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La imitación
de los modernos
(Tipografías 2)
Traducción y epílogo
Cristóbal Durán R.
Lacoue-Labarthe, Philippe
La im itación de los m o d e rn o s: (Tipografías 2 ) . - l a ed. - Buenos Aires
: Ediciones La Cebra, 2010.
352 p . ; 20x14 cm.
Título original:
L'imitation des modernes (Typographies II)
© Éditions Galilée, 1986
© de traducción y epflogo
C ristóbal D urán R.
P r ó lo g o ............................................................................................................... 9
DIDEROT
L a pa ra d o ja y la m i m e s i s ....................................................................... 15
HÖLDERLIN
La c esu ra d e lo esp e c u l a t iv o .............................................................. 4 3
H ö l d e r l in y lo s g r ie g o s ..........................................................................79
NIETZSCHE
H is t o r ia y m im e s is ...................................................................................... 9 7
El a n ta g o n ism o .......................................................................................... 127
HEIDEGGER
La t r a sc e n d e n c ia fin it a /t e r m in a en la p o l ít ic a .................. 151
P o é tic a y p o l ít ic a ..................................................................................... 1 9 7
DOS MISIVAS
A J a cq u es D e r r id a . En n o m br e d e .................................................. 261
O r ig e n d e lo s t e x t o s ...............................................................................3 2 7
EPÍLOGO
P h il ip p e L a c o u e -L a b a r t h e .
U na fig u r a d el p e n sa m ie n t o ...............................................................3 2 9
Cristóbal Duran R.
N OTA D EL TRA D U C TO R
9
La imitación de los modernos
10
Prólogo
11
DIDEROT
LA PARADOJA Y LA MIMESIS
H-
15
La imitación de ios modernos
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La -paradoja y ¡a mimesis
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La imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
>{•
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Lo imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
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La imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
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La imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
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La imitación de los modernos
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La -paradoja y la mimesis
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La imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
O bien:
29
La imitación de los modernos
O también:
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La paradoja y la mimesis
31
La imitación de los modernos
Dejo hasta aquí esta cuestión que nos ocupará más tarde.
Por cierto, al menos en estos términos, ella no pertenece a Di
derot (aunque ciertamente pertenece a la tradición que para
dójicamente Diderot habrá abierto en Alemania).
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La paradoja y la mmesis
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La imitación de los modernos
Ese tormento, esa lucha, esos jaleos, todo ese trabajo para
construir el fantasma (y casi hacerlo nacer), para elaborar fue
ra de sí -com o otro- ese maniquí que enseguida se pretende
habitar a salvo y con toda seguridad y dominio, es el efecto de
una posesión o de una visitación ("no veis lo que imagino").
No como en los trances (¿pero dónde Diderot habría hecho
seriamente la apología del furor, y habría confundido el genio
con el delirio maniaco?), sino más bien como en un sueño, del
cual se sabe, tanto por el Salón de 1767 como por El Sueño de
d'Alembert, que significa el trabajo (del) inconsciente;
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La paradoja y la mimesis
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Lo imitación de los modernos
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La paradoja y la mimesis
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La paradoja y ¡a mimesis
>!■
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HÖLDERLIN
LA C ESU RA DE LO ESPECULATIVO*
Alles schwebt
Anton Webern
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La imitación de los modernos
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La cesura de lo especulativo
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La imitación de los modernos
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La cesura de lo especulativo
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La cesura de lo especulativo
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La cesura de io especulativo
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La cesura de lo especulativo
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La cesura de lo especulativo
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es por eso que errtre esta segunda versión y el esbozo de una ter
cera, abandonada probablemente con mucha rapidez, Hölder
lin intentó recoger teóricamente su proyecto en un largo, oscuro
y difícil ensayo, que evidentemente fue forzado a escribir aparte
por la renuncia al esquema inicial de la "tragedia reflexiva".
Ahora bien, ocurre a su vez que este ensayo (se trata del
Fundamento para Empédodes) presenta un fenómeno análogo de
"regresión". Pero se trata esta vez de una "regresión" filosófica
(interna a [la historia de] la filosofía), es decir, de ese "retomo",
ya evocado en Platón, de la problemática platónica del modo
de emmciación mimetico (o dramático). Nada hacía esperar la
toma en consideración de dicha problemática. Su bmtal intro
ducción (des)organiza el esquema dialéctico de la tragedia.
