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{)1, EL RESURGIMIENTO DE LA NARRATIVA; REFLEXIONES ACERCA DE UNA NUEVA Y VIEJA historiadores siempre han contadg relatos. Desde Tucidides y Ta cia prosa clegante y vivida se consider6 siempre como su mas grande Gpbicidn. La hisiotia se juzgaba como una rama de la ret6rica, Empero, durante los Gltimos cincuenta aos esta funcion abocada a contar relatos cc ha visto gusprestigiada entre aquellos que se consideran como la van quatdia dentro de 12 profesién, es decir, quienes practican la asf llamada nueva historia” de la era posterior a la segunda Guerra Mundial. kn Francia, este contar relatos se tilda como "Vhislorie évsnementielle”. Ac uTmOHe Sa Embargo, he cucontrado pruebas Pespecto # una corfence subrepticia que estd absorbiendo de nuevo a muchos de los prominentes “nuevos historiadores” dentro de cierta forma de narrativa Antes de abocarnos al examen de las pruebas respecto a este viraje. y ames de especular sobre qué puco haberlo causado, seria convenience ssclarecer ciertas cosas. La primera se refiere a qué se quiere decir aqui or “narrativa”.* La narfan thatorial segan una secuencia ordenada cronolégicamente, y como la dis coirdiel contend Wentsode un lata Gitee y eORETeAe, si benabe la posibilidad de encontrar vertientes secundarias dentro de la trama, La historia pacrativ historia estructural fundamentalmente de fos maneras: su ordenacidn es descriptiva antes que analitica, y concede prioridad al homie par aaberaae eumanene Foro tanto 3e sompE feo particular y Jo especifico mas bien que de lo colectivo y lo extadist voy Ibtsomsdersblenene on dea con mi ergo. y soa mis colegos ox profxaies ton, Nate Dany le Gtbert. Charles Gilipie, ‘Theodore Rabb Cat) Scborske (ls ral reas ac ite ora eee cmap, He acca layer gare des grees, aunque ba rexponeabi! por la edactlgn Spa} me rene lere a gl aes san? debe cantare a ete grup recente de "mueor Ritriadores¢on ot “aur io Fiery meat protons une peta ano cn CE Dear Ja igi historia de Is maratiea, vase L, Gosmnan, "Augutia Thictry and Liberal Histo EIB titory eed Theos, Beet 15,109. y White Metahiary the Htriced sain {SBLMe Neverthe Centar, Bakanore, 1973, (Etoy en dela cone profesor R. Seam por Mabe mi steuien + ene aline) ert Dar 6 ISTORIDGRAETA co. Ta nazrativa coun modo de escitura histérica, pero es un modo iecta tambien y & alectado port contenido ye Raa atiecta tambien y SaTeCEaTG por eT coneenido y eT mezodo— Tipo de naitativg que tengo en mente no csTa de imple inforinaday con visor de ancicuario, ni tampoco la del cnaliva. Fs-uma natant orientada por cierto “principio fecundo”, que posee up tema y un args mento. El tema de Tuedides favz00 las Guerras del Pelopereee poe Tastor efectos sobre la sociedad y la politica griegas; el de Gibbon fey enactaunente lo que su to sogier; el de Macaulay fue el surgimiente se una constiucion de participacion liberal en medio de las tensiomestde ee politica revolucionaria. Los bidgrafos nos cuentan el relato de una vide desde #! nacimiento hasta la muerte. Ningmo de los hscoviadoven age, tivos,segin los he definido, elude en abiSTats eT anit wR SES, és c] armazén desde el que su iral x be Y finalmente, les ata. ‘ten profundamente los aspectos retOricos de su exposicion. Sea que ten Ean tio a nen ss empdtn, es idutabie que tgien senaciegeeci cl estilo, conjuntamente con comentarios tagenionee PabeEo ee Ne hee satisface el desperdigar palabras a lo lazgo de wha pagina y dejerlas pen rmanecer ali conto i fueran bofiga de vaca en medio de wn catmpo, Bajo preiesto de que puesto que la historia es una cieneia no yequiere la ayuda fle arte algune. 