la explicaci6n de Bajtín sobre el
discurso referido y su relaci6n con el discurso autoritario y el
internamente persuasivo implica mucho más que lo que
expone aquí. Fue mucho más allá de la distinci6n básica
entr: discuJ,~o d~recto e indir:ct?, indagando e~ ~st~ucturas y
func10nes d~l discurso «cuas1-d1recto» y «cuas1-mdirecto», y
rastre6 fa hi'storia del uso de estos diversos mecanismos en
los lenguajes nacionales y en el lenguaje social del discurso
novelístico.
Mi objeto principal es señalar que el discurso referido
proporciona un ejemplo concreto de c6mo las voces pueden
o no entrar en contacto, interanimarse e infiltrarse mutua-
mente de diversas maneras. Más aún, puede esperarse que esta J03
interanimac1on ocurra en mayor o mejor grado según el VocEs U
enunciado sea referido en la forma de un discurso autoritario DE LA MENTE
o internamente persuasivo. Mientras el discurso autoritario
tiende a desalentar el contacto, el discurso internamente
persuasivo lo fomenta.
Un ejemplo
Primer episodio
6. N: Humm, este otro rompecabezas tiene una negra allí. (N
señala la pieza negra en el modelo.)
Segundo episodio
9. N: Justo ahí. (N señala a la pieza naranja del modelo.) La
naranja va justo ahí.
Tercer episodio
11. N: Tú ... tú... la amarilla de ese lado va ... Una amarilla justo
allí. (N señala a la pieza amarilla en el modelo, N mira a la
pieza amarilla que tiene en la mano.)
113
..
..
CAPÍTULO 5
La heterogeneidad de voces
H eterogeneidad
Resulta imposible... decir que algún estadio sea hasta aquf más
verdadero que otro. El sentido común es el estadio más consolidado,
poi-que hizo su entrada primero, y convirti6 a todo lenguaje en su
aliado ... [Sin embargo,] si el sentido común fuese verdadero, ¿por
qué la ciencia habda tenido que estigmatizar a las propiedades
secundarias, a las que nuestro mundo debe todo su interés viviente,
como falsas, y habría tenido que inventar un mundo invisible de
puntos y curvas y ecuaciones matemáticas en su lugar? ... Y ahora, si
la nueva clase de «cosa» ciendfica, el mundo etéreo y corpuscular,
fuera esencialmente más «verdadera», ¿por qué debería excitar tantas
críticas en el seno mismo de la ciencia? (1916, pp. 190-191).
Heterogeneidad no genética
Un ejemplo
l. M: Danny (Nl), por favor, ven aquí con lo que trajiste. (Nl,
con un trozo de lava en su mano, se acerca a M.)
2. N2: Me gusta (ininteligible).
3. M: Marissa, estamos esperándote.
4. N3: (Dirigiéndose a Nl) ¿De d6nde lo sacaste?
S. Nl: De mi mamá. Mi mamá fue al volcán y la trajo.
6. M: ¿Y sabes qué? Tú estabas con ella.
7. N l: No, no estaba.
8. M : Sí. Puedes haberlo olvidado. Creo que eras muy chiquito
y estabas durmiendo. Mamá lo cont6 justamente en el
despacho, que estabas durmiendo el día que fuiste al monte
Vesubio para traer la piedra de lava. ¿No hay algo que... hay
algo que quieras contarnos sobre la lava?
9. Nl: La tengo desde que tenía... Yo siempre ...
10. M: (En voz baja a otro niño.) Con cuidado.
11. Y o siempre, hum, la estuve cuidando.
12. M: Uh, hum.
13. Nl: Nunca se cay6 y se rompi6.
14. M: Uh, hum. Bien. ¿Es áspera o lisa?
15. Nl: Muy áspera y es ... es ... es filosa.
16. M: Bien. ¿Por qué no vas y dejas que los niños la toquen?
¿Sí? (N 1 la hace circular por el grupo, que está sentado en el
suelo.) ¿Es pesada o liviana?
17.· Nl: Es pesada.
18. M: Es pesada.
19. Nl: Un poquito pesada.
20. M: En realidad, quizás ellos podrían tocarla y sostenerla por
un minuto para ver qué tan pesada es.