Cito como ejemplo el siguiente pasaje, donde Hölderlin
aborda la estructura trágica, diferenciándola de aquello que
probablemente define como la esencia del gran lirismo mo
derno. A saber, "la oda trágica":
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La cesura de lo especulativo
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La imitación de los modernos
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La cesura de lo especulativo
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La imitación de los modernos
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La cesura de lo especulativo
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La cesura de lo especulativo
a-
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H Ö LD ERLIN Y LO S G R IEG O S’
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II
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Hölderlin y los griegos
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La imitación de los modernos
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Hölderlin y los griegos
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La imitación de los modernos
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Hölderlin y los griegos
III
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La imitación de los modernos
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Hölderlin y los griegos
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Hölderlin y los griegos
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Hölderlin y los griegos
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La imitación de los modernos
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Hôlderlin y los griegos
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NIETZSCHE
H ISTO RIA Y M IM E S IS
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Historia y mimesis
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Historia y m im esis
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La imitación de los modernos
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Historia y m im esis
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La imitación de los modernos
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Historia y m im esis
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1. Alemania no existe.
2. Alemania no existe porque está desprovista de ser
propio.
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Historia y m im esis
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H istoria y m iinesis
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lio
Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m im esis
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Historia y m imesis
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La imitación de ios modernos
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EL A N TA GO N ISM O
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El antagonismo
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5. Nietzsche 7, p. 111.
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El antagonismo
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II
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La imitación de ios modernos
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El antagonismo
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11. Cf. Bertrand Pautrat, Versions du soleil, Paris, Seuil, 1971, p. 123 y sigs.
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El antagonismo
12. Es en este sentido que Jean Beaufret interpreta el célebre ejemplo del
templo griego en "El origen de la obra de arte" ("Physis et techné", en Alé-
théia 1-2, Enero, 1954).
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Lo imitación de los modernos
III
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El antagonismo
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El antagonismo
16. Réflexions sur l'imitation des oeuvres grecques en peinture et sculpture, trad. L.
Mis, Paris, Aubier-Montaigne, 1954, p. 95. [Existe traducción al español: J. J.
Winckelmann, Reflexiones sobre la imitación de las obras griegas en la pintura y la
escultura, trad. S. Mas, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2008. N.del T.]
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IV
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El antagonismo
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El antagonismo
19. Ibid., p. 657, "Fundamento general": toda la sintaxis de esta página tiene
la forma del aumento en relación (infinitamente) inversa. Véase aquí mismo
"La cesura de lo especulativo".
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El antagonismo
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HEIDEGGER
LA TRASCENDENCIA FINITA/TERMINA EN LA
POLÍTICA*
Argumento
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La trascendencia finita/termìna en la política
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La trascendencia finitaJtermina en la política
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La imitación de ¡os modernos
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La trascendencia finita/termino en la política
tero. Pero esto no descalifica todos los otros textos que Heide
gger atribuyó a "compromisos" inevitables. El texto político,
si algo así existe con total autonomía, es la totalidad de las
declaraciones reseñadas y conservadas^.)
¿Qué es, sin embargo, poner en relación y comparar am
bos textos?
Sean cuales hayan sido los resultados, es evidente que ya
no podemos contentamos con decir: Heidegger puso al ser
vicio del nacional-socialismo el pensamiento y el lenguaje de
Sein und Zeit; o bien, Heidegger tradujo Sein und Zeit en el
léxico de la "revolución conservadora", del "nacional-bolche
vismo", de la literatura "völkisch", etc. Proceder así es evi
dentemente darse de antemano los medios para tomar una
decisión, para dar el salto de lo filosófico a lo político, salto
que precisamente se trata de poner en cuestión. Reconozco
que no es inútil saber en cuál área político-lingüística se mue
ve el discurso filosófico de Heidegger, ni cuál es la sobrede-
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La imitación de los modernos
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La trascendencia finita/termina en la jjolítica
Y también el siguiente:
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La imitación de los modernos
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La trascendendo fìnitttitermiym en la política
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La imitación de los modernos
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La trascendenría finita/terminn en la política
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La imitación de los modernos
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La trascendencia finita/termina en ia -política
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La trascendencia finita/termina en la jrolítica
17. N. I, p. 60 y sigs.
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La imitación de los modernos
18. N. I, p. 45.
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La trascendencia finita/termina en la ■política
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Lo imitación de lo s modernos
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Ln trascendencia finita/termina en la política
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La imitación de los modernos
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La trascendencia finita/termina en ìa politica
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O también:
27. Aquí retomo el léxico de Vom Wesen des Grundes (cf. Q. I., p. 135).
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La trascendencia finita!termina en la política
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La trascendencia finita/termino en la politica
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La trascendencia finita/termina en la politica
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La trascendencia finita!termina en la politica
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35. Los otros dos nombres propios son los de un trágico (Esquilo) y de un
estratega (Clausewitz).