1a tendancigs que se han identificado aqui no deben considerarse como aplicables a la gran mayorta de los histriadores. Lo inien que se ia tenta es indicac un cambio manitiesio on cuanto al comeal xslt dentro deuna diminuta, aunque desmesuradamente prominens tsecclén de Ta profesion historica vista como un todo. La historia ha te- pido siempre muchas moradas, y deberd continuar teniéndolas a fin de Rorecer en el futuro. Fl triunfo de algiin género o escucla conduce a la larga aun sectaristay estreCMOO TUN TAERET y a una autoadulaci6n «que se iradacen om un desprocio yen una acttud titéniea hea Tos que Me perienecen al campo. conjuntamente con otro tipo de caracteristicas des agradables y contraproducentes, Todos sabemos de casos en que esto ba ocurriso. Hay algunce paises ¢ instituciones en que ka resultado malsand obvio 0 para pretender demostrar lo improbable, recurriendo a formulas y a un tipo de lenguaje que hacen que la metodologia sea inveri- ficable en +l caso del historiador comin. Los resultados combinan en oca siones los vicios de la ilegibilidad y la trivialidad. Todos conocemos las disertaciones doctorales que languidecen inacabadas debido a la incapa. cidad del investigador de mantener bajo su concrol intelectual cl volumen total de copias impresas arrojado por la computadora, 0 por el hecho de que al haber éste invertido un esfuerzo excesivo en la elaboracion de los datos, su tiempo, su paciencia y su dinero han terminado por agotarse Giertamente, una conclusién clara de esto es que, siempre que sea po: sible, e1 muestreo manual resulta preferible, mas rapido, y tan confiable como el intento de cruzar el universo a través de una maquina. Todos sa- bbemos de los proyectos en los que un error de logica en la argumentacién Oe! simple dejar de usar el sentido coméin, han traido consigo el que las ‘conclusiones resulten viciosas o dudosas. Todos estamos también al tanto de otros proyectos en los que el omitir el registro de un pedazo de infor macidn en la crapa de codificacion, ha conducido a la pérdida de algin resultado importante, Todos conocemos otros en donde las fuentes de in: formacién son ellas mismas tan poco fidedignas. que podemos tener la certeza de que es poca la confianza que puede depositarse en las conclu siones basadas en su manejo cuantitativo. Los registros parroquiales son Un ejemplo clasico de esto: en la actualidad se les dedica un enorme es- 'uer20 en muchos paises, no obstante que s6lo es probable que cierta par- t¢ del mismo produzca resultados valiosos. A pesar de sus incontestable logros, no puede negarse que la cuantifi- f2006n no ha realizado las elevadias expectativas que sobre ella se tuvieran Race veinte aiios. La mayoria de les grandes problemas historicos perma- Recen tan ireesolubles como siempre, si no es que més. Fl consenso res Pecto a las causas de las revaluciones inglesa, francesa 0 norteamericana Gauettra tan lejos de ser aleanzado como siempre, a pesar del enorme Tuerzo que se ha Hevado a cabo para elcidar los origenes sociales y eco- 'micos de las mismat. Treinta afios de investigacion exnaustiva ac 10 INSTORIOGRAFIA de la historia demografica nos han dejado poco mas que perplejos. Igno. ramos por qué Ia poblacién cesé de crecer en la mayoria de las areas de Europa entre 1640 y 1740; tampoco sabemos por qué comenz6 a crecer de nuevo en 1740; ni incluso sila causa pudo haber sido una creciente fer. lidad 0 una declinacign en la tasa de mortalidad. La cuantificaci6n nog ha dicho mucho acerca de cuestiones concernientes al qué de la demografia historica, pero hasta ahora relativamente poco acerca del porqué. Las principales cuestiones sobre la esclavitud en los Estados Uni. dos siguen siendo tan evasivas como de costumbre, a pesar de haberse aplicado a las mismas los andlisis mAs extensos y refinades que jams ha. yan sido claborados. Su publicacién, lejos de resolver 1a mayoria de log problemas, simplemente hizo mas candente el debate."! Empero. tuvo el benéfico efecto de centrar la atencién sobre aspectos importantes tales como la dieta, la higiene, la salud y la estructura familiar de los negros norteamericanos bajo la esclavitud, pero a la ver distrajo la atencién de los igualmente importantes, sino es que mas, efectos psicol6gicos de dicho fenémeno tanto sobre los amos como sobre los esclavos, simplemente por el hecho de que estas cuestiones no son mensurables a través de la compu: tadora. Los historiadores urbanos se debaten desordenadamente en me- dio de estadisticas, y a pesar de ello las tendencias que sefialan el grado de movilidad siguen siendo atin oscuras. Hoy nadie esta completamente se- guro de si la sociedad inglesa era mas abierta y mévil que Ia francesa du: Fante los siglos XVII y XVIll, o incluso si los hidalgos 6 Ia aristocracia se hallaban