21. N4: Todavía no pude tocarla.
22. M: ¿Y qué es lo que tienes, Lauren (NS)? Tienes un ...
23. NS: Tengo este libro.
24. M: ¿Y qué quieres que adivinemos?
25. NS: Hay algo muy bonito.
26. M: ¿Sí?
27. NS: (Varios niños hablan mientras N5 muestra algo en el
libro) ... en tu coraz6n.
28. M: ¿En tu coraz6n?
29. NS: Uh hum.
30. M: Bien. Encontraste algo (ininteligible) coraz6n. ¿Está? ¿Es
esta la figura que te interesa?
31. N 4: Y o la sostendré.
136 32. NS: Sí.
..
LA 33. M: ¿Con qué empieza «corazón»?
HETEROGE- 34. NS: «C».
NEIDAD
35. M: «C». Bien. Ella encontró en su diccionario una figura del
corazón. Y una figura de las venas y arterias que llegan al
DE VOCES
corazón, fuera del corazón. Bien. ¿Encontraste algo sobre los
volcanes aquí?
36. NS: Uh. No.
37. M: Apuesto que está bajo la letra «V». Es muy posible.
Veamos. Oh, miren esto, niños y niñas ... Hay un volcán.
Dice: «una abertura en la superficie de la tierra a través de la
cual surgen lava, gases y cenizas. Uno de los más»... Danny...
«uno de los volcanes más activos está en Hawaii». ¿No es
magn¡fico? Ahora, me pregunto, ¿deberíamos buscar «lava»?
38. Varios niños: 5¡, sí, sL
39. M: Bien. Queremos lava. ¿S¡?
40. M: Bien. Oh. Esperan a oír o que dice. Tiene que ver con
(ininteligible). Dice: «La lava es roca fundida que surge de un
volcán cuando entra en erupción. Es roca formada por lava
que se ha enfriado y endurecido.» As¡ que ésta debe haber
sido lava caliente que, que salió del volcán. Una vez que se
enfrió, se endureció, y ahora es una piedra.
41. Nl: Y está ... ¿Saben qué? Todav¡a está... todavía está ...
Miren... Se ve dónde ... dónde estaba quemada.
140
- CAPÍTU L O 6
Privilegiación
_J
(Wiser, 1988; Hatano e Inagaki, en prensa). Gran parte del VocEs
debate generado por esta investigación ha girado alrededor DE LA MENT E
de la forma en que se relacionan con los conceptos de la
ciencia oficial los conceptos que los niños parecen generar
espontáneamente para describir y explicar diversos fenómenos.
Algunos investigadores sostuvieron que los conceptos de la
ciencia oficial surgen naturalmente de los conceptos cotidianos
desarrollados universalmente por los niños, en tanto que
otros sostuvieron que la emergencia de los conceptos de la
ciencia oficial implica un cambio cualitativo en el desarrollo.
La noción de privilegiación no está ligada directamente a
ninguno de estos enfoques, pero es más compatible con el
último, ya que siempre presupone la clase de heterogeneidad
sugerida por los cambios cualitativos. En función del desarrollo
de los conceptos científicos, es compatible con la noción de
heterogeneidad a pesar de la jerarquía genética sugerida por
Giyoo Batano y Kayoko Inagaki (en prensa). Aunque no
formularon su propuesta en términos de géneros discursivos,
privilegiación y heterogeneidad, Hatano e Inagaki se ocuparon
de varias cuestiones que hemos tratado aquí. Dirigieron
extensos análisis del desarrollo de la comprensión del cono-
cimiento cientÍfico en los niños, y advirtieron que, incluso
cuando los niños de escuela elemental tienen claramente
acceso a la clase de conceptos y de procedimiento de
razonamiento enseñados por el currículum de ciencias (es
decir, tienen acceso al lenguaje social de la ciencia oficial),
utilizan a menudo conceptos cotidianos, especialmente en
situaciones en las que se les pide que actúen en forma
individual (en el plano intrapsicológico ). Los investigadores
tomaron este hecho como evidencia de que, por lo menos en
determinado punto del desarrollo, los estudiantes tienen
mayor confianza o fe en estos conceptos que en los propor-
cionados por la ciencia oficial.