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La trascendencia finita/termim en la -política
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La trascendencia finita/termina en la política
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Ln trascendencia finita/termina en ìa politica
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ginalmente para devenir una sola fuerza que se impone (zu einer prägenden
Kraft)". A veces, de manera esperable, el léxico de la onto-típología está aso
ciado al de la voluntad de poder.
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La trascendencia finita/termina en ìa politica
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La trascendencia finitaltermina en la jjolüica
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La trascendencia finita/termina en la -política
45. Remito, aquí mismo, a "Hölderlin y los griegos". También a "Le mythe
nazi", en colaboración con J.-L. Nancy (Coloquio de Schiltigheim, 1980).
[Existe traducción al español; El mito nazi, trad. J. C. Moreno Romo, Barcelo
na, Anthropos, 2002. N. del T.]
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La imitación de los modernos
lo. Esto nos deja hoy, en todo caso, una pregunta: ¿por qué,
después de todo, el problema de la identificación no sería, en
general, el problema mismo de lo político^*?
46. Planteo esta cuestión sobre el fondo del trabajo sobre Freud llevado a
cabo en colaboración con J.-L. Nancy: "La panique politique" (Confronta
tions, 2 , 1979) y "Le peuple juif ne rêve pas" (La psychanalyse est-elle une his
toire juive?, Seuil, 1981).
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POÉTICA Y POLÍTICA’
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Lo imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
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Poética y -politica
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La imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de ¡os modernos
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Poética y -política
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Poética y política
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Poética y política
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Lo imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
2. Introducción a la metafisica.
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Poética y ■política
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La imitación de los modernos
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Poética y política
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La imitación de los modernos
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Poética y -política
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Poética y política
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"EL ÚLTIMO FILÓSOFO"
EDIPO COMO FIGURA*
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Lo imitación de los modernos
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Edipo como figura
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La imitación de los modernos
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Edipo corno figu ra
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La imitación de los modernos
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Edipo como figu ra
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Edipo corno figu ra
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La imitación de los modernos
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Edijìo como figura
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La imitación de ¡os modernos
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Edipo como figura
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La imitación de los modernos
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Edipo corno figura
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La imitación de los modernos
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Edipo corno figura
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La imitación de los modernos
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Edipo corno figura
7. París, Aubier, 1969, pp. 90-91. [Existe traducción al español; El libro del filóso
fo, seguido de Retórica y lenguaje, trad. F. Savater, Madrid, Taurus, 2002. N. del T]
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La imitación de los modernos
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Edipo corno figura
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La imitación de los modernos
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La imitación de los modernos
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DOS MISIVAS
A JACQUES DERRIDA.
EN NOMBRE DE*
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La imitación de los modernos
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A Jacques Derrida. En nombre de
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A Jacques Derrida. En nombre de
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A JEAN-FRANÇOIS LYOTARD.
¿DÓNDE ESTAMOS?*
Discutamos.
Discutamos primero porque estamos aquí para eso, al
menos en principio. Pero discutamos también, y sobre todo,
porque hace dos años, aquí mismo, fue para eso y con ese
motivo que viniste. No para decir: este es mi tema, sino para
responder a ima misiva o a una intimación que ya nos ocupa
ba bastante en esa época.
¿Qué quiere decir "discutamos"? Para nosotros (con ello
entiendo: para ambos, tú y yo) quiere decir, y de ima manera
muy simple: sigamos discutiendo. O retomemos la discusión,
del tipo: ¿dónde estamos ya? La discusión entre nosotros no
es continua, y menos aún orgánica. Pero ocurre que después
de mucho tiempo, con altos y bajos (tuvo incluso bajos bas
tante bajos), a veces casi sin intercambio directo, a distancia
y silenciosamente, nuestro modo propio de relación es más
bien la discusión. Y es la discusión porque pese a todo, pese a
la estima y a la amistad, pese al afecto, pese a la dicha de los
reencuentros, en el fondo no estamos de acuerdo, tenemos un
verdadero diferendo. Bien digo: en el fondo.
Hay que discutir entonces. Del tipo dialektike: "tesis, argu
mentos, refutaciones, objeciones", así comenzaste hace dos
años. En consecuencia, nada de discurso, nada de "didáctica
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La imitación de los modernos
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A Jean-François Lyotard. ¿Dónde estamos?
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a-
3. C. -pm., p. 29.
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4. R. c¡., p. 358.