en ascenso 0 en decadencia en la Inglaterra que precedi6 ala Guersa Civil. Nuestra situacién no es nada mejor a este respecto que la de James Harrington en el siglo XVit o la de Tocqueville en el siglo XIX. Son precisamente este tipo de proyectos los que han sido mas prodiga- mente financiados, los que se han mostrado mas ambiciosos con respecte a la compilacién de vastas cantidades de datos — mediante ejéreitos de in~ vestigadores asalariados —, los que han sido procesados de la manera mas cientifiea por la més reciente tecnologia computacional, y los que han exhibido el mas alto grado de refinamiento matematico en su modo de presentacién, los que han resultado ser los mas decepcionantes de todos Hoy, dos décadas y millones de délares, libras y francos después, se cue” ta Gnicamente con resultados mas bien modestos a cambio del gasto de tal cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero. Estos consisten en enormes rimeros de verdosas copias impresas empolvandose en los cubsculos de los erudi- tos: hay también muchos tomos voluminosos y extremadamente tedios0s que contienen tablas numéricas, abstrusas ecuaciones algebraicas y POF 11 W. Fogel yS. Engerman, Time on the Cros, Boston, 1874: P. A. David et al.. Rechowint sich Slavery, Nueva Yorks 1976, H. Gutman, Slevery and the Numbers Gem, Urbana, 1975: EL RESURGIMIENTODE LANARKATIVA 108 centaies proporcionados hasta el segundo punto decimal, Asimismo, es vie encontrar muchos hallazgos nuevos y valiosos, a la vez que unas ont contribuciones importantes en lo tocante al relativamente pequefio epus de obras hist6ricas de valor permanente. Sin embargo, el refina (oibito de la metodologia ha tendido en general a exceder a la confiabil Jud de ios datos, en tanto que la utilidad de los resultados parece hasta ceio punto ~ estar en correlacion inversa con la complejidad matemati ce Pe mmetodologia y la monumental ecala de la recabacion de datos En cl caso de los andlisis de beneficio de costos, los tipos de recompensa cbtenides por Ja historia computarizada a gran estala han justificado tnuy rara vez, hasta la fecha, la inversi6n de tiempo y de dinero, lo que ha lievado a Jos historiadores a lanzarse a la bsqueda de otros métodos de investigacién acerca del pasado, que arrojen luz sobre los hechos sin tan- tos problemas. En 1968, Le Roy Ladurie profetiz6 que para los ochentas "el hiscoriador seré un programador 0 no sera nada”. '* La profecia no se ha cumplido, y mucho menos en el caso del mismo profeta. Lin bistoriadores se ven obligados a tegresar, por lo tanto, al principio (Gar gue ciel Teper de Tos casos solo ex posible hacer generalizaciones de ‘Fags arepner wo respects Fe Witor tat comme Reber Meron sag tiers hace ya mucho tempo, El modelo macroeconémico c un sucho de ‘poy Ta “historia cleniitica” Laxexplicaciones monocausales simplemente no fupcionap. Fl uso de modelos explicativos de retroali ‘Mentacion construidos en torno a las “afinidades electivas” weberianas, al parecer proporcionan mejores herramientas que puedan revelarnos algo acerca de Ja verdad evasiva con respecto a la causalidad hist6rica, espe: cialmente si abandonamos cualquier pretension de que esta metodologia Sea en algiin sentido cientifica El desencanto con respecto al determinismo monocausal de caracter conémico o demogréfico, lo mismo que a la cuantificacién, pa levado a bscaiadares a comensar a formular un conjunto enteramente nuevo de_preguntas, muchas de las cuales habian_quedado_anteriormente Sepa neapesinns Coa i preomeotsin perce Bi epeciica de indole eaructral coleetva yetadiaicn, Actalmoente fen eagia eats los "iuetes Nieriadarel” que ied que sexshucuan por descubsir 4 de las mentes de los hombres del pasado, y como cra, vikiben 4 preguntas que mnewtablemente conducen de regreso al uso de Un subgrupo significativo de la gran escuela francesa de historiadores, *rcaberado por Lucien Febvre, ha considerado siempre los cambios inte Le Roy Ladurie, Le Terutowe de [Mutoren vol. 1, Pari, 1978, p14 P jusToRioGaaria sicologicos y culturales como v ientes de j portancia_central. Sin embargo, por mucho tiempo constiuyeron una THinoris que qued6 apastada en aguas estancas mientras la marea de la Historia cientifica