La situ~¿ionalidad sociocultural de esta clase de juicio se
pone en evidencia si se toman en consideración los juicios de
los alumnos en ámbitos en los que el género discursivo de la
ciencia oficial tiene claramente un status positivo. Como
ejemplo de cómo ocurre la privilegiación en tales ámbitos, y
del «poder de persuasión» ligado a ella, expondré una situación
de interacción en el aula que tuvo lugar de acuerdo con el
método de instrucción hipotético experimenal estudiado por
Hatano y sus colegas (Hatano e Inagaki, en prensa). En este
procedimiendo, se les presenta a los estudiantes un aparato
experimental, y se les pide que predigan el resultado de
alguna operación con él. Antes de permitírseles realizar o
presenciar la operación, se les pide a los alumnos que
sostengan un debate entre ellos sobre el resultado esperado.
158 Habitualmente, los estudiantes votan en público a favor de
E SCENARIO su propia predicción, e int entan persuadir a los que están en
socrocuLTURAL, desacuerdo para que cambien su opinión.
LENGUAJES El aparato en cuestión consiste en una bola de arcilla
SOCIALES plástica de cinco centímetros de diámetro, suspendida de una
estructura fija por un muelle de unos quince centímetros de
largo. Se les preguntó a los estudiantes qué pasaría con la
longitud del muelle si la bola de arcilla se colocara dentro de
un vaso de agua. El muelle: a) se alargaría; b) se acortaría, o
c) permanecería igual. Los estudiantes de este caso eran de
una escuela pública de Boston, Massachusetts. El grupo
combinaba alumnos de tercero y de cuarto curso, a cargo de
una maestra experimentada.
Mi análisis se centrará en un segmento de una discusión
en particular en la que participó Ian, un niño de cuarto
curso. En esta sesión habían participado en la discusión
muchos estudiantes, y algunos habían cambiado su voto
antes que Ian hablase. En este punto, él intervino para
refutar la posición de que el muelle se alargaría.
Ian: C6mo, c6mo, si está a esa altura, no veo por qué el agua
puede hacer que se hunda. .
Sam: (Interrumpe.) Yo sé por qué, algo lo está sosteniendo.
lan: (Continuando.) Incluso si lo sostienen, incluso si pones un
espacio a su alrededor, subiría. Quiero decir, es una atm6sfera
diferente para cambiar. Quiero decir, podrías poner lava a su
alrededor, o fuego a su alrededor, y no haría nada.
J
í
Un resumen panorámico
10. M: ¿Qué tal «Por qué a estas víboras las llaman víboras de
pozo»?
11. N: ¿Por qué a estas víboras las llaman víboras de pozo?
12. M: ¡Ahora sí! Muy bien hecho (Palincsar y Brown, 1984,
p. 138).
169
T
í Referencias
180
Indice de autores
182
+1
Indice temático
185
APRENDIZAJE
l. Mujina, V.
Psicología de la edad preescolar.
2. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Manual para el reeducador, maestro y padres.
3. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Cuaderno 1: Discriminación de fonemas y grafemas en palabras
con sílabas directas.
4. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Cuaderno 2: Aprendizaje de sílabas cerradas.
5. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Cuaderno 3: Aprendizaje de grupos consonánticos.
6. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Cuaderno 4: Fichero de ortografía visual:
100 palabras fundamentales.
1. Huerta, E., y Matamala, A.
Programa de reeducación para dificultades en la escritura.
Cuaderno 5: Nivel avanzado.
8. Schaffer, H. R.
El desarrollo de la sociabilidad.
9. Kamii, C.
El número en la educación preescolar y jardín de infancia.
10. Cervera, M., y Feliú, H.
Asesoramiento familiar de educación infantil.
11. Taylor, A., y W. Sluckin
Introducción a la psicología.
12. Kamii, C., y De Vries, Rh.
La Teoría de Piaget y la educación preescolar.
13. Luria, A. R.
Conciencia y lenguaje.
14. De Ketele, J. M.
Observar para educar: la observación y la evaluación
en la práctica educativa.