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La imitación de los modernos
artístico? Las obras que sólo juegan con esta cuestión, y ellas
abundan (es "la vanguardia"), se hacen cargo siempre de rma
respuesta anterior: ellas saben a qué atenerse en lo referido al
arte o, en el mejor de los casos, anticipan rma determinación
del arte. La cuestión es más bien: ¿por qué el arte? O inclu
so: ¿por qué es preciso el arte?, y las obras que ya no juegan
sino que hacen la prueba (triste o feliz, poco importa) de lo
que desfallece hoy en este "es preciso" me parecen realmente
desprovistas de todo saber y también de toda anticipación de
respuesta. Ellas preguntan: ¿cómo es que nada (lo impresenta
ble, en efecto) obliga a hacer arte? ¿Y, sobre todo, por qué? ¿Por
qué nada sucede en el arte? Confieso que en este "por qué" está
la cuestión del "origen de la obra de arte" y que el "por qué
es preciso" está dicho como eco del Wozu? de Hölderlin. Pero
imagino que esto no nos impedirá entendemos, al menos eso
espero; incluso si te digo, con una palabra que detestarás, que
todo gran arte siempre ha hecho la experiencia de estas pre-
gimtas.
Tú sabes que a dichas pregimtas no se responde. Por de
finición es imposible, y el arte quizá no es otra cosa que esta
respuesta imposible (que tampoco es capaz de definirlo). Si,
por consiguiente, las sustituyo a las tuyas no es para respon
derlas sino por la simple razón de que ahí reside nuestro di-
ferendo. El cual, en resumen, no es totalmente de orden ético
sino que se dirige a la ética. Ya que lo que oscuramente indi
can estas cuestiones, en el arte, es el lugar en que se trata de
una archi-obligación. Si acaso no se trata de que el arte, desde
ahora, sea el lugar de la archi-obligación. Es eso lo que escon
de la problemática heideggeriana del mundo, como sin duda
lo adivinó un poco Harmah Arendt, aun cuando Heidegger
planteó la cuestión del arte en términos de verdad (pero esta
verdad es la aletheia, no es la verdad, y la lógica de dicha "ver
dad" se asemeja hasta el punto de confimdirse con aquella
de la paradoxia mimètica). En todo caso, Heidegger sabía, o
dio a pensar eso, que en efecto nada sería "nada" (no importa
324
A Jean-François Lyotard. ¿Dónde estamos?
325
ORIGEN DE LOS TEXTOS’
PHILIPPE LACOUE-LABARTHE.
UNA FIGURA DEL PENSAMIENTO
Cristóbal Duran R.
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Epílogo
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Philippe Lacoue-Labarthe. Una figura del pensamiento
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Epílogo
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Philippe Lacoue-Labarthe. Una figura del pensamiento
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Epílogo
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Philippe Lttcoue-Labarthe. Unafigura del pensamiento
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Epílogo
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Philippe Lacoue-Labarthe. Uno figura del pensamiento
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Epílogo
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Philippe Lacoue-Labarthe. Una figuro del pensamiento
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Epílogo
20. Cf. "L'écho du sujet". Le sujet de la philosophie, op. cii., p. 243 y sigs. Sobre
la relación entre la música y la retórica en Nietzsche, véase "Le détour", en
el mismo volumen, pp. 31-74. Además, es preciso tener en consideración el
libro Música ficta: Figures de Wagner, Paris, Christian Bourgois, 1991 (reed.
2007).
21. "Hölderlin y los griegos", en este volumen, p. 88.
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Philippe Lncoue-Labarthe. Una figura del pensamiento
341
Epílogo
25. Ibid.
26. "Typographie", op. cit, p. 188.
27. Jacques Derrida, "Désistance", en: Psyché. Inventions de l'autre, Paris,
Galilée, 1987.
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Philippe Lacoue-Labnrthe. Una figura del pensamiento
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Epílogo
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Philippe Lncoue-Labarthe. Una figura del pensamiento
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Epílogo
346
Philippe Lacoue-Laharthe. Una figura del pensamiento
38. "La vérité sublime", en: VVAA, Du Sublime, Paris, Belin, 1988, pp. 97-
147.
39. Lacoue-Labarthe, La poesía como experiencia, tr. José Francisco Megías,
Madrid, Arena Libros, 2006, p. 97
40. Ibid., p. 99.
347
Epílogo
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Philijjpe Lacoue-Labnrthe. Una figu ra dei pensamiento
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C o lo fó n
Cristóbal Thayer
Remedios Escalada, abril 2010.