econdmica y social en cuanto a su contenido, estruc ural en sv organizacién y cuantitativa en su metodologiainundaba y rrasaba todo a su paso. Actualmente, no obstante, aquellos asuntos por los que dichos historiadores se interesaban han vuelto a estar sibitamente cen boga. Las preguntas formuladas, empero, no son exactamente las mis. mas que solfan ser, ya que ahora se plantean con mucha frecuencia a partir de la antropologia. En la practica, si no es que en teorfa, fa “Antropologia ha tendido a ser una de las disciplinas mis alistéricas del ‘Toa Talta de Interés por las wransformacioncs en el tiempo. Sin embar- ee echo rade un acne eal pur oma Tia ensefiado como todo un sistema social y un conjunto de valo pueden ser brillantemente esclarecidos r ‘ {Ente eh registrar minuciosa_y elaboradamente_un_suceso_particula Siempre SE eae conser eaads Tentacle To Sopa mauler ton mucho detentmfenno eno rocantea SeTeaio cultural El modelo-arquetipico de esta densa descripion™ SqEtirncign clisica hecha por Clifford Geertz acerca de Iss peleas de gallos de los balineses. "5 Por desgracia, nosotros los historiadores no pode- fos hacer acto de presencia, provistos de libros de apuntes, grabadoras y Cimaras, donde ocurren los sucesos que describiruos, pero aqui y alld nos topamos con un sinndimero de testigos que pueden decirnos c6mo fue har ber estado en el ugar de los hechos. ‘Uno de los cambios recientes que mas llaman Ia atencién con respecto al contenido de la historia, ha sido las@bita imensificacion delinterés por tos sentimientos, las emociones. las normas de comportamicnto. los valo- Tmentales. A este respecto, Ia influencia Ge antropologos “Clifford Geertz, Mary Douglas y Viewor Turner ha sido bastante considerable en verdad. Por consiguiente, 1a primera aust del resurgimiento de la narrativa entre algunos de los, cea res” hasido Ja sustitucisn dela sociologta v la economia por is antropel rm 7s influyente de. ins sociales. No obstunce Cohistor‘a sigue siendo en gran medida un area ve desastre ~un desierto enel que se hallan diseminadas los restos de Ios vehiculus exomados que s¢ averiaron poco después de haberse puesio-en marcha icoiogia mis ma ha venide tambien to sobre una generacian que actualment Vinculos emocionales, co la wsdida en que ufectan a! individuo, y baci © steep Play: Note: che Balinese Contig” ew mt fnarprtaton a) Cube Naeva York, 1973 #1 RISURGIMIFNTO DF LA NARRATIVA 109 sites las creencias vias costummbacss Ja medida en que afectan al “raps. Fate cambio con Fespecto a las preguntas que se estin formulando Sige Tue ver probablemente con el escenario contemporaneo exhibido ir os setentas. Esta ha sido una década en la que los ideales y los intere- eis mas personalizados han asumido la prioridad sobre los asuntos publ AA como resultado del extendido desenicanto con respecto a las expecia- tivas de cambio a través de la accién politica. Por lo tanto, resulta. insible el vincular el sibito auge en cuanto al imerés por estos temas en Fr pasado, con preocupaciones similares en ef presente. TTT Te Ta visto estimulade nor ¢1 derrumbamiento de ta historia intelectual tradicional, tratada (ome una cacerta de documentos para rastrear las ideas a través de las di- Sttsas épocas (procedimiento que normalmente termina en Arist6teles 0 en Platén). Los "grandes libros” se estudiaban en medio de un vacto his- t6rieo, haciéndose poco o casi ningin esfuerzo por ubicar a los autores oa su tcrminologia lingiistiea dentro de su verdadero marco histérico, La historia del pensamiento politico occidental esta volviendo a escribirse hoy da, principalmente por los profesores J. G. A. Pocock, Quentin Skinner y Bernard Bailyn, mediante una penosa reconstruccién del con. texto y significado precisos de 1as palabras y las ideas de! pasado. mostrande cémo éstas han cambiado su forma y su color a través det tiempo, como camaleones, a fin de adaptarse a nuevas circunstancias y necesidades: La historia tradicional de las ideas est siendo orientada concurrente- mente hacia el estudio de auditorios cambiantes y de los medios de comu. sicaci6n, [a nacido una nueva y bovanre disciplina aboceda a la hiscoris 1 sus hallazgos re que si se halen fyi. jer Io vevelay = 1otios