15. S. Psicopedagógicos M. de Sant Boil y Sant Just Desvern
Evaluaci6n y seguimiento en parvulario y ciclo inicial:
pautas de la observaci6n.
16. Perret-Clemont, A. N.
La construcci6n de la inteligencia en la interacci6n social.
17. Flavell, J. H.
El desarrollo cognitivo.
18. Toro, J., y Cervera, M.
TALE. (Test de aprendizaje de la lectoescritura). Incluye material.
19. Milaret, G.
Las matemáticas: c6mo se aprenden, c6mo se enseñan.
20. Benlloch, M.
Por un aprendizaje constructivista de las ciencias.
21. Schaffer, H. R.
El mundo social del niño.
22. Elkonin, D. B.
Psicología del juego.
23. Brunet, O., y Lezine, l.
El desarrollo psicol6gico de la primera in/ancia.
(Manual para el seguimiento del desarrollo in/anti!
desde el nacimiento hasta los seis años.)
24. Jaulin-Mannoni, Francine
La reeducaci6n del razonamiento matemático.
25. Riviere, Angel
La psicología de Vygotski.
26. Lautrey, Jacques
Clase social, medio familiar e inteligencia.
27. Graves, Norman J.
La enseñanza de la geografía.
28. Delval, Juan
La psicología en la escuela.
29. Kamii, C.
El niño reinventa la aritmética.
30. Pozo, J. l.
Aprendizaje de la ciencia y pensamiento causal.
31. Rogers, C.
Psicología social de la enseñanza.
32. Christensen, A. L.
El diagn6stico neuropsicol6gico de Luria.
33 . Toesca, Y.
El niño de 2 a 1O años.
,...
34. Tough, J.
El lenguaje oral en la escuela.
35. Wallon, H.
Psicología y educación del niño.
36. Varios
Psicología y Educación. Realizaciones y tendencias
en la investigación y en la práctica.
Actas ll Jornadas Internacionales de Psicología y Educación.
37. Levine, R. A., y White, M. l.
El hecho humano.
38. Nikitin, B.
Juegos inteligentes.
La construcción temprana de la mente a través del juego.
39. Doumanis, M.
Prácticas educativas maternas en entornos rurales y urbanos.
40. Kamíi, C., y De V ries, R.
Juegos colectivos en la primera enseñanza.
Implicaciones de la teoría de Piaget.
41. Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico de Terrassa
Pruebas pedagógicas graduadas para preescolar y ciclo inicial. Manual.
42. Baroody, A. J.
El pensamiento matemático de los niños. Un marco evolutivo para
maestros de preescolar, ciclo inicial y educación especial.
43. Wallace, Belle
La educación de los niños más capaces.
Programas y recursos didácticos para la escuela.
44. Duckworth, E.
Cómo tener ideas maravillosas
y otros ensayos sobre cómo enseñar y aprender.
45. Schaffer, H. R.
Interacción y socialización.
46. Smith, C. B., y Dahl, K. L.
La enseñanza de la lectoescritura: un enfoque interactivo.
47. Carretero, M.; Asensio, Miguel, y Pozo, J. l.
La enseñanza de las ciencias sociales.
48. Maza Gómez, C.
Sumar y restar.
49. Inizan, A.
Cuándo enseñar a leer.
50. Monson, D. L., y McClenathan, D. K.
Crear lectores activos.
51. Johnston, Peter H.
La evaluación de la comprensión lectora.
52. Tough, Joan
Lenguaje, conversación y educación.
53. Meisels, Samuel J., y Wiske, Martha S.
Inventario de Detección Temprana (niños de cuatro a seis años).
54. Meisels, Samuel J.; Atreya. E., y Olson, K. A.
Inventario de Detección Temprana (niños de tres años).
55. White, M., y Pollack, S.
La transición cultural.
56. Condemarín, M., y Chadwick, M.
La enseñanza de la escritura. Bases teóricas y prácticas (Manual).
57. Condemarín, M., y Chadwick, M.
Dame la mano.
Libro de trabajo para los usos de la escritura.
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Actitudes inteligentes. Jugar en casa con nuestros hijos
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Voces de la Mente. Un enfoque sociocultural para el estudio
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