v datos, pero sean ‘estadisticas, las frias argumenta Pati simisasy para nadie unis. Sus resultados han apareci HOFesionales o en monografias tan costosas y de tan reducido tiraje (por debajo de tos mil ejemplares), que en Ja practica han sido las bibliotecas |B que han absorbido su compra casi por completo. ¥ sia embargo, el ‘xito de sus publicaciones periédicas histéricas de indole popular como listory Today y L'Histoire prueba quc existe un extenso auditotio dis- 0 HISTORIOGRAFIA, puesto a escuchar, y que los nuevos historiadores se hallan ahora ansiosog de hablar a dicho auditorio, en lugar de dejar que se nutra del pabulo de biografias populares y libros de texto. Después de todo. las preguntas for muladas por los nuevos historiadores son aquellas que “hos preoay “Er swede arg raters del poder, Ta autoridad y el liderazgo ce rismatico; la_relaci6n de Tas instituctones pollticas Con Tas nora se, Jniento, Ja anticoncepeion-y el aborto_elhabap elocio y el consumo ostentoso; la relaci6n entre la religion, la ciencia y le Sg tom Talos ica ase RATT Te TS Cion de emotines ule cone eT sae ETS fo, el placer y el odio; los efectos que sobre las vidas de las personas tienen la alfabetizacion y la educacién, y las maneras de mirar el mundo a través de ellas; la impor. tancia relativa adscrita a las diferentes agrupaciones sociales tales como la familia, el parentesco, la comunidad, la nacién, la clase y la raza; la fuer. za y el significado del ritual, el simbolo y la costumbre como formas de cohesion de una comunidad; los enfoques morales y filos6ficos con respec to al crimen y al castigo; las pautas de tolerancia y las explosiones del igualitarismo; los conflictos estructurales entre los grupos o las clases con status; los medios, las posibilidades y las limitaciones de la movilidad so- = Cia eucntan sus relates de manera difeyente-s come To nacian Homer, Dickens o Balrte, Bajo la influencia de la novela moderna y las ideas explaran cuidadosamente cl subconsciente en lugar de ape Gn cyto de arrajar luz sabre los mecanismos incernos de una cultura 0 Tanne aol pase dv ond the Decline of Mais, Nueva York, 171 [EL RESURGIMIENTO DELA NARRATIVA a ¥ gj mi diagnéstico es correcto, ef desplazamiento hacia la narrativa por parte de ics “nueves historiadores” sefiala e fin de una era: el término det seta por_producir una explicdcWn cohereme- 4 Cent a ones del pasty. Los modelos del inisma hiaGrico, os ‘ THrTa cconiomia, la demografia o Ta sociologia. se han Grrunibso frente a las pruebas, empero ning modelo completamente sRiernissia sustentado en alguna otra ciencia social ta potitica, Colggia © 0: antropologia ha surgido pars ocupar st lugar. El estrucua {aise » 1 fancionalismo no han resultado ser mucho mejures en absolu in Le meterologis cuamtitativa se ha mostrado semejante a una cata tastant’ feagil que s6lo puede responder a un conjunto Timitado de rabloonss. Obligados a decidir entre modelos estadisticns a priori sabre A corapoanuicate humano, y una comprensién basada en la observa én, 13 ia. el juico y la intuicién, algunos de los “nuevos histo tiadores” vuanifiestan aetualmente la tendencia a dejarse Hevar hacia el swgundo odo de interpretacién del pasado A pesar dle que miento del modo narrative entre los “nuevos WSmeno muy reciente, es tan s6lo un tenue goteo en compatacidu eon la producci6n constante, vasta, ¢ igualmente relevance, iva por parte de historiadores mas tradi ‘donates. Un ejernplo reciente que ha recibido un considerable revonoct rmiento académico. es et libro de Simon Schama acerca de ta politica holandess lel sigio XVI." "Trabajos de esta indole han sido vistos por déea das con invliferencia, o con un menosprecio duras penas disimutado, Por los uesns hisioTaclores sociales. Esta actitud no cra muy justificable, Peto en aos vecientes ha estimuladto el que algunos de los historiadores sdapten sa modo descriptiva para formular nuevas pregun: 425, Algusios de ellos no tienen ya una preocupacién tan marcada por los Problesnas referentes sl poder. y por consiguiente a los reyes y alos prime- {0s ministvos. ly mismo que a las guerras y a la diplomacia, sino que al ‘gual que ing “auevos historiarlores” estén dirigiendo su atencién a las vi- fas privadas de personas bastante oseuiras. La causa de esta tendencia, Siesque purde Hatnarsele asi, no resulta clara, avinjue parece estar inepi- fila ru cl deseo de comtar un buen relato, y al hacer esto revelar las suti- as de ts personalidad y la interioridad de las cosas dentro de una época yuna cultara diferentes. Algunos historiadores tradicionales se han esta dedicando a esto por algin tiempo. En 1958, el profesor G. R. Elton Publicé un libro integrado por relatos acerca de los dlisturbios y las muti~ historiaderes cs ut fe "5 be tna, Puente ard Librrtors: Resolution in the Netherlands, Nucen Vouk, 1877 ne istoRiocsesyts syd en a Inglatrea del siglo XV, toma ndo como Fen lg os de In Star Charnber.*#! En L846, el profroe tug Teen onsiry9 brllantemente los dos diay de. Hale MTS ha tnvetgado Ta eatraedinaria tayectoria de un compen, nglés de manuscrios, de fama relativamente oscura, y ademas esate dor y pomégrato clandestino, que vivie 1 primerog aos de este siglo. El proptsito de escribir este entretenido © Imereti cuento parece haber sido el puro placer ale ronvar un ela por sf mies en el afin orice La Sep Se lisica Quest for Corva.%} en tanto que ta imotivacion se muestra ime similae a aquella que inspira a Richard Cobb a egitrar de manera oe ‘menorizada y atroz las sirdidas vidas y mucrtes de los criminales, las pos, titutas, y otros inadaptados sociales del hajo mundo en la Francia revole, cionaria.™* astante diferentes en cuanio-a su contenido, sa método y sus objetivos son los eacrios de ta nueva excucla ingles de Jovenrs crpizines oes ris. Exton ecriben un tipo de narratva poten minucions que Nish impifcitamente (a existencia de algin significade histSrieo profundo, eon excepcis de los caprichos accidentales de la fortuna y la personalided. Encabezados por el profesor Conrad Russell y John Kenyon, ¢ instados por el profesor Jeotey Elion, se hallan actualatente ovtoados en retee de suprimir cuaiquier sentido ideol6gico o idealista de las dls revoluciones inglesas del sighs Xvi 5° No hay duda de que ellos, al igual que otros como ellos, dirigiran pronto su atencién hacia otra parte, No'obstante que =u promis mn ivcepllccsmnte, a eahiqs tiene s scr ot neonamierinmo pure, juste en el momento eh que el neserione ea or cumbiendo cor. de conlerara la pollu inglesa del siglo RVI, Uno se pregunta s: su actitud con respecio a la historia politica no podria originarse subconsciemtemente de un seniimiento de desencanta en lo re fexence @ fa capacidad del sistema parlanemtario contempordneo para tratar de resolver el inexorable declinamiento econdmieo y de poder de * Antiguo tebunal beitésico de inguin in, execiade porta imu ya crore wis eaten as {0 %G. R, Ehow, Sea Chamber Stes, Landics, 18598 SHR Trevor Roper, The Last Dayt of Hhlr, Lewes, 1947. YHLR. Trevor Roper Tae Mermt of Pking. Novva York. 1577: A. | A. Symone, Quest for Guys, Landees 1998 TR Cobh, The Pike and the People, Ostord, 1970; R. ¢ ie: 3, Rane Exgiants 5, Lech in Pars, Nova Yorks Wilumens and Enulith Pubes 1621-1624, Onbor, 1979, J emyun Stuart 131998 efocve ambit log arules tel Journal of Mees Msiry A. 48 0 PI ARISURGIMUETSTO PALE A NARRATIVA uy vera. Sea como sea, son cronistas del pequetio acon egies eoenerientetie, dotads de una gran crudickin = nseligencia, y ier am por ello una de las thuchas werentes que alimentan el esur on viento de la narrativa. ennyon fondamental del viraje observado entre los “nuevas his siapies’ del ode analico ai descriptive, consiste ep an importante Faro de acioud con vespecto acu deba sr el tema hiaGrica centeal eae meee ROMTE eT ee MTCC COTS Tae Te Ta deen Ambos polos contrastantes de pensamiento nos son mejor revelados retjantc las Sguiemtes citas, una de ellas como ejemplo ele una postura y sre geras dos como ejemplos de la otra. En 1993, Fnimanuel Le Roy Lax dose intitulé a una de las seceiones de uno de los vollimenes de sus ensa- ee Hiaaria cin gente” ,Contrarianiente, Hace wiedio iglo Lucien Pebvre jrodlamé “Mu prote, cast Pomme” [Mi presa es el hombre], mientras iyue hace un cuasto de siglo Hugh Trevor Roper exhortaha 2 los histo itdores en su disertaciGn inaugural al "estudio no de las circunstancias sino del hombre en medio de las circunstancias”.96 Actualn histrivo de Fehere se esta volviendo popular en muchos circulos, al mis mua tiempo que los estudios analiticos estructurales sobre fuerzas imperso- tales continiian publicaindase profusamente. Por ende, los historiadores scesan dividiende hoy en cuatro grupos: los vicjgs historiadores nacrati unente histor 1alos politicos; Fos comets Tas que pomisten en actuar como narcémanos estadisticon los acérrimies nite, el ideal rales: y los hlstoriadores dela mentafité que en ta actualidad se valen de Ja narrative para capturar ideal as mentale v 0oc ‘as dc comportamiento personal (ntimo — el cual evire ms intime sea, nae La adapcibn hecha por este dltime grupo de una narrativa descriptive ‘mimaciosa 5 de una biografia individual no se ha llevado a cabo, sin em: hatgo, sin Ciertas dificultades. El problema es el mismo de antafio: que la argumentaciin mediante siemalos selectivos no es filessficamente CON” vinceore ” crunapruchaciend: ‘io expuesta recientemente bastante bien por Carlo Ginzburg:? Deal Galileo, lento cuznatv ynniantiopcénsicn sobre Is cen ‘is de 1a naturaleza ha eolocado a las ciencias humanas cn un desagradable| Bo. Gevae Ladi, Th plenty. 0 Ginabing "Roots of » Sint Paradig”, Favors and Society, 7, 1979, p 276 of the Miorten,p 283° 1. Tensor Res Hider, Profi ae HISTORIOGRAFA dilema: ya que deben adoptar un criterio cientifice poco s6lido con objeto, ser eapaces de ob:encr resultadas significativos, o bien adoptar un ctiteyg Gentifica firme que aleance resultados que no tengan una gran importaneig ii deren con sempeske tl semuntiocntheecedlimcade contig (EPGSEAOTS del epmplo selectivo — que con frecuencia no consist en we jemplo dito yleullador> comuno.deilovamotowen boga del Goce historico. En un sentido, esto viene a ser Gnicamente una ampliacién logi ca del enorme éxito de los estudins histéricos locales, Jos cuales han refer}. do ts leeidey svc leastalitea ao ieseienad, ah Aniearnones saa fe Bu parier—foscauia wrinea; in parte OiMeLGGS TaNGldcd Le historia total parece que slo es posible si se considera un microcosmos, + fs beck los teanlden 6 exe-rerpesie con frecurnoia han esclarece {explication mejor el pasado que tds ls estudiosunteriores o coneurren Yes esas alas archlvor del gublerag central Entra seneido, sia em: Ines la nutoivendencta cele anthsira ea eatgtsos bes eos locale, poesubaie 104 i #8 capone an pequetia sea, con vse aboca ala ci diseurso, Peto esto silo serd asf en el caso ms cchitos aa narven solamente la trania sorprendente, pero basi- camente irrelevante, de Jig dramitica sative distur bias 0 sobre alguna vielucién, 0 bien sobre la vida de agin excéntrico rufian, villano ‘6 mistico, sino que-su selecedén se haga por virtud de sus posibilidades de esclarecicniento de ciertos aspects de une cultusa pasada, Bato significa que dichos selatos deben ser tipicos, cinycro, el extendido uso de registros Go Heigaciéin hace que esta cuestién 2c anuy dificil de resolver, Kas pevsonas que son levedas & axipicas casi por Gefinicion; no cbstante, ef munda tan crudamente exbibido por el test Sige a aegant gels seueatianonme. Eon eas, monie de los ti resolver, Suponiendo que el historiador este consciente de los riesgo insplicades, el contar relatos es quiz an modo tun satisfactorio come EL RESURGIMIENTO DELA NARRATIVA ne sates oto para obtener un vin intima del Bombre del pasado 5 sti fe poneraren sy mene, £1 problema esque en cas de que pai legar hasta este punto, el marrador requerird de toda la habilidad, r jencia y conocimiento que haya adqurido en el ejercicio de la histo exPetaltica de la sociedad, la economfa y la cultura, sies que ha de pro: apnar una explicacién plausible sobre los fenémenos tan peculiares regs sujeto a encontrar. Es posible que también necesite la ayuda de} ane oco de psicologia amateur, aunque este tipo de psicologia es bastante Chgonosa para ser manejada satisfactoriamente —¥ hay quien argitirfa que es imposible hacerlo. Se caidente cc que el resunginiento de fa narrative podia aducitse cn un regreso a una pura Tabor deantiGuario aun-conianselie sa SRT Sin embargo, oto & que aquélla centre ss SS EET aaaordinari, oxcureciendo ast Ia opacidad y la mo- snenen TOE Te Nias de la vasa mayoria, Tanto. Trevor-Roper como rotons reaultanextremedamente dvertides de lee, yin embargo Rica ents expreton a Tas erticas en ambos rexpecigr. Muchos de los HERI ENE MUETT Modalidad, mnchayendo a Cobb, Hobsbawm, Thomp. Sin, Le Roy Ladutie y Trevor-Roper (y a mf mismo) se hallan bajo la fas- sae voles elatos de violencia y de sexo, los eval atraen los mstintos ‘excopofilicos que hay en cada uno de nosotros. Por otra parte, puede adu seer al eixe [a violenea son partes integrales de toda experiencia humana, y que por lo tanto resulta tan raronable y justificable el explorar aaa avec ios sndividuos del pasado, como los el esperar encontrar Sicho maseal en ln peliculas, televsin y as novelas contemporneas Ta andoucia baci Ia natrativa plantea problemas aGn sin resolver acaits de como habremes de capacitar a les estudiantes que se aden tncl futuro suponiendo que haya algunos para capacitar —. en las aniguas artes de fe retrca’ 2En la evtica textual? En Ia seri6tiea? En la antropologia simbélica? En la psicologia? ¢O acaso en la técnica de anilisis sobre las estructuras econémicas y sociales, las cuales hemos esta~ fo eiercendo dosants uns generacion? Por consiguience, sigue siendo ta pregunta abjerta el eet mesperada resurveceion de la modalidad narrate entre un numero considerable de aquellos que encabezan In Practica de la “nueva historia”, tendra efectos satisfactorios o perniciosos pata el futuro de la profesion. En 1972, Le Roy Ladue eseribfa confiadamente:* “La historiografa | del presente, con su preferencia por lo cuantificable, Jo estadistico y lo ¢structural, se ha visto obligada a suprimir para sobrevivir. En Tas Gltimas Weadas ha vistualmente condenado a muerte a la historia narrativa de 7. Le Roy Ladirie, The Toritory of the Historien, p11 f BISLORLOGRAHIA nntos y 4 la biografia individual.” Pero en esta tercera dé. ativa y la biografia individual estén moscrando s » retoino al mundo de los vivos. Ninguna presen, Lief mismo aspeeto «jue solia tener antes de su presunta devaparicién, ‘nipera sou ficiimente ideutiticables como variantes del misme género, 4 pesar de esta resurreccion serfa muy prematuro proferir una eracion sobre el cadaver en descomposicion de la historia cuantitativa, ana. litiea y estructural, ya que ésta adu sigue floreciendo y desarrollandose, s ia en las disertaciones doctorales norteamericanas puede Jus acontecim evidences de un m es que la tende F como gui Fs clare que en el case especifico de una simple palabra como “narvati Existen indicios de un cambio en el problema histérico central, con un entasissabie cl hombre en medio de ciertas circunstancias més sobre las eircunstancias que lo rodean: en los problemas estudiados, susti- tuyéndose lo ecandmico y lo demogrifico por lo cultural y lo emocional; cn las fuentes primarias de influencia, recurriéndose a la antropologia y 4 la psicologia en lugar de a la sociologia, la economia y la demografia; en la tomatica, insistiendose sobre el individuo més que sobre el grupo: cx los modelos explicativos sobre las transformaciones hist6riczs, realzén- dose lo interrelacionado y lo multicausal por sobre lo estratificado y lo monocausal; en la metodotogia, tendiéndose a los ejernplos individuales més bien que a la cuantificacion de grupo; en la organizacién, abocindo- se a lo descriptivo antes que a lo analttico: i ‘cuanto a su contenido, lo objetivo desu método y el estilo de su discurso historico, los cuales estan déndose todos @ la ver, presentan claras afinidades electivas entre sf: todos se ajustan per” fectamente. No existe ningun término adecuado que los abarque, y PF clio la palabra “narrativa” nos servird por el momento como una especie dc simbolo taquigrafico para todo lo que esta sucediendo. Tengo la esperanza de que al centrar la atencién sobre el resurgimiento| de la narraviva, oste articulo estimulara futuras reflexiones acerca de st nportancia para el porvenir de la historia, y acerca de la cambiante rela" én —la cual se vuelve ahora cada vez mas débil _entve la historia y #08 hhermanas las ciencias sociales, suponiendo que la historia atafa en pF mer témino a las nvethsvuat and Catal Misony” apiece

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